Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)

Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana

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Jun 19 2022

LECTURAS DEL DIA | 19 DE JUNIO 2022

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)

DOMINGO 19 DE JUNIO Mt 6, 24-34 SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO Antífona de la comunión:  «El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él, dice el Señor».

En el capítulo 6 de Juan, Jesús precede la cita anterior con estas palabras: «En verdad os digo que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida». (Jn 6,53-54)

EL MAYOR REGALO DE DIOS: LA SANTA EUCARISTÍA por el P. Ed Boom, OMV

Lleno de miedo y temor a ser asesinado, el profeta Elías huyó de la malvada reina Jezabel, que planeaba asesinarlo porque Elías había matado a los falsos profetas de Baal. Después de un día de viaje a pie, en dirección a la Montaña Sagrada, la montaña de Dios, Elías fue consumido por el espíritu de desolación y desánimo y cayó en un profundo sueño, sin llegar a su destino. (I Reyes 19: 4-8)

EL ÁNGEL DE DIOS.  Preocupado por el Profeta y su largo viaje, Dios envió un ángel para consolar, animar y motivar a Elías y de esta manera El ángel despertó a Elías de su profundo sueño animándole a seguir adelante ya que su viaje era largo.

EL PAN Y EL ALIMENTO PARA EL VIAJE.  Con palabras de aliento, el ángel le ofreció a Elías un poco de pan para comer porque el viaje iba a ser realmente largo y agotador. Elías comió el pan, pero en lugar de levantarse y emprender su largo viaje, volvió a su sueño. Una vez más el ángel despertó a Elías insistiendo y animándole a comer el pan y a caminar hasta llegar al monte santo donde encontraría seguridad, protección y un refugio seguro en la presencia de Dios.

ELÍAS OBEDECE, COME Y CAMINA.  Obedeciendo al ángel, Elías come por segunda vez el pan que le ofrece el ángel. Con la fuerza que le da ese pan -que no comió una sino dos veces- Elías se levanta y camina. La distancia era larga, caminó cuarenta días y cuarenta noches gracias a la energía y la fuerza que le proporcionó el estímulo del ángel, pero sobre todo gracias al pan que le llenó de nueva vida.

MONTE SANTO.  El destino de Elías era el monte santo de Dios. Dios le habló no en el huracán, ni en el fuego, ni siquiera en el fuerte viento impetuoso. Más bien, Dios le habló a Elías en la suave y dulce brisa. El monte santo simboliza nuestro destino eterno: ¡el cielo! Una vez que lleguemos, estaremos con Dios para siempre y podremos hablar con Él como nuestro mejor amigo, cara a cara por toda la eternidad. Como Elías, todos deberíamos esforzarnos por 

emprender el largo y penoso viaje para llegar al monte santo donde Dios nos espera para toda la eternidad.

ELÍAS Y NUESTRA PROPIA VIDA.  Entremos en un tema que tiene un valor e importancia trascendental en nuestras vidas en el corto tiempo que tenemos en este peregrinaje terrenal hacia nuestro destino eterno. Tomaremos como modelo y ejemplo el pasaje bíblico y la persona de Elías. Si realmente deseamos llegar a nuestro destino eterno, que es el cielo, entonces debemos alimentar nuestras mentes, corazones y almas con el Pan de la Vida con la mayor frecuencia posible, pero también con el mayor fervor que los corazones y las almas puedan ejercer.

Al igual que el profeta Elías, todos tenemos nuestras luchas, nuestras batallas, nuestros días lúgubres, nuestras tentaciones, nuestros momentos de desolación, esos momentos en los que simplemente queremos tirar la toalla y rendirnos. La clave es que debemos levantarnos y comer, no de un pan común o corriente, sino que debemos alimentarnos del Pan de Vida. No una o dos veces, sino tan a menudo como sea posible. Es más, si está a nuestro alcance, alimentarnos del Pan de Vida todos los días.

Por lo tanto, este breve trabajo literario se centrará en cómo podemos actualizar, mejorar y magnificar los efectos de la recepción de la Sagrada Comunión en nuestras vidas. En una palabra, la acción más importante que podemos realizar a este lado de la eternidad es recibir a Jesús, el Pan de Vida, en el Sacramento de la Santísima Eucaristía. Ninguna acción de la persona humana puede sustituirla en importancia. Siendo así, establezcamos puntos de acción y pautas para recibir a Nuestro Señor y Salvador Jesucristo en la Sagrada Comunión con creciente fe, devoción, fervor y amor.

1. LA FE EN LA PRESENCIA REAL  Durante los últimos cincuenta años las estadísticas han señalado que un gran número de católicos no creen en la presencia real de Jesús en la Eucaristía, o al menos tienen una noción muy poco clara y nebulosa de QUIEN está realmente presente en la Hostia Consagrada. Después de la doble consagración en la Misa, Jesús está verdadera y sustancialmente presente en Su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. No es una mera presencia simbólica como en el caso de los servicios protestantes, sino que es la ¡PRESENCIA REAL! Debido al materialismo y a que vivimos en una sociedad neopagana y secular, ¡debemos recordar constantemente esta augusta y sublime realidad!

Debemos tener una fe y creencia firme e inquebrantable de que la Santa Comunión en el contexto del Santo Sacrificio de la Misa es verdadera y sustancialmente el Pan de los Ángeles, el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Jesús, el Hijo del Dios vivo. Que nuestra oración sea: «Señor, creo, pero refuerza mi creencia».

Santo Tomás de Aquino señala que una de las condiciones más importantes en la recepción eficaz de la Sagrada Comunión es el hambre real de Dios, el hambre real de Jesús, el Pan de Vida. Que la oración del salmista resuene en lo más profundo de nuestro corazón: «Como el ciervo anhela las corrientes de agua, así mi alma te anhela a ti, Señor, Dios mío». (Salmo 41:1) Como un moribundo tiene hambre de comida, así debe tener nuestra alma hambre y sed de Jesús el Dios vivo, Jesús el Pan de Vida.

2. CONCEPTO TEOLÓGICO: ¡LA GRACIA DISPOSITIVA!  Uno de los conceptos teológicos más importantes para vivir la teología sacramental es el de la gracia dispositiva. En pocas palabras, esto significa que la gracia que nos llega, especialmente por la recepción de la Santísima Eucaristía, es proporcional o está en proporción directa con la disposición de nuestra alma. En otras palabras, no hay culpa en el Sacramento, sino que la culpa, si la hay, está en el receptor del Sacramento. ¿Por qué? Por la sencilla e inequívoca razón de que la Sagrada Eucaristía, y su recepción de la Sagrada Comunión, es la recepción de Jesús mismo: el Hijo de Dios, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, el Dios de los Dioses, el Dios Verdadero y el Hombre Verdadero. ¡Se ha dicho que una Santa Comunión bien recibida puede transformarte en un santo!

3. PREPARARSE MEJOR.  Una continuación natural del concepto de gracia dispositiva es la de nuestra preparación antes de recibir la Santa Comunión. En efecto, debería ser una tarea y un objetivo constante en nuestra vida el trabajar en una mejor preparación para recibir la Sagrada Comunión. Siendo honestos con nosotros mismos, todos debemos admitir y confesar con la mayor sinceridad y humildad que podemos progresar, y mucho, en nuestra preparación para recibir al Señor Jesús en la Sagrada Comunión. 

4. EJEMPLO HUMANO: LA NOVIA Y SU BODA  En el Diario de Santa Faustina sobre la Divina Misericordia, en el último libro del Diario-Libro VI, da excelentes pautas sobre cómo recibir mejor a Jesús en la Santa Comunión. (Diario, La Divina Misericordia en mi alma #1804-1828) Una de las comparaciones o analogías que Santa Faustina plantea es la de una Novia que se prepara para encontrar y casarse con el Esposo. A nivel humano todos entendemos esta analogía. ¿Cuántos detalles innumerables pone en práctica la futura novia para que sea el día más feliz de su vida? Estos son sólo algunos: el vestido con su talla, color y diseño; el salón de belleza, incluyendo su cabello, maquillaje y la manicura de sus uñas; el largo de su velo, y sus zapatos. Y no sólo su aspecto físico, sino muchos otros detalles: los invitados y la sala de banquetes, la iglesia, la alfombra, el coro, el sacerdote, las lecturas y la homilía, los monaguillos. ¡Cuánto tiempo, dinero y energía se emplean para el día de la boda, que ojalá sea el más feliz de sus vidas! Partiendo de esta analogía, Jesús es el novio de nuestra alma cada vez que lo recibimos en la Santa Comunión. ¿No deberíamos ser más exigentes con nosotros mismos en el tiempo, en el esfuerzo y en el modo de recibirle en la cámara interior de nuestra alma?

5. CON UN POCO DE AYUDA DE NUESTROS AMIGOS: ¡LOS SANTOS!  El grupo musical más famoso, los Beatles, compuso una canción titulada «With a little Help from My Friends». Nuestros verdaderos, fieles y más auténticos amigos son los santos. Son luminarias brillantes que nos señalan a Jesús, la Luz del mundo, y al Cielo, donde el Rostro de Jesús será nuestra lámpara y luz eternas. Los santos son los que recibieron a Jesús con una disposición ferviente y amorosa en la Santa Comunión. En consecuencia, al morir, Jesús los recibió con calor y entusiasmo en el Cielo. Su mayor deseo en la tierra era amar a Dios con todo su corazón, mente, alma y fuerzas. Por eso, toda su vida giraba en torno a la Santa Misa y a la recepción de la Santísima Eucaristía. Por eso, un medio eficacísimo para hacer mejores y más fervorosas Santas Comuniones es rogar humildemente a los santos del cielo que recen e intercedan por nosotros para que nuestras Comuniones se conviertan en ardientes explosiones de amor al Señor Jesús.

6. SACERDOCIO COMÚN DE LOS FIELES: ¡VIVE EL OFERTORIO!  Si es posible, ve la película El Gran Milagro o The Greatest Miracle. (Esta película explica de manera clara, atractiva y dinámica el Santo Sacrificio de la Misa con plastilina, todo en 70 minutos. Entre los temas dignos de mayor elogio está la presentación de cómo el Ángel de la Guarda enseña la importancia de vivir la Misa participando, plena, activa y conscientemente y viviendo plenamente el OFERTORIO de la Misa. 

Con esto se quiere decir que el sacerdote ofrece el Santo Sacrificio de la Misa, pero los fieles que participan en la Misa están llamados a hacer su propia ofrenda -¡el Ofertorio! Esto se hace haciendo una ofrenda espiritual de uno mismo y colocándola en la patena donde se deposita la Hostia del sacerdote. Además, estáis llamados a poner vuestras intenciones en el cáliz donde el vino se transformará en la Preciosa Sangre de Jesús. Si esto se hace con seriedad, tus Comuniones tendrán un valor y una eficacia infinitos para ti, para la Iglesia y para el mundo entero, ¡incluso para las almas del Purgatorio!

8. ¿CUÁLES PUEDEN SER LOS ELEMENTOS DE TU OFRENDA PARA VIVIR EL OFERTORIO?  En realidad, puedes ofrecer cualquier cosa que se te ocurra. Si se ofrece con buena voluntad y pureza de intención, ¡Dios lo acepta todo! ¡Las posibilidades son infinitas! ¡Sin embargo, hay tres áreas que podrían emplearse para ayudarte a vivir más fervientemente tu ofertorio y obtener innumerables e incalculables bendiciones!

1) LAS ALMAS DEL PURGATORIO.  Las almas que sufren en el Purgatorio ya están salvadas, pero aún deben ser purificadas por los fuegos de la amorosa justicia de Dios. Recuerda las palabras del último libro de la Biblia, el Apocalipsis: «Nada impuro puede entrar en el Reino de Dios». (Ap 21,27) El medio más eficaz para purificar, santificar y liberar a las pobres almas detenidas en el Purgatorio es, con mucho, el Santo Sacrificio de la Misa ofrecido por ellas, y la digna recepción de la Santa Comunión recibida por ellas. San Nicolás de Tolentino, O.S.A. deseaba ser sacerdote principalmente para poder ayudar a liberar a las almas del fuego del Purgatorio ofreciendo el Santo Sacrificio de la Misa por ellas.

2) LA CONVERSIÓN DE LOS PECADORES.  Lo que más desean Jesús y María en este mundo es la conversión y la salvación de los pecadores. Ofreciendo vuestras misas y comuniones por la conversión y la salvación de los pecadores, los corazones de Jesús y de María rebosan de alegría.

3) EL TRASPLANTE PERSONAL DE CORAZÓN.  Todos debemos trabajar día y noche en nuestra propia conversión personal. El medio más eficaz y poderoso para convertir nuestros corazones de pecadores en corazones de santos es la recepción digna, frecuente, ferviente y fiel de la Sagrada Comunión. En efecto, toda recepción digna de la Sagrada Comunión es un TRANSPLANTE ESPIRITUAL DE CORAZÓN.  En verdad, el Corazón de Jesús toma posesión de nuestro corazón y se produce una verdadera transformación. ¡Nos convertimos en lo que comemos! Consumimos el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Jesús y nos hacemos como Él. Con el tiempo podremos decir con San Pablo: «Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí». (Gal 2,19-21)

9. TU PRIMERA, ÚLTIMA Y ÚNICA COMUNIÓN  En las sacristías de algunos conventos hay una placa en la pared que se invita a leer al sacerdote mientras se reviste y se prepara para la Santa Misa. Dice así: «Sacerdote, hombre de Dios, di esta misa como si fuera tu primera misa, tu última misa y tu única misa». ¿Qué pasaría si a partir de hoy tomaras la decisión, con respecto a tu participación en la Misa y a la recepción de la Santa Comunión, de recibir tu Santa Comunión como si fuera tu primera, tu última y tu única Santa Comunión? Lo más probable es que tus comuniones sean mucho más fervorosas. ¿Qué opinas?

10. NUESTRA SEÑORA DE LA EUCARISTÍA Y LA SANTA COMUNIÓN  Como nota final, debemos contemplar a la Santísima Virgen María y rogar su poderosísima intercesión en nuestra recepción de la Sagrada Comunión. En un sentido muy real, María recibió su primera Comunión cuando dijo SÍ al Arcángel Gabriel con las palabras: «He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra». (Lc 1,38) Luego el Evangelio de San Juan afirma: «Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros». (Jn 1, 14) El Papa San Juan Pablo II hizo esta conexión paralela: «El SÍ de María al Ángel y nuestro AMÉN cuando recibimos la Sagrada Comunión tienen una verdadera similitud; ambos tienen como resultado la recepción de Jesús en lo más profundo del corazón». Por lo tanto, imploremos humildemente a la Santísima Virgen María, Nuestra Señora de la Eucaristía, las gracias más especiales para recibir al Señor Jesús en la Sagrada Comunión con fe viva, con frecuencia y con un fervor y amor ardientes, ¡para que podamos incendiar el mundo entero con el amor de Dios! 

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Jun 18 2022

LECTURAS DEL DIA | 18 DE JUNIO 2022

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)

SÁBADO, 18 de junio Mt 6, 24-34 «Jesús dijo a sus discípulos: ‘Nadie puede servir a dos señores. O bien odiará a uno y amará al otro, o bien se dedicará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas».

Mammón puede describirse como las riquezas y los honores de este mundo. Jesús nos pide que no busquemos los bienes pasajeros de este mundo, sino que busquemos nuestro bien eterno mediante la confianza en la voluntad de Dios expresada en todas las circunstancias y acontecimientos de nuestra vida. «Sabemos que todas las cosas cooperan para el bien de los que aman a Dios». (Rom 8,28)

Nuestra Santa Madre se entregó totalmente a la voluntad de Dios en todas las circunstancias. María estaba desposada con José cuando dio su Sí al Ángel y el Hijo de Dios se encarnó en su seno. Su confianza fue tan completa que esperó que el Señor le explicara o no su condición a José. De hecho, José estaba dispuesto a divorciarse tranquilamente de María cuando un ángel se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María como esposa, porque lo que se concibe en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.» (Mt 11,20-21)

APRENDAMOS A VIVIR Y A AMAR A TRAVÉS DE MARÍA Por el P. Ed broom, OMV

María es el camino más rápido, más corto y más fácil para llegar a Jesús. Podemos llamarla el atajo. Todos estamos llamados a la santidad, es decir, a ser santos. Jesús dijo: «Sed santos como vuestro Padre celestial es santo». (Mt 5,48) ¡Es un mandato! Por lo tanto, la Santa Madre de Dios, María Santísima, puede ayudarnos en nuestra búsqueda gozosa de la santidad que termina en el cielo.

EL SANTÍSIMO ROSARIO.  Uno de los instrumentos más eficaces, o incluso podríamos llamarlo arma espiritual, que debemos utilizar para librar el buen combate y correr la buena carrera para obtener la victoria y el premio de la vida eterna es el SANTÍSIMO ROSARIO. A lo largo de los siglos, los santos y los papas han animado vivamente a los fieles a rezar el Rosario y a confiar en la poderosísima intercesión de María. La oración de San Bernardo resume esta verdad en la famosa oración mariana, El Memorare, con estas palabras: «Nunca se supo que alguien que huyera a tu protección, implorara tu ayuda o buscara tu intercesión quedara sin ayuda».

MISTERIOS DE LA ALEGRÍA, MISTERIOS DEL AMOR  En este breve ensayo nos centraremos en cómo podemos aprender a vivir para Dios y amar a Dios y ser verdaderamente felices, ofreciendo unas breves sugerencias tomadas de los cinco Misterios de Alegría del Santísimo Rosario de la Santísima Virgen María. El Rosario es una mina de oro espiritual en la que podemos profundizar.

LA ANUNCIACIÓN (Lc 1,26-38).  María se encuentra con Dios a través de su mensajero angélico, el arcángel Gabriel. Ofrecemos tres preciosas perlas para espigar y pulir de este profundo encuentro.

1. ESCUCHAR Y HABLAR CON DIOS.  María nos enseña la importancia del silencio en nuestra vida. María nos enseña la importancia de escuchar a Dios, especialmente a través de la Palabra de Dios. María nos enseña la importancia de hablar con Dios, es decir, la importancia real de la oración, de hablar con Dios con fervor y devoción desde lo más profundo de nuestro corazón. María, ¡enséñame a rezar!

2. DECIR «SÍ» A DIOS: LA CLAVE DE LA FELICIDAD.  Todos tenemos libertad para elegir entre el bien y el mal; podemos usar o abusar de nuestra libertad. María dijo SÍ a Dios con estas palabras: He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. (Lc 1,38) Esta es una verdad universal: todos queremos ser felices en este mundo y siempre. ¿Por qué, entonces, tanta gente hoy quiere ser feliz pero anda con una cara triste que muestra al mundo entero? La razón es muy clara: le dicen NO a Dios. La Virgen nos enseña la clave de la verdadera libertad y de la verdadera alegría: ¡aprender a decir SÍ a Dios! A partir de hoy, por intercesión de María, aprendamos a decir SÍ a Dios.

3. MARÍA NOS ENSEÑA A RECIBIR A JESÚS EN NUESTRO CORAZÓN.  Diciendo SÍ a Dios, María concibió a Jesús en su purísimo vientre y en el fondo de su purísimo e Inmaculado Corazón. San Juan Pablo II hace un hermoso paralelismo entre el SÍ de María a Dios y nuestro AMÉN cuando recibimos a Jesús en la Santa Comunión. El resultado final del SÍ de María y nuestro AMÉN en la Sagrada Comunión es la recepción de Jesús en nuestros corazones. Pidamos por la intercesión de María que digamos SÍ a Dios y recibamos a Jesús con amor ardiente en nuestros corazones en la Santa Comunión.

LA VISTITA DE MARÍA A ELIZABETH (Lc 1,39-56).  Al igual que la Anunciación, este Misterio es rico en enseñanzas y crecimiento en santidad para nosotros si hablamos con María y tratamos de imitarla. Tomemos tres lecciones.

1. EVITAR LA PEREZA.  Una vez que María supo cuál era la voluntad de Dios, no esperó, ni postergó, ni dejó para mañana. Por el contrario, se apresuró. Evitemos la pereza en todo momento, lugar y circunstancia. El proverbio es muy cierto: «La ociosidad es el taller del diablo».

2. SALUDAR CON ALEGRÍA.  Aprendamos de María a no esperar a que los demás nos saluden, sino a saludar PRIMERO y con ALEGRÍA. Esto es humildad y caridad, es decir, poner a los demás en primer lugar y valorarlos por su dignidad innata.

3.  EL SERVICIO ES NUESTRA FUENTE DE ALEGRÍA.  María fue a visitar a su prima anciana, Santa Isabel que estaba embarazada en su vejez, para estar al servicio de su prima en su necesidad. San Pablo nos enseña: «Hay más alegría en dar que en recibir». (Hechos: 20:35) Santa Madre Teresa de Calcuta decía: «Debemos aprender a dar hasta que nos duela». A partir de hoy, hagamos un propósito firme: Buscaré oportunidades para servir a los demás a imitación de María, que fue deprisa a visitar y servir a Santa Isabel. Si lo hacemos, experimentaremos una profunda alegría en nuestro corazón y en nuestra alma.

EL NACIMIENTO DE JESÚS EN BELÉN (Lc 2,1-7).  En este misterio, celebramos el cumpleaños más importante de la historia del mundo, el nacimiento de Jesús que llamamos Navidad. El nacimiento de Jesús separó la división del tiempo en años B.C. y A.D. Las lecciones que María puede enseñarnos son innumerables. Nosotros ofreceremos tres.

1. LA VIDA ES UN VIAJE.  María hizo un largo viaje y llegó a su destino, Belén. Nuestra vida es un viaje hacia el cielo. Pidamos a María, a San José y, por supuesto, a Jesús que nos acompañen en cada paso del camino en medio de las pruebas y sufrimientos de la vida en nuestro viaje hacia nuestro destino final, ¡el CIELO!

2. ACEPTAR LAS PRUEBAS Y EL RECHAZO.  María experimentó muchas pruebas, contradicciones y sufrimientos en su vida, pero confió aún más en Dios. Al llegar, experimentó el rechazo: ¡No había sitio para ellos en la posada! Cuando experimentamos pruebas, sufrimientos y rechazos en nuestra vida, debemos correr a María y buscar refugio. Corazón Inmaculado de María, ¡sé mi refugio seguro!

3. LA POBREZA.  María y la Sagrada Familia eligieron experimentar y vivir una vida de pobreza. Uno de los mayores obstáculos de la sociedad moderna es el MATERIALISMO, es decir, estar demasiado apegado a las cosas materiales. Si se quiere: Nuestras posesiones pueden poseernos. Jesús nació de la Santísima Virgen María en un pobre, frío, húmedo y maloliente establo (refugio de animales) en Belén. María, por favor, enséñame que la verdadera felicidad no viene de poseer cosas, sino de dejar que Dios me posea.

LA PRESENTACIÓN DE JESÚS EN EL TEMPLO (Lc 2,22-40)  Cuando Jesús tenía sólo 40 días, fue presentado en el Templo por manos de la Santísima Virgen María y del buen San José. Una vez más, vamos a ofrecer tres maravillosas lecciones de este cuarto Misterio Gozoso.

1. OBEDIENCIA.  María y San José obedecieron a Dios presentando a su hijo primogénito en el Templo de Jerusalén, tal y como prescribía la Ley mosaica. Si realmente queremos experimentar la alegría en lo más profundo de nuestras almas, debemos aprender a imitar a María en la virtud de la obediencia. Los habitantes del mundo moderno desean con demasiada frecuencia seguir su propia voluntad, lo que conduce a la tristeza y a la destrucción final. Que, como María, aprendamos a obedecer la Palabra de Dios, así como la Iglesia y sus enseñanzas magisteriales con una conciencia bien formada.

2. LUZ PARA TODO EL MUNDO.  Jesús en brazos de María es presentado al anciano Simeón que llama a Jesús LUMEN GENTIUM-Luz para el Pueblo. María nos enseña que Jesús debe ser nuestra verdadera y desbordante Luz. María, Madre mía, dame ojos para percibir la Luz de Jesús en el mundo, en mi vida y en todas las circunstancias de mi vida. Amén.

3. LA ESPADA DEL DOLOR La Profecía de Simeón implicaba anunciar que Jesús sería un signo de contradicción, y que una espada de dolor penetraría en el corazón de María. El significado puede ser difícil de entender para nosotros, y posiblemente aún más difícil de poner en práctica: el valor del sufrimiento. Debemos aprender a ofrecer nuestros sufrimientos a los 

Corazones de Jesús y de María, para que estos sufrimientos tengan un valor infinito en la salvación de las almas. «Te adoramos, oh Cristo, y te alabamos, porque por tu santa cruz has redimido al mundo».

EL ENCUENTRO DE JESÚS EN EL TEMPLO (Lc 2,41-51).  En este quinto y último Misterio Gozoso está presente un dolor oculto, pero una gran alegría. La pena, por supuesto, es que María y José pierden a Jesús durante tres largos días. Su alegría es encontrar a Jesús. Hay mucho que meditar en este Misterio. Sin embargo, ¡daremos tres pepitas de oro!

1. MUCHOS PADRES PIERDEN A SUS HIJOS.  Hoy en día muchos padres pueden identificarse muy fácilmente con este Misterio porque pierden a sus hijos en el sentido de que sus hijos ya no practican su fe. Esto atraviesa el corazón de los padres. María nos enseña a no perder la esperanza, sino a perseguir a nuestros hijos con la oración y la penitencia. 

2. ATAJO HACIA JESÚS.  Sabemos que María es el camino más rápido, más corto y más fácil para llegar a Jesús: ¡la llamamos el atajo! Sabemos que estamos llamados a la santidad, es decir, a ser santos, según el mandato de Jesús: «Sed santos como vuestro Padre celestial es santo». (Mt 5,48) Por lo tanto, pidamos a la Santa Madre de Dios, María Santísima, que nos ayude a comprometernos seriamente en una alegre búsqueda de la santidad, ¡porque ésta termina en el cielo! 

3. EL SANTÍSIMO ROSARIO.  Recordamos que uno de los instrumentos más eficaces, o incluso podríamos llamarlo arma espiritual, que debemos utilizar para librar el buen combate y correr la buena carrera para ganar la victoria y el premio de la vida eterna es el SANTÍSIMO ROSARIO. Nuestra Señora de Fátima se apareció a los tres niños pastores seis veces y cada vez los exhortó a rezar el Rosario diariamente. Tres de los más grandes santos del siglo pasado recurrieron al Rosario diario: El Papa Juan Pablo II, la Madre Teresa de Calcuta y San Padre Pío que dijo «El rosario es el arma para estos tiempos».

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Jun 17 2022

LECTURAS DEL DIA | 17 DE JUNIO 2022

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)

VIERNES, 17 de junio Mt 6, 19-23 Jesús dijo: «La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo es sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es malo, todo tu cuerpo estará en tinieblas».

Este es un tema desagradable pero serio. Vivimos en una cultura saturada de imágenes, lenguaje y acciones impuras. Probablemente nos ha contaminado a todos en algún grado. El P. Ed nos insta a luchar por la virtud esencial de la Pureza.

«BIENAVENTURADOS LOS PUROS DE CORAZÓN, PORQUE ELLOS VERÁN A DIOS». (SANTO MATEO 5:8) Por el P. Ed Broom, OMV

Para que podamos contemplar la belleza de Dios en el cielo e incluso empezar en la tierra, debemos hacer un esfuerzo concertado para alcanzar la virtud más desafiante de la Pureza de Corazón. Jesús enseñó este mensaje con la máxima claridad en el Sermón de la Montaña, comenzando con la Bienaventuranza «Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios» (Mt. 5:8).

En este breve artículo queremos presentar los muchos peligros que militan virulentamente contra la adquisición de esta preciosísima virtud, pero también de esta exigentísima virtud de la castidad, la pureza de corazón, para que un día todos podamos contemplar el Rostro de Dios, lo que Santo Tomás de Aquino llama «La Visión Beatífica de Dios», con los ojos descubiertos para contemplar el Rostro del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. En efecto, si ignoramos los peligros, las trampas y las tentaciones que nos rodean, será mucho más difícil alcanzar nuestra meta final.

1. NUESTROS TRES PRINCIPALES OBSTÁCULOS.  

Nacidos en la condición humana, todos nosotros, a excepción de Jesús y María, tenemos que luchar diariamente contra los tres principales obstáculos para nuestra vida espiritual, nuestra santificación y nuestra salvación eterna: el diablo, la carne y el mundo. Dios permite que el diablo presente a nuestra imaginación imágenes impuras. Nos corresponde repudiarlas y rechazarlas varonil e inmediatamente. El mundo se esfuerza por presentarnos el glamour, la inmodestia, la impureza y la lujuria sexual como algo totalmente normal y aceptable. Como resultado del Pecado Original que todos heredamos de nuestros primeros padres, Adán y Eva, somos concebidos y nacemos con concupiscencia, término que significa simplemente que tenemos tendencias innatas al pecado. Entre ellas está la del Pecado Capital de la Lujuria, que puede definirse concisamente como: «Un deseo desordenado de placer sexual». Todos debemos luchar contra estos enemigos: el diablo, la carne y el mundo. Buena noticia: ¡con la gracia de Dios todo es posible! Como nos recuerda San Pablo, en Cristo todos somos vencedores. (Rom 8,37) Jesús dijo: «Yo he vencido al mundo». (Jn 16,33)

2. INMODESTAD.  Nuestra Señora de Fátima afirmó, tristemente, que la mayoría de las almas se pierden para toda la eternidad en el fuego del infierno debido a la ruptura del 6º y 9º mandamientos, ambos referidos a la virtud de la pureza, a la importancia de vivir la castidad. La Virgen reveló a Jacinta, en un mensaje posterior, que muchos matrimonios no son buenos. También, Nuestra Señora afirmó que entrarán en el mundo muchas modas inmodestas que ofenderán gravemente a Dios. El Catecismo de la Iglesia Católica afirma que el pudor es el guardián de la virtud de la castidad. Por lo tanto, la inmodestia en todas sus formas es la puerta de entrada por la que desgraciadamente se cometen muchos pecados de impureza.

3. INTERNET/TELÉFONO/MEDIOS SOCIALES.  Todos ellos pueden ser utilizados para el honor y la gloria de Dios, para la predicación de la Buena Nueva del Evangelio, como instrumentos eficaces para la evangelización, como medios para convertir y salvar almas. ¡Todo esto es muy cierto! Sin embargo, los medios de comunicación social son un arma de doble filo; pueden usarse para un inmenso bien, pero también pueden usarse para un mal incalculable. San Ignacio nos enseña en Principio y Fundamento que estamos llamados a usar la creación para el honor y la gloria de Dios y no como medio de nuestra perdición y destrucción eternas. 

4. PORNOGRAFÍA.  Por supuesto, una secuela obvia del tema de Internet, el teléfono y los medios sociales es la presencia y el uso omnipresente de la pornografía. Muchos han calificado la pornografía como la droga moderna. Es, con mucho, el vicio y la adicción más penetrante, influyente y dominante, especialmente para los hombres, aunque su uso también está creciendo entre las mujeres. Su influencia es, como mínimo, devastadora. ¿Cuáles son, pues, los efectos habituales del consumo de pornografia?

LA PERSONA COMO OBJETO. La persona ya no es vista en su dignidad y destino innatos, sino como un objeto para ser visto, usado y descartado. El Papa Francisco menciona el concepto de «sociedad del descarte».

MENTE CONTAMINADA.  La mente, que debería ser la sede y el centro para absorber la verdad, se acaba convirtiendo en un pozo negro de aguas residuales morales. En lugar de mirar hacia el cielo, el individuo centra sus ojos y su atención en lo bajo, lo terrenal, lo sórdido y lo escuálido, que pronto inunda todo su ser.

ESCALADA.  Es triste decirlo, pero a menudo ocurre con respecto al porno que cuanto más se ve, más se desea verlo y en dosis más insanas.

DESENSIBILIZACIÓN.  El espectador de porno se insensibiliza cada vez más a lo que es puro, noble, bueno y digno de alabanza. Su mente, su corazón y sus emociones se vuelven insensibles, se endurecen.

ADICCIÓN.  Visto como la droga moderna, el porno puede formar fácilmente una adicción rápida y entre personas cada vez más jóvenes. Los estudios han demostrado que la adicción al porno puede ser más poderosa que la adicción a ciertas drogas.

ACTUAR SOBRE LAS IMÁGENES DE LA PORNOGRAFÍA.  Aún más, la adicción a la pornografía puede llevar fácilmente a pecados reales contra la pureza: masturbación, fornicación, prostitución, adulterio, incesto, actos homosexuales, etc. Estas acciones también pueden volverse altamente adictivas.

LA RUPTURA DE LAS FAMILIAS.  En una nota muy seria, muchas familias se han roto debido al uso y la adicción a la pornografía. Jesús eleva el listón con respecto a la importancia de la santidad en el ámbito de la pureza en su enseñanza en el Sermón de la Montaña: «Habéis oído que se dijo: no cometerás adulterio. Pero yo os digo que todo el que mira a una mujer con lujuria ya ha cometido adulterio con ella en su corazón». (Mt 5:27-28) Lo que Jesús está diciendo realmente es que un hombre casado que está viendo pornografía a propósito está cometiendo un acto de infidelidad, un acto de adulterio mental y emocional contra su esposa. Esto a menudo puede resultar en la ruptura de los matrimonios, al tiempo que perpetra y causa un daño irreparable a sus inocentes hijos.

ODIO A DIOS.  El más grande de los teólogos, Santo Tomás de Aquino, el Doctor Angélico, afirmaba que a menudo sucede que aquellos que se han entregado totalmente al pecado de la lujuria y la impureza, acaban odiando a Dios. ¿Será que muchos jóvenes de hoy han rechazado la Iglesia, los Sacramentos y la vida de oración por la esclavitud y adicción a algún pecado sexual, con la pornografía como motor?

LA TRISTEZA.  ¡Cuántas veces ha ocurrido que los padres miran una foto de su hijo cuando hizo la Primera Comunión y el niño irradiaba inocencia, pureza y alegría en todo su ser! Ahora que han pasado los años, y que su inocencia ha sido destruida por la exposición y el uso de la pornografía, esa alegría ha desaparecido y en su lugar una tristeza lúgubre y sombría llena su semblante. ¿El culpable? La pornografía.

PELIGRO DE PÉRDIDA ETERNA. Lo más grave y serio es que una vez que una persona se ha abandonado totalmente al vicio de la pornografía y la impureza, si muere en ese estado sin signos de arrepentimiento, existe la posibilidad real de perder la Presencia y la Visión de Dios para toda la eternidad. ¡Nuestra Señora de Fátima advirtió al mundo hace 100 años que los pecados de la carne son la razón principal de la pérdida de las almas en la eternidad!

5. LA CULTURA DEL ENGANCHE Y LOS NOVIAZGOS PREMATUROS  Hay que decir, para terminar, que la sociedad moderna, que promueve las citas y los noviazgos prematuros, milita fácilmente contra la virtud de la pureza. La Biblia enseña que hay un tiempo para todo bajo el sol. Esto incluye un tiempo y un lugar l conduzca al matrimonio. También significa que el tiempo y el uso adecuado de la sexualidad tiene lugar sólo en el contexto del Sacramento del Santo lMatrimonio. Es triste decir que toda la idea de la convivencia, el matrimonio de prueba, la cohabitación, llámese como se quiera, es realmente una grave epidemia que está impregnando toda la sociedad. La sexualidad tiene su lugar propio sólo entre un hombre y una mujer casados sacramentalmente en la Iglesia en la que ambos se entregan el uno al otro como un don de amor y con la apertura a la vida, es decir, la apertura a la procreación, a tener hijos como un verdadero don de Dios.

En conclusión, estos son algunos de los principales obstáculos o barreras que se nos presentan para vivir plenamente esta virtud tan exigente pero tan necesaria de la pureza. Si somos conscientes y conocemos estas posibles trampas y escollos, como valientes soldados de Jesús y María, podemos estar atentos, rezar y ser enérgicos, y finalmente ganar la batalla de vivir la Bienaventuranza: «Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios».  (Mt 5,8) Entonces nuestra recompensa será contemplar la Visión Beatífica del Rostro de Dios para siempre en el cielo. Que el Corazón puro e Inmaculado de María sea nuestro refugio seguro en el tiempo y para siempre. Amén. 

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Jun 16 2022

LECTURAS DEL DIA | 16 DE JUNIO 2022

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)

JUEVES, 16 de junio Mt 6, 7-15 Aleluya:  «Habéis recibido un espíritu de adopción como hijos por el que clamamos: ¡Abba! Padre!» 

Jesús no nos pide que seamos santos, nos lo ordena: «Sed santos como vuestro Padre celestial es santo». (Mt 5,48) ¡Hoy el P. Ed nos muestra cómo podemos ser santos! 

¡SED SANTOS COMO VUESTRO PADRE CELESTIAL ES SANTO! Por el P. Ed Broom, OMV

Todos nosotros estamos llamados a ser santos. ¿Cómo lo sabemos? Jesús nos lo ordenó: «Sed santos como vuestro Padre celestial es santo». (Mt 5:48) En otras palabras: ¡Conviértete en un santo! La mayoría de los santos no han sido canonizados oficialmente, sino que son anónimos, desconocidos salvo por Dios.

Dado que se trata de un mandato serio dado por el propio Jesús, de ser santos, de convertirse en santos, vamos a destacar brevemente diez de las notas o características más destacadas de los santos. Esto servirá para motivar a todos y cada uno de nosotros a convertirnos en lo que Dios nos ha llamado a ser: ¡un santo!

1. ANTÍTESIS DE LA SANTIDAD: EL PECADO.  

Empecemos por lo negativo. Los santos aborrecen, detestan de verdad el único gran mal del mundo: la realidad del pecado. La cultura moderna glorifica e incluso promueve el pecado; los santos luchan contra él. El lema de Santo Domingo Savio para su primera comunión fue la siguiente afirmación inmortal ¡MUERTE ANTES QUE PECADO!

2. ORACIÓN 

Es absolutamente imposible encontrar y leer la vida de algún santo que no se haya tomado en serio su vida de oración y haya dedicado grandes bloques de tiempo a la oración, que es unión y amistad con Dios (Santa Teresa de Ávila). Asúmelo, todos podemos mejorar en nuestra vida de oración; podemos rezar más y siempre podemos rezar mejor. Que el Espíritu Santo nos ilumine e inspire para mejorar nuestra vida de oración en nuestra búsqueda de la santidad.

3. HUMILDAD.

Los santos son verdaderamente humildes. Por humildad entendemos lo siguiente: los santos atribuyen todo el bien que han hecho a Dios, origen, autor y fin de todo bien. Cuando se le felicita por algún bien hecho, casi espontáneamente el santo responde ¡Gracias a Dios!

4. HAMBRE DE SANTIDAD.

Un auténtico santo tiene verdadera hambre y sed precisamente de eso: de santidad, de convertirse en santo. Si se quiere, el santo vive el primer verso del Salmo 41: «Como el ciervo anhela las aguas corrientes, así mi alma te anhela a ti, Señor, mi Dios». Un santo admite que no es un santo, pero realmente anhela serlo algún día. Este anhelo es realmente la mitad del triunfo de ganar la corona de la santidad. Muchos anhelan el dinero, el poder, el placer, el éxito y las posesiones. ¡No así el santo! Su único deseo es amar a Dios plenamente, totalmente y sin reservas, y así convertirse en el santo que Dios le ha llamado a ser.

5. CARIDAD.  

El santo está motivado para asimilar y llevar a cabo de palabra y obra el mayor de todos los Mandamientos: el Mandato de amar a Dios y al prójimo. Si quieres ver una imagen gráfica de la caridad, levanta los ojos a Jesús crucificado, a Jesús colgado de la cruz, y tendrás una imagen clara de la caridad. Estamos llamados a amar a Dios totalmente y a amar al prójimo como a nosotros mismos. En una ocasión, Jesús se le apareció a Santo Tomás de Aquino, después de haber alcanzado enormes logros, y le preguntó al santo qué don deseaba más. Inmediatamente, Aquino respondió Señor, concédeme la gracia de amarte cada día más». San Juan de la Cruz afirmó: «En el ocaso de nuestra existencia seremos juzgados por el amor». Santa Francisca de Sales añade con estas palabras: «La medida con que debemos amar a Dios, es amarlo sin medida».

6. EL CELO POR LA SALVACIÓN DE LAS ALMAS.  

Dos santos se encontraron, uno era un joven y el otro, un sacerdote. El joven levantó la vista y vio en la pared unas palabras escritas en latín y le preguntó al sacerdote qué eran esas palabras y qué significaban. El sacerdote le respondió que esas palabras eran su lema y que eran: «Dame almas y llévate todo lo demás». El niño respondió con: «Yo soy el paño, tú eres el sastre; ¡hazme santo!». El sacerdote era San Juan Bosco; el joven era Santo Domingo Savio. Un auténtico santo ama a Dios y ama lo que Dios ama: la salvación de las almas inmortales, incluida la suya. Un alma vale más que toda la creación del mundo natural. La razón del dolor insoportable que Jesús sufrió voluntariamente en su Pasión y la efusión de su Preciosísima Sangre fue precisamente ésta: salvar almas inmortales para toda la eternidad. Los estigmas durante cincuenta años de San Padre Pío, las 13-18 horas diarias en el confesionario en la vida del Cura de Ars-San Juan Vianney, los sacrificios heroicos de los niños pequeños de Fátima, el victimismo de Santa Faustina, tenían una sola razón y fuerza motivacional: el amor a Dios y el hambre y sed de la salvación de las almas.

7. PECADORES EN APUROS QUE SE LEVANTAN AL CAER.  

Muchos han sido engañados con una visión artificial, azucarada y un tanto romántica de un santo como alguien exento de las debilidades humanas y de los fallos morales. Nada más lejos de la realidad. Los santos nacen pecadores. Sin embargo, una característica común del santo es que, al caer, pecador como es, se recupera con resistencia; vuelve al Señor a través de la confesión con buena voluntad, verdadera contrición y un firme propósito de enmienda. El venerable Bruno Lanteri enseñaba NUNC CAEPI, es decir, que si caemos, debemos levantarnos inmediatamente y confiar aún más en la gracia y la misericordia del amoroso Corazón de Jesús. No es de extrañar que en el Diario de Santa Faustina, Jesús nos recuerde que el mayor pecador puede convertirse en el mayor santo si confía plenamente en su misericordia. El venerable Fulton Sheen nos recuerda que el primer santo canonizado fue un asesino, un insurrecto y un ladrón que colgó de una cruz junto a Jesús en el Calvario. Como señala Sheen «Y murió como un ladrón porque robó el cielo». Lee y medita sobre la Parábola del Hijo Pródigo que también se puede denominar, la Parábola del Padre Misericordioso». (Lc 15,11-32)

8. AMOR FERVIENTE A LA FUENTE DE TODA SANTIDAD: LA SANTA EUCARISTÍA.  

La fuente última de la gracia, de la pureza, de la fuerza y de la santidad es el mismo Jesús. El medio más eficaz por el que podemos unirnos a Jesús en su Cuerpo Místico es a través de los Sacramentos. El más grande de todos los Sacramentos es la Santísima Eucaristía, por la sencilla pero profunda razón de que la Eucaristía es realmente Jesús: ¡Su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad! ¡Jesús es el Santo de los Santos! Jesús es Dios, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. Aunque pueda sonar banal o incluso trivial o hasta un cliché, hay un verdadero truismo detrás de esta frase: «¡Nos convertimos en lo que comemos!» Los malos hábitos alimenticios pueden producir problemas de salud; los buenos hábitos alimenticios pueden contribuir a la salud y a la longevidad. En un sentido paralelo, pero real, cuando alimentamos nuestras almas con el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Jesús, con fe, amor, devoción y fervor, entonces empezamos a pensar como Jesús, a sentir como Jesús, a actuar como Jesús, a ser como Jesús, hasta que podemos decir con San Pablo: «Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí.» (Gal 2,20)

9. ABIERTOS Y DÓCILES AL ESPÍRITU SANTO 

El padre Jacques Philippe escribió una breve obra maestra sobre este tema con el título «En la escuela del Espíritu Santo». En este breve pero inspirador libro, el Padre Jacques recuerda constantemente a sus lectores que la santidad depende esencialmente de una actitud, una acción y un plan de vida básicos: ser dóciles al Espíritu Santo y a sus inspiraciones celestiales. Como Consolador, Consejero, Maestro Interior, Paráclito, Dulce Huésped del Alma, el Espíritu Santo habla suave pero insistentemente al alma pura, humilde y dócil, guiándola en el curso apropiado de acción que conduce a la santidad de vida, que nos lleva a convertirnos en los santos que todos estamos llamados y destinados a ser. San Pablo nos recuerda: «No sabemos orar como es debido, pero el Espíritu Santo intercede por nosotros con gemidos inefables para que podamos invocar Abba, Padre». (Rm 8,26) Precisamente por eso el Papa San Juan XXIII afirmaba: «Los santos son las obras maestras del Espíritu Santo».

10. MARÍA Y LOS SANTOS 

Nuestra Señora, María Santísima, es la Reina de los Ángeles, la Reina de las Vírgenes, la Reina de los Confesores, Reina de los Mártires, Reina y belleza del Carmelo, Reina del Santísimo Rosario, y finalmente María es Reina de todos los Ángeles y Santos. Después de su muerte, Santo Domingo Savio se le apareció bañado en la gloria celestial a San Juan Bosco y le dijo al santo sacerdote lo que le dio la mayor alegría en su corta vida en la tierra (14 años y 11 meses). Era precisamente esto: su gran amor y confianza en la Santísima Virgen María. Santo Domingo terminó este encuentro con San Juan Bosco exhortándole a difundir la devoción a María en la mayor medida posible. María inspira a los santos a rezar con fervor. María inspira a los santos a volver a Dios después de pecar. María anima a los santos a amar a Jesús con todo su ser. La presencia de María ayuda a los santos a evitar los peligros morales. La presencia maternal y amorosa de María ayuda a los santos a pasar de la desolación al consuelo. Por eso, los santos claman a María con estas palabras: «Salve, Santa Reina, Madre de la misericordia, nuestra vida, nuestra dulzura y nuestra esperanza».

Nuestra última oración y esperanza es que todos nuestros lectores se conviertan en santos y grandes santos. Nuestra esperanza y oración es que todos vosotros seáis un día una joya preciosa, resplandeciente y gloriosa en la corona de María para contemplar y alabar a la Santísima Trinidad por toda la eternidad. 

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros para que alcancemos la gracia de convertirnos realmente en el santo que Dios nos ha destinado para toda la eternidad. Amén.

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Jun 15 2022

LECTURAS DEL DIA | 15 DE JUNIO 2022

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)

MIÉRCOLES, 15 de junio Mt 6, 1-6, 16-18 «Cuando ores, entra en tu cuarto interior, cierra la puerta y ora a tu Padre en secreto. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará». 

La oración más importante y eficaz del mundo es el Santo Sacrificio de la Misa. Todas las demás oraciones son obra nuestra; la Misa es el Opus Dei, ¡la obra de Dios!

LA MISA: ¡CURACIÓN DE NUESTRO PASADO, PRESENTE Y FUTURO! Por el P. Ed Broom, OMV

En el tiempo de Adviento una de las lecturas del Evangelio es la larga lista del Origen Genealógico de Jesús, en los tres grupos de 14 nombres. Atemorizado por la larga lista y desconcertado sobre cómo predicar una homilía sobre esta larga lista de nombres se me ocurrió este pensamiento: la curación de nuestro propio Árbol Genealógico.

HERIDAS ORIGINALES.  Todos los que venimos al mundo como hijos de Adán y Eva, heredamos la Herida Original así como sus consecuencias. Con la excepción de la Inmaculada Concepción de María y el Nacimiento Virginal de Jesús, todos heredamos el Pecado Original y sus consecuencias en el mismo momento de nuestra concepción. Es cierto. El Bautismo lava la mancha del Pecado Original pero no las consecuencias que Santo Tomás de Aquino denomina concupiscencia. 

PECADOS CAPITALES.  Aquellas malas tendencias que se definen como Pecados Capitales permanecen en nuestro ser hasta que morimos. Son los siguientes: Gula, Lujuria, Avaricia, Pereza, Envidia, Ira y Soberbia. Con la ayuda de la gracia de Dios y de nuestra colaboración con él hay que domar estas malas tendencias y practicar las virtudes opuestas.

LA HUMANIDAD HERIDA.  Toda la humanidad tiene, pues, la herida mortal derivada del Pecado Original.  Sin embargo, para agravar el estado de nuestra naturaleza humana herida, está nuestra propia culpabilidad moral que fluye de nuestro propio pecado personal. El Pecado Original hiere desde el principio; el pecado personal y actual agrava el estado de nuestra condición de heridos.

LA HUMANIDAD HERIDA QUE CAMINA.  Vivimos en un mundo que camina al lado de una humanidad herida que camina y añadimos nuestra propia cuota a este mundo herido y roto.

HERIDO QUE HIERE O HERIDO QUE SANA.  Teniendo en cuenta nuestra condición de heridos hay dos posibilidades u opciones. O somos heridos-que hieren o nos convertimos en heridos-sanadores. Si no aceptamos nuestra condición de heridos, nuestra herida crece, se encona y se extiende como una enfermedad, como una pandemia moral. Herimos a los demás con nuestra condición de heridos.

SANADOR HERIDO.  Sin embargo, si reconocemos que estamos verdaderamente heridos y lo admitimos, y nos esforzamos por buscar la curación, entonces ésta puede hacerse realidad. ¿Cómo? La única solución es correr hacia Jesús. Sólo Jesús puede curarnos de verdad. De hecho, sólo Él es el Sanador Herido. El profeta Isaías hizo referencia a la venida de Jesús y a su misión cuando dijo «Por sus heridas hemos sido curados».

SU PASIÓN: LAS HERIDAS Y NUESTRA CURACIÓN.  En su Pasión, Jesús fue herido por nuestra causa. Su flagelación en el Pilar, su coronación de espinas, su caída bajo el peso de la cruz, los clavos que le atravesaron las manos y los pies, su costado atravesado por la lanza: todo ello manifiesta las heridas abiertas de Jesús.

ENCONTRAR REFUGIO EN ESTAS HERIDAS  Si buscamos sinceramente refugio en las heridas de Jesús, podemos experimentar su curación. En concreto, la curación de nuestras heridas morales puede tener lugar en el contexto de los Sacramentos y, muy especialmente, en el Sacramento de la Confesión. De hecho, cada Sacramento comunica no sólo la gracia, sino una gracia sacramental específica que lo diferencia de los demás. La Sagrada Eucaristía confiere alimento y fuerza espiritual. El Sacramento de la Confesión confiere la curación moral de las heridas que hemos contraído a causa del mal moral que llamamos pecado.

LA SANGRE DEL PODER CURATIVO DE CRISTO.   Cada vez que nos acercamos al Sacramento de la Confesión con buena disposición, entonces con la Confesión de los pecados y la absolución Sacramental, la Preciosa Sangre de Jesús que fue derramada en la cruz del Calvario aquel Primer Viernes Santo lava nuestros pecados. La Preciosa Sangre nos limpia y nos sana.

SANACIÓN DE NUESTRO ÁRBOL GENEALÓGICO.  Recientemente se ha escrito mucho sobre la curación de nuestros antepasados, de nuestros parientes del pasado, de las heridas abiertas de épocas pasadas. Por muy fascinante que parezca este tema y la variedad de formas de abordar la curación de nuestro árbol genealógico, creo que hay realmente una manera, un medio o una práctica muy eficaz que podemos emprender. En efecto, si nos remontamos a nuestros primeros antepasados, Adán y Eva, hay muchas heridas, heridas abiertas, heridas no curadas del pasado que repercuten en el presente y pueden extenderse hasta el futuro.

EL SANTO SACRIFICIO DE LA MISA Y LA CURACIÓN UNIVERSAL  De todos los remedios posibles para curar a la humanidad herida, pasada, presente y futura hay un medio todopoderoso que tenemos a nuestra disposición: el Santo Sacrificio de la Misa.

LA MÁS PODEROSA DE TODAS LAS ORACIONES.  De todas las oraciones que se pueden ofrecer en el pasado, en el presente y en el futuro, no hay una oración más poderosa y eficaz que el Santo Sacrificio de la Misa. Es verdaderamente el OPUS DEI, la gran obra de Dios mismo. En realidad es Dios ofreciéndose a Dios; Jesús (la Segunda Persona de la Trinidad) se ofrece a sí mismo en las manos de su Padre Celestial a través del poder del Espíritu Santo y para la salvación de la humanidad.

CALVARIO: LA MISA QUE TRASCIENDE TODOS LOS TIEMPOS Y LUGARES.  Si bien es cierto que Jesús murió en el Calvario, el Viernes Santo, hace más de dos mil años, la presencia y el poder del Calvario se extiende a todos los tiempos y lugares, incluso hasta el final de los tiempos. ¿Cómo se produce esto? En cada Sacrificio de la Misa, hoy, mañana y hasta el final de los tiempos, esto nos remite al Calvario. Aquel primer Viernes Santo, mientras Jesús colgaba de la cruz, derramó su preciosísima Sangre. Esa misma Sangre que Jesús derramó voluntariamente y en abundancia se hace presente en cada Misa. Y es a través del derramamiento de la Sangre del Cordero de Dios que quita los pecados del mundo que la purificación de nuestros pecados y la salvación se hacen realidad.

OFRECIENDO EL SANTO SACRIFICIO DE LA MISA PARA SANAR NUESTRO PASADO, PRESENTE Y FUTURO.  Ahora al punto de nuestro tema: ¡OFRECER LA MISA PARA LA CURACIÓN!  Ahora ofrece el Santo Sacrificio de la Misa por tu familia y las dos líneas diferentes (si estás casado) el marido y su familia del pasado; luego la esposa y su familia del pasado.

LAS INTENCIONES.  Ahora bien, esa intención de la misa se puede especificar de la siguiente manera: (Familias: López y García-sanación del pasado, del presente y del futuro).  Por lo tanto, esta intención incluye el lado materno y su pasado, presente y futuro; luego también incluye el lado paterno, el pasado, presente y futuro.   Esta intención es universal, omnicomprensiva.  En un sentido real, es católica, es decir, universal. Expliquemos ahora las tres dimensiones temporales del pasado, el presente y el futuro. 

LA SANTA MISA: ACONTECIMIENTO METAHISTÓRICO  Por metahistórico se entiende que trasciende todo tiempo, lugar, acontecimiento y cultura. El poder y la eficacia de la Santa Misa se remontan al Calvario (hace 2000 años); su fruto y sus efectos están presentes ahora mismo, pero también su poder se extiende en el futuro hasta el final de los tiempos. Es a través de la Preciosa Sangre de Jesús derramada en el Calvario que las heridas se curan realmente y los heridos pueden convertirse en sanadores heridos.

PASADO.  Mediante la ofrenda del Santo Sacrificio de la Misa -este acontecimiento metahistórico- la Preciosa Sangre de Jesús puede aplicarse a los miembros de la familia -tanto materna como paterna- durante años, décadas e incluso siglos. En concreto, en la familia López y García son innumerables. Muchos de estos miembros no estaban preparados para acceder directamente al Cielo, sino que están detenidos en el Purgatorio. Por lo tanto, esta Misa ofrecida en el presente puede servir como un medio eficacísimo para purificar estas almas detenidas en el Purgatorio; no sólo eso: ¡algunas pueden ser liberadas del Purgatorio y llegar finalmente a su Casa Celestial para toda la eternidad! ¡La Curación es total y completa!

PRESENTE.  Estas dos familias tienen muchos miembros directos, así como parientes de sangre, como primos y tíos. Ahora el Santo Sacrificio de la Misa en el presente puede servir como un medio poderosísimo para santificar a muchos, convertir a otros, evitar que otros cometan atroces errores morales, puede servir como un escudo contra los astutos pero persistentes ataques del enemigo, el diablo que siempre está al acecho como un león rugiente que busca devorar. ¡Innumerables luces, inspiraciones, percepciones, fluyen invisible pero poderosamente a los miembros de la familia y todo por medio de la Preciosa Sangre de Jesús derramada en la cruz del Calvario el Viernes Santo pero aplicada en el momento presente!

EL FUTURO.  Es Dios mismo quien creó el tiempo con todas sus ramificaciones. Sin embargo, Dios mismo no está confinado en el tiempo y en el espacio como lo experimentamos los vivos. En un sentido real, Dios vive en el presente eterno. En este caso, aunque la misa se ofrezca por la familia López-García en el momento presente, sus efectos pueden extenderse hacia el futuro. En verdad, los efectos de cada Santo Sacrificio de la Misa pueden extenderse hacia el futuro, muy hacia el futuro. Si quieres, esta Misa ofrecida ahora mismo puede extenderse en su poder y eficacia hasta el final de los tiempos y en la eternidad.  ¿Cómo puede ser esto?   Bien, un miembro de la familia García-López que vive en el año 2500 está en su lecho de muerte después de vivir una vida inmoral y pecaminosa durante muchos años. Poco antes de expirar recibe una luz, y una visión, una inspiración para arrepentirse y volver su corazón a Dios. Sus últimas palabras antes de entregar su espíritu son: Jesús, ten piedad de mí, pecador; Jesús, confío en tu amorosa misericordia. Estas palabras no sólo se expresan con los labios, sino que están profundamente pensadas en su corazón. Se ha salvado.  Lo fascinante es lo siguiente: la misa ofrecida cerca de quinientos años antes por un miembro de la familia del clan García-López fue el medio por el cual, en su lecho de muerte, este pecador empedernido recibió la gracia de la conversión final.

En conclusión, todos nosotros podemos aprovechar una fuente de valor infinito: ¡el Santo Sacrificio de la Misa! Incluso una misa ofrecida por nuestros familiares puede tener una repercusión universal.  La Preciosa Sangre de Jesús, derramada en el Calvario, pero aplicada en cada Misa tiene una extensión universal. La Santa Misa puede purificar a nuestros familiares difuntos que quizás vivieron cientos de años en el pasado. El Santo Sacrificio de la Misa puede servir para convertir, santificar y salvar a los familiares que viven en la época actual. Finalmente, qué grande y poderoso es Dios a través de su Pasión, muerte y Resurrección, todo ello aplicado en el Santo Sacrificio de la Misa. En los años futuros, la Santa Misa puede prevenir el pecado, santificar las almas y convertir a los pecadores más endurecidos.  Recemos para que, a través de la Santa Misa, la Preciosa Sangre de Jesús, no seamos heridos, sino sanadores heridos en un mundo roto y herido. Amén. 

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