Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)

Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana

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May 21 2018

FROM HUMDRUM TO HOLY | LIBRO DEL P. ED BROOM, OMV


FROM HUMDRUM TO HOLY
P. ED BROOM, OMV (P. Escobita)

PASAR DE ORDINARIO Y MONOTONO A SANTO EXTRAORDINARIO
“Barriendo” el polvo que nos impide ser santos.

La publicación de mi primer libro tuvo su gran debut – gracias a la editorial Sofia Press – con el titular llamativo: From Humdrum to Holy.  La finalidad de esta pequeña y humilde obra fue, es, y será, motivar a todos a salir de una vida rutinaria de mediocridad, tibieza y anemia espiritual y vivir lo que Dios quiere de nosotros – que seamos santos – mejor dicho, ¡grandes santos!

El Libro de Apocalipsis contiene uno de los pasajes de carácter más desafiant, incluso podríamos decir, severo y aterrador.  El leer y reflexionar sobre este pasaje debería motivarnos a salir del lodazal de la pereza y desidia, debería despertar en nosotros un gran anhelo de llegar a ser santos, como es santo nuestro Padre Celestial. Consideremos con espíritu de oración este pasaje que es una exhortación a la Iglesia de Laodicea:

“Esto es lo que dice el amén, el testigo fiel y veraz, el principio de la creación de Dios. Conozco tus obras: no eres ni frío ni caliente. Ojalá fueses frío o caliente.  Pero porque eres tibio, y no eres ni frío ni caliente, te voy a vomitar de mi boca.” (Ap 3, 14-16)

En este ensayo, me gustaría abordar nuevamente el importante tema del llamado universal a la santidad y ofrecer cinco vías cortas, claras y prácticas para pasar de cristianos ordinarios a cristianos extraordinarios y santos, para pasar de una vida de tristeza y mediocridad y anémica a una vida imbuida de un ardiente deseo de implementar imperativo de Jesús el Santo de santos: “Sed santos como vuestro Padre celestial es santo” (Mt 5,48)

MENSAJE ESENCIAL.  Con la mirada fija en Jesucristo nuestro Señor y Salvador, abordemos esta reflexion conociendo a los amigos de Jesús – los santos.  Ellos son el prisma de su amor, ellos siguieron sus pasos y ahora son deslumbrantes ejemplos de virtud y estrellas luminosas en el firmamento del cielo.

1. LOS HOMBRES Y MUJERES SANTOS NO SIEMPRE FUERON SANTOS, PRIMERO PECADORES Y LUEGO SANTOS. Cuando era niño pensaba equivocadamente que los santos nacían santos, creía que no tenían pruebas ni tentaciones, ni pecaban como todos los demás, incluso pensaba que no tenían necesidad de ir al baño o hacer cosas cotidianas como ducharse. Esta noción errónea e infantil se disipó en el aire después de leer las vidas de los santos. Mencionaremos a algunos santos que eran notoriamente pecadores:  María Magdalena, el buen ladrón, san Agustín, san Ignacio de Loyola, Margarita de Cortona (conocida como la segunda Magdalena), Camilo de Lelis, y san Pedro (su triple negación).  Todos ejecutaron los efectos del pecado original al cometer cuantiosos pecados. No obstante, el amor de Dios llegó a su encuentro, los conquistó y los convirtió en grandes amigos – santos – de Dios. Estos hombres y mujeres fueron grandes pecadores, pero llegaron a ser santos y nos dan esperanza de que tu y yo lo podemos lograr! ¡Somos pecadores, llamados a ser santos! Jesús dijo a Santa Faustina Kowalska – Diario de la Divina Misericordia en mi alma – “Que los más grandes pecadores pongan su confianza en Mi…Los mayores pecadores podrían convertirse en grandes santos si confían en mi misericordia.” ¡Pongamos toda nuestra confianza en la infinita misericordia!

2. LOS SANTOS, DESPUES DE CAER PONIAN MAYOR EMPEÑO EN VOLVER A DIOS. No es que los santos hayan vivido una vida libre de pecado, pero sí podríamos destacar un común denominador o podríamos llamarle, un sello distintivo entre ellos.  Y es este, si caían en pecado, no se quedaban perdidos inmóviles en él, mas bien regresaban a Dios con mayor empeño, y esta es la clave para lograr la santidad: si caemos, no nos quedemos en el lodo revolcándonos en le fango, más bien humildemente reconozcamos que hemos caído, y volvamos a Dios; si le parece esta analogía, seamos como una pelota que cae y rebota inmediatamente. El Padre fundador de los Oblatos de la Virgen María nos anima con esta frase en latín – “Nunc Coepi” – que significa, “ahora comienzo”.  En el sentido moral, después de una caída, el arrepentimiento y el regreso a Dios, este es el ejemplo que nos presenta la Sagrada Escritura en la parábola del Hijo Prodigo. Al regresar a la casa del Padre, comenzamos una nueva existencia, una nueva vida en la vida de gracia. Jesús comunicó a santa Faustina que el pecado más grande es no confiar en la misericordia de Dios.  Aunque caigamos, podemos regresar a Dios, podemos confiar plenamente en el amor y la misericordia de nuestro Padre Celestial.  San Pablo en la carta a los Romanos dice: “Donde abunda el pecado, sobreabunda la misericordia de Dios” (Ro 5, 20)

3. CON UNA PEQUEÑA AYUDA DE MIS AMIGOS. Estas palabras – con una pequeña ayuda de mis amigos – esta frase tiene su origen en una canción muy conocida de los Beatles, por qué aplicarlas a la ayuda que nos pueden brindar los santos que ahora están gozando del cielo.  Los santos de verdad son nuestros amigos, y podemos contar con su poderosa intercesión ya que ahora están en el cielo con Dios, alabando y adorándolo por toda la eternidad, pero igual tienen una presencia activa y real en el mundo y nuestra vida.  Es importante solicitar siempre la intercesión de los santos que ellos gozan cuando pedimos su intercesión y por así decirlo, los “mantenemos ocupados”. Formemos el buen habito de rezar a ellos habitual y constantemente y recurrir a los amigos de Dios en nuestras necesidades. ¿Acaso no sabemos que los santos nos aman y nos aman más cuando los recordamos y pedimos su ayuda? No demoremos más, ¡pidamos siempre a nuestros amigos su ayuda!

4. CONOCER, SEGUIR, IMITAR. – Debemos conocer quienes fueron estos nobles hombres y mujeres de Dios.  ¿Quieres saber cómo?  ¡Simplemente leyendo!  Lee las vidas de los santos, podrías incluso preguntar a tu guía o director espiritual. Lo importante es conocer las vidas de los santos por medio de la lectura para conocerlos y emprender una entrañable amistad con ellos.  Conforme leamos más, y conozcamos más, más los admiraremos y emprenderemos un dialogo con ellos, y más los amaremos como amigos e intercesores.  El Catecismo de la Iglesia Católica dice que los santos nos pueden ayudar de dos formas, una, con su poder de intercesión ante el trono de Dios, y, dos, sus vidas nos sirven para motivarnos a querer imitar sus virtudes. Todos necesitamos modelos, ¡que mejor modelo que las vidas de los santos de Dios!

5. CELEBRAR CON ORACION, GOZO Y COMUNION. – Otra manera de celebra la vida de los santos es acudir a la santa Misa el día en que la iglesia celebra la fiesta de uno de los santos. Podrías incluso cada semana ver el almanaque y ver que santos se celebran esa semana, y luego, ir a Misa y participe plena, activa y conscientemente en la santa Misa. Recibirás muchas gracias al comulgar si tu alma está bien dispuesta y si comulgas en honor a los santos. ¡Ruega a Nuestro Señor y a su Madre Santísima que te hagan un gran santo! Que María santísima, Reina del cielo y de la tierra, Reina de los ángeles y de los santos, obtenga para todos nosotros un ardiente deseo de vivir cada día el imperativo divino: “Sean santos, como es es santo vuestro Padre celestial”. (Mt 5, 48) Sacudamos el polvo y barramos nuestra alma de todo escombro de tibieza y mediocridad, luchemos por mantener viva la llama de amor del Espíritu Santo que guardaban celosamente los santos para así prender este fuego divino en todo el mundo. Pongamos en practica las palabras de san Ignacio a san Francisco Xavier: “Ve y prende fuego al mundo entero”.


El padre Ed Broom, OMV (Oblato de la Virgen María), conocido también como Padre Escobita, fue ordenado sacerdote por san Juan Pablo II en 1986. Es asistente del párroco en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens (California). Allí imparte retiros, da los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, organiza y dirige su propio programa de radio y televisión en Guadalupe Radio –Barriendo Conciencias.

 

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS · Tagged: From Humdrum to Holy, santos, virtud

Abr 02 2018

LA VIRTUD TEOLOGAL DE LA ESPERANZA

Al recibir el sacramento del Bautismo, nuestra alma recibe dones extraordinarios, entre ellos, las virtudes teologales de fe, esperanza y caridad. Estas virtudes, semillas sembradas en el terreno de nuestra alma, deben cultivarse con esmero, porque de lo contrario, la cizaña empieza a crecer y a sofocar la semilla y acaba por matarla.

La esperanza es una de las virtudes más atacadas en la sociedad moderna. El Catecismo de la Iglesia Católica nos ofrece una magnífica descripción de esta virtud teologal:

La esperanza es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo. “Mantengamos firme la confesión de la esperanza, pues fiel es el autor de la promesa” (Hb 10, 23) “El Espíritu Santo que Él derramó sobre nosotros con largueza por medio de Jesucristo nuestro Salvador para que, justificados por su gracia, fuésemos constituidos herederos, en esperanza, de vida eterna” (CIC #1817)

Meditemos estas palabras inspiradas, fuente de riqueza y de aliento, imbuidas de esperanza y ungidas por el Espíritu Santo.  Presentaremos diez temas para su meditación…

  1. DIOS CON NOSOTROS.  Dios está con nosotros; Dios nos ha dado la victoria. San Pablo dice con elocuencia alentadora: “Si Dios con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?; el salmista dice “Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra” y el salmo más conocido, salmo 23, igual nos consuela: “El Señor es mi pastor, nada me falta.”
  1. EL PODER DE LA ORACIÓN; LA ORACIÓN FUENTE DE ESPERANZA Y FUERZA. Cuando los israelitas lucharon contra los amalecitas, Moisés subió a la cima de la montaña para ver la batalla, y desde lo alto del monte, oraba con sus manos en alto. El ejército ganaba la batalla mientras Moisés mantenía sus brazaos en alto, pero cuando las bajaba por su cansancio, dominaban los amelecitas. Dice la Palabra de Dios: “Y como a Moisés se le cansaban los brazos, tomaron una piedra y se la pusieron debajo; Moisés se sentó en ella, mientras Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado. De esta manera los brazos de Moisés permanecieron levantados hasta la puesta del sol, y Josué derrotó al ejército de los amalecitas a filo de espada. (Ex 17, 11-13) Esta acción lograron su meta, la victoria de de los Isrealitas! ¿A qué conclusión podemos llegar? ¡Nuestra esperanza y nuestra fuerza está en una ferviente y dinámica vida de oración!
  1. SI CAES, NO TE QUEDES POSTRADO… ¡LEVÁNTATE!   Solo Dios es perfecto; las Sagradas Escrituras dicen: “Siete veces cae el justo.” El mayor problema no es tanto la caída del hombre, sino en su resistencia, su falta de voluntad para levantarse. San Junípero Serra, fiel y celoso misionero que evangelizó incansablemente y fue canonizado recientemente dijo: “Siempre adelante, siempre adelante, y nunca atrás…”
  1. ¡PASAJE BÍBLICO POR EXCELENCIA! Lucas 15 es el que mejor expresa el sentido de lo que esa idea y lo hace en palabras muy sencillas de comprender; es la parábola del Hijo Prodigo, o si prefiere, la parábola del Padre Misericordioso. Esta parábola nos deja ver que a pesar de nuestras fallas, ahí están los brazos amorosos de Nuestro Padre Celestial para abrazarnos y levantarnos. San Pablo nos esclarece esta verdad con estas palabras alentadoras: “Donde abunda el pecado, sobreabunda la misericordia de Dios.”
  1. LOS SANTOS, NUESTROS ANIMADORES ESPIRITUALES. El mundo actual se caracteriza por por una soledad aplastante. Aunqe millones viven en las grandes ciudades, el número de ellos sufre de soledad, carecen de amigos o de alguien que les tienda la mano. Pero no estamos solos, porque pertenecemos a la Iglesia, a una gran familia. La Iglesia se compone de tres partes, la Iglesia Purgante, las benditas almas del purgatorio; la Iglesia Militante, la componen los que luchan en su camino al cielo; y la Iglesia Triunfante de Cristo en el Cielo a quien llamamos – los santos. Es este tercer grupo, los santos, quienes son nuestros animadores, nos alientan y animan; su intercesión, su ejemplo y su amor a Dios son siempre un constante recordatorio de que no estamos solos en la batalla, tenemos la compañía de los poderosos amigos de Dios. Esta realidad debería llenarnos de esperanza y añoranza de llegar al cielo!
  1. DIVINA MISERICORDIA. Otro rayo luminoso que rompe las tinieblas y es abrigo de esperanza es la doctrina dada y enseñada por Jesús a santa Faustina Kowalska. Dios la escogió para transmitir el mensaje de la Divina Misericordia a todo el mundo. Santa Faustina fue la primera santa canonizada en el nuevo milenio por san Juan Pablo II en el año 2000. El mensaje es consolador y se dirige a todo hombre: La misericordia es el atributo principal, supremo y más calificativo de Dios. ¿Qué es la misericordia? Es el amor ilimitado y desbordante de Dios perdonando al pecador; hasta el más grande pecador puede llegar a ser el más grande santo si tan solo CONFÍA en la misericordia infinita de Dios. Roguemos sin cesar, ¡JESÚS EN TI CONFIO!

Santa Misa

  1. LA SANTA MISA Y LA SAGRADA COMUNION. Dios deja brillar sobre nosotros sus dones y bendiciones como rayos del sol del medio día. Entre ellos, el Don de dones es Jesús mismo en la Sagrada Eucaristía. Jesús está presente en la Misa y en la Eucaristía “verdadera, real y sustancialmente”. ¡Qué don! Cada día, en cada misa Jesús el Hijo de Dios nace en las manos del sacerdote como sol de la mañana; Jesús el “Pan de vida” baja al fondo de nuestro corazón cuando recibimos la santa Comunión. Teniendo esta realidad ante los ojos debería llenarnos de gozo y esperanza en esta vida y el la vida por venir con Jesús. La promesa de Cristo está llena de esperanza: “Yo soy el Pan de vida, el que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. (Jn 6) La misa diaria y la comunión es la fuente de nuestra esperanza de la vida eterna!
  1. LOS BUENOS SAMARITANOS EN EL SENDERO DE LA VIDA. Dios en su infinita bondad nos manda a buenos samaritanos, ¡que poderosa fuente de esperanza! Vuelva a fijarse en momentos anteriores de su vida en espíritu de oración, y reconozca las veces que Dios en su divina providencia le mandó un buen samaritano justo cuando la barca de su vida está por sumergirse. Nuestro Dios no es un dios lejano, impersonal o ajeno a nosotros, el caso es nuestro Dios se encarnó, se hizo hombre justamente para salvarnos, para estar con nosotros, para que pudiésemos sentir su cercanía. Dios nos manda incesantemente, pequeños recordatorios de su presencia a través de los Buenos Samaritanos que nos ayudan a llevar nuestra carga y nos conducen a un lugar seguro. Reconociendo el bien que nos han hecho, debemos también ser buenos samaritanos para otros y hacer el bien.
  1. EL TENUE REFLEJO DEL CIELO ANTE NUESTROS OJOS. Para robustecer la virtud de la esperanza, debemos comprender más profundamente y no perder jamás de vista que nuestro destino eterno es ante todo es el cielo!   Jesús promete: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros (Jn 14, 2-3) ¡En la casa de Dios hay un lugar especial preparado para ti y para mi! La vida es muy corta, así nos lo recuerda el salmista: “El hombre, como la hierba son sus días; florece como la flor del campo, que pasó el viento por ella, y pereció, y su lugar no la conocerá más. (Salmo 103, 15) “Tengamos por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” (Ro 8, 18)   Pidamos a Dios que logremos entender esta recompensa, así nos dice San Pablo: “Ni ojo vio, ni oído oyó, ni pasó al hombre por pensamiento cuales cosas tiene Dios preparadas para aquellos que le aman.” (1 Cor 2: 9) Examina dice san Agustín lo que es la eternidad; la vida en comparación con la eternidad es un abrir y cerrar de ojos; qué efímera es nuestra la vida!
  2. LA VIRGEN MARÍA: NUESTRA VIDA, DULZURA Y ESPERANZA. San Bernardo, el doctor melífluo, gran enamorado de la Virgen María le dedicó a una hermosa poesía, Stella Maris, en donde maravillosamente presenta nuestra vida una barca pequeña y frágil en medio del mar tempuestuoso de la vida; el capitán está en le timón de la nave con la mirada fija el la estrella que brilla en el firmamento que le conducirá a la orilla del mar en medio de la oscuridad; la Estrella del mar conducirá a todos al puerto de salvación. El llamado es para todos, fijemos nuestra mirada en Nuestra Señora, Stella Maris, que por medio de su poderosa presencia llegaremos salvos al puerto de salvación. Por lo tanto, queridos amigos de Jesús y María, aferrémonos a la virtud de la ESPERANZA. Dios está con nosotros, la vida es dura, pero dura poco, y el cielo es para siempre. Imploremos a Nuestra Señora que nos colme de esperanza: “Dios te salve, Reina y Madre, madre de misericordia, vida y dulzura, esperanza nuestra…”


El padre Ed Broom, OMV (Oblato de la Virgen María), conocido también como Padre Escobita, fue ordenado sacerdote por san Juan Pablo II en 1986. Es asistente del párroco en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens (California). Allí imparte retiros, da los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, organiza y dirige su propio programa de radio y televisión en Guadalupe Radio –Barriendo Conciencias.

 

 

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Jul 12 2017

PRACTICAR LA VIRTUD DE LA HOSPITALIDAD

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Padre Ed Broom, Oblato de la Virgen María, es vice-párroco en la parroquia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens, California. Para leer artículos o escuchar audios en inglés o español, por favor vaya a www.fatherbroom.com

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: Podcast · Tagged: hospitalidad, virtud

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