hágase tu voluntad…»
3. ¡SONRIA!
Cuando esté cansado, con dolor de cabeza y quiera quejarse, ¡sonría!
4. ¡MOMENTO HEROICO! Al escuchar el despertador, salga
inmediatamente de la cama, póngase de rodillas y conságrese a Jesús por medio
de María. Haga esto aunque quiera
golpear el »botón silenciador» que le permita dormir un poco más.
5. ¡OMITA LOS CONDIMENTOS! Inténtelo por un día, o por lo menos en una
comida, no le agregue condimentos a su plato.
¿Por qué? Para probar la amarga
hiel en la pasión de Cristo y por la conversión de un pecador que está en su
lecho de muerte.
6. ARRODÍLLESE.
Cuando esté en oración, arrodíllese por unos minutos, aun cuando su
cuerpo le pida que se siente en esa ¡cómoda silla reclinadora!
alguien de quien usted tiene celos. Esto
podría ser una gran victoria sobre si mismo.
Tenga presente las palabras de la sagrada Escritura: »Más fácil vencer
a un ejército que vencerse a si mismo!
La lucha para alcanzar el reino de Dios está en nuestro propio corazón!
rece otro Rosario por la conversión de los pecadores. Recuerde las palabras de Nuestra Señora de
Fátima: »Muchas almas se pierden porque
no hay quien rece por ellas y ofrezca sacrificios.»
Salude a esa persona que no es de su agrado con un saludo cálido y
cordial. Supere el resentimiento y la
amargura con ¡actos concretos de amor!
USTED. ¿Sigue usted con ese
resentimiento desde hace mucho tiempo?
Rece por esa persona que le hizo mucho daño. Recuerde las palabras de Jesús desde la
cruz: “Padre, perdónalos porque no saben
lo que hacen.”
¡SANTIDAD! Se puede alcanzar santidad de vida haciendo
pequeñas cosas con gran amor. Esta fue
la esencia de la espiritualidad de santa Teresita de Lisieux, ¡hacer las cosas
ordinarias con extraordinario amor!