Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)

Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana

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Sep 08 2015

ESTA NATIVIDAD, ¿QUÉ LE REGALO A MARIA?

San Luis de Montfort

Cada año el 8 de septiembre, la Iglesia celebra con gran júbilo, la natividad de María, la Madre de Jesús, el Hijo de Dios y Salvador nuestro. ¡Claro!  Si hacemos la cuenta, son exactamente nueve meses después de la Inmaculada Concepción. María fue concebida en el seno de santa Ana el 8 de diciembre; y nueve meses después celebramos su nacimiento. 

UN CUMPLEAÑOS. En todo lugar, todo tiempo, y toda cultura, el cumpleaños ha sido motivo de gran celebración y gozo, por
ser el día en que Dios el autor y dador de vida integró a esa persona a una
familia.  Con mayor razón el nacimiento
de María es motivo de gran alegría y gozo para todos.   Por designio divino, María es Madre de Dios, Madre de la Iglesia y Madre nuestra en el orden de la gracia.  No deberíamos regocijarnos en el nacimiento
de Nuestra Madre y manifestar este gozo dándole algun regalo, o quizás cinco o
más?  En verdad, si damos a Nuestra
Señora, recibiremos aun más.  A Dios no
se deja vencer en generosidad e igual María no se deja vencer en generosidad,
con su mirada maternal, ella sonrie y mira con amor y bondad a todos que la
aman!

1.  UN CORAZÓN LIMPIO. El privilegio de la Inmaculada Concepción
evoca en nuestra mente la pureza y hermosura sin mancha de Nuestra Señora.  María fue concebida sin la mancha del pecado
Original; y toda su vida fue impeccable, por tal ella desea que aquellos que la
aman igual se alejen del contagio del pecado. 
Hagamos entonces una buena confesión en estos días.  Ofrézcale a la Inmaculada un corazón
puro.  El Santo Padre, san Juan Pablo II,
comentó esto sobre los santuarios Marianos, el dijo, que los santuarios
Marianos son clinicias espiriituales, porque son refugios de pecadores, es
lugar donde podemos purificar nuestra alma haciendo una buena confesión
sacramental.  “María concebida sin pecado
Original, rogad por nosotros que recurrimos a vos.”

2. “Maria cogita, Maria invoca” Uno de los carismas claves del venerable P Pio Bruno Lanteri, fundador de los Oblatos de la Virgen María, es la devoción tierna y amorosa a Nuestra Señora. “Maria
cogita, Maria invoca» es latín por “Piensa en María, invoca a María”.Como un niño que camina de la mano de su madre, que piensa en su madre y la llama, nosotros somos hijos de Dios y de María y debemos pensar en ella, tener su dulce nombre en los labios y en el corazón. 

3. IMITEMOS LAS VIRTUDES DE MARÍA. El gran escritor
Mariano, san Luis Grignion de Montfort, autor de Las Glorias de María, resalta las diez virtudes más excelsas que
María vivió.  Esforcémonos también por
vivirlas, especialmente la virtud más sublime, la CARIDAD.  La CARIDAD es sinonimo de AMOR
SOBRENATURAL.  En el amor sobrenatural
hay dos dimenciones:  Amar a Dios con
toda la mente, el corazón, el alma y con todas nuestras fuerzas; y amar a
nuestro hermano como a nosotros mismos. 
María es modelo de esta doble dimension de amor.  Si vemos el crucifijo, contemplaremos de
forma gráfica, esta doble dimension de amor. 
Primero, la barra vertical simboliza el amor que debemos tener a Dios
sobre todas las cosas, y segundo, la barra horizontal, se extiende en dos
direcciones, y esto representa el amor que debemos tener a nuestros
hermanos.  Y el más grande amor que
podemos tener hacia nuestro prójimo es pedir a Dios, desearle y tener buena
voluntad por la salavación eterna de su alma.  
Porque este fue y sigue siendo el gran anhelo de Nuestra Señora, la
gloria de Dios y la salvacion de las almas!

4. LA BUENA LECTURA, LIBROS SOBRE LA SANTISIMA VIRGEN MARÍA.  Abundan las obras maestras literarias que se han escrito sobre Nuestra Señora, a quien san Luis de Montfort invoca bajo el hermosos titulo de: “La Obra maestro de la creación.”  Daremos solo algunos nombres de los hermosos libros escritos sobre ella:  Las Glorias de María, es un libro sin comparación escrito por el Doctor Mariano de la Iglesia, san Alfonso María Ligorio.  Este libro, encenderá su corazón con el fuego de amor a Jesús y su amadísima madre, María.   Esta obra clásica está organizado como un comentario detallado del “Salve Regina” o “Dios te Salve” en donde el gran san Alfonso recopila cientos de años de tradición y referencias bíblicas para magnificar la sublimidad de María, quien es verdaderamente, Reina de los ángeles, Reina de los santos, Reina de los mártires, Reina de los confesores y Reina de las vírgenes.  En su obra maestra, san Alfonso también presenta una pequeña anéctoda después de cada comentario que nos invita a entrar en un profunda oración para honrar a María, la Madre de Dios.  Es imposible para quien lee esta joya espiritual que su corazón no se encienda de amor a Jesús y María.  ¡Haga la prueba!
5. EL SANTO ROSARIO. RESORTERA, ARMA DE NUESTRA SEÑORA. 
Faltaría algo sin no dedicaramos algunas palabras al rezo del Santo
Rosario que tanto ama nuestra Madre Santísima. 
Nuestra Señora se apareció seis veces en Fátima a tres pastorcillos,
Jacinta, Francisco y Lucia.  En cada
aparición, ella pidió e insistió en que rezaran el Santo Rosario.  San Juan Pablo II, en su escrito sobre el
Rosario, reiteró la importancia de su rezo por dos intenciones: UNO, por la paz
mundial y DOS por la salvación de la familia. 
Los tiempos son difíciles, las familias se encuentran en crisis, el
mundo está en un estado de tensión y posiblemente hacia una guerra.  En el Antiguo Testamente, el joven David
quien cuidaba de su rebaño, cuando se enfrentó al filisteo Goliat quien era un
guerrero armado y despiadado lo derrumbó con solo una resortera y unas cuantas
piedras.  Pero para Dios no hay imposibles.  David con solo un tiro, apuntó y disparó, y
el gigante se vino abajo y David lo mató con su propia espada. 

Para celebrar la NATIVIDAD DE MARÍA, decídase
ahora mismo que rezará el Santo Rosario que ella tanto ama!  Este regalo de parte de usted llenará el
Inmaculado Corazón de María de inmenso gozo y el triunfo será suyo contra sus
adversarios – ¡el mundo, el diablo y la carne!

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Sep 04 2015

DEMOS GRACIAS A DIOS POR EL DON DE LA EUCARISTÍA


Meister Eckhart, el gran escritor y místico alemán dijo: “Si la única oración que hacemos es una oración de ACCIÓN DE GRACIAS, eso bastaría.”  Leemos en las Escrituras que Jesús se entristeció al ver que sólo uno de los diez leprosos que fueron
sanados de la terrible e incurable enfermedad de la lepra, ¡regresó a darle gracias!  (Lc 17, 11-19)





Dado que nuestra sociedad se distingue por su ingratitud a Dios y no queremos seguir desagradando a Dios, dador de todo lo bueno, esta reflexión presentará algunos puntos para animarnos y alentarnos a fomentar una “actitud de gratitud”. San Ignacio de Loyola mantuvo que “la esencia del pecado es prescindir de
Dios por la ingratitud”.  El poeta y dramaturgo
ingles acertó cuando dijo: “Más doloroso
que el diente de una serpiente es la ingratitud de un hijo.” 





El DON más grande que Dios ha dado a la humanidad es el Don de SI MISMO,
bajo las especies del pan y el vino – ¡LA SANTA EUCARISTÍA! La palabra “Eucaristía” signifca “acción de
gracias” en griego.  Nuestro
corazón debería llenarse de un canto de alabanza y gratitud a Dios, por el Don de dones,
la Eucaristía – el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo.  Este Don nos lo dio Jesús, la noche antes de que
fuera crucificado estando Él en el Cenáculo con sus Apóstoles – los primeros
obispos y sacerdotes.


 



EL SACERDOCIO. Demos gracias a Jesús sin
cesar, por el don perpetuado de su sacerdocio en el orden sacerdotal.  Porque la consagración del pan y el vino está
reservada solo al sacerdote; la substancia del pan y el vino se transforman en
el Cuerpo y Sangre de Jesús. Dé gracias a Dios por los
sacerdotes que usted conoce y rece por ellos, y pida que Dios envíe a más
sacerdotes para que trabajen en la mies por la salvación de las almas.  Porque “la mies es mucha pero los
obreros son pocos.”





SANTA MISA. Dé gracias y alabe a Dios por el don diario
de la santa Misa celebrada por todo el mundo. 
Para mi como sacerdote, el Santo Sacrificio de la Misa es el centro, el
corazón, el nucleo y la esencia de mi sacerdocio y de mi vida como Católico
Cristiano.  Si usted todavía no ha formado el
hábito de ir a la Santa Misa diariamente, forme el propósito de
asistir a la santa Misa diariamente si sus obligaciones se lo permiten.  Si lo hace, no se arrepentirá y estará eternamente agradecido
por las gracias que Dios derrama en su mente, su corazón y su alma.





EL SAGRARIO. Dé gracias a Dios por el
Sagrario.  El Sagrario es el pequeño
recinto, la pequeña casita, la morada en donde habita el Rey de Reyes y Señor
de Señores.  ¡Es la pequeña morada de Dios! No
deje solo al Señor todo el día.  Visítelo
en su pequeño recinto las veces que pueda, que por cierto, la palabra “Belén” significa “Casa de
Pan”.  ¿Acaso no vale la pena hacer cualquier esfuerzo para visitar a Jesús
Sacramentado?  Quizás este pequeño poema
le motive a hacer pequeñas visitas a su Amigo en el Sagrario:  “Cada vez que veo un templo, me detengo por un
momento, para que el día que yo muera, el Señor no me diga: ¿A quién es que
contemplo? 




EL OSTENSORIO. Jesús Sacramentado es
expuesto más visiblemente en la custodia, u ostensorio; la palabra “ostensorio”
proviene del latín “ostentare” que significa “mostrar”. En el ostensorio, Jesús Sacramentado se
manifiesta visiblemente, para que lo adoremos y le demos gracias por las
incontables gracias y dones recibidos y los dones que están por venir.

CONSAGRACIÓN. Agradezcamos especialmente a Dios por la consagración en el contexto del Santo Sacrificio de la Misa, porque a las palabras de la consagración, en ese momento culminante que dice el sacerdote: “Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros;  “Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre…”, baja Jesucristo del cielo a tierra.  ¡Emanuel Dios con nosotros!  ¡Cuan agradecidos debemos estar por este Don de dones!





LA SANTA COMUNIÓN.¡ La bondad de Dios no
tiene limites!  No hay una acción más
grande que podemos realizer aquí en nuestra vida terrena, que recibir
dignamente la Eucaristía.  ¡Al comulgar,
nuestra alma se convierte en un sagrario viviente!  “Demos gracias al Señor porque es bueno;
porque es eterna su misericordia.”





EL CUERPO MÍSTICO DE CRISTO. Demos gracias
que no estamos solos, que pertenecemos a una familia; la Iglesia es la familia
de Dios, el pueblo de Dios, el Cuerpo Místico de Cristo.  Jesús es la cabeza y nosotros los
miembros.  Alegrémonos y demos gracias
que estamos unidos a Dios en la celebración y recepción de la Eucaristía con
nuestros hermanos y hermanas.





MINISTROS DE LA EUCARISTÍA. Imitemos a Jesús y a
los santos en el cuidado y amor que tenemos hacia nuestros hermanos que sufren
– los ancianos, los marginados y los enfermos – porque ellos son los
predilectos de Jesús.  Demos gracias a
Dios por la generosidad y la labor de los ministros de la Eucaristía que a
diario visitan casas de convalecencia, hospitales y hogares y llevan a Jesús a los enfermos para alivar el dolor y la soledad.  Jesús
nos dice:  “En verdad os digo que en
cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a
los más pequeños, a mí lo hicisteis.”





LA IGLESIA Y LAS GRANDES OBRAS DE ARTE. El gran santo, el Cura de Ars, san Juan María
Viannay, quien vivió una vida de extrema pobreza y mortificación, fue nombrado
por los papas, modelo y patrono de los sacerdotes.  El santo Cura, comía poco, dormía poco,
dormía en el piso, se flagelaba hasta derramar sangre y pasaba cerca de 15
horas en el confesionario – en los tiempos frios y en los tiempos de extremo
calor.  ¡Mantuvo este ritmo de vida por
más de 35 años!  Pero en los viajes que
hacía a Lyons, Francia, compraba las cosas más hermosas para adornar y
embellecer su Iglesia.  ¿Por qué lo hacía?  ¡Porque al Señor le daba lo mejor!  Demos gracias a Dios por los hermosos Templos
del Señor que se esparcen por las tierras de muchos países.  ¡Recuerde que Dios es el Señor de Señores y
Rey de Reyes!





NUESTRA SEÑORA Y LA EUCARISTÍA. Demos gracias y alabanzas a Dios, hoy y
siempre, por haber escojido a Nuestra Señora para que sea Sagrario viviente de
Jesús en su vientre.  Leemos en las
Escrituras, que cuando María salió de prisa para visitor a su pariente santa
Isabel, ella llevaba en su vientre a Jesús, su caminar por las Colinas fue una
verdadera procession de Corpus Cristi! 
Fue por el “Sí” de María que todo inició. 




Pidamos a Nuestra Señora la gracia de
tener un corazón agradecido, porque Jesús vive entre nosotros en nuestras Iglesias,
en el Sagrario, en la consagración y especialmente en nuestros corazones
después de recibirlo en la Santa Comunión. 
“Demos gracias al Señor porque el es bueno, porque es eterna su
misericordia.”

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Jun 23 2015

LA GRACIA: DON GRATUITO DE DIOS

Dios por especial providencia le concedió a la gran mística, guerrera de la oración, penitente y Doctora de la Iglesia, santa Catalina de Siena, una visión en donde le mostró la belleza de un alma en gracia. Al contemplar el resplandor de su hermosura, Catalina cayó de rodillas. Catalina, cautivada por la hermosura de esa alma, ¡pensaba que estaba contemplando a Dios mismo!

EL TESORO DE LA GRACIA: ¡LO MÁS GRANDE EN EL MUNDO! De todos los regalos que podemos recibir aquí en la tierra – peregrinos en rumbo a la Patria Celestial – ¡la gracia de Dios es el tesoro más grande! ¡Es la perla de valor infinito!

E MUNDO Y LO SENSUAL Quien es mundano, busca el deleite en los placeres sensuales – el dinero, la fama y el poder – y tiene como fin propio la felicidad, que en realidad es un espejismo, una falsedad. Quien es amigo de verdad de Dios se propone con fervor y constancia, crecer en gracia ante Dios. Dicho de otra forma, la vida de gracia es AMISTAD CON DIOS. Dios anhela ardientemente ser nuestro AMIGO. Pero Dios respeta nuestra libertad. Somos libres de aceptarlo como nuestro mejor amigo o no. 

EL BAUTISMO.  La vida de
gracia comienza desde el momento en que somos Bautizados.   Los
dones y gracias, que Dios infunde en nuestra alma son verdadermente bellos, magíficos y admirables y su grandeza sobrepasa todo entendimiento.  ¡Qué bueno
es Dios!  Cuando el sacerdote vierte el agua sobre la
cabeza y pronuncia las palabras: “(Nombre…),
Yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén”, ocurre un verdadero milagro invisible a los ojos del hombre.  Por el Bautismo participamos en la vida de
Dios y entramos en una unión íntima con la Santísima Trinidad.  Dios infunde en
nuestra alma las virtudes teologales, las virtudes morales y recibimos los dones
del Espíritu Santo.  Dios infunde y satura el alma con el don de la GRACIA santificante en el momento del Bautismo. 
LA
GRACIA: ES AMISTAD.  Por el Bautismo,
Dios nos concede una íntima relación con Él, el Dios Trino y nos hace partícipes de su naturaleza divina – somos hijos de Dios por adopción y por
tanto los herederos del cielo por los siglos sin fin, si perseveramos en la gracia.  Es por eso que los santos dicen: “la gracia es la semilla de vida eterna.”

EL ALMA EN GRACIA. 

LA SANTÍSIMA TRINIDAD HABITA EN EL ALMA EN GRACIA.  Dado
que el mayor bien y el más grande don es un alma en gracia, debemos hacer todo lo
que está a nuestro alcance para vivir habitualmente y crecer en la gracia para
poder perseverar hasta el fin y morir en estado de gracia.  San Alfonso María Ligorio, Doctor de la
Iglesia y autor de libro clásico Las
Glorias de María,
dice que morir en estado de gracia es el don más grande
de todos.  Por tanto, ésta debería ser nuestra
oración diaria para nosotros, nuestros seres queridos y para el mundo
entero.   Ciertamente, Jesús es Salvador
universal.  Jesús vino para salvar al
mundo por medio del Misterio Pascual – Su pasión, muerte y Resurección.

LOS
DOS MALES MÁS GRAVES.  En este mundo, las
dos tragedias más grandes para el hombre son: la PRIMERA es, cometer un pecado
mortal, que es sumamente grave; la SEGUNDA, que es mucho más grave que la primera,
es morir en pecado mortal.  Las almas de
los que mueren en estado de pecado mortal, ¡sufren la pena de la separación
eterna de Dios!  Que Dios nos guarde de
la realidad del PECADO MORTAL.  Pero si
por desdicha cometemos un pecado mortal, no nos desalentemos, mas bien, debemos
tener una ilimitada confianza en la infinita misericordia de Dios y recurrir
al maravilloso sacramento de su misericordia – el Sacramento de la
Confesión.  El Salmista nos anima con
estas palabras:  “Dios es lento a la ira,
y rico en misericordia.”  San Pablo
también nos anima diciendo: “Donde
abunda el pecado, sobreabunda la gracia de Dios.”

FORMAS DE CRECER EN LA GRACIA DE DIOS TODOS LOS DÍAS.

Debemos
hacer cuanto esté a nuestro alcance por conservar la gracia de Dios en nuestra
alma, y crecer cada día más en su amistad y su gracia. 
Porque la gracia y la amistad íntima con Dios vale más que todo el
universo.  No hay comparación entre la
creación natural, el mundo visible y sensible en que vivimos y el mundo
sobrenatural.  La gracia pertenece al
mundo sobrenatural.  Tal como el pez nada
en el rio o el ave vuela en el cielo, así nosotros deberíamos siempre nadar, volar y andar en gracia de Dios.   Éste debería ser el más
ardiente anhelo de nuestro corazón, mente y alma!

1. LA ORACIÓN. Cuando rezamos con sinceridad y humildad de corazón, pureza de intención
y el deseo de agradar a Dios, crecemos en gracia.  Por tanto, deberíamos valorar este tesoro:
nuestra vida de oración y la de los otros por lo grande que es la mayor de todos
las realidades.  Son buenos los padres
que enseñan a sus hijos a rezar.  Y por
el contrario, quienes descuidan o son perezosos en la educación de sus hijos en
el ámbito de la oración tendrán que rendir cuentas a Dios.   Qué facil es dejarse llevar por las
exigencies de la vida diaria, tanto que descuidamos lo que es nuestra primera
responsabilidad, la educación de nuestros hijos.  ¡Que Dios tenga piedad de nosotros!

2. LA CARIDAD. La Palabra de Dios nos enseña esta verdad consoladora:  “El amor cubre multitud de pecados.”  Dios nos ofrece cada día varias oportunidades
de practicar la caridad.  Estemos atentos
para no dejar pasar la oportunidad de crecer en gracia.  En la película El Gran Pequeño, el niño protagonista recibe lo que el sacerdote
describe como “la receta mágica” para lograr el regreso seguro de su padre de la
Guerra.  Esta receta mágica no es nada
más que las obras de misericordia corporales enumeradas en Mateo 25,
31-46.  “Porque tuve hambre, y me diste
de comer; tuve sed, y me diste de beber; fui forastero, y me recogiste; estuve
desnudo, y me cubriste; enfermo, y me visitaste; en la cárcel, y viniste a
mí”.
   Pregunte al Espíritu Santo en
espíritu de oración, cuál de estos Él quiere que usted practique para que la
gracia de Dios florezca en nuestra alma.

3. LA PENITENCIA. Jesús dijo que algunos
demonios sólo pueden expulsarse con la oración y el ayuno.  El Señor también nos recuerda:  “Quien quiera ser Mí discípulo, niéguese a sí
mismo, tome su cruz y sígame”.
  Cada vez
que por inspiración del Espíritu Santo, decimos “no” a nuestros propios intereses y egoísmo y decimos “sí” a algún sacrificio, aumenta la gracia de Dios en
nuestro corazón.  Cuando abrazamos una
vida de sacrificio y vencemos nuestros malos hábitos, recibimos de Dios mayores
gracias. 
¡Seamos generosos con Dios!

4. LOS SACRAMENTOS: LA SANTA EUCARISTÍA. Por supuesto, el gesto más grande que podemos
hacer en todo el universo es recibir los Sacramentos – ¡La Santa
Eucaristía!  La Santa Eucaristía (la
Santa Comunión) es verdadera y sustancialmente el Cuerpo, Sangre, Alma y
Divinidad de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo.   Si recibimos a Nuestro Señor con la debida
disposición, en estado de gracia, con fe, amor, humildad y el deseo ardiente de
una profunda conversión.  La Comunión es fuente infinita de gracia dado que este Sacramento es DIOS MISMO!  Es por eso
que no hay otra acción más grande o más noble que podamos hacer como peregrinos que la de recibir a Jesús con una fe viva, mucha frecuencia y amor ardiente.  O si le gusta esta simple imagen, al recibir
a Jesús con amor ardiente, la llama de amor en su alma se enciende como horno
ardiente.  Implore a Dios la gracia de
anhelar con profunda hambre todos los días, el Pan de Vida.  Si lo hacemos, estaremos en un continuo
ascenso de gracia, para un día penetrar los cielos.  En el Padre
Nuestro,
rezamos “… danos hoy nuestro pan de cada día…”  Quizás Jesús nos está motivando a que
asistamos a la Santa Misa diariamente y a que recibamos la Santa Comunión para así
escalar las cumbres más altas en el plano de la gracia.

5. NUESTRA SEÑORA Y EL AVE MARÍA. En una ocasión,
santa Gertrudis, la gran mística alemana, tuvo una visión de Jesús en el cielo.
Se presentó Jesús resplandeciente de gloria, haciendo este curioso gesto:
contaba monedas de oro.  La santa acababa
de rezar un Ave María a Nuestra
Señora. Jesús le dice que cada
vez que ella rezaba un AVE MARÍA con amor y devoción, Él depositaba otra moneda
de oro que le esperaría por toda la eternidad.  ¿Quieres ser
multimillonario en el cielo?  ¡Reza el Ave María con amor y devoción!
 Al rezar el Ave María, saludamos a la
Reina del cielo y la tierra con estas hermosas palabras: «Dios te salve María, LLENA
ERES DE GRACIA
…»  Formemos el hermoso
hábito de rezar diariamente el Santo Rosario, rezando «SANTA MARÍA…»  Si lo hacemos, Nuestra Señora, por su
poderosa intercesión guardará para nosotros en el cielo un tesoro.  Apreciemos, amemos, valoremos
y esforcémonos por vivir, crecer y morir en estado de gracia – todo por medio
de la intercesión de María, la “Llena de Gracia”

La Virgen Maria

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Jun 11 2015

COLABOREMOS EN LA SALVACION DE LAS ALMAS PARA LA FELICIDAD ETERNA

Si amamos a Dios, debemos conocer y ocuparnos de lo que Dios más ama. Debemos colaborar con los designios salvíficos de Dios para con mundo. Dios creo al mundo de la abundancia de su amor y lo que Dios más ama y anhela es la SALVACIÓN ETERNA DE LAS ALMAS.

El valor de una sola alma supera el valor de toda la creación.De hecho, Dios creó todo para el hombre, el mundo natural, como un medio para llegar al cielo.  Dicho de otra forma, la creación debe ser para el hombre una escalera para llegar al cielo y no una piedra de tropiezo. 

Conociendo esta verdad, ¿qué podemos hacer para colaborar con esta noble, sublime y maravillosa misión de Dios?

LA SANTIDAD. Jesús dijo: «Sean santos como es santo vuestro Padre Celestial.» Las Bienaventuranzas también reiteran lo mismo: «Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia (santidad), porque ellos serán saciados.» La Beata Madre Teresa de Calcuta dijo esto respecto al llamado a la santidad: «¡La santidad no es el privilegio de unos pocos sino el deber de todos!»

 
Hacia el final de la vida del santo Cura de Ars, el diablo se le apareció quejándose furiosamente por todo lo que este santo sacerdote había hecho.¿Por qué? Porque el santo Cura de Ars había frustrado el trabajo del diablo. El diablo le dijo infelizmente:»Si en el mundo hubieran tres curas como el Cura de Ars, mi reino se acabaría.” Sabemos que el mal atrae, llama y seduce aún a los más santos y nobles, pero la santidad, como un imán, ¡también atrae!  
Si vemos la vida de San Juan Pablo II, el santo Cura de Ars, San Antonio, Santo Tomás de
Aquino y San Juan Bosco, todos atraían a un gran número de personas por su amor
y santidad. Y ellos en cambio, apuntaban hacia Jesús
que es el CAMINO, la VERDAD y la VIDA.Dirijamos nuestra oración a Jesús en este momento desde lo profundo de nuestro corazón, y pidámosle esta gracia singular:“¡Señor, hazme santo!”

Sto. Domingo Savio al conocer a Sn. Juan Bosco dijo esto: “Yo soy la tela, usted el sastre; hágame
santo”. Imploremos la ayuda del Espíritu
Santo, el Santificador, para que lleguemos a ser los santos que Dios desde toda la eternidad ha querido que seamos. Reitero esta
realidad, ¡SOMOS LLAMADOS A SER SANTOS! Repetiré
el mandato de Jesús: “Sean santos como
es santo vuestro Padre Celestial.”
  Les
daré una prueba más. ¿Quién está en el
cielo?  Sólo los SANTOS están en el cielo,
y claro los ángeles y María. En verdad,
la única y más grande tragedia en esta vida es fallar en nuestra misión de
ser los santos que Dios nos pide que seamos. 
   

Finalmente, una prueba más del llamado a la santidad. En los últimos cien años los
documentos de más importancia han sido las Constituciones Dogmáticas del
Concilio Vaticano II y el Catecismo de la Iglesia Católica.  Y quizás,
entre esos documentos el que más se destaca es LUMEN GENTIUM (Cristo es la Luz
de los pueblos), compuesto de ocho capítulos.El quinto capítulo trata
precisamente de la llamada a la santidad (Números 39-43). Hoy en la Iglesia hay
muchos que se han hundido en la mediocridad y la tibieza. El mundo necesita ver a hombres y mujeres llenos del fuego del amor
a Dios.  Jesús dijo:  “¡He venido a prender fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que
ya estuviera encendido!”
 Cuentan las
crónicas que, cuando San Ignacio
envió a San Francisco Javier al
Oriente a salvar almas, le dijo:
“¡Id, encended e inflamad todas las cosas!”
EL CAMINO CORTO A LA SANTIDAD. Hay muchas formas y medios para llegar a la
santidad.Pero el camino más corto,
seguro y eficaz es el siguiente: El siguiente domingo después de la celebración de la Santísima Trinidad, la Iglesia celebra
la Solemnidad de CORPUS CHRISTI – que es la Solemnidad del Cuerpo, Sangre, Alma
y Divinidad de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.  Una de las finalidades de esta sublime
solemnidad litúrgica es fomentar en nuestros corazones una fe más viva, un amor ardiente y pasión
por Cristo Eucaristía. Y todo esto se
manifiesta de forma concreta con un hambre y sed insaciable de recibir a Jesús
en lo profundo de nuestros corazones en la Santa Eucaristía en la celebración de
la Santa Misa.

El Salmista lo expresa con elocuente poesía «Como el ciervo anhela las corrientes de agua, así mi alma te anhela a ti Señor, Dios mio.”  No creo que está fuera de lugar y mucho menos sea una enseñanza equivocada dar una interpretación Eucarística a la oración más conocida en el mundo – el PADRE NUESTRO.  Una de las peticiones que hacemos es: “Danos hoy el pan de cada día…”  ¿Estaría equivocado al exhortar y desafiar a todo católico creyente a que tengan un anhelo ardiente de recibir la Santa Comunión todos los días?  Podemos decir que en el Padre Nuestro pedimos el sustento para nuestros cuerpos.  Porque  nuestros cuerpos en verdad necesitan su alimento diario para vivir.  Pero el valor de nuestra alma supera infinitamente el valor de nuestro cuerpo.  Jesús lo expresa con estas palabras:  «¿de qué le sirve el hombre ganar el mundo entero y perder su alma? ¿Qué puede dar un hombre en cambio por su alma?» (Mc 8, 36).  Si recibimos la Santa Eucaristía con una fe viva, un amor ardiente y con frecuencia (diariamente), sin duda hemos emprendido el camino de la santidad y el camino al cielo.  

Dios hará uso de nosotros como amigos y colaboradores para trabajar fuertemente por la salvación de las almas.  ¡No espere más! Busque en este momento el horario de misas semanales en su parroquia y decídase a ir a Misa todos los días y recibir a Jesús Eucaristía.   Jamás se arrepentirá.  ¡Su vida cambiará!  Y después de recibir a Jesús en la Santa Comunión con gran fe, devoción, fervor y amor, pídale a Él, el Santo de los santos que lo haga a usted ¡UN SANTO!  

Implore a Nuestro Señor la por intercesión de su Santísima Madre para que le use como un instrumento para salvar almas. La cosecha es abundante y los obreros pocos.  ¡Jesús le está llamando a usted! Responda a esta maravillosa y comprometedora tarea de trabajar para salvar almas con Él. No olvidemos que una sola alma vale más que todo el universo, porque Jesús derramó su Sangre Preciosa por la salvación de esa alma y todas las demás. *

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Jun 03 2015

LA TRANSFIGURACIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO (Mt 17, 1-13 y Mc 9,1-13)

LOS VARIOS MENSAJES DE LA TRANSFIGURACIÓN.  El misterio de la Transfiguración, nos presenta inumerables mensajes de profunda riqueza espiritual pero hoy desarrollaré sólo el tema de nuestra AMISTAD con Jesús y María!

PENSAMIENTOS PRELIMINARES: La Transfiguración es el 4 Misterio Luminoso. Lea el pasaje de la Transfiguración de Jesús detenidamente, devotamente y con un espíritu de oración – Mt 17, 1-13 o Mc 9, 1-13. Preste atención al Espíritu Santo porque Él le hablará a su corazón. Esté atento a Su voz. ¡Sea dócil! Pida a María, quien guardó y meditó la Palabra de Dios, que le alcance la gracia de escuchar y guardar la Palabra de Dios como ella lo hizo.

Jesús, el Hijo único de Dios, quizo venir al mundo y compartir nuestra naturaleza humana. Jesús posee dos naturalezas, la humana (Jesús es HOMBRE) y la divina (Jesús es DIOS). La ENCARNACIÓN es la unión de las dos naturalezas.  Por el “SÍ” de María, Jesús bajó del cielo y asumió un cuerpo humano. (Lc 26-38)

UNA FORMA DE COMPRENDER A JESÚS ES POR SU RELACIÓN CON MARÍA.


EL CUERPO DE JESÚS. Fue en el Purísimo vientre de María que el Cuerpo de Jesús se fue formado por nueve meses. Jesús en la Encarnación se hace semejante a la raza huumana, y toma del cuerpo de María su propia sangre, sus venas, sus ojos, sus pulmones y su SAGRADO CORAZÓN!

EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS.  María fue formando por nueve meses el Sacratísimo Corazón de Jesús. Acuda a Nuestra Señora y pídale que forme también su corazón. Pida que interceda para que lo purifique y moldeé su corazón, para cada día se asimile más y más al Sagrado Corazón de Jesús para que un día podamos decir como san Pablo:“Ya no soy yo quien vive sino Cristo quien vive en mi.”


AMISTAD CON JESÚS. La Transfiguración nos deja muchas enseñanzas, en una de ellas resplandece la verdad de la AMISTAD HUMANA. En la Transfiguración se manifiesta el anhelo ardiente de Jesús de tener una profunda amistad con aquellos que Él escogió – Pedro, Santiago y Juan.  Estos tres discípulos fueron los que le acompompañaron al monte de la Transfiguración y quienes en la última Cena Jesús llamó ¡AMIGOS!

CAMINEMOS Y HABLEMOS CON JESÚS. Jesús estimaba mucho la amistad de sus amigos. Él hacia largos recorridos caminando y platicaba con ellos. ¡Jesús hoy anhela una profunda, honda y entrañable amistad con USTED!

LA AMISTAD ENTRE JESÚS Y MARÍA. Después de Dios, jamás hubo o ha habido, una unión más profunda e íntima que la unión que hubo entre Jesús y María.

DESDE EL VIENTRE DE SU MADRE.  En efecto, María conocía bien a su Hijo.  Ella lo fue formando en su vientre por nueve meses.  No hay lazo más íntimo o vínculo de amor más grande que el vincula de Madre con el Hijo que lleva en su vientre.

MARÍA Y EL NIÑO JESÚS. La mayor parte de su vida terrenal, Jesús la pasó con sus padres – María y José – en la pequeña aldea de Nazaret.  Los evangelios nos manifiestan una profunda intimidad entre elllos.   Conversaban de todo lo que se puiera conversar entre un hijo y una madre tan querida.  María escuchaba a Jesús y lo
contemplaba. Contemplaba su faz y sus ojos. Ambos conocían sus sentimientos y se tenían una confianza amorosa. Entre ellos había una profunda intimidad y estrecha unión. Esta amorosa vida familiar Jesús la vivió por treinta años. Ahora, para fortalecer y alentar nuestros esfuerzos de formar una profunda e íntima relación con Jesús, dirígase a María. Acuda a ella y háblele.   Pídale que le ayude a conocer más y más a
Jesús. Hable con Nuestra Señora con seguridad y confianza absoluta. Porque ella también es su Madre y usted es su hijo.

SANTA MARÍA DEL CAMINO.  Los Evangelios narran que conforme Jesús se dirigía hacia la cumbre del monte de la Transfiguración, había caminando lado a lado con sus apóstoles.  En su caminar por la vida, pida HOY a María que lo acompañe.  Hay un conocido canto mariano en español e italiano – Santa María del Camino, que dice: “Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás; contigo por el camino, Santa María va…”  ¡Qué consuelo saber que María está siempre a nuestro lado!  María siempre le señalará el camino que le conduce a Jesús.  María le ayudará en su caminar con Jesús para cada día su amistad con Él sea más íntima.

EL CALVARIO Y MARÍA.  El ascenso de Jesús en el monte de la Transfiguración representa también nuestro propio ascensio, nuestro propio CALVARIO.  No deberíamos suponer que solos podemos cargar nuestra cruz.  Nuestra Señora nos ayudará a cada paso.  El que lleva su cruz sin Jesús y María, vive una vida triste, deprimida y llena de amargura.  Aclamemos y recemos el Salve Regina: “Dios te Salve, Reina y Madre, Madre de misericordia, vida y dulzura, esperanza nuestra…”

SOMOS PEREGRINOS.  Somos peregrinos rumbo a la Patria celestial.  Con María a nuestro lado para animarnos, guiarnos, consolarnos caminaremos seguros.  Aproveche este momento para hablar con María.   Hable con Ella de lo que ha vivido – de su pasado.  Comparta con ella lo que está viviendo en este momento. Comparta con ella todo lo que todavía está por hacer.

ESTRELLA DEL MAR.  San Bernardo, el gran Doctor Mariano nos presenta esta poderosa y hermosa imagen.  El dice:  “El viento está en su máxima fuerza, las olas golpean la BARCA, las aguas del mar empiezan a inundar la barca, la tormenta se intensifica y la barca está por volcarse y hundirse, de repente rompe la oscuridad una estrella que brilla con belleza sin par.  Esta estrella en las alturas proyecta hacia la orilla del mar.  El capitán, confiadamente, se deja guiar.  Las olas se apaciguan, las aguas se calman, la tormenta se aquieta, los vientos se suavizan y una paz indescriptible reina.  La barca sigue rápidamente el curso y llega al puerto.  La barca, el capitán y todos que se encuentran en ella están a salvo.”  ¡Gracias a la ESTRELLA DEL MAR!

NUESTRA VIDA Y LA ESTRELLA DEL MAR – NUESTRA SEÑORA.  En medio de la tempestad, las penas, las pruebas y tentaciones, fijemos la mirada en María, la Estrella de la mañana.  Ella nos conducirá sanos y salvos al puerto de nuestra salvación eterna!

LA CIMA DE LA MONTAÑA / LA ORILLA DEL MAR.  Tanto la cima de la montaña como la orilla del mar representan el lugar del descanso eterno – el CIELO.  Jesús anhela caminar con nosotros en nuestro caminar, quiere acompañarnos.  Nuestra Señora también anhela ardientemente guardarnos bajo su sombra en este valle tenebroso.

OBSTÁCULOS, DISTRACCIONES Y TENTACIONES.  A muchos les resulta más fácil dejar de escalar la montaña, se les hace más fácil dejarse llevar por las aguas corredizas de la sensualidad, del egoismo y aceptar la derrota.  Por eso es esencial acudir a María.  Ella nos ayudara a seguir escalando en medio de los peligros  para llegar a Jesús.  Al oir el sublime y dulce nombre de María huye el demonio y se estremece el infierno.  Por lo tanto, en cada tentación que nos combata, o en cualquier necesidad, invoquemos sin cesar los santos nombres de Jesús y María.

UNA NOTA IGNACIANA.  San Ignacio tenía una especial devoción a la Virgen María bajo el título de “La Madonna de la Strada”, que en español es “Nuestra Señora del Camino”.  La hermosa imagen de Nuestra Señora del Camino se encuentra en la Iglesia madre de los Jesuitas en Roma.

JESÚS Y MARÍA:  SUS MEJORES AMIGOS.  Conforme llega al final de su jornada, de su caminar, de su navegar con Jesús y María, aprovecho los últimos momentos para abrir su corazón de par en par, comparta con María todo lo que guarda en lo más profundo de su corazón.  Cuéntele todo lo que está pasando en este momento en su vida.  Pídale que siempre esté a su lado, que lo acompañe en cada instante hasta llegar al cielo.  El camino seguro para llegar al Sagrado Corazón de Jesús es por medio del Inmaculado Corazón de María. 

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

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