Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)

Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana

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Mar 03 2014

ACCIÓN DE GRACIAS DESPUÉS DE LA SANTA MISA.


El centro y el corazón de la vida de san Felipe Neri, como el la vida de todos los santos, fue JESÚS presente en el Santo Sacrificio de la Misa.  San Felipe, conocido por su gozo, su amor por los jóvenes y su fervor en la oración, encontraba su fortaleza en la Santa Misa.

En una ocasion, despues de Misa, notó algo que le inquietó mucho. Notó que cierto hombre salía corriendo antes de la bendición final. Un día volvió a ver que este hombre salía volando de la iglesia antes de la bendición final.  ¡Divisó un plan!

Al día siguiente cuando estaba por acabar la Misa, el hombre salió corriendo.  Pero san Felipe Neri estaba preparado.  El y dos monaguillos lo siguieron.  Los monaguillo caminaban con una vela a cada lado del señor y así caminaban en procesión por las calles de Roma. 

Al darse vuela, el señor vio al P. Felipe y su noble procesión, a lo cual les preguntó el motivo.  San Felipe entonces le replicó que era una procesión Eucarística por las calles de Roma ¡ya que este señor llevaba en su corazón al Santísimo Sacramento! 

Apenado, el hombre se dio cuenta el significado de esa procesión Eucarística.  Desde ese día en adelante, dejó de salir de Misa sin primero hacer su acción de gracias por el Don de dones que había recibido en su corazón – el Santísimo Sacramento del altar, el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Cristo Jesús, el Hijo de Dios vivo.

Tristemente, esta pequeña anécdota de la vida de san Felipe Neri es demasiado común entre los católicos que acuden a la Santa Misa – la más grande oración del universo.

Cuántos hoy en día salen volando de Misa, como si los siguiera un toro, o como si se estuviesen quemando los frijoles.  El documento sobre la Liturgia del Concilio Vaticano II, Sacrosanctum Concilium, dice que los fieles deben participar plenamente, activamente y conscientemente en el Santo Sacrificio de la Misa. 

UNA SIMPLE ANALOGÍA – La Eucaristía es Sacrificio y Banquete Sagrado.  Si se le invitase a usted a una cena familiar en donde la comida era el punto central de la visita, ¿devoraría usted la comida y saldría corriendo sin primero dar gracias a quien le extendió la invitación o a quien preparó tan exquisito majar?  ¡Claro que no!  ¡Sería el colmo de ingratitud y mala educación!

Por educación y buenas costumbres, haría todo lo contrario.  Primero, usted llegaría temprano para platicar un poco con quien lo invitó.  De forma atenta y educada, daría gracias a Dios por las bendiciones, la comida y la buena compañía.  Al acabar la cena, se quedaría de sobremesa para disfrutar una taza de café y un postre y seguir disfrutando de la compañía de sus amigos y familiares.  Todo esto refleja buenas costumbres de hospitalidad.

Apliquemos ahora estas normas al Santo Sacrificio de la Misa y a la Santa Eucaristía.  Jesús mismo es el que nos ha invitado a este banquete: »Vengan a mí todos los que están agobiados que Yo les daré descanso…»  Jesús nos prepara el alimento más suculento y exquisito que jamás podamos imaginar.  Y nos lo ofrece en dos partes:  primero, en el pan de Su Palabra – la Liturgia de la Palabra, las lecturas bíblicas de ese día.  Entonces Jesús nos ofrece el alimento principal – la Santa Eucaristía, que es Su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.

Después de haber sido alimentados por el pan de Su Palabra y el »Pan de Vida», y Jesús está en lo más profundo de nuestro corazón, nos corresponde dar abundantes gracias a Dios por los dones más sublimes que acabamos de recibir.  Recuerde que la palabra Eucaristía significa »acción de gracias» en griego.

LA SANTA MISA: CONTRICIÓN, ADORACIÓN, SÚPLICA y ACCIÓN DE GRACIAS.

Con el propósito de dar gracias a Jesús por albergarse en nuestro corazón por medio de la Santa Comunión, use uno, dos o todos estos movimientos del corazón para dar gracias a Dios – adórelo, agradézcale, suplíquele y pídale perdón.

1.  CONTRICIÓN.  Ofrezca a Jesús un corazón contrito por todos los pecados de su pasado.  En el momento que la Preciosa Sangre de Jesús corre por sus venas y el Sagrado Corazón late en su corazón, pida a Jesús la fuerza para luchar como soldado noble y valiente contra el pecado.  Porque recuerde, desde el día de su confirmación usted es un soldado de Cristo.

2.  ADORACIÓN.  Alabe a Dios por Su grandeza, Su majestad, Su belleza inefable, Su bondad y amor infinito.  Incluso podría tomar uno de los salmos para alabar a Dios, por ejemplo el salmo 148, 149 y 150.

3. SÚPLICA.  Dice san Agustín: »Somos mendigos ante Dios.» Dios se alegra cuando sus hijos e hijas con humildad le imploran por el pan de cada día.  Y es Jesús quien nos invita a suplicar cuando dice: »Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá la puerta.  Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y se abrirá la puerta al que llama.» (Mt 7, 7-8) Abrámosle el corazón de par en par al Maestro benéfico y pidámosle todo lo que nuestro corazón añora (menos el pecado) y confiemos en la bondad de Dios.  ¡Pero pidamos esos dones y gracias que sean para nuestra santificación y salvación y para la santificación y salvación del mundo!  San Ignacio nos dice en Principio y Fundamento que fuimos creados para alabar a Dios y ¡salvar nuestra alma inmortal!

4.  ACCIÓN DE GRACIAS.  »Dad gracias al Señor porque Él es bueno; porque es eterna Su misericordia.»  Dios en su naturaleza es bondadoso y dador de todo lo bueno.  El hombre más fácilmente se agota de recibir los dones de Dios, que Dios en dárnoslo.  Que su corazón se desborde con gratitud por los innumerables dones que Dios le ha dado, le está dando y que derramará sobre usted hasta el último momento de su vida.  De gracias a Dios especialmente por la Eucaristía, por su fe en la Eucaristía y por haber recibido tan sublime don.  Con una actitud de gratitud, ¡proponga cada día prepararse mejor para recibirlo en la Santa Eucaristía y proponga dar dignas gracias!

CONCLUSIÓN:  Jesús en cada Misa anhela ardientemente derramar sobre nosotros una lluvia de bendiciones.  Pero esto depende grandemente en que cultivemos una actitud adecuada en cuanto concierne a nuestro comportamiento en la iglesia.  Tengamos entonces un corazón agradecido al recibir la Santa Comunión y al concluir la celebración de la Santa Misa.  Que Nuestra Señora nos alcance con su poderosa intercesión, la gracia de alabar y dar gracias a Jesús Eucaristía:  »Proclama mi alma la grandeza del Señor, y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador…» (Lc 1, 47)

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Feb 28 2014

LUCEROS QUE RESPLANDECEN EN LA OSCURIDAD

Jesús dijo que Él es la Luz del mundo y en el Sermón de la Montaña, dice que nosotros también estamos llamados a ser la luz del mundo y la sal de la tierra.  Un faro quebrantado o sal que ha perdido su sabor sirven sólo para ser desechados.  Tomemos nuestra luz de la fuente de toda luz – CRISTO JESÚS LA LUZ DEL MUNDO!

Hoy más que nunca, se necesitan hombres que brillen en medio de la densa nube de oscuridad que ha descendido sobre la humanidad.  Una de las más grandes crisis actuales es la crisis por la cual está pasando el hombre.

El papa Juan Pablo II en su primera encíclica »Redentor Hominis» – Cristo el Redentor del hombre – señala la realidad que Cristo es quien nos revela quiénes verdaderamente somos.  Es Jesús quien nos da nuestra identidad.  Por su vida, sus palabras, sus obras, sus sufrimientos, su silencio e incluso su muerte en la cruz, Jesús nos señala el camino que un hombre de verdad debe seguir si quiere ser un hombre de verdad. 

Las tendencias del mundo de la homosexualidad, la bisexualidad, el adulterio, la adición a la pornografía están esclavizando a muchos hombres hoy en día.  Fijemos entonces nuestros ojos en Jesús y San José para nos conduzcan en el camino de la verdad. 

Cómo puede el hombre vivir su vocación de ser un lucero brillante en medio de una densa nube de confusión moral y sexual?  Delinearemos el camino!

1.  GRACIA.  Un hombre de Dios quien fija sus ojos en Jesús y san José como modelos, debe esforzarse por vivir en estado de gracia santificante.  ¿Que significa gracia santificante?  Significa que deben evitar a todo costo cometer un pecado mortal.  Y si de hecho, se ha caído y se ha privado el hombre de vivir en estado de gracia deberá acudir al sacramento de la confesión sacramental para recuperar la gracia perdida antes de que baje el sol.  Cuando se pierde la gracia, se pierde la luz de la gracia y la oscuridad se apodera y reina en el corazón, la mente y el alma del hombre.

2.  CULTIVE SUS TALENTOS, TIEMPO Y TESORO – Las tres »T´s».  Dios a dado al hombre tiempo, talento y tesoro.  El verdadero hombre de Dios no desperdicia el tiempo porque el tiempo apremia.  El tiempo corre, es efímero, el tiempo se va.  Una vez que acaba el día, nunca vuelve.  Todos tendremos que dar cuentas a Dios de lo que hicimos con el tiempo que nos dio.  San Alfonso Ligorio hizo un voto de nunca perder tiempo.  TALENTO.  Dios a dado a todo hombre talentos, y estos talentos el hombre de reconocer con humildad, desarrollar con dedicación y compartir con generosidad.  Los talentos que no se desarrollan se estancan y pierden.  Hay un dicho que dice »Mejor gastado que oxidado».  TESOROS.  Nuestros tesoros no son para ser acaparados o almacenados sino para dar generosamente.  San Pablo nos enseña: »Gratis lo recibisteis; dadlo gratis.»  E igualmente nos reta la beata Madre Teresa de Calcuta:  »Dad hasta que duela.»

3.  LA FAMILIA ES LA IGLESIA DOMÉSTICA.  Aquellos hombres que han elegido la vocación del matrimonio deben estar perfectamente conscientes que su primera obligación y deber es a su familia.  Por supuesto, Dios primero.  Así es que el venerable Fulton J. Sheen lo enseñó en su libro Tres para casarse, los tres siendo le marido, su mujer y JESÚS.  Jesús es el tercer y más importante integrante de la familia.  Primeramente, un hombre de verdad cuya vocación es el matrimonio, debe amar a Dios sobre todas las cosas, después de Dios a su mujer y a sus hijos.  Y este amor se concretiza en trabajar por su familia y ganarse el pan de cada día con el sudor de su frente (Gen 3).  El hombre debe proveer y proteger a su familia.  Además, el hombre de verdad se esmera aún más en casa para formar una familia llena de amor, paz, unidad y armonía.  Tristemente, muchos hombres tienen la falsa noción y se han convencido que una vez que acaban su labor fuera de casa no tienen que hacer más.  Pero no es así, es más bien todo lo contrario, la labor más importante le espera en casa.  Para vivir plenamente su vocación de hombre y jefe de su casa, debe amar y brindarle atención a su mujer, debe ocuparse de todo lo que concierne a sus hijos.  El hombre debe tomar como modelo al buen san José.  

4.  LA COMUNICACIÓN.  Uno de los más grandes retos de nuestra sociedad es mantener abiertas las lineas de comunicación entre la familia.  Las redes de comunicación social como el internet, la televisión, el i-phone, el teléfono blackberry, el tablet, mensajes de texto, radio y mucho más tienen gran alcance.  Pero a la vez, se pueden transformar en vicios adictivos.  Estos medios fácilmente nos pueden llegar a esclavizar.  Y con esta esclavitud, nos encerramos en nuestro propio mundo y nos desconectamos de nuestra familia y nuestro mundo.  Un hombre de Dios busca formas de siempre mantener abiertas las lineas de comunicación con su esposa y sus hijos.  En una ocasión, un sacerdote muy conocido sugirió que de vez en cuando la familia debería alquilar una cabaña por una semana en una zona selvática y pasar tiempo juntos.  Pero con esta condición, que se deje en casa todo aparato electrónico.  Imagínense, la familia pasaría una semana junta para hablar, compartir, reirse juntos, y simplemente disfrutar del compañerismo, la amistad y la armonía de una familia amorosa!  ¡No es mala idea!  Fije el tiempo y el lugar, ¡y hágalo!

5.  SACRIFICIO:  ¡CARGUE SU CRUZ!  En una sociedad que tiende a mimar, apapachar, consentir y promover la vida suave, al hombre se le puede emascular o hacer afeminado.  Cuando llegan las dificultades, muchos hombres huyen de su cruz y buscan placeres momentáneos, o comodidades modernas, también llamados »el confort de las criaturas».  Y muchos de estos placeros son placeres pecaminosos.  Muchos hombres huyen de la cruz y buscan refugio en placeres pecaminosos.  ¿Y cuál son estos dioses falsos que ellos adoran?  La lista es larga, pero aquí van algunos:  le dan rienda suelta a la bebida (»Es tiempo de tomarse un cerveza Miller»), la pornografía y el desenfreno, el uso de drogas, los clubes nocturnos, se involucran con mujeres provocativas, los casinos y la vida nocturna.  Un hombre de verdad, un hombre varonil – que imita a Jesús y a san José – reconoce su cruz, abraza su cruz e implora la ayuda de Dios para cargar su cruz con valentía.  Y esta cruz puede tomar diversas formas.  Podría ser que su esposa es diagnosticado con cancer del mama, o un hijo metido en las drogas y el pandillerismo o quizás un situación económica difícil.  Un hombre de verdad, en vez de recurrir a los vicios, con humildad recurre y confía en Dios que es su Roca y su seguridad.

ROGUEMOS:  Pidamos a Jesús, nuestro Dios y Señor, el hombre perfecto, y recurramos a san José, un modelo para todo hombre, todo padre, todo esposo – que nos ayuden a caminar en sus pasos para poder ser verdaderas luces que disipan las tinieblas.  

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Feb 26 2014

VUESTRA ALMA INMORTAL VALE MAS QUE TODO EL UNIVERSO


Una sola alma inmortal vale mucho más que todo el dinero del mundo, todas las posesiones, todas las casas y mansiones, todas las montañas, las aguas del mar, más que todo el mundo animal y ¡toda la creación!   Tu alma tiene un valor infinito.  En verdad, nadie puede comprender en su plenitud el océano infinito del valor de UNA SOLA alma. 

¿Por qué decimos esto?  ¿Cómo sabemos?  Jesús con claridad nos lo dijo: »¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma?  ¿Que puede dar un hombre en cambio por su alma? (Mk 8,36)

San Ignacio de Loyola retó a un joven orgulloso y auto suficiente con ese mismo pasaje bíblico.  San Ignacio con estas palabras que parecían dardos ardientes retó al futuro patrón de las misiones a que hiciera los ejercicios espirituales.  Y así sucedió, Francisco Javier hizo los ejercicios espirituales y su vida fue transformada.  

Las palabras que brotaron del Sagrado Corazón de Jesús como flechas ardientes traspasaron toda la resistencia de Xavier —»¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma?»

Santo Tomás de Aquino, el doctor angélico reitera lo mismo y afirma que el valor de la creación en su conjunto no iguala al valor de una sola alma inmortal.

Contemplemos por un momento la belleza de la naturaleza.  El hermoso cielo azul celeste, las nubes blancas como algodón, el follaje colorido en otoño, las montañas coronadas de nieve, el arco iris resplandeciente con sus colores que adornan el horizonte, las olas que rompen las rocas, la majestuosa águila que vuela en las alturas y el esplendor de las luces que alumbran el cielo oscuro — estos fenómenos naturales son sólo una luz tenue en comparación con la grandeza, majestuosidad y belleza de una sola alma inmortal. La grandeza de una alma inmortal transciende la belleza natural que el ojo contempla.  Fue por eso que en una ocasión cuándo Dios reveló a santa Catalina de Sena una alma en estado de gracia, ella en éxtasis cayó de rodillas al ver la belleza resplandeciente de esa alma.

El celo apostólico de los santos por la salvación de las almas es otra poderosa prueba del valor infinito de una alma.  Esto ha sido la motivacion que impulsa sus trabajos, sacrificios, sufrimientos y aun la entrega de su vida en el martirio.  Veamos las vidas de los santos y su insaciable sed por la salvación de las almas…

SAN JUAN MARÍA VIANNEY.  ¿Por qué pasaba el cura de Ars entre 13 a 18 horas en el confesionario, día y noche, en tiempos de frío intenso o calor asfixiante?  ¿Por qué? ¿Por qué? Por una sencilla razón:  por amor a Dios y por amor a lo que Dios más ama, la salvación de las almas.  ¿Por qué comía el santo cura de Ars sólo 2 o 3 patatas al día, por qué dormía sólo tres horas de noche y luchaba contra el diablo, por qué se aplicaba la disciplina y derramaba sangre y lloraba largamente?  Lo hacía por una sola razón – ¡por amor a Dios y por amor a las almas!  Este patrón de los sacerdotes conocía bien el valor de una alma reconciliada con Dios.  Sabía que en el momento de dar la absolución, era la Sangre de Cristo que se derramaba sobre esa alma. 

PADRE PÍO.  ¿Por qué aceptó el P. Pío los estigmas en 1918? Mientras estaba en oración, sus manos, sus pies y su costado fueron traspasados como fueron traspasados las manos y los pies de su amado Jesús el Viernes Santo.  Jesús prometió a este santo, que él llevaría los estigmas por cincuenta años y al llegar al final de su vida desaparecerían.  ¿Por qué aceptó el P. Pío los estigmas dolorocícimas?  En una ocasión alguien le preguntó se le dolían, a lo cual rapidamente replicó – no son un adorno.  El P. Pío sufrió los estigmas para imitar a su amado Salvador, a Jesús crucificado, pero igual lo hizo como reparación por los pecados y por la conversión de los pecadores.  Es decir, P. Pío soportó ese dolor por la salvación de las almas, y cuan grande fue el precio que pagó!

LOS PASTORCILLOS DE FÁTIMA.  Veamos ahora los tres pastorcillos de Fátima – Lucía, Francisco y Lucia.  Aunque eran sólo niños, aceptaron sacrificios que les darían grandes sufrimientos.  ¿Por qué lo hicieron?  ¿Por qué?  Por la misma razón – por su amor al Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de Maria y porque amaban lo que Jesús y María más aman, ¡la almas!  El solo pensar en los incontables sacrificios que hacían a tan tierna edad asombra la imaginación.  Pero es un muestra de la fuerza del Espíritu Santo en una alma generosa.

JACINTA.  Veamos solo los sacrificios que ofrecía Jacinta Marto, la más pequeña de los tres videntes de Fátima.  El 13 de julio de 1917, los tres niños tuvieron una visión gráfica del infierno.  Fue ésta visión que les transformó radicalmente, pero en forma singular a Jacinta.  Vieron como las almas se zarandeaban como en una tormenta en alta mar, escucharon cómo gemían las almas con llantos desesperados, llantos que nunca cesarían, vieron como animales horrendos traspasaban las almas (los demonios) y les causaban un tormento eterno.  Esto fue lo que produjo en la pequeña Jacinta una profunda conversión de vida y corazón.  Esta pequeñita tenía un gran amor por las almas, a tal grado que ofreció todo para salvarlas.

Concretamente, Jacinta hizo lo siguiente: renuncio al pequeño baile que tanto le deleitaba, remplazo los dulces racimos de uvas que se daban en las colinas portugueses por el amargo sabor de las bayas silvestres.  Al igual que su prima y su hermano, de día portaba alrededor de su cintura una soga apretada que le causaba gran incomodidad.  Rezaba con su rostro en tierra, que era postura de penitencia, repetía las oraciones que el ángel le había enseñado en 1916.  ¿Y el Rosario?  Antes de la aparición de la Virgen, recorrían las cuentas del Rosario diciendo sólo »Ave María» 50 veces para no desobedecer a sus padres.  Pero después de la visión de infierno, los niños, en especial Jacinta, rezaba el Rosario completo y lo hacia repetidas veces.  ¿Por qué?  Para salvar a las almas de la realidad del infierno y para ayudar a conducirlas al cielo con seguridad!

En una ocasión, era un día de calor asfixiante, los tres niños se morían de sed, y Lucía fue por un cántaro de agua.  Tanto Jacinta como Francisco le imploraron que dejara caer el agua sobre la tierra y que les permitiera sufrir de sed.  ¿Por qué?  Por la salvación de las almas inmortales.  Fue por este amor y extraordinaria generosidad que cuando el beato papa Juan Pablo II la beatificó, le llamo una »pequeña alma víctima».

SANTA FAUSTINA.   Leemos en el Diario: La Divina Misericordia en mi Alma que Jesús reveló su amor por las almas a santa Faustina Kowalska.  Pero Jesús también señaló que la medida del amor por la salvación de las almas es la voluntad de aceptar sufrimiento por ellas.  Entre más amamos, ¡más aceptamos sufrir por quien Dios ama!

LA SANGRE DE CRISTO.  La Palabra de Dios nos enseña de forma muy vívida el valor de las almas.  Jesús derramó cada gota de su Preciosa Sangre en el Calvario por la humanidad, pero en forma particular, por mí y por ti. 

‘‘Y si llamáis Padre a quien, sin acepción de personas, juzga a cada cual según sus obras, conducíos con temor durante el tiempo de vuestro destierro, sabiendo que habéis sido rescatados de la conducta necia heredada de vuestros padres, no con algo caduco, oro o plata, sino con una SANGRE PRECIOSA, como de cordero sin tacha y sin mancilla, Cristo. (1 Pedro 1, 17-19)

En resumen, tu alma y mi alma fueron redimidas por la Preciosa Sangre de Cristo Jesús, Nuestro Señor y Salvador.  Jesús derramó su Sangre por mi y por ti el Viernes Santo en el calvario.  Y en verdad, si tu fueses el único ser humano creado en todo el universo, Jesús hubiera derramado cada gota de Su Preciosa Sangre por la salvación de tu alma inmortal.  En verdad, ¡cuan precioso y valioso eres a los ojos de Dios todopoderoso!

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Feb 07 2014

LA FUERZA QUE IMPULSA EL AMOR A DIOS: PRINCIPIO Y FUNDAMENTO

¿Cuál es el motivo de nuestra existencia?  Todos sin excepción tienen una filosofía de vida, aunque quizás la desconozcan.  Aveces parecen pollos sin cabeza, o marineros sacudidos por las olas en alta mar sin puerto en el horizonte, otros como un cachorro que persigue su propia cola!  Y otros como el arquero que se preparan para lanzar la flecha, pero sin apoyar su brazo para darle al blanco. O quizás otros como un conductor que maneja a toda velocidad en el autopista, sin destino y sin prender su sistema personal de navegación GPS.  En estos ejemplos, todos ubicuos al mundo, tienen una cosa en común – una profunda confusión en cuanto a su filosofía de vida.

Hoy en día en los Estados Unidos de Norte America, hay un sinnúmero de falsas filosofías que pretenden reinar y hay muchos que se adhieren a ellas como sus fieles seguidores.  Hay aquellos que acogen la filosofia  del »utilitarismo», que le atribuye valor a la persona según su productividad económica.  Otros se apegan a la mentalidad »materialista» que considera que la felicidad va en proporción directa a la ganancia material.  Muy parecido a esta filosofia es el »consumismo».  Quien se adhiere a esta filosofía quiere siempre comprar con la mucha o poca plata que tiene en el bolsillo.  Y el consumismo en torno le abre el paso al »hedonismo», la filosofia cuya finalidad es el placer.  Los lemas hedonistas son: »Comamos, bebamos que mañana moriremos,»  »Es tiempo de tomarnos una cerveza Miller,» »Sólo se vive una vez,»  »Lo paseado y lo bailado nadie me lo quita».   Con demasiada frecuencia, quienes acogen estas filosofías acaban acojiendo el ATEISMO — acaban pensando que Dios no existe. 

Después de haber presentado las filosofías erróneas que circulan de costa a costa, veamos ahora la filosofia verdadera.  Veamos lo que dice el fundador de los Jesuitas, san Ignacio de Loyola y lo que dice el catecismo.

»El hombre es creado para conocer a Dios, amar a Dios, y servir a Dios en esta vida para estar con Él en el cielo por toda la eternidad.»  De niño, esta fue una de las primeras verdades catequéticas que aprendí.  Y esta verdad se ha quedado conmigo por mas de cincuenta años.  Ha influido mi forma de pensar, la forma en que hago decisiones, mis acciones y mis hábitos.

Se dice que uno es lo que come!  Cuan cierto es!  Pero más cierto y más importante es, uno es lo que piensa.  El pensamiento engendra la obra.  Nuestros actos son una manifestación externa de nuestros pensamientos.  Las malas obras tienen su nacimiento en los pensamientos; las buenas obras igual.  Jesús nos dice que el árbol se conoce por sus frutos.  

San Ignacio de Loyola, quien legó al mundo su obra maestra espiritual – Los Ejercicios Espirituales – nos presenta primero el fundamento y lo denomina »Principio y Fundamento».  La palabra »principio» se refiere al comienzo, el punto de partida.  El »fundamento» refiere a la base sobre la cual se edifican los ejercicios.  Es decir, la estructura en su totalidad se funda sobre Principio y Fundamento.

En la exposición de Principio y Fundamento, veamos sólo la primera oración, ya que esta oración determina y establece la base para todo lo demás.  »El hombre es creado para alabar a Dios, hacer reverencia a Dios, servir a Dios y mediante esto salvar su alma…» (Ejercicios Espirituales de san Ignacio #23)  

Estas joyas espirituales tan sucintas y tan acertadas han sido la motivación de mi vida, mis pensamientos, mis decisiones, mis obras y lo serán hasta el día que de mi último suspiro.  Y en verdad, toda persona a quien Dios por su generoso amor a traido a la existencia, deberia ser impulsado por esta filosofía.

Dios me ha dado la vida.  Dios es el autor y el origen de la vida. Dios sostiene mi vida.  »En Dios vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser.»  Dios ha sido mi protección en toda circunstancia de mi vida, en toda actividad y en todo momento.  »El Señor es mi Pastor, nada me falta.» (Salmo 23)

Pero Dios espera con paciencia que yo corresponda a Su amor.  ¿Cómo?  Alabándolo de palabra y de obra.  San Agustín nos recuerda: »Procuremos que la alabanza que sale de nuestros labios no la contradiga la forma en que vivimos!

REVERENCIA A DIOS.  ¡Nuestro Dios es santo, es tres veces santo, así lo presenta la visión del profeta Isaías en el templo. Leemos en el Antiguo Testamento, que porque Moises estaba sobre tierra santa, fue llamado a quitarse las sandalias ante la zarza ardiente.  Esto era meramente un símbolo del Dios tres veces santo con quien nosotros verdaderamente tenemos un encuentro el Eucaristía – la presencia real de Jesús – el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesús.  Esta realidad sublime se hace presente en cada Misa en el momento de la »consagración».  Como Isaías y Moises, reverenciemos a Dios.  Pero la cúspide de esta reverencia es al llegar a Jesús Sacramentado, Jesús quien está verdaderamente presente en el Santo Sacrificio de la Misa, Jesús Eucaristía quien espera nuestra visita.  Venid adoremos a Emanuel, Dios con nosotros en la Eucaristía!

SERVIR.  No podemos quedarnos sólo en adorar y hacer reverencia a Jesús (la vida contemplativa), este amor se debe desbordar a nuestra vida activa.  Por lo tanto, la espiritualidad ignaciana debe movernos hacia la acción; debemos ser »contemplativos en acción».  El concepto Tomísta cabe también aquí: »Aquello que hemos contemplado en el silencio de la oración debemos compartirlo.»  Una de las principales contemplaciones ignacianas que enlaza la contemplación con la acción es el »llamamiento del Rey».  En ésta contemplación se pide la gracia de no estar sordos al llamamiento del Rey.   Contemplamos en esta meditación a un rey temporal que quiere conquistar el mundo. usamos esta meditación como plataforma para contemplar al Rey eterno –  el Rey eterno es Jesús nuestro Salvador y Señor – quien también tiene una obra espiritual ambiciosa – conquistar al mundo para Si mismo.  Esto significa concretamente conquistar y salvar almas para el cielo y la eternidad.  La verdadera oración busca alabar a Dios, pero igual de importante es amar lo que Dios ama – la salvación de las almas.  

LA SALVACIÓN DE LAS ALMAS.  La última parte de Principio y Fundamento es la »salvación de las almas».  Si alabamos y hacemos reverencia a Dios, debemos dar fruto, debemos tener hambre y sed por la salvación de las almas.  Santo Tomás de Aquino dice que una sola alma inmortal vale más que todo el universo creado.  San Ignacio de Loyola antes de mandar a san Francisco Javier al oriente le dijo »Id, inflamad todas las cosas».  En verdad el celo por las almas fue impulsado por Principio y Fundamento.  Vemos también en la vida del gran san Juan Bosco, que su amor, alabanza y reverencia a Dios se concretizó en celo por la salvación de los jóvenes.  Estas fueron sus palabras que dirigió a Dios: »Dame almas y quítame todo lo demás».  En resumen, si amamos a Dios, debemos amar lo que Dios más ama – la salvación de las almas inmortales, las cuales Dios creo para que estén con Él en el cielo por toda la eternidad.

CONCLUSIÓN.  Según la tradición ignaciana, en la cueva de Manresa, san Ignacio tuvo una experiencia mística.  Mientras absorto en oración, la Santísima Virgen María se le apareció y le entregó la esquema de los Ejercicios Espirituales.  Y en verdad, estos Ejercicios han sido la fuente de una conversión radical en la vida de millares de personas, haciendo de grande pecadores grandes santos.  s por la presencia de Maria, la Madre de Dios y Madre de la Iglesia, y Madre nuestra por la divina gracia.  Ella quien es »llena de gracia», modelo de contemplación convertida en acción, modelo en la oración, modelo de adoración y reverencia a Dios.  Nuestra Madre Santísima puede dirigirnos en una profunda santidad en esta vida para así un día contemplar la visión Beatifica por toda la eternidad.  »Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.  Amén»

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Feb 05 2014

¿CONOCES CUANDO ERES VULNERABLE? »¿TU KRIPTONITA?»


¡SUPERMAN!  Quién no conoce el personaje de Clark Kent, el reportero tímido y amable.   Mantenía una doble identidad, en su vida cotidiana era Clark Kent, un reportero, pero este, a su vez era SUPEMAN!  Superman, era invencible, tenía poderes extraordinarios, fuerzas ilimitadas, habilidades superiores a los de cualquier hombre.  Pero su debilidad era la kriptonita, una sustancia que le privaba de todos sus poderes. Una exposición prolongada de kryptonita le podía matar. 

Igual que Sansón cuya fuerza se escondía en su larga cabellera, o Aquiles cuya debilidad era su talón, SUPERMAN cuando expuesto a la kriptonita, era vulnerable.

Autores quienes escriben sobre la espiritualidad, hablan sobre lo indispensable que es el auto-conocimiento.  El famoso aforismo de los padres del desierto también lo comunica: ¡Conócete!

Los historiadores igual comparten este concepto diciéndonos:  »Quién desconoce la historia se condena a repetir los mismos errores…»

Aun el filósofo clásico griego Sócrates afirma: »Si la vida no se examina, no vale la pena vivirla!»

Por último, veamos lo que nos ha legado san Ignacio de Loyola, el fundador de los Jesuitas y autor de los Ejercicios Espirituales – LAS RELGAS DE DISCERNIMIENTO.  La nota introductoria expone lo que es la finalidad de estas reglas: »Reglas para de alguna manera sentir y conocer las varias mociones que en el alma se causan: las buenas para recibir, y las malas para lanzar. (Ejercicios Espirituales de san Ignacio de Loyola #313). 

Los diversos temas ignacianos, las Reglas de discernimiento, las dos banderas: la bandera de Cristo y la de Satanás, el Examen diario, hacen énfasis en la importancia del auto conocimiento para crecer en santidad de vida!

Esta pequeña reflexión expondrá la décima cuarta regla de discernimiento, yo le llamo »kriptonita espiritual».  Primero veremos unas simples analogías, y más adelante formas de conocer nuestro punto débil, para así poder actuar con valentía y no ser vencidos en esta batalla espiritual!

ANALOGÍAS

DEPORTES.  En el ámbito deportivo, los jugadores estudian a sus contrincantes.  Buscan conocer el punto débil del deportista y en forma colectiva la debilidad del equipo, para así aprovecharse de  la vulnerabilidad.  Muchas veces, ¡la victoria o el fracaso de un equipo depende en conocer la debilidad del equipo contrario! 

BÉISBOL.  Dado que desde los cinco años de edad hasta mis años universitarios, jugué este deporte, daré un ejemplos y analogías.  EL LANZADOR.  El objetivo del lanzador es eliminar al bateador.  En las grandes ligas hoy en día, los lanzadores estudian video clips de los equipos opuestos, y es así que la debilidad del equipo opuesto.

Quizás haya un buen bateador que pueda conectar con una bola rápida.  Si este es el caso, un buen lanzador lazará una bola curva, bola que cae o bola lenta.  La clave para un lanzamiento acertado es mantener al bateador desconcertado.  Los mejores lanzadores son los que pueden combinar en sus lanzamientos bolas curvas, curvas rápidas, cambios hacia arriba u otros tipos de bolas.  Con diferentes velocidades y técnicas, los lanzamientos ayudaran a ponchar o engañar a los bateadores.  

EJEMPLO MILITAR.  San Ignacio de Loyola, en la décima cuarta regla de sus Ejercicios Espirituales, nos da una analogía militar y una estrategia.  Este santo español y perito en discernimiento de espíritus, nos traslada a la época Medieval cuando los fuertes feudales y castillos abundaban.  Los castillos y las fortalezas eran construidas de tal manera que fuerzas atacantes no pudiesen entrar, penetrar o saquear.

Por tanto, en un asedio, las fuerzas que están afuera de la fortaleza estudian minuciosamente a su enemigo.  Cuando detecta una apertura, una entrada, una escalera de acceso, con ataque frontal avanzan despiadadamente hasta ganar acceso y tomar al enemigo.

Santa Teresa de Ávila en su obra clásica Las Moradas presenta la vida interior, la vida de oración, como un castillo de distintos pisos y niveles.  Al rededor del castillo hay una fosa con peligrosos reptiles, cocodrilos y culebras para desanimar a quien intente ingresar.

Todas estas imágenes son análogas a nuestro propio estado de alma, ya sea la analogía de deportes, una fortaleza militar o castillo, Superman y la kriptonita.  Todos comúnmente pasan por un momento cuando son vulnerables, como si se les acercara el elemento radioactivo de la kriptonita.  Cuando estamos indefensos, es cuando el enemigo ataca, y el enemigo es Satanás.  San Ignacio se refiere a él como el enemigo de la naturaleza humana.  

MOMENTOS DE vulnerabilidad…

1.  DESOLACIÓN.  Desolación es este estado del alma cuando uno se siente triste o deprimido, experimenta una falta de fe, esperanza o caridad, es tener la sensación que la vida no tiene sentido y nadie le ama.  Es pensar que esta vida es gris!  Todos pasamos por este estado del anima, aun por tiempos breves.  El diabo matar.  Por lo tanto, cuando sienta que está pasando por un periodo de desolación, ¡esté preparado!

2.  PEREZA EN LA ORACIÓN.  Otro ejemplo de algo que puede ser nuestra kriptonita, y el momento en que el diablo cosecha (nos tienta para que pequemos) es cuando retrocedemos en nuestra vida de oración.  ¡Ejemplo!  Los Apóstoles en el Huerto de los olivos abandonaron a Jesús cuando Él más necesitaba de su amistad y presencia.  ¿Por qué?  ¡Porque en vez de acompañarlo en la oración se quedaron dormidos!  El diablo aprovechándose de esto, les tentó y sucumbieron:  Pedro negó a Jesús tres veces, los otros huyeron, ¡y Jesús fue arrestado!  La falta de oración nos expone y somos vulnerables a pecar.  

3.  ENFERMEDAD.  El diablo se aprovecha de toda circunstancia y todo momento.  No respeta nuestro estado de salud.  Al contrario, viendo la debilidad y enfermedad, se lanza más ferozmente contra nosotros, nos lanza fusiles espirituales para nuestra derrota moral.  Pero aun cuando la enfermedad nos visite, el alma debe luchar y no dejar la oración.  Lo que el aire es para los pulmones, ¡la oración lo es para nuestra alma y nuestra salvación!

4.  FRACASOS.  Un fracaso, del tamaño que sea, puede lanzarnos en un estado de desolación.  Un fracaso económico, un relación fracasada, un fracaso familiar o académico, puede causar caos en nuestra alma.  En este estado de desolación, como si se nos expusiera a la kriptonita, el diablo de nuevo dispara para matar!  El diablo nos tienta para que pequemos.

5.  UNA ALMA QUE CAYA.  Cuando alguien pasa por la prueba de desolación, el diablo saca otra artimaña de su manga.  Esta vez a que callemos.  Cuando esta tormenta interior se desata con mayor fuerza, el diablo no pierde una oportunidad para convencernos que callemos, que mantengamos en secreto este estado de anima.  El diablo se mete a nuestros pensamientos y hace una montaña de un grano de arena y nos ahogamos en un baso de agua.   San Ignacio en su décima tercera regla de discernimiento dice que un alma que es atormentada de esta manera debe acudir a su confesor o director espiritual y abrirle su alma.  Al hacer esto, se frustran los hazañas del diablo.  El no abrir el alma a un confesor es como estar expuesto a kriptonita, y el diablo se aprovecha de nuestra debilidad!

CONCLUSIÓN. Para avanzar en el camino de santidad, para ascender la montaña de virtud heroica, para triunfar el la batalla espiritual, para luchar la buena pelea y correr la carrera y recibir la corona de la victoria, el auto conocimiento es sumamente importante.  Conozcamos entonces, cuándo y como somos vulnerables, como expuestos a la kriptonita.  Conozcamos dónde esta la kriptonita, cuándo es que se nos aproxima, y tengamos un plan de escape.  Si lo hacemos, la victoria será nuestra en el tiempo y la eternidad!

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

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