Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)

Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana

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Mar 02 2022

LECTURAS DEL DIA | 2 DE MARZO 2022

Miércoles de Ceniza

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)

MIÉRCOLES, 2 de marzo Mt 6, 1-6, 16-18 Jesús dijo a sus discípulos: «Tened cuidado de no hacer obras justas para que la gente las vea; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial».

Rezamos con este artículo hace menos de un mes. ¡Qué tal si hacemos de esto una propuesta cuaresmal para rogar sincera y fervientemente a Jesús que haga nuestro corazón más parecido al suyo creciendo en humildad usando la hoja de ruta del P. Ed!

JESÚS MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN, HAZ QUE MI CORAZÓN SEA COMO EL TUYO… por el P. Ed Broom, OMV

«Jesús manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo». Aunque corta en palabras y en extensión, esta es una de las oraciones más conocidas dirigidas al Sacratísimo Corazón de Jesús. La oración puede ser elevada al Señor Jesús y contemplada en su Sagrado Corazón, en cualquier momento, en cualquier lugar, en cualquier circunstancia, e independientemente de nuestros estados de ánimo, sean buenos o malos.

Por sorprendente que parezca, sólo una vez el Señor Jesús describe las características de su Sacratísimo Corazón, que se encuentra en el Evangelio de San Mateo. El Señor dice: «Venid a mí todos los que encontráis la vida pesada y yo os haré descansar. Llevad mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón…» (Mt 11,28-30)

Como cristianos bautizados, todos nosotros, independientemente de la edad, la cultura, las circunstancias de vida e incluso nuestra vida pasada, tenemos el reto de seguir las huellas de Cristo; si se quiere, la imitación de Cristo.

De todas las virtudes que Jesús predicó, practicó y vivió en grado sumo, la caridad ocupa el primer lugar. Sin embargo, la virtud de la humildad ocupa un lugar muy destacado en la vida de Cristo. La humildad debe ser una virtud que caracterice nuestro modelo de vida.

¿Qué es la humildad? La virtud de la humildad no es fácil de definir, y mucho menos de practicar. Una definición de trabajo para la humildad podría ser la siguiente: «Una persona humilde reconoce que todo el bien que ha hecho y que hará viene de Dios. Por el contrario, la persona humilde reconoce que todo el mal que ha hecho es obra suya». Santa Teresa de Ávila llega a definir la humildad en una palabra: ¡Verdad! ¡La humildad es la verdad de lo que somos, de lo que hacemos y de lo que Dios ve en nosotros! Santa Teresa de Ávila nos recordará que la humildad es caminar en la verdad.

San Agustín, el Doctor de la Gracia citado en el Catecismo de la Iglesia Católica, dice lo siguiente sobre la humildad «Si me conociera a mí mismo, te conocería a ti, Señor. Sólo cuando el ser humano reconozca su naturaleza caida, se convertirá en receptor dispuesto, alegre y agradecido de la Buena Noticia». (CCC # 2540)

Incluso la más grande de la creación de Dios, la Santísima Virgen María, dotada de tantas gracias, reconoció que todo lo que tenía era un puro don de Dios. En su Magnificat, María proclama: «Mi alma proclama la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador. El Todopoderoso ha hecho grandes cosas por mí y su nombre es santo….» (Lc 1,47.49) María atribuye todo el bien que tiene y ha hecho a la bondad de Dios mismo.

Por lo tanto, dado que la virtud de la humildad tiene efectos tan poderosos en las personas que la abrazan y la practican, así como en las que están en contacto con quienes son verdaderamente humildes de corazón, expongamos las formas en que podemos alcanzar la virtud de la humildad.

HOJA DE RUTA Y SEÑALIZACIÓN DE LA VIRTUD DE LA HUMILDAD…

1. PEDIR LA GRACIA.  

San Ignacio de Loyola en los Ejercicios Espirituales nos invita constantemente a imitar a los mendigos. Es decir: pidamos la gracia para alcanzar la virtud de la humildad. El ciego Bartimeo pidió la vista; pidamos nosotros la humildad.

2. ACEPTAR LAS CORRECCIONES.  

Aunque realmente vaya a contracorriente. A ninguno de nosotros nos gusta recibir correcciones, en teología llamadas correcciones fraternas, debido a nuestro orgullo inherente. Sin embargo, cuando Dios permite que alguien nos corrija, en lugar de erizarnos y ponernos a la defensiva, o incluso atacar a esa persona, debemos escuchar con humildad y esforzarnos por corregir dentro de nosotros lo que necesita ser corregido, y aceptar sumisamente a la persona que nos ha hecho la corrección. ¡Ouch!

3. DIRECCIÓN ESPIRITUAL.  

Nadie puede dirigirse a sí mismo adecuadamente por la sencilla razón de que todos tenemos puntos ciegos. Por eso Santa Teresa de Ávila, San Juan de la Cruz, San Ignacio de Loyola y muchos otros santos insisten en el carácter indispensable de tener un director espiritual que nos allane el camino y nos ayude a atravesar los valles serpenteantes, las zarzas, los matorrales y los baches del camino al cielo. La humildad exige que sometamos nuestro juicio a alguien con más experiencia en la vida espiritual, es decir, a un buen director espiritual.

4. CONFESOR.  

Algo relacionado con la Dirección Espiritual es el de tener un Confesor estable al que podamos desnudar nuestra conciencia y el estado de nuestra alma. También debemos someternos con humilde obediencia a los consejos de nuestro confesor. Estos son peldaños para crecer en humildad.

5. ACEPTAR LOS CONSEJOS.  

Si nuestro propósito en la vida es tomar nuestras propias decisiones en todo momento y lugar, sin consultar a otros para obtener consejos frecuentes y útiles, entonces estamos preparando el camino para caer en muchas trampas y tal vez incluso en el precipicio. Aceptar el consejo de los demás no es fácil, pero a menudo es útil e incluso necesario para crecer en la verdad y la humildad.

6. ACEPTAR LAS HUMILLACIONES.  

La mayoría de nosotros se estremecerá ante la mera idea de lo siguiente, pero es un medio seguro para crecer en humildad: aceptar humildemente las humillaciones cuando Dios permite que nos visiten. Vendrán, ¡no hay duda! Sin embargo, aceptarlas exige la gracia de Dios, así como nuestra aceptación de la gracia de Dios que viene con las humillaciones.

7. SERVICIO HUMILDE HACIA LOS DEMÁS.  

En la Última Cena, Jesús no sólo sirvió a los Apóstoles, sino que también se arrodilló, se ciñó una toalla y les lavó humildemente los pies. Esta era la tarea de un esclavo en la época de Jesús. Una vez que nos pongamos no al frente, sino en la parte de atrás listos y dispuestos a servir a los demás, entonces habremos dado pasos agigantados en el avance de la virtud de la humildad.

8. LA TENTACIÓN DEL ORGULLO: RECORDAR NUESTROS FRACASOS PASADOS.  

El diablo nunca se va de vacaciones y a menudo intentará hincharnos de orgullo. Un remedio muy eficaz cuando los vientos del orgullo azotan la puerta de nuestro corazón es recordar las muchas veces que hemos caído moralmente, que hemos pecado gravemente, y que Dios nos ha perdonado tan rápida y misericordiosamente. Cuando nos sintamos tentados a elevarnos en el orgullo, debemos recordar nuestra propia miseria moral y esto nos mantendrá en la humildad.

9. CONTEMPLAR LA VIDA DE CRISTO: NUESTRO CAMINO, VERDAD Y VIDA   El Venerable Arzobispo Fulton J. Sheen ha predicado sobre la humildad de Cristo en tres aspectos diferentes de su Vida y Presencia. La vida de Cristo puede servirnos verdaderamente de modelo, pero sobre todo en el ámbito de la virtud de la humildad. A continuación se presentan los tres aspectos o dimensiones diferentes de la humildad en la Vida de Cristo.

a) LA ENCARNACIÓN.  Con esto se quiere decir que Jesucristo, Hijo de Dios vivo, Segunda Persona de la Santísima Trinidad, se hizo realmente hombre. Esto sí que fue una enorme humillación: el rebajamiento de sí mismo por amor a nosotros.

b) LA PASIÓN DE CRISTO.  Sheen, con su típica elocuencia, predica sobre la asombrosa humildad de Cristo, manifestada con asombrosa claridad en todas las dimensiones de su Pasión: la agonía en el huerto, la flagelación en el pilar, la flagelación con espinas, la carga de la cruz, la amarga crucifixión, los insultos que le lanzaron en la cruz hasta su último aliento. Todos los aspectos y detalles de la Pasión de Jesús reflejaron la más profunda humildad.

c) LA PRESENCIA REAL DE JESÚS EN EL SANTO SACRIFICIO DE LA MISA Y EL SANTÍSIMO SACRAMENTO.  Una manifestación de humildad aún más grande, extendida y universal, está relacionada con la PRESENCIA REAL de Jesús en el Santo Sacrificio de la Misa y el Santísimo Sacramento. Cuántas veces se ofrece la Misa los domingos y un gran número de católicos decide no acudir. Luego están los que asisten y no prestan atención a lo que sucede en la Misa. Peor aún, hay católicos que asisten a la Misa pero reciben la Sagrada Comunión indignamente en estado de pecado mortal. Finalmente, hay Iglesias, Capillas y Santuarios donde Jesús está verdaderamente presente en estos lugares sagrados pero nadie viene, ni siquiera para hacer una corta visita. Esto no sólo es doloroso para Jesús, sino también muy humillante. Jesús se somete voluntariamente a esta humillación por amor a nosotros, y como ejemplo para nosotros de la virtud de la humildad.

10. LA CONFESIÓN SACRAMENTAL FRECUENTE.  

Por último, hay que mencionar que la práctica bien preparada y asidua de la confesión frecuente puede ser definitivamente un trampolín para lanzarnos al profundo océano de la humildad. Tener que examinar nuestra conciencia y reconocer nuestros pecados ya es suficientemente humillante. Sin embargo, acudir al sacerdote -cara a cara o detrás de la pantalla- y admitir nuestros fallos morales es duro. Pero, al mismo tiempo, es un camino seguro para crecer en humildad.

En conclusión, amigos en Jesús y María, la virtud de la humildad es indispensable en nuestro camino al Cielo. Ciertamente, en el infierno están Satanás, los demonios y todos los que murieron imbuidos de orgullo, el vicio opuesto a la virtud de la humildad. Mientras que en el Cielo sólo están los que abrazaron la humildad. En verdad, reconocieron la grandeza de Dios, su total dependencia de Dios y su gratitud a Dios por todas sus abundantes Gracias y Dones. Terminemos nuestro esfuerzo por la humildad meditando las palabras de San Pedro: «Revestíos de humildad unos con otros, porque Dios se opone a los soberbios, pero da la gracia a los humildes».  (I Pedro: 5,5) ¡Que la Virgen, la humilde sierva del Señor, nos alcance un corazón verdaderamente humilde, un espíritu humilde y un estilo de vida humilde!

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: LECTURAS DEL DIA

Mar 01 2022

LECTURAS DEL DIA | 1 DE MARZO 2022

Martes de la VIII semana del Tiempo ordinario

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)

MARTES, 1 de marzo Mc 10,28-31 Epístola de San Pedro: «Como hijos obedientes, no actuéis conforme a los deseos de vuestra antigua ignorancia, sino que, como el que os ha llamado es santo, sed vosotros mismos santos en todos los aspectos de vuestra conducta, pues está escrito: Sed santos porque yo soy santo.»

La Cuaresma es un don de recogimiento de uno mismo, de Dios y de los demás. De uno mismo -una reflexión más silenciosa-. De Dios-que nos creó y nos mantiene en el ser por amor. De los demás: llevar el amor de Cristo a los demás en pensamiento, palabra, obra, oración y sacrificio. Podemos ser el único Cristo que los demás conozcan.

DIEZ MANERAS EN LAS QUE PODEMOS PRACTICAR EL AYUNO por el P. Ed Broom, OMV

Jesús dijo: «Si no hacéis penitencia, todos pereceréis» (Lc 13,3). En la primera predicación de su ministerio público, Jesús nos exhorta a la conversión: «Convertíos porque el Reino de Dios está cerca» (Mc 1,15). El Cuerpo Místico de Cristo nos ofrece generosamente cada año un tiempo de gracia que tiene como finalidad la conversión. Son los cuarenta días de Cuaresma.

Moisés ayunó cuarenta días en la Montaña y Jesús pasó cuarenta días de ayuno en el desierto. La Iglesia nos anima en el tiempo de Cuaresma a escarbar en lo más íntimo de nuestro corazón y a pedir la conversión del mismo.

Esta conversión puede hacerse realidad realizando tres prácticas tradicionales: la oración, la limosna y el ayuno. (Mt. 6, 1-18) En la oración elevamos nuestra mente a Dios; en la limosna salimos al encuentro de las necesidades de nuestros hermanos que sufren; en el ayuno ahondamos en nuestro corazón y pedimos al Señor la gracia de renunciar a nuestro apego al pecado.

Siendo así, ¿cuáles pueden ser algunas formas concretas de practicar el ayuno? Una nota importante es la siguiente: el ayuno no es una mera dieta, con el simple deseo de perder unos kilos de más. Más bien, el propósito del ayuno es agradar a Dios, convertir nuestro corazón, así como rogar por la conversión de los demás. En otras palabras, ¡el ayuno debe tener una intención horizontal o sobrenatural!

Diez maneras de ayunar…

1. Comer menos y recibir más la Santísima Eucaristía. 

Con esta práctica damos más importancia a nuestra vida espiritual y a la salvación de nuestra alma. Jesús dijo: «No trabajéis por el alimento que perece, sino por el que perdura para la vida eterna, que os dará el Hijo del hombre. Porque en él el Padre, Dios, ha puesto su sello». (Jn. 6:27-Discurso sobre el pan de vida)

2. Controla tu lengua. 

Santiago dice: «Debemos ser lentos para hablar y rápidos para escuchar». Lee el capítulo tres de Santiago: ¡una de las mejores exhortaciones del mundo para trabajar es el control de nuestra lengua!

3. Momentos heroicos.  

El Fundador del Opus Dei ha acuñado la frase «El momento heroico». Con ella, San Josemaría Escrivá de Balaguer afirma que, en cuanto oímos el despertador, debemos saltar de la cama, rezar y empezar el día. El demonio de la pereza nos anima a pulsar el botón de la siesta. No creo que el botón de la siesta exista en el vocabulario y la práctica de los santos. ¿Qué opinas tú?

4. Controla esos ojos errantes.  

Los ojos son el espejo del alma. El santo rey David se sumergió en pecado y más pecado que lo llevó al asesinato por la simple razón de que permitió que sus ojos se desviaran. Sus ojos se desviaron y miraron a una mujer casada: Betsabé. Los pensamientos adulterinos le llevaron al adulterio físico, a la negación de su pecado y finalmente a matar a un hombre inocente, el marido de Betsabé (II Samuel 11-12). Esforcémonos por vivir la Bienaventuranza: «Bienaventurados los puros de corazón, ellos verán a Dios» (Mt. 5: 8).

5. Puntualidad. 

Jesús dice: «El que es fiel en lo pequeño será fiel en lo grande». (Mt. 25: 23) Ser puntual y estar a tiempo es un signo de orden, de respeto a los demás y un medio para cumplir con las tareas bien y a tiempo.

6. Escuchar a los demás.  

Es demasiado fácil interrumpir a los demás cuando hablan y tratar de imponer nuestras propias ideas incluso antes de que la persona haya terminado su idea. La caridad, que significa amor a Dios y a los demás, nos enseña a respetar a los demás y a dejarles hablar sin interrumpir e imponer nuestras propias ideas. 

Escuchar a los demás es también un acto de humildad: anteponer a los demás a nosotros mismos. «Jesús manso y humilde de corazón haz mi corazón como el tuyo». (Mt. 11:28-30-Jesús describe su corazón como manso y humilde…)

7. Sé agradecido en lugar de quejarte.  

Nunca dejes pasar un día en el que no des gracias a Dios. Debemos estar constantemente agradeciendo a Dios. Además, deberíamos tener el hábito de dar gracias a los demás con frecuencia. «Dad gracias al Señor porque es bueno; su misericordia es eterna» (Salmo 118:1).

8. Sonríe, aunque no lo desees necesariamente. 

Esto podría ser una gran penitencia: sonreír a alguien aunque estés cansado, te duela la cabeza o estés resfriado. Es una virtud heroica. Una sonrisa es algo pequeño, pero es contagiosa. De hecho, una sonrisa sincera puede elevar a quienes la ven de la desolación a un estado de consuelo. Uno de los signos más evidentes de ser seguidor de Jesús es una sonrisa de alegría que irradia de nuestro rostro. «Alegraos en el Señor; lo repito: alegraos en el Señor». (Fil. 4:4)

9. Reza, incluso cuando no tengas ganas. 

Muchos de nosotros, por desgracia, basamos nuestra vida espiritual en meros sentimientos que son efímeros, transitorios y pasajeros como el rocío que se evapora con el sol de la mañana. Nuestro mejor ejemplo es, por supuesto, Nuestro Señor y Salvador Jesucristo en el Huerto de Getsemaní (Lc. 22:39-46). Cuando Jesús estaba experimentando una agonía y desolación mortal que sacaba enormes gotas de sangre de sus poros, no tenía muchas ganas de rezar. Sin embargo, Jesús oró con mayor fervor. 

Por lo tanto, practiquemos el ayuno y la penitencia en nuestras vidas y tengamos un tiempo y un lugar fijo para rezar en todo momento, incluso cuando no tengamos ganas. Esto es penitencia y verdadero amor a Dios. ¡Esto es un signo de verdadera madurez en la fe!

10. Ánimo. 

«Barnabus» significa en realidad «Hijo del ánimo» (Hechos 4:36). Salgamos de nuestro caparazón egoísta y centrémonos más en Dios y en ver a Jesús en los demás, a imitación del buen samaritano. (Lc. 10:25-37). Aprendamos a ser un Simón de Cirene y ayudemos a nuestros hermanos que llevan el peso de una cruz muy pesada. Aligerémosla con palabras de aliento, gestos de motivación y con un corazón lleno de amor y compasión. Recordemos la Regla de Oro: «Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti». (Mt. 7:12) ¡En las difíciles tormentas de nuestra batalla terrenal, una palabra de ánimo puede ser realmente un poderoso viento en las velas!

Lee en oración estas diez sugerencias sobre cómo ayunar -cómo negarte a ti mismo- y elige al menos una o dos que puedas empezar a practicar de inmediato. Que la Virgen, Madre del Buen Consejo, nos anime a negarnos a nosotros mismos y a decir «sí» al amor de Dios sirviendo a nuestros hermanos con un corazón generoso. (Lc 1, 38 – El «sí» de María a Dios)

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: LECTURAS DEL DIA

Feb 28 2022

LECTURAS DEL DIA | 28 DE FEBRERO 2022

Lunes de la VIII semana del Tiempo ordinario

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)

LUNES 28 DE FEBRERO Mc 10,17-27 «Entonces, ¿quién puede salvarse?». «Jesús los miró y dijo: «Para los hombres es imposible, pero no para Dios. Todo es posible para Dios'».

LA BONDAD DE DIOS NO TIENE LÍMITES LA CUARESMA, ¡UN VERDADERO REGALO! Por el P. Ed Broom, OMV

La bondad de Dios no tiene límites. Dar, dar y dar más generosamente expresa la naturaleza misma de nuestro Dios amoroso y generoso. Cuenta tus regalos y bendiciones y luego agradece y alaba a nuestro amoroso Dios. Esto debería hacerse a diario.

Tu cuerpo, tu mente, tus afectos, tu alma: todos son regalos de Dios. Alabad al Señor. Los Sacramentos, la Iglesia, la Eucaristía -el Pan de Vida-, tu ángel de la guarda, tus amigos los santos, la Santísima Virgen María que es tu amorosa Madre Celestial, y la promesa de la vida eterna en el Cielo. Alabad y dad gracias al Señor, dador de todos los dones sublimes. San Ignacio nos recuerda también que cuanto más agradezcamos a Dios por sus muchos dones, más nos colmará de más y mayores regalos.

LA CUARESMA COMO REGALO. Lo más probable es que nunca hayas dedicado mucho tiempo a reflexionar y dar gracias a Dios por los dones presentes en los tiempos litúrgicos, y más concretamente por el don anual del tiempo de Cuaresma. Si ese es el caso, ahora es el momento de abundar en el agradecimiento a Dios por el Regalo del Tiempo de Cuaresma. En palabras del salmista «Dad gracias al Señor porque es bueno; su amor es eterno». (Sal. 136:1)

Cada año, normalmente a partir de febrero, comienza la Cuaresma. El sacerdote se viste con el color litúrgico de la púrpura. La penitencia y la llamada a la conversión de la vida marcan todo el tiempo. El primer día de la Cuaresma es el Miércoles de Ceniza, que marca el tono de la temporada. La ceniza se impone con una de las dos frases que son bíblicas. «Conviértanse y crean en el Evangelio». (Mc. 1:15) O «Recuerda que eres polvo y al polvo volverás». (Gn. 3,19) La Iglesia anuncia el toque de atención a la conversión, además de señalar nuestra mortalidad: un día todos moriremos y compareceremos ante el Tribunal de Dios.

EVANGELIO PARA EL MIÉRCOLES DE CENIZA: 3 PRÁCTICAS PARA LLEGAR A LA CONVERSIÓN.
El Evangelio de la Misa del Miércoles de Ceniza marca el tono de la Cuaresma. Jesús nos ofrece tres caminos concretos para llegar a la conversión de nuestras vidas y terminarlas muriendo en estado de gracia y así alcanzar nuestra meta: ¡el Cielo!

Expresado en un patrón tridimensional podríamos decir: ¡debemos subir, entrar y salir!
Subir: mediante una vida de oración más intensa. Entrar -conversión a través de la penitencia o la mortificación. Salir: mediante la limosna o una vida activa de caridad para vivir las Obras de Misericordia Corporales y Espirituales. Si nos esforzamos por vivir estas tres dimensiones en nuestra vida espiritual, sin duda llegaremos a una conversión más profunda del corazón, a una verdadera conversión de la vida, a una profunda aversión al pecado y a un mayor amor a Jesucristo.
Cristo.

Por lo tanto, esforcémonos por comprender que la Cuaresma es realmente un gran Regalo de las manos y del Corazón amoroso del Señor Jesús a Su Iglesia, y a todos y cada uno de nosotros individualmente. Con el corazón abierto, reconozcamos el regalo, recibamos el regalo y vivamos el regalo.

Formas en que podemos aceptar y vivir la Cuaresma.

ORACIÓN…

  1. ¡¡¡REZA, REZA, REZA!!! Aumenta y fortalece tu vida de oración personal. En efecto, lo que el aire es para nuestros pulmones, la oración es para nuestra alma. ¡¡¡Poca oración o una vida de oración débil tiene como resultado la sequedad de nuestros pulmones espirituales y la muerte segura!!!
  2. ¿CÓMO REZAR? Hay innumerables maneras, pero vamos a ofrecer una lista que usted puede elegir y poner en práctica, entendiendo que tenemos que actuar en estas buenas propuestas y no sólo crear castillos en el aire y seguir los deseos. La siguiente es una larga lista de oraciones que puedes emprender. Si ya haces algunas de ellas, ¡añade más para la Cuaresma!

1) LECTURA BÍBLICA DIARIA: Utilizando estos cinco pasos clásicos de la Lectio Divina: Lectio (Leer), Meditatio (Meditar), Contemplatio (Contemplar), Oracio (Orar), Accio (Actuar).

2) HORA SANTA. Utiliza tu lectura diaria de la Biblia con la Lectio Divina para dar al Señor una Hora Santa de oración ininterrumpida cada día durante cuarenta días. El Ven. Fulton Sheen acuñó esto como «La Hora de Poder». De hecho, ¡fue para Sheen que tocó la vida de millones de personas!

3) EXAMEN DIARIO. Dedica diez minutos todos los días, a la hora que prefieras, y repasa tu jornada agradeciendo al Señor los dones del día y pidiendo perdón por los fallos, con el firme propósito de reformar tu vida al día siguiente.

4) EL SANTÍSIMO ROSARIO. Durante el tiempo santo de la Cuaresma, acostúmbrate a rezar el Rosario diariamente. Si es posible, reza el Rosario en familia. Recuerda las palabras del sacerdote del Rosario, el Ven. Padre Patrick Peyton: «La familia que reza unida, permanece unida» y «Un mundo en oración es un mundo en paz». Por cierto, si es posible, vean la película/documental ¡Reza! La vida del Padre Patrick Peyton.

5) SANTA MISA. La mayor oración es, con mucho, el Santo Sacrificio de la Misa. Si es posible, procure ir a misa y comulgar diariamente. La Eucaristía-Jesús, el Pan de Vida, transformará tu vida y te ayudará a llegar a la meta.
transformará tu vida y te ayudará a llegar a una profunda conversión del corazón.

6) CAMINO DE LA CRUZ. Lo más apropiado en Cuaresma es hacer el Vía Crucis. Durante las catorce estaciones pasa de una a otra contemplando el amor que Jesús te tiene personalmente al sufrir su Pasión y muerte por amor a ti y a la salvación de tu alma inmortal.

7) LITURGIA DE LAS HORAS. Aprende a rezar la Liturgia de las Horas que es el culto público de la Iglesia. En la revista Magnificat tienes la oración de la mañana (Laudes) y la de la tarde (Vísperas). La mayoría de estas oraciones están tomadas de los Salmos, el Libro Oficial de Oración de la Biblia.

8) LA ORACIÓN DE LA COMIDA. Si no tiene ya la costumbre, comience la hora de la comida con una breve oración para agradecer a Dios el regalo de una comida abundante y sana. Muchos no pueden hacer esto porque no tendrán comida para comer hoy o para dar a sus hijos.

9) LA ORACIÓN DEL ÁNGELUS. En Cuaresma puedes intercalar tu día con la oración rezando el Ángelus tres veces al día: 9:00 a.m., 12:00 a.m. y 6:00 p.m. ¡Suplica a María que bendiga tus mañanas, tardes y noches!

10) VER LA PELÍCULA LA PASIÓN DE CRISTO. Si la edad es apropiada, vea la película de Mel Gibson, La Pasión de Cristo. Sin embargo, en lugar de verla como una mera interpretación de Hollywood, véala como una oración, como una contemplación, ¡para amar más al Señor Jesús! ¡Él sufrió toda su Pasión por amor a ti! 2. ¿Qué escenas te han tocado más?

  1. SACRAMENTO DE LA CONFESIÓN. Durante la Cuaresma haz la mejor confesión de tu vida. De hecho, éste es realmente el Sacramento y el encuentro con Cristo donde realmente puede tener lugar una profunda conversión.
  2. LEER LA PASIÓN DOLOROSA. En Cuaresma se puede sacar mucho fruto de la lectura espiritual, muy especialmente de la Pasión Dolorosa de la Beata Ana Catalina Emmerich.

AYUNO / PENITENCIA / MORTIFICACIÓN…

  1. AYUNO DE LA LENGUA. Durante los cuarenta días de Cuaresma evita cualquier palabra que pueda herir a algún miembro de tu familia. Dos reglas pueden ser de gran ayuda: Primera: Piensa antes de hablar. Segunda: Haz y di a los demás lo que te gustaría que hicieran y dijeran contigo.
  2. EL AYUNO DE COMIDA. Elige al menos una cosa de la mesa que te guste comer y
    renuncia a ella durante la Cuaresma. Hazlo por amor a Jesús, y por la salvación de las almas inmortales, así como
    ¡como por tu propia conversión!
  3. FORMA DE PENITENCIA: MEJORA TU ÉTICA DE TRABAJO. Una penitencia/caridad muy eficaz puede ser simplemente mejorar tu ética de trabajo. Puede ser el trabajo fuera de casa o dentro de ella. Empieza tu trabajo a tiempo y sé ordenado, sistemático y metódico. Evita tomar atajos y hacer un trabajo chapucero. Recuerda las palabras de San Pablo: «Ya sea que comas o bebas, o cualquier cosa que hagas, hazlo todo para la gloria de Dios». (1 Cor. 10:31) Sigue los pasos de Santa Teresita, la Pequeña Flor. «La santidad consiste en hacer las cosas ordinarias de la vida diaria con un amor extraordinario».

LIMOSNA / CARIDAD…

  1. ALMENDAR. Reza al Espíritu Santo para que ilumine tu mente sobre cómo puedes ayudar a los pobres de una u otra manera. No olvides nunca las palabras de Jesús: «Tuve hambre, sed, desnudez, fui extranjero, estuve enfermo o en la cárcel… todo lo que hicisteis por el más pequeño de mis hermanos, eso hicisteis por mí». (Mt. 25: 31-46)
  2. LA CARIDAD EMPIEZA EN CASA. Quizá la mejor manera de vivir la limosna o la caridad sea en casa. Cada día esfuérzate -durante los cuarenta días de la Cuaresma- en hacer un acto de caridad o un acto de bondad para algún miembro de tu familia. Este gesto es muy agradable a Dios y puede fortalecer los lazos de amor en la familia.

UNA CUARESMA MARIANA…

  1. NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES. Que esta Cuaresma sea una Cuaresma profundamente mariana. Contemplemos los Siete Dolores de la Santísima Virgen María.

La profecía de Simeón. (Lc. 2: 34-35)
Huida a Egipto y masacre de los Santos Inocentes. (Mt. 2: 13-18)
Pérdida del Niño Jesús en el templo. (Lc. 2: 41-51)
Encuentro de Jesús y María en el Vía Crucis.
Crucifixión de Jesús con María al pie de la Cruz. (Jn. 19: 25-30)
El cuerpo de Jesús sacado de la Cruz y depositado en los brazos de María. (La Piedad)
El Cuerpo de Jesús depositado en el sepulcro. (Jn. 19: 38-42)

En conclusión, amigos en Jesús y María, abundemos en una actitud desbordante de gratitud de alabanza y acción de gracias hacia nuestro Dios amoroso. En efecto, qué bueno es Dios en sus innumerables dones que ha concedido al mundo y a cada uno de nosotros individualmente.

Por tanto, reconozcamos el don de la Cuaresma. Recibámoslo y aceptémoslo como un regalo extraordinario. Pero luego, ¡vivamos este don! Si lo hacemos, nuestras vidas se convertirán y nuestro amor a Dios crecerá, florecerá, florecerá y se desbordará hacia el mundo entero. ¡Que la Virgen nos consiga un corazón verdaderamente agradecido!

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: LECTURAS DEL DIA

Feb 27 2022

LECTURAS DEL DIA | 27 DE FEBRERO 2022

VIII Domingo Ordinario

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)

DOMINGO 27 DE FEBRERO Lc 6,39-45 «La persona buena, de la reserva de bondad que tiene en su corazón, produce el bien; pero la persona mala, de la reserva de maldad, produce el mal, porque de la plenitud del corazón habla la boca».

La Cuaresma es un tiempo para purificar nuestro corazón, pensamientos, deseos, intenciones, acciones y voluntad. Hoy el P. Ed nos ofrece ideas para hacer de esta Cuaresma y Semana Santa nuestra mejor Cuaresma y Semana Santa.

25 IDEAS QUE DEBEMOS CONOCER SOBRE LA CUARESMA Y LA PASCUA. ¡¡¡APRENDÁMOSLAS!!! POR EL P. Ed Broom, OMV

Jesús viene a nosotros y nos comunica su Gracia y Presencia de muchas maneras maravillosas. Él dijo, antes de ascender al Cielo, que estaría con nosotros siempre, incluso hasta el final de los tiempos. Luego Jesús ascendió al Cielo donde se sienta a la derecha de Dios Padre. ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Cuándo está Jesús con nosotros cuando en verdad ascendió al Cielo? La respuesta: en su Iglesia, que es su Cuerpo Místico. La Iglesia, en el ciclo litúrgico, revive cada año la vida de Jesús. Los dos tiempos principales (las Temporadas Fuertes de Cristo) cada año son el Adviento que culmina en la Navidad, luego la Cuaresma que culmina en la Semana Santa y el pináculo o punto culminante que es la celebración de la Pascua -la Resurrección de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Por lo tanto, nos corresponde a nosotros como seguidores de Jesús estudiar y aprender estos tiempos primordiales, especialmente el Tiempo de Cuaresma que culmina en la Semana Santa, y Jesús que vence a la muerte por su Gloriosa Resurrección.

El siguiente es un artículo conciso sobre veinticinco ideas que todo católico debe conocer sobre el Tiempo de Cuaresma y la Pascua. Por favor, lea cuidadosamente, aprenda y memorice. Luego, si realmente quiere crecer en su fe, ¡¡¡comparta esto con todas las personas que pueda!!!

1. TEMPORADA DE GRACIA PARA NUESTRA CONVERSIÓN. Cada año Dios, a través de su Iglesia, su Cuerpo Místico, nos ofrece una temporada especial de gracia para la conversión. Nuestra conversión debe ser para renunciar al pecado e imitar al Señor Jesucristo.

2. MIÉRCOLES DE CENIZA. Cada año la Cuaresma comienza con el MIÉRCOLES DE CENIZA. La ceniza simboliza nuestra mortalidad, que un día moriremos y pasaremos del tiempo a la eternidad y nos encontraremos con nuestro Juicio. «Recuerda que eres polvo y al polvo volverás». (Gen. 3: 19)

3. AYUNO. Los que han llegado a los 18 años hasta los 59 están obligados a ayunar el Miércoles de Ceniza, así como el Viernes Santo. Privamos a nuestro cuerpo de alimentos para poder elevar nuestra mente y nuestra alma a Dios.

4. PRIMER DOMINGO DE CUARESMA: JESÚS EN EL DESIERTO. En el primer domingo de Cuaresma contemplamos a Jesús en el desierto, donde oró y ayunó durante cuarenta días, y fue tentado por el diablo. Para que podamos vencer al demonio, a la carne y al mundo debemos imitar a 

Jesús. ¡Debemos tanto ayunar como rezar!

5. CUARENTA DÍAS. Nuestro viaje de Cuaresma dura cuarenta días, sin incluir los domingos de Cuaresma.  Cuarenta es un número bíblico clave. Los judíos pasaron 40 años en el desierto antes de llegar a la Tierra Prometida. Jonás predicó que Nínive sería destruida en cuarenta días si no había conversión. Jesús pasó cuarenta días en el desierto rezando y ayunando.

6. CAMBIOS LITÚRGICOS. Hay algunos cambios litúrgicos durante el tiempo de Cuaresma:  Se suprimen el Aleluya y el Gloria. Se retiran las flores de la Iglesia. El sacerdote se reviste de púrpura, ¡un color penitencial!

7. CONVERSIÓN DEL CORAZÓN. Como ya se ha dicho, la Cuaresma es un tiempo serio de esfuerzo por la conversión de nuestras vidas. Al imponer la ceniza, el ministro también puede decir las primeras palabras de Jesús en su ministerio de predicación: «Arrepiéntanse (conviértanse) y crean en el Evangelio».  (Mc. 1: 15) ¡Jesús nos ofrece tres caminos para llegar a esta conversión de vida! Son los siguientes.

8. ORACIÓN. Al orar subimos a Dios y Él baja a nosotros, para ayudarnos a rechazar el pecado y practicar la virtud. Todas las conversiones verdaderas son, en última instancia, fruto de la oración: la propia oración personal o la oración de los demás, y normalmente ambas.

9. MISA Y ORACIÓN. La mayor oración del universo es, con mucho, el Santo Sacrificio de la Misa. Si es posible, la Cuaresma es un momento muy propicio para asistir al Santo Sacrificio de la Misa con la frecuencia que nuestro tiempo y horario nos permitan.

10. PENITENCIA (AYUNO). Jesús afirmó: «Algunos demonios sólo se expulsan con la oración y el ayuno». (Mt. 17: 28) Todos deberíamos elegir alguna forma de ayuno con la ayuda de un buen Director Espiritual.

11. CONFESIÓN Y CONVERSIÓN. Uno de los medios más eficaces para alcanzar la verdadera conversión del corazón es preparar nuestro corazón, nuestra mente y nuestra alma para hacer una buena Confesión Sacramental al sacerdote, y dejar que la Preciosa Sangre de Jesús nos lave.

12. LA DIVISIÓN DE LA MISMA. La práctica de la limosna no debe limitarse a dar simplemente a un mendigo algo de dinero, comida o ropa. Más bien, la limosna puede interpretarse en el modo en que tratamos a las personas en general. Especialmente debemos expresar amabilidad, compasión, cortesía, paciencia y un auténtico espíritu de sacrificio con los que están en nuestra propia casa. «¡La caridad empieza en casa!»

13. EL CAMINO DE LA CRUZ. Una práctica muy saludable para emprender en Cuaresma es hacer el Vía Crucis. Al contemplar estas catorce estaciones o escenas de la Vida de Jesús -el punto culminante de su Pasión-, reconocemos cuánto sufrió Jesús por nosotros 

y nos ama. De hecho, cada uno de nosotros puede decir sinceramente que Jesús sufrió todo esto por mí.

14. CUARTO DOMINGO DE CUARESMA: EL COLOR ROSA Dos veces en el calendario de la Iglesia el sacerdote puede usar el color rosa en la celebración de la Misa: el tercer domingo de Adviento y el cuarto domingo de Cuaresma. ¿Por qué? Este color simboliza la ALEGRÍA. El hecho de que Jesús naciera por nosotros y que sufriera, muriera y resucitara por nosotros en una fuente de alegría infinita. Al permitir las vestimentas rosas en el transcurso de estos dos tiempos penitenciales, ¡la Iglesia está anticipando esta Alegría!

15. COMIENZA LA SEMANA SANTA La Iglesia entra en la semana solemne y más importante del año con la Semana Santa. El Domingo de Ramos inicia la Semana Santa. Recordamos cuando Jesús entró en la Ciudad de Jerusalén montado en un asno, y la gente lo aclamó: «Hosanna, bendito el que viene en nombre del Señor». (Mt. 21, 9) En medio de estos gritos de júbilo, agitaban las ramas de las palmas.

16. LA LITURGIA DEL DOMINGO DE RAMOS. El sacerdote lleva el color rojo, por la Preciosa Sangre de Jesús. La lectura del Evangelio es el relato de la Pasión de Jesús.

17. EL TRIDUO PASCUAL. El Triduo Pascual, corazón de la celebración de la Semana Santa, consta de tres días y culmina con la Pascua. Estos tres días son los siguientes:  Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo. ¡Estos días son de la mayor importancia!

18. JUEVES SANTO. En este día solemne, sólo se celebra una misa: la misa de la Cena del Señor, celebrada por la tarde. Este día recuerda dos de los mayores dones que Jesús concedió a la Iglesia: La institución de la Santísima Eucaristía y la institución del Orden o del Sacerdocio. Este día debe llamarnos especialmente a renovar nuestra fe, devoción y amor a la Eucaristía y a rezar por los sacerdotes y por más santas vocaciones sacerdotales.

19. VIERNES SANTO. En este día estamos bajo la cruz con nuestra Madre Dolorosa, María Santísima, y con sus ojos llorosos y su Corazón traspasado contemplamos a Jesús, que sufre tres largas horas en la cruz, derramando hasta la última gota de su preciosa sangre por nuestra salvación eterna. Si fueras la única persona en el mundo, Jesús habría sufrido su atroz agonía por amor a ti y por la salvación de tu alma inmortal. ¡Jesús colgado en la cruz es la más poderosa contemplación del Amor en el universo!

20. SÁBADO SANTO: EL SILENCIO Y LA CONTEMPLACIÓN DE NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES. Este día Jesús descansa en el sepulcro durante todo el día. El tema de este día es acompañar a la Virgen de los Dolores en el silencio. Unidos a María, revivimos la Pasión Dolorosa de Jesús. Toda su agonía está todavía fresca en la mente y en la memoria, en los ojos y en el Corazón de María. Ella revive la Pasión de Jesús ese día. Estamos invitados a pasar el día al lado de María y a consolarla, y ella también nos consuela en nuestro revivir doloroso de los sufrimientos de su Hijo y nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

21. MISA DE VIGILIA DE PASCUA: ¡REALMENTE JESÚS HA RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS! Esta misma noche, con la misa más gloriosa del año, la misa de la Vigilia Pascual, la Iglesia y el mundo entero celebran el acontecimiento más glorioso de la historia de la humanidad.   ¡Jesucristo ha resucitado realmente de entre los muertos! ¡Aleluya! ¡Ha vuelto de entre los muertos en su Cuerpo resucitado y nunca más morirá!

22. LA BELLEZA DE LA MISA DE VIGILIA En esta misa, los catecúmenos recibirán los tres sacramentos de la iniciación: el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía. El Aleluya irrumpe para alabar a Dios. El Gloria se canta en unión con los ángeles. A continuación, hay una larga serie de bellas lecturas bíblicas que resumen la historia de la salvación. Tras la Liturgia de la Palabra, entramos en la Liturgia de la Eucaristía. Al recibir la Sagrada Comunión, resucitamos con Cristo a una nueva vida.

23. EL DÍA DE PASCUA Y EL TIEMPO DE PASCUA La Pascua, al ser una solemnidad tan gloriosa, no puede celebrarse en un solo día, sino que se celebra durante ocho días. La Resurrección de Jesús da sentido a toda la vida humana. Después de las pruebas, las luchas, los dolores y las penas de esta vida, si perseveramos en la gracia hasta el final, participaremos de los frutos de la Pascua: resucitaremos con el Señor Resucitado y alcanzaremos el objetivo de nuestra vida: el Cielo.

24. DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA. ¡Las gracias abundan! El domingo siguiente a la Pascua, la Iglesia celebra el DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA. Los que se han confesado y participan en la Misa y reciben la Santa Comunión con amor ardiente en este día, reciben la promesa de la Divina Misericordia: el perdón de nuestros pecados y la remisión total de los mismos. Esto se puede comparar con un segundo bautismo; nuestra alma se vuelve blanca como la nieve. Si muriéramos en ese momento, ¡entrada inmediata al cielo!

25. TEMPORADA DE PASCUA. El Tiempo Pascual dura cincuenta días y concluye con la 

Solemnidad de Pentecostés: la venida del Espíritu Santo y el nacimiento de la Iglesia católica. Durante todo este tiempo, en la Santa Misa se leen los Hechos de los Apóstoles, también conocidos como el Evangelio del Espíritu Santo.

Elevemos nuestros ojos a María, que estuvo bajo la cruz uniendo sus sufrimientos a los de Jesús por la salvación del mundo. Alegrémonos también con María, y con júbilo desbordante y exultante, porque el Señor Jesús crucificado ha resucitado verdaderamente de entre los muertos, para no volver a morir. «Reina del cielo alégrate, aleluya, porque el Señor ha resucitado verdaderamente de entre los muertos».

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: LECTURAS DEL DIA

Feb 26 2022

LECTURAS DEL DIA | 26 DE FEBRERO 2022

Sábado de la VII semana del Tiempo ordinario

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)

SÁBADO 26 DE FEBRERO Mc 10,13-16 «Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, porque el Reino de Dios es de los que se acercan».

Nos recuerda la Bienaventuranza: «Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios». En este Día de María, pidamos a Nuestra Madre la gracia de crecer en pureza de corazón, de mente, de cuerpo, de alma, de deseo y de intención.

MARIA Y LA BATALLA POR LA PUREZA Por el P. Ed Broom, OMV

Nuestra vida en la tierra es una batalla constante. Los escritores espirituales afirman que tenemos que defendernos de tres enemigos constantes: el diablo, la carne y el mundo. La batalla es implacable y sólo termina cuando nuestra vida llega a su fin.

Ahora, más que nunca, las tentaciones arremeten contra la virtud de la castidad, o si se quiere, contra la virtud de la pureza. En un lenguaje claro, cierto e inequívoco, Jesús quiere que vivamos esta virtud tan desafiante, tomada del Sermón de la Montaña, una de las ocho Bienaventuranzas: «Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios». (Mt. 5:8) En otras palabras, para que podamos ver a Dios por la fe en esta vida, debemos tener una visión interior pura. La recompensa final será contemplar a Dios para siempre en el cielo a través de la Visión Beatífica. Sin embargo, la pureza es una de las condiciones principales y primarias.

INNUMERABLES TENTACIONES CONTRA LA PUREZA AHORA MÁS QUE NUNCA.  La televisión, el cine, los carteles y las vallas publicitarias, la vestimenta y el lenguaje inmodestos, el uso y el abuso de Internet a través del teléfono, el ordenador, la tableta, etc., así como ciertas plataformas y programas políticos: ¡todo lo anterior y muchos más militan ferozmente contra la virtud de la pureza! 

PALABRAS DE NUESTRA SEÑORA DE FATIMA EN 1917 Nuestra Señora de Fátima reveló una poderosa y gráfica visión del infierno el 13 de julio de 1917 a tres niños pastores a los que se les apareció. Con profunda tristeza, Nuestra Señora afirmó que la mayoría de las almas que van al infierno y pierden a Dios para toda la eternidad, lo hacen por pecados contra la virtud de la pureza. Han pasado más de 100 años y el mundo ofrece ahora aún más y peores tentaciones contra esta virtud tan importante. Debemos reflexionar sobre las palabras de María y pedir constantemente la gracia de vivir esa bienaventuranza tan especial ya mencionada: «Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios». (Mt. 5,8)

UNA HISTORIA DE LA VIDA DE UN SANTO Antonio María Claret, un joven destinado a grandes cosas en la Viña del Señor, fue puesto a prueba. Ya en sus primeros años, Antonio tenía una ferviente vida de oración, un profundo conocimiento de Dios y una clara convicción sobre la importancia de luchar por la santidad y la vida eterna. Sin embargo, Dios permitió que el joven Antonio fuera probado. En una ocasión, atacado por la enfermedad y confinado en la cama, Antonio fue atacado feroz e insistentemente por pensamientos impuros. Siendo un verdadero soldado de Jesús y María, rezó. A pesar de sus oraciones, las tentaciones no desaparecieron, sino que parecieron invadirlo y atacarlo con mayor violencia.

EL GRITO DE GUERRA Y LA VICTORIA. Parecía que todo el infierno se había desatado contra este joven. Cuando la batalla era más feroz, Antonio rezaba con mayor fervor a la Santísima Virgen María para que le ayudara en este imperioso asalto. La purísima Virgen y Reina del Cielo y de la Tierra acudió en su ayuda, pero no sin una última avalancha de ataques. Mientras Antonio estaba en la cama, abrió los ojos sólo para contemplar un ejército de enemigos: espíritus malignos, demonios que lo rodeaban. Querían obtener la victoria y tentaron ferozmente a Antonio para que cediera al pecado. Antonio Claret empuñó y blandió su arma espiritual y luchó hasta el final. ¿Cuál fue el arma espiritual que utilizó para la victoria? Fue invocar fervientemente la ayuda de la Santísima Virgen María.

NUESTRA SEÑORA VIENE AL RESCATE. Cuando parecía que la batalla estaba perdida, la purísima Virgen María se le apareció a Antonio. Los numerosos espíritus malignos, los espíritus de la impureza, aterrorizados ante la presencia de la Virgen María, huyeron. Los demonios fueron vencidos por la intercesión de la poderosísima Virgen María.

DON DE LA CASTIDAD. Vencidos el enemigo, el diablo y sus secuaces, Antonio recibió la gracia muy especial de la castidad perfecta. Luego sería ordenado sacerdote, obispo, fundador de los claretianos que se dedican a difundir la devoción al Inmaculado Corazón de María, escritor prolífico, predicador elocuente y poderoso, misionero incansable en España e incluso en Cuba, y finalmente un gran santo, que ahora alaba a Dios para siempre en el cielo por intercesión y presencia de la purísima y santa Virgen María.

PROTOEVANGELIO. Después de la caída de nuestros primeros padres, Adán y Eva, Dios hizo una promesa, una promesa de Buena Noticia: el PROTOEVANGELIO. «Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu descendencia y la suya; él te golpeará la cabeza, mientras tú le golpeas el talón». (Gen. 3:15) Esta es la batalla constante y mortal entre el bien y el mal, la luz y las tinieblas, el diablo con sus ángeles caídos y Dios con su poderoso ejército. En este ejército de Dios, la Santísima Virgen María ha sido elegida como uno de los principales aliados, amigos y soldados espirituales del Señor. En Guadalajara, México, Nuestra Señora se titula La Generala del Ejército, es decir, la Generala y Jefa del ejército. Nosotros somos soldados en esta batalla, y tenemos de nuestro lado a María, la Generala y Jefa del ejército, y a Jesús, el Rey del Universo.

¿QUE PASA CON NOSOTROS? ¿CÓMO SE APLICA ESTO A NOSOTROS AHORA? La respuesta a esta pregunta es muy sencilla. Con mucha paz, confianza y serenidad debemos aceptar que estamos en una batalla mortal contra el diablo, la carne y el mundo. La vida es una batalla constante. Tendremos tentaciones frecuentes y a veces poderosas. El diablo nunca se va de vacaciones. San Pedro compara al diablo con un león feroz y rugiente que busca devorar a quien pueda. Por eso, siendo soldados de Jesús y María debemos saber qué hacer cuando los ataques descienden sobre nosotros. Debemos encomendarnos a la Santísima Virgen María y poner todo lo que tenemos y todo lo que somos en sus manos y en su Corazón Inmaculado. ¡¡¡Esto también significa que le entregamos a María nuestras tentaciones de todo tipo!!!

¿TENTADO? VUÉLVETE A MARÍA. Cuando te asalten las tentaciones, especialmente contra la santa virtud de la pureza, eleva tu mente, tu corazón y tu alma a la Santísima Virgen María; ¡encomiéndate a ti mismo y a tus tentaciones a María!

EL SALUDO A MARÍA. Reza con fervor la oración que más le gusta a María: el Ave María, la salutación angélica. María, purísima y santísima, acudirá en tu ayuda y vencerá al enemigo, como en el caso de San Antonio María Claret y de otros innumerables santos que fueron puestos a prueba. Todos somos muy débiles, pero Jesús y María son todopoderosos. No confiemos en nuestros propios recursos y fuerzas, sino en la poderosísima intercesión de María, que es verdaderamente la Madre de Dios, la Madre de la Iglesia y nuestra Madre pura, tierna y amorosa.

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