Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)

Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana

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Jun 18 2020

LECTURAS DEL DIA Y CATECISMO | 18 JUNIO 2020

18 de junio 2020

Jueves de la XI semana del Tiempo ordinario
Primera lectura

Ecles (Sir) 48, 1-15

En aquel tiempo, surgió Elías, un profeta de fuego;
su palabra quemaba como una llama.
Él hizo caer sobre los israelitas el hambre
y con celo los diezmó.
En el nombre del Señor cerró las compuertas del cielo
e hizo que descendiera tres veces fuego de lo alto.

¡Qué glorioso eres, Elías, por tus prodigios!
¿Quién puede jactarse de ser igual a ti?
Tú resucitaste del sepulcro a un muerto,
lo arrancaste de la muerte por la palabra del Altísimo.
Tú llevaste la ruina a los reyes
y la muerte a los príncipes en su lecho.
Tú escuchaste las amenazas de Dios en el Sinaí
y sus palabras de castigo en el Horeb.
Tú ungiste a reyes vengadores
y nombraste como sucesor tuyo a un profeta.

En un torbellino de llamas fuiste arrebatado al cielo,
sobre un carro tirado por caballos de fuego.
Escrito está de ti que volverás,
cargado de amenazas, en el tiempo señalado,
para aplacar la cólera antes de que estalle,
para hacer que el corazón de los padres se vuelva hacia los hijos
y congregar a las tribus de Israel.

Dichosos los que te vieron
y murieron gozando de tu amistad;
pero más dichosos los que estén vivos, cuando vuelvas.

Cuando Elías fue arrebatado por el torbellino,
Eliseo quedó lleno de su espíritu.
Ningún príncipe lo intimidó,
nadie lo pudo dominar.
Ninguna cosa le era imposible
y aun estando en el sepulcro, resucitó a un muerto.
En vida hizo prodigios
y después de muerto, obras admirables.

Salmo Responsorial

Salmo 96, 1-2. 3-4. 5-6. 7

R. (12a) Que se alegren los justos con el Señor.
Reina el Señor, alégrese la tierra;
cante de regocijo el mundo entero.
El trono del Señor se asienta
En la justicia y el derecho. R.

R. Que se alegren los justos con el Señor.
Un fuego que devora a sus contrarios
a nuestro Dios precede;
deslumbran sus relámpagos el orbe
 y, viéndolos, la tierra se estremece. R.
R. Que se alegren los justos con el Señor.
Los montes se derriten como cera
ante el Señor de toda la tierra.
Los cielos pregonan su justicia,
su inmensa gloria ven todos los pueblos. R.

R. Que se alegren los justos con el Señor.
Los que adoran estatuas
que se llenen de pena y se sonrojen
lo mismo el que se jacta de sus ídolos.
Que caigan ante Dios todos los dioses. R.

R. Que se alegren los justos con el Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Rom 8, 15

R. Aleluya, aleluya.
Hemos recibido un espíritu de hijos,
que nos hace exclamar: ¡Padre!
R. Aleluya.

Evangelio

Mt 6, 7-15

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando ustedes hagan oración, no hablen mucho, como los paganos, que se imaginan que a fuerza de mucho hablar serán escuchados. No los imiten, porque el Padre sabe lo que les hace falta, antes de que se lo pidan. Ustedes pues, oren así:

Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu Reino,
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.

Si ustedes perdonan las faltas a los hombres, también a ustedes los perdonará el Padre celestial. Pero si ustedes no perdonan a los hombres, tampoco el Padre les perdonará a ustedes sus faltas”.


Catecismo de la Iglesia Católica

IV. La estructura del «Catecismo de la Iglesia Católica»

13 El plan de este catecismo se inspira en la gran tradición de los catecismos, los cuales articulan la catequesis en torno a cuatro «pilares»: la profesión de la fe bautismal (el Símbolo), los sacramentos de la fe, la vida de fe (los Mandamientos), la oración del creyente (el Padre Nuestro).


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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: LECTURAS DEL DIA

Jun 17 2020

LECTURAS DEL DIA Y CATECISMO | 17 JUNIO 2020

17 de junio 2020

Miércoles de la XI semana del Tiempo ordinario

Primera lectura

2 Reyes 2, 1. 6-14

Esto fue lo que sucedió cuando el Señor iba a arrebatar a Elías en un remolino hacia el cielo. Ese día Elías y Eliseo habían salido de Guilgal. Al llegar a Jericó, Elías le dijo a Eliseo: “Quédate aquí, porque el Señor me envía al Jordán”. Respondió Eliseo: “Por Dios y por tu vida que no te dejaré ir solo”. Y se fueron los dos juntos.

Los acompañaban cincuenta hombres de la comunidad de los profetas, los cuales, al llegar Elías y Eliseo a la orilla del Jordán, se detuvieron a cierta distancia de ellos. Elías tomó su manto, lo enrolló y con él golpeó las aguas; éstas se separaron a un lado y a otro, y ambos pasaron el río sin mojarse.

Después de cruzar, Elías le dijo a Eliseo: “Pídeme lo que quieras que haga por ti, antes de que sea arrebatado de tu lado”. Respondió Eliseo: “Que sea el heredero principal de tu espíritu”. Le dijo Elías: “Es difícil lo que pides; pero si alcanzas a verme, cuando sea arrebatado de tu lado, lo obtendrás; si no, no lo obtendrás”.

Siguieron caminando y conversando, cuando un carro de fuego, con caballos de fuego, se interpuso entre ellos, y Elías subió al cielo en un remolino. Eliseo lo veía alejarse y le gritaba: “¡Padre mío, padre mío, carro y auriga de Israel!”

Y ya no lo volvió a ver. Entonces se rasgó las vestiduras, recogió el manto que se le había caído a Elías, regresó y se detuvo en la orilla del Jordán. Tomó el manto de Elías y golpeó con él las aguas, y no se separaron. Entonces dijo: “¿Dónde está el Señor, el Dios de Elías?” Volvió a golpear las aguas y entonces se separaron a un lado y a otro, y pasó Eliseo.

Salmo Responsorial

Salmo 30, 20. 21.22. 23. 24

R. (25) Amemos al Señor todos sus fieles.
¡Qué grande es la bondad que has reservado,
Señor, para tus fieles!
Con quien se acoge a ti,
Señor, ¡que bueno eres! R.

R. Amemos al Señor todos sus fieles.
Tu presencia lo ampara
de todos las intrigas de los hombres,
y lo pone a resguardo
de las burlas y las murmuraciones. R.

R. Amemos al Señor todos sus fieles.
Que amen al Señor todos sus fieles,
Pues protege a los leales
y a los soberbios da lo que merecen. R.

R. Amemos al Señor todos sus fieles.

Aclamación antes del Evangelio

Jn 14, 23

R. Aleluya, aleluya.
El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará
y haremos en él nuestra morada, dice el Señor.
R. Aleluya.

Evangelio

Mt 6, 1-6. 16-18

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial.

Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.

Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.

Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará’’.


Catecismo de la Iglesia Católica

12 El presente catecismo está destinado principalmente a los responsables de la catequesis: en primer lugar a los Obispos, en cuanto doctores de la fe y pastores de la Iglesia. Les es ofrecido como instrumento para la realización de su tarea de enseñar al Pueblo de Dios. A través de los Obispos, se dirige a los redactores de catecismos, a los sacerdotes y a los catequistas. Será también de útil lectura para todos los demás fieles cristianos.

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: LECTURAS DEL DIA

Jun 16 2020

LECTURAS DEL DIA Y CATECISMO | 16 JUNIO 2020

16 de junio 2020

Martes de la XI semana del Tiempo ordinario

Primera lectura

1 Reyes 21, 17-29

Después de la muerte de Nabot, el Señor le dirigió la palabra al profeta Elías y le dijo: “Levántate y ve al encuentro de Ajab, rey de Israel, que vive en Samaria. Se encuentra en la viña de Nabot, a donde ha ido para apropiársela. Dile lo siguiente: ‘Esto dice el Señor: ¿Así que, además de asesinar, estás robando?’ Dile también: ‘Por eso, dice el Señor, en el mismo lugar en que los perros han lamido la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu propia sangre’ ”.

Ajab le dijo a Elías: “¿Has vuelto a encontrarme, enemigo mío?” Le respondió Elías: “Sí, te he vuelto a encontrar. ‘Porque te has prestado para hacer el mal ante mis ojos, dice el Señor, yo mismo voy a castigarte: voy a barrer a tu posteridad y a exterminar en Israel a todo varón de tu casa, libre o esclavo. Haré con tu casa lo que hice con la de Jeroboam, hijo de Nebat, y con la de Basá, hijo de Ajías, porque has provocado mi cólera y has hecho pecar a Israel. A los hijos de Ajab que mueran en la ciudad, los devorarán los perros; y a los que mueran en el campo, se los comerán los buitres’. También contra Jezabel ha hablado el Señor y ha dicho: ‘Los perros devorarán a Jezabel en el campo de Yezrael’”.

(Y es que en realidad no hubo otro que se prestara tanto como Ajab para hacer el mal ante los ojos del Señor, instigado por su esposa Jezabel. Su proceder fue abominable, porque adoró a los ídolos que habían hecho los amorreos, a quienes el Señor expulsó del país para dárselo a los hijos de Israel).

Cuando Ajab oyó estas palabras, desgarró sus vestiduras, se puso un vestido de sayal y ayunó; se acostaba con el sayal puesto y andaba cabizbajo. Entonces el Señor le habló al profeta Elías y le dijo: “¿Has visto cómo se ha humillado Ajab en mi presencia? Por eso, no lo castigaré a él durante su vida, pero en vida de su hijo castigaré a su casa”.

Salmo Responsorial

Salmo 50, 3-4. 5-6a.11 y 16

R. (cf. 3a) Misericordia, Señor, hemos pecado.
Por tu inmensa compasión
Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas.
Lávame bien de todos mis delitos
y purifícame de mis pecados. R.

R. Misericordia, Señor, hemos pecado.
Puesto que reconozco mis culpas,
tengo siempre presentes mis pecados.
Contra ti sólo pequé, Señor,
haciendo lo que a tus ojos era malo. R.

R. Misericordia, Señor, hemos pecado.
Aleja de tu vista mis maldades
y olvídate de todos mis pecados.
Líbrame de la sangre, oh Dios, salvador mío,
y aclamará mi lengua tu justicia. R.

R. Misericordia, Señor, hemos pecado.

Aclamación antes del Evangelio

Jn 13, 34

R. Aleluya, aleluya.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor,
que se amen los unos a los otros, como yo los he amado.
R. Aleluya.

Evangelio

Mt 5, 43-48

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Han oído ustedes que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo; yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre los buenos y los malos, y manda su lluvia sobre los justos y los injustos.

Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen eso mismo los publicanos? Y si saludan tan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen eso mismo los paganos? Ustedes, pues, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto”.


Catecismo de la Iglesia Católica

III. Fin y destinatarios de este Catecismo

11 Este catecismo tiene por fin presentar una exposición orgánica y sintética de los contenidos esenciales y fundamentales de la doctrina católica, tanto sobre la fe como sobre la moral, a la luz del Concilio Vaticano II y del conjunto de la Tradición de la Iglesia. Sus fuentes principales son la sagrada Escritura, los santos Padres, la Liturgia y el Magisterio de la Iglesia. Está destinado a servir «como un punto de referencia para los catecismos o compendios que sean compuestos en los diversos países» (Sínodo de los Obispos 1985, Relación final II, B, a, 4).

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: LECTURAS DEL DIA

Jun 15 2020

LECTURAS DEL DIA Y CATECISMO | 15 JUNIO 2020

Lunes de la XI semana del Tiempo ordinario

Primera lectura

1 Reyes 21, 1-16

Nabot de Yezrael tenía una viña junto al palacio de Ajab, rey de Samaria, y Ajab le dijo a Nabot: “Dame tu viña para plantar ahí una huerta, ya que está pegada a mi casa; yo te doy por ella una viña mejor o si prefieres, te pago con dinero”. Nabot le respondió a Ajab: “Dios me libre de darte la herencia de mis padres”.

Ajab se fue a su casa, triste y enfurecido, porque Nabot le había dicho: “No te daré la herencia de mis padres”. Se acostó en su cama, se volvió de cara a la pared y no quiso comer. Entonces se le acercó su esposa, Jezabel, y le dijo: “¿Por qué estás de mal humor y no quieres comer?” Él respondió: “Es que hablé con Nabot de Yezrael y le dije que me vendiera su viña o que, si prefería, yo se la cambiaría por otra mejor; pero él me respondió que no me daría su viña”.

Su esposa Jezabel, le dijo: “¿No que tú eres el rey poderoso que manda en Israel? Levántate, come y alégrate. Yo te daré la viña de Nabot”.

Entonces ella escribió unas cartas en nombre de Ajab, las selló con el sello del rey y las envió a los ancianos y hombres principales de la ciudad en que vivía Nabot. Las cartas decían: “Promulguen un ayuno, convoquen una asamblea y sienten a Nabot en primera fila. Pongan frente a él a dos malvados que lo acusen, diciendo: ‘Ha maldecido a Dios y al rey’. Luego lo sacan fuera de la ciudad y lo apedrean hasta que muera”.

Los habitantes de la ciudad, los ancianos y los hombres principales que vivían cerca de Nabot, hicieron lo que Jezabel les había mandado, de acuerdo con lo escrito en las cartas que les había remitido. Promulgaron un ayuno y en la asamblea sentaron a Nabot en primera fila. Llegaron los dos malvados, se sentaron frente a él y lo acusaron delante del pueblo, diciendo: “Nabot ha maldecido a Dios y al rey”. Luego lo sacaron fuera de la ciudad y lo apedrearon hasta que murió. En seguida le mandaron avisar a Jezabel que Nabot había muerto apedreado.

Cuando Jezabel supo que Nabot había muerto apedreado, le dijo a Ajab: “Ve a tomar posesión de la viña de Nabot de Yezrael, que no quiso vendértela, pues Nabot ya no vive: ha muerto”. Apenas oyó Ajab que Nabot había muerto, fue a tomar posesión de la viña de Nabot de Yezrael.

Salmo Responsorial

Salmo 5, 2-3. 5-6. 7

R. (2b) Señor, atiende a mis gemidos.
Señor, oye mi voz,
atiende a mis gemidos,
haz caso de mis súplicas,
rey y Dios mío. R.

R. Señor, atiende a mis gemidos.
Pues tú no eres un Dios al que pudiera
la maldad agradarle,
ni el malvado es tu huésped
ni ante ti puede estar el arrogante. R.

R. Señor, atiende a mis gemidos.
Al malhechor detestas,
y destruyes, Señor, al embustero;
aborreces al hombre sanguinario
y a quien es traicionero. R.

R. Señor, atiende a mis gemidos.

Aclamación antes del Evangelio

Sal 118, 105

R. Aleluya, aleluya.
Tus palabras, Señor, son una antorcha para mis pasos
y una luz en mi sendero.
R. Aleluya.

Evangelio

Mt 5, 38-42

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente; pero yo les digo que no hagan resistencia al hombre malo. Si alguno te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la izquierda; al que te quiera demandar en juicio para quitarte la túnica, cédele también el manto. Si alguno te obliga a caminar mil pasos en su servicio, camina con él dos mil. Al que te pide, dale; y al que quiere que le prestes, no le vuelvas la espalda”.

10  No es extraño, por ello, que, en el dinamismo del Concilio Vaticano II (que el Papa Pablo VI consideraba como el gran catecismo de los tiempos modernos), la catequesis de la Iglesia haya atraído de nuevo la atención. El Directorio general de la catequesis de 1971, las sesiones del Sínodo de los Obispos consagradas a la evangelización (1974) y a la catequesis (1977), las exhortaciones apostólicas correspondientes, Evangelii nuntiandi (1975) y Catechesi tradendae (1979), dan testimonio de ello. La sesión extraordinaria del Sínodo de los Obispos de 1985 pidió «que sea redactado un catecismo o compendio de toda la doctrina católica, tanto sobre la fe como sobre la moral» (Relación final II, B, a, 4). El Santo Padre, Juan Pablo II, hizo suyo este deseo emitido por el Sínodo de los Obispos reconociendo que «responde totalmente a una verdadera necesidad de la Iglesia universal y de las Iglesias particulares» (Discurso de clausura del Sínodo, asamblea extraordinaria, 7 de diciembre de 1985). El Papa dispuso todo lo necesario para que se realizara la petición de los padres sinodales.

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: LECTURAS DEL DIA

Jun 14 2020

LECTURAS DEL DIA Y CATECISMO | 14 JUNIO 2020

14 de junio 2020

Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo (Corpus Christi)

Primera lectura

Deut 8, 2-3. 14-16

En aquel tiempo, habló Moisés al pueblo y le dijo: “Recuerda el camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho recorrer estos cuarenta años por el desierto, para afligirte, para ponerte a prueba y conocer si ibas a guardar sus mandamientos o no.

Él te afligió, haciéndote pasar hambre, y después te alimentó con el maná, que ni tú ni tus padres conocían, para enseñarte que no sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios.

No sea que te olvides del Señor, tu Dios, que te sacó de Egipto y de la esclavitud; que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, lleno de serpientes y alacranes; que en una tierra árida hizo brotar para ti agua de la roca más dura, y que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres”.

Salmo Responsorial

Salmo 147, 12-13. 14-15. 19-20

R. (12a) Bendito sea el Señor.

Glorifica al Señor, Jerusalén;
a Dios ríndele honores, Israel.
El refuerza el cerrojo de tus puertas
y bendice a tus hijos en tu casa.

El mantiene la paz en tus fronteras,
con su trigo mejor sacia tu hambre.
El envía a la tierra su mensaje
y su palabra corre velozmente.

Le muestra a Jacob sus pensamientos.
sus normas y designios a Israel.
No ha hecho nada igual con ningún pueblo
ni le ha confiado a otro sus proyectos.

Segunda lectura

1 Co 10, 16-17

Hermanos: El cáliz de la bendición con el que damos gracias, ¿no nos une a Cristo por medio de su sangre? Y el pan que partimos, ¿no nos une a Cristo por medio de su cuerpo? El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque todos comemos del mismo pan.

Secuencia

Al Salvador alabemos,
que es nuestro pastor y guía.
Alabémoslo con himnos
y canciones de alegría.

Alabémoslo sin límites
y con nuestras fuerzas todas;
pues tan grande es el Señor,
que nuestra alabanza es poca.

Gustosos hoy aclamamos
a Cristo, que es nuestro pan,
pues él es el pan de vida,
que nos da vida inmortal.

Doce eran los que cenaban
y les dio pan a los doce.
Doce entonces lo comieron,
y, después, todos los hombres.

Sea plena la alabanza
y llena de alegres cantos;
que nuestra alma se desborde
en todo un concierto santo.

Hoy celebramos con gozo
la gloriosa institución
de este banquete divino,
el banquete del Señor.

Ésta es la nueva Pascua,
Pascua del único Rey,
que termina con la alianza
tan pesada de la ley.

Esto nuevo, siempre nuevo,
es la luz de la verdad,
que sustituye a lo viejo
con reciente claridad.

En aquella última cena
Cristo hizo la maravilla
de dejar a sus amigos
el memorial de su vida.

Enseñados por la Iglesia,
consagramos pan y vino,
que a los hombres nos redimen,
y dan fuerza en el camino.

Es un dogma del cristiano
que el pan se convierte en carne,
y lo que antes era vino
queda convertido en sangre.

Hay cosas que no entendemos,
pues no alcanza la razón;
mas si las vemos con fe,
entrarán al corazón.

Bajo símbolos diversos
y en diferentes figuras,
se esconden ciertas verdades
maravillosas, profundas.

Su sangre es nuestra bebida;
su carne, nuestro alimento;
pero en el pan o en el vino
Cristo está todo completo.

Quien lo come, no lo rompe,
no lo parte ni divide;
él es el todo y la parte;
vivo está en quien lo recibe.

Puede ser tan sólo uno
el que se acerca al altar,
o pueden ser multitudes:
Cristo no se acabará.

Lo comen buenos y malos,
con provecho diferente;
no es lo mismo tener vida
que ser condenado a muerte.

A los malos les da muerte
y a los buenos les da vida.
¡Qué efecto tan diferente
tiene la misma comida!

Si lo parten, no te apures;
sólo parten lo exterior;
en el mínimo fragmento
entero late el Señor.

Cuando parten lo exterior,
sólo parten lo que has visto;
no es una disminución
de la persona de Cristo.

El pan que del cielo baja
es comida de viajeros.
Es un pan para los hijos.
¡No hay que tirarlo a los perros!

Isaac, el inocente,
es figura de este pan,
con el cordero de Pascua
y el misterioso maná.

Ten compasión de nosotros,
buen pastor, pan verdadero.
Apaciéntanos y cuídanos
y condúcenos al cielo.

Todo lo puedes y sabes,
pastor de ovejas, divino.
Concédenos en el cielo
gozar la herencia contigo. Amén.

Aclamación antes del Evangelio

Jn 6, 51

R. Aleluya, aleluya.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor;
el que coma de este pan vivirá para siempre.
R. Aleluya.

Evangelio

Jn 6, 51-58

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida”.

Entonces los judíos se pusieron a discutir entre sí: “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?”

Jesús les dijo: “Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día.

Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por él, así también el que me come vivirá por mí.

Éste es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron sus padres, pues murieron. El que come de este pan vivirá para siempre”.


Catecismo de la Iglesia Católica 

9  El ministerio de la catequesis saca energías siempre nuevas de los concilios. El Concilio de Trento constituye a este respecto un ejemplo digno de ser destacado: dio a la catequesis una prioridad en sus constituciones y sus decretos; de él nació el Catecismo Romano que lleva también su nombre y que constituye una obra de primer orden como resumen de la doctrina cristiana; este Concilio suscitó en la Iglesia una organización notable de la catequesis; promovió, gracias a santos obispos y teólogos como san Pedro Canisio, san Carlos Borromeo, san Toribio de Mogrovejo, san Roberto Belarmino, la publicación de numerosos catecismos.

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