
desafíos más urgentes es el de afrontar la «globalización de la
indiferencia» y frente a ello, nos llama a venerla con el fuego de celo apostólico. En las escrituras Jesús con pesar nos dice:“La
cosecha es abundante y los obreros son pocos.”
la viña del Señor para la salvación de las almas.
MISIONEROS? La Iglesia católica presenta una plétora de personalidades
nobles y santas que han dedicado su vida a la cosecha de almas y ahora gozan de
la gloria del cielo. Algunos de los grandes MISIONEROS han sido: San Pablo, san
Francisco Xavier, san Pedro Claver, san Pedro Chanel, san Damian de Molokai,
santa Francisca Cabrini, san Juan Neuman, el beato Francis Seelos, san Alfonso
María Ligorio, san Francisco de Sales, sta Teresita del Niño Jesús y san ANTONIO MARIA CLARET.
firmamento del cielo, expresión de Hans von Balthasar, tenían dos cosas en
común: Uno, un amor ardiente a Dios, y, dos, una insaciable amor por lo
que Dios más ama – la salvación de las almas. En efecto,
ellos entendían lo que santo Tomás de Aquino, el doctor angélico reiteraba y
afirmaba: “el valor de la creación en su conjunto no iguala al valor de una
sola alma inmortal.” Porque una sola alma, mi alma y vuestra alma, ¡fueron
redimidas por la Sangre Preciosa que Jesucristo
derramó en la Cruz ese primer Viernes Santo!
corazón y la mente, como nos desafía el Evangelio (Lc 10, 27) debemos conocer y
ocuparnos de lo que Dios más ama: LA SALVACIÓN DE LAS ALMAS.
gloria a Dios por el gran santo misionero SAN ANTONIO MARÍA CLARET que la Iglesia celebra cada 24 de octubre. Nuestro anhelo es que lo tomemos como modelo y maestro.
Corazón de María, este gran hombre de Dios realizó extraordinarios milagros de
gracia. Su ejemplo debe impulsarnos, inspirarnos, desafiarnos y animarnos
para que no demos lugar a la inercia o a la tibieza sino que el fuego
apostólico arda en nuestros corazones. Dejemos de ser creyentes tibios y vivamos intensamente el Evangelio. Las palabras de despedida de san
Ignacio a san Francisco Javier cuando él se dirigio a la India fueron: “Id,
inflamed todas las cosas.”
este gran sacerdote y obispo, fue el incansable celo por predicar la Palabra de
Dios. Su ejemplo nos debería impulsar a que afanemos incansablemente en propagar la gloria de Dios, predicando, enseñando y difundiendo su Palabra. Este gran misionero sabía que una de las razones
principales por la cual muchas almas se perdían era por la ignorancia frente a
la fe.
Hoy en todo el mundo, y en paises católicos como Europa y en Estados Unidos, hay una corriente anticristiana que cada día tiene más ímpetu. Este agnostisismo ha abierto paso al ateismo y a las sectas
satánicas que dan culto a satanás. Pidamos a Dios, por intercesión de san Antonio María Claret,
celo por predicar, enseñar y evangelizar para ser verdaderos misioneros.
¡Cada minuto cuenta!
año dedicado a la vida religiosa. También dedicaba tiempo a formar a los
sacerdotes, tanto que fue llegó a fundar a los Claretianos y los Siervos del
Inmaculado Corazón de María.
buscaba en todo y siempre la gloria de Dios, amándole sobre todas las cosas,
buscaba la conversion de los pecadores, la perserverancia de los justos y la
salvación de las almas.
Para predicar y dar mucha gloria a Dios, San Antonio María Claret salia a
misionar utilizando diversas Presentaremos a continuacion la diversidad
de fórmulas en la enseñanza del catecismo que él utilizaba en sus misiones para
robustecer la vida cristiana en sus fíeles. Pidamos en este momento por
una renovacion del celo apostolico dentro de la Iglesia.
seguindo los pasos de santos misioneros, confiaba totalmente en la
oración. El pedía por sus misiones, y pedía a todos que orasen por sus
misiones, a niños, religiosas, a los laicos y enfermos, a los que sufren, en
pocas palabras, pedía a todos que recen por él. Estas oraciónes antes de
salir a misionar preparaba los corazones para recibir la palabra de Dios y en
efecto consechaba abundantes frutos.
dijo: “Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis, porque de los que
son como éstos es el reino de Dios.” San Antonio dedicaba a enseñar
catecismo a los niños, les enseñaba sobre el amor de Dios y les daba com premio
de su asistencia estampitas, de manera que al siguiente día tanto niños como
sus padres regresaban a estudiar su catecismo. Él solía decir que con los
niños se conquistan los grandes, y con los hijos a los padres, porque los
hijos son pedazos del corazón de los padres. Hoy más que nunca, estamos
llamados a instruir a nuestros niños y jóvenes, porque de lo contrario, los
medios de comunicación y el mundo secular lo hará llenándolos de basura.
FIELES. San Antonio se entregó sin descanso a la tarea de la catequesis
de los adultos, ya que ellos eran los primeros y principales educadores de sus
hijos. Es “Nadie da lo que no tiene”, sin duda, una de las frases en la
vida espiritual. Podría ser que desde el Concilio Vatican II, una de las faltas
de la Iglesia ha sido la falta de formación de los adultos? La
competencia de un professional depende de su formación continua en cualquier
ámbito professional. ¿No deberíamos nosotros Católicos poner mayor empeño
en nuestra formación en la fe, para ser “buenos católicos”? Porque así lo
hacen los doctores, abogados y maestros para dar lo mejor de si mismos en el
campo labora. Nosotros los catolicos deberíamos conocer y amar a Jesús
para poder llevarlo a nuestras familias y al mundo entero.
Antonio era uno de los predicadores más famosos y emintes del siglo XIX.
Dirijamos nuestra oración a Dios por los sacerdotes, para que con fervor
apostólico contagioso, prediquen la Palabra de Dios a un mundo sediento de
Dios. Jesús dijo: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda
palabra que sale de la boca de Dios.” (Mt 4, 4) El venerable Arzobispo
Fulton Sheeen quien popularizó la expresión de la «Hora Santa»
– The HOUR OF POWER – decía que la HORA SANTA la clave para que la prédica del
sacerdote tenga uncion, fuerza y eficacia. Muchos sacerdotes y obispos
que aceptaron este desafío, y pasan 1 hora diario ante el Sagrario, fuente y
culmen de la vida espiritual, se aferran cada vez más por el amor de Jesús, y
de sus labios y corazones brota el fuego del amor de Dios.
Antonio María Claret realizó algunos estudios con los padres Jesuitas, y estaba
convencido del poder y eficacia de los Ejercicios Espirituales. Estos
Ejercicios de san Ignacio de Loyola ayudarían a poner orden al desorden en la
vida de muchos, muchas aprenderían el arte de la meditación y con templación,
muchos lograrían la purificación de su conciencia haciendo una profunda y buena
confesión sacramental.
Parte del misionar y predicar de san Antonio Caret incluyó la distribución de
material de lectura. Antes de llegar al lugar a misionar, primero veía de
qué carecian, ¿carecian de espiritualidad o catequésis en los mandamientos? y
al llegar distribuía gratuitamente pequeños folletos para formar a la
gente. No cobraba nada por las misiones que predicaba, pero en
todas partes reglaba medallas, rosarios, hojas y libros religiosos. Vivía en la
más absoluta pobreza, pero regalaba libros como si fuera un millonario.
¿Cuantas almas no se han beneficiado y logrado su conversion debido a la buena
lectura. San Ignacio fue uno de ellos. En un periodo de
convalecensia le ofrecieron la vida de Cristo, y un tomo de las Vidas de los
santos, los cuales leyó, y dio paso a su conversión.
Otra forma que san Antonio enseñaba, catequizaba y evangelizaba era simplemente
hablándole de Dios y de la vida espiritual a cada persona con la que se
encontraba. En cada uno veía una alma preciosa y valiosa ante Dios, y
aferrado cada vez más por el amor de Jesús, luchaba por llevarle las
almas. Examine su propia vida, y vea las muchas personas con quien trata,
quizas entre ellos hay algunos que están confundidos, desconcertados, tristes o
ignorantes de todo en lo que concierne a Dios y la salvación de sus
almas. Como san Antonio María Claret, usted podría ser quién dirige a esa
persona a la LUZ – ¡Jesús es la luz del mundo!
una de las prédicas del gran san Antonio María Claret, tomado del Oficio Divino
del 24. Nuestro anhelo es que por medio de estas palabras, todos se
sientan motivados con ímpetu incontenible, fuerza dulce y ardiente amor por las
almas.
“Yo me digo a mí mismo: Un hijo del Inmaculado
Corazón de María es un hombre que arde en caridad y que abrasa por donde pasa;
que desea eficazmente y procura, por todos los medios, encender a todo el mundo
en el fuego del divino amor. Nada le arredra, se goza en las privaciones,
aborda los trabajos, abraza los sacrificios, se complace en las calumnias y se
alegra en los tormentos. No piensa sino cómo seguirá e imitará a Jesucristo en
trabajar, sufrir y en procurar siempre y únicamente la mayor gloria de Dios y
la salvación de las almas.”