Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)

Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana

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Mar 12 2013

COMPLEJO NAAMAN

Situado en el quinto capítulo del
segundo libro de Reyes, entre los 27 versículos, aparece un personaje
fascinante llamado Naamán.  Naamán, fue uno
de los comandantes militares del rey de Aram, era muy querido,
respetado y superdotado.  Pero Naaman sufría un dolor inefable: ¡era leproso!

 ¿Alguna vez ha conocido usted a
un leproso?  ¡No!  En la primera oportunidad, mire en el espejo
y descubrirá la cara de un leproso. 
Muchos de ustedes están sorprendidos con esta afirmación.  Sin embargo, ¡permítame defender mi
posición!   Hay dos formas de lepra: la
lepra física, que es una horrible enfermedad de la piel—una de las peores
enfermedades en los tiempos de Jesús y en los días del Antiguo Testamento; y la
otra se contrae por el pecado!  ¡El
pecado es lepra espiritual,  lepra moral
! 

Nos guste o no, lo admitamos o
no, vivámoslo o no, neguémoslo o no, desde el momento de la concepción en el
vientre de nuestra madre, como herencia de nuestros primeros padres Adán y Eva,
contraemos la lepra, la mancha y el contagio del pecado original.   Y a esta primera mancha de lepra le añadimos
muchos más pecados personales; algunos son veniales y otros lamentablemente son
mortales.  Algunos pecados son pequeñas
manchas, ¡mientras que otras son llagas ulcerosas! 

¿Cuándo es que contraemos lepra
en el alma?  Recuerde que el pecado es
«lepra del alma».  ¡Hagamos un
examen en forma personal de pies a cabeza! 
Primero, ¡la mente!  Cada
vez que voluntariamente permitimos que la suciedad de la inmundicia moral entre
a nuestra mente, ¡lepra!  ¿Los malos
pensamientos son pecado?  Si los
rechazamos, no son pecado, pero si les damos paso y pleno consentimiento, ¡si
lo son!  Hoy, muchos leprosos
espirituales caminan por las calles con la inmundicia de la lepra
descomponiendo sus mentes!

¡La memoria!  Dios nos ha dado una memoria para que con
gratitud recordemos todas las bendiciones que Él nos a dado.  «Den gracias al Señor, porque es bueno,
porque es eterna su misericordia». 
Si traemos a la mente cosas del pasado y nos aferramos a feos recuerdos,
recuerdos de pecado, a veces pensando demasiado en feas relaciones románticas,
entonces hemos contraído lepra de la memoria. 

Los ojos —  ¿Tiene usted lepra de
los ojos?  En un mundo que nos bombardea
de todos lados con imágenes impuras, el contagio de la lepra de los ojos pasa
casi desapercibido y sin nuestro consentimiento, pero en particular pasa por
nuestra falta de vigilancia.  Recuerde
que seguir a Cristo, es estar en un constante estado de batalla
espiritual.  Analice esta lista de
comprobación para ver si usted ha contaminado sus ojos con lepra
espiritual.  Programas inmodestos de
televisión, en particular programas de cable, ver revistas o diarios que
muestran lo indecente, dejar vagar la mirada en la calle y tomando ese segundo
o tercer vistazo, entregarse a la lujuria de los ojos y el corazón en el
trabajo o en las tiendas, dejarse llevar por la amplia proliferación de
imágenes pornográficas en el internet, computadora y teléfonos, bajando
imágenes pornográficas — ¿le ha abierto paso a estas tentaciones?  Si su respuesta es de forma afirmativa,
¡entonces acepte humildemente que usted tiene lepra de los ojos!!!!!


Los oídos
—  ¿Tiene usted lepra de
los oídos?  ¿Qué ha permitido usted que
entre al pórtico de su mente y corazón por lo que oye?  Pasó una vez que el gran san Juan Bosco,
cuando era niño, escuchó que un hombre dijo un chiste sucio.  Años más tarde, el santo lamentaba no haber
alcanzado borrar de su memoria esa historia fea.  Ah, cuánto tiempo perduran los recuerdos,
¡persisten por años!  El conocido doctor
Adrian Rogers (el ya fallecido pastor bautista) sin reservas dijo: «¡Tus
oídos no son un cesto de basura en el cual tu vecino puede tirar
basura!»  ¡Muy bien dicho!  Ahora repasemos la lista de comprobación,
para ver si hay un posible contagio del lepra de los oídos.  ¿He prestado oído al chismoso de la ciudad?,
¿a propósito he escuchado que se le calumnia o difama a mi prójimo?, ¿he
permitido que otros cuenten mentiras sin intentar corregirlos?, ¿he escuchado
malas palabras?, ¿he escuchando chistes groseros?, ¿le he escuchado a alguien
hablar mal de mi suegra? —si voluntariamente ha prestado oído en alguna
situación mencionada, responsabilícese, ¡usted ha contraído lepra de los oídos! 

La lengua — ¿Tiene lepra de la lengua? 
La carta de Santiago nos exhorta a que seamos lentos para hablar y
prontos para escuchar.  Más adelante, en
el tercer capítulo de Santiago (un capítulo excelente que habla sobre los
pecados de la lengua), el Espíritu Santo nos advierte, que nos esforcemos por
controlar la lengua, porque de lo contrario, podemos causar un mal incalculable
— igual que la pequeña chispa prende fuego y causa un inmenso fuego
forestal!  Recuerde también que Jesús
dice que de la abundancia del corazón habla la boca.  Aún más, ¡Jesús nos advierte que seremos
juzgados sobre cada palabra que brota del de nuestros labios!  ¡Ah! 
¡Señor sálvame!  Ahora repasemos
la lista para ver si hemos contraído lepra de la lengua.  ¿Me he entregado a….  la mentira, el chisme, la maledicencia, la
calumnia, la difamación, la murmuración, habladurías, disfrazar la verdad,
gritar, criticar, culpar, insultar, maldiciones, vulgaridades, indecencias, he
abierto la boca impulsivamente y sin pensar? 
Es muy probable que después de leer esta extensa lista, tendrá que
reconocer humildemente que su lengua está cubierta con capas gruesas de
lepra.  En nuestra lucha por curar la
lengua, recuerde lo siguiente: Primero, el propósito del discurso es —
comunicar la verdad con amor;  Dos,
recuerde que sobre la lengua se deposita, mejor dicho, se  «entrona» al Señor de señores, el
Rey de reyes, Jesús Eucarístico, ¡cada vez que se recibe en la Sagrada
Comunión!  Nada indigno debe salir de su
lengua, porque su lengua es el trono de tan noble Rey! 

¡Lepra del Paladar o de la
Barriga!

Relacionado con la lepra de la
lengua se puede incluir el pecado de la gula en sus diversas
manifestaciones.  Repasemos la lista
nuevamente. ¿Come usted demasiado?, ¿bebe demasiado?, ¿fuma al grado de hacerse
daño?, ¿usa marihuana u otras drogas?, ¿consume drogas para escapar de los problemas
de la vida?  Si usted ha cedido al pecado
de la gula, admítalo.  ¡Usted ha se ha
contagiado con la enfermedad de la lepra! Recuerde lo que san Pablo escribió
bajo la inspiración del Espíritu Santo, «Recordad que vuestro cuerpo es
templo del Espíritu Santo; glorificad a Dios en vuestros cuerpos…», «Si
comes o bebes, hacer todo para la gloria de Dios…»  ¡Pablo nos recuerda que no demos culto al
dios barriga!

Lepra del corazón — En verdad, todas las formas de lepra tienen su origen y
génesis en el corazón humano.  ¡Es del
corazón, del centro de la persona humana, que la lepra se debe detectar,
reconocer, confesar y extraer!  ¡Hagamos
la lista de verificación una vez más! Motivos e intenciones impuras,
pensamientos adúlteros, ira voluntaria, amargura, venganza, envidia, celos,
rivalidad, afectos y deseos lascivos y lujuriosos, arrogancia, altanería, una
actitud altiva, egoísmo y el deseo desenfrenado del placer.  Si estos frutos de la carne no son frenados y
asfixiados, como gran conflagración pueden consumirnos y transformarnos en
monstruos, ¡leprosos de primera categoría!

¡Buenas noticias!  ¡Hay un médico en casa!    El remedio para todas estas formas de lepra
— del corazón, de los ojos, de los oídos, la lengua y la mente — es el mejor
de «Médicos», este médico es Jesucristo, el Médico Divino.  Jesús vino a este mundo como nuestro hermano
mayor, ¡y también para sanarnos y salvarnos! 
Jesús ascendió al los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre,
prometió mandarnos su Espíritu y prometió estar con nosotros siempre, hasta el
final de los tiempos. ¿Cómo y dónde? Respuesta—En la Iglesia, su Cuerpo  Místico, específicamente en los Sacramentos. 

Si de pies a cabeza estamos
infectados de lepra, si somos sólo una llaga abierta, si todo nuestro ser es
una úlcera repulsiva supurando, la especialidad de Jesús es precisamente esa,
ayudar al más agudo, infeccioso y aparentemente desagradable caso de lepra (el
leproso es el pecador/el leproso espiritual). 
San Pablo nos consuela con estas palabras: «Dónde abunda el pecado,
sobreabunda la misericordia de Dios.»

Concretamente, el hospital para
la curación es la Iglesia (en particular, el confesionario). El que sana es
Jesús mismo, el Médico Divino.  Jesús
está presente en la persona del sacerdote católico, que de hecho obra en
«persona Christi» o «alter christus» (San Agustín).  Igual como Jesús sanó a muchos leprosos en su
ministerio público ya sea tocándolos o solo por su Palabra, Jesús sigue curando
la lepra del pecado por el Sacramento de sanación, la confesión.

¡Regresamos a Naamán!  Naamán se bañó siete veces en el río Jordán y
su carne leprosa se volvió como la piel de un niño pequeño. (II Reyes 5:14).
Usted no tiene que ir al río más cercano y bañarse siete veces.  Sumérgase en el confesionario más cercano y
lleve toda su lepra al Señor Jesús por medio del sacerdote, hágalo con fe,
verdadero arrepentimiento y confianza ilimitada en su misericordia.  «Y aunque sus pecados sean como
escarlata, se hará tan blancos como la nieve.»

Amigos, ya no tenemos que
recorrer el mundo con nuestra lepra y contagiar a otros — ¡porque es una
enfermedad altamente contagiosa!  Por el
contrario, Jesús es el Sanador-Herido, el Médico Divino, de hecho nuestro amante
y Amigo.  Jesús nos sanará, salvará y
llevará a nuestro eterno hogar, el cielo, ¡dónde con María lo alabaremos con un
corazón puro e inocente por toda la eternidad!

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Mar 01 2013

Pasos prácticos para hacer una buena meditación o contemplación Ignaciana


1. 
Rogar a Dios por el don de la oración. 
Igual que los Apóstoles, deberíamos pedir a Jesús: »Señor, enséñanos a
orar…».  San Agustín dice:  »Somos mendigos ante Dios…»



2. 
Póngase en la presencia de Dios. 
Imagine que Dios le ve con un tierno amor.  Si estamos conscientes de su presencia,
entonces podemos darle nuestra atención.





3.  Lugar:   El lugar ideal es ante el Santísimo
Sacramento
. 




4.  Lugar
de silencio
.  El silencio es muy
importante.  Veamos el ejemplo de Elías y
su experiencia en la montaña.  Dios le habló
no en el ruido, sino en la suave brisa.



 



5.   Lugar
de oración/ oratorio
— Las imágenes, usadas debidamente, ayudan en la
oración.  


 


6.  María —  Dedique estos Ejercicios a María, quien es
nuestro modelo.  En el Evangelio de san
Lucas, dos veces encontramos a María guardando/meditando las cosas en su
corazón — el Evangelio de san Lucas es el Evangelio de la oración y del
Espíritu Santo — la primera vez cuando los pastores van a ver al niño Jesús y
la segunda cuando el niño Jesús fue hallado en el templo después de tres días. 




7.  El
Espíritu Santo
— El Espíritu Santo como Maestro Interior, nos puede ayudar
a orar.  Recordemos la carta del Apóstol
san Pablo a los Romanos, capítulo 8, el Espíritu mismo intercede por nosotros
con gemidos inefables.





8. 
»Habla Señor, que tu siervo escucha.» 
(Samuel en el templo)





9.  ¡Lea!  — 
Pero recuerde, que no está leyendo un libro »común y corriente», sino
está leyendo la Biblia que es la »Palabra de Dios».  (Primer paso en método ignaciono: la
Memoria.)





10.  Pensar
/ Guardar / Reflexionar
—  El
Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) dice que la oración puede compararse con
Jacob quien luchó toda la noche con el ángel. 
Porque a veces, la oración puede ser una verdadera lucha. (2 º paso
ignaciano:  el Entendimiento)  En su meditación, hágase las siguientes
preguntas: ¿Quién está presente en la escena? 
¿En dónde se encuentran?  ¿Qué
está haciendo?  ¿Por qué?  ¿Que significado tiene lo que está
pasando?  ¿Cuándo sucede esto?  ¿Cómo me concierne a mí?  En otras palabras, vea el por qué, quién,
cómo, cuándo y el dónde de la escena. 
Recuerde que la Palabra de Dios es como una espada de doble filo que
separa la médula del hueso.  La Palabra
de Dios está activa hoy como hace 2000 años.  
Todo esto se debe hacer no como un ejercicio académico, sino como medio
para entrar en unión con Dios. 




11.  Movimientos
del Corazón
—  (Tercer paso
ignaciano: El uso de la Voluntad). Ahora hemos llegado al punto central de la
meditación, el movimiento del corazón. 
Cuando algún pensamiento mueva su voluntad o su corazón, ha llegado a la
esencia de la oración. ¿Cuales son algunos ejemplos de movimientos del corazón?   Puede ser: 
amor, acción de gracias, gratitud, alabanza, adoración, asombro y temor,
contrición y dolor, fe y confianza, deseo de ofrecerse a uno mismo como una
ofrenda, petición y súplica, temores y seguridad (que se pueden presentar al
Señor), ira, heridas pasadas, confusión y dudas, preguntas, descanso en el Señor
(Venid a mí todos lo que estéis cansados, Mt 11:28-30), propósito de cambiar y
anhelo de Dios (como el ciervos que anhela las corrientes de agua, así mi alma
suspira por ti, oh Señor …)



 



12.  Distracciones  — Las distracciones suelen ser parte de la oración.  Sin embargo, preste atención a lo que le
distrae, porque el Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) afirma que a menudo,
nuestras distracciones son una manifestación de un afecto o apego desordenado y Dios quiere que resolvamos o incluso que nos separemos de ello.



13. Regrese —  En la oración se debe regresar al »pozo»,
es decir, volver a leer el pasaje bíblico. 
A veces parece como si el pozo estuviese seco.  Incluso se podría comparar la oración con una
pesca.  A veces parece que no hay peces
en el agua, que los peces están dormidos o evitando la caña.  Pero de repente, ¡pican!  Después que pican el cebo hay una gran
pesca.  A veces parece que Dios se
esconde para que busquemos su rostro con más fervor.



 

4.  Aridez
/ Sequedad en la oración
—  Puede
ser que en la oración su alma esté pasando por un proceso de purificación, por
aridez, por una »experiencia de desierto». 
Sin dirección espiritual, el neófita puede llegar a pensar que no está
orando sino perdiendo su tiempo.  Al
contrario, Dios está purificando su corazón. 
El amor se hace más puro.  Recuerde
las palabras de san Juan de la Cruz: 
»Buscar más al Dios de las consolaciones que las consolaciones de
Dios.»  Este gran Doctor Místico nos
advierte del peligro de la »gula espiritual» — de ir a la oración solamente
para sentirse bien y para recibir delicias sensibles.  Por analogía, ¡un matrimonio no pueden estar
en una perpetua luna de miel!  La
realidad se asienta en la vida de casados como en la vida mística.



 


15. Perseverancia  — Como vemos en la vida de los santos, la
perseverancia es otro punto clave para avanzar en la oración.  Jesús alaba a la viuda quien insistentemente
se presentaba ante el juez incrédulo simplemente por no resignarse hasta
recibir lo deseado. Igual que ella, nunca debemos desistir de nuestra búsqueda
de Dios en la oración.  Santa Teresa de
Avila, Doctora de la Iglesia, con acertadas palabras nos recuerda:
«Tengamos una determinada determinación de nunca dejar la
oración».  Como los atletas que
entrenan para perseverar hasta el final; así nosotros, los atletas de Cristo,
que hemos emprendido el camino en los Ejercicios Espirituales, debemos luchar y
perseverar hasta el final de nuestra vida, sabiendo bien que la corona de
gloria le espera en el cielo al ganador!





16.  Hora
Santa
: La Hora de Poder — Estas son las palabras de arzobispo
Fulton J. Sheen.  Este gran «siervo
de Dios» fue fiel a su oración por más de cincuenta años — su Hora Santa
diaria —como sacerdote y obispo.  A pesar
de sus numerosos compromisos siempre hacía tiempo para su oración que él
llamaba, «¡La Hora de poder!»



 



17. Coloquio  — Una conversación de corazón a corazón con
Dios (Beato Cardenal Juan Enrique Newman). 
Siempre cierre su oración con una conversación con el Señor.  Pero igual puede haber un coloquio o muchos
en el tiempo de su oración.  Santa Teresa
de Avila dice que la oración es, ¡simplemente pasar mucho tiempo en silencio
con el Amigo que sé que me ama! 
¡Excelente!   ¡Es amistad con
Dios!



 

18.  Coloquio
Triple
— Jesús dijo a santa Faustina, que Dios se comunica con cada alma
de una manera distinta.   Tal como es
único un copo de nieve o una huella dactilar, cada persona tiene que aprender
su propio estilo de oración.  San Ignacio
nos invita a que hagamos un triple coloquio. 
Hable con María, y entonces concluya con un Ave María; después con Jesús
y rece el Anima Christi;  Finalmente
hable con el Padre celestial y acabe con el Padre Nuestro.






19.  Revisión
— Este paso es muy importante en una meditación ignaciana.  Consiste en repasar lo que ocurrió en su
meditación, específicamente, repase cómo fue que Dios habló con usted.  El estar consciente de esto y haciendo nota
de ello, puede ser de gran utilidad para conocer las distintas formas que Dios
se comunica con usted individualmente. 



San Maximiliano Kolbe


y la doble corona de pureza y martirio.




 20.  Maria
—  Según San Luis de Montfort, María es
la forma más rápida, más fácil y más eficaz para llegar a Jesús.  Todo a Jesús por medio de María.  Consagremos a María nuestra tiempo de
oración, la Madre de Dios, Madre de la Iglesia y Madre nuestra.





 
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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Feb 28 2013

EL FUTURO DE LA SOCIEDAD

Hoy más que nunca, es de vital importancia,
luchar por salvar a la familia. «La familia es la célula básica de la
sociedad», es la «Iglesia doméstica», es el fundamento sobre el
cual se establece toda la sociedad.  El
futuro de nuestros niños, adolescentes, sociedad y el mundo entero depende del
futuro de la familia. 

La historia ha demostrado, que cuando la
familia se encuentra bajo ataque y se empieza a desbaratar, el conjunto de la
sociedad se derrumba igual cae una casa inestable en un terremoto.  El estudio de la civilización griega y la
civilización romana comprueba este suceso; 
se ve que cuando la familia se encuentra en crisis, ¡en seguida la
sociedad entra en crisis y la civilización se derrumba!

Entonces, ¿cómo es que salvaguardando la
familia podemos luchar valientemente por el futuro del mundo?  He aquí algunas sugerencias claras y
prácticas.  Algunos de los puntos podrían
parecer muy obvios, pero con esta ola de paganismo, materialismo y hedonismo
que enfrentamos, ¡lo que parece ser obvio no siempre lo es!
1.  La
familia tradicional
— La familia la integran, el hombre y la mujer, cuando
se unen en el amor de Dios y en amor mutuo, en un vínculo mutuo y permanente
que es el sacramento del matrimonio, hasta que la muerte los separe.  La unión entre dos personas del mismo sexo
nunca ha sido un matrimonio o familia y nunca lo será ante los ojos de
Dios.  El libro de Génesis claramente
dice, que el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su esposa, y lo
que Dios ha unido que no lo separe el hombre.  
Dios creó a «Adán y Eva» y no «¡Adán y Estevan!» 

2.  Los
Hijos
—  Uno de los objetivos
principales del matrimonio es aceptar con voluntad y generosidad el don de
Dios, los hijos.  Que sublime y
hermosa es la palabra procreación — significa que ambos hombre y mujer
colaboran y cooperan con Dios, en la creación de una nueva persona humana,
quien vivirá en el tiempo y por toda la eternidad.  El hombre y mujer aportan la materia física,
y Dios infunde en el bebé, desde el momento de la concepción, lo espiritual (el
alma). ¿Qué empresa tan noble y tan sublime es la de ser padre y madre — ambos
colaboran y un día esa persona se reunirá con Dios en el cielo por toda la
eternidad.

3.  El
Sacramento del Matrimonio
— Una de las muchas plagas y epidemias
espirituales que se esparce en el mundo moderno, es la triste realidad que las
parejas viven juntas.  Los nombres y las
razones para este fenómeno son muchos.  
Los Nombres: 
«Cohabitación», «Matrimonio a prueba», «Vivir
juntos», «Union Libre» y »Amasiato». ¿La razón?  Claro, ¡la razón no viene de Dios sino del
enemigo!  El enemigo arroja sus mentiras
enveneno y causando daño.  Las razones
son estas:  «¡Tenemos que probar si
somos compatibles!», «¡No queremos cometer un grave error!»,
«Somos felices como estamos y conocemos muchas parejas que una vez que
casados, se separaron!»   Y en todo
esto, ellos viven juntos en estos efectos tóxicos:  Al vivir en pecado mortal, se apartan de la
vida sacramental, no pueden acudir a la confesión ni recibir la Sagrada
Comunión.  Si tienen hijos, están dando
escándalo a sus hijos (el mal ejemplo, el «Premio piedra de
molino»).  Finalmente, viven en un
estado de permanente fornicación, formando una esclavitud al pecado que les
ciega y nos les deja ver a Dios, el ruido del pecado les aturde forma
espiritual a tal grado que no escuchan ya la voz de Dios y el pecado les
esclaviza.  Lo peor de todo esto, si
mueren en este estado, impenitentes de pecado mortal, ¡podrían perder sus almas
por toda la eternidad!   Nada bueno sale
del pecado.  ¡Del árbol malo, solo sale
fruto podrido y agusanado! 

4. Un
matrimonio cristocéntrico y no egocéntrico
— El venerable arzobispo Fulton
J. Sheen, acuñó una frase sobre este tema del matrimonio, el dice: »Tres para casarse».   ¿Quiénes son estos tres?  El marido, la esposa y entre los tres el más
importante, ¡Jesús!   Jesús es el
«super-adhesivo» el »pegamento» que mantiene unida a la pareja y la
familia.  Cuando oficio una boda, en mi
homilía pregunto a los futuros esposos, »Que es lo mejor que ambos pueden
hacer el uno por el otro???»  Tomados
completamente por sorpresa, no saben que decir.   A lo cual, de forma clara y concisa, ¡yo les
doy la respuesta!  Lo mejor que Juan
puede hacer por María es enamorarse con Jesús cada día!  Y lo mejor que María puede hacer por Juan es
también enamorarse cada día con Jesús! 
Si ambos, esposo y esposa se deciden diariamente crecer en su amor por
Jesús, ¡entonces naturalmente también se enamorarán mutuamente y serán capaces
de impartir un amor noble y puro a los hijos que Dios les ha dado!  En otras palabras:  ¡Los matrimonios fracasan porque no son
cristocéntricos sino egocéntricos!» 

5.   Compromiso
permanente
—   En la ceremonia
matrimonial, la pareja solemnemente promete fidelidad con las siguientes
palabras: «Prometo serte fiel, en lo próspero y lo adverso, en la salud y
en la enfermedad, en las alegrías y las penas, hasta que la muerte nos
separe».  Esta promesa – hecha ante
el pueblo de Dios, ante el sacerdote quien representa a Cristo y ante la
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que presencian cada palabra,
cada acción y hasta las intenciones más secretas del corazón, ¡es algo
serio!  La palabra «separación»
o «divorcio» nunca debe pasar por la mente o peor aun, formar parte
de su vocabulario!  La palabra
«permanente» no significa parcial o temporal, ¡sino para siempre,
hasta que la muerte los separe!  En un
mundo donde — las palabras no valen y son baratas, hay promesas incumplidas,
los compromisos se toman con un grano de sal — más del 60% de los matrimonios
terminan en divorcio. Debemos luchar con más vigor y firmeza por la
estabilidad, la indisolubilidad y la permanencia del matrimonio.

Que la Sagrada Familia, Jesús, José y María,
con sus oraciones, ejemplo y testimonio de vida nos ayuden a vivir el
compromiso matrimonial hecho en el día del santo matrimonio.  El futuro de nuestros hijos, nuestros
adolescentes, nuestro país, la sociedad y el mundo en general depende del
futuro de la familia.  ¡Que Dios nos
ayude!
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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Feb 28 2013

COMBATE ESPIRITUAL

La palabra de Dios nos enseña que nuestra
vida en la tierra es un constante enfrentamiento, un combate.  Jesús nos dice, que si queremos seguirlo,
debemos estar listos para la batalla.  El
sacramento de la Confirmación fortalece en nuestra alma, los dones del Espíritu
Santo, y nos transforma en «Soldados de Cristo Rey».  Que nuestro grito de guerra sea el mismo de los mártires Cristeros de México, 
«¡Viva Cristo Rey!»

Es importante no desconocer que el diablo
existe y que tiene una elevada inteligencia (perversa), es sumamente astuto
y mañoso y está constantemente al asecho y no desvanece en su
propósito de tentarnos.  Pero, ¡Dios,
María, los ángeles y santos son mucho más poderosos que el diablo! 

El Siervo de Dios, el Papa Pablo VI nos dice respecto al diablo, que debemos evitar dos extremos.  El primer extremo es la
negación de la existencia el diablo.  De
hecho, ésta es una de las tácticas del diablo, hacer creer a la gente que él no
existe.  El otro extremo sería dar demasiada importancia al diablo.  Hay
personas que son alarmistas y temerosos, hablan más del poder del diablo que la
omnipotencia de Dios.  ¡Evitemos estos
dos extremos!

¡Armas espirituales para vencer al diablo!

¡VIGILANCIA!  Permanezcan alertas, despiertos y recen, para
que no sean puestos a prueba y para que no sean vencidos por las tentaciones
del diablo.  Esta fue la razón por la
cual los apóstoles cayeron, por la cual abandonaron a Jesús en el huerto — no
se mantuvieron despiertos en la oración.

CUANDO LLEGUE LA TENTACIÓN – ¡IDENTIFÍCALA Y VÉNCELA!  
Cuando llaga la tentación, puede ser muy útil, simplemente admitirlo, de
manera calmada decir:  «Me está
tentando el enemigo de Dios!» 
¡Nómbrala (dale nombre a la tentación)! 
¡Reconócela!  ¡Y domínala!  La mitad de la batalla está ganada cuando se
reconoce que el enemigo está atacando! 
Porque de lo contrario, ignorar la presencia del enemigo puede aumentar
su poder sobre nosotros!

EVITAR LA OCASIÓN PRÓXIMA DEL PECADO — A menudo somos tentados
porque nos ponemos en la zona del peligro.  
¡Recuerde los numerosos dichos! 
«No juegues con fuego!» y «Quien mal anda, mal acaba!»,
«Mal camino, no puede ir a buen lugar!»  Finalmente, «al mal vivir, mal
morir!»   Una de las razones del por
qué Eva comió del fruto prohibido fue porque estaba cerca del árbol del cual
Dios le había prohibido comer.

¡ESTADO DE DESOLACIÓN! — Según san
Ignacio, cuando nos encontramos en estado de desolación, nos debemos armar con:
más oración, más meditación, un examen de conciencia (para ver por qué estamos
en desolación) y debemos hacer alguna penitencia adecuada.  ¡Algunos demonios sólo pueden ser expulsados
por medio de la oración y la penitencia!

SACRAMENTALES — El uso adecuado de los sacramentales puede resultar muy eficaz
en la lucha contra el diablo; tres en particular: el escapulario de nuestra
Señora del monte Carmelo, la medalla de san Benito y el AGUA BENDITA.  Santa Teresa de Avila insiste en el uso del
agua bendita para expulsar al diablo de nuestra presencia.  ¿Por qué?  
El diablo, inflado de orgullo, no soporta y odia el agua bendita que es
pequeña y discreta. ¡En un exorcismo, se usa el agua bendita!
JACULATORIAS FERVOROSAS QUE PENETRAN EL CIELO —  Cuando el enemigo nos asalta, una oración
fervorosa, una oración breve y encendida de amor, un jaculatoria puede resultar
provechosa para que el enemigo huya. 
Algunos ejemplos de estas oraciones cortas y poderosas pueden ser:  ¡Jesús, en Tí confío…!   !Dulce corazón de María, se mi
salvación…!  ¡Señor, sálvame…!  ¡Señor ayúdame…!  y por supuesto invoquemos con fe y confianza
los santos nombres de Jesús, María y san José…
¡RECHAZAR INMEDIATAMENTE! — En el
combate espiritual contra la tentación, parte del problema es que actuamos de
forma lenta, con letargo y un animo anémico. 
La gracia de Dios siempre prevalecerá si utilizamos el arma de la
oración.  Pero de igual manera, debemos
unir nuestra voluntad a la gracia y valientemente rechazar la tentación desde
el inicio.  Con frecuencia las
tentaciones nos acorralan porque les abrimos la puerta, y una vez abierta, ¡el
diablo mete la cola y es difícil sacarlo!

PEREZA — Leemos en el diario de santa Faustina que en una ocasión el
diablo frenético rondaba los los pasillos buscando a quien tentar.  Por obediencia a Jesús, santa Faustina le
pregunta al diablo, cuando le era más fácil tentar, cuál era el mayor peligro
para las mojas, para hacerlas caer.  ¡A
regañadientes el diablo respondió, que era cuando las almas eran indolentes y
perezosas!  Todos hemos escuchado el
refrán: «¡El ocio es la madre de todos los vicios!»  Si no tenemos nada que hacer, el diablo nos
dará mucho que hacer. 

En cuanto concierne a los muchachos del
oratorio, el gran san Juan Bosco le tenía un temor mortal a la temporada de
vacaciones. ¿Por qué?  Porque cuando los
jóvenes tienen mucho tiempo libre, le abren el paso al diablo.  ¡Con qué frecuencia, al pecado lo precede
momentos de pereza y indolencia, horas de ocio o días de descanso!  Nuestra filosofía debería ser la de san
Alberto Hurtado, quien dice:  «Hay
dos lugares para descansar: el cementerio y el cielo.»  El presente es el momento de ocuparnos de
nuestra salvación con temor y temblor. 
Que el lema de san Benito sea el nuestro: «Ora y Labora…» — que significa, «¡Ora y trabaja!!!»

JESÚS NUESTRO MODELO POR EXCELENCIA:  Jesús en el desierto – ¡Sus 3 armas! — Desde luego, el ejemplo por excelencia es nuestro Señor
Jesús, quien dijo: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida».  Al final de los cuarenta días en el desierto,
el diablo vino a tentarlo.  Jesús con
fuerza y facilidad venció al diablo empleando tres armas.  Igual debemos aprender a emplearlas, y son:
la oración, el ayuno y la Palabra de Dios. 
En el desierto Jesús tuvo una vivencia de oración prolongada.  Jesús unió a esta oración el ayuno, en donde
por cuarenta días no comió nada.  Al
final de este tiempo, el diablo tentó a Jesús con la Palabra de Dios; Jesús
usando también la Palabra de Dios como flecha de cuchilla afilada, perforó  y destrozó los esfuerzos de Satanás.  Una prolongada oración ferviente, una constante
abnegación y conocer, meditar y poner en práctica la Palabra de Dios, son armas
eficaces para combatir y vencer a Satanás. 

TRANSPARENCIA con su director espiritual—  Una vez más, el maestro, san Ignacio, ¡acude
al rescate!  En la decimatercera Regla de
Discernimiento, el santo nos advierte que el diablo ansia el secretismo y la
clandestinidad.  Si el alma está en un
estado profundo de desolación, el abrirse a su director espiritual puede ser de
ayuda para vencer la tentación.  Si se
encierra en si mismo, es como tapar una llaga o herida con un curita. No es
hasta que se expone la herida al sol y que se aplica un antiséptico que se
cura, porque de lo contrario la llaga empeora, con gangrena o peor aun llegar
al grado de amputación.  Una vez que se
revela la tentación a un director espiritual capaz, se vence la tentación.  Veamos un relato de la vida de santa
Teresita.  Poco antes de profesar sus
votos, santa Teresita se encontraba abrumada por tentaciones, llena de dudas y
confusión, santa Teresita le reveló el estado de su alma a su superiora y
maestra de novicias.  Casi inmediatamente
la tentación desapareció, hizo sus votos y pasó a ser una de las más grandes
santas hoy día.  ¿Qué hubiese sucedido si
hubiese seguido el consejo del enemigo y hubiese mantenido en secreto el estado
de su alma?  Sin duda, no tendríamos a
santa Teresita de Lisieux, Doctora de la Iglesia

SAN MIGUEL ARCÁNGEL — En nuestra batalla contra Satanás, debemos utilizar todas las
armas en nuestro arsenal.  Dios escogió a
san Miguel Arcángel como el ángel fiel, príncipe de la milicia celestial, para
arrojar al infierno a Satanás y a los ángeles rebeldes. San Miguel, cuyo nombre
significa, «Quién como Dios», es igual de poderoso hoy como
ayer.  En medio una tempestad de
tentaciones, ¿por qué no levantar el corazón a san Miguel e invocarle?  Recemos la famosa plegaria:  «San Miguel Arcángel, defiéndenos en la

batalla…»  ¡O simplemente acuda a su
intercesión!  Desde las alturas del
cielo, la protección de san Miguel le ayudará a ser vencedor en el combate
contra el diablo.

 MARIA SANTISIMA. Como pueblo, los
mexicanos tienen una gran devoción a María, especialmente bajo el nombre de
nuestra Señora de Guadalupe.  Pero en
Guadalajara, México, además de venerar a María como nuestra Señora de Guadalupe
(Patrona de México y las Américas), también la honran con el nombre de:
«¡La Generala del Ejercito»! 
En nuestra lucha contra la serpiente antigua, en Génesis, capítulo 3,
versículo 15, se le rinde homenaje a la mujer que aplasta la cabeza de la
serpiente.  «Pondré enemistad entre
ti y la mujer entre su descendencia y la tuya; 
Ella te pisará la cabeza, mientras tú herirás su talón.»
(Gen
3:15)  De hecho la serpiente antigua, el
diablo, puede tirar hacia nosotros con su lengua venenosa, pero con plena
confianza en María, sabemos que ella aplastará su cabeza. ¡Viva Cristo
Rey!  ¡Viva la Virgen de Guadalupe!

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Feb 25 2013

COMBATE ESPIRITUAL CONTRA SATANÁS Y LOS DEMONIOS

En la tierra, la vida es un constante
combate, una guerra, un lucha, una resistencia contra tres enemigos:  el diablo, la carne y el mundo.  Hasta el momento de nuestro último suspiro,
estamos en una constante lucha contra el mal.  Trabajemos hoy arduamente y luchemos con valentía para un día descansar en el cielo por toda la eternidad.  Este es
el plan de trabajo y la estrategia de los santos, nuestros hermanos y hermanas
en el cielo.

No olvidemos, que el diablo nunca
duerme.  Él trabaja 366 días al año, 8
días a la semana, 25 horas al día.  En
verdad, nunca se toma unas vacaciones; y cuando  nosotros vamos  de vacaciones,
él nos acompaña. Este escrito dará los distintos nombres del diablo, tomados de la Biblia y de los santos.  Se desarrollarán cinco cosas que el diablo
utiliza para meterse a nuestra vida, para tentarnos y sumergirnos en el
pecado.  Los Padres del Desierto de forma
insistente nos recordaban de la importancia del autoconocimiento.  Este conciso pero penetrante axioma puede ser
una luz para nosotros en la defensa contra el demonio:

¡Conócete!  ¡Conócete!  ¡Conócete!

Nombres del diablo — A través de la historia, la Biblia y los santos han dado
nombres al diablo.  Para comenzar,
veremos los nombres que la Biblia da al diablo: 
Satanás, Lucifer (portador de luz), demonio, diablo, príncipe de este
mundo, la antigua serpiente y el acusador. 
Jesús llama al diablo, »Un mentiroso y asesino desde el principio» (Jn
8) y Belcebú, que significa »dios de las moscas».

Vocabulario de los santos —  Los santos tienen su
forma de llamar o describir al diablo. 
Cada nombre manifiesta una descripción o dimensión del diablo.  San Agustín lo llama, un perro rabioso atado
a una cadena.  Santo Tomás de Aquino,
famoso por sus concisas definiciones teológicas, lo define por su función,
«¡El tentador!»  San Ignacio de
Loyola, quien nos dio la meditación de las Dos Banderas (El combate mortal
entre Jesús y Satanás), le llama, «el enemigo de nuestra naturaleza
humana».  San Martín de Tours le
describe como «la bestia sangrienta». 
Finalmente, el Príncipe de los Apóstoles, san Pedro, llama al diablo
«un león rugiente que busca a quien devorar…»  Tanto los nombres bíblicos como nombres que
los santos han acuñado, nos ayudan a entender la intención malévola del diablo. 

El objetivo del diablo —  El diablo tiene un odio
intenso a Dios.  Por eso, el diablo odia
todo lo que Dios ama.  De toda la
creación de Dios, el hombre es la corona de la creación — el hombre y la
mujer.  El diablo odia a la persona
humana quien es creada a imagen y semejanza de Dios.  La intención y el objetivo del diablo es
destruir al hombre, tentándole para que caiga en el pecado — sobre todo, el
pecado mortal, y lo tienta a que caiga repetidamente en pecado mortal, porque
así, se convierte en hábito, o más bien, en vicio.  El vicio esclaviza, encadena, adiciona,
aprisiona, para que cuando la persona muera en este estado, pierda a Dios por
toda la eternidad, será condenado al fuego del infierno, será eternamente
torturado y atormentado por el mismo diablo. 
Lo horrible que es esto, ¡pero cierto! 
Debemos conocer el objetivo del diablo para luchar valientemente contra
sus ataques.

¿CUANDO LANZA SUS ATAQUES EL DIABL?

 
SIEMPRE. Como dicho anteriormente, aunque nosotros
descansamos y a veces demasiado, ¡el diablo nunca duerme, no descansa!   Nunca debemos bajar la guardia y decir,
«no hay moros en la costa, reina la calma, todo está tranquilo, el diablo
no nos puede atacar».  Jesús con
palabras y parábolas constantemente nos advierte: ¡Velad! ¡Estén alerta!  ¡Estén atentos!  Vendrá como ladrón en la noche, cuando menos
lo esperes.  En el jardín de Getsemaní,
Jesús advirtió a sus apóstoles, «Velen y oren, para que no caigan en
tentación, que el espíritu está dispuesto pero la carne es débil».

DESOLACION.  En
las Reglas de Discernimiento, san Ignacio de Loyola nos advierte sobre el
estado de desolación. ¿Qué es la desolación? 
Veamos lo que dice el mismo san Ignatius: «Oscuridad del alma. 
Agitación del espíritu, inclinación a lo que es bajo y terrenal,
inquietud debida a las muchas perturbaciones y tentaciones que conducen a la
falta de fe, falta de esperanza, falta de amor. 
El alma está en un estado de pereza total, tibia, triste, y separada,
por así decirlo, de su Creador y Señor…» (Reglas de Discernimiento, Regla 4,
San Ignacio de Loyola)
.  Cuando el
alma se encuentra en este estado, es entonces que somos blanco para el diablo,
que por cierto todos pasamos por esto. 
Debemos conocer que armas espirituales y estrategia emplear para entrar
en combate mortal contra el enemigo.  De
lo contrario, ¡el diablo nos vencerá con sus artimañas y engaños!

CANSANCIO Y AGOTAMIENTO  No pienses que porque está enfermo, cansado o fatigado, que el diablo
está también enfermo y cansado de atacarle! 
Al contrario, cuando le ve agotado, sin energía y desgastado, agrupa sus
fuerzas y ¡redobla sus maniobras para matar!  
Es doblemente necesario mantenerse vigilante y alerta espiritualmente.
¿LASTIMADO?  El buitre es un ave carnívoro que se
aprovecha de la debilidad de los animales. 
Es particularmente cierto, que los buitres detectan cuando un animal
está herido, incluso podría ser una persona humana.  Cuando el buitre detecta un animal con alguna
herida abierta y que está por morir, ¡el buitre se prepara para el ataque con
otros buitres, vuelan y rondan a su víctima, descienden para matar y devoran
sin piedad!  Como el buitre, el diablo
sabe bien cuando la persona está herida. 
Una herida podría ser cuando la persona esta: llena de ira, amargura,
venganza, indispuesta a perdonar o lista para vengarse.  La persona es presa fácil para la astuta
»serpiente antigua», para el »perfecto mentiroso», que se insinúa,
persuade, seduce, tienta y derrota.  
PUNTO DEBIL.  Para ver de qué forma nos ataca el diablo,
veamos como analogía la conocida serie de Superman.  El personaje de Superman tenía una fuerza
sobrehumana: volaba, corría a fuertes velocidades, brincaba paredes y edificios,
y tenía una fuerza hercúlea.  Sin
embargo, si se le exponía a cierto elemento químico (ficticio), sus fuerzas se
agotaban completamente.  Este elemento
químico era kriptonita.  Cuando Superman
tenía contacto con kriptonita, era débil, era vulnerable como cualquier otro
ser humano.  La kriptonita era su
«punto-débil».  Vemos
nuevamente la decimacuarta regla de discernimiento de san Ignacio.  San Ignacio describe al diablo como un
comandante, el líder de un ejército.  Él
diablo se instala cerca de donde quiere conquistar; ¡una vez que el diablo
descubre el punto débil, se lanza al ataque para saquear, para matar y para
huir con el tesoro!  Por lo tanto, ¡le
incumbe a todo seguidor de Cristo Rey conocerse a si mismo, conocer su
debilidad, conocer su «kriptonita» para protegerse y evitar una
catástrofe moral!

En el siguiente artículo, se presentarán
pasos prácticos (armas espirituales) en la lucha contra el diablo, para pelear
la buena batalla y para evitar sus asechanzas en el camino al cielo.

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

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