Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)

Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana

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Jul 29 2021

BENDICIONES QUE BROTAN DE LOS SALMOS

A lo largo de los siglos, innumerables hombres y mujeres se han enriquecido con el rezo de los Salmos. En efecto, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, sanos y enfermos, laicos, sacerdotes, religiosos y almas consagradas han gozado de innumerables bendiciones mediante los salmos.

Las bendiciones que brotan de los Salmos abundan, desbordan y son perennes. Es por ello que conviene que dediquemos tiempo, esfuerzo y reflexión a recordar estas copiosas bendiciones. Puesto que hemos aprendido de los Salmos: «Dad gracias al Señor porque es bueno; su misericordia es eterna» (Sal. 107:1), demos un resonante agradecimiento a Dios por habernos enriquecido con la oración de los 150 Salmos.

Este escrito podría convertirse fácilmente en una oración, concretamente en una oración de acción de gracias, ofreciendo al Señor una actitud de agradecimiento. En efecto, imitemos a aquel leproso que volvió a dar las gracias a Jesús, de los diez que fueron curados por el Médico Divino, y postrémonos en espíritu ante el Señor para rendirle un sincero ¡¡¡GRACIAS, SEÑOR!!!

.LAS INNUMERABLES BENDICIONES QUE BROTAN DE LOS SALMOS

  1. APRENDER EL ARTE DE LA ORACIÓN: EL MEJOR LIBRO DE ORACIÓN

Queridos amigos en el Señor, de todos los libros de oración jamás compuestos, el Libro de los Salmos es el «Libro de Oración por excelencia». Nunca ha habido un libro de oración más perfecto para los principiantes, así como para los expertos y personas muy avanzadas en la vida espiritual, que el Libro de los Salmos. Todas las expresiones más nobles del arte de la oración están expresadas en los Salmos. De hecho, los Salmos son un verdadero regalo de Dios para toda la humanidad.

2. ENCUENTRO CON EL ESPÍRITU SANTO.

Es cierto que Dios se valió del rey David como instrumento clave para componer los Salmos, no obstante, el autor principal del Libro de los Salmos es Dios mismo, el Espíritu Santo. Siendo así, al rezar los Salmos nos encontramos con el Espíritu Santo y su manera de comunicarnos cómo debemos hablar con Dios. Los Salmos pueden transformarnos cada vez más en instrumentos dóciles en manos del Espíritu Santo.

3. APRENDIENDO EL ARTE DE LA ORACIÓN – DIVERSOS MODOS DE ORACIÓN.

Santa Teresa de Ávila define la oración de manera simple como dos amigos pasando tiempo a solas en el arte de la comunicación. Los amigos íntimos suelen comunicarse en diversos niveles. Pues bien, dado que Dios quiere ser nuestro mejor amigo, los Salmos nos enseñan estos diversos modos de expresión, diversos modos o niveles de comunicación. Los siguientes son ejemplos de algunos de estos modos: la alabanza y la adoración, la admiración y el asombro, la acción de gracias abundante, la contrición y el dolor, la súplica y la petición, la oblación y la ofrenda de sí mismo, y la expresión honesta de los miedos, las preocupaciones, las ansiedades y las dudas. Los buenos amigos pueden expresarse con un amigo íntimo en todos estos niveles. Lo mismo puede hacerse con Dios. Los Salmos nos ofrecen un método, un modelo y un catalizador sublimes.

4. LOS SALMOS COMO ORACIÓN LITÚRGICA: LA LITURGIA DE LAS HORAS.

Cuando se rezan en el entorno de la Liturgia de las Horas, los Salmos rezados como tales pasan a formar parte formal de la Oración Oficial de la Iglesia. Esto nos ayuda a rezar por la Iglesia en general, así como por las necesidades, la conversión y la santificación del mundo entero.

5. ORAR SIEMPRE.

Jesús introdujo la parábola de la viuda insistente (Lc. 18, 1-8), para mostrar a sus discípulos que es necesario rezar siempre y no desfallecer. Uno de los principales aspectos y bendiciones que se desprenden de la Liturgia de las Horas es la urgente exhortación del Señor a rezar no sólo esporádicamente, sino a esforzarse por rezar constantemente. La Liturgia de las Horas ofrece cinco momentos diferentes del día en los que se nos invita a rezar, para santificar estas diferentes horas del día.

6. DISCIPLINA EN LA ORACIÓN.

San Ignacio en los Ejercicios Espirituales afirma que el objetivo o propósito principal de hacer los Ejercicios Espirituales es que podamos «ordenar lo desordenado en nuestras vidas, para que podamos descubrir la voluntad de Dios en nuestras vidas y llevarla a cabo». Rezar los Salmos de forma ordenada, metódica y sistemática nos ayuda a tener una mayor disciplina en nuestra vida, una mayor armonía, así como la capacidad de realizar nuestro trabajo con mayor perfección.

7. A IMITACIÓN DE LA SAGRADA FAMILIA.

Si nos transportamos a la época de la Sagrada Familia, Jesús, María y San José, nos daremos cuenta de que cada miembro de la Sagrada Familia rezaba los salmos. ¡Qué mejor objetivo en nuestras vidas que esforzarnos por imitar a Jesús, María y San José, sobre todo en el arte y la práctica de la oración! Es muy probable que Jesús, María y San José rezaban los Salmos en familia, en la Sinagoga, de camino al Templo, en el Templo de Jerusalén, así como personal y privadamente. ¡Qué inspirador y consolador es saber que rezamos los Salmos -las oraciones- que Jesús, María y San José rezaban constantemente!

8. EXCELENTE PREPARACIÓN PARA LA LITURGIA DE LA SANTA MISA.

Las gracias y las bendiciones abundan aún más. Las gracias que fluyen de los Sacramentos, especialmente de la Santa Misa, son infinitas. Sin embargo, las gracias que recibimos dependen de nuestra disposición. En teología, esto se denomina gracia dispositiva. Por lo tanto, cuanto mejor sea la preparación y la disposición para la Misa y la Comunión, más abundante será el flujo de gracias. Dicho esto, la oración de la Liturgia de las Horas antes de la Santa Misa, y como preparación a la Misa, puede ser un medio muy seguro y eficaz para ayudarnos a obtener abundantes frutos de la mayor oración del mundo, el Sacrificio del Calvario renovado, el Santo Sacrificio de la Misa.

9. LA SANTIFICACIÓN PERSONAL, ECLESIAL Y FAMILIAR.

Todos son llamados a la santidad, a ser santos. Las palabras de Jesús son contundentes, claras y convincentes: » Sean santos como su Padre celestial es santo». (Mt. 5,48) La santidad brota del contacto con Dios. La oración ferviente y la vida sacramental son dos de las fuentes más poderosas de la gracia. Para reiterar, el Libro de los Salmos es el «Libro de la oración, por excelencia». Sin duda, si se rezan los Salmos de forma metódica, sistemática, ferviente y atenta, uno de los frutos más soberbios será el crecimiento en la santidad.

10. FUENTE INEFABLE DE CONSUELO.

Habrá momentos en nuestra vida en los que nos encontremos en un estado de desolación. O sea, cuando sentimos que una nube de tristeza, de oscuridad, de soledad, incluso una sensación de inutilidad invade nuestra vida; es en esos momentos cuando los salmos pueden consolarnos con estas o parecidas palabras: «El Señor es mi Pastor, nada me faltará… Aunque camine por valles oscuros, tú estás a mi lado con tu vara y tu cayado». (Salmo 23: 1, 4) ¡Cuánta verdad! Muchos de los Salmos, y especialmente el Salmo 23, pueden servir de luz en medio de las tinieblas, de esperanza cuando nos rodea la desesperación, de apoyo cuando parece que todos y todo está a punto de derrumbarse y sumergirse en la ruina. En medio de la desolación, abrir nuestro corazón a uno de los muchos salmos puede animarnos y convencernos de no abandonar la lucha, sino de luchar, de confiar más confiadamente en el Señor, que está conmigo en todo momento con su vara y su bastón, para guiarme y conducirme por caminos rectos.

Para concluir, les invitamos a todos a emprender la nobilísima iniciativa y empresa de rezar los salmos con regularidad. Rezadlos de la manera que discernáis que es la mejor para vosotros. Consulta a tu Director Espiritual, si lo tienes. Los salmos pueden rezarse desde la Biblia o en el contexto de la Liturgia de las Horas. Pueden rezarse en comunidad con la Iglesia o en tu tiempo de oración privada. Los salmos pueden rezarse por la mañana, a mediodía, por la tarde o incluso antes de acostarse. La clave es simplemente ésta: rezar los Salmos. Si se rezan con fervor y con regularidad, Dios te bendecirá abundantemente con paz, alegría, visión espiritual, crecimiento en la santidad y un camino seguro en la carretera del cielo. Concluyamos con el salmista: «Dad gracias al Señor porque es bueno; su amor es eterno». (Sal. 107:1)

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Jul 19 2021

EL SEÑOR ES MI PASTOR, NADA ME FALTA | SALMO 23

El libro de los 150 salmos, libro de oraciones por excelencia e inspirado por el Espíritu Santo, expresa los sentimientos y afectos más profundos del corazón humano. En una palabra, una de las ayudas más eficaces para aprender a orar, para crecer en la oración y para perseverar en ella, sería sumergirse en el océano infinito de espiritualidad presente en los Salmos.

En la oración que nos ofrece el Libro de los Salmos encontramos expresiones de alabanza y de adoración, de agradecimiento y de oblación, de súplica y de petición, de asombro y de admiración, de contrición y de reparación, y muchas más.

CÉLEBRE Y MÁS AMADO DE TODOS LOS SALMOS. Entre los 150 salmos, el más conocido y amado es, para muchos, el Salmo 23, al que se conoce como el Salmo del Buen Pastor, que se abre con las consoladoras palabras: «El Señor es mi pastor»: «El Señor es mi pastor, nada me falta….».

LOS MOMENTOS DE OSCURIDAD Y DESOLACIÓN Cuando todo parezca oscuro, lúgubre, frío, inútil e incluso sin esperanza, eleva tu mente, tu corazón y tu oración al Salmo 23: el Buen Pastor.

LA HORA, EL LUGAR Y EL SILENCIO Encuentra un espacio de tiempo, un lugar (tu espacio de oración) y un silencio en el que puedas estar a solas con el Señor y permite que el Buen Pastor camine delante de ti, te acompañe e incluso permite que el Buen Pastor camine también detrás de ti. En todos estos espacios y situaciones, el Buen Pastor está contigo, cuida de ti y te ama.

Al percatarse de la persona del Buen Pastor -que es verdaderamente Jesús mismo- y de su gran amor y cuidado por ti, será un medio seguro para dejar la desolación y experimentar la paz y la alegría del consuelo de Dios.

Así pues, te invitamos a que, en cualquier momento de tu jornada, busques la presencia amorosa y amistosa del Buen Pastor, pero especialmente en aquellos momentos en los que las nubes oscuras del desaliento descienden sobre tu alma.

En este breve ensayo ofreceremos algunas ideas para que podamos llegar a conocer y amar al Buen Pastor de nuestras almas: Jesús, nuestro Señor, Salvador y Dios.

SALMO 23: EL BUEN PASTOR DE MI ALMA

«El Señor es mi Pastor, nada me falta. En verdes praderas me hace reposar; a aguas seguras me conduce; me renueva mis fuerzas.

Me guía por el sendero justo, por causa de su nombre.

Aunque camine por un valle tenebroso, no temo ningún mal, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me sosiegan.

Preparas la mesa ante mí, enfrente de mis opresores; me unges la cabeza con ungüento, y mi copa rebosa.

Felicidad y misericordia me acompañan todos los días de mi vida.

Mi morada es la casa del Señor, por días sin término.

CONOCE Y AMA AL BUEN PASTOR: PUNTOS DE MEDITACIÓN Y ORACIÓN…

1.JESÚS ES REALMENTE EL BUEN PASTOR de mi vida en su totalidad. Jesús, el Buen Pastor, quiere guiar, gobernar y proteger todas las dimensiones de mi vida.

2. NADA ME FALTA. Hasta si perdiera todo a nivel humano -dinero, casa, amigos, apoyo, salud y estima-, con Jesús como mi Buen Pastor, en realidad no me falta nada. Jesús es, en verdad, el Camino, la Verdad, la Vida, mi Alfa y Omega, mi principio y fin, mi Principio y Fundamento. Él es mi apoyo seguro y firme. Con Jesús en el centro de mi vida, poseo todo lo que preciso.

3. VERDES PRADERAS Y FUENTES SEGURAS. En verdes praderas el Buen Pastor me sustentará con alimento suficiente, vestido y abrigo. Me alimentará con su Palabra – la Biblia – la Palabra de Dios y con la Sangre y el agua brotaron de su costado abierto en la cruz. Su Cuerpo y Sangre en la Eucaristía son el alimento de mi alma. Las aguas han limpiado mi alma a través del Bautismo. Esta agua también simboliza el poder limpiador del Sacramento de la Confesión para que mi alma quede limpia, blanca como la nieve.

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Jul 14 2021

LA LITURGIA DE LAS HORAS: EXCELENTÍSIMA ORACIÓN

Una vez discernida y tomada la determinación de aceptar el papel y la responsabilidad del Diaconado en Transición, junto con este papel y responsabilidad está la doble promesa y compromiso: el del celibato, así como la promesa de rezar la Liturgia de las Horas.

El celibato consiste en la firme decisión y el compromiso de entregar el corazón, la mente, el alma, el cuerpo y todo el ser al Señor en el amor. En otras palabras, el celibato significa esforzarse con todo el ser para vivir el mayor de todos los mandamientos: amar a Dios con todo el corazón, la mente, el alma y las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo.

Al prometer realizar la Liturgia de las Horas se entiende rezar fielmente la Oración Litúrgica Oficial de la Iglesia a cada día. La Liturgia de las Horas une a la totalidad de la Iglesia católica en todo el mundo. La palabra ‘católico’ significa universal y, de hecho, es una oración católica que une a los pueblos en oración en todas las partes del mundo donde se reza. Las lenguas pueden ser diferentes, pero las oraciones -la mayoría de las cuales son salmos- son rezadas por toda la Iglesia.

Tanto los diáconos, los sacerdotes y los religiosos están llamados a rezar la Liturgia de las Horas, como los laicos. La llamada universal a la santidad a la que convoca la Constitución Dogmática Lumen Gentium, capítulo V, puede ser definitivamente suscitada por la dedicación asidua al rezo de la Liturgia de las Horas.

¿Cómo podemos conocer y obtener abundantes beneficios y frutos del rezo de la Liturgia de las Horas? Aprender a rezar la Liturgia de las Horas requerirá tiempo y esfuerzo, pero indudablemente vale la pena invertir tiempo y esfuerzo. Dado que la Liturgia de las Horas es un valioso recurso no sólo para aprender el arte de la oración, sino para estar unidos a Dios, a la Iglesia y a todo el Cuerpo Místico de Cristo.

Destaquemos algunos aspectos esenciales de la Liturgia de las Horas para motivarnos a realizar esta práctica tan noble. En efecto, una vez que se aprenden las diferentes formas de rezar la Liturgia de las Horas y los innumerables beneficios, ¡se convierte en una disciplina difícil de abandonar!

ENTENDIENDO LA LITURGIA DE LAS HORAS Y SUS INCONTABLES BENEFICIOS Y BENDICIONES.

1.ORACIÓN BÍBLICA. La Liturgia de las Horas es, ante todo, una oración bíblica. Hacer oración valiéndose de la Palabra de Dios tiene un poder y un efecto muy especial.

2. LOS SALMOS. El corazón de la Liturgia de las Horas es el Libro de los Salmos del Antiguo Testamento. De hecho, de todos los libros de oraciones existentes no hay uno que pueda superar al Libro de los Salmos. Muchos de los 150 salmos tienen como autor humano al rey David. Sin embargo, el autor clave y esencial de los Salmos es Dios mismo: el Espíritu Santo.

3. JESÚS, MARÍA Y SAN JOSÉ. . Como motivación para que todos nosotros recemos los Salmo y la Liturgia de las Horas, es provechoso saber que la Sagrada Familia -Jesús, María y San José- rezaba los Salmos en casa, en la peregrinación al Templo de Jerusalén y en la sinagoga. Sigamos las huellas de la Sagrada Familia y emprendamos el rezo de los Salmos y la Liturgia de las Horas.

4. EL EJEMPLO DE LOS APÓSTOLES Al rezar los salmos, seguimos las huellas de los Apóstoles. Los Hechos de los Apóstoles describen a los Apóstoles yendo al Templo a horas fijas para rezar. Lo mismo ocurre con la Liturgia de las Horas: acudimos a Dios en oración a horas fijas del día.

5. SANTIFICAR LAS HORAS Otro elemento clave de la Liturgia de las Horas es el mandato de Nuestro Señor de orar siempre sin desfallecer. (Al rezar la Liturgia de las Horas se nos convoca a rezar en las distintas horas del día -en realidad, desde la mañana hasta la noche-.

6. DIFERENTES HORAS DE ORACIÓN EN LA LITURGIA DE LAS HORAS. En el contexto completo de la Liturgia de las Horas, hay en realidad cinco tiempos diferentes designados para la oración; como tal, estos cinco tiempos diferentes están llamados a ser santificados. ¿Cuándo son estos tiempos específicos? La oración de la mañana (al levantarse hasta las 10 horas); la oración del mediodía (de 10 a 16 horas); la oración de la tarde (de 16 a 20 horas); la oración de la noche, antes de acostarse. La última oración de la Liturgia de las Horas es el Oficio de Lecturas. Esta oración puede hacerse en cualquier momento del día.

7. LAS DOS HORAS PRINCIPALES DE ORACIÓN: LA ORACIÓN DE LA MAÑANA, LA ORACIÓN DE LA TARDE. Las dos horas principales de oración en la Liturgia de las Horas serían la Oración de la Mañana (también llamada Laudes); luego la Oración de la Tarde (también llamada Vísperas). Se consideran las horas principales de la Liturgia de las Horas. Rezándolas en las horas designadas, las horas de la mañana son santificadas, así como las de la tarde. En una palabra, mediante el rezo constante y asiduo de la Liturgia de las Horas, nuestra vida se santifica y, por tanto, nuestra santidad retoña y florece.

8. COMPOSICIÓN DE LA LITURGIA DE LAS HORAS Como ya hemos dicho, la quintaesencia y el corazón de la Liturgia de las Horas son los 150 salmos. Los 150 salmos se rezan en la Liturgia de las Horas en un ciclo mensual. Se dividen en cuatro semanas. A veces se le llama o denomina El Salterio. Por lo tanto, los diáconos y sacerdotes, así como los religiosos, rezan el Salterio, los 150 Salmos en su Breviario o Liturgia de las Horas cada mes.

9. SIGUIENDO EL CICLO LITÚRGICO DE LA IGLESIA. La Liturgia de las Horas sigue el mismo ciclo y ritmo del Año Litúrgico de la Iglesia, el ritmo del calendario de la Misa. Es decir, la Liturgia de las Horas sigue el ciclo normal de la Vida de Cristo, vivida y expresada en los Sacramentos, muy especialmente en la Misa. El ciclo de la Iglesia sería el siguiente: El Adviento que culmina en la Navidad y el Tiempo de Navidad, luego el Tiempo Ordinario (corto). Luego la Cuaresma y el Tiempo de Cuaresma, que culmina en la Pascua. Luego el Tiempo Pascual de cincuenta días que termina con la celebración de Pentecostés, la venida del Espíritu Santo. A continuación, vuelta al largo período del Tiempo Ordinario, que dura cerca de seis meses y termina con la celebración de la Solemnidad de Cristo Rey. A continuación, volvemos al inicio del año eclesiástico con el Adviento.

10. EL SANTORAL. Otra dimensión muy importante de la Liturgia, además de la Liturgia de las Horas, es la del Santoral. Por Santoral se entiende la celebración durante el año eclesiástico, tanto en las Misas como en la Liturgia de las Horas, de las vidas de los santos. En la Liturgia de las Horas habrá una antífona y un himno separados, una lectura especial para el santo, así como una oración final para honrar las virtudes del santo específico. ¿Cómo se pueden agrupar los santos? De esta forma: Pastores, Vírgenes, Mártires, Doctores de la Iglesia, Común de los hombres/mujeres, Apóstoles. La riqueza y la variedad de los amigos de Dios, los santos, es impresionante. Estos grandes hombres y mujeres nos incitan a perseguir la santidad de vida.

11. ¿QUÉ MÁS? Además de los Salmos en la Liturgia de las Horas hay otros elementos: Un himno de apertura, una breve lectura bíblica, un responsorio, el cántico de Zacarías (oración de la mañana) y el cántico de María (oración de la tarde). Luego hay oraciones de intercesión por la Iglesia y el mundo en general, tanto en la oración de la mañana como en la de la tarde. Por último, se reza el Padrenuestro, seguido de una bendición final.

12. ¿CON QUIÉN SE REZA? La Liturgia de las Horas puede rezarse individualmente. Dios escucha nuestras oraciones tanto si rezamos individualmente como de forma colectiva. Sin embargo, la Liturgia de las Horas (a veces llamada Breviario) puede rezarse colectivamente en grupo. Como sacerdote y religioso, rezo regularmente la Liturgia de las Horas por la mañana con un compañero sacerdote. Cuando se hace en grupo, se alterna el rezo de los Salmos.

13. PARTICIPACIÓN DE LOS LAICOS. En los últimos años, los laicos han organizado grupos en los que se reúnen para rezar la Liturgia de las Horas. A veces hay una combinación de laicos rezando con sacerdotes y religiosos. De hecho, en la publicación mensual del Magnificat se inserta la Liturgia de las Horas, tanto de Laudes (Oración de la mañana) como de Vísperas (Oración de la tarde).

14. MODOS DE REZAR LA LITURGIA DE LAS HORAS Los monjes contemplativos, así como las Hermanas, a menudo han adoptado el hábito de no sólo rezar la Liturgia de las Horas, sino de rezar mediante el canto o la salmodia. Como afirma San Agustín «¡El que canta, reza dos veces!». Así sucede con la Liturgia de las Horas.

15. EN EL CONTEXTO DE UNA MISA. Además, la Liturgia de las Horas puede rezarse en el contexto de la misa. De hecho, la oración se llama en realidad La Liturgia de las Horas. Por lo tanto, se puede insertar en el contexto de la Liturgia, la misa misma.

16. ELECTRÓNICAMENTE. La Liturgia de las Horas en su totalidad consta de cuatro tomos grandes. Ahora bien, para quienes viajan, pueden obtener el Breviario App I y rezar la Liturgia de las Horas electrónicamente en su teléfono u otros dispositivos electrónicos.

17. LOS FRUTOS DEL REZO DE LA LITURGIA DE LAS HORAS Los frutos del rezo de la Liturgia de las Horas son muchos:

+ ENRIQUECER SU VIDA DE ORACIÓN. Naturalmente, al rezar las Horas, tu vida de oración se robustecerá.

+ CONOCIMIENTO BÍBLICO. Asimismo, al rezar las Horas su conocimiento bíblico mejorará.

+ MEMORIZAR VERSOS. Con el tiempo comenzará a memorizar ciertos versos y temas y esto formará parte de su memoria y formación intelectual.

+ UNIÓN CON LA IGLESIA. Rezar las Horas te une más firmemente al Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia y sus miembros.

+ LA SANTIFICACIÓN. Rezar las Horas recae sobre la propia Iglesia. No sólo se reza con la Iglesia, sino que se reza por la Iglesia.

+ LA PAZ INTERIOR. Una auténtica oración produce la paz interior del corazón, de la mente y del alma.

+ A LA DISCIPLINA EN LA ORACIÓN. A muchos de nosotros nos falta orden y disciplina. Por medio del rezo de las Horas en un tiempo y lugar determinados podemos empezar a ordenar lo desordenado de nuestra vida y tener una disciplina que muchas veces nos falta realmente.

Concluimos, después de esta explicación breve de la Liturgia de las Horas y de sus muchos frutos que descenderán sobre nosotros y sobre el mundo entero, con la esperanza de que consideres seriamente emprender la maravillosa práctica de rezar la Liturgia de las Horas y recojas una abundante cosecha espiritual.

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Jul 05 2021

SOMOS UN PUEBLO DE ESPERANZA Y GOZO

En su visita al sector más pobre de la ciudad de Nueva York -Harlem- el Papa San Juan Pablo II predicó estas alentadoras palabras: «¡Somos un pueblo pascual!» Con estas palabras predicadas en un sector muy empobrecido de Nueva York, el santo pontífice acentuaba el hecho de que Jesucristo resucitó verdaderamente de entre los muertos y abrió las puertas del Cielo para todos nosotros. Este es, en efecto, un mensaje de gran esperanza para todos los que desean abrir su corazón al Señor Jesús resucitado.

En muchos corazones, aun en los de los católicos, la virtud de la esperanza parece humear, tambalearse, vacilar, casi se apaga. Pero el Señor Jesús resucitado es tan bondadoso, compasivo, cariñoso, misericordioso y paciente, que de buen grado infunde en nosotros una esperanza y una alegría renovadas, si abrimos nuestro corazón a su llamada.

Tal vez tu corazón esté lleno de dudas, ansiedades, miedos, inseguridades y confusión. Si es así, la Palabra de Dios se dirige a ti ahora mismo: «He aquí que estoy a la puerta y llamo. El que abra la puerta, entraré y cenaré con él, y él conmigo». (Ap. 3:19)

Espero que todos seamos colmados de una esperanza renovada, y que nos regocijemos y nos alegremos. La esperanza no es un sentimiento anhelante, caprichoso y sentimental, como en la expresión: «¡¡¡Pues eso espero!!!». ¡Todo lo contrario!

¿Qué es entonces la esperanza? La esperanza es una de las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. Estas tres virtudes teologales fueron infundidas en nuestra alma cuando fuimos bautizados. Por supuesto, como las semillas sembradas se deben cultivar. En palabras de los jóvenes de hoy: «Si no la utilizas, la pierdes». Así pues, usemos y cultivemos la esperanza para no perderla.

Quizás la mejor manera de entender la virtud teológica de la esperanza se resume en la obra maestra espiritual, con Santa Faustina como secretaria de Jesús, Diario: La Divina Misericordia en mi alma. Se puede resumir en cuatro palabras: JESÚS, ¡EN TI CONFÍO! Estas palabras, escritas al pie de la imagen de la Divina Misericordia, resumen la esencia de nuestro mensaje sobre la virtud de la esperanza. Debemos depositar una CONFIANZA total, constante, sin reservas y sólida en Jesús en todo momento, lugar y circunstancia. Debemos abandonar nuestras vidas al cuidado amoroso de Jesús, y confiar en que Él nos ama, y siempre actúa de forma que nos beneficia, aunque a veces no entendamos los caminos de la Divina Providencia. Como señala el salmista, sus caminos no son los nuestros, y tan altos como los cielos están sobre la tierra, así de altos son los caminos de Dios sobre los nuestros. (Is. 55:9)

Nosotros vivimos en el tiempo, pero Dios vive en la eternidad. El pasado, el presente y el futuro convergen en Dios. Dios ve todo el panorama, mientras que nosotros sólo vemos una parte muy limitada de la totalidad.

¿Cuáles son entonces algunas formas concretas de fomentar, reforzar y fortalecer la virtud de la Esperanza en nuestras vidas, para que podamos llenar a los demás de esperanza y alegría? Ofreceremos algunas pautas; aferrémonos a ellas y dejémonos sostener por la sólida ancla de la esperanza.

1. EL AMOR DE DIOS POR MÍ Ante todo, debemos estar firmemente seguros y convencidos de que nuestro Dios no es ningún tirano, dictador o jefe mezquino que busca castigarnos. Muy al contrario, nuestro Dios es un Padre amoroso que nos ama a todos y cada uno de nosotros con un amor eterno, un amor que es inmutable, nunca sujeto a cambios. Es más, cuanto más débiles, vulnerables y miserables nos encontramos, más nos abraza Dios con su amor. Esto lo vemos ejemplificado en la Parábola del Hijo Pródigo, que puede llamarse con razón, «La Parábola del Padre Misericordioso». (Lc. 15:11-15) ¡Vuelve a leer esta historia bíblica prestando especial atención a las acciones del padre!

2. ENVIÓ A SU HIJO PARA SALVARME. Dios Padre manifestó su infinito amor por nosotros enviándonos a su único Hijo en la persona de Jesucristo en su Encarnación. Jesús fue concebido en el vientre de la Virgen María por obra del Espíritu Santo, nació, vivió y fue crucificado sufriendo dolores atroces y derramando hasta la última gota de Su Preciosa Sangre, murió y fue sepultado, y resucitó de entre los muertos; todo ello por amor a todos y cada uno de nosotros. ¡Qué preciosos sois a los ojos de Dios!

3. JESÚS NOS DEJÓ LA IGLESIA: EL CUERPO MÍSTICO DE CRISTO. Otro motivo para alegrarse en la esperanza es que, aunque Jesús, después de su muerte y resurrección, ascendió al Cielo, no nos dejó huérfanos. Más bien, Jesús dejó su presencia entre nosotros en la Iglesia, que es su Cuerpo Místico.

4. JESÚS PRESENTE EN LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA. El corazón propio y el centro de la Iglesia es Jesús verdaderamente presente en Su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad en el Santo Sacrificio de la Misa, más concretamente en la Sagrada Eucaristía. Los que creen y están en estado de gracia están invitados a recibir a Jesús en lo más profundo de su alma y a experimentar la vida y la vida en abundancia.

5. LA AMISTAD CON JESÚS. En la Última Cena, Jesús llamó a sus Apóstoles, sus Amigos. También quiere que nosotros seamos sus amigos íntimos. ¿Por qué no empezar hoy mismo a cultivar un vínculo de amistad profundo, dinámico y fuerte con Jesús? ¡Él es el Amigo Fiel, el Amigo que nunca te fallará! (¡¡¡EL AMIGO QUE NUNCA FALLA!!!)

6. EL CIELO NOS ESPERA Una realidad que con cierta frecuencia se olvida es la realidad del Cielo. A menudo rezamos el Padre Nuestro, comenzando con estas palabras: «Padre nuestro, que estás en el cielo…» Pero con el tiempo nos olvidamos de meditar sobre la realidad del Cielo. El Cielo existe de verdad. Jesús ha preparado un lugar para todos nosotros en el Cielo. Este pensamiento debería inundarnos de esperanza y alegría, y estimularnos a alcanzar este preciado premio.

7. EL SEÑOR ES MI PASTOR, NADA ME FALTA. (PS. 23) En cualquier momento y lugar podemos cerrar los ojos e imaginar que estamos caminando por los prados tranquilos, pacíficos y refrescantes donde Jesús, el Buen Pastor quiere caminar con nosotros, hablarnos, escucharnos, animarnos, apoyarnos y amarnos. ¿Por qué no lees hoy este salmo lentamente y con atención? Y luego dar un largo y tranquilo paseo con Jesús, el Buen Pastor de tu alma. Él te espera pacientemente.

8. DIARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA EN MI ALMA Uno de los clásicos espirituales que ha dejado una huella indeleble en mi vida en los últimos años es el DIARIO: LA DIVINA MISERICORDIA EN MI ALMA. Jesús eligió una monja sencilla y santa, Santa Faustina Kowalska, conocida como la Secretaria de la Divina Misericordia, para comunicar al mundo uno de los mensajes más importantes y urgentes de todos los tiempos: Dios es rico en misericordia, Dios nos ama, Dios está dispuesto a perdonarnos y a abrazarnos en sus brazos amorosos. No puedo alentar con mayor énfasis la compra y lectura diaria y la meditación de esta obra maestra espiritual, ¡incluso un número por día! Uno de los frutos más exquisitos de la lectura constante, asidua y diaria de la Agenda será una renovada esperanza que brotará en nuestro corazón y una alegría expansiva y desbordante.

9. COMPARTE TU ESPERANZA Y TU ALEGRÍA CON LOS DEMÁS. Si realmente seguimos estas sugerencias, el fruto obtenido será un aumento de la esperanza y la alegría. Sin embargo, hay que entender que esta esperanza y esta alegría no se pueden guardar para nosotros mismos, sino que hay que compartirlas con los demás. Al compartir nuestra esperanza y alegría con los demás, ellos serán iluminados y sacados del pozo del desánimo, y al mismo tiempo nuestra propia esperanza y alegría serán fortificadas y crecerán aún más. «Que vuestra luz brille ante los hombres para dar gloria a vuestro Padre Celestial». (Mt. 5:16)

10. MARÍA: NUESTRA VIDA, DULZURA Y ESPERANZA La hermosa oración que rezamos con tanta alegría al final del Santo Rosario, la Salve Santa Reina, comienza con estas palabras: «Salve, Santa Reina, Madre de la Misericordia, nuestra vida, dulzura y esperanza….». Son palabras de gran aliento. María es, en efecto, un manantial y una fuente de abundante esperanza. Invitamos a todos a leer y meditar el clásico mariano y obra maestra, «Las Glorias de María», de San Alfonso de Ligorio. De hecho, esta joya espiritual es un comentario a la oración «Dios te salve, Reina». Al leer, meditar y asimilar estas verdades, sin duda, nos llenaremos de esperanza y alegría, y nos convertiremos en un manantial desbordante de esperanza y alegría para los demás. De nuevo, el libro está dividido en secciones de pocas páginas. Resuélvete a leer al menos una sección al día. ¡¡¡Así, tu día estará animado por la Divina Misericordia de Jesús y nuestra Madre de la Misericordia!!!

Queridos amigos, todos somos pueblo de Resurrección. Somos, en efecto, hombres y mujeres imbuidos de la virtud de la esperanza. Que la Virgen, que es verdaderamente nuestra vida, nuestra dulzura y nuestra esperanza, nos inspire a confiar plenamente en el amor de Dios por nosotros, en su cuidado y amor maternal por nosotros, y en la profunda Amistad de Jesús con nosotros. Entonces seremos realmente una luz brillante que brilla en la oscuridad y una estrella resplandeciente que apunta a nuestra recompensa celestial.

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Jun 13 2021

EL COFRE DE TESOROS DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE

De entre las apariciones aprobadas de la Santísima Virgen María, destaca la de Nuestra Señora de Guadalupe, una de las más conocidas y queridas. «La Patrona de las Américas» ( llamada así por el Papa San Juan Pablo II) se apareció cerca de la Ciudad de México a San Juan Diego.

La Virgen se apareció a Juan Diego en el espacio de cuatro días y en cuatro ocasiones distintas, desde el 9 al 12 de diciembre de 1531. Dichas apariciones al humilde, sencillo y niño Juan Diego iban a transformar profundamente la faz de la tierra y el mundo católico. De hecho, en 30 años -de 1531 a 1561- cerca de 5 millones de mexicanos se convertirían al catolicismo. Este monumental milagro de conversiones masivas nunca ha sido igualado en la historia del mundo, en la historia del catolicismo.

Juan Diego, que vivía con su tío anciano Juan Bernardino, viajaba a pie con cierta frecuencia a la Ciudad de México por estas importantes razones 1) Para continuar su formación en la fe católica (Juan Diego era un converso adulto); 2) Para asistir al Santo Sacrificio de la Misa; 3) Para recibir los Sacramentos.

¡Qué gran modelo para los católicos adultos de hoy! Es necesario que los católicos adultos amplíen urgentemente su formación catequética. Asistir al Santo Sacrificio de la Misa es esencial. Y de suma importancia, de hecho es indispensable, la recepción frecuente, ferviente y digna de los Sacramentos, especialmente la Confesión y la Santísima Eucaristía.

Esta breve reflexión no se centrará tanto en los acontecimientos, en las apariciones de la Virgen y en la persona de San Juan Diego (ya se ha escrito mucho sobre estos temas tan importantes), sino que queremos acentuar y resaltar los extraordinarios frutos que han florecido y florecen a raíz de que la Virgen, Nuestra Señora de Guadalupe, nuestra Madre amorosa, ha venido a visitarnos. Lo cierto es que los abundantes frutos de su aparición y presencia no pueden medirse en su magnitud y extensión.

Demos gracias a Jesús, el Hijo de María, por habernos enviado a su Madre Celestial, colmándonos de un diluvio de gracias y bendiciones.

LA CAJA DE TESOROS DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE

  1. LA TIERNA Y AMOROSA MATERNIDAD DE MARÍA Para San Juan Diego, y para todos y cada uno de nosotros, María se llama Madre. Santa Teresa de Lisieux afirmó: «María es Reina, pero más que Reina, María es Madre». San Agustín, con elocuencia encendida, afirma: «Juntando todo el amor de todas las Madres de todos los tiempos y lugares, el amor de María por todos y cada uno de nosotros es mucho mayor».
  1. MARÍA SANA. Uno de los grandes dilemas de Juan Diego mientras se dirigía a toda prisa a la ciudad de México en busca de un sacerdote era la salud de su anciano tío, Juan Bernardino. María se le aparece a Juan Diego y le tranquiliza para que no se preocupe por su tío, y enseguida lo cura. Nosotros también podemos acudir a María en nuestras enfermedades, así como en las enfermedades y dolencias de nuestros seres queridos, y confiarle estas enfermedades. Entre los muchos títulos dados a María está el de «Salud de los enfermos».
  2. MARÍA OS DICE QUE NO OS PREOCUPÉIS. La Virgen de Guadalupe le dice a Juan Diego que no se preocupe, que él, Juan Diego, estaba en el cruce de sus brazos, en su sombra y en la hueco de su manto (tilma). ¡Cuántos de nosotros tenemos preocupaciones, miedos, dudas y muchas angustias! María quiere que confiemos nuestras preocupaciones a su cuidado y protección maternal. Como rezamos en el Memorándum: «Nunca se supo que alguien que huyera a tu protección, implorara tu ayuda o buscara tu intercesión quedara sin ayuda….» Ahora mismo: echemos nuestras preocupaciones, inquietudes, miedos y ansiedades en el Corazón de María. ¡Ella nunca nos olvidará!
  3. MARIA Y LA IGLESIA. También hay un aspecto eclesial de las Apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe. Con gran insistencia y determinación, la Virgen ordenó a Juan Diego que informara al obispo Juan Zumárraga de que quería que se construyera una Iglesia en el lugar donde se le había aparecido. Otro mensaje claro de la Virgen de Guadalupe es el eclesial. María es la Madre de Dios, es la Madre de la Iglesia y es la Madre de todos y cada uno de nosotros. María ama a la Iglesia católica y nos anima a todos a asistir a la Iglesia, a amarla, a rezar por ella y a ser piedras preciosas y vivas en la estructura de la Iglesia. El Concilio Vaticano II proclamó a María como «Madre de la Iglesia». (Constitución Dogmática Lumen Gentium Capítulo VIII)
  1. MARÍA Y LA SANTA MISA Y LA SANTA COMUNIÓN Más aún, María, como Madre de la Iglesia, desea ardientemente que asistamos a la Misa con frecuencia y que participemos en la Santa Misa de manera plena, activa y consciente. Esto significa estar bien preparados para recibir el Sagrado Cuerpo y la Sangre de su Hijo, Jesús, en la Santa Comunión. María nos lleva siempre a Jesús. Sus últimas palabras grabadas en la Sagrada Escritura, en el contexto de las Bodas de Caná, fueron: «Haced lo que Él os diga». (Jn. 2:5)
  2. MARÍA Y LA CONFESIÓN En la actual Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe se celebran muchas Misas todos los días. Más aún, en el transcurso del día, desde la apertura de la Basílica hasta su cierre por la noche, hay confesores que atienden a filas de personas peregrinas, reconciliando sus almas y sus vidas con Dios a través de una Confesión Sacramental.
  3. MARÍA Y LA CONVERSIÓN DE LAS ALMAS A CRISTO En la historia del mundo nunca se ha dado una conversión tan masiva en número a la fe católica como la resultante de las apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe. ¡Como se mencionó en los comentarios iniciales, se calcula que en el corto lapso de 30 años cerca de 5 millones de personas en México se convirtieron a la fe católica! ¡Las cifras literalmente asombran a la imaginación! ¡Ahora es el país con el mayor número de católicos de habla hispana en el mundo! ¡Gracias a Jesús que envió a su amorosa Madre a México en 1531!
  1. NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE Y EL MOVIMIENTO PROVIDA En el mundo moderno, la presencia, el poder y el propósito de Nuestra Señora de Guadalupe es un icono contra el mayor mal moral de nuestro tiempo: la del aborto. La cinta negra que rodea su cintura señala el hecho de su embarazo. Lleva en su vientre al niño Jesús, que es el Camino, la Verdad y la Vida. ¡El Movimiento Pro-Vida ha adoptado a Nuestra Señora de Guadalupe como su patrona contra la embestida y el asesinato de bebés inocentes!
  2. NUESTRA SEÑORA COMO MISIONERA, EVANGELISTA Y ESTRELLA DE LA EVANGELIZACIÓN (PAPA SAN JUAN PABLO II) Una de las peregrinaciones más frecuentes y visitadas por el Papa San Juan Pablo II fue México, especialmente la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. Este gran pontífice tenía en mente aquella conversión masiva de México y la necesidad actual de evangelización. Proclamó a la Virgen como Patrona de las Américas y Nueva Estrella de la Evangelización. Que la Virgen de Guadalupe nos motive a todos a salir de nuestra zona de confort y a poner de nuestra parte para echar las redes en las profundidades (Duc et altum) y recoger una abundante pesca, una abundante cosecha de almas. «La mies es abundante, pero los obreros son pocos». (Mt. 9:37)
  3. NUESTRA SEÑORA CUIDA DE TODOS, PERO ESPECIALMENTE DE LOS POBRES, ANCIANOS Y ABANDONADOS DE LA SOCIEDAD. Nuestra Señora de Guadalupe mostró un tierno cuidado por el anciano y casi moribundo Juan Bernardino. Ella quiso que se construyera la Basílica, primero para los Sacramentos y para albergar la Presencia Eucarística de su Hijo en el Sagrario, y segundo, para que todos (no sólo unos pocos elegidos) pudieran acudir a ella con sus problemas y ella estuviera allí para ayudar a todos en sus necesidades. María es la Madre universal, pero tiene un amor muy especial por los pobres, los ancianos, los enfermos, los marginados, los abandonados, los deprimidos y los que parecen haber perdido toda esperanza. Ella es esa estrella brillante en medio de las nubes oscuras, las tormentas y las tempestades de la vida. En efecto, Nuestra Señora de Guadalupe, como en la oración del Ave María, es: «¡Nuestra vida, nuestra dulzura y nuestra esperanza!»

En conclusión, nuestra humilde y pequeña exposición literaria es simplemente una invitación para que todos lleguemos a conocer, amar, rezar y confiar nuestras vidas, miedos y preocupaciones a la Virgen bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe. Infórmate sobre la Virgen de Guadalupe. Si es posible, peregrina a su Basílica en México. Compra una hermosa imagen de Nuestra Señora de Guadalupe y entronízala en tus casas. Invita a muchos, empezando por tu familia, a rezar el Rosario delante de Nuestra Señora de Guadalupe. No olvidéis nunca las palabras que Ella dirigió a San Juan Diego, así como a vosotros y a mí: «Hijo mío, no te preocupes. Te tengo en el cruce mismo de mis brazos», es decir: estás escondido en lo más profundo de mi Corazón Inmaculado. Encontramos nuestro refugio seguro en dos lugares: el Sacratísimo Corazón de Jesús y el Corazón Inmaculado de la Santísima Virgen María. Nuestra Señora de Guadalupe, ruega por nosotros

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

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