Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)

Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana

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Jul 05 2013

LEPRA DEL ALMA.

En la época de
Jesús, se consideraba la peor tragedia tener la enfermedad de la lepra.  Era un sufrimiento físico,
emocional, social, familiar, teológico y moral—en pocas palabras, la magnitud de esta
enfermedad abarcaba toda la vida de la persona.  Por consiguiente, lea y medite los siguientes pasajes
bíblicos, tomados de dos Evangelios: Mt 5:14; Lc 17:11-19.

I.  ASPECTOS DE LA LEPRA:  FÍSICOS, SOCIALES Y MORALES

1.  La lepra era una de las peores enfermedades
en los tiempos de Jesús.

2.  Características:  La lepra era contagiosa, se expandía de una
parte del cuerpo a otra, empezaba en las extremidades del cuerpo y como el
SIDA, era incurable.

3.  EN EL ÁMBITO SOCIAL:  Al leproso se le excluía de la sociedad.  Se le obligaba a vivir en »colonias de
leprosos» y eran los marginados de la sociedad.

4.  Se les veía como los muertos en vida.  (Como se ve en la película Ben Hur)

5.  TEOLOGICAMENTE:  Muchos pensaban que Dios los estaba
castigando.

6.  Si alguien se acercaba, el leproso tenía
que gritar en voz alta »impuro» según la ley Mosaica.

7.  Baja autoestima:  Entre los leprosos había alto índice de
suicidio.  No había esperanza.

8.  Todos temían acercarse a ellos.

II.  LA ACTITUD DE JESÚS HACIA LA PERSONA DEL LEPROSO.

1.  DIGNIDAD. 
Jesús veía la dignidad innata de la persona.  Esa persona había sido creada por Dios, por
amor y con una misión.

2.  COMPASIÓN. 
Jesús sufría con el leproso.

3.  Jesús no sólo se acercaba al leproso, sino
también lo tocaba;  ¡y tocar a un leproso
era impensable!

4.  En vez de contraer la enfermedad, Jesus lo
sanaba.

5.  ¡MÉDICO POR EXCELENCIA!  ¡Jesús sanaba inmediatamente!

6.  ¡INGRATITUD! 
Ahora veamos el caso de los diez leprosos quien fueron curados, ¡que
triste es la ingratitud!  Jesús
sanó a diez leprosos, pero sólo uno regresó para darle gracias (Lc
17:11-19).  Éste es el Evangelio que se
lee en los Estados Unidos el día de Acción de Gracias. 

III.  NUESTRA PROPIA LEPRA ESPIRITUAL —
Todos somos leprosos debido al Pecado Original y a nuestro pecado
personal.
1.  PECADO ORIGINAL.  Desde el momento de nuestra concepción, contraemos lepra espiritual (Pecado Original).

2.  NUESTRO PROPIO PECADO.  Por nuestro propio pecado, esta enfermedad
moral, sigue creciendo en nuestra alma. 
Por consiguiente, hagamos un examen de consciencia, veamos todos las
formas en que podemos contraer lepra en distintas partes de cuerpo, por el mal
uso de nuestros miembros. 

3.  LA MENTE. 
Cuando nos entregamos y damos rienda suelta a los malos pensamientos.
…  ¿Ha entretenido malos
pensamientos?  Una vez se le preguntó a
un hombre:  »Señor, ha entretenido malos
pensamientos?  A lo cual él rápidamente
respondió:  »¡No, ellos me entretienen a
mí!»

4.  ¡LOS OJOS! 
El ver imágenes impuras…  Veamos
el relato de la conversión de un ex-pandillero. 
Contaba este hombre, que había logrado dejar la bebida y las drogas,
pero no había podido dejar la pornografía. 
El Padre Pío una vez conoció a un ciego, quien le rogaba al Padre que lo
sanara.  A lo cual el Padre Pío le
respondió que lo podía hacer, pero que si lo hacía, el hombre perdería su alma
por toda la eternidad.  ¡El hombre optó
por su ceguera!                

5.  LA NARIZ. 
Los santos podían oler el mal olor del pecado, especialmente los pecados
contra la pureza:  San Juan Bosco, san
Felipe Neri y santa Catalina de Siena. 
¿Mete usted la nariz en todo? 
¿Tiene usted el mal hábito de meterse en asuntos ajenos?  ¡Esto es tener lepra de la nariz!

6.  ¡LA LENGUA! 
Mentir, maquillar la verdad, gritar, criticar, chismear, difamar,
injurias, agravios, ultrajes, calumnias, disfrazar la verdad — ¿se deja usted
llevar por estas cosas?  ¡Su
lengua tiene lepra!

7.  Otra vez, ¡LA LENGUA!  ¡La gula! 
¿Vive para comer, o come para vivir? 
Si vive sólo para comer (el dios barriga, como san Pablo nos recuerda)
entonces probablemente tiene un caso de lepra más aguda!

8.  LAS MANOS. 
»Descuento de cinco dedos» – otra forma de decir robar.  ¿Se deja usted llevar por los pleitos,
empujones, cuando en el auto, está siempre presta a tocar la bocina, hace
algun gesto ofensivo con la mano?  Examine
sus manos, ¡vea si tiene alguna señal de lepra!                   

9.  ¡LAS PIERNAS! 
Aquella mujer que viste de forma inmodesta, fácilmente puede ser
causa que un hombre peque — ¡entonces sus piernas están ulceradas con una
lepra espantosa!

10.  LOS PIES. 
Esos pies que le llevaron tantas veces al mal… un bar, una cantina,
a ver malas películas, un encuentro malo con una persona, a mal lugar —
¡examine sus pies para ver si las llagas de lepra se expanden!             

11.  ¡EL CORAZÓN!  ¿Deja usted que su corazón se aleje del amor
de Jesús?  Si es usted casado/a, su vista
debería ser como la del caballo en el hipódromo, que tiene anteojeras y
restricción del campo visual, de forma que sólo tenga ojos para su esposo/a, y
no dejar que sus ojos vaguen de derecha a izquierda dejando que la vista se
recree con mujeres o hombres atractivos. 
Recuerde lo que sucedió al rey David quien dejó que sus ojos vagaran,
¡y hubieron consecuencias catastróficas!

12.  Otra vez, EL CORAZÓN.  Quizás le ha abierto paso a los celos, la
envidia, el resentimiento, el coraje, la amargura, la venganza, la lujuria e
impureza, egoísmo, orgullo desenfrenado — ¡Admítalo, la lepra se ha apoderado
de su corazón!!

¡Pero hay buenas
noticias!  ¡El médico está en casa!  Y es el mejor Médico espiritual, su nombre es
JESUCRISTO.  Tenemos también a Nuestra Señora ¡Salud de los enfermos!  ¡He aquí formas que se puede remediar y sanar
la lepra por nuestro Médico Divino, Jesucristo Nuestro Salvador y Señor!

IV.  FORMAS DE SANAR LA LEPRA ESPIRITUAL.

1.  EL SACRAMENTO DE LA CONFESIÓN:  Entramos al confesionario como leprosos, pero
después de hacer una buena confesión, salimos limpios, nuestra alma queda
blanca como la nieve.  Como dice el gran
profeta Isaías en el Antiguo Testamento, »Aunque sus pecados sean como la
escarlata, los haré blancos como la nieve.»

2.  EL SACRAMENTO DE LOS ENFERMOS:  Un efecto de la unción de los enfermos es la sanación
de heridas espirituales, las heridas del pecado.

3.  LA COMUNIÓN ES EL ANTÍDOTO CONTRA NUESTRAS
FLAQUEZAS Y DEBILIDADES DIARIAS.
  El
Concilio de Trento nos exhorta a que recibamos la Sagrada Comunión.  La Sagrada Comunión, el más grande de los
sacramentos, puede sanarnos de nuestros pecados veniales, que son una forma de
lepra menos grave.

4.  Nuestra Señora, Salud de los Enfermos.  Tanto santos como pecadores han sido sanados
por la intercesión de Nuestra Señora, que es »Salud de los Enfermos».

5.  Una de dos, espiritualmente seremos leprosos
y comunicaremos nuestra enfermedad a otros o seremos fuente de sanación para
otros.  Henri Nouwen dijo que seremos
»heridos que hieren o heridos que sanan.»

V.  RELATOS DE LEPROSOS: 
1.  El arzobispo Fulton Sheen en una ocasión
conoció una mujer sin miembros que tenía lepra — sin piernas o brazos.  Esta mujer tenía una sonrisa de oreja a
oreja, radiaba un gozo indescriptible y decía: 
»¡Pero hay una Resurrección!»

2.  Pasó una vez que Fulton Sheen no tocó la
llaga masiva en la mano de un leproso, más bien colocó una cruz sobre la
llaga.  Más tarde Sheen reconoció que él
era uno de esos leprosos en la colonia de leprosos porque no se había
identificado con la humanidad que sufre.

3.  Lea la historia de Naamán el leproso….

4.  San Damian de Molokai trabajó con
leprosos.  A él se le acusó de
inmoralidad con una mujer, aunque más tarde fue exonerado por la intervención
del gran poeta Roberto Luis Stevenson. 
El P. Damian contrajo lepra y murió de lepra.  Pero su mayor sufrimiento, no fue la lepra
sino el no poder confesarse por la ausencia de otro sacerdote en la isla.  Fue ésta lepra del alma que le causó el mayor
sufrimiento.

CONCLUSIÓN:  Debido al pecado original y a nuestros
pecados, todos sufrimos de alguna forma de lepra.  Pero no debemos entregarnos a la
desesperación.  Jesús, el Médico Divino,
nos puede sanar en cualquier momento, sólo ocupamos acercarnos a Él en el
sacramento de la Reconciliación.  ¡Así
viviremos sanos en un mundo no sano!
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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Jul 03 2013

LA ORACION AGRADABLE A DIOS PADRE

“Por medio de la oración mental, el alma se purifica de sus pecados, se alimenta en la caridad, se confirma en la fe y se fortalece en la esperanza; la mente se expande, los afectos se intensifican, el corazón se purifica, la verdad se revela; la tentación se vence, la tristeza se disipa, las facultades se renuevan, las fuerzas caídas se vitalizan; la tibieza cesa, el escombro de los vicios desaparece.  De la oración mental brota, como vivo resplandor, el anhelo del cielo, que el alma percibe cuando llena del fuego del amor divino.  Sublime es la excelencia de la oración mental; grandes son sus privilegios; en la oración mental se manifiestan los secretos divinos y el oído de Dios está atento.” (San Pedro de Alcántara)

Leamos, reflexionemos y meditemos estas palabras poderosamente convincentes de SAN PEDRO DE ALCÁNTARA, para crecer en »el arte de todos los artes» (según san Alfonso M. Ligorio) ¡el arte de la oración!  San Pedro de Alcántara fue quien dirigió a santa Teresa de Ávila y fue pieza clave en la reforma del Orden Carmelita. 

  1. EL ESPÍRITU SANTO. Pida al Espíritu Santo, sin cesar, con fe y con fervor, el don de la oración.  El Espíritu Santo es el «Maestro Interior» y nos puede enseñar a orar y alentarnos en la oración.  San Pablo en su carta a los Romanos hace hincapié de la importancia del Espíritu Santo en la oración: «No sabemos orar como conviene, pero el Espíritu Santo intercede por nosotros con gemidos inefables para que podamos decir Abba, Padre» (Romanos 8:26).
  2. TIEMPO Y ESFUERZO. Haga hoy el propósito, que cada día rezará un poco más y un poco mejor.  A Dios no se le gana en generosidad.  En los Ejercicios Espirituales, anotación número 5, san Ignacio nos desafía a la MAGNANIMIDAD — que sencillamente significa, a que seamos generosos con Dios.  ¿Por qué no levantarse 10 minutos más temprano para dar al Señor diez minutos más en la oración?
  3. PUREZA DE CORAZÓN.  El pecado es un obstáculo a la oración; por analogía, el pecado es el fango que empaña el cristal de nuestra alma, e impide que los rayos divinos la penetren.  LA CONFESIÓN –  Al hacer una buena confesión, el cristal interior de nuestra alma se limpia, de tal forma que podemos con mayor claridad contemplar el rostro de Dios y así podamos vivir la bienaventuranza: «Bienaventurados los limpios de corazón porque verán a Dios» (Mt 5:8)
  4. LA LECTURA ESPIRITUAL SOBRE LA ORACIÓN.  Santa Teresa de Ávila, Doctora de la Iglesia sobre la oración, no permitía entrar al convento de la orden Carmelita, a toda mujer que no supiera leer.  ¿Por qué?   Porque por experiencia propia, sabía lo mucho que se podía aprender, de leer buenos libros que tratan de la oración.  Han pasado cerca de quinientos años, y ahora tenemos un depósito infinito de buena lectura sobre la oración.
  5. DIRECCIÓN ESPIRITUAL. El gran Doctor místico de la Iglesia, san Juan de la Cruz, en tono de broma dijo, «Quien a sí mismo toma por director espiritual, se hace discípulo de un tonto».   En otras palabras, todos tenemos puntos ciegos y necesitamos de un experto que nos lo señale.  Alumnos todos somos; por tal, necesitamos de alguien capacitado en la vida espiritual, que nos ayude a superar los muchos obstáculos en la vida de oración, para así poder perseverar en nuestra búsqueda de santidad y ¡ascender en el camino de santidad!  Puede ser de valor incalculable hablar con un director espiritual ocasionalmente sobre nuestra vida de oración.
  6. LUCHA/COMBATE ESPIRITUAL. Sería ingenuo suponer que la oración siempre será fácil.  Como en cualquier arte o talento que queremos desarrollar, aprender o perfeccionar, se requiere mucho tiempo, esfuerzo y trabajo.  Los atletas lo expresan así, «¡Sin dolor, no hay ganancia!»  El Catecismo de la Iglesia Católica presenta como ejemplo de lo que es la oración, la lucha y el combate de Jacob.  Una noche, Jacob recibe la visita de un ángel, y toda la noche los dos forcejearon.  Jacob no soltó al ángel hasta que no recibió de él una bendición.  El ángel lo bendice, pero en el forcejeo, Jacob sufre daño al nervio ciático y empieza a renguear.  La Iglesia interpreta esto, como modelo de la lucha de una persona que ora.  Nuestra vida de oración a veces es una lucha.  En una ocasión un sacerdote ya grande me dijo, que la oración a veces es como ¡empujar una carretilla llena de cemento en una colina empinada!
  7. PERSEVERANCIA. Santa Teresa de Ávila nos da una excelente sugerencia sobre la oración: ¡Bajo ninguna circunstancia, dejemos la oración!  Para aquellos que toman en serio su vida espiritual, las palabras de la santa resuenan poderosamente.  Esta Doctora de la Iglesia afirma: «Tengamos una determinada determinación de nunca dejar la oración».  San Alfonso Ligorio llegó a decir: «Quien reza bien, se salvará; quien no reza se condenará».  San Agustín con su elocuencia poética dice: «Quien ora bien, vive bien; quien vive bien, muere bien; quien muere bien, todo está bien».  ¡Excelente consejo!  Pongamos atención y sigamos las enseñanzas de los santos; quienes fueron maestros de oración, y ahora contemplan a Jesús cara a cara en la visión beatífica.
  8. TEXTOS DE ORACIÓN.   Santa Teresa de Ávila nos enseña, que para principiantes como para quienes tienen más experiencia, los libros son indispensables para prender el fuego de la oración.  Por supuesto, el libro por excelencia es la Biblia, que es la Palabra de Dios.  Y en la Biblia los Evangelios ocupan el primer lugar — ¡Mateo, Marcos, Lucas y Juan!  De gran importancia están también los 150 Salmos del Antiguo Testamento.  En esta obra maestra inspirada por el Espíritu Santo, tenemos los sentimientos principales que deberían estar presentes en una vida de oración madura, completa y bien formada.  Pueden ser sentimientos de: alabanza, acción de gracias, súplica, petición, contrición, asombro, temores y preocupaciones, esperanzas y anhelos, y sobre todo amor.  Todos estos sentimientos están presentes en los Salmos y ¡los podemos hacer nuestros en nuestra oración!

  1. SANTA MISA.  Nunca, nunca olvidemos que de toda oración que existe bajo el cielo, el Santo Sacrificio de la Misa es la oración que une el cielo y la tierra, el pasado, el presente y el futuro.  Si es posible, deberíamos asistir diariamente a Misa y comulgar. Si ya asiste diariamente a Misa y comulga, entonces luche por tener mejor disposición interior y por recibir mejor a Jesús Sacramentado.  El gesto más grande que un ser humano puede hacer en este mundo es recibir a Jesús con la debida disposición en la Sagrada Comunión.  Santa Faustina escribe, que los ángeles experimentan una santa envidia de nosotros porque ni uno de ellos puede recibir la Santa Comunión, ¡ni los querubines ni serafines!
  2. MARÍA Y LA ORACIÓN.  En nuestra oración, nunca debemos excluir la presencia de la Santísima Virgen María.  La primera pauta, hablamos de la necesitad de invocar al Espíritu Santo, la tercera Persona de la Santísima Trinidad.  La primera novena de los Apóstoles (Iglesia) concluyó con Pentecostés — hubo un fuerte viento, fuego y descendió el Espíritu Santo.  La presencia de María por nueve días y nueve noches, la oración y el ayuno, dieron lugar a una efusión del Espíritu Santo sobre los apóstoles y fueron transformados en forma radical (Hechos 2).  Vemos que cuando María se apareció en Fátima y Lourdes, insistió en la oración por la paz del mundo y por la conversión de los pecadores.  ¿Por qué no pedimos a María su intercesión, para cultivar una vida de oración cada vez más profunda!  «Ven Espíritu Santo, ven por medio del Corazón Inmaculado de María».

El padre Ed Broom, OMV (Oblato de la Virgen María), conocido también como Padre Escobita, fue ordenado sacerdote por san Juan Pablo II en 1986. Es asistente del párroco en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens (California). Allí imparte retiros, da los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, organiza y dirige su propio programa de radio y televisión en Guadalupe Radio –Barriendo Conciencias.

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Jul 01 2013

DIOS TE LLAMA A LA GRANDEZA ¡A QUE SEAS SANTO!

¡Ni tú ni yo somos llamados a la tibieza, la indiferencia o la mediocridad!  La tibieza desagrada grandemente a Dios – «Ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente!  Pero por cuanto eres tibio y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.»  Dios nos ha dado sólo una vida, una vida en la que a la mayor medida posible, debemos conocer a Jesús, amar a Jesús, imitar a Jesús, seguir a Jesús y transformarnos en Jesús.  En las palabras del apóstol san Pablo: «Ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí».  ¿Por qué no entregarse de forma total, toda su vida y todo su ser, a manos de su Padre amoroso, teniendo a Jesús como hermano mayor y el Espíritu Santo como su mejor amigo y santificador???

 

En esta búsqueda de grandeza de vida — grandeza en cuanto a la búsqueda de la santidad — el camino más rápido, más seguro, más fácil y más eficaz es a través de una VERDADERA DEVOCIÓN A MARÍA.  Este camino nos lo enseñó el celoso apóstol mariano, san Luis Grignon de Montfort.  Este santo afirma, que María es el camino para llegar a Jesús y el camino corto a la santidad.  ¿Por qué no tomar este camino que es acceso directo?
La verdadera devoción a María implica una entrega total de si mismo a Jesús a través de la Santísima Virgen.  Nos entregamos en forma total a Jesús por medio de María: nuestro pasado, nuestro presente, nuestro futuro, nuestros bienes materiales y espirituales, nuestras virtudes y luchas, nuestras tentaciones y nuestros pecados— todo lo ponemos en las manos puras y virginales de María.

 

La verdadera devoción a María también implica imitación de sus virtudes más sublimes, y las podemos leer en TRATADO DE LA VERDADERA DEVOCIÓN A MARÍA número 108.  Nosotros somos llamados a imitar estas principales virtudes que María practicó.

 

Por consiguiente, se enumerarán las virtudes que María practicó al grado más sublime.  Pidamos a Nuestra Señora la gracia de poder incorporar estas virtudes en nuestra vida y de practicarlas de forma más perfecta todos los días de nuestra vida hasta que llegamos con seguridad a casa, ¡al cielo!

 

DIEZ VIRTUDES DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
1. PROFUNDA HUMILDAD.  Santa Teresa de Ávila afirma que la humildad es la verdad.   Una persona humilde atribuye todos sus logros, éxitos y triunfos a Dios, el autor de todo lo bueno.  Mientras que atribuye todos sus fracasos morales— sus pecados — a si mismo, como su propio hacer.  En las palabras del salmista (quien se dirige a Dios), «No a nosotros, no a nosotros, sino a Ti todo honor y gloria…»  María fue la humilde esclava del Señor.  Estamos llamados a imitar la profunda humildad de María, y a Jesús quien dijo: «Soy manso y humilde de corazón…»


2.  FE VIVA.  En este Año de la fe, fijemos nuestros ojos en María y pidamos una fe viva, dinámica y creciente.  Fe es creer en Dios y creerle a Dios, es creer todo que nos dice a través de su Iglesia, es creer sin ver.  Esta debería ser nuestra oración: «Señor yo creo, pero fortalece mi fe…» o la exclamación de el apóstol santo Tomás: «Señor mío y Dios mío…»  ¡María es la mujer de fe, por excelencia!

 

3.  OBEDIENCIA CIEGA.   En un mundo en donde abunda el orgullo, fuertes protestas, obstinación, rebelión y una altiva arrogancia, María nos enseña la virtud de la obediencia.  Su fiat (su sí al ángel), no sólo fue un acto de humildad, sino una ciega obediencia y confianza absoluta en Dios.  «He aquí la esclava del Señor, hágase mí según tu palabra.»  Esta obediencia de María resultó en la encarnación del Hijo de Dios.  «Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros».  Jesús, el Hijo de María, es ejemplo de esta virtud.  «Fue obediente hasta la muerte, y muerte de Cruz» (Filipenses 2).

4.  ORACIÓN INCESANTE.  En Lucas 18 , encontramos uno de los mandamientos más desafiantes de la Biblia, Jesús dice: «Es preciso orar siempre sin desfallecer…»  San Pablo repite lo mismo a los Tesalonicenses: «Orar sin cesar…»  Que mejor modelo de oración tenemos, aparte de Jesús mismo, que su santísima madre María, la gran contemplativa.  En la aparición de María Santísima en Lourdes y Fátima, el mensaje principal, en forma de imperativo, fue:  rezar, rezar y rezar.  Especialmente por la conversión de los pobres pecadores.  ¡Que las oraciones de María nos motiven a rezar cada día un poco más y mejor!

5.  ABNEGACIÓN CONSTANTE.   Jesús nos alerta con estas palabras desafiantes y fuertes: «A menos que hagan penitencia, perecerán».  Una vez más vemos que en Lourdes y Fátima, Nuestra Señora insiste en la oración, y que se haga penitencia y sacrificio.  La penitencia da entusiasmo y fuerza a la oración.  Muchos de nosotros tenemos una vida de oración anémica e infructuosa porque nos falta el espíritu de abnegación.  ¡Que Nuestra Señora interceda por nosotros!



6.  PUREZA INIGUALABLE.  Nuestra Señora de Fátima habló de la gravedad de la situación en que se vivía en el año 1917, todo relacionado con la virtud de la pureza.  1)  Muchos matrimonios no son buenos.  Una de las principales razones de malos matrimonios es la impureza: relaciones sexuales antes del matrimonio, el adulterio en el matrimonio, la mentalidad anticonceptiva y ¡el veneno omnipresente de la pornografía!  2)  Nuestra Señora dijo que muchas modas inmodestas entrarían en el mundo que ofenderían mucho a Dios.  No olviden lo que el Catecismo de la Iglesia Católica enseña: »El pudor es el guardián de la pureza…»  3) Por último, Nuestra Señora de Fátima expresamente dijo, que la mayoría de las almas van al infierno debido a los pecados contra la virtud de la pureza.  Vivamos nuestra consagración a María, para así alcanzar cada día más la virtud de la pureza.  Roguemos a María Santísima la gracia de vivir la bienaventuranza: «Bienaventurados los puros de corazón porque ellos verán a Dios» (Mt. 5:8).


7.  AMOR ARDIENTE.  La más grande de todas las virtudes es el amor sobrenatural o la caridad – Poner a Dios por encima de toda persona, lugar y cosa, y desear para nuestro prójimo el mayor bien ¡la salvación eterna de su alma inmortal!  Santo Tomás de Aquino dice que la caridad es la reina de todas las virtudes.  El doctor místico de la Iglesia, san Juan de la Cruz afirma: «En el ocaso de nuestra existencia seremos juzgados sobre el amor.»  San Agustín como mandato dice: «Ama a Dios y haz lo que quieras.»  Por último, san Francisco de Sales, en su obra maestra espiritual, Tratado del  Amor de Dios, declara: «La medida con que debemos amar a Dios es amarlo sin medida.»   La Constitución dogmática de la Segundo Concilio Vaticano, Lumen Gentium, afirma que la mayor virtud de la bienaventurada Virgen María fue la caridad, su ardiente amor a Dios y al prójimo.  ¡Que Nuestra Señora nos alcance un amor ardiente y dinámico a Dios y al prójimo!

8.  PACIENCIA HEROICA.  Jesús dijo que por nuestra paciencia salvaremos nuestra alma.  Cada uno de nosotros, en todo estado de vida, en todo los tiempos y toda circunstancia, necesitamos esta virtud de la paciencia.  Cuando en espera de la acción de Dios en nuestra vida, necesitamos esperar con paciencia; al tratar con otros, seamos pacientes y seamos pacientes con nosotros mismos. Al contemplar a Jesús es su pasión y al contemplar a María (hagamos memoria de la película de Mel Gibson, La Pasión de Cristo) vemos un depósito infinito de paciencia.  ¿Con qué paciencia sufrieron Jesús y María por amor a mí y amor a ti, y por la salvación de toda la humanidad.  Cuando nuestra paciencia sea puesta a prueba—como seguramente lo será tarde o temprano — ¡que María nos alcance la victoria!

  9.  UNA AMABILIDAD ANGÉLICA.  En una ocasión alguien le preguntó al gran san Agustín qué virtud debería practicar, el santo respondió, ¡se amable, se amable, se amable!!!  La amabilidad está relacionada con la mansedumbre, la mansedumbre no es debilidad sino fuertes emociones bajo control.  San Francisco de Sales, quien por años luchó por alcanzar esta virtud, lo alcanzó a un grado sublime.  Tal era su amabilidad desbordante, que su buen amigo, san Vicente de Paul dijo:  »Quien ve a Francisco de Sales, ve el Sagrado Corazón de Jesús.»  Trate también, de imaginar la amabilidad y dulzura de María en su generoso servicio a su prima Isabel quién estaba en cinta.  Trate de imaginar la amabilidad desbordante de María ¡cuando le sonrió a Bernardita Soubirou en Lourdes Francia!  Tan acertadamente escribió san Francisco de Sales:  »Se recogen más moscas con una cucharada de miel que con un barril de vinagre.»  Que nosotros como Maria, ¡estemos radiantes de amabilidad!

10.  SABIDURÍA CELESTIAL.   En la letanía de la Santísima Virgen María, uno de sus títulos más inspiradores de Nuestra Señora es: »Trono de Sabiduría — Ruega por nosotros.»  De los siete dones del Espíritu Santo, el más grande don es la sabiduría, que se define como «saborear las cosas de Dios.»   El salmista lo reitera: «Gustad y ved, cuán bueno es el Señor.»   Una persona sabia sabe lo que es mejor, y se esfuerza por alcanzarlo.  Lo más importante, es alabar y proclamar la grandeza de Dios y trabajar por la salvación de las almas.  Del Corazón Inmaculado de María brotó la más hermosa oración, Magnificat: «Proclama mi alma la grandeza del Señor... Otra traducción, «Mi alma magnifica al Señor…  La vida de María fue un constante «magnificar» al Señor — como una lupa magnifica.  Que por las oraciones poderosas de María, nuestra vida «magnifique» al Señor y ¡tengamos un celo por la salvación de almas inmortales!

Para concluir, rechacemos toda tibieza, indiferencia y mediocridad.  Que por el ejemplo y las oraciones de María Santísima, busquemos siempre una verdadera santidad de vida, y vivamos el mandamiento de Jesús: «Sed santos como es santo vuestro Padre Celestial».
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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Jun 21 2013

BIENAVENTURADOS LOS PUROS DE CORAZÓN PORQUE VERÁN A DIOS..

Vemos en el contexto del Sermón de la Montaña esta
Bienaventuranza:  «Bienaventurados
los limpios de corazón porque verán a Dios».
(Mt. 5:8)  Jesús nos
desafía a que no nos quedemos en lo exterior sino a que profundicemos: «Habéis
oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pues yo os digo: Todo el que mira a
una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón.»
(Mt.
5:27-28)

En el Antiguo Testamento vemos a Job, un hombre santo que sufría de una gran aflicción pero a pesar de esto afirmaba con convicción: «He hecho un
pacto con mis ojos de ni siquiera mirar a una doncella.»
(Job 31: 1)

Tanto el rey David como los ancianos en
la época de la casta Susana, cayeron por una
sola razón: por no mantener recato de sus ojos (Daniel 13).  David cometió adulterio con Betsabé, después asesinó a un hombre pero a pesar de esto, vivía en estado de negación.  Los ancianos, a su vez, calumniaron a una
mujer casada. (II Samuel 11)

Los proverbios nos enseñan valiosas lecciones sobre
la importancia del autocontrol pero en particular el control de los
ojos.  «Los ojos son el espejo del
alma».  Hay una frase que
afirma:  «Uno es lo que
come».  Pero es igualmente cierto:
«Uno es lo que piensa».  Otro
pensamiento: «El pensamiento engendra la obra».  ¡Ésta es la dinámica!  Lo que vemos se graba en la mente; de la mente
baja a nuestros sentimientos y emociones; y estos sentimientos a su vez se
convierten en hechos.  Una acción que se
repite se convierte en hábito, ya sea buena o mala, y se convierte en vicio o
virtud.  Y en su conjunto estas acciones
forman nuestra personalidad y nos llevan a nuestro fin — la
salvación o la condenación, ¡el cielo o el infierno!

En este breve ensayo se presentarán cinco sugerencias de cómo usar nuestros ojos de forma correcta, para así vivir
esta desafiante bienaventuranza: «Bienaventurados los limpios de corazón
porque ellos verán a Dios».
(Mt.5:8)

1  LOS
SANTOS PATRONOS.   ¿Por qué no invocar a
los santos patronos de los ojos? Hay dos: santa Lucia, quien fue una de las primeras
mártires vírgenes y el arcángel Rafael, quien es una de las grandes figuras del libro de Tobías.  Debido a su poderosa
intercesión, el anciano Tobías volvió a ver.  Por qué no invocar a estos poderosos amigos
de Dios quienes están contemplando la visión beatífica.   Pidamos su intercesión para poder usar nuestros ojos para que contemplemos sólo aquello que es verdaderamente
hermoso en esta vida, para así contemplar el rostro de Dios por toda la
eternidad.

2. CONTEMPLAR UNA IMÁGEN.   Uno de los grandes tesoros del catolicismo
es el honrar y venerar las imágenes — una figura del Dios, de los ángeles, de
los santos y de María.  Recomiendo que se entronicen hermosas imágenes de Jesús, María y los santos en nuestros hogares.  ¿Por qué no comprar una imagen de Nuestra
Señora de Guadalupe, Nuestra Señora de Fátima o Nuestra Señora de Lourdes,
una imagen de la Divina Misericordia o del Sagrado Corazón de Jesús, y
por supuesto, no olvidemos el buen san José.  Con estas imágenes entronizadas y veneradas,
desaparecerá la soledad, las imágenes nos recordarán que Dios y los santos son nuestros
amigos y que están con nosotros.

3. CONTEMPLAR LOS OJOS DE JESÚS.  San Ignacio de Loyola sugiere que al comenzar
nuestra contemplación, nos pongamos en la presencia de Dios, que imaginemos su
mirada amorosa. 
El Evangelio a menudo nos dice que Jesús causo un efecto profundo cuando veía a alguien.  Después de la traición de Simón Pedro, la
mirada amorosa y misericordiosa de Jesús, produjo lágrimas de profunda
contrición y arrepentimiento.  En otro
pasaje, la mirada penetrante de Jesús, impulsó a san Mateo, el futuro
evangelista, a que dejara todo y lo siguiera.  Y vemos que mientras Jesús colgaba en la
cruz con un ladron a su izquierda y otro a su derecha, cuando
Jesús ve al ladrón a los ojos y hay otra conversión.  Por
supuesto, la mejor manera de contemplar los ojos de Jesús es contemplando al
Santísimo Sacramento — el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesús.  ¡Sus ojos también están presentes en el
Santísimo Sacramento!  El salmista
nos invita: «Mirad a tu Señor y quedarás radiante de
gozo.»

4. LA NATURALEZA.  
Recorra la naturaleza con sus ojos. 
¿Pregunta?  ¿Qué cosa de la
naturaleza le atrae?  La naturaleza debe ser un
puente para que contemplemos la belleza del Creador.  ¡Pero no olvide! la belleza de la creación es
una pálida imagen de la belleza absoluta de el Creador.  Dios en verdad es Sabiduría, Amor y Belleza.  El amanecer, el atardecer, el
brillo de la multitud de estrellas en un cielo nocturno, el arco iris, los
árboles en pleno follaje en la temporada de otoño (especialmente evidente en
Nueva Inglaterra, a mediados de octubre) — ¡son manifestaciónes de la gloria
del Creador!

5. LA PALABRA DE DIOS. 
De vital importancia, en el uso adecuado de nuestros ojos, es la lectura
y meditación de la Palabra de Dios, que el salmista nos recuerda es
«lámpara para nuestros pasos y luz para nuestro camino».  El escritor Steve Wood en su libro
«Liberarse de la Pornografía: 12 pasos» dice:
Uno de
los pocos métodos efectivos de sacarse estas imágenes pornográficas de la cabeza
es pasar cierto tiempo leyendo y memorizando las Sagradas Escrituras cada
día.  Para muchos de ustedes podría ser
particularmente provechoso si tuvieran un momento para las Sagradas Escrituras
en la mañana y en la noche.  Además, usted
necesitará iniciar un programa para memorizarse las Sagradas Escrituras. En
mi experiencia, un plan disciplinado para memorizar las Sagradas Escrituras es
necesario para erradicar la corrupción del cerebro. 

«Ocupad
vuestras mentes con buenos pensamientos, o el enemigo las llenará con malos
pensamientos. Desocupados, no pueden estar.» – Santo Tomás Moro
Analogía: Tal como el cloro mata la bacteria de una alberca, la Palabra de Dios purifica la mente de las malas imágenes.

Concluimos citando a san Juan Berchmans, S.J., un
joven jesuita que murió cuando tenía poco más de veinte años: «Deseo
mantener puros mis ojos en esta vida, para así contemplar la majestuosa
hermosura del rostro de María por toda la eternidad».  Hagamos
un pacto con nuestros ojos como lo hizo el santo Job.  Contemplemos sólo lo que es puro, noble, edificante y bueno, para así vivir a la máxima medida posible el desafío de Jesús:
«Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios». (Mt. 5:8)

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Jun 18 2013

EL FUEGO DEL AMOR A DIOS

1.  PROPÓSITO
¡Cada día rece un poco más y mejor! 
¡Hágalo!

2.  PERDONA.
¡Inmediatamente!  Porque de lo
contrario, ¡el resentimiento se arraiga y envenena el corazón!

3. ATENTO  El Espíritu Santo está siempre
activo y nos da inspiraciones. 
¡Escúchele y responda!

4.  DA.
El consejo más conocido de la beata Madre Teresa:  “¡Hay que dar hasta que duela!”

5.  LEE.
Hay un sinnúmero de obras clásicas espirituales.  Léalas en este Año de la fe, ¡antes que
llegue a su fin!  El Año de la fe
concluye el 24 de noviembre.

6.  CULTIVA TUS TALENTOS.
Usted tiene talentos, ¡cultívelos! 
(Lea Mt 25: 14-30 — La Parábola de los Talentos)

7.  SE AMABLE.
Tres breves sugerencias:  ¡sea
amable, sea amable, sea amable! (Consejo de san Agustín, ¡buena idea!)

8.  SE AGRADECIDO.
Todos los días de su vida, aunque sea por un momento, de gracias a Dios
por todo lo que le ha dado! 
»Eucaristía» — significa »acción de gracias».  Seamos »Eucaristía viviente».

9.  AMA.  Dígale a Dios todos los días que lo ama!  Y demuéstrelo amando a su prójimo, ¡quien es
creado a imagen y semejanza de Dios!   


10.  NUESTRA SENORA DEL BUEN CONSEJO.  Acuda a Nuestra Señora del buen consejo todos los días, y pídale que le de BUEN CONSEJO.  Con la intercesión de María, digamos con el salmista: »Haz prósperas, Señor, las obras de nuestras manos, haz prósperas las obras de nuestras manos.»

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

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