Jueves de la IV semana del Tiempo ordinario
LECTURAS DEL DIA | 2 DE FEBRERO 2022
Fiesta de la Presentación del Señor
LECTURAS DEL DIA | 1 DE FEBRERO 2022
Martes de la IV semana del Tiempo ordinario
«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)
MARTES 1 DE FEBRERO Mc 5,21-43 «Tomándola de la mano, le dijo: «Talitha cumi», que significa: «Niña, te digo que te levantes». Y al instante la niña se levantó y empezó a caminar (pues tenía doce años), y al instante quedaron asombrados.»
El hecho de que Jesús resucitara a esta niña de la muerte a la vida es un milagro dramático y asombroso. Dicho esto, un milagro mucho mayor es el del alma resucitada de la muerte del pecado mortal a la nueva vida en la gracia. ¿Cuántos de nosotros nos hemos detenido a considerar, y mucho menos a agradecer a Dios, las súper abundantes gracias que fluyen en nuestra alma a partir de una Confesión bien hecha y completa?
¡AGÁRRATE A LA MANO MISERICORDIOSA DE DIOS-25 FRUTOS DE LA CONFESIÓN! Por el P. Ed Broom, OMV
Como resultado del Pecado Original, todos nosotros, con la excepción de Jesús, y María por el privilegio de la Inmaculada Concepción, somos concebidos con el Pecado Original, cometemos pecados, y somos realmente pecadores.
San Agustín, que vivió como un esclavo del pecado, un esclavo de sus propias pasiones pecaminosas hasta sus 30 años, después de su conversión escribió y enseñó algunas de las más bellas y profundas reflexiones en la historia del mundo. De gran consuelo es la enseñanza de Agustín sobre el pecado de Adán y Eva, que denominó ¡Oh, feliz culpa! ¿Por qué, se preguntarán, el Pecado Original sería considerado una Feliz Culpa? Agustín nos enseña que, como resultado del Pecado Original, Dios trajo al mundo un bien mucho mayor. El bien mayor es la Encarnación del Hijo de Dios. El Padre Eterno, en su infinito amor, envió al mundo, y a cada uno de nosotros individualmente, a Jesús nacido de la Virgen María, para mostrarnos cómo vivir, pero sobre todo para morir en la cruz y resucitar de entre los muertos para darnos una nueva vida y vida en abundancia.
LA MISERICORDIA DE DIOS A TRAVÉS DE LA IGLESIA Y LA CONFESIÓN Antes de subir al cielo, Jesús nos aseguró que estaría con nosotros siempre, incluso hasta el fin del mundo. ¿Cómo? La respuesta es clara e inequívoca: a través de la Iglesia, y muy especialmente a través de los Sacramentos. Todos los Sacramentos comunican la gracia, pero cada uno de ellos comunica una gracia específica propia que lo diferencia de los otros seis Sacramentos. El Sacramento de la Confesión es el Sacramento de la misericordia y de la curación de Dios. Al cometer un pecado, nos herimos a nosotros mismos y a los demás. Al recibir dignamente el Sacramento de la Confesión, recibimos una profunda curación interior.
FRUTOS/EFECTOS DE UNA BUENA CONFESIÓN Hay mucho que se puede decir sobre el Sacramento de la Confesión. Sin embargo, el propósito de este ensayo es destacar los frutos o efectos positivos del Sacramento de la Confesión, también conocido como Penitencia, Perdón, así como Reconciliación.
NOTA IMPORTANTE: LA GRACIA DISPOSITIVA DEL SACRAMENTO Hay que decir que los Sacramentos son dones extraordinarios del Sagrado Corazón de Jesús. Los Sacramentos son depósitos infinitos de gracia. Sin embargo, la teología clásica nos enseña el concepto de Gracia Dispositiva; con esto se quiere decir que se recibe una abundancia de gracias o una cantidad ínfima de gracias en proporción directa a la disposición del corazón. Lo que significa que una mejor preparación, lleva a una mejor disposición del corazón, y a una recepción más fructífera con gracias más abundantes. En otras palabras, la recepción frívola, despreocupada y mediocre de los Sacramentos disminuye en gran medida las gracias que Dios quiere comunicar al alma. En efecto, una tarea espiritual digna y noble sería el deseo ardiente de recibir los Sacramentos con un corazón ferviente y bien dispuesto. ¡Que la Virgen nos ayude!
Pasemos ahora a enumerar las muchas gracias que se derivan de una recepción bien preparada, bien dispuesta y ferviente del Sacramento de la misericordia de Dios. En efecto, ¡¡¡agarrémonos a la Mano Misericordiosa de Dios!!!
1. RESTAURACIÓN DE LA GRACIA SANTIFICANTE. Si tuviéramos la desgracia de caer en pecado mortal, nunca debemos desesperar, sino lanzarnos al abrazo misericordioso del amor de Dios. Por el pecado mortal perdemos la gracia santificante en nuestra alma; una buena confesión restaura la gracia santificante en nuestra alma, es decir, la amistad con las tres Personas de la Santísima Trinidad.
2. AUMENTA LA GRACIA SANTIFICANTE. Si no hemos cometido pecado mortal, podemos recibir el Sacramento de la Confesión confesando nuestros pecados veniales. Al hacerlo, estamos aumentando, incrementando e intensificando la gracia santificante en nuestras almas. En efecto, morir en gracia santificante es nuestro pasaporte al cielo y a la vida eterna. ¡No deberíamos vagar sin rumbo sin este pasaporte!
3. HUMILDAD. En efecto, Dios ama a los humildes y rechaza a los soberbios de corazón. Confesar bien nuestros pecados en el Sacramento de la Confesión exige una cuota de humildad no pequeña. No nos gusta admitir nuestras debilidades, exponer nuestros trapos sucios y confesar que hemos fallado. La confesión vence el orgullo al practicar la humildad, tan agradable al Corazón de Dios, como rezamos en el Salmo 51,17… «Un corazón humilde y contrito, oh Dios, no lo despreciarás.»
4. EL AUTOCONOCIMIENTO. La Teología Espiritual, especialmente la ignaciana, insiste en el carácter indispensable del autoconocimiento. Los Padres del Desierto tienen un axioma de dos palabras: ¡CONOCETE A TI MISMO! Recurrir con frecuencia al sacramento de la Penitencia es una ayuda indispensable para conocer quiénes somos, tanto los nobles como los innobles, tanto los santos como los pecadores, tanto las luces como las sombras y las tinieblas que acechan en el interior de nuestra conciencia. La confesión nos señala quiénes somos realmente, y nos ayuda a dejar de racionalizar, justificar o incluso mentir sobre nuestra verdadera identidad.
5. COMPASIÓN HACIA LOS DEMÁS. La confesión también sirve inmensamente en nuestra
actitud hacia los demás. Un fruto positivo de la confesión es que reconocemos lo mucho que podemos caer, lo pecadores que somos. Esto sirve como plataforma para ayudarnos a no despreciar y condenar a los demás; en otras palabras, nos ayuda a ser más compasivos con los demás. Jesús dijo: «Sed misericordiosos como vuestro Padre celestial es misericordioso». (Lc. 6:36)
6. SER MÁS CUIDADOSOS Y VIGILANTES. Junto con el fruto del autoconocimiento viene una actitud de velar por nosotros mismos, estar atentos, para no resbalar y caer en las mismas trampas del pecado. Jesús dijo: «Velad y orad; porque el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil». (Mt. 26:41)
7. EL PODER DE LA SANGRE DEL CORDERO DE DIOS La reserva infinita de gracias que brota del Sagrado Corazón traspasado de Jesús se aplica al pecador penitente. Aunque invisible, de manera mística pero muy real el alma del pecador arrepentido es purificada por la Sangre Preciosa del Cordero de Dios que quita los pecados del mundo.
8. EFECTO LIMPIADOR. El pecado mancha o ensucia nuestra mente, corazón, alma y conciencia. Por el contrario, la Confesión nos limpia. Como señala el profeta Isaías «Aunque vuestros pecados sean negros, yo los haré blancos como la nieve». (Is. 1:18) ¡Lo que una buena ducha, el jabón y el champú hacen al cuerpo sucio, lo hace el Sacramento de la Confesión al alma sucia!
9. LA PAZ INTERIOR DEL ALMA. Todos sabemos por experiencia que uno de los efectos nocivos del pecado es que roba a nuestra vida espiritual la paz, una paz que todos anhelamos tan ardientemente. La confesión nos devuelve esa paz. Al despedir al penitente, el sacerdote suele decir: «El Señor Jesús ha perdonado todos tus pecados; ¡vete ahora en PAZ!». Que todos nosotros seamos un SHALOM viviente y respirante: ¡la paz sea contigo!
10. ALEGRÍA: ALÉGRATE EN EL SEÑOR. Otro efecto venenoso del pecado en nuestras vidas es que amortigua y muchas veces destruye nuestra alegría. San Pablo nos manda: «Alegraos en el Señor; lo repito, alegraos en el Señor». (Flp 4,4) A menudo, al salir del confesionario, se puede ver una alegría radiante en los rostros de los pecadores perdonados. La parábola del hijo pródigo es la historia de la alegría del hijo arrepentido que vuelve a casa al abrazo amoroso del Padre. (Lc. 15: 11-32) El hijo estaba dispuesto a agarrarse a la Mano Misericordiosa del Padre.
11. ALIGERAMIENTO DE LA CARGA. Otro peligro de vivir en pecado es que la carga increíblemente pesada del pecado nos agobia. Confesar nuestros pecados al sacerdote que representa a Jesús, Nuestro Salvador, nos libera del peso del pecado en nuestra mente, corazón y alma. Jesús nos recuerda: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil y mi carga es ligera. (Mt. 11:28-30)
12. VIVIR EL MISTERIO PASCUAL Al recibir el Sacramento de la Reconciliación con una buena disposición, vivimos lo que se llama El Misterio Pascual— la pasión, muerte y resurrección del Señor Jesús. Con esto queremos decir que, al confesar y tener arrepentimiento de nuestros pecados, realmente morimos al pecado y resucitamos de la tumba para comenzar una nueva vida.
13. LA EXPERIENCIA DE LÁZARO. (Jn. 11:43-44) Lázaro estaba muerto y enterrado, y en la tumba durante cuatro días. Jesús se acercó, les dijo que quitaran la piedra, y luego con una fuerte voz gritó: «¡Lázaro, sal!» El muerto se levantó y salió de la tumba, ¡plenamente vivo, totalmente restaurado a la vida! Jesús es la Resurrección y tiene las llaves de la vida eterna. Al hacer una buena confesión, salimos de la tumba de nuestra vida pecaminosa y caminamos en la vida y la luz del Señor Jesús resucitado, ¡Aleluya!
14. SUPERAR LA DEPRESIÓN. Muchos sufren hoy de depresión aguda. Nos atreveríamos a afirmar que, en muchos casos, esta depresión aguda está en proporción directa a que el individuo está sumergido en el fango del pecado. Al poder descargar todos nuestros pecados y culpas en una buena confesión sacramental, la depresión suele disiparse como la bruma de la madrugada expuesta al sol.
15. LIBERTAD DE LA CULPA. Muchos viven hoy en día con una conciencia culpable y esto puede ser una verdadera tortura. Shakespeare destaca este punto en Macbeth. Como resultado de la participación en el asesinato, Lady Macbeth siente constantemente la necesidad de lavarse las manos, deseando realmente liberarse del derramamiento de sangre en su conciencia. En este contexto, Shakespeare dice: «La conciencia nos hace cobardes a todos». En efecto, ¡qué infierno en la tierra es vivir con una conciencia sucia y acusadora! Una buena confesión nos libera de esta culpa.
16. LIBERTAD DE LA ESCLAVITUD. Jesús dice que el diablo es un mentiroso y un asesino desde el principio. (Jn. 8:44) ¡Jesús también dice que el pecado es ESCLAVITUD! ¡¡¡Jesús vino a liberar a los cautivos!!! ¿Libre de qué? ¡Jesús (que significa Salvador) vino a salvarnos, a liberarnos, a librarnos de la esclavitud causada por el pecado! ¡Una buena confesión rompe las cadenas y los grilletes que nos han mantenido atados como prisioneros!
17. PUREZA DE VIDA, PUREZA DE CONCIENCIA, PUREZA DE ALMA Una de las ocho bienaventuranzas enseñadas por Jesús es la siguiente: «Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios». (Mt. 5:8) El pecado es impureza, en una u otra forma. La confesión purifica la ventana interior de nuestra alma. Como tal, podemos ver a Dios en esta vida a través de la oración contemplativa, y lo veremos para siempre en la Visión Beatífica en el cielo.
18. COMUNIONES MÁS FERVIENTES, PURAS Y EFICACES. Relacionada con la pureza recibida a través de la Confesión está la de una recepción más fecunda y eficaz de la Sagrada Comunión. Si quieres, sigue esta analogía. Una vez que el cristal de una ventana sucia se rocía con Windex y se limpia, la luz del sol puede inundar la habitación mucho más plenamente. Del mismo modo, cuanto más pura es el alma, más abundantes son las gracias que pueden inundar el alma en la recepción de la Sagrada Comunión. Las buenas confesiones nos ayudan a hacer mejores comuniones.
19. DESTRUIR LOS MALOS HÁBITOS. Un mal hábito lo llamamos vicio; un buen hábito lo llamamos virtud. En efecto, es imposible que con nuestros propios recursos naturales superemos los malos hábitos, los vicios y el pecado en nuestra vida. Sólo Dios puede hacerlo. El camino más eficaz es el de las confesiones frecuentes y bien preparadas.
20. LAS VIRTUDES ESTABLECIDAS. Por supuesto que lo contrario de un vicio es una virtud. Las buenas confesiones pueden convertirnos de individuos pecadores, mezquinos y viciosos en personas bondadosas, santas y virtuosas en el Camino de la Santidad.
21. ¡VENCE AL DIABLO! El diablo quiere que cometamos pecados, que vivamos en pecado y que muramos en estado de pecado para que estemos bajo su dominio para siempre en el infierno. Una buena confesión es en realidad más poderosa que un exorcismo. Un exorcismo es un mero sacramental; la confesión ¡es un Sacramento-un poderoso encuentro con Jesús que nos sana y nos salva!
22. LA CONFESIÓN ES UNA MEDICINA PARA EL ALMA. La gracia específica del Sacramento de la Confesión es que cura al alma de su enfermedad contraída por el pecado. Jesús es conocido como el Médico Divino. El sacerdote en el confesionario representa a Jesús como el Médico Divino.
23. MEDICINA PREVENTIVA. Los médicos insisten en la importancia de la medicina preventiva: vacunarse contra la gripe, hacerse revisiones frecuentes, hacerse análisis de sangre. En una palabra, todo esto puede servir para prevenir enfermedades graves, o incluso enfermedades leves. Del mismo modo, la práctica de la confesión frecuente no sólo puede servir como medicina curativa, sino también como lo que podría llamarse medicina preventiva. Más vale prevenir una enfermedad que curarla; más vale prevenir un patrón de pecado que trabajar para superarlo.
24. ¡¡¡VIVIR LA METANOIA!!! La primera predicación de Jesús en su vida pública fue la de la conversión: «Convertíos porque el Reino de Dios está cerca». (Mc. 1,15) ¡Si realmente queremos vivir una verdadera conversión del corazón, una verdadera conversión de la vida, la Confesión es indispensable! El tercer Misterio Luminoso es el Anuncio del Reino y la Llamada a la Conversión. ¡El Papa San Juan Pablo II relaciona este Misterio con la llamada a la recepción de la Confesión como medio eficaz de conversión!
25. REGOCIJO DEL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA. Una nota mariana: uno de los muchos títulos de María es el de Nuestra Señora de la Misericordia. El Papa San Juan Pablo II afirmó que los Santuarios Marianos -Lourdes, Fátima, Guadalupe- son clínicas espirituales. Esto significa: son hospitales espirituales donde los enfermos espirituales pueden recibir misericordia, curación y fuerza. La Virgen se alegra cada vez que alguien entra y sale del confesionario.
En conclusión, hemos destacado una lista de 25 efectos o frutos positivos de la digna recepción del Sacramento de la Infinita Misericordia de Dios, que llamamos Sacramento de la Confesión. Dios te ha tendido su mano amorosa y misericordiosa. ¿Por qué no te agarras a ella, por qué no te agarras a la mano de tu Padre Misericordioso y haces una buena confesión ahora mismo?
LECTURAS DEL DIA | 31 DE ENERO 2022
Memoria de San Juan Bosco, presbíterro
«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)
LUNES 31 DE ENERO Mc 5,1-20 «Los que presenciaron el suceso les explicaron lo que había ocurrido con el endemoniado y con los cerdos. Entonces empezaron a rogarle que se fuera de su barrio».
¡Qué escena tan dramática! Jesús libera a un hombre torturado por espíritus inmundos, que luego entran en una piara de cerdos, unos dos mil, y se precipitan por una orilla escarpada hasta el mar, donde se ahogan. En respuesta, la gente del pueblo le ruega a Jesús que abandone su distrito.
¿Y nosotros? ¿Nuestra fe está en las cosas materiales que poseemos o en nuestro Dios amoroso que nos proporciona lo que necesitamos? El P. Ed desarrolla este mensaje relacionado con el Pecado Capital de la Avaricia y la Virtud opuesta de la Confianza en Dios. Examinemos nuestros corazones y nuestras vidas.
Avaricia versus Confianza en Dios por el P. Ed Broom, OMV
PRIMERA PARTE:
PARÁBOLA DEL RICO INSENSATO – EJEMPLO DE AVARICIA / TENER
Te invitamos a leer y meditar sobre esta Parábola del Rico Necio (Lc 12,13-21) con el propósito de buscar si algo de esta parábola está presente en tu propia vida.
1. PUNTO ANTERIOR A LA PARÁBOLA. Incluso antes de que Jesús enseñe esta corta pero poderosa parábola relacionada con el pecado capital de la avaricia, un hombre se acerca a Jesús. ¿Qué le pide a Jesús? El hombre quiere que Jesús le diga a su hermano que reparta una herencia con él. Esta petición desencadena la intervención de Jesús para enseñar esta Parábola del Rico Tonto.
2. DERRIBAR LOS GRANEROS Y CONSTRUIR OTROS MÁS GRANDES. Después de que el hombre de la parábola ha tenido una cosecha muy abundante y se da cuenta de que ya no hay suficiente espacio en sus graneros, se le ocurre una idea brillante: derribar los viejos y construir graneros nuevos y más grandes.
3. ¿POR QUÉ? La razón es clara: para poder almacenar su abundante cosecha en estos graneros más espaciosos. En otras palabras, si podemos decirlo así, tendrá más posesiones almacenadas para el futuro. Se consume por poseer más y más.
4. CONSECUENCIA: UNA VIDA DE FACILIDAD Y PLACER. Entonces, como consecuencia de la cosecha abundante y de los graneros más grandes con almacenes rebosantes, puede simplemente sentarse, tomárselo con calma y disfrutar de la vida al máximo.
5. SU MONÓLOGO: HABLAR CONSIGO MISMO. Este hombre no se refiere a Dios en lo más mínimo, sino que entra en conversación consigo mismo, con estas o similares palabras «Alma mía, te esperan muchos y largos años; descansa, come, bebe y alégrate». En otras palabras: ¡Vive bien!
6. LA CODICIA Y EL MATERIALISMO CONDUCEN AL HEDONISMO La codicia, expresión de la falsa filosofía del Materialismo, conduce con demasiada frecuencia al Hedonismo, que no es otra cosa que la filosofía del placer: el propósito de la vida es maximizar el placer.
7. EGOÍSMO-AUTOCOMPLACENCIA. En esta parábola, el Tonto Rico nunca hace ninguna referencia a Dios, ni a su mujer, ni a su familia, ni a nadie más que a sí mismo. Está consumido por cómo puede disfrutar de sus posesiones materiales.
8. EL EFECTO DOMINÓ DEL PECADO. Observa cómo un pecado puede abrir fácilmente la puerta a otro pecado y a otro, como la pendiente resbaladiza que lleva a la perdición. El materialismo, que se manifiesta en la codicia, lleva al hedonismo, la filosofía del placer. Estos dos conducen al Egoísmo/Egotismo en el que tal persona se hace a sí misma el centro del mundo-todo gira alrededor de él y de sus deseos.
9. UNA SORPRESA CHOCANTE Y UN BRUSCO DESPERTAR. Poco se da cuenta este Rico Tonto de que antes de que salga el sol al día siguiente, ya estará muerto y será juzgado por Dios Todopoderoso. Jesús señala con cruda realidad que el hombre morirá, y entonces ¿a dónde irán todas sus posesiones? Y lo que es más importante, ¿a dónde irá él?
10. CONCLUSIÓN. Jesús señala con suma claridad que tener muchas posesiones no puede asegurar a nadie sobre la faz de la tierra una larga vida. Y la experiencia humana en la tierra es breve en comparación con la eternidad. Además, nadie sabe el día, ni la hora, ni siquiera el modo en que pasará de esta vida a la otra, para presentarse ante el Tribunal de Dios, para ser juzgado por Jesús, que juzgará a los vivos y a los muertos.
SEGUNDA PARTE:
UN REMEDIO SEGURO PARA EL PECADO CAPITAL DE LA AVARICIA: CONFIAR EN LA PRESENCIA AMOROSA DE DIOS Y EN LA DIVINA PROVIDENCIA.
Para remediar el Pecado Capital de la Avaricia en nuestra vida diaria hay una actitud clave y esencial que debemos entender, abrazar y esforzarnos por alcanzar e inculcar en nuestros procesos de pensamiento, para luego traducirlo en nuestras acciones diarias.
Esta actitud se puede resumir en tres palabras: ¡¡¡CONFIANZA EN DIOS!!! O si quieres transformar esta actitud en una oración corta y concisa es esta ¡¡¡JESUS, CONFIO EN TI!!! Por supuesto, esta es la esencia misma y el corazón de las enseñanzas de Jesús a través de la Secretaria de la Divina Misericordia-Santa Faustina Kowalska en el clásico espiritual, «Diario: La Divina Misericordia en mi alma».
LA ENSEÑANZA DE JESÚS CONTRA LA PREOCUPACIÓN Y UNA LLAMADA A LA CONFIANZA (Mt 6,25-34)
Lee y reza sobre este pasaje tomado del corazón mismo del Sermón de la Montaña.
Deja que estas palabras de Jesús penetren y calen hasta lo más profundo de tu alma. Los siguientes son puntos para rellenar algunas lagunas.
1. LA PREOCUPACIÓN. Muchas veces en estos pocos versículos Jesús nos dice que no nos PREOCUPEMOS. Entra en tu corazón: ¿estás siempre preocupado por las cosas?
2. ¡EL TIEMPO Y LA PREOCUPACIÓN! ¿Revives y te preocupas por tu pasado? ¿Te preocupa el futuro? ¿Vives con constante tensión y preocupación en el presente? Aunque sea un reto, Jesús te manda dejar de preocuparte y ¡Confiar en Él!
3. EJEMPLOS DE DIOS Y DE LA NATURALEZA. Para inculcar la confianza y vencer esta actitud dominante de preocupación, Jesús utiliza ejemplos de la naturaleza como medio para motivarnos a cultivar una mayor confianza en Él. Nos ofrece dos ejemplos muy sencillos y claros que cualquiera puede entender, incluso un niño.
4. LAS AVES DEL CIELO. Jesús nos invita a contemplar las aves del cielo. Cuando tengas la oportunidad, puedes contemplar a los pájaros por la mañana, volando, aterrizando y saltando en el suelo, tomando su simple comida. No perdieron el sueño la noche anterior preocupándose por la comida que Dios les proporcionaría a la mañana siguiente. Si Dios provee a las aves del cielo, ¿no proveerá a nosotros, sus amados hijos? Has visto alguna vez a un pájaro volando al psicólogo o renovando una receta para hacer frente a la ansiedad y la depresión?
5. LOS LIRIOS DEL CAMPO Es de esperar que todos hayamos tenido la edificante experiencia de un paseo por la naturaleza en el que nuestros ojos se posaron en un prado o campo engalanado y esparcido con una enorme variedad de flores, ya sean lirios, margaritas, rosas, narcisos, girasoles, etc. Había algo en común entre este vasto conjunto de flores primaverales: sus diferencias, pero también su elegante belleza. Jesús dice que ni siquiera Salomón, con toda su riqueza, poder y elegancia, podía compararse con los lirios del campo. Es Dios quien los provee y es Dios quien los adorna con una belleza celestial.
6. PREOCUPARSE POR LA COMIDA. A continuación, Jesús nos reprende suavemente por preocuparnos por los alimentos que vamos a comer. Los paganos se preocupan por eso. Dios, en efecto, proveerá. No moriréis de hambre.
7. PREOCUPARSE POR LA ROPA. A continuación, Jesús nos ataca con otra preocupación: la preocupación por nuestro atuendo. ¿Cuántas veces nos hemos preocupado por nuestra ropa, por lo que nos pondremos? ¿Cuántas veces, fruto de la codicia y del deseo insaciable de tener más, nos hemos lanzado a comprar y comprar cuando ya tenemos demasiado?
8. ABARROTADOS DE COSAS: SIN ESPACIO PARA DIOS Jesús continuará diciendo que no podemos servir a Dios y servir al dinero al mismo tiempo. Un corazón lleno de deseos de cosas y posesiones no tiene espacio para Dios.
9. AUTOEXAMEN. ¿Está tu vida dominada por la codicia, la avaricia, tus posesiones y el deseo de más, aunque ya tengas mucho? ¿Has permitido que tus posesiones te posean? ¿Las cosas en tu vida están haciendo a un lado a Dios? A menos que lleguemos a una admisión humilde y honesta de nuestros fracasos, ¡nunca podrán ser corregidos!
10. LA CLAVE PARA SUPERAR LA AVARICIA: ¡LAS PALABRAS DEL SEÑOR JESÚS! Estas palabras de Jesús en este mismo pasaje son la clave. «Buscad primero el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura». (Mt 6,33) Medita profundamente estas palabras de Jesús. Reza sobre ellas de corazón.
UN COLOQUIO/CONVERSACIÓN FINAL CON JESÚS Puedes sentirte movido a concluir con esta oración:
Señor Jesús, admito humildemente que el deseo de cosas, una actitud de materialismo, ha dominado en el pasado mi visión de la vida. Me he centrado más en tener cosas que en poseerte a ti y dejar que tú me poseas a mí.
Querido Señor, concédeme el deseo ardiente de poner en práctica tus palabras: «Buscad primero el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura». Señor, ¡que tú seas el verdadero sentido y el ardiente deseo de mi corazón, de mi alma y de mi vida, Amén!
LECTURAS DEL DIA | 30 DE ENERO 2022
IV Domingo Ordinario
«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)
DOMINGO 30 DE ENERO Lc 4, 21-30 Verso de aleluya: «El Señor me ha enviado a dar la buena noticia a los pobres, a proclamar la libertad a los cautivos».
En la lectura de hoy de la primera Carta de San Pablo a los Corintios, aprendemos el verdadero significado de «alegrar a los pobres» y «liberar a los cautivos». Comenzaremos con la introducción de Pablo que nos lleva a la explicación del P. Ed.
1 Cor 13: 1-3: «Si hablo en lenguas humanas y angélicas, pero no tengo amor, soy un plato que resuena o un címbalo que choca. Y si tengo el don de profecía, y comprendo todos los misterios y toda la ciencia; si tengo toda la fe como para mover montañas, pero no tengo amor, no soy nada. Si doy todo lo que he ganado, y si entrego mi cuerpo para poder presumir, pero no tengo amor, no gano nada».
SAN PABLO NOS MUESTRA LO QUE ES Y LO QUE NO ES EL AMOR Por el P. Ed Broom, OMV
Una de las mayores obras maestras espirituales jamás escritas sobre el tema del amor es de San Pablo en su capítulo 13 a los Corintios. En las bodas, ésta es a menudo una de las lecturas favoritas en el contexto de la Misa Nupcial. Si los novios, al igual que todos nosotros, leyeran seriamente, meditaran y se esforzaran por comprender la importancia y el significado de estos pocos versículos, la comprensión que tenemos del AMOR se transformaría radicalmente. Y por supuesto, como consecuencia, cambiaría la forma en que nos esforzaríamos por vivir esta virtud tan exigente.
Nos gustaría extraer cuatro breves versículos de I Corintios 13-versículos 4-7 y exponer y explicar estos pocos versículos relacionados con el amor.
«El amor es paciente, el amor es bondadoso. El amor no es celoso, no es pomposo, no es inflado, no es grosero, no busca sus propios intereses, no es irascible, no se preocupa por las injurias. El amor no se alegra por el mal, sino que se alegra con la verdad. Todo lo soporta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta».
San Pablo, evidentemente guiado por el Espíritu Santo, se inspiró realmente para destacar las características de la caridad o amor sobrenatural y su aplicación concreta. En una palabra, el amor/caridad no es un mero sentimiento efímero, ni una emoción pasajera, ni una mirada o una sonrisa transitoria y romántica. Todo lo contrario: el amor sobrenatural, que en el lenguaje teológico se denomina caridad, es muy exigente. Según el Doctor Angélico, Santo Tomás de Aquino, es la mayor de las virtudes.
Dicho esto, nos gustaría enumerar lo que es y lo que no es el amor según San Pablo, y dar una breve explicación de estas palabras con la esperanza de que todos tengamos el valor audaz y la confianza en la gracia de Dios para poner en práctica diariamente esta sublime virtud.
1. EL AMOR ES PACIENTE
¿Eres paciente? Examina tu vida, específicamente en tres áreas básicas relacionadas con la paciencia.
¿Eres paciente con Dios y con la forma en que Él te trata en tu vida? ¿O cuestionas y te rebelas contra los designios providenciales de Dios? Luego, ¿eres paciente con los demás, especialmente con aquellos con los que te relacionas a diario? ¿O tu actitud y filosofía es «Aqui El que Manda soy yo»? Por último, ¿eres paciente contigo mismo? Con esto quiero decir que, cuando fracasas, ¿te rindes al desánimo o te levantas de la caída y vuelves a empezar? ¡Examínate sobre la paciencia en estas tres áreas!
2. EL AMOR ES BONDADOSO
Si realmente no entiendes todo el concepto de ser amable o de la bondad, te ofrecemos la antítesis, el vicio opuesto, y eso sería el comportamiento de una persona mezquina o de mal carácter. Una persona así suele ser amargada, enfadada, cortante, sarcástica, calculadora, susceptible.
Mientras que la persona bondadosa desprende alegría, misericordia, compasión, una sonrisa ganadora. Una persona amable es tierna, cariñosa y solidaria. Una persona amable no juzga, critica ni condena, sino que rápidamente pasa por alto los defectos y limitaciones de sus hermanos y hermanas.
3. EL AMOR NO ES CELOSO
Las personas celosas tienden a compararse con los demás y, como resultado, nunca están en paz consigo mismas. Los celos y la envidia están relacionados. Los celos pueden explicarse como la persona que se siente mal cuando otra persona tiene algo que ella no tiene.
La envidia es peor. ¡La persona envidiosa se alegra cuando le ocurre algo malo a la persona que tiene algo que ella no tiene! Lo contrario de los celos y la envidia sería la caridad fraterna: querer el bien del otro. San Pablo lo expresa perfectamente: «Alegrarse con los que se alegran y llorar con los que lloran». (Rom 12,15)
Otra manifestación de la virtud opuesta sería la de la admiración. No se resta importancia a la buena fortuna del prójimo, sino que se le admira y se le felicita.
4. EL AMOR NO ES POMPOSO, NI INFLADO
Las palabras pomposo e inflado pueden ir unidas. Una persona así es orgullosa, engreída, fanfarrona, buscadora de sí misma, engreída, ostentosa, así como denigrante y despectiva hacia los demás. Esta persona es egocéntrica; quiere ser el centro de atención. Quiere ser en todo momento y lugar, por así decirlo, el alma de la fiesta. Posiblemente la mejor imagen del mundo animal sería la del pavo real, siempre dispuesto a mostrar su plumaje, su esplendor multicolor para que todos lo vean.
Lo contrario es una persona de voz suave, sin pretensiones, oculta, modesta, nunca exagerada, que busca el honor de los demás antes que el suyo propio.
5. EL AMOR NO ES GROSERO
Todos hemos conocido a personas maleducadas y posiblemente hayamos cedido a serlo nosotros mismos. ¿Cuáles son las cualidades de una persona grosera? Son prepotentes, nunca pueden esperar, se cuelan en las colas, se abren paso a codazos hasta el primer lugar y se quejan perpetuamente. Una persona maleducada es grosera, vulgar y tosca al hablar, y está hinchada de autoestima. Si somos sinceros, puede que incluso hayamos cedido a esta actitud de ser un tipo grosero en detrimento de nuestro entorno familiar y laboral.
Todo lo contrario que un caballero o una dama. Una persona así es cortés, amable, refinada, de voz suave, pulida y con buenos modales en casa y en cualquier otro lugar.
6. EL AMOR NO ES IRASCIBLE
Por temperamento rápido se entiende que esa persona tiene una mecha muy corta. Se enfurece en un abrir y cerrar de ojos. Cualquier cosa -ya sea una persona, un lugar, una cosa o una circunstancia- que no fluya y no esté en armonía con sus necesidades, deseos y anhelos particulares, puede provocarles una pequeña rabia. La persona de temperamento rápido suelta cualquier cosa que se le ocurra sin un momento de reflexión y, en consecuencia, puede causar un daño irreparable a la familia, a los parientes, a los amigos y a un sinfín de personas. Esta reacción impulsiva, impetuosa, explosiva y visceral ante todo lo que no es de su gusto, es como vivir o relacionarse con alguien que tiene petardos en el bolsillo y cerillas a mano.
Lo contrario es una persona capaz de sufrir tensiones, decepciones, contratiempos, malas palabras e insultos, incluso sufrimientos físicos en silencio, uniéndose a Jesús en su Pasión y sufrimientos.
7. EL AMOR NO SE PREOCUPA POR LAS HERIDAS
La persona que se obsesiona con las heridas no ha aprendido a perdonar, no ha comprendido la importancia de la mayor virtud del Corazón de Jesús: la misericordia.
Lo contrario de rumiar las injurias es perdonar de inmediato y de corazón a quienes nos ofenden. Es poner en práctica la oración de Jesús en el Padre Nuestro: en la petición «Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden». Jesús es el ejemplo más sublime, sobre todo cuando cuelga en la cruz y desde lo más profundo de su Corazón amoroso y sagrado clama «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». (Lc 23,34)
8. El amor no se regocija en el mal, sino que se regocija en la verdad. El amor y la verdad deben trabajar y colaborar juntos. Una persona motivada por el verdadero amor nunca llamará al pecado, virtud, ni al bien, mal. Es imposible.
El amor es honesto; el amor es sincero; el amor es transparente y no turbio. El amor se esforzará por corregir el mal. Esto se llama la virtud de la corrección fraterna. Al ver a alguien en pecado o en el error, una persona motivada por el amor tendrá el coraje, la honestidad y el celo para tratar de llevar a la oveja errante de vuelta al redil, de vuelta al rebaño, de vuelta a los brazos de Jesús que es el Buen Pastor incluso de las ovejas errantes.
9. EL AMOR TODO LO SOPORTA, TODO LO CREE, TODO LO ESPERA
Al cargar con todo, estamos llamados a contemplar a Jesús en su Pasión, mientras lleva la cruz, una cruz cargada con el peso de todos los pecados de toda la humanidad, desde Adán y Eva hasta el último hombre del mundo, y eso incluye nuestros propios pecados personales. Si la persona que está cargada de pruebas, tribulaciones, aflicciones y contradicciones de todo tipo, levanta sus ojos a Jesús cargando la cruz con los pecados de todo el mundo, sus fuerzas se renovarán. Orar y meditar sobre la paciente resistencia de Jesús en la cruz es una poderosa motivación para imitar al Señor y su infinito amor.
Creyendo en todas las cosas, recordamos el clásico de la Secretaria de la Divina Misericordia, Santa Faustina, en su Diario: La Divina Misericordia en mi alma. Uno de los sellos de este clásico es el de creer a Jesús en todas sus palabras y promesas.
Esperar todas las cosas es confiar en Jesús en todo momento y lugar, resumido en estas cinco sencillas pero profundas palabras: JESÚS, ¡CONFÍO EN TI!
10. EL AMOR LO AGUANTA TODO
Una de las virtudes clave de los seguidores del Señor Jesús es la de soportarlo todo; otra forma de expresarlo es la virtud de la perseverancia. El mismo Jesús afirmó: «El que persevere hasta el final se salvará». (Mt 24,13)
Utilizando una imagen del deporte, San Pablo afirma que no todos los corredores del estadio, del maratón, ganarán la carrera, sino sólo uno. Nosotros estamos llamados a ser ese uno en el Corazón de Jesús. San Alfonso María Ligorio insistió en la importancia de aguantar hasta el final con el concepto de perseverancia final.
Al concluir, meditemos en oración las palabras de San Alfonso con respecto a la perseverancia final: «La gracia de todas las gracias para perseverar en el estado de gracia». Supliquemos a la Santísima Virgen María esta altísima gracia. Supliquemos a María la llena de gracia, para vivir en gracia, crecer en gracia, perseverar en gracia y morir en estado de gracia, para alcanzar nuestro mayor premio: el Cielo para toda la eternidad.
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