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Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)
Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana
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En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos – «El que me ama cumplirá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos en él nuestra morada…»
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Juan 14, 27 En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «La paz les dejo, mi paz les doy. No se las doy como la da el mundo. No pierdan la paz ni se acobarden…
Uno de los propósitos centrales de los Ejercicios Espirituales es conocer, amar y seguir a nuestro Señor Jesús, asemejarnos a Él y colaborar en la misión de acercar a nuestros hermanos a Él. Queremos que todos sean amigos íntimos de Jesús.
GRACIA A PEDIR. Pidamos esta semana la gracia de mayor y profundo conocimiento de Jesús para más amarlo y mejor seguirlo, y de ser verdaderos discípulos y estar estrechamente unidos a Él.
LA MÁS GRANDE EMPRESA. En efecto, no hay mayor aspiración ni mayor alegría en esta corta vida que enamorarnos verdaderamente de Jesús. San Ignacio lo resume en Principio y Fundamento diciendo: Estamos aquí para conocer a Dios, amar a Dios, seguir a Jesús en esta vida para un día estar con Él en el cielo y gozar de la dicha eterna.
¡ASPIRACIONES FALSAS CONDUCEN A LA TRISTEZA! Abra los ojos, y fíjese a su alrededor, vea cuantas personas, tanto jóvenes como viejos, marchan por la vida sin rumbo, como pollos degollados, como conductores en la autopista sin rumbo que cada vez aceleran más sin saber a dónde van. Por qué esta confusión y tristeza? ¿Por qué esta desorientación y depresión? Porque no han encontrado o han perdido a Cristo.
FORMAS DE ENCONTRAR Y CONOCER A JESÚS. Hay numerosas maneras en que podemos encontrar a Jesús cada día en nuestro caminar. Cada semana nos encontramos con Jesús en el Evangelio, la palabra “evangelio” significa literalmente “buenas noticias o buenas nuevas”, y podemos contemplarlo obrando maravillosos podigios que llamamos MILAGROS.
¿POR QUÉ MILAGROS? ¿QUÉ SON LOS MILAGROS? Quizás se pregunte, ¿que es un milagro? ¿Porque hizo Jesús milagros? ¡Buenas preguntas! Solo Dios hace milagros; Jesús es Dios y hombre verdadero, e hizo milagros para probar su divinidad. Se llama milagro a un evento o suceso sobrenatural, son cosas con efectos perceptibles a los sentidos que sobrepasan los poderes de la naturaleza, es decir, se distinguen de sucesos meramente naturales.
MILAGROS DE JESÚS. Jesús hizo muchos milagros, pero sobre todo, de dos tipos, unos fueron milagros sobre la naturaleza y otros milagros de sanación del cuerpo. Los evangelios nos relatan muchos milagros que Jesús obró sobre la naturaleza: Jesús caminó sobre el agua, transformó el agua en vino, multipicó los panes y peces y calmó la tempestad. El segundo grupo de milagros son de curación física: Jesús curaba a los enfermos de forma instantánea. ¿Puede nombrar alguno? Si no, podemos ayudarle! Jesús dio vista a los ciegos, habla a los mudos, oído a los sordos y hizo andar a los paralíticos, sanó a los leprosos y uno de sus más grandes milagros es que les regresó la vida a los muertos.
Contemplemos y sumergámonos en el abismo infinito del poder, amor y bondad de Jesús contemplando sus milagros.
CONTEMPLACIÓN:
EL USO DE LA IMAGINACIÓN. Use su imaginación y sus sentidos para insertarse dentro de la escena: Los Apóstoles están en la barca en el mar de Galilea y Jesús está con ellos; Pedro, Santiago y Andrés son Pescadores; De repente surge una gran tempestad que golpea sin piedad la pequeña barca; los Apóstoles están aterrrorizados. ¡Véalos! ¡Temen por su vida!
JESÚS DUERME. Lo que es igualmente fascinante es que en todo esto, Jesús está dormido dentro de la barca. En realidad, es la única vez en todos los Evangelios que encontramos a Jesús dormido en medio del lago en una tormenta. ¿Si usted estuviera en una pequeña barca y se desata una tempestad, estaría usted dormido?
LA FUERZA Y SEGURIDAD DE JESÚS. Seguimos con nuestra contemplación: Aterrorizados, los Apóstoles despiertan a Jesús; Jesús reprende a los vientos y al mar e inmediatamente llega la calma; Al mismo tiempo, Jesús reprende a los Apóstoles por su falta de fe.
LA REACCIÓN DE LOS APOSTOLES. Los Apóstoles quedan asombrados por el poder divino y extraordinario de Jesús y van conociéndole más conforme pasan más tiempo juntos en esta tempestad.
EL MILAGRO SOBRE LA NATURALEZA. Este milagro es sólo uno de los muchos que Jesús hizo sobre la naturaleza para mostrar la autoridad y supremo poder de Jesús sobre la naturaleza. En el presente ensayo abordaremos algunas cosas que podemos hacer para abrir nuestro corazón más a Jesús, para conocerlo más, amarlo más, mejor seguirlo y así podemos hacerlo conocer mejor a los demás.
LAS TORMENTAS DE LA VIDA. ¿Se ha encontrado alguna vez en el ojo de una tormenta? Las tormentas se pueden manifestar de muchas formas, de diversas intensidades y en distintos lugares. Unas nos agarran desprevenidos, cómo sucedió con los Apóstoles. Rebobine la película de su vida, que “tormentas” han sacudido la barca de su vida? Véase a si mismo dentro de la pequeña barca en plena tempestad, la fuerza del viento, la furia de las olas y la agua salada golpeando su cara fuertemente. Como parte de este ejercicio, hable ahora con Jesús sobre lo que está viviendo que Él añora que usted le llame, que hable con Él, si lo hace, conocerá más a Jesús, lo amará más y lo seguirá más de cerca.
ADÉNTRESE EN SU CORAZÓN. Baje al recinto secreto de su corazón y vea cuál fue su reacción al estar en medio de esta tormenta. ¿Experimento sentimientos de duda? ¿Brotó un llanto de labios? Cuestionaba …. ¿por qué? ¿El desconsuelo invadió su alma? Ahora, hable con Jesús, dígale cuáles son sus temores y emociones. Esto es la esencia de los Ejercicios – aprender a hablar con Jesús sobre lo que nos está pasando en la vida, de nuestras luchas internas, ¡de nuestras tormentas!
¿DÓNDE ESTABA JESÚS? Ahora pregúntese: ¿dónde estaba Jesús? Recuerde que Jesús estaba dentro de la barca con los Apóstoles en plena tormenta. Jesús no está lejos, está allí, dentro de la misma barca. ¿Alguna vez ha pensado que Jesús está lejos de usted? ¿Ha pensado qué Jesús está dormido? Hable con Jesús, Él quiere platicar con usted, desea una entrañable conversación!
NUESTRA ALMA Y JESÚS. La pequeña nave y su tripulación, compuesta de Jesús y sus discípulos, estaba siendo tambaleada por la tempestad y corrían gran peligro de naufragar, pero ¡Jesús estaba siempre ahí! La barca representa nuestra alma. Esta usted consciente de que Jesús mora en el recinto secreto de su alma? Si estamos en estado de gracia, Jesús alberga como Huésped Divino en nuestra alma. Este es el momento de adentrarnos en lo profundo de nuestro corazón y hablar con Jesús que está verdaderamente presente.
LAS TORMENTAS DE SU VIDA. Quien vive en el mundo enfrentará pruebas, tempestades, pequeña turbulencia o vientos que parecen implacables. Si las aguas están tranquilas, ¡gracias a Dios! Pero las tormentas vendrán y golpearán la barca de su alma. Cuando eso suceda, imitemos a los Apóstoles, no tema, llame a Jesús y diga: “Jesús ayúdame”. El poder de Jesús es igual hoy que hace 2000 años, solo es necesario llamarlo: “¡Jesús, sálvame! ¡Aumenta me fe!”
El padre Ed Broom, OMV (Oblato de la Virgen María), conocido también como Padre Escobita, fue ordenado sacerdote por san Juan Pablo II en 1986. Es asistente del párroco en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens (California). Allí imparte retiros, da los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, organiza y dirige su propio programa de radio y televisión en Guadalupe Radio –Barriendo Conciencias.
Recordemos la célebre y profunda expresión del Doctor Angélico, Santo Tomás de Aquino: “La reina de las virtudes es la caridad.” San Pablo afirma: “Y si entregara mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me aprovecha.” (1 Cor 13) San Juan de la Cruz, Doctor místico de la Iglesia añade: “En el ocaso de nuestra existencia seremos juzgados sobre el amor.” San Agustín, Doctor de la gracia, sostiene: “Ama a Dios y haz lo que quieras.” San Francisco de Sales, otro destacado Doctor de la Iglesia y autor de una de las más conocidas obras literarias, Tratado del Amor de Dios, aseguró: “La medida con que debemos amar a Dios es amarlo sin medida.”
Por encima de toda palabra dicha o escrita de estos grandes escritores y santos, tenemos las palabras y el ejemplo de Jesucristo nuestro Señor y Salvador, “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y todas tus fuerzas… Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento más grande que estos.” (Lc 10, 25-28) Jesús también dijo a sus Apóstoles en el discurso de la última Cena: “Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros. Como yo los he amado, así ámense también ustedes.” En esto conocerán todos que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros. El Señor nos amó y nos dejó un ejemplo perfecto para seguir. “No hay un amor más grande que dar la vida por los amigos.” (Jn 15, 13)
En fin, la CARIDAD es la síntesis de toda perfección, o como dice San Pablo, es el “lazo de perfección.”; la fe y la esperanza se acabarán, per la caridad durará siempre. (1 Cor 13) Dado que el amor sobrenatural, la caridad es supremo en nuestra vida espiritual y que seremos juzgados sobre el amor en el juicio final, (Mt 25), conviene conocer qué es la caridad, y aún más, procurar cada día ponerla en práctica con hechos concretos.
Este ensayo presentará cinco formas diferentes que podemos vivir el más grande Mandamiento – Manifestando nuestro Amor total a Dios en la forma en que tratamos a nuestros hermanos. Escuchemos las palabras de San Juan de la Cruz: “En el ocaso de nuestra existencia seremos juzgados sobre el amor.”
1. Primero, digámoslo sin balbuceo o tartamudeo: el principal enemigo que es un obstáculo para vivir el mandamiento de amor es el PECADO. Los santos quien proceden de diferentes lugares, culturas y épocas históricas todos están dicho que es preciso resistir, rechazar y luchar contra el pecado. Santo Domingo Savio (1842-1857), patrón de la juventud que murió los 14 años, afirmó el día de su Primera Comunión: “Morir antes que pecar”. Sta María Goretti (1890- 1902) prefirió morir antes que ceder a la inmoralidad sexual con un hombre. Por lo tanto, si en verdad queremos crecer en el vínculo de la caridad y crecer en la gracia, debemos luchar valientemente la batalla contra el pecado. Cuando esté en oración en la presencia de Dios, pida al Espíritu Santo luz para conocer su mayor debilidad y cuándo es que está más propenso a caer en pecado para poder huir de él – podría ser una persona, circunstancia o lugar catalizador que le conduce al pecado. Pida a la Virgen Santísima la gracia de rechazar las insidiosos tentaciones del enemigo y de decir “sí” a Dios De hecho, cada vez que decimos “no” a la tentación, decimos “sí” al amor de Dios.
2. LA ORACIÓN ES COMUNIÓN CON DIOS. En el plano humano, los enamorados disfrutan de la compañía mutua, están contentos cuando están juntos, hablar por teléfono, compartir una comida, caminar en la orilla de la playa, bailando juntos, y, finalmente casarse y formar una familia. Igualmente cierta es nuestra relación con Dios; hay un ardiente deseo de estar con Dios, de cultivar una vida de oración ferviente, dinámica y amorosa. Los que aman a Dios, se deleitan de pasar tiempo con Él, en contemplarlo, hablar con Él y de recibirlo en la Santa Comunión, ellos defienden a Dios y acercan a otros a Él, incluso estar listos para dar nuestra vida por amor a Dios. A partir de hoy, trate de orar más y mejor, si lo hace, crecerá en amor a Dios y a su prójimo.
3. EL HOMBRE: MARAVILLA DE LA CREACIÓN. Si amamos a Dios, debemos amar lo que Dios más ama. Dios creo al universo físico y al hombre de la nada, pero la corona de la creación y objeto de especial de su amor son el hombre y la mujer; el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios (Gen 3), por tal, ¡el hombre es la corona de toda la gloriosa creación! El hombre transciende todo el mundo natural y el mundo animal por años luz, y esto no es una hipérbole! Santo Tomás de Aquino afirma que un alma vale más que todo el universo creado. La persona humana es un ejemplo poderoso de dos cosas “Dignidad y destino”. ¿Dignidad? Sí, su dignidad!, porque fue creada a imagen y semejanza de Dios y a partir de su Bautismo, es transformada en viva imagen de la Santísima Trinidad; nada menos que el paraíso! El último destino de la persona humana es la salvación de su alma inmortal y su unión con Dios por toda la eternidad en el cielo, en donde amará al Padre, Hijo y Espíritu Santo por los siglos sin fin. Por lo tanto, todos estamos llamados a amar a nuestros hermanos y hermanas, de hecho amor a toda la humanidad. San Juan nos hace este fuerte llamado: ¿Cómo podemos decir que amamos a Dios que no vemos cuando odiamos a nuestros hermanos y hermanas que sí vemos? Por lo tanto, a partir de hoy, decídase que perdonará a toda persona que le lastime y que dejará atrás todo resentimiento y se pondrá al servicio de su hermano. San Pablo nos alienta con estas palabras: “Hay más gozo en dar que recibir.” En Marcos, capítulo 25, Jesús nos reta a que vivamos las obras misericordia. “Tuve hambre, y me diste de comer; tuve sed, y me diste de beber; fui forastero, y me acogiste; estuve desnudo, y me cubriste; enfermo, y me visitaste; estuve en la cárcel, y viniste a mí.” ¿Cuándo? “De cierto te digo, que en cuanto lo hiciste a uno de estos, mis hermanos más pequeños, a mi lo hiciste.”
4. EL AMOR EN EL SUFRIMIENTO. Uno de los más grandes santos modernos es San Maximiliano Kolbe (1894-1941); que fue canonizado recientemente por el Papa San Juan Pablo II como mártir de la caridad, mártir de amor. ¿Por qué? Por que murió sacrificando su vida por la vida de un hombre, padre de familia. Kolbe prefirió morir para que otro hombre pudiera ser puesto en libertad para poder así servir a su esposa e hijos. Este gran mártir, manifestó el acto supremo de amor en imitación de Cristo. Su proyecto espiritual era sencillo y podemos resumirlo con tres pautas: 1) La oración; debemos rezar sin cesar y rezar bien; 2) El trabajo: Nuestra vida espiritual exige fuerte trabajo para vencer el pecado y los malos hábitos y sembrar virtudes; 3) El sufrimiento: Si tenemos un fuerte vida de oración constante y auténtica, debemos aprender a sufrir, pero no simplemente a sufrir por causa del sufrimiento, esto sería inútil, nada menos que masoquismo! Mas bien, cuando el sufrimiento nos visite en cualquier forma, debemos unirlo al sufrimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. EL sufrimiento a veces es físico o podría ser mental, psicológico, social, económico o cultural. Tanto sufrimiento que se desperdicia en el mundo moderno. Para santificar el sufrimiento, debemos unirlo a la pasión, muerte y resurrección de Jesús, el misterio pascual. Sin embargo, debemos de forma particular, colocar nuestras penas y sufrimiento sobre el altar en el santo sacrificio de la Misa cuando el sacerdote ofrece a Jesús y su sufrimiento (el Calvario se renueva en cada Misa), es así que nuestro sufrimiento se convierten en los sufrimientos de Jesús y tienen un valor infinito. El venerable arzobispo Fulton Sheen define al sacerdote como: “La víctima que ofrece la Víctima”. En un sentido limitado, todos estamos llamados a ofrecer nuestros padecimientos con los de Jesús para la salvación del mundo.” San Pablo dice: “Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo…” (Col 1, 24)

5. Y por último, pero no menos importante, hay que realizar la fuente del amor; es Jesús, quién está presente el la santa Misa y de forma singular al comulgar. Dice el dicho: “No podemos dar lo que no tenemos”; apliquémoslo al amor que poseemos, damos y por el cual debemos morir. Si comulgamos con fervor, frecuencia y viva fe, este es el medio más eficaz para alcanzar amor, para vivir el amor, vivir el Evangelio del amor y un día morir de amor. De forma muy real, cada vez que recibimos la santa Comunión dignamente, recibimos el CRISTO TOTAL, ¡recibimos el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesús! ¡Y el corazón de Cristo es lo más noble! Por lo tanto, podemos recibir un trasplante de corazón cada vez que recibimos la santa Comunión. El Sagrado Corazón de Jesús se convierte uno con nuestro corazón, mente, cuerpo y alma y hay una verdadera transformación. San Pablo afirma: “Ya no soy yo quien vive, sino Cristo quien vive en mi.” (Gal 2, 19-20). Quien recibe dignamente la santa Comunión es trasformado y llega a ser otro Cristo. Por lo tanto, si queremos crecer en la virtud del amor, que en si es una virtud sobrenatural, es amor a Dios y al prójimo, la clave es recibir la Comunión con fervor, amor, frecuencia, pasión. ¡Es la forma más eficaz! Para concluir, imploremos a María, la Madre de Dios, Madre de la Iglesia y Madre nuestra, su intercesión para alcanzar esta sublime virtud – LA CARIDAD – Amor al Dios y al prójimo, porque “en el ocaso de nuestra existencia seremos juzgados sobre el amor.”
El padre Ed Broom, OMV (Oblato de la Virgen María), conocido también como Padre Escobita, fue ordenado sacerdote por san Juan Pablo II en 1986. Es asistente del párroco en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens (California). Allí imparte retiros, da los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, organiza y dirige su propio programa de radio y televisión en Guadalupe Radio –Barriendo Conciencias.