Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)

Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana

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Abr 01 2022

LECTURAS DEL DIA | 1 DE ABRIL 2022

Viernes de la IV semana de Cuaresma

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)

VIERNES 1 DE ABRIL Jn 7,1-2.10.25-30 «Jesús se movía por Galilea; no quería viajar por Judea, porque los judíos intentaban matarlo».

REFLEXIÓN DE CUARESMA: UNIR NUESTROS SACRIFICIOS Y SUFRIMIENTOS CON LOS DE CRISTO por el P. Ed Broom, OMV

Nuestra corta vida en la tierra tiene un valor infinito. Tenemos tanto una gran dignidad como un destino eterno. ¿Nuestra dignidad? Somos hijos e hijas de Dios por el Sacramento del Bautismo. ¿Nuestro destino? Todos somos peregrinos en un viaje hacia nuestra patria eterna, que es el Cielo.

EL VALOR DEL SUFRIMIENTO.  El sufrimiento tiene un valor inmenso para la persona humana a los ojos de Dios. Sin embargo, el sufrimiento en sí mismo, separado de una perspectiva sobrenatural, no tiene ningún valor real. Si se quiere, el sufrimiento nos hace mejores o nos amarga.   

LOS ÁNGELES MIRAN CON DESPRECIO A LA HUMANIDAD.  En el Diario de Santa Faustina, los ángeles miran a la persona humana con una santa envidia y por dos razones. En primer lugar, la persona humana es capaz de recibir el increíble Don de la Santísima Eucaristía: el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Jesús en la Santa Comunión. Los ángeles en el cielo nunca tendrán este extraordinario privilegio. Además, los ángeles no pueden sufrir. Los ángeles entienden que el sufrimiento, si es visto y aceptado correctamente, tiene un valor infinito y puede ser muy agradable a Dios. De hecho, Jesús, el Verbo Encarnado, eligió el camino del sufrimiento como el medio por el que se consumaría la salvación del mundo.

EL MENSAJE DE NUESTRA SEÑORA DE FATIMA  Nuestra Señora de Fátima dijo a los tres niños, Lucía, Francisco y Jacinta, que rezaran y ofrecieran sacrificios por los pecadores. Nuestra Señora expresó con tristeza que muchas almas se pierden porque no hay suficientes almas generosas que ofrezcan oraciones y sacrificios por la salvación de los pobres pecadores. Otro nombre para el sacrificio es el de aceptar voluntariamente alguna forma de sufrimiento. Este mensaje de la Virgen de Fátima puede aplicarse a nosotros mismos en nuestro estado de vida específico y a nuestros propios sufrimientos. Nadie en el mundo puede evitar la realidad del sufrimiento.

¡OFRECERLO!  Estas tres breves palabras resumen todo el mensaje: ¡Ofrécelo! Cuando Dios, en su infinita sabiduría, decide visitarte con alguna forma de sufrimiento, es de enorme importancia aceptar el sufrimiento dado por las manos amorosas y providenciales de Dios y ofrecerlo. Recuerda que el sufrimiento puede hacernos mejores o amargarnos. El sufrimiento puede salvar almas o ser desperdiciado.

¿CÓMO OFRECER NUESTROS SUFRIMIENTOS?  Cuando sufrimos, procuremos unir nuestro sufrimiento a la Cruz, a la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Esto se llama a veces el Misterio Pascual de Cristo. Unidos a Jesús en nuestra vida, en nuestras acciones y, sobre todo, en nuestros sufrimientos, hay un valor infinito.

OFRECIMIENTO EN UNIÓN CON EL SANTO SACRIFICIO DE LA MISA.  Jesús murió una vez en la cruz del Calvario hace unos 2000 años. ¡Jesús no muere más! Sin embargo, hay que decir que cada vez que el sacerdote celebra el Santo Sacrificio de la Misa, se renueva y se hace presente lo que ocurrió en el Calvario hace 2000 años. De manera real, en cada Misa Jesús se ofrece como Víctima inmaculada al Padre por la salvación del mundo. El Papa San Juan Pablo II añade que en cada Misa, como ocurrió en el Calvario, María está presente de forma mística pero muy real.

COMIENZA AHORA A OFRECER SUS SUFRIMIENTOS.  Por lo tanto, no desperdiciemos más estas oportunidades de oro que Dios nos ofrece cuando sufrimos cualquier forma de sufrimiento, y comencemos a unir nuestros sufrimientos con el sufrimiento de Jesús en la cruz. Mejor aún, ¡en unión con María! Deposita tus sufrimientos primero en las manos de María, luego en su Corazón Doloroso e Inmaculado. Luego, pídele a María que deposite estos sufrimientos en el altar donde se celebra la Misa para unirlos a los sufrimientos de Cristo. Vivir este estilo de vida transformará incluso tus más pequeños sufrimientos en una reserva infinita de abundantes gracias.

SUFRIMIENTOS QUE SE PUEDEN OFRECER A JESÚS A TRAVÉS DE MARÍA EN LA MISA

La Virgen de Fátima, cuando los niños le preguntaron qué debían ofrecer a Dios, respondió «todo». Haced de vuestras vidas un holocausto, un sacrificio vivo de expiación, reparación y alabanza. Vamos a ofrecer algunas sugerencias concretas sobre lo que podemos ofrecer a Dios a través del Corazón de María.

1. LAS INCLEMENCIAS DEL TIEMPO.  Todos preferiríamos los días soleados, con el canto de los pájaros y el aroma fragante de las flores en plena primavera. Pero no siempre es así. El frío intenso, la lluvia, el aguanieve y los fuertes vientos caracterizan la previsión meteorológica real muchos días.  En lugar de quejarte del tiempo, acéptalo, luego da gracias a Dios y únelo a Jesús en la cruz.

2. CONDICIONES DE SALUD.  Como resultado del Pecado Original toda la humanidad sufre el debilitamiento de la salud, a veces las enfermedades, así como los virus. ¡Esto también es ineludible! ¿Por qué no unir tus propias condiciones de salud física, tu sufrimiento, a Jesús en la cruz? ¡El valor de esta ofrenda es infinito!

3. PANDEMIA: CORONAVIRUS (COVID).  Una pandemia mundial como tal es única en la historia del mundo. En lugar de desperdiciar este sufrimiento universal, por qué no unirlo a la cruz de Jesús en el Calvario en el Santo Sacrificio de la Misa. El interés más especial debe ser el de aquellos que están en la última etapa de su vida, sea cual sea la causa, y están a punto de exhalar su espíritu al Padre Eterno. Que sus sufrimientos sean un sacrificio agradable a Dios para la salvación de las almas, incluida la suya.

4. SUFRIMIENTOS DE LA FAMILIA.  Muchas mamás y papás fervientes y orantes sufren dolores insoportables al ver que los hijos que criaron como católicos, habiendo recibido todos los Sacramentos, lamentablemente se alejan del redil y abandonan la fe. A pesar de las invitaciones, exhortaciones y amargas lágrimas de sus padres, sus hijos viven ajenos a Dios, como si éste no existiera. En este caso, más que nunca, los papás y las mamás no deben caer en el desánimo, y mucho menos en la desesperación. Al contrario, los padres deben depositar sus sufrimientos y a sus hijos errantes en el altar de la Misa, donde Jesús ofrece sus heridas al Padre Eterno, ¡y el Padre se complace! Santa Mónica rezó por Agustín hasta que se convirtió a los 31 años ¡¡¡Paciencia!!! 

5. SEQUEDAD ESPIRITUAL.  Cualquier persona que se tome en serio su vida espiritual acabará encontrando sequedad o aridez, más concretamente, en su vida de oración. A esto se le llama la experiencia del desierto. En lugar de abandonar la lucha, tirar la toalla y darla por terminada, aguanta y reza igual. De hecho, esto puede suponer un gran sufrimiento, pero un sufrimiento espiritual muy eficaz y agradable a Dios. Une tu sequedad espiritual con la de Jesús en su Agonía en el Huerto y colócala en el altar del Santo Sacrificio de la Misa. Jesús experimentó un intenso estado de desolación. Sin embargo, oró con mayor intensidad y fervor. ¡Él es nuestro Modelo!

6. LA MUERTE DE LOS SERES QUERIDOS  A veces, cuando nos enfrentamos a la muerte de nuestros seres queridos, nuestra fe y nuestra esperanza pueden tambalearse. En este momento crítico, qué importante es poner en el altar de la Misa a nuestros seres queridos que han pasado de este mundo al otro y rogar por su salvación eterna. «No es importante una vida larga, sino una vida santa». (Imitación de Cristo, Tomás Kempis) La aceptación y la conformidad con la voluntad providencial de Dios es nuestra única respuesta segura. No debemos preguntarnos por qué Dios les quitó la vida, sino qué podemos hacer en el presente por su alma, así como por la nuestra.

7. ALTERAR LOS PLANES EN EL DÍA A DÍA.  Ninguno de nosotros se alegra de que la gente y las circunstancias interrumpan nuestra agenda, nuestros planes, nuestros proyectos bien pensados. Sin embargo, nos guste o no, nuestros planes y proyectos se verán interrumpidos con frecuencia. En lugar de perder la calma y la compostura, ¿por qué no aceptar simplemente las contradicciones y unirlas a la Cruz de la Contradicción de Jesús? Ponerlas en la cruz del Calvario en el Santo Sacrificio de la Misa. Para que el trabajo que no se realiza sirva para salvar almas.

En conclusión, amigos de Jesús y María, el sufrimiento es una realidad humana que nadie puede evitar. Seamos creyentes o no creyentes, católicos practicantes o ateos, grandes místicos contemplativos o materialistas empedernidos, el sufrimiento forma parte de la condición humana. Pero recuerda la breve máxima: «El sufrimiento te hace mejor o te amarga». Amargo, si sufrimos por el mero hecho de sufrir. Mejor, si unimos nuestro sufrimiento al de Jesús en la cruz en la Santa Misa y asi lo santificamos y crecemos en santidad 

Por eso, a partir de hoy, recuerda cada día los sufrimientos de tu vida. Deposita estas preciosas joyas en las manos y en el Corazón de María. Ella las depositará en el altar de la cruz del Calvario. Tus sufrimientos, unidos a los sufrimientos de Jesús y de María, tendrán, en efecto, un valor infinito para la salvación de las almas: la tuya, la de tus seres queridos y la de muchos otros en el tiempo y en la eternidad. 

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: LECTURAS DEL DIA

Mar 31 2022

LECTURAS DEL DIA | 31 DE MARZO 2022

Jueves de la IV semana del Cuaresma

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)

JUEVES, 31 de marzo Jn 5,31-47 Verso antes del Evangelio:  «Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo unigénito, para que todo el que crea en él tenga vida eterna». 

¡¡¡Cuánto nos ama el Padre, para darnos a su Hijo Unigénito para que tengamos vida eterna con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo por toda la eternidad!!!

¡EL AMOR INFINITO DE DIOS POR TI Y POR MI! Por el Padre Ed Broom, OMV

Una de las principales razones por las que cometemos pecados es porque no entendemos realmente el amor que Dios tiene por todos y por nuestro projimo. El Venerable Arzobispo Fulton J. Sheen define el amor con estas sencillas pero profundas palabras: El pecado es herir a quien amas. Esta es una definición muy personal. Es decir, el pecado es herir y dañar tu relación con Dios, y tal vez incluso romperla hasta el punto de romper la relación. 

La pregunta primordial que cada uno de nosotros debe hacerse en el fondo de su corazón es la siguiente: ¿creo realmente que Dios me ama personalmente, permanentemente, sin reservas e infinitamente? Este breve ensayo pretende ayudarnos a convencernos del Amor Infinito de Dios por nosotros. En consecuencia, será mucho más fácil, cuando nos enfrentemos a las tentaciones de pecar, rechazarlas. Y la razón es que no quiero herir a Dios que me ama tanto. En otras palabras, el pecado grave no es simplemente romper un mandamiento, sino romper el Corazón de Dios.

¿Cómo sabemos entonces que Dios nos ama realmente con un Amor Infinito? Las siguientes son algunas razones.

1. EL PECADO ORIGINAL Y LA ENCARNACIÓN. 

Una verdad muy consoladora en la fe católica es que Dios permite el mal para poder sacar un bien mayor del mal. San Pablo afirma: Donde abunda el pecado, sobreabunda la gracia de Dios». (Rom 5,20) ¡Si quieres, Dios puede convertir una tremenda tragedia en una gloriosa victoria! Una de las manifestaciones más claras y penetrantes de esta verdad es la realidad del Pecado Original y, en consecuencia, la Encarnación. Dios concedió a Adán y Eva una libertad de la que abusaron al cometer el Pecado Original. Sin embargo, Dios Padre intervino enviando a su Hijo unigénito, Jesús, nacido de la Santísima Virgen María para salvarnos. Como cantamos en la Misa de la Vigilia Pascual en el Exultet: ¡Oh feliz culpa, oh necesario pecado de Adán, que nos ganó tan gran Redentor! Por eso, la Encarnación de Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, se hizo por amor a ti y a mí. Qué grande es el amor de Dios – «Porque tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo unigénito»- para que la Segunda Persona de la Santísima Trinidad se hiciera hombre para salvarnos del demonio, de la esclavitud del pecado y de la condenación eterna.   

2. LA VIDA DE JESÚS COMO MODELO PARA TODOS NOSOTROS  

Otro signo del Amor Infinito de Dios por nosotros es la Persona, el Patrón y el Modelo de perfección que es Jesús para todos nosotros. En cuanto a vivir en la verdad, no somos como ciegos, ni como hombres que viven en cuevas, ni como un hombre que corre como una gallina con la cabeza cortada, ¡ni mucho menos! Cómo debemos actuar, qué debemos decir, en quién estamos llamados a convertirnos, todas estas preguntas pueden ser respondidas con una palabra y es la Palabra de Dios, el Logos-JESÚS EL SEÑOR. Toda nuestra existencia debería ser un estudio constante de la Persona, la vida, las palabras y las acciones de Jesús. ¡Porque Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida!

3. LA PASIÓN, EL SUFRIMIENTO Y LA MUERTE DE JESÚS  

En los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, en la tercera semana del mes de retiro, el tema de meditación o contemplación es sobre la Pasión, el sufrimiento y la muerte de Jesús. Se invita al ejercitante a entrar en la misma vida de Jesús, a entrar en el mismo Corazón de Jesús, y a pedir la gracia de sufrir con Jesús -¡una gracia nada fácil de pedir! Además, San Ignacio subraya esta extraordinaria verdad: Jesús sufrió toda su Pasión por amor a ti. De hecho, si fueras la única persona en todo el universo creado, Jesús habría pasado por todos los dolores y torturas más insoportables por amor a ti. Su sudor de Sangre mientras agonizaba en el Huerto, Su flagelación sangrienta, Su coronación con espinas punzantes, Su carga de la cruz y la caída bajo su pesado peso, Su crucifixión derramando más de Su Preciosa Sangre, Su agonía prolongada en la cruz esas tres largas horas, Su exhalación de Su espíritu en las manos del Padre Celestial, e incluso la perforación de Su Sagrado Corazón cuando ya estaba muerto, con Su preciosa Sangre y agua brotando. Todo este intenso e indescriptible sufrimiento, y mucho más, lo pasó por su infinito amor por ti y por tu salvación eterna. Detente a meditar en esta profunda verdad y dile al Señor Jesús lo agradecido que estás. Ruega a Jesús la gracia ahora mismo de amarle de verdad con todo tu corazón, mente, alma y fuerzas. 

4. LA IGLESIA Y LOS SACRAMENTOS 

Jesús prometió que no nos dejaría huérfanos, sino que nos enviaría el Consolador, el Paráclito, es decir, el Espíritu Santo. Más aún, Jesús nos dejó hasta el final de los tiempos, su Presencia constante y perpetua en su Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica. Sin embargo, de suprema importancia es la institución y la realidad del más grande de todos los Sacramentos y es la Santísima Eucaristía, con el santo sacerdocio para perpetuarla. Jesús nos ama tanto y nos sigue amando hasta el final de los tiempos y para siempre en el cielo. En la tierra, este amor está muy presente para todos los que creen en el Santo Sacrificio de la Misa, cuyo fruto sublime es la Eucaristía, que alcanza su cenit en la recepción de la Santa Comunión. Debemos recordar una y otra vez la sublime e inefable verdad de que la Santa Comunión es Jesús amándonos, Jesús abrazándonos. La Santa Comunión es real y sustancialmente Jesús en su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. En efecto, Jesús nos ama tanto que quiere hacerse uno con nosotros, amar en nosotros, permanecer en nosotros, ser parte de nosotros. Jesús quiere que nuestro cuerpo se convierta en uno con Su Cuerpo. Jesús quiere que Su Preciosa Sangre circule y fluya por nuestras venas y entre en nuestro mismo corazón. Jesús quiere que Su mente sea nuestra mente; como dice San Pablo: «Poneos la mente de Cristo… tenéis la mente de Cristo». (1Cor 2:16) Jesús quiere que su propia alma entre en nuestra alma para santificarla y fortalecerla. Todo esto se hace verdaderamente realidad cada vez que recibimos la Santa Comunión dignamente, con fe, devoción y un corazón ardiente de amor. ¡Cuánto nos ama realmente Jesús en todo tiempo y lugar! Comprender el amor inmenso y personal de Jesús a través de su Cuerpo Místico la Iglesia, y especialmente a través del sublime Sacramento de la Eucaristía, nos motiva a renunciar al pecado cuando éste llama a la puerta de nuestro corazón. ¡No queremos herir a Jesús que tanto nos ama!

5. EL PRECIOSO REGALO DE JESÚS DESDE LA CRUZ  

El amor que Jesús tiene por ti continúa y continuará siempre, incluso hasta la eternidad. Mientras colgaba de la cruz en una dolorosa agonía y abandono, Jesús dio al mundo entero, pero a ti individualmente, el gran regalo de su Madre para ser tu madre. Las palabras de Jesús fueron dirigidas a ti y a mí: «Mujer he aquí a tu hijo, hijo he aquí a tu Madre; desde aquel momento el discípulo amado acogió a María en su casa». (Jn 19, 26-27) Jesús te ama tanto que desde toda la eternidad quiso dejar para tu paz, tu alegría, tu consuelo y tu amor, el don de la Santísima Virgen María. Al dar a María a San Juan, Jesús también estaba dando a María para que fuera tu madre tierna, amorosa, mansa humilde, y compasiva. Puedes acudir a María como tu Madre en todo momento, lugar, circunstancias y contradicciones de la vida. María está siempre presente y dispuesta a escucharte, consolarte, reconfortarte y amarte con el corazón de la más amorosa de las madres. 

En conclusión, cuando la tentación del pecado llama a la puerta de nuestro corazón, debemos recordar la Encarnación de Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, su vida en la tierra, su Pasión y muerte que sufrió por nosotros, la Iglesia y especialmente la Eucaristía que nos dejó, y por último el don de María como nuestra Madre amorosa. Convencidos de estas verdades, podemos decir más fácilmente NO al pecado y SÍ al amor y a una profunda amistad con Jesús, el Amigo fiel que nunca nos fallará. Amén.

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: LECTURAS DEL DIA

Mar 30 2022

LECTURAS DEL DIA | 30 DE MARZO 2022

Miércoles de la IV semana de Cuaresma

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)

MIÉRCOLES 30 DE MARZO Jn. 5,17-30 Verso antes del Evangelio «Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor; el que cree en mí no morirá jamás».

Catecismo de la Iglesia Católica:

1324: La Eucaristía es «fuente y cumbre de la vida cristiana». «Los demás sacramentos, y en realidad todos los ministerios eclesiásticos y las obras de apostolado, están unidos a la Eucaristía y se orientan hacia ella. Porque en la bendita Eucaristía está contenido todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua.» 

Citas de San Maximiliano Kolbe:

«Dios habita en medio de nosotros, en el Santísimo Sacramento del altar».

«Él permanece entre nosotros hasta el fin del mundo. Él habita en tantos altares, aunque tantas veces ofendido y profanado». 

«La culminación de la Misa no es la consagración, sino la Comunión». 

«Señor, vienes a mí y te unes íntimamente a mí bajo la forma de alimento. Tu Sangre corre ahora en la mía, Tu Alma, Dios encarnado, compenetra la mía, dándole valor y apoyo. ¡Qué milagros! Quién hubiera imaginado tal cosa!» 

«Si los ángeles pudieran ser celosos de los hombres, lo serían por una razón: la Santa Comunión». 

EL PAN DE VIDA Y LA PUERTA DE NUESTRA SALVACIÓN por el P. Ed Broom, OMV

PRINCIPIO Y FUNDAMENTO.  San Ignacio de Loyola nos da su reflexión fundamental y esencial sobre el propósito de nuestra existencia en «Principio y Fundamento (#23 Ejercicios Espirituales): «El hombre ha sido creado para alabar a Dios, reverenciar a Dios, servir a Dios y por medio de ello salvar su alma». Dicho brevemente: El hombre está para alabar al Dios Trino y para salvar su alma inmortal.

Siendo así, debemos utilizar los medios más eficaces para llegar a nuestra salvación eterna, es decir: para llegar al cielo. Tomemos esta analogía: los medios de transporte. Si quisieras viajar de Los Ángeles a Nueva York, podrías utilizar varios medios de transporte: a pie, en monopatín, en bicicleta, en coche, en Jet-Plane. Obviamente, el Jet-Plane es el medio de transporte más rápido y eficaz. Por lo tanto, si buscamos el medio más rápido y eficaz para volar al cielo, Jesús nos dio el discurso del Pan de Vida. (Jn 6:25-59)

Jesús enseña con suma claridad que para que vivamos debemos comer, debemos alimentarnos, pero sobre todo, alimentar nuestras almas inmortales. Jesús enseña: «Yo soy el Pan de la vida. El que coma mi Cuerpo y beba mi Sangre tendrá vida eterna y yo lo resucitaré en el último día». (Jn 6:35, 56) Jesús repite este mensaje una y otra vez enfatizando la suprema importancia de este gesto.

SIGNIFICADO.  Expresemos el significado con gran claridad. Para que alcancemos y vivamos el 

Principio y Fundamento y alcanzar la salvación eterna, debemos ir a Misa, participar en la Santa Misa y recibir a Jesús, el Pan de Vida con fidelidad, frecuencia y fervor. 

TEOLOGÍA SACRAMENTAL: LA GRACIA DISPOSITIVA  La Teología Sacramental enseña claramente que la Eucaristía es Dios y tiene un valor y una gracia infinitos porque es Jesús mismo. Sin embargo, las gracias que recibe cada persona dependen de su disposición de alma. De tal manera que uno podría estar recibiendo el Cuerpo de Cristo en detrimento de su alma o incluso para su propia condenación, como se expresa en la Carta de San Pablo a los Corintios. (1Cor 11:17-34)

Por lo tanto, ofrezcamos algunas sugerencias concretas que nos ayuden a lo largo de nuestra vida a mejorar nuestra recepción de la Sagrada Comunión. Esforcémonos siempre por recibir a Jesús, el Pan de Vida, con mayor fe, fervor y frecuencia, de modo que la Santa Comunión nos transforme en santos; en palabras de San Pablo: «Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí». (Gal 2,20)

PRÁCTICAS CONCRETAS PARA MEJORAR NUESTRA RECEPCIÓN DE LA SANTA COMUNIÓN

1. CONFESIÓN.  Si limpiamos nuestras ventanas con WINDEX, entonces la luz del sol puede penetrar e impregnar de luz toda la habitación. Lo mismo ocurre con nuestra alma; cuanto más limpia y pura sea el alma, más abundante será la luz, la paz y la alegría que inundarán nuestras almas al recibir la Sagrada Comunión. Confiesa bien y tus Comuniones serán más fructíferas.

2. LLEGAR TEMPRANO A LA MISA.  Ninguno de nosotros llegaría tarde a un juego de la Serie Mundial, a una Ceremonia de Graduación, o a recibir la ganancia de un boleto de la Lotería de diez millones de dólares. Pero podemos fácilmente deslizarnos y llegar a la misa con cinco o diez minutos de retraso. Al hacerlo perturbamos la Misa, al sacerdote, y nosotros mismos estaremos distraídos toda la Misa.

3. INTENCIONES.  El párroco tiene su intención para la Misa: una persona viva o fallecida de una familia. Sin embargo, tú puedes ofrecer tus propias intenciones en cada Misa. En teología, esto se llama vivir el Sacerdocio Común de los fieles. El libro de los Hebreos en la Biblia define al sacerdote como la persona que se presenta ante Dios y ofrece dones y sacrificios en reparación de los pecados. ¿Cuáles son algunas de las intenciones que podrías ofrecer? No hay límites. Sin embargo, tres podrían ser muy agradables a Dios.

a) LOS MUERTOS/ LAS ALMAS DEL PURGATORIO. Las almas del purgatorio están salvadas. Sin embargo, necesitan nuestras oraciones, sacrificios y, sobre todo, misas y comuniones para purificar sus almas y poder acceder al cielo. En agradecimiento, ¡ellos rezarán por ti!

b) CONVERSIÓN DE LOS PECADORES (MIEMBROS DE LA FAMILIA). Todos tenemos en mente a muchos de nuestros seres queridos que se han alejado de Dios y cuya salvación eterna está en peligro. Ofreced vuestras misas y comuniones para que vuelvan esas ovejas perdidas, esos hijos pródigos.

c) TRASPLANTE DE CORAZÓN PERSONAL.  Todos estamos necesitados de nuestra propia conversión personal. ¿Por qué no, al recibir la Sagrada Comunión, pides una transformación de tu vida? Deja que la Sagrada Comunión se convierta en tu propio trasplante de corazón. No hay mejor manera de parecerse a Jesús que recibirlo en tu mismo corazón en la Santa Comunión.

4. RECIBIR LA SANTA COMUNIÓN A TRAVÉS DEL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA  Santa Madre Teresa de Calcuta ofrece esta oración: «Corazón Inmaculado de María, dame tu Corazón, para que pueda amar más plenamente el Corazón de Jesús». Si recibimos la Sagrada Comunión a través del Corazón de María, entonces Jesús será recibido con la mejor de las disposiciones y con gran amor.

5. AGRADECIMIENTO.  Cuando nos invitan a una comida, no comemos y salimos corriendo. Eso sería una grosería. Al contrario, nos quedamos porque no sólo disfrutamos de la comida, sino aún más de la compañía. Del mismo modo, la Eucaristía es el Sacrificio del Calvario renovado, pero también la Eucaristía está en el contexto de una Sagrada Comida. Después de la Misa, dedica un tiempo a la acción de gracias. En realidad, la palabra Eucaristía significa Acción de Gracias. En palabras del salmista «Dad gracias al Señor porque es bueno; su misericordia es eterna». (Sal 136:1) Dedica tiempo de calidad a agradecer, alabar, adorar y amar al Señor. Estos momentos después de recibir la Sagrada Comunión son los más preciosos de todos nuestros días hasta la próxima Comunión.

UN MODELO PARA NOSOTROS  San Charbel Makhlouf, un monje maronita libanés, puede servirnos de modelo y de poderoso ejemplo. Este santo hombre de Dios conocía la fuente y la cumbre de su santidad: La misa y la santa comunión. En su monasterio, San Charbel tenía permiso para celebrar el Santo Sacrificio de la Misa a las 12 del mediodía. ¿La razón de esta misa de mediodía? San Charbel deseaba ardientemente pasar toda la mañana en la preparación de la Santa Misa; luego, después de la Misa y la Santa Comunión, se esforzaba por pasar el resto del día, la tarde y la noche, alabando y agradeciendo a Jesús por la Misa y la Santa Comunión.

Hagamos todos, a partir de ahora, un esfuerzo concertado para preparar nuestros corazones para la Misa, para participar plena, activa y conscientemente en la Misa, y para hacer excelentes acciones de gracias después de la Misa. Si lo hacemos, la promesa de Jesús es sublime: ¡la vida eterna! Jesús, el Pan de la Vida y nuestro Salvador y Redentor, afirmó de forma inequívoca: «Yo soy el Pan de Vida. El que coma mi Cuerpo y beba mi Sangre tendrá vida eterna y yo lo resucitaré en el último día». (Jn 6:35, 58) No vayamos a pie, en monopatín, en bicicleta o incluso en coche en nuestro camino hacia la vida eterna. Vayamos por las nubes con una recepción frecuente, llena de fe, ardiente y ferviente de la Sagrada Comunión -¡Jesús, el Pan de la Vida!

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Mar 29 2022

LECTURAS DEL DIA | 29 DE MARZO 2022

Martes de la IV semana de Cuaresma

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)

MARTES 29 DE MARZO Jn. 5,1-16 Verso antes del Evangelio:  «Oh Dios, devuélveme la alegría de tu salvación».

La Cuaresma es un tiempo de purificación, un tiempo de renuncia a los hábitos malos y pecaminosos para poder volver a experimentar la alegría de la salvación del Señor. «De la abundancia del corazón habla la boca». (Lc 6,45) Hoy, el P. Ed nos ofrece una meditación sobre la domar nuestra lengua. ¡Pidamos la gracia de hablar sólo para alabar a Dios, acusarnos a nosotros mismos y edificar a los demás! 

DOMINANDO LA LENGUA: 10 ABUSOS FATALES DEL HABLA por el P. Ed Broom, OMV

Santiago nos advierte que debemos ser «rápidos para escuchar, lentos para hablar y lentos para enfadarnos». (St 1,19) Tomás de Kempis, en su clásico La imitación de Cristo, afirma que pocos se han arrepentido de haberse abstenido de hablar. En cambio, muchos se han arrepentido de haber abierto la boca cuando deberían haberla cerrado. Además, Jesús nos advierte que toda palabra que salga de nuestra boca será juzgada, porque «de la abundancia del corazón habla la boca». (Lc 6,45)

Finalmente, San Buenaventura afirma que debemos abrir la boca en tres ocasiones: para alabar a Dios, para acusarnos a nosotros mismos y para edificar a los demás. ¡Esperemos que este sea nuestro criterio para hablar! El objetivo principal de este don de la palabra que Dios ha dado a la persona humana es comunicar la verdad con amor.

Por lo tanto, nos gustaría repasar brevemente las diez fallas fatales que resultan de un discurso inadecuado. En cada caso, nuestro propósito es encontrar una medicina preventiva más que curativa. La razón es que, una vez que una palabra sale de la boca, no puede ser recuperada. Al igual que cuando se lanza una piedra hacia el cristal de una ventana, no se puede devolver a la mano, sino que sale y rompe el cristal en casi un instante. Del mismo modo, cuando se trata de domar la lengua, es mucho mejor evitar que las piedras de nuestras palabras salgan volando de nuestra boca, que tratar de reparar el daño.

1. La mentira 

La mentira debe evitarse a toda costa. La mentira pervierte el fin y el propósito propios de la palabra humana, falseando la verdad que debería decirse. Si todos mintieran, la solidaridad y la unidad humanas serían imposibles porque nadie podría confiar en la palabra de los demás. Viviríamos siempre con la sospecha de que el otro que habla está engañando. Jesús dijo que el diablo es el padre de la mentira. Por lo tanto, ¡en un sentido muy real los mentirosos son hijos del diablo! Una afirmación fuerte, pero cierta.

2. Decir Mentiras Blancas 

¡Muchos justificarán la mentira diciendo que es sólo una mentira blanca, o una mentira inofensiva, o que nadie será herido por la mentira, o incluso que la mentira blanca fue dicha para evitar herir a otro! Hubo un momento en que Charlie Brown le dijo a Lucy que lo que había dicho era sólo una mentira piadosa. Lucy respondió: «Charlie, no sabía que las mentiras vienen en colores». En resumen, tu discurso debe comunicar siempre la verdad tanto en las cosas grandes como en las pequeñas. Jesús nos recuerda que los que son fieles en lo pequeño serán fieles en lo grande.

3. Gritar y vociferar

Las personas frustradas que tienen poco autocontrol suelen recurrir a los gritos con la esperanza de mover a sus oyentes a la acción; este podría ser el caso de los padres con sus hijos. El propósito es conseguir que las personas sometidas a los gritos se sometan a la obediencia, lo que rara vez da el resultado previsto. Por el contrario, la gente prestará aún menos atención a los gritos excesivamente emotivos y descontrolados. En lugar de perder el control de nuestras emociones, es mucho mejor dar la corrección fraterna con calma y paz. De este modo, se demuestra el amor dando la corrección paterna o fraterna, manteniendo también el control sobre la lengua.

4. La calumnia o la difamación

A toda costa, debemos esforzarnos por mantener y defender no sólo nuestra buena reputación, sino también la de los demás. Todos tienen derecho a la defensa de su buen nombre. Pero, ¡qué rápido se puede deshacer el buen nombre de alguien por medio de la injuria o la calumnia, es decir, las declaraciones falsas sobre otro! Por lo tanto, la injuria o la calumnia pueden definirse como «asesinato del carácter», es decir, matar el buen nombre de otro.

En realidad, desde este punto de vista, la calumnia no sólo viola el octavo mandamiento – «No levantarás falso testimonio contra tu prójimo»- sino que también puede considerarse una violación del quinto mandamiento: «No matarás». Incluso el Libro de los Proverbios nos habla del daño que hace la injuria o la calumnia: «El hombre que da falso testimonio contra su prójimo es como un garrote de guerra, o una espada, o una flecha afilada». (Prov 25:18)

De hecho, hay un tercer pecado a evitar o confesar que entra en esta categoría general, el pecado de Detracción. Este es el pecado de revelar las faltas o pecados reales de otra persona a una tercera persona, disminuyendo así la reputación de esa persona. 

5. Difundir chismes

En nuestra sociedad moderna son demasiado frecuentes los que se han convertido en chismosos. Tal persona habla de otra persona a sus espaldas sobre cosas que pueden o no ser ciertas, y es un pecado de cualquier manera.

Los chismosos causan daño de muchas maneras:

1) Hacen daño a Dios, la Fuente de la Verdad que escucha todas las cosas. Compartir un chisme que es falso, daña a la persona de la que se habla-eso es el pecado de injuria o calumnia. El hecho de que un chisme sea verdadero no nos da licencia para compartirlo; eso también daña a la persona de la que se habla y eso es el pecado de detracción.

2) Se dañan a sí mismos, al pecar con su discurso.

3) Hacen daño a las personas que escuchan el chisme, que hieren la caridad al escucharlo.

4) Por último, y lo más evidente, hieren a la persona contra la que chismorrean. 

Las palabras, una vez pronunciadas, no se pueden retirar.

Si usted es un chismoso, o escucha chismes, ¡deje de hacerlo ahora mismo! La Santa Biblia es clara en cuanto a evitar esto: «No difundas chismes calumniosos entre tu pueblo». (Levítico 19:16)

Igualmente importante es evitar compartir incluso chismes veraces, según el Catecismo de la Iglesia Católica (nº 2477). Recuerda que Jesús dice que toda palabra descuidada que salga de tu boca será juzgada. ¡Prepárate para el Día del Juicio!

6. El sarcasmo en el discurso

El sarcasmo es utilizar la ironía y la burla para mostrar desprecio. Utilizar el sarcasmo hiere la caridad; es como añadir sal a una herida abierta. ¡Huele, hiere y quema! La persona sarcástica menosprecia, desprecia y se burla de los demás, consiguiendo que los oyentes se rían al degradar a los demás y su dignidad innata. Es particularmente feo.

Antes de ceder al sarcasmo, aplica la Regla de Oro. ¿Qué te parecería ser el blanco de una broma sarcástica? Haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti. Habla de los demás como te gustaría que te hablaran a ti. Como dijo un santo: «Sólo debemos abrir la boca para disculpar a los demás y acusarnos a nosotros mismos».

7. Romper las confidencias

Si lo que has oído es para mantenerlo en confianza, en secreto, para no revelarlo a nadie, entonces mantén la boca cerrada y sellada. Los sacerdotes deben mantener el sello del confesionario. Los profesionales están obligados a mantener las confidencias en muchos casos. El proverbio común, el silencio es oro, es cierto y operativo aquí. Hay que estar despierto y alerta. A la hora de domar la lengua para evitar un fallo fatal, a veces nos vemos obligados a guardar simplemente silencio. Si lo conseguimos, ¡tendremos un silencio muy elocuente!

8. Blasfemia

El defecto más grave de la lengua es la blasfemia. ¿Qué es entonces la blasfemia? En el Diccionario Católico de Bolsillo del Padre John Hardon leemos:

«BLASFEMIA: Hablar contra Dios de manera despectiva, despreciativa o abusiva. Bajo la blasfemia se incluyen las ofensas cometidas con el pensamiento, la palabra o la acción; la ridiculización grave y despectiva de los santos, de los objetos sagrados o de las personas consagradas a Dios es también blasfema porque se ataca indirectamente a Dios. La blasfemia es una grave violación de la caridad contra Dios. Su gravedad puede juzgarse con la pena capital en el Antiguo Testamento, con penas severas en la Iglesia, y en muchos casos también del Estado».

Un ejemplo concreto y reciente de esto fue la profanación abusiva en Oklahoma de una estatua de la Santísima Virgen María, al verter sangre falsa sobre la estatua en Nochebuena. Con este acto, se burló a la Iglesia y se atacó a la Madre de Nuestro Señor. ¡Que Dios se apiade de nosotros! 

9. Lenguaje abusivo y vulgar

Aunque no es tan grave como la blasfemia, un gran abuso de la lengua es la proliferación demasiado frecuente del lenguaje vulgar. A menudo se utilizan palabras para degradar a la persona humana, así como el acto íntimo que Dios ha diseñado para la procreación de nuevos seres humanos. Esto es incorrecto y habría que poner alto a quienes tienen la costumbre de utilizar un lenguaje tan feo e indecente.

Nunca debemos olvidar que somos templos del Espíritu Santo. Como católicos, nuestras lenguas participan del Cuerpo y la Sangre de Jesús cada vez que recibimos la Sagrada Comunión. Como parte de nuestra preparación para la Sagrada Comunión, debemos domar nuestra lengua para estar preparados para recibir tan gran regalo.

Por último, debemos actuar de acuerdo con nuestra dignidad de templos vivos del Dios vivo. También debemos actuar de acuerdo con nuestra dignidad como futuros ciudadanos del Cielo, nuestro hogar eterno con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, Nuestra Santísima Madre, y los ángeles y los santos.

10. Presumir y jactarse

Otra forma de hablar que debemos evitar es la de alardear o presumir.

¿Qué es esta forma de hablar? Es cuando nos alabamos a nosotros mismos, nos felicitamos por no ser como «esos otros», alabando y adulando nuestras grandes cualidades y habilidades. Con ello atribuimos todos nuestros éxitos, méritos y recompensas a nuestra propia grandeza, en lugar de dar a Dios -el dador de todos los dones- el crédito. Esto es muy desagradable para Dios y el epítome del orgullo. Cuidado, ¡el orgullo viene antes de la caída!

Dios levanta a los humildes, pero desprecia a los orgullosos de corazón. La Virgen en su Magnificat expresa esta verdad con verdadera elocuencia: «Mi alma glorifica al Señor, y mi espíritu se alegra en Dios, mi salvador, porque ha mirado con buenos ojos a su esclava, y en adelante todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque el que es poderoso ha hecho grandes cosas por mí y su nombre es santo». (Lc. 1: 46-49)

Nuestra actitud de corazón debe ser la del salmista: «No a nosotros, Yahveh, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria por tu amor firme y tu fidelidad». (Sal 115,1)

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: LECTURAS DEL DIA

Mar 28 2022

LECTURAS DEL DIA | 28 DE MARZO 2022

Lunes de la IV semana de Cuaresma

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)

LUNES, 28 de marzo Jn. 4,43-54 La parábola del hijo pródigo Segunda parte… «Celebremos con una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido encontrado».

En el Evangelio de hoy, Jesús le dice al funcionario real que su hijo, que está a punto de morir, vivirá. El hombre cree a Jesús. De camino a casa, sus esclavos le dicen que su hijo ya se está recuperando. 

Dos hijos estaban muertos: uno sufrió la muerte física, el otro la muerte moral. Ambos hijos vuelven a la vida por la misericordia de Dios. Agradezcamos a Dios las veces que su gracia nos preservó del pecado, y las veces que su gracia perdona nuestros pecados. ¡Todo es gracia!

SEGUNDA PARTE DE UNA MEDITACIÓN EN DOS PARTES…

PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO/PADRE MISERICORDIOSO Por el P. Ed Broom, OMV

Hemos dejado al Hijo Pródigo cuidando a los cerdos. Pero entonces sucede algo en lo que hay un cambio radical en esta situación, en la vida de este joven que básicamente ha echado su vida a los cerdos al entregarse al pecado, a la sensualidad y a sus bajas pasiones. Ha perdido todas las formas de autoestima y dignidad que en algún momento fueron suyas. 

Sigamos en esta secuela la primera parte de la Parábola del Hijo Pródigo que pronto se transformará en la Parábola del Padre Misericordioso. Los milagros, en efecto, ocurren, si permitimos la entrada de Dios en nuestras vidas.

1. LA INTERVENCIÓN DE DIOS: ¡DE FORMA MISTERIOSA!  Mientras el joven contempla los cerdos que está llamado a cuidar, se le ocurre un pensamiento: ¡su vida pasada! ¡Mientras estaba en casa con su padre, tenía todo lo que necesitaba y aún más! Comida, ropa, refugio, calor, seguridad, trabajo y su familia… ¡todo estaba ahí para él, gratis! Ahora se encontraba en la más absoluta miseria, casi muerto de hambre. Los cerdos eran sus compañeros y no sólo eso, estos animales parecían estar mejor que él. ¡Se contentaría incluso con tener lo que estos cerdos tenían para comer!

2. ILUMINACIÓN: UNA LUZ BRILLANTE: EL CAMINO DE LA CONVERSIÓN.  Se le ocurrió este pensamiento: ¿por qué no volver a la casa de su Padre? Es cierto que tendría que pedir perdón y ser tomado como asalariado. Pero, aunque ya no se considerara hijo de su Padre, al menos tendría un lugar donde alojarse, comida para comer y, posiblemente, un trabajo humilde para ganarse la vida y recuperar su dignidad.

3. VOLVERÉ Y PEDIRÉ PERDÓN  Su decisión era clara: volvería con el corazón arrepentido y con la esperanza de que posiblemente su Padre le perdonara. Intenta imaginarte en esta escena con esta actitud interior mientras imaginas la película de tu propia vida. ¡Ciertamente debe haber algún tipo de identificación que puedas hacer con este hijo errante, con esta oveja perdida, y con esta moneda perdida!

4. LA PACIENCIA DEL PADRE.  Es muy probable que todos los días, al salir el sol por la mañana y al cerrarse los ojos por la noche, el padre de este hijo pródigo subiera a la colina y mirara el camino donde su hijo lo había dejado, con la esperanza de que un día volviera. Esta era la esperanza que brillaba en el corazón del Padre Misericordioso.

5. LA ESCENA DESDE LEJOS.  Intenta entonces imaginar en tu contemplación la escena del regreso desde lejos. El Padre está encaramado y mirando el camino desde una colina lejana. El Hijo Pródigo ya está de camino a casa, pero sólo se le ve de lejos.

6. EL RECONOCIMIENTO NO ES FÁCIL.  El Padre ve una figura, un fantasma en la distancia que se acerca lentamente a él. El Padre conjetura que podría ser su Hijo Pródigo, aunque ciertamente no parece ser el hijo que conoció cuando se fue de casa. Esta figura camina lentamente, agachada, con la cabeza baja. Este joven viste con harapos y tiene una larga barba, además de un cabello desaliñado y despeinado. En su interior, el padre duda de que éste pueda ser su hijo, y si es así, ¡qué aspecto tan diferente al que tenía cuando se marchó!

7. ¡¡¡ES MI HIJO!!!  Algo sucede a medida que la distancia se acorta. El Padre llega a la total certeza de que efectivamente se trata de su Hijo Pródigo, errante y perdido. A partir de este momento en nuestra explicación e interpretación de la Parábola del Hijo Pródigo, que ahora se ha transformado en la Parábola del PADRE MISERICORDIOSO, nos centraremos en la abundante, desbordante, increíble e insondable Misericordia que el Padre derrama sobre su Hijo Pródigo. Todos estos puntos y regalos pueden servir para ayudarnos en nuestra identificación con el Hijo Pródigo y el Padre Misericordioso.

8. CONFESIÓN.  Además, esta Parábola nos sirve de trampolín para que todos 

nosotros tengamos una confianza ilimitada en la Misericordia Infinita de Dios, y a estar listos y dispuestos después de una buena preparación, a recibir el amor, la misericordia y el perdón de Dios en el Sacramento de la Confesión, el Sacramento de la Reconciliación, ¡el Sacramento de la Misericordia de Dios! Déjate sumergir en los dones del Padre Misericordioso para su hijo pródigo, los dones que Él tiene para ti y para mí.

9. BESO.  Al encontrarse con el Hijo Pródigo, el Padre le da un BESO. Universalmente, el beso es un símbolo de amor. El amor del Padre por este hijo no tiene límites. El Padre simplemente esperaba pacientemente el regreso del hijo. Este es un truco del diablo cuando pecamos: el diablo trata de engañarnos haciéndonos creer que Dios Padre ya no nos ama, que somos indignos del amor del Padre. Nada más lejos de la realidad. El amor y la misericordia de Dios Padre son mucho más fuertes hacia un hijo o hija que vuelve y se arrepiente. Como nos recuerda San Pablo «Donde abunda el pecado, abunda aún más la misericordia de Dios». (Rom 5,20) ¡Deja que el Dios Padre te abrace y te bese; deja que Dios Padre te ame!

10. ABRAZO.  El abrazo se une al beso. El abrazo simboliza el perdón del Padre. En cuanto el hijo pide perdón, el Padre perdona. En otras palabras, Dios Padre perdona en un solo latido cuando su hijo o hija dice: «¡Lo siento! Perdóname». El Sacramento de la Confesión es el Sacramento del perdón de Dios. No hay pecado tan grave que Dios Padre no perdone, si nos arrepentimos sinceramente. Jesús no vino por los santos; vino por los pecadores. Como dijo Jesús: «No son los sanos los que necesitan un Médico, sino los enfermos». (Mc 2,17)

11. ANILLO.  A continuación el Padre coloca un costoso anillo en el dedo del Hijo Pródigo. Hay dos interpretaciones simbólicas del anillo: 

1) DIGNIDAD.  Un anillo es símbolo de la dignidad de quien lo recibe. 

2) COMPROMISO FIRME DE FIDELIDAD.  Siguiendo el concepto de dignidad está el compromiso firme de ser fiel a partir de ese momento. Cuando las parejas intercambian sus votos matrimoniales, profesan esta promesa solemne: «Prometo serte fiel en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza, hasta que la muerte nos separe». Así sucede con nosotros, como Hijos e Hijas Pródigos, al hacer una buena Confesión Sacramental: hacemos el firme compromiso de dejar el pecado y evitar las ocasiones cercanas de pecado que nos llevaron a nuestros pecados pasados. Si tenemos la desgracia de caer, nos confesamos inmediatamente para recibir el perdón de Dios, y entonces volvemos a empezar.

12. SANDALIAS.  A continuación el Padre le da al hijo unas sandalias nuevas. ¿La finalidad? Para que podamos caminar por el camino correcto, el verdadero camino que lleva a la paz, la alegría y la felicidad. El verdadero camino que lleva al hogar – a nuestro Hogar Celestial, donde un día encontraremos a Dios Padre. Además, las sandalias otorgan el poder de caminar por el Camino de la Cruz que conduce a la Gloria de la Resurrección. 

13. ESPLÉNDIDO VESTIDO NUEVO.  Además, el Padre cambia los harapos que llevaba el Hijo Pródigo por un vestido espléndido, elegante y nuevo. Su dignidad ha sido restaurada. En un sentido profundamente espiritual, el pecado nos despoja del vestido real de la gracia santificante. En cambio, la Confesión Sacramental devuelve a nuestra alma la espléndida gloria y belleza de la gracia santificante. ¡¡¡La desnudez del pecado ha sido cubierta por la gracia de Dios!!!

14. AÚN MÁS… Los dones del Padre no se han acabado; ¡aún hay más! Una vez que el Hijo Pródigo ha vuelto a casa, ¡el Padre tiene regalos aún mayores! ¡Qué bueno, qué amoroso, qué generoso y qué generoso es el Padre! ¡Estos son, pues, los dones del Padre una vez que el hijo está a salvo en casa!

15.  MÚSICA ALEGRE.  Al regresar a casa, donde el hijo realmente pertenece, hay música alegre, festiva, feliz y exultante. Cuando vuelves a tu Padre Celestial a través de una 

¡buena Confesión Sacramental hay alegría incluso en el cielo entre los ángeles!

16. LA FIESTA – LA CELEBRACIÓN.  Es tan cierto que todo el cielo se alegra por el regreso de un pecador al abrazo amoroso del Padre Celestial. Es cierto que Dios ama a todos, a toda la extensión de la familia humana. Pero también hay que decir que Dios Padre nos ama a cada uno de nosotros individualmente. No lo olvides nunca. Jesús dejó las noventa y nueve ovejas para perseguir, encontrar y finalmente poner sobre sus hombros a la única oveja que se había perdido.

17. EL BECERRO GORDO OFRECIDO Y MATADO  Ahora el Padre se desvive por el hijo. En la sociedad judía de la época de Jesús, comer carne y la de un ternero cebado sólo se hacía en muy raras ocasiones. Esta era una de esas raras y muy especiales ocasiones.

18. SIMBOLISMO DE LA SANTA MISA.  Hay una interpretación sacramental muy clara de esta fiesta, de esta celebración, con la música y la matanza del animal, y se refiere a la Santa Misa. Una vez que el hijo o la hija pródiga ha vuelto a casa mediante una buena Confesión Sacramental y se ha restablecido en el estado de gracia santificante, está listo y bien dispuesto para acercarse a la Misa que es el Sacrificio del Calvario renovado, pero también es el Banquete Eucarístico en el que puede alimentarse verdaderamente con el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Jesucristo, el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo.

19. LA CONFESIÓN Y LA COMUNIÓN TRABAJAN EN EQUIPO.  Por eso, San Ignacio subraya que una Confesión bien preparada, sentida y hecha con la mejor disposición, ayuda inmensamente a la recepción de Jesús en la Sagrada Comunión. En otras palabras, debemos ser un verdadero y arrepentido Hijo o Hija Pródigo recibiendo el amor y el perdón del Padre Celestial para poder recibir dignamente a su Hijo -Jesús el Pan de Vida- en la Sagrada Comunión. 

20. BANQUETE ETERNO.  Si se hace, la promesa es la mejor que podríamos imaginar: El Banquete Eterno del Cielo. «El que coma mi Cuerpo y beba mi Sangre tendrá vida eterna y yo lo resucitaré en el último día». (Discurso del Pan de Vida: Juan 6:54)

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: LECTURAS DEL DIA

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