Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)

Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana

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Sep 20 2013

GLORIFICAR A DIOS: ¡LA FE Y EL CELO DE LOS SANTOS!

¿Por qué es que los santos han logrado tanto en relativamente poco tiempo?  Respuesta:  ¡POR SU FE Y SU AMOR A DIOS!  El amor a Dios se manifiesta en celo apostólico y ¡sed insaciable por la salvación de las almas!

San Francisco Xavier, san Luis de Montfort, san Francisco de Asís, santo Tomás de Aquino, san Carlos Borromeo, san Juan Neumann, tienen esto en común – el nombre de cada uno de ellos aparece hoy en el canon de los santos, ellos están en el cielo alabando a Dios y lo harán por toda la eternidad y al morir no tenían más de 50 años de edad.

Veamos qué cosas los caracterizaba:  eran extraordinarios misioneros, tenían celo incansable por la salvación de las almas, tenían un ferviente amor por Maria, vivían pobreza evangélica inalterable, tenían celo por fidelidad a la Santa Madre Iglesia, tenían gran amor por la Eucaristía y gran amor por nuestras escuelas católicas.

Jesús dijo: »Fuego he venido a traer a la tierra, ¿y qué quiero sino que se encienda?» (Lucas 12, 49-53)  Los santos fueron hombres y mujeres en cuyas almas el fuego divino ardía, y este fuego les impulsaba con sed insaciable a buscar la salvación de las almas y buscar la mayor gloria de Dios.

Las últimas palabras de san Ignacio de Loyola a san Francisco Xavier, antes de que san Francisco partiera a la India, fueron:  »Ve y prende fuego al Oriente».  Y así pasó, san Francisco Xavier, el segundo más grande misionero después de san Pablo, bautizó a miles de personas cada día, que al llegar la noche no podía alzar más los brazos.  ¡Este sí que es fuego!

San Juan Bosco, igual tenía un gran fe, una pasión por Cristo y un celo por la salvación de las almas.  El entregó su vida por la salvación de los jóvenes de Turín y el mundo entero.

En una ocasión, algo atrajo a un joven a buscar a san Juan Bosco.  El joven entró a su oficina, y sobre la pared estaba escrito algo en latín.  Le preguntó a san Juan Bosco, qué decía, y le tradujo:  »Dame almas, llévate todo lo demás.»  Esta fue la fuerza motor y el gran lema de la vida de Juan Bosco – salvar el mayor número de almas con la gracia de Dios.

Santo Tomás de Aquino, el más grande teólogo en la Iglesia católica, enseña que vale más una sola alma inmoral que toda la creación.  También enseña, que cuando una persona hace una buena preparación, acude al confesionario, se arrepiente sinceramente de sus pecados mortales y sale del confesionario habiendo recibido el perdón de Dios, esa alma vale más que todo la creación en su conjunto.  Es precisamente porque los santos conocían el valor de una sola alma, que se dejaban de lado a si mismos, y se entregaban al servicio de los demás.

¿Por qué ayunaba san Juan María Vianney comiendo sólo patatas? ¿por qué dormía él en el piso?  ¿por qué flagelaba su pobre cuerpo hasta el punto de derramar sangre? ¿por qué de noche dormía sólo 3 horas? ¿por qué pasaba entre 10 a 18 horas al día en el confesionario por casi 40 años???? ¿Por qué?  Por el valor de una alma inmortal y para la gloria de Dios – ¡todos los santos concuerdan en esto!

Los santos estaban perfectamente conscientes del precio de una alma inmortal.  La Palabra de Dios nos enseña, que no fuimos redimidos por oro ni plata, ni la sangre de machos cabríos o becerros, sino redimidos, santificados y purificados por la Sangre del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

PADER PÍO.  Uno de los más conocidos  y queridos santos modernos es san Padre Pío.  El Padre Pío murió en 1968 y fue canonizado por el beato Papa Juan Pablo II.  Este gran hombre de Dios, aceptó dócilmente los estigmas de Nuestro Señor.

En 1918 mientras él rezaba ante un crucifijo, recibió la misma gracia mística que había recibido setecientos años antes, su padre fundador san Francisco de Asís — el don de los estigmas.

Sus manos, sus pies y su costado fueron traspasados en imitación de la crucifixión de Nuestro Salvador.  Jesús le dijo al P. Pío que estas heridas las llevaría en su cuerpo por cincuenta años, y al cumplirse este tiempo desaparecerían.  Y así fue. Después de llevar las heridas por cincuenta años, en 1968 poco antes de su muerte, ¡las heridas desaparecieron!

¿Por qué aceptó estas heridas que le triarían gran sufrimiento?  En una ocasión, alguien le preguntó si las heridas le causaban dolor.  Con un poco de ironía respondió:  »¡No son decoraciones!»  El P. Pío, una alma víctima, portó los estigmas de Cristo para reparar por los muchos pecados del mundo y por la conversión y la salvación de los pecadores.

Es por esto que santa Faustina dijo:  »El amor a Dios se mide por la voluntad de sufrir por el ser amado y la salvación de las almas.»

Si amamos a Dios, ¡debemos amar lo que Dios ama!  En toda la creación de Dios – lea el primer y segundo capítulo de Génesis – ¡la corona de la creación son el hombre y la mujer!  Todo lo que Dios trajo a la existencia en el mundo natural, lo creo como peldaño o escalera para que el hombre llegue al cielo.

Debemos amar lo que Dios ama — ¡la salvación de las almas!  ¡Y una sola alma inmortal vale más que todo el universo!

El punto culminante, la cúspide, el ápice de la vida espiritual de los santos y los mártires, es vivir en imitación de Cristo, derramando su sangre y muriendo por amor a Jesús.

Uno de los santos modernos que murió en la guerra cristera en México es el beato José Luis Sanchez del Rio.  El gobierno mexicano anticatólico trató de obligar a fuerza de crueldad inhumana, a este joven de 14 años a que renegara de Cristo Rey.  Con la fe y la fortaleza que le dio el Espíritu Santo, Jose sólo gritaba »¡Viva Cristo Rey!»  Esa noche, los verdugos le desollaron los pies con un cuchillo, le golpearon con garrotes, le apuñalaron su delgado cuerpo con machetes y cuchillos, y José seguía gritando »¡Viva Cristo Rey!»  Al último, recibió un tiro a la cabeza.  Antes de morir, ¡este niño santo hizo la señal de la cruz en el piso con su propia sangre!

¡Los santos, los santos, los santos, cuán gloriosos, nobles, heroicos son!  ¡Qué fortaleza!  Que Dios os inspire, a ti lector, a que seas un gran santo, a que proclames la gloria de Dios, ¡y a que ganes una multitud de almas inmortales para la gloria de la Santísima Trinidad!

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Sep 13 2013

Sólo con AMOR se alcanza la paz.


Nuestra Señora de Fátima pide que se rece el Rosario por la paz del mundo.  El conocido sacerdote del Rosario, el P. Patrick Peyton, acuño esta frase, »La familia que reza unida permanece unida.»  ¡Cuán cierto es!  ¡Familias, empecemos hoy!  Fijemos la hora y el lugar, ¡y seamos fieles!

Otra frase del P. Patrick Peyton, quizás no tan conocida per igual de relevante hoy:  »Un mundo en oración es un mundo en paz.»  Nuestra Señora de Fátima nos insistió, que si se seguía pecando, una guerra peor se desataría.  Dos décadas más tarde, las tropas de Hitler invadieron Polonia, y empezó la Segunda Guerra Mundial.

La proliferación del pecado, la violencia y el odio son claros indicios de la falta de oración.  La oración comunica el »Don de dones» (el Espíritu Santo).  La paz es uno de los frutos del Espíritu Santo.

San Agustín nos ofrece una excelente definición de lo que es la paz:  »La paz es la tranquilidad del orden.»  En los Ejercicios Espirituales, san Ignacio también nos da palabras muy parecidas:  »Poner orden al desorden para buscar la voluntad de Dios.»

El venerable arzobispo Fulton J. Sheen, conocido por su profunda espiritualidad y elocuencia, nos dice cual es el origen de las guerras.  Sheen dice, cuando la guerra habita en corazón de alguien debido al pecado, la guerra se filtra a la familia, de la familia a la comunidad, de la comunidad a los países, de los países a los continentes y luego, ¡una explosión! Cuando en el corazón se alberga una profunda oración, el pecado se elimina y se extiende la paz.

Después de esta breve introducción sobre la paz, veamos cómo podemos extender la paz, en nuestras familias, comunidades y en el mundo, pero primero la paz interior, la paz del alma.  Cada sigla de la palabra AMOR representa una idea concreta, una práctica que podemos emprender, para poder ser verdaderos portadores de paz.   Esforcemonos por hacer realidad la oración de san Francisco de Asís:  »Señor, hazme un instrumento de tu paz.»

ADORACIÓN.   Pase tiempo en adoración ante Jesús Sacramentado, antes o después de la Santa Misa.  Alabe a Jesús, déle gracias a Jesús, pídale perdón por los muchos pecados del mundo.  Pida también al Príncipe de paz, que nos alcance buena voluntad y el deseo vivir en paz.  Pida a Jesús, que todos se esfuercen por vivir el último mandamiento de Jesús: “Ámense los unos a los otros, como yo los he amado” (Jn 15, 9-17).  Debemos complementar nuestra vida sacramental, con una vida fuerte de oración y tiempo en adoración ante el Señor de señores y el Rey de reyes.

MISA Y EUCARISTÍA.  Forme el hábito de comulgar con la mayor frecuencia posible.  Pero hágalo con gran fe, gran fervor y gran amor.  Al comulgar, ofrezca su comunión por la paz del mundo.  Si conocieramos el poder de la Santa Misa y de una Comunión ferviente, ¡no cabrían las personas en la iglesia todos los días!

EMANUEL.  Esta palabra hebrea, dicha por el profeta Isaías, se repite en la antífona en el tiempo de Adviento, y significa »Dios con nosotros.»  San Pablo también reitera esta idea diciendo: »Si Dios con nosotros, ¿quién contra nosotros.?» Estemos en todo momento, perfectamente conscientes, del siempre presente Dios quien vive en nuestras almas, y que habita en nuestra alma desde el momento del nuestro bautismo, y sigue en nosotros si estamos en estado de gracia.  El beato Papa Juan Pablo II, enseñaba con regularidad, de la dignidad innata del ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios que fue elevando a hijo adoptivo de Dios por el bautismo.  Si todos estuviésemos conscientes de la presencia de Dios, de »Emanuel», Dios con nosotros, si estuviésemos conscientes de la dignidad y destino de nuestro prójimo, ¡no hubieran guerras!


ORACIÓN.  El Papa Francisco exhortó al mundo que se uniese en oración el sábado 7 de septiembre.  Y con la oración, el Papa nos invitó a ayunar.  Cuando contemplamos la vida de Jesús, vemos que Jesús estaba en constante oración, y enseñaba la importancia de la oración.  Cuando Jesús murió en la cruz, murió rezando a su Padre Celestial.  Jesús también dijo, que algunos demonios sólo pueden se expulsados con la oración y el ayuno.  Para volar en alto en la vida espiritual, igual que el águila, necesitamos DOS alas: la de la oración y de la penitencia.

REGALA AMOR – CARIDAD.  Nuestra oración, nuestras comuniones, el tiempo que pasamos en adoración ante el Santísimo, debe transformarnos en celosos misioneros del amor y paz de Jesús.  Este es el ejemplo que nos dieron san Francisco Xavier, san Pedro Claver y san Pedro Chanel.  Tenemos como modelo a Nuestra Señora, Reina de la paz.  En los primeros dos misterios del santo Rosario, contemplamos la Anunciación del ángel Gabriel a María Santísima y la Visitación.  En la Anunciación, vemos a Nuestra Señora totalmente sumergida en oración.  Después de la anunciación del ángel, María, movida por el Espíritu Santo, sale de prisa, para servir a su prima Isabel.  Entre el pueblo judío, «shalom» es el saludo que se acostumbra, shalom significa, »la paz sea contigo».  La caridad auténtica produce paz y harmonía.

CONCLUSION.  En el Santo Sacrificio de la Misa, el sacerdote inicia el saludo de paz con estas palabras:  »Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles ¨La paz os dejo, mi paz os doy¨ no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos”, a lo que todos juntos respondemos “Amén”.  El sacerdote se dirige al pueblo de Dios diciendo: “La paz del Señor esté siempre con vosotros”, nosotros respondemos: “Y con tu espíritu”.  Sacerdote: “Daos fraternalmente la paz ”.

Este Rito de la paz, va justo antes del Rito de la Comunión.  Jesús, el Príncipe de paz, dirigió este saludo a sus amigos, »shalom».  Jesús hoy también nos invita, a que dejemos atrás resentimientos y rencores, y a que estemos en paz con Dios, a que tengamos paz en nuestros corazones y en paz con nuestros hermanos y hermanas del mundo.

Que Nuestra Señora, Reina de la paz, nos alcance tan precioso y deseado don de PAZ EN EL MUNDO!  ¡Amen!

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Sep 11 2013

UN CORAZON HUMILDE

Una vez se le preguntó a san Bernardo qué virtud se debería practicar.  El santo respondió:  »la humildad, la humildad, una vez más, la humildad.» En el cielo, Dios está rodeado de sus amigos, los santos.  En cambio, en el infierno, los condenados viven en compañía de Satanás y los demonios. Todos los santos son humildes.  Los demonios y los condenados, soberbios.  En si, todos debemos practicar las virtudes, pero en forma particular, la virtud de la HUMILDAD!  Por consiguiente, este breve ensayo presentará diez formas concretas de vivir y alcanzar tan importante virtud.

DIEZ FORMAS DE CRECER EN HUMILDAD.

1.  Roguemos a Dios, que nos conceda la gracia de crecer en humildad.  Seamos mendigos e imploremosle.

2.  DEFINICIÓN.  »La humildad es una cualidad, por la que una persona, considerando sus propios defectos, tiene una pobre opinión de sí misma, y se somete voluntariamente a Dios y a los demás por amor a Dios.»  San Bernardo lo define como:  »Una virtud por la que un hombre, conociéndose a sí mismo como realmente es, se rebaja.»  Estas definiciones coinciden con la de santo Tomás: »La virtud de la humildad», dice, »consiste en mantenerse dentro de de sus propios limites, sin tratar de alcanzar cosas que están sobre uno, sino sometiéndose a la autoridad del superior.»  (Enciclopedia Católica)

3.  Reconozcamos quién somos y de dónde venimos.  Dios le dijo a santa Catalina de Siena, “Yo soy el que Soy y tú eres la que no eres”   Tenga presente, que hubo un tiempo cuando usted y yo no existíamos, Dios en su infinito amor, nos creo y nos trajo a la existencia.

4.  Apréndase esta corta y poderoza oración pidiendo humildad: »Jesús manso y humilde de corazón, haced mi corazón semejante al vuestro.»

5.  Reconozcamos que el camino seguro a la humildad es mediante las humillaciones.  Dios  permite ciertas humillaciones para mantenernos humildes.  Estas son algunas posibles humillaciones que nos podrían visitar:

  a.  Un conductor en al autopista nos interrumpe el paso o nos suena 
  la bocina.

  b.  Al estar conversando con alguien, nos interrumpen.

  c.  Nos olvidan el día de nuestro cumpleaños o aniversario.

  d.  Nos hacen a un lado.

  e. CORRECCIÓN.  Alguien nos llama la atención o nos corrige.

  f.  CORRECCIÓN.  Nos llaman la atención en frente de un grupo
  de personas.

  g.  Mamá se la pasa todo el día en la cocina, y sólo recibe ingratitud
  y críticas.

  h.  BANQUETE.  Nos invitan a una celebración pero nos dan el 
  último lugar.

  i.  No recibimos una invitación a la boda de nuestro hermano o 
  primo.

  j.  Todos de la compañía reciben un reconocimiento menos yo.

  k.  Un compañero de trabajo quien acaba de empezar recibe un 
  aumento de sueldo, y yo no aunque tengo diez años trabajando ahí.

  l.  DEPORTES.  Pierdo el partido después de mucho empeño!

  m.  EXAMEN.  Repruebo el examen tras horas de estudio.

6.  LAS HUMILLACIONES nos pueden hacer persona mejor o dejar un amargo rencor.  Si no las vemos a la luz de la fe, tanto el sufrimiento como las humillaciones pueden ser una fuente de amargo rencor.  Sin embargo, si se ven con ojos de fe, nos santificarán.

7.  EL EJEMPLO DE JESÚS.  MEDITACIÓN SOBRE 3 ESCENAS. 

  a.  ENCARNACIÓN.  El Hijo de Dios se hizo hombre, y en verdad 
  fue una gran humillación.  Dios bajó, ¡se hizo hombre!

  b.  PASIÓN, SUFRIMIENTO Y MUERTE.  Al meditar cualquier 
  parte de la pasión, contemplemos la verdadera humildad del Hijo 
  de Dios.  Vea la película de la Pasión de Cristo de Mel Gibson.  
  Contemple la humildad de Jesús cuando fue coronado de espinas.

c.  JESÚS PRESENTE EN LA SANTA MISA Y LA EUCARISTÍA. Jesús dijo que estaría con nosotros siempre, hasta el fin del mundo.  Jesús está presente en su Cuerpo Místico, la Iglesia, pero de forma especial, en la santa Misa y la Eucaristía.  Referente a la humildad, muchos católicos hoy en día no van a Misa.  Ignoran al Rey de reyes.  Peor aún, hay muchos católicos que comulgan, cuando no deberían comulgar, cometiendo así un sacrilegio, comiendo y bebiendo para su propia condenación.  (1 Cor 11)  Al hacer esto, están crucificando de nuevo a Jesús.

8.  LA CLAVE PARA CRECER EN HUMILDAD.  Aunque sea difícil, cuando lleguen las humillaciones, porque en verdad llegarán, aceptemoslas como bendición de Dios.  Cuando nos visite una humillación, unámosla a las humillaciones de Jesús, y resignémonos con conformidad, y así estas humillaciones nos dejarán una persona mejor y no un amargo rencor. Creceremos en humildad.  La gracia de Dios está siempre activa, pero debemos ser siempre dóciles y responder.

9.  CIELO E INFIERNO.  En el infierno están sólo los soberbios, arrogantes y auto suficientes.  En el cielo, con Jesús y María, quien son modelos de todas las virtudes, están los humildes.  Imitemos ésta virtud de los santos.  Los santos reconocían que todo lo bueno viene de Dios; y todo lo malo era su propio hacer.

10.  MARÍA.  Después de Jesús, María es el ,modelo más grande de humildad.  Dos  veces vemos en las Escrituras su profunda humildad.  1) Su fíat, su sí a Dios, al ser la Madre de Dios.  »He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu Palabra.»  2)  En su Magnificat, »Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava…  Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.»  Que Nuestra Señora nos alcance la gracia que nuestras humillaciones sean signos de verdadera victoria.  »Jesús manso y humilde de corazón, haced mi corazón semejante al vuestro.»

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Sep 11 2013

COMBATIR PARA ALCANZAR PUREZA DE CORAZON


San Agustín, santa María Magdalena, santa Margarita de Cortona (conocida como la »segunda Magdalena») tenían esto en común — eran esclavos a los deseos de la carne y la sexualidad.

La esclavitud era tan abrumadora, que la oración de Agustín era: »Señor concédeme la virtud de la pureza, ¡pero hoy no!»

No hace falta ser genio o saber latín para saber que la adicción más grande en el mundo moderno es alguna forma de aberración sexual.  La fornicación, la masturbación, la pornografía, el adulterio, el divorcio, la legalización desenfrenada a la práctica de la homosexualidad, se ha expandido de forma imponente, la sociedad se ha acostumbrado y vuelto insensible a ello, da lo mismo lo bueno que lo malo.

LA PALABRA DE DIOS Y LOS MANDAMIENTOS.  Aunque la sociedad moderna promueva esta libertad falsa, el libertinaje, la Palabra de Dios y los diez Mandamientos siguen siendo viables y lo serán hasta el fin del los tiempos.

Dos de los diez mandamientos tratan explícitamente la importante virtud de pureza:  el sexto y noveno mandamiento.  El sexto mandamiento de la ley de Dios es:  »No cometerás adulterio.»  Y el noveno »No desearás la mujer de otro.»

En el blog anterior (Combatir para alcanzar pureza de corazón -1.ª PARTE) delineamos cinco practicas concretas para combatir y alcanzar la virtud de la pureza.  En este escrito, se presentarán cinco estrategias espirituales.

1.  LA SANTA EUCARISTÍA.  Indiscutiblemente, el medio más eficaz para alcanzar cualquier virtud, y en particular la virtud de la pureza, es por medio de la recepción frecuente, fervorosa y llena de fe, del más grande Sacramento, la Santa Eucaristía.  La Eucaristía es verdaderamente y sustancialmente el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, nuestro Señor y Salvador.  Cuando recibimos la Santa Eucaristía, el Cuerpo y la Preciosa Sangre de Jesús circulan por nuestras venas directamente a nuestro corazón.  En verdad, con cada Santa Comunión, recibimos un »transplante de corazón».  Jesús, nos da voluntariamente su sacratísimo Corazón para reemplazar el nuestro.  ¡Se realiza un transplante de corazón!  San Juan Bosco celosamente animaba a los jóvenes del oratorio a que comulgaran con la mayor frecuencia posible, y por supuesto, con la debida disposición y recogimiento.  La Santa Eucaristía apaga la concupiscencia y el fuego lujurioso de las pasiones!

2.  EL TRABAJO.  »El ocio es el taller del diablo.»  Si no tenemos nada que hacer, el diablo nos dará mucho qué hacer, especialmente cosas que tienen que ver con la impureza.  San Buenaventura decia: »Cuando estamos ocupados con nuestro trabajo, sólo un diablo va tras nosotros; pero cuando no tenemos nada que hacer, un ejército de diablos nos asaltan.»  San Juan Bosco, temía por sus jóvenes en los tiempos de vacaciones.  ¿Por qué?  ¡Por el tiempo libre que tenían los muchachos tenían en los meses de verano!  El santo decía que el tiempo de vacaciones era tiempo de cosecha para el diablo.  Cuando hay un hombre joven con tiempo libre, tiene un diablo a su lado, y esto lo lleva directamente al pecado contra la castidad.  El diablo hoy asoma su horrible rostro a través de la pornografía en el internet.

3.  UN CORAZÓN GOZOSO.  San Francisco de Sales y muchos santos han dicho en forma unánime, que el pecado engendra depresión y tristeza.  San Ignacio de Loyola nos advierte, que cuando el alma está en estado de desolación – triste, deprimida, con desánimo, espiritualmente con pocas fuerzas – es entonces que el diablo ataca.  Debemos siempre pedir al Espíritu Santo que nos de gozo; que nuestro semblante radie el gozo del corazón.  ¡Dios nos manda a que tengamos un corazón gozoso!  Recordemos las palabras de san Pablo a los Filipenses:  »Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres.» (Flp 4, 4)  Un corazón gozoso lanza al los diablos de impureza al fuego ardiente.

4.  EL SACRAMENTO DE LA CONFESIÓN.  La Biblia nos dice, que el hombre justo cae siete veces al día.  Si caemos en pecado de impureza, no debemos desalentarnos, debemos arrepentirnos inmediatamente y confiar en la misericordia de Dios.  Según el beato Papa Juan Pablo II y santa Faustina Kowalska, el atributo más grande (virtud) del Sagrado Corazón de Jesús es su infinita ¡MISERICORDIA.  Jesús vino al mundo, sufrió, murió y resucitó de entre los muerto para salvar al mundo de la realidad del pecado, y por cada uno de nosotros.  El sacramento de la Confesión sana el alma de la impureza e infunde en el alma la gracia para pelear la buena pelea, y correr la carrera y ganar la corona inmortal de la victoria.  El diablo no se cansa de desanimarnos.  Pero el Espíritu Santo nos anima, para que nos pongamos de pie y lo intentemos otra vez, como lo vemos de forma elocuente en la Parábola del hijo prodigo, o mejor dicho, la Parábola de Padre misericordioso.

5.  LA PALABRA DE DIOS.   Cuando vemos malas imágenes se queda un residuo tóxico en nuestra mente.  Y estas imágenes no se borran de la noche a la mañana.  Porque somos débiles pero Dios es siempre omnipotente y todopoderoso.  El conocido converso, Steve Wood, que ahora se dedica a escribir, es conferencista e imparte temas sobre la defensa de la familia, la santificación de los hombres, la lucha contra la adicción a la pornografía.  Steve Wood insiste en lo importante que es la lectura, la meditación y de aprenderse de memoria la Palabra de Dios.  Veamos una analogía.  Lo que hace el cloro a una alberca, la Palabra de Dios hace a la memoria.  Como el cloro purifica y mata bacteria, la Palabra de Dios deshace, limpia y purifica la memoria de las malas imágenes.  San Pablo compara la Palabra de Dios a una espada de doble filo, que separa médula de hueso.  La Palabra de Dios, separa las malas imágenes de la memoria y las elimina.  Que Nuestra Señora,  la purísima Virgen María, nos alcance con su Inmaculado Corazón la virtud de la pureza.  »Dichosos los puros de corazón, porque verán a Dios.» (Mt 5:8)

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Sep 11 2013

COMBATIR PARA ALCANZAR PUREZA DE CORAZÓN

En 1917,
Nuestra Señora de Fátima seis veces se apareció a tres pastorcillos: Jacinta,
Francisco y Lucia.  María Santísima habló
con ellos y les reveló verdades importantes que hoy más que nunca tiene gran
relevancia.

PUREZA.  La Virgen de Fátima, la purísima Virgen Madre
de Dios, habló repetidas veces sobre la pureza. 
Dijo que el mayor número de almas se pierden por pecados de la carne,
pecados contra la virtud de la pureza.

LOS
MATRIMONIOS Y LA MODA.  Nuestra Señora
también reveló que muchos matrimonios son malos; ofenden gravemente a
Dios.  Igual dijo que se introducirían
ciertas modas que ofenderán gravemente a Dios.

Han pasado
casi 100 años desde que la Madre de Dios nos comunicó estas palabras.  Fue en 1917
en los tiempos de Segunda Guerra Mundial, en Fátima Portugal que Nuestra Señora
bajó del cielo.  Nuestra Señora reveló
que guerras se desatarían por la falta de oración y la proliferación del
pecado.

Presentaremos
medios espirituales para alcanzar tan necesaria y difícil virtud.  Que Dios nos conceda poder vivir la
bienaventuranza: »Dichosos los puros de corazón porque verán a Dios.» (Mt
5:8)

1.  FIRME RESOLUCIÓN DE LUCHA.  En una ocasión la hermana de santo Tomás de
Aquino le preguntó, cómo podía llegar a ser santa.  El doctor Angélico, conocido por sus
acertadas palabras respondió »¡deséalo!» 
En la psicología hay un principio fundamental, el determinante principio
de la motivación.  Simple y sencillamente
significa, que al menos que el ser humano tenga una noble y fuerte motivación,
jamás alcanzará alguna empresa digna. 
Tanto un exitoso deportista, como un adiestrado músico, un talentoso
escritor y los grandes santos tienen algo en común:  TIENE UNA MOTIVACIÓN.  En si, debería ser nuestro gran anhelo,
alcanzar la virtud de pureza.

2.  LA ORACIÓN. 
Una virtud no se alcanza con simple desearla, especialmente la virtud de
pureza.  La pureza, como la humildad o la
misericordia, no son virtudes naturales sino sobrenaturales.  Es decir, transcienden la carne y el hombre
natural.  Es indispensable tener
determinación.  Pero más necesaria es la
gracia de Dios.  Jesús nos anima, »Pidan
y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá la puerta.  Porque el que pide, recibe; el que busca,
encuentra; y se abrirá la puerta al que llama.» (Mt
7:7)  San Agustín, que en sus primeros
treinta años lucho por alcanzar esta virtud, dijo, todos somos mendigos ante
Dios.  ¿Por qué no pedir a Dios pureza de
corazón?  Cuánto desea nuestro Señor Jesus
darnos esta virtud, mas anhela Dios darnos esta virtud que nuestros la
deseamos.
3.  ¡CUIDADO CON LOS MEDIOS ELECTRÓNICOS DE
COMUNICACIÓN!  Leemos en Génesis, el
primer libro de la Biblia, que todo lo que Dios creo es bueno.   Dios nos llama a usar la creación para Su
gloria, y a que evitemos abusar de la creación para el placer de la
sensualidad.  La televisión, la radio,
las películas, la literatura, la computadora, el internet, todo se puede usar
para la mayor gloria de Dios y para nuestra salvación.  Sin embargo, estos mismos medios de
comunicación son un arma de doble filo, así nos dice el apóstol san Pablo.  Tristemente, los sitios de internet más
buscados son los sitios pornográficos. 
Por lo tanto, para alcanzar la virtud de la pureza, debemos ser
previsivos y procurar una constante vigilancia de nosotros mismos,
especialmente guardar recato de la vista al usar el internet.  Cuan cierto es el proverbio:  »Los ojos son el espejo del alma.»  Los padres de familia están llamados a la vigilancia
de si mismos, pero más que nada, vigilancia de sus hijos quien ¡solo conocen
esta cultura y edad de los medios de comunicación electrónica!

4.  MODESTIA. 
Como dicho previamente, Nuestra Señora de Fátima dijo que se
introducirían modas inmodestas que ofenderían gravemente a Dios.  El Catecismo de la Iglesia Católica afirma,
que el pudor es el guardián de la castidad. 
Todos, pero en particular la mujer, debemos guardar y cultivar
celosamente la virtud de la modestia, por que el pudor es la defensora de esta
virtud.  San Pablo nos enseña, que
nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo y somos »embajadores de
Cristo».  San León Magno, en su homilía
de Navidad nos recuerda: »¡Reconoce, cristianos, tu dignidad!»  Un embajador mal vestido deshonra al país que
representa.  Por el bautismo, somos
miembros del Cuerpo Místico de Cristo.  Y
como embajadores, no representamos a un rey terrenal, sino a Jesús mismo, ¡el
Rey de reyes, el Señor de señores!  Toda
mujer que por rozarse con el sociedad moderna se haya dejado llevar por la
moda, debería contemplar a Nuestra Señora. 
Nuestra Señora de Lourdes, Nuestra Señora de Fátima, Nuestra Señora de
Guadalupe, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, reflejan una belleza y modestia
inigualable.

5.  CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE
MARÍA.  Sucedió en la vida de san Antonio
María Claret, que cuando era joven, cayo en cama enfermo.  Y cayó sobre él, como ráfaga de viento,
fuertes tentaciones contra la virtud de la pureza.  Como era un joven de disciplina y oración,
por instinto acudió a María con una humilde oración, para poder resistir tan
fuerte tentación.  Pero en vez de
desaparecer, la tentación aumentó.  El
santo con más insistencia llamaba a María, implorando que le diera pureza.  ¡Y algo pasó! 
María se le apareció, lo consoló y la tentación se disipó.  Y a la misma vez, el futuro santo vio cómo un
ejército de demonios salían corriendo del cuarto.  El santo atribuyó la victoria, no a sus
propias fuerzas, sino a la poderosa intercesión de María.  San Antonio hizo esta observación.  Una mujer hermosa y provocativa causa malos e
impuros pensamientos.  Sin embargo,
cuando se contempla a María, la mujer más hermosa en la creación de Dios, los
malos pensamientos desaparecen dejando solo pensamientos puros y nobles.  San Antonio, fue fundador los Claretianos,
honrando en forma especial, al Inmaculado Corazón de María.

CONCLUSIÓN.   Hemos enumerado cinco pasos para alcanzar la
virtud de pureza.   Si vivimos la pureza,
seremos premiados con ¡el cielo!  Jesús
nos promete:  »Dichosos los puros de
corazón, porque verán a Dios.»  (Mt
5:8)  San Juan Berchmans, S.J. nos anima
con estas palabras:  «Quiero
mantener mis ojos puros en esta vida para contemplar la belleza del rostro de
María en el cielo.» 
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