Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)

Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana

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Feb 10 2018

CONSOLAR EL CORAZON INMACULADO DE MARIA

 

Después de Jesús, no hay corazón que nos ame más que el Corazón Inmaculado de María. Y, después de Jesús, no hay, ni habrá jamás, criatura que hay padecido más grande dolor o sufrimiento que María la madre de Dios.

LOS SIETE DOLORES DE NUESTRA SEÑORA.  Los Dolores de María son tradicionalmente siete, y se relacionan con los misterios de la vida de Cristo. La Iglesia nos invita a contemplar la pasión de Jesús con los ojos y el corazón de María. Una de las notas características de la espiritualidad franciscana es su contribución a la preservación y promoción de esta poderosa devoción. La Devoción de los siete dolores son un conjunto de sucesos que comienzan con el Niño Jesús envuelto en pañales en los brazos de su Madre, hasta el momento en que ella recibe el cuerpo lacerado, destrozado y ensangrentado de su Hijo al pie de la Cruz; la escultura de la Piedad (La Pietá) de Miguel Ángel.

ENUMERACION DE LOS DOLORES DE MARIA.  La siguiente es una lista en orden cronológico, de los siete dolores de María, desde la infancia hasta la muerte de Jesús en la cruz, y es puesto en los brazos de su madre.

  1. LA PROFECÍA DE SIMEÓN EN LA PRESENTACIÓN DEL NIÑO JESUS: Una espada de dolor atravesará tu alma.
  2. LA HUIDA A EGIPTO: A poco de nacer, Jesús fue perseguido de muerte por Herodes.
  3. EL NIÑO JESUS PERDIDO DURANTE TRES DIAS: El dolor que sintió María al perder a su Hijo Jesús por tres días.
  4. EL ENCUENTRO DE JESUS CON LA CRUZ A CUESTAS CAMINO DEL CALVARIO: Madre e Hijo se encuentran camino hacia el calvario: Jesús con la cruz a cuestas.
  5. LA CRUCIFIXION Y LA AGONIA DE JESUS: María ve la crucifixión de su Hijo amado.
  6. EL RECIBIR EN BRAZOS A JESUS YA MUERTO: María recibe en sus brazos a su Hijo muerto.
  7. EL ENTIERRO DE JESUS: La separación de Jesús y María en el entierro de Jesús.

Cada uno de los siete dolores de la Virgen María, es una invitación a adentrarnos en el corazón, la mente y el alma de la Madre Dolorosa, aunque sea de forma muy imperfecta y limitada, un llamamiento a experimentar el dolor que atravesó su alma y Corazón Inmaculado, y a acompañarla y consolarla. Cuando realmente amamos, queremos compartir la vida con el ser amado, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, todos los días de nuestra vida (Rito del matrimonio).  Nuestro amor por Jesús y María debe trascender el amor humano. “El amor es más fuerte que la muerte…” (Cantar de los Cantares)

Queremos presentar en esta reflexión, algunas ideas prácticas para contemplar con hondura los dolores de María y consolarla en su dolor.  El enamorado se regocija con su amado, llora y sufre con el ser amado.

1. LA PROFECIA DE SIMEÓN EN LA PRESENTACION DEL NIÑO JESUS. “Una espada de dolor atravesará tu alma” le profetizó Simeón. Una manera concreta de consolar el corazón de María en esta contemplación, es hacer una Confesión sacramental en honor a Virgen María. María nos alcanzará, con su poderosa intercesión, la gracia de hacer un buen examen de consciencia y revelar en el confesionario, los secretos más íntimos de conciencia al sacerdote quien representa a Cristo. El efecto o resultado de esta acción será la absolución, el perdón de nuestros pecados y el nacer a una vida nueva de gracia. María, la llena de gracia, título de la Madre de Dios, se regocijará en que hayas abierto to corazón, tu alma y tu mente a la misericordia de Jesús en el sacramento de la Confesión.

2. LA HUIDA A EGIPTO. San José no discute con el ángel, cree y se levanta, toma al Niño y a su Madre y huye a Egipto. ¿Cómo podemos consolar el Corazón Doloroso e Inmaculado en este segundo dolor? Todos estamos inmersos en una luchan constante, en un combate espiritual, imitemos al buen San José, alejémonos y huyamos de toda tentación y todo mal moral, alejémonos del pecado. Si lo hacemos, daremos consuelo al Corazón Inmaculado de María. En las tentaciones, recurre y corre a María como un niño que corren al regazo de su madre cuando se ve acosado o en peligro; ¡busquemos refugio en el Corazón Inmaculado de María! ¡Su Corazón es un refugio seguro!

3. EL NIÑO JESUS PERDIDO DURANTE TRES DIAS Y HALLADO EN EL TEMPLO. Al cabo de tres días, lo encontraron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándolos y haciéndoles preguntas… ¿Qué aplicación concreta podemos dar a este tercer dolor de María? ¿Cuántos padres y madres en los últimos cinco años, también han perdido a sus hijos en forma espiritual? Hijos que se han alejado de la fe, hijos que han dejado de asistir a Misa, o peor aún, hijos que viven deliberadamente una vida de pecado, y, esto ha pasado a pesar de la dedicación y esfuerzos de sus padres. Cuánta angustia la de María, el dolor de una madre que pierde a su Hijo amado. Hoy día, los padres sufren cuando un hijo se pierde moral o espiritualmente. Recemos e imploremos, como lo hizo santa Mónica por la conversión de su hijo san Agustín. Recemos muchos Rosarios por las almas de nuestros hijos perdidos, recemos para que estas ovejas que se han alegado del redil regresen. Con el rezo del Santo Rosario, estaremos colocando a estos hijos en el corazón doloroso e Inmaculado de María.

4. ENCUENTRO DE MARIA CON JESUS CAMINO DEL CALVARIO. En la subida al Calvario Jesús encuentra a su madre... Una manera concreta de consolar a la Virgen María es imitar a Jesús y llevar nuestra propia cruz. Pero, con esta importante condición, compartamos nuestras cruces con María. Su sola presencia, contemplando a Jesús con la Cruz sobre sus hombros, fue un precioso bálsamo de consuelo a Jesús. Ahora mire en lo profundo de su corazón, y, identifique cuáles son sus cruces, las grandes y las pequeñas, luego, déselas a María, deposítelas en su doloroso e Inmaculado Corazón. Y como un niño(a) en brazos de su madre, hable con ella de estas cruces. A María le interesas mucho, quiere ayudarte a llevar tu cruz con fe, con confianza y con amor. A menudo, nuestras cruces nos abrumen, son demasiado pesadas, espinosas y llenas de astillas porque las queremos llevarlas solas sin la ayuda de María – Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

5. LA CRUCIFIXION, AGONIA Y MUERTE DE JESUS – MARIA AL PIE DE LA CRUZ. En este dolorosísimo misterio del momento cumbre de la crucifixión, pasión y muerte de Jesús, María, ¡la madre dolorosa estaba junto a la cruz presenciando todo!  Y Jesús, dirigiéndose a su amadísima Madre y a Juan les dijo: “Mujer, ahí tienes a tu hijo” luego dijo al discípulo, “Ahí tienes a tu madre”, y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa. En aquel momento, Jesús nos la dio como Madre. Al pie de la cruz san Juan representa a todos los hombres cuando Jesús le entregó a María como madre a al discípulo. ¿De qué manera podemos consolar a María en este misterio? Imitemos a san Juan Diego, o si le gusta, al niño en la película de Marcelino Pan y Vino. ¿Cómo? De la forma más sencilla: seamos pequeños, seamos como niños, confiemos todo lo que nos pase a María. ¡Que nuestra confianza en su presencia amorosa maternal sea plena y total!

6. MARIA RECIBE EN SUS BRAZOS EL CUERPO SIN VIDA DE SU HIJO. El artista Miguel Ángel representó esta imagen en su escultura magistral – La Pietà.  El productor cinematográfico Mel Gibson, en la película La Pasión de Cristo, captó esta escena de la manera más conmovedora y profunda. ¿Cómo podemos consolar el corazón de María? Quien ve a Jesús ve a María, quien ama a Jesús ama a María, María y Jesús son inseparables. El Cuerpo sufriente de Jesús que está presente en su Iglesia (la Iglesia es el Cuerpo místico de Jesús) viene a nosotros, de manera singular y poderosa, mediante la Eucaristía en la santa Misa. El gesto más grande que podemos hacer sobre la faz de la tierra es recibir a Jesús, el Hijo de María, en la Sagrada Comunión. Por lo tanto, si queremos consolar el Corazón Inmaculado de María, recibamos a Jesús en la Santa Comunión. Antes de comulgar, supliquemos a esta bondadosa Madre que nos preste su corazón para recibir en él a su Hijo. ¡Jamás ha habido alguien sobre la faz de la tierra que recibió a Jesús con mayor amor que el Inmaculado Corazón de María!

7. JESUS ES COLOCADO EN EL SEPULCRO. En esta última reflexión de los siete dolores, presenciamos a Madre e Hijo separados; el Cuerpo de Jesús es colocado en el sepulcro.  Sin duda, la manera más excelente de dar consuelo y gozo al doloroso e Inmaculado Corazón de María, es pedirle a María la gracia de morir cada día al pecado; ¡el pecado es el mayor mal que existe!  Y pedir a María la gracia de una buena muerte, y lo hacemos mediante el rezo del santo Rosario.  Con la ayuda de la gran Madre de Dios nos estamos preparando para el momento más importante de nuestra existencia, ¡el momento de nuestra muerte! Este momento determinará nuestro destino por toda la eternidad: la salvación o la condenación eterna.  Es nuestra fe y esperanza, seguros que, por su intercesión, ella obtendrá de su Hijo toda gracia necesaria para nuestra salvación. Que esta sea nuestra oración cada noche y en el momento de nuestra muerte:

Jesús, José y María, os doy mi corazón y el alma mía. 
Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía. 
Jesús, José y María, en vos descanse en paz el alma mía.
Alabemos en cada instante y momento, al Santísimo y Divinísimo Sacramento.



El padre Ed Broom, OMV (Oblato de la Virgen María), conocido también como Padre Escobita, fue ordenado sacerdote por san Juan Pablo II en 1986. Es asistente del párroco en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens (California). Allí imparte retiros, da los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, organiza y dirige su propio programa de radio y televisión en Guadalupe Radio –Barriendo Conciencias, y da un curso de preparación a los fieles en diversas parroquias de la archidiócesis de Los Ángeles para la Consagración total a Jesús mediante María. Para leer artículos o escuchar audios en inglés o en español, por favor vaya a www.fatherbroom.com

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Ene 11 2018

HAZ DE ESTE AÑO, EL MEJOR AÑO DE TU VIDA CON 20 PROPOSITOS

Somos seguidores de Jesucristo, por lo tanto, debemos ser perpetuos optimistas, es más: confiar siempre en el cuidado amoroso y providencial de Dios para todos y cada uno de nosotros, siempre llenos de esperanza. Jesús dice: “Pues aun vuestros cabellos están todos contados”; Dios sabe cuando se cae uno.  Ni las aves del cielo, ni los lirios del campo pasan desapercibidos para Dios, Dios cuida de ellos. Jesús quiere que aprendamos una lección de los lirios del campo, cómo crecen; no se afanan, ni hilan; Jesús dice: “pero les digo que ni siguiera Salomón en toda su gloria se vistió como uno de estos.” (Mateo 6:28,29)

Iniciamos un Año Nuevo – quizás estemos comenzando una nueva carrera, una nueva vocación o emprendiendo una nueva empresa – debemos esmerarnos e implementar propuestas concretas y  diversas. ¡Comencemos bien, para acabar bien! Son muchos los que comienzan la carrera de larga distancia, y pocos los que persisten hasta el final. Queremos estar entre aquellos que comienzan, terminan y ganan el merecido premio. Pensando en todo esto, a continuación, ¡le presentamos una serie de ideas efectivas para allanar el camino y lograr un fin exitoso!

1. PONER A DIOS PRIMERO EN TODO. En todas nuestras empresas e iniciativas, pongamos siempre a Dios en el centro. ¡Nuestro Dios es un amante celoso, no comparte su gloria con nadie o con nada! Jesús dice que el primero y más grande de todos los mandamientos es amar a Dios con todo el corazón, toda la mente, todo el alma y todas nuestras fuerzas; y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. (Lucas 10: 27) 

2. RECUERDA DIARIO EL POR QUE DE TU EXISTENCIA.  El ave está hecha para volar alto; el pez, a nadar en las profundidades del mar. El plan de Dios para el ser humano es unión con Él.  San Ignacio en los Ejercicios Espirituales-   Principio y Fundamento – nos recuerda: “El hombre ha sido creado para alabar a Dios, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor y, mediante esto, salvar su alma”.

3. PURIFICAR LOS AFECTOS DESORDENADOS. Digámoslo pues con toda sinceridad, y aun agregaré, con toda humildad, cada uno de nosotros debe hacerse esta pregunta: ¿Qué afección desordenada tengo yo en mi vida?  Luego, intentemos con firmeza de voluntad y determinación, y la gracia de Dios, remediar este apego.  San Agustín presenta este fruto de una vida bien ordenada: “Paz, la tranquilidad del orden”.  ¡El Espíritu Santo es un Dios de orden!

4. LA CONFESION. Para superar el desorden moral que llamamos pecado, necesitamos la gracia sanadora de Dios.  Esta gracia se canaliza de manera más abundante mediante el Sacramento de la Confesión.  Acércate a este Sacramento de la Misericordia de Dios con confianza sin límite.  ¡Jesús, en Ti confío!

5. CONTROLA TU LENGUA.  La Sagrada Escritura habla muy claramente, y los santos sin cesar nos recuerdan: no podemos llegar a la verdadera santidad si no controlamos la lengua.

6. SEAMOS LENTOS PARA HABLAR Y PRONTOS PARA ESCUCHAR.  El Apóstol Santiago nos exhorta – en el capítulo 3 de la Carta del Apóstol Santiago -a que refrenemos la lengua, ¡léalo en espíritu de oración! Es uno de los mejores capítulos sobre los pecados de la lengua.

7. VIVE LA REGLA DE ORO. “Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes”. Todos queremos que nos traten con amabilidad, queremos que nos traten con compasión y atención, queremos ser amados. ¡Hagamos lo mismo con los demás! Esto da gran consuelo al Sagrado Corazón de Jesús.

8. ¡GUARDA TUS OJOS! Hoy más que nunca, debemos guardar estricta custodia de todos nuestros sentidos, pero especialmente de nuestros ojos. ¡Los ojos son el espejo del alma! Jesús nos dice en una de las bienaventuranzas: “Bienaventurados los puros de corazón, porque verán a Dios” (Mt 5:8)

9. LA PRACTICA DE VIVIR EN LA PRESENCIA DE DIOS. El corazón de la espiritualidad del Hermano Lawrence era muy sencilla: “Vive en la presencia de Dios”.  Si lo hacemos, evitaremos muchísimos pecados y Dios será nuestro compañero en todo momento de nuestra vida. Santa Teresa de Ávila afirma, que una de las principales razones por la cual pecamos es porque nos olvidamos de la presencia de Dios.

10. DAR GRACIAS A DIOS EN TODO. Esta exhortación la leemos en las cartas del apóstol san Pablo. Jesús se sorprende que solo uno de los diez leprosos que Él sano regresó a darle gracias. Dios nos libre de la ingratitud. Por el contrario, ¡cultivemos una actitud de gratitud! ¡Dios ama las almas agradecidas y en ellas derrama su gracia!

11. CONDIMENTOS DE LA VIDA SOCIAL: SON CUATRO.  Tres condimentos dan sabor a nuestro trato con otros.  Fomentemos fundamentos básicos de la educación y cortesía con las expresiones: “por favor”, “gracias”, “permiso” y “discúlpeme”. Son palabras cortas, fáciles y amables que expresan humildad de corazón.

12. SE HUMILDE. Seamos prontos para admitirlo si nos equivocamos o cometemos un error; admitámoslo a Dios y a nuestro hermano. Solo Dios es perfecto, nosotros no lo somos; ¡somos pecadores! Las Sagradas Escrituras nos dicen que el hombre justo cae siete veces al día. Pidamos a Jesús: “Jesús manso y humilde de corazón, haced mi corazón semejante al vuestro”.

13. NO DEJES PARA MAÑANA LO QUE PUEDES HACER HOY. La gracia de Dios, ¡como viene va! Cuando el Espíritu Santo nos manda una inspiración y pide que emprendamos alguna iniciativa, no demoremos en llevarla a cabo, no lo dejemos para otro día. La vida es corta; la eternidad es para siempre.

14. SI TROPIEZAS, VUELVE A PONERTE DE PIE – NUNC COEPI. La frase “nunc coepi” es frase en latín que significa “ahora comienzo”, es una expresión que señala la determinación de ponerse de pie inmediatamente. Una las artimañas del diablo es desanimarnos. Dios nos impulsa y ama lo contrario; Dios quiere, que si caemos en el pecado, que regresemos confiadamente a Él. Jesús dijo a santa Faustina, que los más grandes pecadores pueden llegar a ser los más grandes santos si tan sólo confían en su infinita misericordia!

15. NUESTRA CRUZ, ¿QUE HACER CON ELLA? Debemos reconocer a cruz o cruces que Dios en su Divina Providencia nos envía.  Al reconocer nuestra cruz, pidamos al Señor y a su Santísima Madre la gracia de llevarla con paciencia. Porque con Jesús y María a nuestro lado, podremos llevar cualquier cruz. ¿Cómo es eso? ¡Porque Jesús llevará la mayor parte!

16. ¿TENTADO? ¡CORRE A MARIA! En cuanto le alguna tentación del enemigo le asalte, eleve su mente y su corazón a María rezando una Avemaría con fervor. ¡María aplastará la cabeza fea de la serpiente! Todos los demonios del infierno tienen un miedo mortal del santo nombre de María. 

17. SE UN SIMON EL CIRINEO, UN BUEN SAMARITANO EN SENDERO DE LA VIDA. Cada vez que encuentres a una persona, ya sea familia, amigo, colega o cualquier persona, que esté pasando por un profundo estado de desolación, trata de consolarlo; ¡dale una palabra de aliento, una sonrisa o reza por ella! Esto es muy agradable a Jesús y María.

18. HAZ LAS COSAS ORDINARIAS CON EXTRAORDINARIO AMOR. ¡La santidad no depende en que movamos montañas, resucitemos a los muertos, o incluso que los ciegos vean! Jesús hizo estos maravillosos milagros para dar prueba de su Divinidad y para manifestar su gran compasión por los enfermos y todos los que sufren. Dios nos da a cada uno tareas que desempeñar cada día, a veces son cosas pequeñas, a veces monumentales; ¡pero igual debemos pedir a Dios la gracia de hacer las cosas de cada día – las cosas ordinarias – con extraordinario amor! ¡Dios no se fija en la grandeza de la acción sino en el amor y la intención del corazón!

19. MISA DIARIA Y SANTA COMUNION. En el Padre Nuestro pedimos: “Danos hoy el pan de cada día”. A esta oración podemos dar una interpretación sacramental; pedimos cada día la SANTA COMUNION. Analice sus obligaciones cada semana o su agenda, si es posible, acuda a la Santa Misa y reciba la Santa Comunión todos los días, si no es posible todos los días, por lo menos varias veces cada semana, y claro, ¡sin descuidar el domingo!

20. AMAR A MARIA, HABLAR Y CONFIAR EN MARIA. Por último, cualquier cosa que hagamos, pongámosla en las manos y el Inmaculado Corazón de María. San Luis de Montfort llama a María, la tesorera, administradora y dispensadora de todas las gracias. Al poner en sus manos todas las cosas, Ella las colocará en el Sagrado Corazón de Jesús; Jesús es nuestro refugio por toda la eternidad. Meditemos las palabras de San Luis de Montfort: “Vivir en María significa amar a María con el corazón. Significa amarla tanto que solo podemos vivir en su Inmaculado Corazón”.

El padre Ed Broom, OMV (Oblato de la Virgen María), conocido también como Padre Escobita, fue ordenado sacerdote por san Juan Pablo II en 1986. Es asistente del párroco en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens (California). Allí imparte retiros, da los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, organiza y dirige su propio programa de radio y televisión en Guadalupe Radio –Barriendo Conciencias, y da un curso de preparación a los fieles en diversas parroquias de la archidiócesis de Los Ángeles para la Consagración total a Jesús mediante María. Para leer artículos o escuchar audios en inglés o en español, por favor vaya a www.fatherbroom.com

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Dic 20 2017

LA ALEGRIA DE LA NAVIDAD DEPENDERA DE COMO VIVAMOS EL ADVIENTO

 

El Adviento está a la vuelta de la esquina, lo que significa tiempo para prepararse para la Navidad: el nacimiento de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo. La alegría de la Navidad depende de la intensidad con la que vivimos la temporada de Adviento.

Vivamos este Adviento como si fuera el último de nuestras vidas: ¡de hecho podría ser!” Pues Jesús, constantemente, nos recuerda que estemos alertas, despiertos, listos y preparados para su venida, “porque no sabemos el día ni la hora”.

¡Pongamos en práctica estas cinco sugerencias para santificar el Adviento!

1.PRACTICAR EL SILENCIO. Hay que recordar al profeta Elías y su experiencia con Dios en el silencio de la montaña. Tras eliminar el ruido innecesario de tu vida, busca los minutos para guardar silencio. Eso significa, también desconectarse de todo tipo de “contaminación acústica”.

2. HACER ORACION. Tienes que encontrar más tiempo para orar en esta temporada santa. La Iglesia anima a sus fieles a intensificar en el Adviento la vida de oración. Las formar de orar son muchas y muy variadas: la Liturgia de las Horas, los Salmos, hacer una Hora Santa, la Lectio Divina, en la Santa Misa; orar lentamente, hacer examen de conciencia, rezar el Santo Rosarios, contemplar el Misterio (el Belén o Nacimiento)… Incluso, leer un buen libro sobre la oración.

3. SERVIR A LOS POBRES.   Tal ves en esta temporada de Adviento puedas encontrar la forma de servir a los pobres. Recuerda que Jesús se manifiesta a sí mismo en ellos. Santa Teresa de Calcuta dijo que “debemos descubrir a Jesús en el disfraz angustioso de los pobres”. Lee en Mateo 25: 31-46 la parábola del Juicio Final. Ahí el Señor dice en nuestro juicio estará basado en la manera en cómo tratamos a los pobres. Y nunca olvidar que “la caridad comienza en casa”.

4. FRECUENTAR LA SANTA MISA EN ADVIENTO. Intenta ir a la Santa Misa todos los días del Adviento. Si ya asistes a Misa diaria, da un paso o dos más allá de lo que estás haciendo. Trata de llegar antes para prepararte mejor; procura traer a miembros de tu familia, a algún amigo, para que puedan encontrarse con Jesús en la Eucaristía.

5. IMITA A NUESTRA SEÑORA.  En el libro clásico mariano escrito por San Luis María Grignon de Monfort “La Devoción a María”, exalta las diez virtudes de la Virgen que debes querer imitar, y más aún en esta temporada de Adviento: humildad profunda, fe viva, obediencia ciega, oración incesante, abnegación constante, superior pureza, amor ardiente, paciencia heroica, bondad angelical y sabiduría celestial.

“¿Por qué no elegir una o dos de estas virtudes de María, suplicar por su intercesión la gracia de imitarlas y luego, durante el Adviento, hacer un esfuerzo concertado para vivir estas virtudes más plenamente en tu vida? María es el camino más corto, más rápido y más fácil para llegar al Corazón de Jesús”.


El padre Ed Broom, OMV (Oblato de la Virgen María), conocido también como Padre Escobita, fue ordenado sacerdote por san Juan Pablo II en 1986. Es asistente del párroco en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens (California). Allí imparte retiros, da los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, organiza y dirige su propio programa de radio y televisión en Guadalupe Radio –Barriendo Conciencias.

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Nov 28 2017

EFECTOS MARAVILLOSOS DE LA CONSAGRACION TOTAL A MARIA

“Así como el respirar es señal de vida, así invocar con frecuencia el dulce nombre de María es señal o de que se vive en gracia de Dios o de que pronto se conseguirá; el Nombre de María, incesantemente en los labios de sus devotos, además de ser prueba de la vida sobrenatural, guarda, preserva y fortalece en todo a quienes la invoca.” (San Germán)

“El corazón de María contuvo al que los cielos no pueden contener; en su vientre inmaculado el Dios infinito hizo su morada! En María, se adora a la Trinidad, los demonios son vencidos, Satanás es expulsado del cielo, y nuestra naturaleza caída es asumida en el cielo.” (San Cirilo de Alejandría)

“Ten por seguro, que no experimentarás el rechazo de Dios, si todos tus ruegos y obras las entregas y confias en manos de María.” (San Bernardo)

La vida de los santos se caracteriza por un amor desbordante y una devoción tierna a María, la Hija de Dios Padre, la Madre de Dios Hijo y Esposa Mística del Espíritu Santo. La Virgen Santa es la Madre de la Iglesía y Madre nuestra en el orden de la gracia.

Queremos resaltar en este ensayo, diez frutos que brotan de la consagración total de a Jesús mediante el Inmaculado Corazón de María. La Santísima Virgen María nos encaminará a la Patria Celestial; ennoblecidos y atraídos por su plegaria, sus palabras, su ejemplo y todo su ser, la Virgen Santísma nos conducirá al cielo en donde estaremos glorificando a Dios por toda la eternidad.

1. MARIA, ACOMPANA NUESTRO CAMINAR PARA QUE PODAMOS DAR GLORIA A DIOS.
Por nuestra Consagración Total a Jesús por medio del Inmaculado Corazón de María,  daremos gloria a Dios a un grado más pleno y más sublime. El cántico de María – la Magnificat – nos lo afirma: Glorifica mi alma al Señor y mi espíritu se llena de gozo, al contemplar la bondad de Dios mi Salvador…(Lc 1, 47) Por intercesión de María, abogada tan clemente como poderosa, podremos glorificar a Dios con nuestras vidas. San Ignacio de Loyola nos recuerda en los Ejercicios Espirituales – Principio y Fundamento – que estamos llamados para alabar a Dios; María nos ayudará a cumplir esta más noble aspiración.

2. OBEDIENTES A JESUS.
En el Evangelio encontramos a la Virgen hablando sólo siete veces; sus palabras son una profundidad de las riquezas y la sabiduria de Dios. Por eso, la Iglesia invoca a Virgen María bajo el título de Nuestra Señora del Buen Consejo. Las últimas palabras de María conservadas en el Evangelio de san Juan capítulo 2, versículo del 1 al 12, las encontramos en el relato de las bodas de Caná: “Hagan lo que Él les diga”.  En las bodas, María no hace el milagro, pero lo provoca con su intercesión y logra una pronta solución a una situación sumamente penosa – ¡se les había acabado el vino en pleno festejo! Con pocas palabras, llenas de sabiduría y profundidad, María nos dice: “Hagan lo que Él les diga”. (Jn 2: 5) La Virgen María le dice al mundo, te dice a tí, y me dice a mí algo muy sencillo: Escucha y obedece las palabras de Jesús, ponlas en práctica. Son palabras para el mundo y palabras que nos convocan también a nosotros. Por lo tanto, María lejos de impedir, distraer, distanciar o obstaculizar nuestra unión con Jesús, nos conduce a Jesús y fortifica nuestra unión con Él. San Luis de Montfort con apasionada insistencia nos dice: “María es el medio más seguro, fácil, corto y perfecto para llegar a Jesús.” Podríamos decir que María es el ATAJO para llegar a Jesús, y por consecuencia, a Dios Padre.

3. UNION CON LA SANTISIMA TRINIDAD.
Confesamos un solo Dios en tres Divinas Personas – el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. La relación de la Virgen María con Dios, con las tres divinas Personas, es tan sublime y tan estrecha, ella es la hija predilecta de Dios Padre, la Madre de Dios Hijo y la Esposa Mística del Espíritu Santo, ella es templo del Espíritu Santo. Por consiguiente, la verdadera devoción y consagración a María produce y fortalece una unión más íntima con la Santísima Trinidad. Porque la unión de la Virgen María con el Dios Trino es pura y sin mancha, ¡es perfecta! La Madre de Dios nos dará una unión más íntima y más honda con Dios. La finalidad y razón de nuestra existencia es precisamente la union con Dios.

4. MARIA ROBUSTECE NUESTRA VIDA DE ORACION.
Todo seguidor de Cristo lucha diariamente para crecer, perseverar y ser constante en su vida de oración. Como bien sabemos, la oración es fácil y a su vez difícil; fácil porque podemos elevar el corazón a Dios en cualquier momento o lugar, y usar las palabras más sencillas; difícil porque el mundo, el diablo y la carne luchan para frustrar a toda costa que seamos constantes en la práctica indispensable de la oración. Nuestra consagración a María arraiga en nuestros corazones el deseo y el anhelo de rezar más y mejor y la perseverancia en la oración hasta el día que lleguemos a la patria que nunca se acaba. San Agustín dice: “El que reza bien, vive bien; el que vive bien, muere bien; el que muere bien, todo está bien”!

5. MARIA NOS AYUDA A VENCER LA EPIDEMIA MODERNA DE LA SOLEDAD.
Una de las características más dolorosas de la vida moderna es la soledad, muchos padecen de ella y pierden el sentido de la vida y las ganas de vivir. La Virgen María otorga a sus hijos consagrados, alivio de la soledad y las tristezas de la vida presente. San Ignacio de Loyola, fundador de los Jesuitas y autor de los Ejercicios Espirituales, tenía especial devoción a María bajo el patrocinio de la “Madonna della Stada”, que en español sería, “Nuestra Señora del Camino”, por cierto, hay un hermoso canto mariano en italiano y en español en honor a María bajo este título. Con esta advocación y deseo de sus hijos consagrados, podemos resumir así: Nuestra Señora desea, benigna Madre, desea acompañarnos, desea caminar con nosotros cada paso y llevarnos al cielo. No estamos solos, ni por un instante, porque María, nuestra madre amorosa está con nosotros. ¡Qué verdad tan saludable, qué verdad tan consoladora!

6. NUESTRA SEÑORA, ¡NUESTRA VIDA, DULZURA Y ESPERANZA!  
Una de las oraciones de amor y confianza más conocidas dirigida a la Madre de Dios es el SALVE REINA, en esta oración alzamos nuestra mente y nuestro corazón a Jesús mediante María con estas palabras: Dios te salve, Reina y Madre, Madre de misericordia, vida y dulzura, esperanza nuestra. En las pruebas y tribulaciones, penas y aflicciones, tristezas y angustias de la vida; la Virgen María cambia la amargura en dulzura, la desesperanza en esperanza. Ella nos llena de fe y esperanza en Dios nuestro Padre amoroso. Jesús dijo: “Dios los tiene en la palma de su mano… y nadie las puede arrebatar de la mano del Padre.”

7. LA VIRGEN MARIA, CON TERNURA Y FIRMEZA, NOS CONDUCE A LA IGLESIA.
La verdadera devoción a María indudablemente nos conduce a la Iglesia. La Constitución Dogmática, Lumen Gentium, Constitución dogmática sobre la Iglesia del Concilio Vaticano Segundo, capítulo 8, otorga a María el título glorioso – Madre de la Iglesia. Afirmamos, sin lugar a equivocarnos, que la verdadera devoción y consagración a María nos incorporará con mayor hondura al Cuerpo Místico de Cristo; la Iglesia Católica es el Cuerpo Místico de Cristo. Jesús es la cabeza, María es la Madre de la Iglesia, y nosotros somos miembros del Cuerpo Místico e hijos e hijas de María!

8. LA VIRGEN MARIA ATRAE, GUIA Y LLEVA A SUS DEVOTOS A LA EUCARISTIA.
Por otra parte, la Santísima Virgen regala otra gracia a sus devotos y consagrados, les infunde el deseo ardiente de recibir a Jesús en sus sacramentos, y de forma especial a Jesús Eucaristía. Grandes e importantes son las tres apariciones marianas aprobadas por la Iglesia, Guadalupe en México en 1531, Lourdes en Francia en 1856 y Fátima en Portugal en 1917. En cada una de estas tres apariciones, nuestra Señora pidió que se construyera un templo y hoy día hay tres magníficos templos México, Francia y Portugal porque así lo pidió nuestra Madre de Dios. El punto culminante de estas tres Iglesias marianas es la celebración de la santa Misa, en la que muchos reciben a Jesús en la santa Comunión: el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesús, el Hijo de María. Nuestra Señora recibió a Jesús en su corazón y su alma en la Anunciación con su “fiat”: He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según su palabra. Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Nuestro “amén” antes de recibir la santa Eucaristía se asemeja al “sí” de María que culminó en la Encarnación del Hijo de Dios. Con nuestro “amén”, Jesús llega y habita en nuestros corazones (Papa San Juan Pablo II). La santísima Virgen María quiere que amemos a Jesús, quiere que lo recibamos en la santa Comunión, y que Jesús se el centro de nuestra existencia dentro de la Iglesia.

9. LA VIRGEN MARIA NOS ABRAZA Y NOS LEVANTA CUANDO CAEMOS.
En los santuarios marianos – Guadalupe, Lourdes y Fátima – siempre encontramos confesionarios con largas filas de penitentes. La Virgen María, pura y sin mancha, conoce de que nacimos y somos pecadores, y como buena madre, la más cariñosa y tierna, María intercederá por nosotros ante el trono de Dios, y nos obtendrá la gracia de regresar al abrazo amoroso del Padre Celestial (Lc 15: 11-22, La Parábola del Hijo Prodigo). La Virgen Santa, la Llena de gracia, nos alcanzará la gracia para que acudamos al sacramento de la Confesión. Ella, como madre amorosa, ama a todos sus hijos y más cuando caen. ¿Qué madre no corre al auxilio del hijo que ha caído y lastimado?

10. LA VIRGEN MARIA NOS AYUDARA A LLEGAR AL CIELO.
El más grande anhelo del Inmaculado Corazón de María es que todos sus hijos, el mundo entero, cada uno de nosotros, lleguemos a la Patria Celestial. San Bernardo, autor de uno de los más hermosos poemas dedicados a la Virgen Santa – Stella Maris – dice que somos marineros en un mar tempestuoso, nuestra barca corre peligro de voltearse y hundirse; pero si alzamos la mirada a la Estrella del Mar – Stella Maris – por Su intercesión, las aguas se calmarán, las nueves oscuras se disiparan y alcanzaremos llegar al puerto de salvación, a la Patria Celestial.


De modo que, os exhorto a no demorar más, consagremos toda nuestra vida -nuestro pasado, nuestro presente, nuestro futuro, nuestro cuerpo, mente, alma, nuestras emociones, nuestras familias, amigos y conocidos, nuestros temores e inquitudes – a Jesús por medio del más puro e Inmaculado Corazón de Maria, ella es nuestra vida, dulzura y esperanza!


El padre Ed Broom, OMV (Oblato de la Virgen María), conocido también como Padre Escobita, fue ordenado sacerdote por san Juan Pablo II en 1986. Es asistente del párroco en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens (California). Allí imparte retiros, da los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, organiza y dirige su propio programa de radio y televisión en Guadalupe Radio –Barriendo Conciencias, y da un curso de preparación a los fieles en diversas parroquias de la archidiócesis de Los Ángeles para la Consagración total a Jesús mediante María. Para leer artículos o escuchar audios en inglés o en español, por favor vaya a www.fatherbroom.com
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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Nov 11 2017

LA ORACION ES EL OXIGENO DEL ALMA


«El que huye de la oración huye de todo lo que es bueno», dice san Juan de la Cruz. Los pulmones sin aire colapsan; lo que el aire es para los pulmones, la oración es para el alma.  San Pablo nos exhorta:
 «oren sin cesar» (1 Ts 5,17).  San Pablo en su carta a los Efesios dice: «Oren en todo momento». (Ef 6,18)  Jesús en el Huerto de los Olivos dijo a los Apóstoles: »Velad y orad» (Mt 26,41).  Pero los Apóstoles descuidaron la oración y acabaron abandonando a Jesús cuando más los necesitaba. Este es el nexo, quién no ora sucumbe al pecado. Cuando oramos más y con mayor fervor, nuestra alma recibe la gracia de Dios en mayor proporción, la gracia nos fortalece para que podamos rechazar los caprichos del cuerpo, los insistentes ataques del diablo y las siempre presentes seducciones del mundo que nos rodea.

¿Qué podemos hacer para orar con mayor fervor y determinación?

1.  ¿CUÁNDO?  ¿Cuándo podemos orar?  La respuesta es sencilla: podemos elevar el corazón y la mente a nuestro Padre amoroso en cualquier momento.  Dios es un padre paciente, que nos espera siempre.  Si buscamos a Dios en la oración, no pasará lo que tan a menudo sucede cuando tratamos de comunicarnos con alguien por teléfono y encontramos la linea ocupada.  La linea de comunicación con nuestro Padre Celestial nunca está ocupada.  En el momento que buscamos Dios en la oración, Dios nos escucha.  ¡Qué bueno es nuestro Dios!

2.  ¿DÓNDE?  No sólo podemos hablar con Dios en cualquier momento, podemos hablar con Él en el lugar que nos encontremos.  La omnipresencia de Dios es uno de sus atributos  – Dios está presente en todas partes.  San Pablo, citando al poeta griego revela esta verdad: »En Él vivimos, nos movemos y existimos.»  Nosotros fácilmente nos olvidamos de Dios, pero Dios no se olvida de nosotros, ni por una fracción de un segundo.  ¡Dios nos ama incondicionalmente!

3.  ¿POR QUÉ?  ¿Porque debemos orar?  Hay un sinfín de razones.  Pero quizás la más poderosa sea esta:  por la salvación de nuestra alma.  Escuchemos lo que nos dicen dos grandes santos sobre la importancia de la oración respecto a la salvación de nuestra alma.  Empecemos con san Agustín.  San Agustín antes de su conversión luchó fuertemente y por muchos años para librarse del la esclavitud de la lujuria.  San Agustín, Doctor de la Gracia, nos enseña con pequeños poemas: »Quién reza bien, vive bien; quién vive bien, muerte bien; quién muere bien, todos está bien.»  ¡Muy bien dicho san Agustín!  Ahora veamos lo que dice uno de los más grandes maestros – san Alfonso María Ligorio.  El Catecismo de la Iglesia Católico cita a san Alfonso.  Leamos estas palabras sólidas y convincentes: »Quién reza bien se salvará, quién no reza se condenará.»  ¡Palabras explosivas!  Una afirmación fuerte ¿usted que piensa?

4.  ¿QUIÉN?  Cuando oro ¿a quién dirijo mi oración?  Daremos una respuesta sencilla y otra no tan sencilla.  Claro, podemos hablar con Dios.  Podemos dirigirnos a una o las tres Personas de la Santísima Trinidad – al Padre, Hijo o Espíritu Santo.  Pero debemos saber, que en el cielo todos llegan a formar una familia.  Por lo tanto, podemos dirigir nuestra oración a Maria la Madre de Dios, a los ángeles o a los santos.  En cierto sentido, hay gran libertad en la oración.  Podemos elevar nuestro corazón en la oración con Dios uno y Trino, Maria, los ángeles y los santos en cualquier momento.  Podemos hablar con ellos de todo que está en nuestro corazón.  En la oración gozamos de la libertad de los hijos e hijas de Dios.

5.  ¿QUÉ?  Muchos no saben qué decir en la oración.  Pero repito, en la oración tenemos mucha libertad.  Usemos estas siglas como ayuda memoria para expresar los movimientos del corazón.  C.A.S.A.  La letra »C» representa la palabra »contrición».  Debemos tener un corazón contrito, arrepentido y humilde por las veces que pecamos contra Dios.  Pidámosle a Dios perdón por nuestros pecados.  »A» representa la palabra »adoración».  Unamos nuestra oración a la alabanza de los ángeles y glorifiquemos y adoremos a Dios.  »S» representa la palabra »súplica».  Debemos suplicar y pedir a Dios nuestro pan de cada día.  Jesús mismo nos dice: »Pedir, y se te os dará; buscar, y hallares; llamar, y se te abrirá.» (Mt 7, 7-8)  Y la última »A» representa »acción de gracias».  En verdad, todo lo que tenemos es un regalo de Dios y si lo único que hacemos en nuestra oración es dar gracias a Dios, esto bastaría. 
Como punt0 de motivación, consideremos con espíritu de oración las palabras de san Pedro de Alcántara tomadas de san Lorenzo Justiniano sobre la fuerza de la oración.

  En la oración el alma se purifica de sus pecados, la caridad se alimenta, la fe se afianza, la esperanza se fortalece, el corazón se purifica, la verdad se descubre y la tentación se vence. Por otra parte, la tristeza huye, los sentidos se renuevan, la virtud enflaquecida se robustece, la tibieza se expulsa, se destruye el orígen de los vicios y en ella crece el anhelo del cielo como un fuego vivo en el que arde la llama del amor divino. ¡Qué grandes son las excelencias de la oración!  ¡Qué grandes sus privilegios! Gracias a ella se nos abren los Cielos, se nos manifiestan los secretos y Dios nos escucha con oídos atentos.

O Señora mía, o Madre mía, tu guardaste la Palabra de Dios en tu Inmaculado Corazón, ruega por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte.  Amén.


El padre Ed Broom, OMV (Oblato de la Virgen María), conocido también como Padre Escobita, fue ordenado sacerdote por san Juan Pablo II en 1986. Es asistente del párroco en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens (California). Allí imparte retiros, da los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, organiza y dirige su propio programa de radio y televisión en Guadalupe Radio –Barriendo Conciencias, y da un curso de preparación a los fieles en diversas parroquias de la archidiócesis de Los Ángeles para la Consagración total a Jesús mediante María. Para leer artículos o escuchar audios en inglés o en español, por favor vaya a www.fatherbroom.com

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