Jesús, se consideraba la peor tragedia tener la enfermedad de la lepra. Era un sufrimiento físico,
emocional, social, familiar, teológico y moral—en pocas palabras, la magnitud de esta
enfermedad abarcaba toda la vida de la persona. Por consiguiente, lea y medite los siguientes pasajes
bíblicos, tomados de dos Evangelios: Mt 5:14; Lc 17:11-19.
en los tiempos de Jesús.
parte del cuerpo a otra, empezaba en las extremidades del cuerpo y como el
SIDA, era incurable.
leprosos» y eran los marginados de la sociedad.
castigando.
6. Si alguien se acercaba, el leproso tenía
que gritar en voz alta »impuro» según la ley Mosaica.
suicidio. No había esperanza.
II. LA ACTITUD DE JESÚS HACIA LA PERSONA DEL LEPROSO.
Jesús veía la dignidad innata de la persona. Esa persona había sido creada por Dios, por
amor y con una misión.
Jesús sufría con el leproso.
también lo tocaba; ¡y tocar a un leproso
era impensable!
sanaba.
Ahora veamos el caso de los diez leprosos quien fueron curados, ¡que
triste es la ingratitud! Jesús
sanó a diez leprosos, pero sólo uno regresó para darle gracias (Lc
17:11-19). Éste es el Evangelio que se
lee en los Estados Unidos el día de Acción de Gracias.
Todos somos leprosos debido al Pecado Original y a nuestro pecado
personal.
moral, sigue creciendo en nuestra alma.
Por consiguiente, hagamos un examen de consciencia, veamos todos las
formas en que podemos contraer lepra en distintas partes de cuerpo, por el mal
uso de nuestros miembros.
Cuando nos entregamos y damos rienda suelta a los malos pensamientos.
… ¿Ha entretenido malos
pensamientos? Una vez se le preguntó a
un hombre: »Señor, ha entretenido malos
pensamientos? A lo cual él rápidamente
respondió: »¡No, ellos me entretienen a
mí!»
El ver imágenes impuras… Veamos
el relato de la conversión de un ex-pandillero.
Contaba este hombre, que había logrado dejar la bebida y las drogas,
pero no había podido dejar la pornografía.
El Padre Pío una vez conoció a un ciego, quien le rogaba al Padre que lo
sanara. A lo cual el Padre Pío le
respondió que lo podía hacer, pero que si lo hacía, el hombre perdería su alma
por toda la eternidad. ¡El hombre optó
por su ceguera!
Los santos podían oler el mal olor del pecado, especialmente los pecados
contra la pureza: San Juan Bosco, san
Felipe Neri y santa Catalina de Siena.
¿Mete usted la nariz en todo?
¿Tiene usted el mal hábito de meterse en asuntos ajenos? ¡Esto es tener lepra de la nariz!
Mentir, maquillar la verdad, gritar, criticar, chismear, difamar,
injurias, agravios, ultrajes, calumnias, disfrazar la verdad — ¿se deja usted
llevar por estas cosas? ¡Su
lengua tiene lepra!
¿Vive para comer, o come para vivir?
Si vive sólo para comer (el dios barriga, como san Pablo nos recuerda)
entonces probablemente tiene un caso de lepra más aguda!
8. LAS MANOS.
»Descuento de cinco dedos» – otra forma de decir robar. ¿Se deja usted llevar por los pleitos,
empujones, cuando en el auto, está siempre presta a tocar la bocina, hace
algun gesto ofensivo con la mano? Examine
sus manos, ¡vea si tiene alguna señal de lepra!
Aquella mujer que viste de forma inmodesta, fácilmente puede ser
causa que un hombre peque — ¡entonces sus piernas están ulceradas con una
lepra espantosa!
Esos pies que le llevaron tantas veces al mal… un bar, una cantina,
a ver malas películas, un encuentro malo con una persona, a mal lugar —
¡examine sus pies para ver si las llagas de lepra se expanden!
de Jesús? Si es usted casado/a, su vista
debería ser como la del caballo en el hipódromo, que tiene anteojeras y
restricción del campo visual, de forma que sólo tenga ojos para su esposo/a, y
no dejar que sus ojos vaguen de derecha a izquierda dejando que la vista se
recree con mujeres o hombres atractivos.
Recuerde lo que sucedió al rey David quien dejó que sus ojos vagaran,
¡y hubieron consecuencias catastróficas!
envidia, el resentimiento, el coraje, la amargura, la venganza, la lujuria e
impureza, egoísmo, orgullo desenfrenado — ¡Admítalo, la lepra se ha apoderado
de su corazón!!
noticias! ¡El médico está en casa! Y es el mejor Médico espiritual, su nombre es
JESUCRISTO. Tenemos también a Nuestra Señora ¡Salud de los enfermos! ¡He aquí formas que se puede remediar y sanar
la lepra por nuestro Médico Divino, Jesucristo Nuestro Salvador y Señor!
después de hacer una buena confesión, salimos limpios, nuestra alma queda
blanca como la nieve. Como dice el gran
profeta Isaías en el Antiguo Testamento, »Aunque sus pecados sean como la
escarlata, los haré blancos como la nieve.»
de heridas espirituales, las heridas del pecado.
FLAQUEZAS Y DEBILIDADES DIARIAS. El
Concilio de Trento nos exhorta a que recibamos la Sagrada Comunión. La Sagrada Comunión, el más grande de los
sacramentos, puede sanarnos de nuestros pecados veniales, que son una forma de
lepra menos grave.
por la intercesión de Nuestra Señora, que es »Salud de los Enfermos».
y comunicaremos nuestra enfermedad a otros o seremos fuente de sanación para
otros. Henri Nouwen dijo que seremos
»heridos que hieren o heridos que sanan.»
conoció una mujer sin miembros que tenía lepra — sin piernas o brazos. Esta mujer tenía una sonrisa de oreja a
oreja, radiaba un gozo indescriptible y decía:
»¡Pero hay una Resurrección!»
llaga masiva en la mano de un leproso, más bien colocó una cruz sobre la
llaga. Más tarde Sheen reconoció que él
era uno de esos leprosos en la colonia de leprosos porque no se había
identificado con la humanidad que sufre.
leprosos. A él se le acusó de
inmoralidad con una mujer, aunque más tarde fue exonerado por la intervención
del gran poeta Roberto Luis Stevenson.
El P. Damian contrajo lepra y murió de lepra. Pero su mayor sufrimiento, no fue la lepra
sino el no poder confesarse por la ausencia de otro sacerdote en la isla. Fue ésta lepra del alma que le causó el mayor
sufrimiento.
pecados, todos sufrimos de alguna forma de lepra. Pero no debemos entregarnos a la
desesperación. Jesús, el Médico Divino,
nos puede sanar en cualquier momento, sólo ocupamos acercarnos a Él en el
sacramento de la Reconciliación. ¡Así
viviremos sanos en un mundo no sano!