Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)

Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana

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May 20 2014

MEDIOS PARA VENCER LA SOLEDAD



¿Se siente triste?  ¿Siente que nadie le comprende, que a nadie le importa?  Se siente confundido, consternado, aturdido y desorientado?  ¿Ha perdido el sentido de la vida?  Siente que su mente, su corazón y su alma se encuentran en un túnel largo y oscuro y no encuentra la salida?  Ha llegado al punto de decir »basta», ¿está por aventar la toalla?

San Ignacio de Loyola describe este estado de animo como un estado de DESOLACIÓN.  La soledad y desorientación son manifestaciones claras de ello.


¡PELIGRO!  Si no sabemos afrontar la desolación, pueden haber consecuencias catastróficas o daño irreparable en nuestra vida espiritual y en nuestra vida natural.  Una mala decisión puede marcar el rumbo de nuestra vida.  ¿Cuántos jóvenes hoy en día no recurren a la violencia hacia otros o hacia ellos mismos? y entran así a un mar de desolación.


El estado de desolación – manifestado por una profunda sensación de soledad – abunda en  nuestra sociedad y en nuestros tiempos.  Pero somos un pueblo de esperanza.  »¡Nuestro auxilio es en el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra!»  San Pablo también nos alienta con estas palabras: »Si Dios con nosotros, quién contra nosotros…» y »Cuando soy débil, entonces soy fuerte…» (¡Nuestra fuerza es Dios!)  Y en el salmo leemos que Dios es la ROCA, ¡nuestra LUZ y nuestra SALVACIÓN!

Para superar una soledad que aplasta, porque de alguna forma todos pasamos por momentos de soledad aunque sea por periodos breves, sigamos estos pasos.

SALMO 23:  EL SALMO DEL BUEN PASTOR.  Cuando las nubes dejen caer sus aguas torrenciales sobre su alma, abra su Biblia, diríjase al Antiguo Testamento y busque el salmo más conocido – el Salmo 23.

Salmo 23.  EL BUEN PASTOR 

Salmo de David. 

«El Señor es mi pastor: nada me falta;
en verdes pastos él me hace reposar.
A las aguas de descanso me conduce,
y reconforta mi alma.
Por el camino del bueno me dirige,
por amor de su nombre.
Aunque pase por quebradas oscuras,
no temo ningún mal,
porque tú estás conmigo con tu vara y tu bastón,
y al verlas voy sin miedo.
La mesa has preparado para mí frente a mis adversarios,
con aceites perfumas mi cabeza y rellenas mi copa.
Irán conmigo la dicha y tu favor mientras dura mi vida,
mi mansión será la casa del Señor por largos, largos días.»

¡SILENCIO!  Busque un lugar de silencio y lea el Salmo 23, rece y medite el salmo y escuche la voz a Dios.  Permita que Dios le hable a su corazón.  Porque Dios nos habla en el silencio de nuestro corazón se le dejamos.


»El Señor es mi Pastor, nada me falta… »  Permita que las palabras del Salmo 23 le hablen íntimamente a su corazón, especialmente cuando su alma se siente abandonada y sola.  Lea estas palabras detenidamente, con serenidad y con buena disposición.  Rece el salmo por segunda y tercera vez.  Algo poderoso pasará.  La suave y poderosa gracia de Dios tocará el fondo de su alma, y le llenará de conocimiento: se dará cuenta que no está solo; que nunca ha estado solo; y que nunca estará solo por la sencilla razón de que: »El Señor es su Pastor, nada le falta…»




ESCENA CONTEMPLATIVA.  Forme esta escena en su mente, véase caminando solo en verdes praderas con Jesús el Buen Pastor.  Deténgase y véalo a los ojos, vea esos ojos que le aman, porque usted es la »niña de sus ojos».  Cuan importante es usted para Jesús, y siempre lo será.  El motivo que Jesús llegó al mundo fue precisamente por ti, ¡por tu alma inmortal!


¡ÁBRALE EL CORAZÓN!  Abra hoy su corazón triste y herido, hable con Jesús!  Él más que nadie en el mundo, quiere escucharle y le escuchará con tierna atención.  Y no sólo escuchará sus palabras sino penetrará los secretos de su corazón.  No es necesario disimular con Él.  Jesús le conoce más de lo que usted mismo se conoce.  Si alguna vez hubo alguien que conoce todos sus pensamientos y su corazón, es Jesús el Buen Pastor.


¡NO TEMA!  San Juan Pablo II desde el inicio de su pontificado exhortó al mundo y cada persona a que no tengamos miedo de abrirle la puerta a Cristo, de abrirle el corazón a Cristo, el Buen Pastor de nuestras vidas.


¿QUÉ LE DIGO A JESÚS?  ¿CÓMO LO DIGO?  Hable con Jesús con sencillez.  El Señor no pide palabras altisonantes o lenguaje elocuente.  Platíquele todo.  Recordemos las palabras del apóstol san Pedro: »Depositen en él todas sus preocupaciones, pues él cuida de ustedes.»  Acaso, ¿teme lo que el día de mañana traerá?  Hable con Jesús, ¡cuéntele sus temores!  ¿Le atormenta el pasado, le atormentan sus pecados?  Deposite sus pecados en el Corazón del Buen Pastor.  Porque Jesús vino no por los santos sino por los pecadores.  Quizás sean cosas de la infancia que han herido gravemente su corazón.  ¡No tema!  Jesús es el sanador herido quien el profeta Isaías dijo: »Por sus llagas hemos sido sanados.»  ¿O quizás sufre usted de una enfermad que parece incurable?  Recuerde que Jesús sanó a los ciegos, los cojos, los paralíticos y los leprosos; incluso resucitó a los muertos.  ¡Jesús es el CAMINO, la VERDAD y la VIDA!  Permita que Jesús sea el Médico que sane sus heridas y su enfermedad.  No deje que las dudas y los temores le paralicen, desde el fondo de su corazón clame: ¡JESÚS EN TÍ CONFÍO! 


¡EL CORAZÓN DEL BUEN PASTOR ESTÁ ATENTO!  El Buen Pastor escucha con tierna atención y un corazón lleno de amor y compasión.  Jesús el Buen Pastor no tiene prisa, más bien Él es el amor y la paciencia misma.  Jesús caminará con usted, le escuchará, le hablará y le consolará.


Para cerrar, en momentos de soledad, no recurramos a los dioses falsos que nos ofrece este mundo – la bebida, las pornografía, las drogas y a la sexualidad ilícita.  Porque sólo le arrastrará a una soledad más profunda.  Mas bien, recurra al Buen Pastor y ábrale el corazón porque Él en verdad Jesús es su Pastor, nada le falta…»

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

May 15 2014

LA RIQUEZA DE LOS NOMBRES DE DIOS

Hace poco salió una película titulada »¡Dios no está muerto!»  El protagonista Josh, un estudiante universitario, se enfrenta a su profesor, un filosofo ateo, y defiende a Dios.  Cuando le preguntan por qué defendía a Dios, él responde: »Jesús es mi amigo, y no lo quiero defraudar.»

JESÚS es la fuente de la fe del creyente cristiano, JESÚS es el centro, motor y razón de ser de toda la existencia.   Sólo el que conoce a Jesús lo ama y lo defiende.  Por esto san Ignacio de Loyola en sus Ejercicios Espirituales insiste en que pidamos la gracia de »conocer más íntimamente a Jesús, para amarlo más ardientemente y seguirlo con más fidelidad.»

Se han escrito un sinnúmero de libros sobre Jesús pero el centro y la fuente auténtica de donde proviene todo conocimiento es la Biblia, y el corazón de la Biblia son los cuatro Evangelios.  La palabra »Evangelio» significa »buena nueva».

Esta reflexión presentará los varios nombres y títulos de nuestro Señor Jesucristo.  Espero que por medio de la lectura pasemos a conocer más profundamente a Jesús y amarlo más.  Estos hermosos títulos son tomados de la Biblia, la Palabra de Dios – ¡no hay mejor fuente!

1.  JESÚS (Lc 1,31)  El nombre »JESÚS» fue dado en la anunciación por el arcángel Gabriel a María.  Este nombre expresa la misión del Hijo de Dios al encarnarse – ¡SALVADOR! – vino para salvarnos de la esclavitud del pecado.  ¡La más alta reverencia al nombre de Jesús!  San Pablo en su carta a los Filipenses dice: »Ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra.» (Flp 2)

2.  CRISTO JESÚS (Mt 16,20, Ro 1,3).  A estos dos nombres y títulos de Jesús adjudicamos doble importancia.  »Cristo» significa ungido, a un Rey se le unge para cumplir una misión; »Jesús» significa Yahweh salva.  Jesús es el »Rey de reyes y Señor de señores.»

3.  ALFA Y OMEGA (Ap 1,8)  El alfa es la primera letra del alfabeto griego y »omega», la última.  »Alfa y omega» es una forma de expresar la eternidad de Dios, Jesús es el principio y el fin de nuestra existencia.  Con el bautismo emprendemos el camino de nuestra vida espiritual.  Y al final de nuestra vida, pedimos poder recibir los últimos 3 sacramentos con gran fe y devoción:  la Confesión, la Unción de los enfermos y la Santa Eucaristía, porque así Jesús será nuestro deleite para toda la eternidad.

4.  EMANUEL (Mt 1,23)  El título de EMANUEL lo escuchamos sobrecogidos y llenos de alegría, a las puertas de la navidad en el tiempo de Adviento mientras esperamos el nacimiento del Niño Jesús.  Esta expresión hebrea significa »Dios-con-nosotros»  ¡Qué consuelo saber que no estamos solos!  Dios está con nosotros y lo estará todos los días hasta el fin de los tiempos.  San Pablo nos lo reafirma con estas palabras: »Si Dios por nosotros, ¿quién contra nosotros?  En uno de sus discursos, san Pablo cita al poeta griego al hablar de la omnipresencia de Dios: »En Él vivimos, nos movemos y existimos.»  El salmista con frecuencia nos recuerda de la omnisciente y omnipotente presencia de Dios: »Nuestro auxilio está en el nombre del Señor que hizo el cielo y la tierra.»  Y en el salmo más conocido leemos: »El Señor es mi Pastor, nada me falta.» (Salmo 23)

5.  CORDERO DE DIOS.  (Jn 1, 29-36)  En una ocasión san Juan bautista se encontraba con sus discípulos y al ver a Jesús pasar dijo: »He aquí el cordero de Dios que quita el pecado del mundo.»  Los judíos cada año celebraban la Pascua y sacrificaban un cordero, conmemorando su liberación de Egipto.  En el calvario, Jesús se hizo el Cordero de Dios, sacrificándose y derramando su Preciosa Sangre para librarnos de la esclavitud del pecado, para purificarnos y abrir la puertas del cielo para todo que crea en Él, le ame y le siga!

6.  HIJO DE DIOS. (Lc 1,35)  Dios es uno y trino, esto es el misterio de la Santísima Trinidad.  Creemos en un solo Dios y tres Personas en un solo Dios:  el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.  Jesús es la segunda Persona de la Santísima Trinidad, verdadero Dios y verdadero hombre.  Uno de los títulos más sublimes es »Hijo de Dios.»

7.  EL HIJO DEL HOMBRE. (Jn 1,51)  Jesús es Hijo de Dios y Hijo del hombre.  Jesús tiene dos naturalezas: la naturaleza Divina; Él es Dios, y la naturaleza humana; Jesús es hombre.  La Encarnación es la unión de estas dos naturalezas — »Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros.»  Hay en Él dos naturalezas, la divina y la humana, cuya unión forma una sola persona, a esta comunicación de propiedades la llaman los teólogos la »Unión Hipostática».  Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de nosotros, en todo semejante a nosotros, menos en el pecado. Jesús es el Hombre perfecto y nuestro modelo.  Jesús es el CAMINO, la VERDAD y la VIDA.

8. MAESTRO (Mt 23,8)  En el mundo no hay carencia de maestros.  ¡Pero el más grande Maestro que jamás ha existido es JESÚS!  Jesús realizo su enseñanza primero mostrándonos sus obras y después con sus palabras.  Debemos de estar deseosos de sentarnos a los pies del Maestro para escuchar, asimilar y vivir cada una de sus palabras.  Cuando leemos y meditamos las Palabra de Dios en el Evangelio, nos hacemos aprendices a los pies de más grande Maestro. »Habla Señor que tu siervo escucha.»

9.  EL BUEN PASTOR. (Jn 10,14)  Una de las imágenes más conocidas de la Biblia es la imagen del Buen Pastor. (Salmo 23) Jesús tomo este salmo tan conocido y lo aplica a sí mismo.  Jesús dice: »Yo soy el Buen Pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen.»  Nosotros igual somos llamados a ser un buen pastor de una o de otra forma.  Pero el secreto para poder ser un buen pastor es primero ser buena oveja del BUEN PASTOR.  Si somos buenas ovejas, entonces podremos ser buen pastor de aquellos que el Señor nos ha encomendado.  Escuchemos con atención la voz de Jesús el Buen Pastor para obedecer cada palabra. ¡La Palabra de Dios es la verdadera libertad y alegría!

El Amigo que nunca falla.

10.  AMIGO. (Jn 13 – Discurso de la Última Cena)  Poco tiempo antes de que Jesús se ofreciera en el Calvario por la salvación del mundo, Jesús nos dejó dos Sacramentos – La Santa Eucaristía y el Sacerdocio.  En la Última Cena Jesús llamó a sus Apóstoles »amigos».  Los Apóstoles eran los amigos de Jesús, pero Jesús extiende su amistad al mundo entero.  Jesús es el Amigo que nunca falla, Él mismo nos dijo »Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin de mundo.»

Meditemos con amor y devoción estos hermosos títulos de Jesús, para conocerlo más, amarlo más y formar el firme propósito de seguirlo más y acercar a otros a su dulce yugo!  Jesús dijo: »Mi yugo es suave y mi carga ligera.»

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

May 05 2014

MARÍA NUESTRA VIDA, DULZURA Y ESPERANZA.

Octubre es el mes del santo Rosario; el mes de noviembre rezamos por los fieles difuntos; en Junio nos sumergimos en el océano de la misericordia del Sagrado Corazón de Jesús; en julio adoramos y glorificamos la Sangre Preciosa de Jesús, ¡el precio de nuestra salvación!  ¡Y MAYO es el mes de María!

María es hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, Esposa mística de Dios Espíritu Santo, Reina de todos los ángeles, los santos y Reina del cielo y la tierra.  San Luis de Montfort la aclama la Reina de todos los corazones y la obra maestra de la creación.  Igual los santos aclaman las glorias de Maria con poderosos prosas poéticas.

¿Cuales podrían ser algunas formas que podemos manifestar nuestro amor y devoción a nuestra Madre Santísima en este mes de Mayo?

1.  CONSAGRACIÓN.  Procuremos al despertar cada mañana, consagrarnos a Jesús por medio del Inmaculado corazón de María.  ¡Empecemos el día con nuestra Madre Santísima!  La beata Madre Teresa de Calcuta impulsada por un gran amor a María dijo: »María, dame tu corazón: tan hermoso, tan puro, tan inmaculado; dame tu corazón lleno de amor y humildad, para así poder recibir a Jesús, el Pan de vida, y amarlo como tú lo amaste, y para servirlo en el sufriente disfraz de los pobres.»

2.  EL ANGELUS Y REGINA CAELI.  Estas oraciones tradicionalmente se rezan a medio día, pero igual se pueden rezar a cualquier hora.  Por qué no rezar el Angelus tres veces al día – a las 9 de la mañana, doce del medio día y a las 6 de la tarde.  Al hacerlo, santificamos la mañana, el medio día y la tarde por medio de la dulce presencia de la Madre de Dios.  Estas hermosas oraciones marianas hacen presentes los misterios principales de nuestra salvación – la Encarnación, la pasión, muerte y resurrección de Jesús nuestro Señor.  El santo cura de Ars, san Juan María Vianney nos recuerda que nuestra Madre siempre estará presente en nuestras vidas: »Sólo después del Juicio Final descansará María; porque por ahora, está pendiente de sus hijos.   Servir a la Reina de cielo es reinar en el cielo, y vivir bajo sus mandatos es más que gobernar.»

3.  CONSAGRACIÓN DE NUESTRO HOGAR Y NUESTRA FAMILIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA Y AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS.  Como preparación para su consagración, haga una novena rezando el Rosario por nueve días.  Al concluirla, pida a un sacerdote que bendiga las imágenes del Inmaculado Corazón de María y del Sagrado Corazón de Jesús, que bendiga su hogar y a su familia.  Por esta bendición y consagración, Dios Padre dejará caer una lluvia de bendiciones sobre usted y cada miembro de su familia.  

4.  CONSAGRACIÓN INDIVIDUAL.  Haga la preparación formal de consagración a Jesús por medio de María, utilisando ya sea el método de Maximiliano Kolbe o san Luis de Montfort, o bien, podría seguir el método recientemente publicado del P. Michael Gaitley – »33 días hacia un gloriosa amanecer».  Su consagración podría cambiar su vida de forma radical.  Si de hecho ya se ha consagrado, renueve su consagración cada año para profundizar cada año más en oceáno del amor de Dios.  Porque el poder que María ejerce sobre nosotros va más aya de lo que nos podamos imaginar.  San Luis de Montfort dice esto de María:  »Efectivamente, no podía fijar en ellos su morada, como el Padre le ha ordenado, ni formarlos, alimentarlos, darlos a luz para la eternidad como madre suya, poseerlos como propiedad personal, formarlos en Jesucristo y a Jesucristo en ello, echar en sus corazones las raíces de sus virtudes y ser la compañera indisoluble del Espíritu Santo para todas las obras de la gracia… No puede, repito, realizar todo esto, si no tiene derecho ni dominio sobre sus almas por gracia singular del Altísimo, que, habiéndole dado poder sobre su Hijo único y natural, se lo ha comunicado también sobre sus hijos adoptivos, no sólo en cuanto al cuerpo lo que sería poca cosa sino también en cuanto al alma.» (Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, san Luis de Montfort #37)

5.  IMITACIÓN DE MARÍA.  Cuando amamos a alguien, queremos conocerlo más, seguirlo más de cerca e imitar sus buenas cualidades y virtudes.  San Luis de Montfort en su obra clásica nos da10 virtudes de María para imitar.  Si lo hacemos, hemos emprendido el camino a la santidad: »su humildad profunda, su fe viva, su obediencia ciega, su oración continua, su mortificación universal, su pureza divina, su caridad ardiente, su paciencia heroica, su dulzura angelical y su sabiduría divina. Estas son las diez principales virtudes de la Santísima Virgen.» (Tratado, san Luis de Montfort #108)  San Luis nos enseña: »Los más grandes santos, llenos de gracia y virtud, tienen una excepcional devoción a la Santísima Virgen, y ven en ella el modelo perfecto y poderosa auxiliadora.»

6.  EN LAS TENTACIONES:  ¡ACUDAMOS A MARÍA!  Hasta el día de nuestra muerte, nuestra vida es un campo de batalla.  Pero nuestra lucha contra el diablo, la carne y el mundo no la hacemos solos.  En el momento de las tentaciones, cuando todo parezca estar perdido, ¡invoquemos el santo nombre de María y recemos un Ave María!  Si lo hacemos, todo el poder del infierno disipará.  María es la »generala del ejército.»  ¡Los demonios huyen a la orden de María!  Cuentan las crónicas, que san Francisco de Sales, cuando fue tentado a la desesperanza, rezo el Acordaos a la Virgen María, venció así la tentación.  También san Antonio María Claret sufría de una tentación contra la pureza, pero por su fervorosa oración a María, ese diablo desapareció y María concedió al joven Antonio gracias singulares para vivir una vida de castidad, ser fundador de una orden religiosa, para predicar si cesar y a escribir un sinnúmero de libros que harían gran bien a la humanidad.  San Buenaventura declara:  »El temor de los hombres contra el ejercito más poderoso no supera el temor del todo el infierno al escuchar el santo nombre de María.»

7.  MARÍA Y EL CALENDARIO LITÚRGICO.  Conozca la presencia poderosa de María en Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia, especialmente en la Misa durante el año litúrgico.  La finalidad de la Santa Misa es albar y rendir culto a Dios Padre, por medio de Jesucristo, con el poder del Espíritu Santo.  Nuestra Madre Santísima ocupa un lugar predilecto en el año litúrgico.  María es la Madre de Dios, Madre de la Iglesia y Madre nuestra en el orden de la gracia.  Lea y medite la Carta Apostólica del Papa Pablo VI »Marialis Cultus», en  donde expone la presencia de Maria en el calendario litúrgico.  ¡En verdad es una obra maestra espiritual que debería leer! 

8.  LECTURA MARIANA.  Para lograr una Mariología completa e integral, debemos estudiar DOCTRINA y DEVOCIÓN.  La doctrina sin devoción puede ser árida, y la devoción sin doctrina fácilmente puede degenerarse en sentimentalismo.  Lea la Carta Apostólica de san Juan Pablo II »La Virgen María y el Rosario.»  Esta joya espiritual combina doctrina sólida (Mariología) y tierno amor y devoción a la Madre de Dios.  San Juan Pablo II exhorta al mundo entero a contemplar la faz de Cristo a través de los ojos y corazón de María.  María es el camino más rápido, más corto, más suave y más eficaz a Jesús. 

9.  APÓSTOL MARIANO!  Conviértase en ardiente, fervoroso y apasionado apóstol de María.  San Maximiliano Kolbe, un santo moderno que no podía contener su amor por María, es uno de los más conocidos santos Marianos.  Una de las iniciativas apostólicas que él empleó para difundir la devoción a la Inmaculada era por medio de la Medalla Milagrosa (La Medalla de la Inmaculada Concepción).  San Maximiliano no perdía una oportunidad para regalar medallas.  San Maximiliano decía que eran »balas espirituales».  Al regalarlas, el explicaba el significado Mariano de tan poderosa medalla, y explicaba que se le llamaba »milagrosa» precisamente por los milagros otorgados a quienes con gran fe y amor confiaban en la intercesión de María.  Por qué no somos apóstoles Marianos de nuestros tiempos y seguimos los pasos de san Maximilian Kolbe quien con convicción afirmo: »Solo la Inmaculada posee la promesa de Dios de la victoria sobre Satanás.  Busca almas que se consagren a ella, que en sus manos se conviertan en poderosos instrumentos para vencer a Satanás y para difundir y edificar el reino de Dios.»

10.  ¡EL SANTÍSIMO ROSARIO!  Nuestra Señora se apareció seis veces a los pastorcillos en Fátima – Lucía, Jacinta y Francisco.  En cada aparición, nuestra Señora insistía en el rezo de Rosario.  ¡Nuestra Madre Santísima lo pidió seis veces!  San Juan Pablo II en su documento sobre la Santísima Virgen María y el Rosario insistió e imploró al mundo a que se rece el santo Rosario por la salvación de la familia y por La Paz del mundo.  El conocido sacerdote de Rosario, el P. Patrick Peyton lo expresó así: »La familia que reza unida permanece unida» y »Un mundo en oración es un mundo en paz.»  Obedezcamos al nuevo santo, ¡san Juan Pablo II!  Obedezcamos a nuestra Madre Santísima quien en Fátima pidió que rezáramos!  Porque si lo hacemos, salvaremos a nuestras familias y habrá la Paz en el mundo que todos deseamos!

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Abr 30 2014

ALÉGRENSE SIEMPRE EN EL SEÑOR

»Estén siempre alegres en el Señor; os los repito, estén alegres.»(Flp 4, 4)  ¡Cuán alentadoras son las palabras de san Pablo exhortándonos a estar siempre alegres!

San Ignacio de Loyola en la cuarta semana de los Ejercicios Espirituales – Contemplación de Jesús resucitado – insistentemente nos anima a que pidamos a Dios la gracia de estar gozosos.  No pidamos un gozo apagado o anémico sino ¡pidamos intensísimo gozo!   

La primera Exhortación Apostólica del Papa Francisco, dada el día de la Solemnidad de Cristo Rey es EVANGELII GAUDIUM – La alegría del Evangelio. (24 de noviembre de 2013)

Su predecesor, el Papa Pablo VI, escribió la obra maestra espiritual titulada GAUDETE IN DOMINO – Sobre la alegría cristiana.  Esta Exhortación Apostólica fue promulgada el 9 de mayo de 1975, y fue la décima segunda Exhortación de su pontificado.  El sucesor de Pedro, nos anima, ¡a que estemos alegres en el Señor!  En este documento el Papa nos expone el gozo del Antiguo y Nuevo Testamento, nos habla del gozo de los santos y nos habla del gozo del pueblo y los jóvenes.  Por motivo del año Jubilar (1975) el Papa nos habla especialmente del gozo.  El mundo entero está llamado estar alegre en el Señor!

Vemos también que nuestra Señora nos enseña en su sublime himno de alabanza, el Magnificat, el por qué de nuestra existencia y la fuente de nuestro gozo, diciendo: »Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador…» (Lc 1,47)

Se cuenta que san Felipe Neri, conocido como el santo de la alegría, llevaba siempre un libro de chistes y bromas.  Él fue quién acuñó el dicho en italiano: »Tristeza y melancolía, fuera de casa mía.»

Por lo tanto, ¡esforcémonos por vivir el gozo del Evangelio, el gozo de Cristo resucitado, el gozo de los santos y el gozo de la Santísima Virgen María!  Presentaremos por consiguiente, cinco razones para  llenarnos de gozo.

1.  ¡INHABITACIÓN TRINITARIA!  La Santísima Trinidad habita y está presente en el alma del bautizado que vive en gracia.  Las tres divinas Personas, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo hacen su morada en el fondo del alma.  Esta realidad debería llenarnos de consuelo y de intensísimo gozo.  La teología de la »inhabitación trinitaria» ocupa lugar central y es característica distintiva de la espiritualidad carmelita un gran numero de santos como Teresa de Ávila, Juan de la cruz, Teresita de Lisieux, Benedicta de la cruz, Teresa de Andes y Elizabeth de la Trinidad.

2.  ¡CON UNA PEQUEÑA AYUDA DE MIS AMIGOS!  Deberíamos entonar esta canción de los Beatles de los años 60 y darle una nueva interpretación.  Jesús, María y José deben ser nuestros más íntimos amigos.  Pero también tenemos muchos otros amigos en el cielo, y a ellos les llamamos »los santos».  Los santos añoran nuestra amistad.  Las amistades que tengamos aquí en la tierra siempre se verán limitadas al tiempo y espacio.  Pero los santos no tienen esa limitación.  En el momento o lugar que deseemos, podemos elevar la mente y el corazón a ellos y ellos están con nosotros.  Los santos son amables, bondadosos, amorosos y pacientes, siempre están prestos para ayudarnos con inspiraciones, consolarnos y para animarnos en el camino al cielo.  ¡Que san Juan Pablo II y san Juan XXIII nos acompañen en nuestro peregrinar hacia el cielo!

3.  ¡DIVINA MISERICORDIA!  Dios es lento a la ira y rico en misericordia, nosotros somos prontos a la ira y lentos al perdón.  Que consuelo tan grande es el amor misericordioso de Dios hacia el mas grande pecador.  Porque cuando en la lucha enérgica contra el pecado caigamos, acudamos a nuestro Padre amoroso sin demorar – »Nunc coepi – Ahora comienzo».  ¡Cuán grande es nuestro Dios que nos perdona en menos de un instante, siempre y cuando le pidamos perdón!  Según reveló Jesús a santa Faustina, el pecado más grave es la desconfianza en la misericordia de Dios.  Nunca dejemos de arrepentirnos:  ¡JESÚS, EN TÍ CONFÍO!

4.  ESPÍRITU SANTO.  Entre los hermosos y poéticos títulos dados al Espíritu Santo están: »El Paráclito, el Consolador, el Dedo de Dios, el Santificador, Amor no creado, Dulce Huésped del alma.»  Entre los muchos frutos del Espíritu Santo está el GOZO!  Lea los Hechos de los Apóstoles y vea las muchas veces que se menciona la palabra GOZO.  Aun cuando los Apóstoles fueron arrestados, acusados falsamente, encarcelados y golpeados por el Nombre de Jesús, los Apóstoles se regocijaron.  Si el Espíritu Santo habita en nuestro corazón, el gozo es constante y desbordante.  Recordemos las palabras del apóstol San Pablo a los Filipenses: »Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres.» ( Flp 4:4)  Con el Espíritu Santo huésped de nuestra alma, siempre debemos estar alegres. 

5.  CIELO!  La temporada de Pascua es una temporada de gran gozo en Cristo resucitado.  Es un tiempo de pensar y reflexionar del por qué Jesús vino al mundo, vivió entre nosotros, sufrió su amarga pasión y resucitó de entre los muertos.  Jesús lo hizo para darnos vida, y vida en abundancia.  Porque Jesús mismo dijo: »En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararles un lugar.  Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estén también ustedes.»  Qué gozo esta convicción, esta realidad de que Jesús ya tiene una mansión en el cielo para mí!  Deberías meditar más sobre la realidad del cielo por es nuestro destino.  San Pablo nos recuerda: »los aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera a los hijos e hijas de Dios…»  »Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que le aman.» (1 Cor 2, 9)

CONCLUSIÓN.  Elevemos el corazón, mente y alma y contemplemos a María, Madre de Dios, Madre de la Iglesia y Madre nuestra, y pidamos nos conceda la gracia de estar siempre gozosos.  Hagamos nuestra su cántico de alabanza: »Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.» (Lc 1,47)

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Abr 10 2014

SEMANA SANTA, ¡DEBERÁ SER LA SEMANA MÁS SANTA DE NUESTRA VIDA!

Cada año Dios deja caer sobre nosotros una lluvia de bendiciones, especialmente en la temporada de Cuaresma y en Semana Santa que culmina con el Domingo de Pascua – La Resurrección de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo – el triunfo sobre el pecado, el diablo y la muerte!

Sin embargo, los frutos de estos días santos se reciben en proporción con la disposición interior del alma, su apertura a la gracia de Dios y su docilidad a las inspiraciones del Espíritu Santo.  Por tal, si vivimos nuestra fe cristiana con fervor, cosecharemos abundantes gracias.

¡MAGNANIMIDAD!  La palabra »magnanimidad» es una palabra importante en la espiritualidad Ignaciana y significa gran generosidad de ánima.  San Ignacio de Loyola, en la anotación al director de los Ejercicios Espirituales, hace hincapié en la importancia que el ejercitante entre a estos ejercicios con gran magnanimidad – con ánima o espíritu grande.   

De igual forma, debemos entrar en Semana Santa con esta misma disposición de espíritu: con MAGNANIMIDAD.  O si le parece, debemos entrar al Misterio Pascual del sufrimiento, pasión, muerte y resurrección de Jesús con un deseo ardiente de amar a Dios de forma total, plena y sin reservas.  Vivamos esta Semana Santa como si fuera la última – porque solo Dios sabe si lo será!

¡VIVAMOS EL TRIDUO PASCAL PLENAMENTE!

El Triduo Pascual son los tres días del núcleo de la fe cristiana: la pasión, la muerte y la resurrección de Jesucristo, nuestro Salvador y Redentor (Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo).  Estas meditaciones ofrecen una oportunidad de profundizar el Misterio Pascual con una adhesión profunda a Cristo para recibir los más abundantes frutos y llegar a una auténtica conversión de vida.  Porque así, podremos decir como San Pablo: »Ya no soy yo quien vive, sino Cristo quién vive en mí.»

JUEVES SANTO.  El Jueves Santo conmemoramos con amor, asombro y gratitud inexpresable, la institución de dos Sacramentos.  Estos sacramentos que nacen para nuestra santificación y salvación del Sagrado Corazón de Jesús son:  El sacramento de la Santa Eucaristía y Orden Sacerdotal (el sacerdocio).  Como impulso de nuestro corazón debe brotar alabanza y agradecimiento a nuestro Señor Jesucristo por haber dado a su Iglesia tan sublime don.  Este don de la Santa Eucaristía, que nos la dio hasta el fin de los tiempos, lo podemos recibir todos los días (si tenemos la debida disposición).  La Santa Eucaristía es verdaderamente y sustancialmente el CUERPO, SANGRE, ALMA y DIVINIDAD de Jesús .  La palabra »Eucaristía» significa »acción de gracias».  De todo nuestro ser debe brotar la expresión mas exaltada y sublime de agradecimiento.

ORDEN SACERDOTAL.  El mismo Jueves Santo, Jesús instituyó el sacramento del Orden Sacerdotal – el sacerdocio católico.  Este sacramento fue instituido por Jesus en el Piso Superior (el Cenáculo) en la Última Cena – que también fue la primera Misa – cuando Jesús pronunció estas palabras:  »Haced esto en memoria mía.»  Es en este momento que Cristo designa a sus apóstoles como los primeros sacerdotes y obispos.   

El Jueves Santo, en la Misa de la Última Cena y el lavatorio de los pies, debemos rezar por los sacerdotes en forma universal.  Debemos rezar por las vocaciones al sacerdocio, por los seminaristas que se preparan y para quienes son sacerdotes.  Recemos por los sacerdotes jóvenes, por los sacerdotes ancianos, por los sacerdotes enfermos, por los sacerdotes que se sienten tentados, por los sacerdotes que tienen dudas y por los sacerdotes que han caído para que regresen a Jesús el Buen Pastor de sus almas.  Con gran pesar Jesús oró: »La mies es abundante y los obreros son pocos; rueguen, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su viñedo.»  Son muchas las almas en peligro por falta de obreros y por falta de sacerdotes santos y fervorosos.  El Jueves Santo, recemos entonces con fervor y con el corazon en alto, por los sacerdotes.  Al comulgar, ¡ofrezcamos nuestra Comunión por ellos!  ¡Cuánto anhela Jesús nuestras oraciones! 

VIERNES SANTO.  Un pensamiento simple pero profundo para el Viernes Santo.  El Jueves Santo contemplamos a Jesús en la Última Cena bendiciéndonos con dos sacramentos, la Eucaristía y el Orden Sacerdotal.  El Viernes Santo dirigimos nuestra atención y nuestra mirada hacia la cruz.  Con una voz recemos la oración de san Francisco de Asís: »Te adoramos Cristo y te alabamos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.»

CONTEMPLACIÓN DE LA CRUZ Y LA CRUCIFIXIÓN.  Pase tiempo en silencio contemplando una imagen gráfica de Jesús crucificado.  En particular medite y contemple su SANGRE PRECIOSA.

Con amor, reverencia y devoción y con un espíritu de reparación, contemple las llagas de donde brotó la Sangre Preciosa de nuestro Salvador.  Primero fije la mirada el la cabeza coronada de espinas.  Vea las espinas largas que traspasan la ceja y penetran el cerebro de nuestro amado Señor, vea como corre la sangre incesantemente; vea la sangre que derramó por la salvación de su alma.  Jesús sufrió su dolorosísima pasión por el mundo entero, pero en forma persona, ¡la sufrió por ti! 

Si fueses tú la única persona en todo el universo, el amor de Jesús para ti es tan grande que Él hubiese derramado igual cada gota de su Preciosa Sangre por la salvación de tu alma.  Cuán precioso somos para Dios!  Cuán preciosos somos para su Sagrado Corazón.

Contemple ahora sus manos traspasadas por los clavos.  Las manos que bendijeron a los niños, las manos que al tocar los ojos de los ciegos les restauraron la vista, las manos que tocaron a los leprosos y sanaron la lepra al instante, las manos sagradas que transformaron el pan en su Cuerpo y Sangre, estas mismas manos ahora están clavadas a la cruz y no dejan de brotar sangre.  

Contemple sus pies.  Estos pies caminaron para traer la buena nueva a los forasteros, los abandonados, los pobres y los despreciados.  ¡Jesús vino para liberar al los cautivos!  Pero ahora estos pies no se pueden mover.  De la llaga de los pies ahora solo brota sangre para que podamos caminar el camino de pureza, justicia y paz.

EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS.  Por último, contemplemos el Sagrado Corazón de Jesús traspasado por la lanza. De esta fuente de vida, brotó Sangre y Agua para la vida sacramental.  El agua es símbolo de los sacramentos del Bautismo y Confesión.  La Sangre es símbolo de la Santa Eucaristía!  En todas nuestras penas y angustias, temores y sufrimientos, busquemos refugio seguro en el Sagrado Corazón de Jesús!

SÁBADO SANTO:  ¡EL DOLOROSO E INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA! 

NUESTRO CORAZÓN Y NUESTROS PENSAMIENTOS.  Acompañemos a nuestra Madre Santísima, nuestra Señora de los Dolores con nuestro corazón y nuestros pensamientos.  La Iglesia recomienda que pasemos tiempo con ella reviviendo los momentos de la pasión.  Entremos a su Inmaculado Corazón, y al pie de la cruz, revivamos la pasión, el sufrimiento y la muerte de Jesús por los ojos de María.  Porque nadie jamás ha penetrado lo hondo del sufrimiento de la pasión de Jesús mejor que su Madre Inmaculada.

CONCLUSION:  Vivamos el Triduo Pascual con MAGNANIMIDAD.  Entremos al Triduo Pascual con gran amor y gratitud a Jesús por haber entregado su vida por mi, por haber derramado cada gota de su Preciosa Sangre por mi, como si fuese yo la única persona en todo el universo.  ¡Cuán grande es el amor de Jesús por mí y por ti!

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

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