Una imagen que recurre con frecuencia en la literatura, la poesía y en la Biblia es la imagen de la LUZ. Consideramos que la Vigilia Pascual que comienza con la puesta del sol, es la celebración litúrgica más importante y bella que la Iglesia celebra. La primera parte es la liturgia de la Luz, y en ella la iglesia con la maxima solemnidad permanence en absolute silencio; la Iglesia duerme en una oscuridad profunda mientras el mundo espera ansiosamente el acontesimiento más significativo de la historia; la resurrección de Jesucristo, nuestro Salvador y Redentor. La ceremonia comienza afuera de la iglesia con los sacerdotes revestidos de ornamentos blancos y se enciende una fogata. El sacerdote celebrante bendice el fuego y de la misma fogata enciende el Cirio Pascal. En el Cirio aparecen inscritas las letras griegas alfa y omega; símbolo de Cristo Principio y Fin. Al Cirio Pascual se le incrusta en la cera cinco granos de incienso, simbolizando las cinco llagas santas y gloriosas de Jesús en la Cruz.
Mientras tanto, adentro de la iglesia, la feligrecia espera en vela la Resurrección de Cristo con pequeñas velas en la mano sin encender. Estos gestos sencillos están llenos de simbolismo; un símbolo es una realidad física que representa una profunda realidad o verdad espiritual. Las luces de la iglesia permanecen apagadas, los monaguillos inician la procession hacia el altar, el sacerdote celebrante entra en procession con Cirio Pascual en alto, y entona en voz alta: “Cristo, luz del mundo” y el pueblo responde “…demos gracias a Dios.” Del fuego del Cirio Pascual que lleva el sacerdote, uno de los monaguillo enciende su pequeña vela y entrega el fuego a todos los demás. Cada persona que enciende su vela, con gozo y buena voluntad entrega la luz a su hermano o hermana que se encuentra a su lado. No pasan más de cinco minutos, y cada pequeña vela en la iglesia está encendida. La luz del Cirio Pascual y de las muchas pequeñas velas disipa la oscuridad de la noche. Jesús, la Luz del mundo viene para disipar las tinieblas del pecado, para extirpar la oscuridad de la muerte y para abrir las puertas del cielo a la luz eternal en compañia de Cristo.
Entre los muchos títulos dados a Jesús, el título más prominente e importante es – Luz del Mundo. Consideremos por un momento, el contraste de las tinieblas o la oscuridad es símbolo del pecado. Se desenvuele un contraste impresionante en la última Cena, la noche solemne en que Jesús, la Luz del mundo, se entrega a si mismo en la institución de la santa Eucaristía y la institución del orden sacerdotal, el contraste de la persona de Judas Iscariote, que va a entregar a Jesús. Judas después de tomar el bocado, sale de la sala y se marchó; desde aquel instante, Judas se abandona a la tentación, y tras el bocado entró en él Satanás y Judas entra en la oscuridad. La imagen de las tinieblas es densa oscuridad es símbolo del pecado. Quien comete un pecado grave y comete un pecado mortal, deja a Jesús por su libre albedrío y entra en densa oscuridad.
Jesús es la Luz del mundo, pero igual dijo: “Ustedes son la luz del mundo.” Ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un cajón, mas sobre un candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Una nota eclesial interesante, la última vez que san Juan Pablo II fue a la Jornada Mundial de la Juventud en Toronto, Canadá, ¿cuál cree usted que fue el mensaje central del Sumo Pontífice a la juventud del mundo? ¡Tal vez lo adivinó! “Ustedes son la luz del mundo.” El Papá exhorto y animó a los jóvenes a llevar la luz de Cristo para al mundo entero.”
Dada la claridad de este mensaje: Jesús es la luz del mundo; nosotros estamos llamados a ser la luz del mundo; tomamos nuestra luz de Jesús; Jesús es la fuente de la luz – hagámonos esta pregunta… ¿Cómo puedo YO ser luz en el mundo? Pregúntese: ¿Cómo puedo disipar la oscuridad que envuelve grandes secciones del mundo? Analice su vida, su familia, sus contactos sociales, su ambiente laboral y el lugar en dónde estudia. El lema del “Movimiento Christopher” es “Luz en la Oscuridad”, es un llamado a los católicos de hoy a dejar que la luz de Cristo brille para lograr una renovación, el conocido lema: Es mejor prender una vela en la oscuridad que maldecir la oscuridad.” ¡Una simple chispa provoca un incendio forestal!
Presentaremos a continuación maneras en que podemos ser portadores de luz en medio de las tinieblas. Tengamos presente las palabras de Jesús, la Luz del Mundo: “Ustedes son la luz del mundo”.
- LA ORACIÓN. La persona de oración que vive en estado de gracia santificante, su misma vida de oración emana luz, aun si no se percibe. La oración sincera nos comunica el Espíritu Santo ; ¡el Espíritu Santo es FUEGO y LUZ!
- PALABRAS DE LUZ. Podemos pecar por hablar cuando debemos callar o por callar cuando debemos hablar para defender la verdad. El filósofo Edmund Burke acertadamente dice: “Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada.” A veces una palabra dicha oportunamente vale oro. ¡Cuántas mujeres recurren al aborto porque todos les animaron a hacerlo y pocos les alentaron a que dijeran “sí” a la vida!
- ACTOS DE BONDAD. Conozca y reflexione sobre las obras de misericordia corporales y espirituales; Mateo 25, 31-46 nos presenta de forma clara las obras de misericordia que podemos practicar, dejando así brillar la luz de Cristo. Las obras de misericordia son las siguientes: Dar de comer al hambriento, de beber al sediento, vestir al desnudo, dar techo a quien no lo tiene, visitar a los enfermos y a los presos, enterrar a los muertos. Les invito a que hagan obras de misericordia, y si no es posible hacerlas todas, por lo menos una sí.
- PALABRAS AMABLES. Cuando la persona usa la lengua para hablar mal de su prójimo, calumniar o sembrar cizaña, la lengua provoca daños irreparables. Pero veamos la otra cara de la moneda, podemos hacer mucho bien si la usamos para comunicar palabras de aliento y apoyo, si hablamos de lo bueno de los demás, o si hablamos solo palabras ungidas de una santa bondad, respeto y aliento. Les animo a todos nuestros lectores a buscar el libro del Padre Lawrence Lovasik, de la editorial Sophia Press, titulado El poder oculto de la amabilidad. Esta joya espiritual nos presenta un elenco de ideas para transformar el mundo a través de la amabilidad y entre muchas cosas, nos enseña a detectar los malos hábitos en el trato con los demás, a vencer la avaricia, la ira, el juicio negativo y la impaciencia; practicando la caridad cristiana mediante pequeños detalles. San Francisco de sales solía decir: “Se cazan más moscas con una gota de miel que con una barril de vinagre”. Si usamos bien nuestras palabras, podemos acercar a otros a Cristo y ser la luz que disipa las tinieblas. Las almas no se ganan con palabras tajantes o cortantes, con sarcasmo, ironía o arrogancia. Las almas se ganan con la dulzura, bondad y amabilidad del Sagrado Corazón de Jesús. “Vengan a mi… que soy manso y humilde de corazón.”
- UNA SONRISA CALIDA. Santa Teresa de Calcuta siempre insistía que sus monjas llevasen el gozo de Jesús al mundo porque uno de los signos más elocuentes del discípulo de Jesús es su gozo radiante. ¡Haga la prueba, sonría! La tristeza se contagia, es contaminación nociva que se pega. Una sonrisa también es contagiosa, ¡haga la prueba!
- SEA SERVICIAL, AYUDE A LAS PERSONAS MAYORES. Jesús dice: “El que es fiel en lo poco, es fiel también en lo mucho.” A veces, los pequeños gestos, como abrirle la puerta a una persona mayor, es una forma de dar luz. No olvide, Jesús dijo: “En cuanto lo hiciste a uno de estos mis hermanos pequeñitos, a mí lo hiciste.” Esta acción la has hecho a Jesús, y pensémoslo así, un día Jesús le abrirá la puerta del cielo por este pequeño gesto, que quizás a los ojos del mundo no es gran cosa. Dios valora las cosas pequeñas que hacemos con gran amor!
- PRESTE EL OIDO A UN CORAZON QUEBRANTADO. Vivimos en una sociedad impersonal y frenética en donde nadie tiene tiempo para nada y para nadie. Si alguien alguna vez acude a usted con un gran pesar o con el espíritu quebrantado y busca desahogarse; sea caritativo y bondadoso y escúchelo. Quizás no busque orientación o consejo, sino que le escuche con amor. Escuchar es un acto de caridad que puede levantar al que está al borde de la desesperación. Esta es otra forma de dar luz a un corazón en tinieblas.
- ¡REZARÉ POR TÍ! Estas tres palabras dan mucho aliento a quien se siente que vive en una oscuridad tremenda, a quien se siente abandonado, solo o paralizado por el temor. Es simple saber que alguien se preocupa de nosotros y que nos quiere ayudar presentando nuestros dificultades a Dios es una fuente de inefable consolación. ¡La luz brota de estos guerreros de oración!
- OFRECER MISA O MISAS. Ofrecer la santa Misa por alguien es el don más grande y portador de luz que podemos ofrecer. ¿Cómo se hace? Vaya a la oficina parroquial y pida que se ofrezca una Misa por esa persona; es una ofrenda invisible y no tangible de una realidad que no tiene precio ya que su valor es infinito. Preséntele a esta persona la la tarjeta impresa en que se consigna la fecha y el lugar donde se ofrecerá la misa; el día indicado. Cuando la misa es ofrecida por alguien, ofrecemos a Jesús a Dios Padre, por el poder del Espíritu Santo; la Misa es la acción más santa, el holocausto más grande que podemos hacer a Dios. ¡Es el gran milagro! Jesús en la Eucaristía es el “Sol, el Hijo de Dios” que ilumina el mundo. El girasol muere si no recibe la luz del sol; el hombre y la mujer católico igual puede desfallecer y morir si se aleja de la LUZ del mundo, que está presente en cada santa Misa en la sagrada Eucaristía!
- SEAMOS MISERICORDIOSOS Y PERDONEMOS INMEDIATAMENTE. La Sagrada Escritura nos narra que san Pedro hizo esta pregunta a Jesús: “Señor, cuántas veces tengo que perdonar la ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces? Jesús le contesta: “No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.” Jesús no estaba sugiriendo que tomáramos nota de las veces que nos ofenden sino estaba usando una hipérbole (o exagerando, con el fin de lograr un efecto) para recordarnos que debemos seguir perdonando. El célebre poeta inglés nos desafía con este proverbio: “Errar es humano, perdonar es divino”. Jesús dijo a santa Faustina Kowalska que su atributo más grande es su misericordia. ¿Qué es la misericordia? Es el infinito amor de Dios perdonando al pecador arrepentido. La clave para vencer las ofensas cometidas contra nosotros y para practicar la misericordia es perdonar inmediatamente. La Palabra de Dios nos dice que no dejemos que caiga el sol sobre nuestro enojo. El Santo Padre, el Papa Francisco en su cálida espontaniedad dijo a las parejas de casados: “Todo el mundo puede cometer errores…. Puede ocurrir que los ‘platos vuelen’, se dicen palabras fuertes, pero mi consejo es no terminar el día sin hacer las paces, la paz se rehace cada día en la familia y al pedir perdón se comienza de nuevo”. Jesús nos da este imperativo: “Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso.” ¡Vivir la misericordia es un explosión de luz!
- NUESTRA SEÑORA. A nuestra Madre Santísima se le dan muchas advocaciones o títulos, muchas de ellas vienen de la biblia; muchas de ellas están relacionadas con la luz. San Bernardo escribió la hermosa oración y poema “Stella-Maris” – María, Estrella del Mar. Desde antiguo, la Santísima Virgen María fue el amparo solicitado para los marineros; los antiguos marineros usaban las estrellas como ayuda para guiarse y llegar a la orilla, hoy también necesitamos alguien que nos guíe en medio de las tempestades del mundo. Alcemos la mirada a la Estrella del mar y dejos que nos guíe. A pesar que vivimos tiempos turbulentos y los obstáculos son casi insuperables, por la intercesión poderosa de la Virgen María llegaremos seguros al puerto de salvación; el cielo. El lema de los Oblatos de la Virgen María es: “Maria cogita, Maria invoca” – latín – “Piensa en María, invoca a María.”
Cerremos con estas palabras: Jesús es la Luz del Mundo, pero nosotros también somos llamados a ser la luz del mundo, con minúscula. Leamos esta reflexión en espíritu de oración y pongamos en practica una o dos de ellas. Si lo hacemos, nuestra ‘luz’ brillará en medio de la oscuridad. “Es mejor prender una vela que maldecir la oscuridad”.
El padre Ed Broom, OMV (Oblato de la Virgen María), conocido también como Padre Escobita, fue ordenado sacerdote por san Juan Pablo II en 1986. Es asistente del párroco en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens (California). Allí imparte retiros, da los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, organiza y dirige su propio programa de radio y televisión en Guadalupe Radio –Barriendo Conciencias.