Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)

Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana

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Jul 09 2014

¿CONOCES O EL CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA?






¿Conocen su fe católica?  ¿Listos para el reto?  Con pluma en mano, repasemos estas diez preguntas catequéticas. 




LA FORMACIÓN PERMANENTE EN LA FE DE TODO CATÓLICO.  Como en cualquier ámbito, un profesional debe capacitarse y mantenerse al día, a la vanguardia y en continua formación.  Como cristianos católicos y seguidores de Cristo , ¿no deberíamos aplicarnos con mayor esmero al crecimiento de nuestra vida espiritual?  Quizás se pregunte usted ¿por qué tanta urgencia?  Por lo importante que es nuestra alma y nuestra salvación eterna.




Veamos la fuerza con la que lo resume Jesús: »¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma?  San Ignacio de Loyola igual con insistencia se lo repetía a Francisco Javier hasta que un día Francisco se rindió y aceptó hacer lo Ejercicios Espirituales que cambiarían su vida en forma radical.  ¡Francisco Javier llegó a ser el más grande misionero en la   historia del mundo!

Empecemos entonces nuestro examen catequético, y veamos como estamos en nuestro conocimiento.  Después de leer cada pregunta, deténgase por un momento y formule su respuesta.  Quizás algunas preguntas le parezcan muy sencillas.  Si es así, gracias a Dios, pero no se estanque, siga creciendo en su vida espiritual.  Compártalo con su familia, amigos y conocidos, incluso con no creyentes, quizás así podrán alguna día llegar a ser creyentes!



La vida espiritual es como escalar montañas.  Al llegar a la cima de una, siempre hay otra montaña más alta que escalar.  En nuestra vida espiritual, debemos también seguir escalando hasta llegar a la montaña sagrada de Dios, ¡el cielo!  ¡Empecemos nuestro asenso!

1.  LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS.  Enumere en orden los Diez Mandamientos de la ley de Dios.  ¿A quién entrego Dios los mandamientos?  ¿En qué parte de la Biblia encontramos los Diez Mandamientos?



2.  LOS SACRAMENTOS.  ¿Puede nombrar los sacramentos?  ¿Qué sacramentos se pueden recibir sólo un vez?  ¿Cuales sacramentos imprimen una marca indeleble en el alma y dejan en el alma la huella del carácter sacramental?



3.  LOS SANTOS PADRES.  Ahora pasemos a el Papado.  Puede nombrar los últimos diez Papas empezando con nuestro Papa actual y nombrándolos en orden?  ¿Cuál de estos Papas ha tenido el más largo pontificado?  ¿Cual de estos diez Papas ha tenido el pontificado más corto?  Como se llama nuestro Papa actual y cuál es su nombre antes de ser elegido Papa?




4.  LOS EVANGELIOS.  Nombre los Evangelios en orden.  ¡Excelente!  Ahora, sin consultar la Biblia, podría decir cuántos capítulos hay en cada uno de los Evangelios?  Ahora sí, si no sabe, consulte la Biblia y vea cuántos capítulos hay en cada Evangelio.  Por último, ¿qué significa la palabra »Evangelio»?

5.  MARIOLOGÍA.  Sabe cuales son las 4 series del rosario?  Empesando con los »Misterios Gozosos», (Ay, ya di la primera respuesta).  Ahora nombre cada uno de los veinte misterios en orden.  Nuestra Señora sonreirá desde el cielo si saca un »10».  Ahora, un desafío más, ¡rece el Santo Rosario diario!

6.  ¡DOGMAS MARIANOS!  ¿Podría nombrar los cuatro dogmas Marianos que se han proclamado en los 2000 años de la historia de la Iglesia?  Cuál dogma fue el último en proclamarse?  ¿Quién lo proclamó como dogma?  ¿Cuándo lo proclamó dogma?  PISTA:  La Iglesia celebra este dogma justo en la temporada de verano, a mediados del mes de Agosto.  Si saca un »10»,  Nuestra Señora le sonreirá aún más.  ¿Acertó usted?  ¡Quizás Dios le está llamando a ser catequista!

7.  NUESTRO CONOCIMIENTO SOBRE EL ESPÍRITU SANTO.  ¿Cuales son los siete dones del Espíritu Santo?  Según santo Tomás de Aquino, cuál es el más grande de estos siete dones?  ¡Que el Espíritu Santo le inspire y conceda la gracia de buscar y acoger estos preciosos  Dones! 

8.  ESCATOLOGÍA.  Escatología es la rama de la teología que se ocupa de las verdades últimas.  ¿Cuales son?  Una vez que las conozca, medítelas uno o dos minutos cada día.  Esto nos ayuda a rechazar y distanciarnos más del pecado y tener fija la mirada en nuestra salvación eterna.

9.  CRISTOLOGÍA.  Jesús debe ser el centro de nuestra vida y existencia.  San Ignacio, cuando nos presenta la contemplación, nos invita a conocer a Jesús con mayor profundidad, amarlo más y seguirlo más de cerca.  Este es nuestro reto Cristológico.  De cinco nombres o títulos diferentes de Jesús.  Como fuente de referencia, podría consultar los Evangelios.  Quién ama verdaderamente a Jesús, lo llega a conocer más por medio de estos nombres y títulos que el Evangelio nos da.  ¡Estos títulos igual enriquecerán nuestra vida de oración!

10.  ¡LOS ÁNGELES!  Podría nombrar los diferentes coros de ángeles dados por santo Tomás de Aquino, el Doctor Angélico.  Ahora, ¿podría dar los nombres de los tres arcángeles que la Biblia nos da?  Un reto más, ¿puede decir cuál es el significado de el nombre de cada uno de los tres arcángeles?  Estos nombres son de origen Hebreo.  Si no sabe, busque la respuesta.  Así usted puede ser un maestro en cuanto concierne a los ángeles que son sus amigos.  Por cierto, al decir los ángeles, no nos referimos a la ciudad de Los Angeles o al equipo de béisbol que juega en California!


Ha concluido su examen, y estoy seguro, ¡con gran éxito!  Tomemos un paso más.  Esta noche cuando esté alrededor de la mesa disfrutando de la cena, hágale estas preguntas a los miembros de su familia o a su invitado.  Quién salga sobresaliente, aprémiele con un helado.  Quién quede en último lugar, ¡diríjalo a lavar la loza!


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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Jun 27 2014

LA EUCARISTÍA EL TESORO MÁS GRANDE DEL MUNDO

Los santos amaban locamente a Jesús mientras vivian y ahora que están en el cielo lo aman aún más.  Veamos cómo expresaban su gran amor por la Santísima Eucaristía.  Meditemos estas palabras que expresan su ardiente amor a Jesús.

»La Sagrada Comunión es el camino más seguro y más rápido para llegar al cielo.» (San Pio X)


  • »Si los ángeles pudiesen sentir envidia del hombre, lo estarían por una razón: porque el hombre puede recibir la Santa Comunión.» (San Maximiliano Kolbe)


  • »En un solo día que recibimos la Santa Comunión, damos mayor gloria a Dios que la gloría que podríamos dar a Dios en toda una vida sin ella.» (San Pedro Julian Eymard)


  • »¡Cuánto amo las fiestas de la Iglesia!  En forma única, amo las procesiones en honor al Santísimo Sacramento.  ¡Qué gozo sentí, al poner flores ante los pies de Jesús!  No experimenté mayor gozo que cuando las rosas tocaban el Sagrado Ostensorio.»  (Santa Teresita del Niño Jesús)


  • »Cuando vemos el crucifijo, entendemos cuánto nos amó Jesús hace 2000 años.  Cuando vemos la Sagrada Hostia, entendemos cuánto nos ama Jesús hoy.»  (Beata Madre Teresa de Calcuta)


  • »La Eucaristía nos da fuerza para vivir una vida cristiana y el celo para compartirla con los demás.»  (San Juan Pablo II)


  • »Éste es el Pan de vida eterna que sostiene el alma.» (San Ambrosio)


  • »Entre más te alejes de la Comunión, mayor será la debilidad de tu alma, y acabarás con una peligrosa indiferencia.» (San Juan Bosco)


  • »La Eucaristía es la consumación de toda la vida espiritual.» (Santo Tomás de Aquino)


Veamos ahora cuales son las llaves que abren este cofre de oro, que en su interior contiene un tesoro de gracias infinitas.  Este tesoro y don más grande dado al mundo es: la Santa Misa y la Santa Comunión – ¡el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesús!



1.  FE.  Implore a Jesús que le conceda viva fe y mayor fe en este misterio tan sublime de la Santísima Eucaristía.  Con santo Tomás, apóstol, digamos: »Señor mío y Dios mío.»  Recemos también la oración del hombre del Evangelio: »¡Señor, yo creo, pero aumenta mi fe!»


2.  VISITA A JESÚS EUCARISTÍA.  Forme el hábito de visitar a Jesús Eucaristía lo más que pueda.  Así cuando uno muera, Jesús no nos reproche con estas palabras: »¿A quién es que contemplo?» por lo tanto, »Cada vez que vea un templo, me detendré por un momento, para que cuando yo muera, el Señor no diga – »¿A quién es que contemplo?»  Porque quienes son amigos, disfrutan mutuamente de su compañía y les gusta platicar.  Y así deberíamos ser nosotros.  Deberíamos pasar tiempo con Jesús y platicar con Él.

3.  COMUNIÓN ESPIRITUAL.  Tanto san Alfonso María Ligorio como el Papa Benedicto XVI en su documento Sacramentum Caritatis, altamente exhortan a los fieles a que hagan Comuniones Espirituales.  Esta práctica es sencilla y se puede hacer las veces que uno desee.  Podría rezar esta pequeña oración: 


»Creo, Jesús mío, que estáis realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar.  Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma.  Pero como ahora no puedo recibirte sacramentado, ven a lo menos espiritualmente a mi corazón.» 


Haga un pausa en silencio para adorar, alabar, amar y agradecer a Jesús quién ha llegado espiritualmente a su alma.  Esta práctica avivará la llama de amor a Jesús Eucaristía.

4.  LEA EL EVANGELIO DE JUAN 6.  Juan 6 está compuesto de tres partes: la multiplicación de los panes, Jesús camina sobre el agua y en la tercera parte san Juan relata el sublime discurso del Pan de Vida – esta tercera parte es una profecía Eucarística.  Jesús promete darnos el Pan de vida y dice con palabras nada equivocas que la salvación inmortal de nuestra alma depende en que comamos Su Cuerpo y bebamos Su Sangre, refiriéndose a que recibamos la Santa Comunión.  ¡Lea y medite este poderoso capítulo del Evangelio de san Juan!



5.  LOS 15 MINUTOS.  Hace años se publicó un librito titulado »Los 15 minutos.»   En esta joya literaria, Jesús habla al lector, animándolo a que entre en un simple pero profundo diálogo con Él.  Porque Jesús quiere ser nuestro mejor amigo.  Jesús quiere y nos desafía a que le abramos el corazón y compartamos las cosas más ocultas de nuestro corazón.  Consiga este pequeño libro y léalo y medítelo ante el Sagrario en donde está Jesús Eucaristía.


6.  HORA SANTA.  Forme el hábito de hacer una Hora Santa diariamente ante el Santísimo Sacramento del Altar.  Si persevera en esta práctica, Jesús transformará su vida.  El gran Siervo de Dios, el arzobispo Fulton J. Sheen, quién fue fiel a su Hora Santa por más de 50 años, decía que su Hora Santa era la HORA DE PODER.

7.  EMBELLECER Y ADORNAR LAS IGLESIAS Y EL SANTÍSIMO SACRAMENTO.  En el Evangelio leemos de una mujer que derramó nardo, un perfume muy costoso, sobre los pies de Jesús y los limpió con su cabello (Lc 7, 36-50)  Fulton Sheen dice que este gesto fue un gesto de amor, y nosotros deberíamos también manifestar nuestro amor y atención en que embellecemos y adornamos nuestras Iglesias y el Sagrario en donde vive Jesús.  Vemos en la vida del santo Cura de Ars, que él vivía una vida de ayuno, sacrificio y penitencia, pero no dudaba en recorrer grandes distancias y gastar grandes cantidades de dinero para comprar las mejores cosas para su pequeño tempo.  ¿Por qué?  Porque Jesús es el Rey de reyes y Señor de señores que desciende del cielo y quien está presente en las manos del sacerdote en la consagración y habita en el Sagrario. »¡Venid adoremos!»

8.  LA SANTA MISA Y LA SANTA COMUNIÓN.  Por supuesto, la acción más grande que podemos realizar es la celebración, participación de la Santa Misa y recibir la Santa Comunión con gran fe, devoción, reverencia pero aún más con asombro y vivo amor.  Si es posible, acuda diariamente a Misa.  Llegue temprano y prepare su interior para la celebración de la Santa Misa.  Presente su propias intenciones al Señor.  Durante la Misa, participe plenamente, activamente y conscientemente.  Cuando comulgue, reciba la Santa Comunión como si fuese su primera Comunión, su única Comunión y su última Comunión.  Cuán agradecidos debemos ser por el gran don de nuestra fe y tan sublime misterio.  Al acabar la Misa, no tenga prisa en salir.  Mas bien quédese allí para dar gracias infinitas a Jesús por tan sublime Don.  La palabra »Eucaristía» significa ACCIÓN DE GRACIAS!  Cuan sublime Don recibimos sin costo alguno.  Jesús nos pide que tengamos una viva fe y que tengamos un corazón que se desborda de amor por Él, ¡el mejor de los amantes!



9.  C.A.S.A.  Recuerde que cuál es la finalidad de la Santa Misa con las siglas C.A.S.A. – »Contrición», »Adoración», »Súplica» y »Acción de gracias».  »C» representa la palabra »contrición».  Debemos tener un corazón contrito, arrepentido y humilde por nuestros muchos pecados.  Una excelente práctica sería ofrecer la Misa y su Santa Comunión en reparación por nuestros pecados, por los pecados de nuestra familia y los pecados del mundo entero.  »A» representa la palabra »adoración».  La finalidad principal de la Santa Misa es adorar a Dios Padre, ofreciendo a la Víctima, Jesús, por el poder del Espíritu Santo.  »S» representa »suplica». En la Misa, debemos rezar con fervor por las necesidades del mundo, la Iglesia, la conversión de los pecadores, por los enfermos, los que están en agonía, por las ánimas del purgatorio, por nuestras propias necesidades y por mucho, mucho más.  »A» representa »acción de gracias».  Todo lo que tenemos, menos nuestro pecado, es un don gratuito de Dios.  Por tal, debemos dar infinitamente gracias a Dios.  Recemos con el salmista: »Demos gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.»


10.  MISIONERO EUCARÍSTICO.  Tras la anunciación del ángel a María, y al recibir a Jesús en su inmaculado vientre, María salió presurosa y llevo a Jesús a su prima santa Isabel.  Igual nosotros debemos llevar a Jesús a los demás e igual acercar a otros a Jesús.  De forma concreta, podrías animar a esas ovejas descarriadas a que regresen al rebaño.  Es una triste realidad que el grupo religioso más numeroso en los Estados Unidos y en las Américas son católicos no practicantes – ¡el 75%!  Vea de qué forma, en qué momento, en qué circunstancia puede invitar o animar a una alma a que regrese a la Iglesia.  Esperemos que con esta invitación que usted les haga, esa persona hará una buena confesión y recibirá la Santa Comunión.  El Padre le está esperando con un abrazo amoroso.



Todo esto es posible si tan solo confiamos en Dios y tomamos la iniciativa para acogerlo.  ¡Dios es bueno y amoroso!  ¡Lleve las Buenas Noticias con el mundo entero!


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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Jun 24 2014

HAGAMOS LO ORDINARIO DE FORMA EXTRAORDINARIA


En una ocasión le preguntaron al santo e ilustre escritor, el beato cardenal Juan Enrique Newman (1801-1890), ¿cómo se llega a ser santo?  Él dio una receta práctica. 

1.   EL DESCANSO.  »¡Vayan a la cama a tiempo!» –  Quizás le sorprenda esta respuesta, pero viéndolo bien, no es mala idea.  ¿Por qué?  Porque si el cuerpo no recibe el descanso necesario, todo se le dificultará.  Tendrá poca paciencia, será cortante, caminará arrastrando los pies, y se desquitará con aquellos con quien vive.  Nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, y debemos atenderlo debidamente, con el necesario descanso.   

2.  OFRECIMIENTO DE LA MAÑANA.  San Juan Newman dijo, que al despertar, ofrezcamos nuestros primeros pensamientos a Dios.  Debemos consagrar el día al servicio de Dios.  Esto es el  ofrecimiento de la mañana.  En esta oración, ofrecemos todo a Jesús por medio del Corazón Inmaculado de María.  Ofrecemos nuestras palabras, obras e intenciones para la mayor gloria de Dios y por la salvación de las almas.

3.  NUESTROS ALIMENTOS.  Dijo el cardenal Newman: »Cuando comamos, comamos para la mayor gloria de Dios».  San Pablo lo expresó así: »Por tanto, ya comas, ya bebas o hagas cualquier otra cosa, hazlo todo para gloria de Dios.»  Al tomar nuestros alimentos, no nos dejemos llevar por pasión o la gula, dejemos que la fe y la razón sean nuestros guías.

4.  LOS PENSAMIENTOS.  Qué dijo el cardenal Newman respecto a los pensamientos.  Quizás los pensamientos que corren por nuestra mente son inmorales e impuros – ¡rechacémoslos inmediatamente!  Muchos se preguntan, ¿es pecado tener malos pensamientos?  Vemos esta anécdota.  En una ocasión, un sacerdote preguntó a un hombre:  ¿Entretiene usted malos pensamientos?  A lo cual el hombre rápidamente respondió: »No, ellos me entretienen a mí.»  En cuanto estemos conscientes de que malos pensamientos pasan por nuestra mente, rechacémoslos y alejémoslos de ellos con una jaculatoria fervorosa y un fuerte acto de la voluntad.

5.  VISITAS EUCARÍSTICAS.  El beato Juan Enrique Newman dijo: »Hagan una visita Eucarística con gran fervor.»  No olvide, el cardenal Newman vivió en Inglaterra en el siglo 19 con el protestantismo, y en estos tiempos no habían numerosas iglesias Católicas y Misas diarias.  Una visita a Jesús presente en el Sagrario servía para mantener vivo el fuego del amor a Jesús.

6.  EL ROSARIO.  ¡Rece el Rosario!  El cardenal Newman animaba a todos a que rezaran esta maravillosa oración todos los días.  Tanto los santos, como los papas y Nuestra Señora misma, nos han exhortado a que recemos el Santo Rosario diario.  En 1917, Nuestra Señora de Fátima, se apareció seis veces a los tres pastorcillos, Lucia, Francisco y Jacinta.  En cada aparición, Nuestra Madre Santísima les exhortó a que rezasen el Rosario todos los días.  San Juan Pablo II en su Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae (El Rosario de la Virgen María) igual nos anima a que recemos el Rosario por dos intenciones: por la paz del mundo y por la salvación de la familia.  En este mismo documento, el Papa cita al P. Patrick Peyton, conocido como »el sacerdote del Rosario», diciendo: »La familia que reza unida, permanece unida.»

7.  COSAS ORDINARIAS HECHAS CON EXTRAORDINARIO AMOR.   Y como broche de oro, el beato cardenal Juan Enrique Newman dijo: »Hagamos las cosas ordinarias con extraordinario amor.»  Si lo hacemos con fidelidad, tenemos la perfecta receta para lograr la santidad.  Esta fue la esencia de la espiritualidad de santa Teresita de Lisieux.  Dios no se fija en la grandeza o la grandeza de la obra sino en la pureza de intención con la cual obramos.  Santa Teresita igual afirmó este mismo concepto diciendo: »Recoge un alfiler por amor a Dios, y salvarás una alma.»  No olvidemos, Jesús alabó a la viuda pobre que deposito dos monedas y (algo que en aquel entonces era de poco valor) que a los hombres que depositaban grandes sumas de dinero porque solo buscaban su propia gloria.

¡LA SANTIDAD VIVIDA EN LAS COSAS SENCILLAS Y OCULTAS!  Pongamos en práctica estas exhortaciones del beato cardenal Juan Enrique Newman.  Que nos sirvan como punto de motivación y nos impulse a vivir plenamente el motivo de nuestra existencia – ¡para vivir una vida santa y llegar a la patria celestial!

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Jun 20 2014

DEL CORAZÓN DE JESUS BROTA EL DON MÁS SUBLIME: LA SANTA COMUNION

Dios es dador por naturaleza.  En la Encarnación, Dios Padre nos dio a su Hijo unigénito.  La primera Navidad, recibimos al Niño Jesús de los hermosos brazos de María.  Jesús igual nos dio todo sin excepción:  Su Sagrada Palabra, los incontables milagros, Su poderoso y sublime ejemplo y el Viernes Santo en el Calvario nos dio toda su Sangre Preciosa.  El domingo de la Resurrección, Jesús dio el »Don de dones», el Espíritu Santo, cuando sopló sobre los Apóstoles y dijo: »Recibid el Espíritu Santo…»  



Y como si eso fuera poco, Jesús dijo que estaría con nosotros siempre, hasta el fin de los tiempos.  ¿Cómo y dónde está Jesús?  Jesús está presente en su Cuerpo Místico que es la Iglesia y en los Sacramentos, que son fuentes de gracia.  En la Última Cena (la primera Misa) Jesús prometió dejarnos el memorial de Si mismo e instituyó el más grande Sacramento: el sacramento de la Santísima Eucaristía – ¡el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de JESUCRISTO!  Jesús está sustancialmente presente en la Santa Eucaristía bajo las especies del pan y el vino.




Cada año después de las Solemnidades de Pentecostés y la Santísima Trinidad, la Iglesia celebra con la más grande reverencia, devoción, fe y amor, la Solemnidad de CORPUS CHRISTI.  CORPUS CHRISTI es la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Jesús presente en cada Misa en la Santa Eucaristía  – presente en la Sagrada Comunión.




Por consiguiente, presentaremos sugerencias prácticas para hacer mejores Comuniones, para que al ir a la Santa Misa y recibir a Jesús en la Santa Comunión, lo recibamos con mayor amor, fe, devoción y reverencia.




Indiscutiblemente, la acción más grande que podemos llevar acabo, es la celebración del Santo Sacrificio de la Misa – la Santa Misa. Indiscutiblemente, el gesto más grande que un ser humano puede realizar es recibir a Jesús en la Santa Comunión con la debida disposición.


El Diario de santa Faustina, La Divina Misericordia en mi alma, habla que los ángeles en el cielo, si pudiesen sentir envidia, tendrían una santa envidia de nosotros por dos cosas:  uno, porque nuestra capacidad de sufrir, porque por este sufrimiento podemos ganar grandes méritos; dos, porque podemos recibir a Jesús en la Santa Eucaristía.  ¡Cuán realidad tan sublime!  Los ángeles no pueden recibir a Dios mismo, y nosotros que somos meramente criaturas podemos recibir a Dios mismo en el fondo de nuestra alma al recibir la Santa Comunión.




He aquí cinco prácticas, concretas y practicas, que podemos emprender para elevar y mejorar la forma en que recibimos a Jesús el Pan de Vida y para mejorar nuestra disposición interior.  ¡Porque la Eucaristía es el Don más grande que Dios nos ha dado!




1.  ACTITUD DE GRATITUD Y APRECIACIÓN.  En la sacristía de muchos conventos sobre la pared se encuentra una placa esta exhortación: »Hombre de Dios, celebra esta Misa como si fuera tu primera Misa, tu última Misa y tu única Misa.»  ¡Qué sabio consejo!  Apliquemos estas mismas palabras a la manera en que recibimos la Santa Comunión. La próxima vez que comulgue, reciba la Sagrada Comunión como si fuese su primera Comunión, su última Comunión y su única Comunión! Que su comunión no se degenere a un simple ritual, algo mecánico y rutinario, mas bien, que sea todo lo contrario, que cada cada vez que recibamos a Jesús Eucaristía lo recibamos con mayor fuego y amor!  Leemos en el diario de santa Faustina, que Jesús con pesar dijo que de que muchos lo reciben en la santa Comunión como si fuera un objeto!  ¡Qué terrible recibir al Creador de todo el universo como si fuera un simple objeto!  ¡Cuidado!  Que el reproche del Libro del Apocalipsis no sea dirigido a nosotros: »Has dejado tu primer amor.»  Recupéralo, porque de lo contrario se te quitará tu candelabro.



2.  CONFESIÓN Y COMUNIÓN.  San Ignacio de Loyola hace la siguiente observación: Hay una relación estrecha entre el sacramento de la Comunión y el sacramento de la Confesión.  El sacramento de la Confesión nos sana; la Eucaristía nos alimenta. Veamos esta analogía: imagina que su alma es un cristal.  Cuando la tierra opaca el cristal, se obstruyen los rayos del sol. Pero al tallar y limpiar el cristal, los fuertes rayos del sol lo traspasan e inundan el interior de la habitación.  De igual manera, al purificarse el alma con la Sangre Preciosa de Jesús, cuando recibimos a Jesús Eucaristía, Jesús inunda el alma con mayor fuerza y resplandor e imparte al alma con un manantial de gracias y bendiciones.  Digámoslo así, si deseamos ser santos como Dios es santo, ¡acudamos y recibamos con frecuencia los sacramentos de la Confesión y Comunión!



3.  EN CADA MISA Y EN CADA COMUNIÓN, OFREZCAMOS NUESTRAS PROPIAS INTENCIONES.  En cada Misa celebrada en una parroquia, el sacerdote menciona el nombre de la persona o personas por quien la Misa es ofrecida, podría ser por un feligrés o por un difunto.  El hecho que el sacerdote ofrezca la Misa por una intención no le excluye a usted de presentar a Dios sus propias intenciones.  Haga uso del »sacerdocio de los fieles» ofreciendo en cada Misa, en unión con el sacerdote, sus propias intenciones; podría tener una sola intención o dos o ¡miles!  Pero recomiendo que ofrezca su Comunión por tres intenciones: 1)Por una ánima o ánimas del purgatorio por la purificación y la liberación de ellas; 2) Por la conversión de alguien que usted conoce o por la conversión de una multitud de pecadores; 3) ¡POR SI MISMO!  Ofrezca su Comunión por usted mismo, por un »transplante de corazón espiritual».  Si es verdad que recibimos el Cristo TOTALen cada Misa y cada Comunión (incluyendo su Sagrado Corazón), por qué no pedir a Jesús que nos de Su Sagrado Corazón.  De esta forma, recibiremos en cada Misa y en cada Comunión, un transplante de corazón espiritual.  ¡Qué océano infinito de santidad!




4.  ¡PARTICIPE PLENAMENTE EN LA MISA!  Hoy más que nunca, vivimos en un mundo lleno de distracciones.  Tristemente, estas mismas distracciones nos las llevamos a la Iglesia, a Misa.  Las distracciones podrían ser las personas que llegan tarde a Misa, los bebes que lloran,  el clic clac de los tacones, el sonido del celular.  El ira Misa se ha vuelto un laberinto en donde uno tiene que andar con cuidado para no perderse con las distracciones en la Iglesia.  Pero igual, para sacar mayor provecho de la Santa Misa y la Santa Comunión, debemos hacer un esfuerzo decidido.  He aquí algunas sugerencias.




  • LLEGUE TEMPRANO.  Llegue temprano a Misa para entrar en recogimiento.  Como los atletas que hacen calentamientos antes de empezar, igual nosotros debemos tenemos que guardar silencio interior para entrar en comunicación con Dios.  Rece el Rosario antes de Misa.  Lea las lecturas de ese día y haga una meditación bíblica.  Presente sus intenciones sobre el altar antes de que comience la Misa.  Hable con Nuestro Señor.  Platíquele a Jesús todo lo que le preocupa, todo lo que pesa a su corazón.  San Pedro nos dice: »Démosle al Señor todas nuestras preocupaciones que Él os cuidará.»
  • ACÉRQUESE AL ALTAR.  Tome un asiento cerca del altar.  Esta es una forma de dejar atras las distracciones de personas que llegan tarde a Misa.  Siga las indicaciones del Concilio Vaticano II: »Participe plenamente, activamente y conscientemente en cada Misa. (Vaticano II Sacrosanctum Concilium, Constitución Dogmática sobre la Liturgia)
  • SU ÁNGEL DE LA GUARDA.  Pida e implore a su ángel de la guarda que le ayude para que usted participe plenamente en la Misa como si esa Misa fuese su primera Misa, su última Misa y su única Misa – la Misa sobre la cual será juzgado por toda la eternidad.





5.  NUESTRA SEÑORA, LA SANTA MISA Y LA SANTA COMUNIÓN.  María Santísima siempre es nuestra maestra, guía, vida, dulzura y esperanza.  Cuando Nuestra Señora se aprecio en México, en Lourdes Francia, en Fátima y en Portugal, ella pidió la construcción de un templo para que Jesús fuese adorado en al celebración de la Santa Misa y en la Santa Comunión.  Las últimas palabras de María en el Evangelio fueron: »Hagan todo lo que Él os diga.»  María más que nadie en el mundo, después de Dios, desea nuestra unión con Dios ahora en esta vida y en la vida que viene.  Esto se logra con una recepción frecuente de la Santa Comunión llena de fe y fervor.  Porque la Santa Comunión es el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad del Hijo de María.  En cada Misa, implore a Maria que le preste su Inmaculado Corazón para que pueda recibir a Jesús con un amor ardiente.  Si recibimos la Comunión con el Inmaculado Corazón de María, lo haremos con más eficacia y fervor y habrá una transformación en nosotros.  Así podremos decir con el apóstol San Pablo: »Ya no soy yo quién vivo sino Cristo quién vive en mí.»

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Jun 18 2014

LA FUERZA DE LA ORACIÓN






La oración es la clave para llegar al cielo.  San Agustin dice: »Quién reza bien, vive bien; quién vive bien, muere bien; quién muere bien, todo está bien.»  San Alfonso reitera el mismo principio: »Aquel que ora mucho se salvará, quién no reza se condenará; quién reza poco pone en peligro su salvación.»  El mismo santo dijo que en el mundo no hay fuertes ni débiles, sino aquellos quienes saben rezar y quienes no saben.  De todo esto podemos deducir que en la oración está nuestra fuerza.  




Delinearemos a continuación, diez formas para tener una vida de oración creciente y animarnos en nuestro camino hacia el cielo.


1.  CONVICCIÓN Y DETERMINACIÓN.  Toda persona exitosa tiene esto en común, una fuerte motivación y una fuerte determinación de alcanzar su meta.  Los super atletas, los mejores músicos, los catedráticos y peritos y gran escritores no llegan a la sima con buenos deseos, sino llegan con firme determinación contra viento y marea.  Santa Teresa de Ávila, Doctora de la oración, dijo: »Debemos tener una determinada determinación de nunca dejar la oración.»  Si en verdad creyéramos en las riquezas que fluyen de la oración, la meta de nuestra vida sería nuestra vida de oración y su crecimiento.




2.  EL ESPÍRITU SANTO, EL MAESTRO INTERIOR.  Dice san Pablo:  «No sabemos orar como conviene, pero el Espíritu Santo intercede por nosotros con gemidos inefables para que podamos decir Abba, Padre» (Romanos 8:26).  El Espíritu Santo es el Maestro Interior.  En las Sagradas Escrituras leemos que los Apóstoles y María fueron imbuidos con el poder de lo alto después de pasar nueve días y nueve noches en oración y ayuno.  Por tanto, antes de comenzar su tiempo de oración, invoque al Espíritu Santo.  Igual, durante su tiempo de oración, rece esta jaculatoria »Ven Espíritu Santo».  El Espíritu Santo le dará luces y encenderá en su corazón el fuego de SU amor.  El Espíritu Santo está más cerca de lo que usted se imagina.  ¡El Espíritu Santo habita en quien vive en estado de gracia!




3.  TIEMPO, LUGAR, BUENA VOLUNTAD Y SILENCIO.  Como en cualquier otro arte, practicando se aprende.  ¡Igual es con la oración!  Si deseamos aprender a rezar, es necesario fijar una hora, un lugar, tener buena voluntad y por supuesto, ¡silencio!  Tan cierto es el dicho:  »La practica hace al  maestro.»




4.  PENITENCIA.  Quizás su oración se ha vuelto insípida, aburrida, anémica o parece que no avanza, se ha estancado.  A veces se debe a una vida de sensualidad, la auto-indulgencia, la gula o el vivir más por la carne que por el espíritu.  San Pablo nos dice que la carne se revela contra el espíritu.  Jesús, nuestro Señor y modelo, pasó cuarenta días y cuarenta noches en oración y ayuno.  Los Apóstoles también pasaron nueve días y nueve noches en ayuno y oración.  Solo el que pasa por una vida de abnegación, mortificación y penitencia – por la vida ascética – llegará con la dirección del Espíritu Santo a la vida mística.  Si desconoce la vida de penitencia, consulte a un buen director espiritual y comience con pequeños actos de penitencia e increméntelos poco a poco.  Un ejemplo:  el que no está acostumbrado a hacer deporte o correr largas distancias, si quiere correr, tiene que empezar con poco.




5.  DIRECCIÓN ESPIRITUAL.  El atleta necesita un entrenador, el estudiante a un maestro, el maestro también necesita quien le dirija.  Es igualmente importante que el guerrero en la oración tenga quién le guíe – a esto se le llama dirección espiritual.  San Ignacio de Loyola decía que la vida espiritual es un trayecto de acompañamiento.  Vemos en la vida de santa Teresa de Ávila, más de un santo la dirigió en su camino largo y difícil que conducía a la perfección – estos santos que la dirigieron fueron san Juan de la cruz, san Pedro Alcántara, san Francisco Borgia.  Son muchos los obstáculos en este camino del espíritu, especialmente para quién busca una profunda vida de oración; es por esto que tenemos directores espirituales instruidos en este arte.  El director espiritual conoce las artimañas y trampas del diablo, conoce determinados escollos y los peligros, y nos puede ayudar para seguir creciendo en santidad en manera constante por medio de una vida de oración auténtica y profunda.




6.  LA ORACIÓN Y LA ACCIÓN.  Santa Teresa de Ávila señala que el crecimiento en la oración auténtico se conoce por el crecimiento en santidad, es decir en la práctica de la virtud.  Jesús dijo que el árbol se conoce por su fruto.  Cuando la vida espiritual florece, sus pétalos son las virtudes: fe, esperanza, caridad, pureza, bondad, servicio, humildad y un constante amor al prójimo y su celo por la salvación de las almas.  Nuestro modelo es Nuestra Santísima Madre, quien nos enseña lo que es poner la oración en acción.  En la Anunciación, contemplamos a la Santísima Virgen absorta en oración; y en la Visitación (el segundo misterio del Rosario) María responde a la inspiración del Espíritu Santo y va de prisa para atender a su prima Isabel en una entrega de amor.  En verdad podemos decir que María es »contemplativa en acción».  Igual que Nuestra Madre Santísima, somos llamados a ser »contemplativos en acción».




7.  EL ESTUDIO – LA LECTURA SOBRE LA ORACIÓN.  Santa Teresa de Ávila no aceptaba en que una mujer que no supiese leer entrara al convento de las Carmelitas.  Quizás se pregunte usted, ¿por qué?  Porque estaba consciente de lo mucho que se podía aprender sobre la oración con una solidad lectura de un buen libro de espiritualidad.  Propóngase conseguir buena y sólida lectura sobre la oración y LEA!  La buena lectura espiritual siembra semilla fértil. Sugiero lo siguiente:  lea la cuarta parte del Catecismo de la Iglesia Católica.  Esta cuarta parte es la obra maestra sobre el tema de la oración! 




8.  RETIROS.   Dedique un tiempo prolongado a la oración.  Solo así su oración será más profunda.  Un retiro es precisamente eso, un periodo te tiempo prolongado en oración.  Los retiros Ignacianos son un modelo de retiros sumamente eficaz para llegar a este fin.  Un retiro Ignaciano puede ser de un mes de duración, ocho días o un fin de semana.  Cualquiera que se la duración, un retiro puede ser de gran provecho.  Leemos en las Sagradas Escrituras que Jesús al ver a sus Apóstoles cansados y sobrecargados les dijo: «Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco.»  La clásica interpretación de este llamado de Jesús es que Jesús nos llama a un retiro espiritual.  Vea su agenda y fije su retiro.  Entre más prolongado sean los tiempos de oración, mayor profundidad alcanzará.


9.  LA CONFESIÓN Y LA ORACIÓN.  Aveces debido a una conciencia sucia, es extremadamente difícil rezar.  Jesús dijo: »Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios.» (Mt 5,8)  Cuando se acude al confesionario, la Sangre Preciosa de Jesús lava nuestra alma y nuestra conciencia, ¡dejando así entrar la luz al alma para poder contemplar la faz de Dios con mayor claridad!

10.  NUESTRA MADRE SANTÍSIMA Y LA ORACIÓN.  Hemos hablado de lo importante que es que el Espíritu Santo sea nuestro Maestro Interior.  Igual importante es recurrir e implorar la ayuda de María Santísima en nuestra oración.  La Virgen María no nos desamparará.  Jesús cambió el agua en vino por la intercesión de María, e igual María puede convertir nuestra oración insípida y amargada a una devoción de vino dulce.  ¡Recurramos a María!


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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

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