Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)

Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana

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Abr 09 2020

JUEVES SANTO: LA ULTIMA CENA | EJERCICIOS ESPIRITUALES POR INTERNET | 9 DE ABRIL DEL 2020

REPETICION. Relea y vuleva a meditar LA ULTIMA CENA

GRACIAS A PEDIR: 

1) Sentir compasión por Cristo… dolor con Cristo doloroso, quebranto con Cristo quebrantado, 2) Consolar a Cristo, 3) Lágrimas, pena interna de tanta pena que Cristo pasó por mi.  (#203 de los Ejercicios Espirituales)

 LA ÚLTIMA CENA…   Mt. 26, 20-30 / Jn. 13, 1-30

 

  1. GRACIAS.  En la Última Cena encontramos gozo y dolor.  GOZO porque es la primera Misa y Jesús lega a la humanidad los dos Dones más sublimes: ¡la Santa Eucaristía y el Sacramento del Orden Sacerdotal!  ¡DOLOR, porque esa misma noche Jesús es entregado por treinta monedas de plata y es rechazado y abandonado por quienes eran sus mejores amigos!
  2. CONTEMPLE EL LAVATORIO DE LOS PIES.  Construya la escena vivamente en su imaginación: Jesús estando en la Última Cena con sus 12 Apóstoles hace un increíble gesto; toma agua, un recipiente y una toalla y se la ciñó, se pone de rodillas y empieza a lavar los pies de los Apóstoles uno por uno.   ¿En los tiempos de Jesús a quién le correspondía hacer esto?  Le correspondía a los que ocupaban el nivel socioeconomico más bajo en la cultura judía – ¡los ESCLAVOS!  ¡Jesús está haciendo el trabajo de un esclavo!  En el idioma griego, la palabra que se usa para esclavo es DURO.  Un esclavo hacía los trabajos más duros y más sucios.  ¡Jesús hizo ambos!  En esta contemplación, vea como Jesús lava los pies de sus discípulos con amor indescriptible, ternura y humildad.
  3. SIMÓN PEDRO.  Cuando le tocó el turno a Simón Pedro, él se resiste y dice: “¿Señor, ¿tú me lavas los pies?”Pedro comprende de manera particular lo profundo de la humillación del Señor, y se rebela, no la acepta, pero Jesús insiste y le dice: “Si no te lavo, no tienes parte conmigo.”  Simón Pedro le responde con la espontaneidad que le caracteriza: “Señor, entonces no solo los pies, sino también las manos y la cabeza.” (Jn 13, 6-8)  ¿Cuántas veces hemos rechazado a Jesús? ¿cuántas veces no hemos querido que nos “lave” los pies? ¿cuántas veces hemos contradicho a Jesús?   ¿Está inclinado a contradecir siempre; un espíritu de contradicción?   Es éste su lema: ‟A mi manera o de ninguna manera.”
  4. JESÚS LAVA TAMBIÉN LOS PIES DE JUDAS.  Algunos místicos han dicho que Jesús besó tiernamente los pies de Judas como un último gesto para ganárselo pero momentos después, estos pies que Jesús besó salen corriendo torpemente hacia el Sumo Sacerdote pidiendo el pago por su traición, y él le entrega treinta monedas de plata – ¡el precio de un esclavo!  ¿Cuántas veces hemos sufrido del ‟mal de Judas”?  ¿Acaso no hay quienes vende a Cristo incluso por menos? Cuestiónese: ¿He traicionado yo alguna vez a Jesús?  La esencia del pecado is NEGAR Y TRAICIONAR a Jesús (la negación de Pedro y el traicion de Judas).  Reflexionemos sobre esto.  
  5. JUDAS Y PEDRO.  Esta misma noche en que Jesús instituyó el sacramento del Orden Sacerdotal y el sacramento de la Eucaristía, es la noche en que Pedro lo niega  y Judas lo traiciona.  Pero veamos ahora la reacción de cada uno de ellos después su traición; uno se desespera y con lágrimas de acobardado se cuelga de un arbol y el otro con lágrimas de arrepentimiento regresa a Jesús.  Veamos solamente a JUDAS por un momento:  Judas por no tener fe y confianza en la misericordia de Jesús y se dejo llevar por la desesperanza.  Según el Diario de S. Faustina, el peor pecado es la “falta de confianza en la misericordia de Dios”. Si Judas se hubiera arrepentido, ¡podría haber sido un gran santo y hoy por todo el mundo habrían Iglesias con el nombre de SAN JUDAS EL PENITENTE.  Pero no es así, porque Judas no se arrepintió y no confió en la misericorida de Jesús.  Pregunta:  ¿Cuándo usted cae, pierde la esperanza?  Si es así, ¡por qué no pide a Dios que le conceda un corazón contrito y el don de la conversion!  
  6. PEDRO también le falló a Jesús, él le negó tres veces, pero veamos cuál fue su reacción después de su traición:  El Evangelio relata que Pedro lloró amargamente, y según la tradición, Pedro lloró tan vivamente su traición que las lágrimas cavaron profundos surcos bajo sus ojos – tan profundo era su pena y su pesar.  La película de Mel Gibson, La Pasión de Cristo, muestra la escena en donde Pedro se encuentra con María, sus ojos se encuentran y Pedro llora pero vuelve a Jesús con mayor amor!  Este es Pedro, algo tan parecido a nosotros como para no reconocerlo, para no reconocernos en él, y, por lo mismo, comprenderlo.
  7. NUESTRA SEÑORA DE MISERICORDIA.  El venerable arzobispo Fulton J. Sheen dice esto:  ‟Si Judas hubiera fijado sus ojos en María, nunca se hubiera entregado a la desesperanza.”  Uno de los títulos gloriosos de María es Nuestra Señora de Misericordia.   El conocido canta autor Paul McCartney canta: “Cuando me encuentro en tiempos difíciles, Madre María viene a mí diciendo palabras de sabiduría – déjalo ser.” Uno de los momentos claves de la conversión de Pedro fue después de la Resurrección  el Evangelio relata que Jesús le manda a que tire las redes del otro lado de la barca y Pedro logra una gran pesca.  Después de la gran pesca, Jesús y Pedro van caminando a la orilla del mar y le pregunta: ‟Simón Pedro, ¿me amas?” Pedro le contesta: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero.”  Jesús le hace la misma pregunta por segunda y tercera vez: “Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?”  Pedro se entristece porque por tercera vez Jesús le pregunta: ¿Me quieres?  Pedro le responde: “Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.”  Con su triple declaración de amor Pedro repara su triple negación y ¡recibe el perdón de Jesús!
  8. VOLVAMOS A LA ÚLTIMA CENA.  Siempre podemos meditar el misterio de la Última Cena y el Don de dones, la Santa Eucaristía, con mayor profundidad, ¡la Última Cena fue la Primera Misa!  Meditemos las sublimes palabras:  ‟Tomad y comed, esto es mi Cuerpo; tomad y bebed, esta es mi Sangre.  Haced esto en conmemoración mía.”   Hoy, en esta meditación, renueve su fe, su amor, su devoción y su deseo de asistir a la Santa Misa y recibir la Santa Comunión.  ¡Reciba la Santa Comunión con mayor frecuencia para que el fuego de amor consuma todo su ser!  Jesús djo: “He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo!  San Juan Eudes dijo: ‟Necesitaríamos tres eternidades para la Santa Misa: 1) Una eternidad para prepararnos para la celebración de la Santa Misa, 2) Otra para celebrar el Santo Sacrificio de la Misa; 3) Y otra para debidamente dar gracias después de la Santa Misa.”  Cada vez que se acerque a recibir el sublime y augusto misterio de la Santa Comunión, hágalo con mucho amor.  ¡Reciba la Santa Comunión como si fuera su primera Comunión, su última Comunión y su única Comunión!  Si lo hacemos, hemos emprendido el camino hacia la santidad.
  9. EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS.  En la Última Cena, san Juan el discípulo amado, está sentado a lado de Jesús y reclina su cabeza sobre el Sagrado Corazón y ¡escucha el latido de su amadísimo Corazón!  ¡Imagínese lo que escuchó!  Ahora, en esta meditación es USTED el que está sentado a lado de Jesús, tome su asiento, acérquese a Jesús… recline su cabeza – su oido – sobre el Sagrado Corazón… hágalo con paz y amor.  Descanse ahí.  Escuche el latido de Su Corazón.  ¡Ámelo!  Permita ser sumergido en el abismo de amor del Sagrado Corazón.  Pase su Hora Santa reposando en el Corazón de Jesús.  Escúchelo… ámelo… y déjese amar por el Amor de los Amores, ¡nuestro Salvador y Señor, Jesucristo!   
  10. YO SOY LA VID Y USTEDES LO SARMIENTOS (Jn 15)  En el contexto de la Última Cena, Jesús nos da su último discurso, el más sublime e más inspirador.  Este discurso lo podemos encontrar en el Evangelio de san Juan, empezando en el capítulo 13 hasta el capítulo 17.  En Juan capítulo 15, Jesús dice: “Yo soy la vid y ustedes los sarmientos.”  Algunos de estos sarmientos son inservibles porque no dan fruto, están secos e infecundos y otros tienen que ser podados para que den abundante fruto.  ¡Jesús es la VID!  Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”  Imagínese que usted es uno de estos sarmientos adherido a la VID.  ¿Hay alguna rama en su vida interior que debe cortar y arrojar al fuego?  ¿Hay ramas en su vida espiritual que se necesitan podar?  ¡Nuestro mayor anhelo es que en su vida espiritual hayan muchas ramas que estén dando mucho fruto!  Cuando esté en oración, analice su vida, cuestiónese: ¿Estoy dando fruto?  ¡Jesús es la VIDA y usted está llamado a ser portador de vida, fuente de gracia y santidad!
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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Abr 08 2020

JESUS ES CORONADO DE ESPINAS | EJERCICIOS ESPIRITUALES | ABRIL 8, 2020

GRACIAS A PEDIR: 

1) Sentir compasión por Cristo… dolor con Cristo doloroso, quebranto con Cristo quebrantado, 2) Consolar a Cristo, 3) Lágrimas, pena interna de tanta pena que Cristo pasó por mi.  (#203 de los Ejercicios Espirituales)

QUINTO DÍA: JESÚS ES CORONADO DE ESPINAS… Jn 19, 1-8.

  1. GRACIAS A PEDIR:  De nuevo, pida la gracia sufrir con Jesús sufriente – Jesús es Nuestro Salvador y Redentor.  Jesús sufrió dolores indecibles de cuerpo y alma, sufrimientos que jamás podremos imaginar.  Jesús sufrió en pago por la deuda de los pecados de la humanidad, por cada uno de nuestros pecados personales y para abrirnos las puertas del cielo.  Entremos a esta contemplación – El Tercer Misterio Doloroso del Santo Rosario – y pidamos la gracia de sentir compasión por Cristo, dolor con Cristo doloroso y quebranto con Cristo quebrantado.
  2. LA IMAGINACIÓN CREATIVA.  Con los ojos de la imaginación, vea la siguiente escena.  Vuelva a lo que acaba de pasar:  En el huerto de los Olivos, Jesús ha pasado horas en agonía y ha sudado sangre, ha sido atado a una columna y brutalmente flagelado y ultrajado, y tras la cruel tortura, su Cuerpo ha quedado una llaga abierta, sus huesos han quedado al descubierto y su sangre diluvia formado un lago alrededor de la columna.  Los ejecutores han desquitado su furia golpeándolo despiadadamente.  Cualquier otro hombre que hubiese recibido estas crueles torturas, hubiera muerto de dolor y la pérdida de sangre.  Jesús ahora camina fatigosamente y encorvado con las vestiduras adheridas a las hagas de su piel.  Su cuerpo está destrozado, sus huesos han quedado al descubierto, su rostro santísimo está irreconocible.  ¡Jesús acoge todo este sufrimiento voluntariamente y sufre inocentemente por amor a mi y amor a ti!
  3. LA NOCHE ANTES DE SU CRUCIFIXIÓN.  Los enemigos de Jesús a empujones lo llevan a un calabozo pequeño. Con los ojos de la imaginación, vea el calabozo, hágase presente… está oscuro y es de noche, huele a moho y humedad, ¡hay un olor rancio y desagradable que impregna todo!  Pero Jesús no está solo… hubiese sido mejor que estuviera solo, porque quienes lo acompañan éste Jueves Santo son los torturadores, son monstruos con forma humana.  Ellos con groserias punzantes se burlan de Él y lo maldicen.  El pecado es así, causa indescriptible dolor, en cambio el amor nunca hiere o daña. 
  4. ATADO OTRA VEZ.  Hemos visto que Jesús es atado a una columna y terriblemente azotado.  Por segunda vez, los verdugos lo atan y lo inmovilizan.   Han vuelto a atar a quien vino a liberar a los cautivos y alcanzarnos la verdadera libertad del espíritu.  Lo atan como si fuese el peor de los verdugos, y Jesús lo permite.   Jesús ofrece su libertad en reparación por las veces que hemos abusado de nuestra libertad.  En Principio y Fundamento aprendimos que somos llamados a hacer “uso” de la creación para dar gloria a Dios y para la salvación de nuestra alma.  El pecado es “ABUSAR” de nuestra libertad.  Jesús dice que el pecado es ESCLAVITUD.  Jesús vino para liberar a los cautivos.  PREGUNTA:  ¿Es usted esclavo de alguna pasión, deseo, intención o pecado?  ¡Este es el momento de postrarse a los pies de Jesús nuestro Salvador e implorar que nos conceda la libertad que nuestro corazón tanto anhela!
  5. ¡BURLAS!  Los crueles e inhumanos torturadores siguen con sus intrigas satánicas.  Santa Teresa de Ávila dice: “No nos debe sorprender lo que hacen quienes no viven en estado de gracia sino que nos debería sorprender lo que no hacen”.  Es decir, la crueldad de los que viven fuera de la gracia de Dios no tiene límites.  Los verdugos abofetean despiadadamente la dulcísima faz de Nuestro Señor hasta disfigurarla.  El Santo Sudario (La Sábana Santa de Turín) aparte de mostrar la espalda y el Cuerpo llagado y deshecho, muestra la nariz de Jesús desfigurada por la fuerza de los golpes.  El profeta Isaías profetizó sobre el siervo sufriente diciendo: “Le arrancaron la barba, se burlaron de Él.”  Y en todo esto, Jesús no abrió la boca.  Se predijo: “Fue maltratado y él se humilló y no dijo nada, fue llevado cual cordero al matadero, como una oveja que permanece muda cuando la esquilan.”  Llevan a Jesús al matadero por amor a mi y amor a ti – ¡por la salvación eterna de nuestras almas
  6. ¡SIGUEN LAS BURLAS Y LAS MOFAS!  No les fue suficiente estas humillaciones.  Agregan humillación sobre humillación y esta vez con un gesto más bajo – llenan su Rostro Sagrado con escupitajos… no una vez, ¡sino repetidas veces!  Al hacer esta contemplación deje que su corazón se rebose de compasión.  Abra su corazón a Jesús y hable con Él… comparta con Él todo lo que guarda en su corazón… dígale cómo se siente… cuéntele todo lo que calla su corazón.  Medite las palabras de san Ignació:  “¿Qué he hecho por Jesús?”  “¿Qué voy a hacer por Jesús?”  “¿Qué he decidido hacer por Jesús de hoy en adelante y todos los días de mi vida?”   Si tanto me amó Jesús que aceptó padecer este sufrimiento por mi, ¿qué no debería yo hacer por Él?
  7. OTRA INFAMIA – OBRAS DEL MAL – ¡EL PECADO!  En el Evangelio de San Juan, Jesús se da a sí mismo el título de «Luz».  Jesús dice:  “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.”  Y otra parte el Evangelio narra: “En cuánto tomó Judas el bocado, salió” – Judas deja a Jesús – “y era de noche.”   Dejar a Jesús es dejar la luz y entrar en las tinieblas.  
  8. A JESÚS LE VENDARON DE LOS OJOS… ¡y Jesús lo permite!  Medite lo que fue éste gesto tan cruel.  Sus enemigos se acercan a Él y le bendan los ojos con tanta fuerza y brutalidad que Sus divinos ojos están ahora en la oscuridad.  Jesús quien es LA LUZ DEL MUNDO, ahora está en una profunda oscuridad.  En el Evangelio vemos que Jesús da sanidad a los ojos sin vista de Bartimeo, el ciego que vivía de la caridad de la gente.  El Evangelio nos narra que en una ocasión al enterarse Bartimeo que Jesús de Nazaret pasaba por ahí, se puso a gritar y pidió a Jesús que tuviera compasión de él.  En esta reflexión, vemos a Jesús bendado de sus ojos.  ¿Por qué aceptó Jesús este sufrimiento con tanto amor?  ¡Por los pecados de los ojos!  ¿Cuántas veces hemos pecado con los ojos? – viendo la televisión, el internet, películas con malas imágenes, malas revistas, modas inmodestas o cuantas veces hemos dejado que nuestros ojos se recreen con cosas indecentes. Jesús ahora acepta ser BENDADO para reparar por MIS pecados de los ojos.  ¡Señor, te ruego, dirige mis ojos para que sólo contemplen lo que es noble, puro y hermoso!  “Bienaventurados los puros de corazón porque verán a Dios.” (Mt, 5,8)
  9. JESÚS ES TRATADO CUAL REY DE BURLA.  ¡Ha llegado a los excesos más profundos de las humillaciones y de los dolores!  Uno de los verdugos, volviéndose todavía más feroz dice:  “Si Él es Rey, debería tener una corona.  Démosle una corona.”  Cerca del lugar dónde Jesús está atado, hay unos grandes rosales…  reflexione por un momento las características de un rosal.  Vea LAS ESPINAS.   Las espinas pueden ser incipientes, tiernas, pequeñas o verdes.  Otras pueden ser medianas pero puntiagudas y punzantes.  Mientras otras más maduras son cafés, sumamente largas y sumamente puntiagudas y con el simple tocarlas, sangra el dedo.  Ahora regresemos para contemplar a Jesús…  Con un acto más de crueldad, los verdugos cortan varias ramas de espinas y las tejen en forma circular, la cargan con cuidado para no pincharse y con crueldad las colocan sobre la Santísima Cabeza de Jesús.  
  10. CEREMONIA DE CORONACIÓN SIMULADA.  Con los ojos de la imaginación vea la coronación y escuche lo que dicen los verdugos.  Se ríen y se burlan de Jesús: “Si Él es Rey, necesita una corona.  ¡Eh aquí el Rey de los gusanos!” (De la película de Mel Gibson) – Oh Jesús mio, cuán doloroso es contemplarte en este momento de tu pasión, pero mi corazón te abraza. –  Sus enemigos le empujan brutalmente la corona sobre su Santísima Cabeza.  Vea como las espinas penetran profundamente el cráneo, vea cómo se diluvia la sangre de su Santa Faz como un rio rebosante y su Preciosa Sangre cae en tierra.   Escuche los insultos y las burlas de estos demonios con forma de humanos:  “¡Salve, Rey de los judíos! ¡Salve Rey de los judíos!”  Y en todo esto, Jesús calla – ¡No pronuncia una sola palabra!  Es infernal – estos hombres disfrutan al ver que un inocente sufre.  Pero éste crimen el más nefasto, porque Jesús es Dios!
  11. ¡CRUELDAD EXTREMA!  Los verdugos no han terminado de divertirse de la forma más cruel y sádica.  Dicen: “¡Puesto que es Rey, y tiene una corona  ahora necesita un cetro!”  Buscan una caña (en realidad es una vara)… pero no se conforman en dársela, sino que para continuar con su crueldad, primero golpean su Sacratísima Cabeza, y ¡oh! como sufre Jesús.  Después de golpearlo repetidas veces, intentan colocar la caña en una de sus manos, ¡y todo esto lo hacen burlándose y llamándole Rey!  Esta mofa, simulando su coronación no cesa conforme avanzan las horas de la noche.  Siguen desplomando sobre Su Divina Persona insulto tras insulto, le golpean brutalmente Su Santa Faz y la llenan de escupitajos.  ¡La crueldad y barbaridad de los verdugos no tiene límites!  Pero usted, es valiente…  baje a donde está su amado Jesús… baje al calabozo húmedo, sucio y asfixiante.  ¡Acampánelo esta noche!  ¡Acérquece a Él!  Escuche su respirar.  Hable con Él con el corazón.  Dígale cuánto lo ama.  Pídale perdón por todas sus faltas.  ¡Con toda sinceridad, dígale cuánto desea serle siempre fiel!  ¡Consuélelo, como su corazón le dicte!
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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Abr 07 2020

LA FLAGELACION DE JESUS | EJERCICIOS ESPIRITUALES POR INTERNET | 7 DE ABRIL DEL 202

GRACIAS A PEDIR: 

1) Sentir compasión por Cristo… dolor con Cristo doloroso, quebranto con Cristo quebrantado, 2) Consolar a Cristo, 3) Lágrimas, pena interna de tanta pena que Cristo pasó por mi.  (#203 de los Ejercicios Espirituales)

CUARTO DÍA:  LA FLAGELACIÓN DE JESÚS, ATADO A LA COLUMNA… Mc. 15, 6-15

  1. GRACIA.  ‟No hay amor más grande que dar la vida por sus amigos.”  En verdad, ¡La medida del amor está en la voluntad del sacrificio!  Esto fue lo que Jesús hizo por ti y por mí.  Pida la graica de sufrir con Jesús en su agonía mortal y en sus sufrimeintos.  Jesús busca amigos, ¡pero amigos verdaderos!
  2. JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS.  ¡Qué humillación sufre Jesús! Jesús permite este ultraje para reparar por quienes en su forma de vestir se despojan de todo pudor, candor, decencia e inocencia, que se desnudan de todo bien y virtud.  En 1917, Nuestra Señora de Fátima dijo que muchas modas se introducirían que ofenderían gravemente a Nuestro Señor.»  Han pasado casi 100 años desde la aparición en Fátima y los tiempos han empeorado.  Oh Jesús mío, sufriste esta pena para reparar por la inmodestia. Sigamos con atención a nuestro afligido Jesús, renovando nuestro propósito de vestir con pudor y modestia tanto nosotros como los miembros de nuestra familia.  El Catecismo de la Iglesia Católica afirma, que el pudor es el guardián de la castidad ¡y la inmodestia le abre las compuertas a las pasiones indomables, la lujuria y al libertinaje sexual! 

3. JESÚS ES ATADO A UNA COLUMNA.  ¿Por qué sufrió Jesús ésta humillación?  ¡Qué osadía tan grande de quienes le atan con cuerdas y amarran sus brazos!  Jesús vino para liberar a los cautivos, romper las ataduras del pecado, enseñarnos la verdadera libertad de los hijos e hijas de Dios, pero es atado a una columna con tanta fuerza y ahora se le impide el movimiento como si fuera un verdugo.  Entremos a nuestro corazón y nuestra conciencia a la luz de su pasión y veamos que cadenas, ataduras o lazos impiden que sigamos con afán y valentía a Jesús…

4.
LA FLAGELACIÓN (I). Son dos los verdugos que van a llevar a cabo esta diabólica acción de flagelar a un inocente. El primer instrumento que usan es una vara.  Con los ojos de la imaginación, vea lo que sucede. Alzan la vara y comienzan a golpear la espalda desnuda de Jesús.  Se turnan, uno y luego el otro, y lo azotan con todas sus fuerzas para causarle mayor sufrimiento. Vuelven a alzar la vara, y con brutal fuerza golpean una y otra vez el Sacratísimo Cuerpo de Nuestro Señor y Salvador.  Jesús se somete a la voluntad de Su Padre Celestial y con voz baja y sonora dice – «Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú.»   La multitud, sedienta de sangre, alenta el ataque brutal de los verdugos enfurecidos.  Hágase presente y contemple esta dolorocisima escena.

5. LA FLAGELACION (II).  La segunda pareja de verdugos empieza a azotar a Jesús con redoblada violencia.  El otro instrumento utilizado para la flagelación, fue el flagrum taxillatum romano, un instrumento de tortura sin parangón y el más humillante, ¡el horror más terrible de Roma!  Este instrumento de tortura usado por los romanos en las flagelaciones consistía en un largo látigo con tiras de cuero en cuyo extremos amarraban bolas de plomo o unos huesecillos que arrancaban la piel a cada golpe.  La finalidad de este instrumento de tortura era desgajar la carne del ejecutado y abrir hondas heridas en carne viva en el cuerpo, abriendo así grandes suros y convirtiéndolo totalmente en una llaga.  Ambos verdugos tienen en su mano uno, y con una tempestad de golpes sueltan su furia infernal sobre el adorable Cuerpo de Nuestro Señor.  Trate de contemplar esta dolorocisima escena.   Contemple a Santa Faz de Jesús y la luz que irradia de sus ojos mientras soporta este ineffable tormento.  Vea cómo de nuevo los verdugos toman las cuerdas y comienzan a azotar sin piedad el Cuerpo de Jesús, abriendo surcos y convirtiéndolo totalmente en una llaga.  La tempestad de golpes se desata con tanta crueldad y furor con que sale sangre a torrentes del Santísimo cuerpo y siguen rebosando los surcos de sangre.  Perciba y contemple la huesos que quedan al descubierto y la sangre que diluvia y forma un lago alrededor de la columna.  Siguen los azotes y los verdugos desquitan toda su furia infernal sobre Jesús.  Pero aún más doloroso es el placer bestial con que se deleitan al ver que un Inocente sufre tormentos indescriptibles.  Fue en el mismo infierno que se elaboró y desencadeno tanta furia.  En todo este flagelo, Jesús se somete humildemente a la voluntad de su Padre Celestial.

6. ¡BASTA!  Llega el capitán de la guardia en plena tempestad de azotes y grita ¡BASTA! – no lo maten. Las palabras del profeta: “Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca….  Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. (Isaías 53, 5, 7)  ¡Qué penas tan desgarradoras e indescriptibles, cuantas muertes tan crueles sufres mi Jesús!  
Sus enemigos ahora libran sus manos y su Sacratísimo Cuerpo se encuentra de tal forma lacerado que no queda en Él parte sana.  ¡Cualquier otro hombre que hubiera pasado por esto hubiera expirado!   Oración: Jesús mio, sufriste todo esto por amor a mi.  ¡Tu cuerpo ha quedado inmovil en la tierra y en un lago de sangre!

7. NUESTRA SEÑORA Y MARÍA MAGDALENA.  La película de Mel Gibson nos muestra a su Madre y a María Magdalena que presencian cada latigazo y cada tortura.  Su amadísimo Jesús que un día acuno en sus brazos ahora esta inconocible, ¡tan desfigurado que ya no tiene aspect de hombre! ¡Ellas observen sus llagas: ya no se le reconoce!  Fue de María que Jesús tomo su cuerpo, su naturaleza humana y su Sangre Preciosa. Deje que su corazón se conmueva, que se mueva de compasión por María en su dolor.  

En éste momento vemos entrar a Claudia, la esposa de Poncio Pilato, ella le ofrece a María lienzos para secar las lagundas de la Sangre Preciosa de su Hijo.   María recibe de ella esta ofrenda y le da uno a María Magdalena, ellas se ponen de rodillas y con lienzo en mano empiezan a secar la Sangre Preciosa.  Ayude a María y María Magdalena a limpiar la Sangre de Jesús.  ¡Honor y gloria a la Preciosa Sangre de Jesús!   San Pedro dice:  ‟habéis sido rescatados de la conducta necia heredada de vuestros padres, no con algo caduco, oro o plata, sino con una sangre preciosa, como de cordero sin tacha y sin mancilla, Cristo.  (1 Pedro 1, 18)

8. ¿POR QUÉ ESTE SUFRIMIENTO?  Jesús sufrió su dolorosa y sagrada Pasión en reparación por los pecados del mundo – POR LOS PECADOS CONTRA LA VIRTUD DE LA PUREZA.  San Juan Pablo II y otros santos dicen que Jesús padeció los azotes por los pecados contra la importante virtud de la pureza.  Jesús despedazado, mientras sufría, reparaba por los pecados contra de inmodestia, de impureza de la mente, miradas, palabras, afectos, impureza solitaria, deseos impuros, imagines impuras, fornicación, adulterio, actos homosexuales, incesto, prostitución y la pornografía.  El desenfreno sexual de la vista (la pornografía) y los otros pecados de impureza es el motivo por el cual Jesús fue despojado de sus vestiduras y flagelado cruelmente.  ¡Nuestros pecados son la causa de su sufrir!  Al contemplar esto, debemos ir más allá de los Mandamientos de nuestra fe católica y debemos reconocer que el pecado es ‟herir a quien amamos” – palabras de Fulton Sheen. 

9. LA PROMESA Y EL PROPÓSITO DE VIVIR LA PUREZA.  Después de contemplar la flagelación de Nuestro Señor, pidamos a María que nos alcance de Jesús el siguiente fruto: Vivir la virtud de la pureza.  ¡Pondrá en práctica los siguientes cinco pasos para vivir una vida pura!  

  • ORACIÓN. Implore a Dios que le conceda a usted y toda su familia la gracia de la PUREZA.  
  • MORTIFICACIÓN. Practique alguna forma de penitencia y mortifique sus sentidos para alcanzar el auto-dominio.
  • CONFESIÓN. El sacramento de la Confesión nos ayudará a sanar las heridas del pasado y es medicina ‟preventiva” contra el pecado. 
  • LA SANTA COMUNIÓN. Comulgue con frecuencia… reciba el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesús.  Esta es una poderosa arma para vivir la pureza. 
  • EL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA. Conságrarse al Purísimo e Inmaculado Corazón de María…  este es el medio más eficaz para vivir una vida pura y alcanzar la salvación enterna de su alma.  Acepte y ofrezca sus sufrimientos y cruces de cada día por usted y sus seres queridos e incluso por los que no conocen a Cristo.  A esto se le llama «sufrimiento redentor» o «acción redentora del sufrimiento«.
  1. EL SUFRIMIENTO QUE REDIME. ¿Qué podemos aprender de este Misterio Doloroso de la flagelación?  El valor de redención del sufrimiento Cristiano.  Es un hecho, nadie pasa por la vida sin sufrir, pero tristemente muchos no saben qué hacer con él, y por no conocen su sentido salvífico, pierden el mérito del sufrimiento.  La religión Católica es la única que le da un valor positive al sufrimiento.  La visión Cristiana de la Cruz no subraya el valor del sufrimiento en si mismo, como si se tratara de una forma de masoquismo, al contrario, realza el espíritu con que se afronta el sufrimiento cuando lo UNIMOS AL SUFRIMIENTO DE CRISTO.  El sufrimiento, una de dos, nos hará una persona mejor o nos dejará un amargo dolor.  Si sufrimos con Jesús, si unimos nuestra cruz a la de Él, si lo ofrecemos en el altar en la Santa Misa, entonces el sufrimiento unido con el Cristo sufriente tiene un valor salvífico infinito.  Conscientes de la fuerza salvífica del sufrimiento, saquemos frutos abundantes de estas contemplaciones de la Pasión de Jesucristo Nuestro Señor y Salvador.  Unamos y ofrezcamos nuestras penas y sufrimientos con el sufrimiento de Jesús.  Porque si lo hacemos, nuestro sufrimiento servirá para reparar por nuestros pecados, para purificar nuestra alma y será un poderoso medio santificador.
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Abr 06 2020

LA AGONIA EN EL HUERTO | EJERCICIOS ESPIRITUALES ONLINE | 6 DE ABRIL DEL 2020


GRACIAS A PEDIR: 

1) Sentir compasión por Cristo… dolor con Cristo doloroso, quebranto con Cristo quebrantado, 2) Consolar a Cristo, 3) Lágrimas, pena interna de tanta pena que Cristo pasó por mi.  (#203 de los Ejercicios Espirituales)

TERCER DÍA:  LA AGONÍA EN EL HUERTO… Lc. 22, 39-46

  1. GRACIAS A PEDIR:  Pedir la gracia de poder sufrir con Jesús, quien por mi sufrió su pasión y muerte.  Pida a Dios la gracia de tener compasión – el deseo de sufrir con Jesús quien le ama tanto que entregó toda su vida y cada gota de su Preciosa Sangre por la eterna salvación de su alma.
  2. COMPOSICIÓN DE LUGAR:  Con la vista imaginativa vea la escena que san Ignacio nos presenta.  Ya acabó la Última Cena, Jesús ahora se dirige con sus Apóstoles hacia el valle de Cedrón al lugar donde acostumbra rezar, van al huerto de los Olivos.  Al llegar, hay tres grupos de Apóstoles 1) Uno, los más cercanos a Jesús – Pedro, Santiago y Juan, 2) Otro, los Apóstoles que están como a la distancia de un tiro de piedra; 3) y Judas quien se ha dirigido a buscar a los Sumos Sacerdotes para entregar a Jesús por treinta monedas de plata.  Trate de imaginar y ver a Jesús – ¿cómo era su relación con sus Apóstoles  a quien él llamó ‟amigos”?  Ahora imagine que usted es uno de los doce, ¡usted está con Jesús en el jardín éste Jueves Santo!  Sumérjase en éste gran misterio.  ¡Pida a Nuestra Señora que interceda por usted!
  3. ESCENA: VEA A SU ALREDEDOR.  Está oscuro… hay luna llena… si no fuera por una suave brisa helada que hace del susurro de los árboles un canto bajo que eriza la piel, habría un silencio absoluto.  El terreno áspero entre los Olivares está cubierto de ramas y raíces  los Apóstoles y usted voltean para ver a Jesús… nunca lo habían visto así… anteriormente, en toda situación, Jesús hablaba y acutuaba con seguridad y autoridad, pero ahora lo ven vulnerable, frágil y afligido.  Tenga presente la escena representada en La Pasión de Cristo de Mel Gibson.
  4. LA ORACIÓN DE JESÚS.  Jesús entra en una oración que parte el corazón: «¡Abba, Padre!; todo es posible para ti; aparta de mí esta copa; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras tú»…  En su oración, Jesús vuelca su corazón, todos sus sentimientos, alza la mirada y ve a sus amigos predilectos – Pedro, Santiago y Juan – pero ellos están profundamente dormidos.  Jesús los despierta… les exhorta a que permanezcan despiertos, que oren y que lo acompañen.  Pregunta: ¿Cuántas veces se ha quedado usted dormido en su oración?  ¡Es por eso que caemos en pecado!  La oración ferviente y el pecado son polos opuestos.  Saquemos abundantes frutos de esta poderosa contemplación de Jesús en oración y los Apóstoles dormidos. ‟¡La oración es la clave para la salvación y medio indispensable para vencer el pecado!” (San Alfonso María Ligorio) 
  5. EL ENEMIGO RONDEA.  En la película de Mel Gibson, Satanás aparece en la escena cuando Jesús esta en el jardín sumergido en su dolorocísima agonía.  Satanás se disfraza, primero es una serpiente, después un hombre y luego como una mujer.  Conforme se aproxima la hora de la pasión de Jesús, Satanás trata de desanimarlo y convencerlo que el precio de su Pasión es muy alto y que no merece la pena.  ¿Cuántas veces he sido YO tentado, igual que Jesús, a la desesperanza, a darme por vencido, a dejar la lucha por la salvación de mi alma y las almas de los que me rodéan?  Jesús, sumido en su agonía, ignora las perversas insinuaciones del diablo, e insiste más en su oración a su Padre Celestial.  Pregunta: ¿Cuándo usted cae, desvanece y pierde su fe, se entrega a la desesperanza?  Si es así, pida a Dios la gracia de un corazón contrito y un corazón nuevo, ¡hágalo en este momento!  
  6. LA ORACIÓN DE JESÚS.  Mientras que Jesús está absorto en oración vemos a los Apóstoles profundamente dormidos por el cansancio, en cambio Jesús, cuan mayor es el peso y las insidiosas tentaciones, con mayor intensidad ora.  Tan intensa es su oración que sucede algo extraordinario: ¡JESÚS SUDA SANGRE!  Es un fenómeno rarísimo que se produce en condiciones excepcionales. Este no fue un simple sudor de sangre, sino gotas espesas de sangre que caían en tierra.  Hágase presente, acompañe a Jesús en su intensa agonía y vea las grandes gotas de sangre que salen de sus poros.  ¡Jesús pasó por todo esto por a USTED!  
  7. LOS APÓSTOLES DORMIDOS POR SEGUNDA VEZ.  De nueveo Jesús encuentra a sus mejores amigos dormidos, a Pedro, Santiago y Juan.  Jesús dice: «Simón, ¿duermes?, ¿ni una hora has podido velar?  Velen y oren, para que no caigan en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil.» (El llamado de Jesús a la primera Hora Santa)  Nosotros como los Apóstoles, a pesar de poner nuestro mejor esfuerzo, caemos. Pero no nos desanimemos, volvamos al Señor una y otra vez que su misericordia es infinita.  Hagamos el firme propósito en éste momento, que seremos fieles discípulos del Señor, especialmente en nuestro compromiso a la oración.  Si flaqueamos, ¡pongámonos de pie, y empecemos de nuevo!
  8. EL ANGEL CONSOLADOR.  A pesar de tanto abandono, Dios Padre no ha abandonado a su Hijo.  En medio de su intensísima agonía, y mientras los Apóstoles se rinden otra vez al sueño, Dios Padre le manda a su Hijo a alguien que le conforte y le ayude.  Le manda a un ANGEL… este angel acompañará a Jesús en su dolorosísima agonía y lo consolará.  ¡Este ÁNGEL de consolación es USTED!  Sí, ¡es USTED!  ¿Por qué no?  Ahora… entre al huerto en donde está Jesús en su agonía.  ¡Búsquelo!  Está oscuro pero usted ve a su amado Jesús… Jesús está irreconocible…  Jesús está agonizando y Su adorable rostro y tus manos creadoras se apoyan sobre la tierra… de todo su sacratísimo Cuerpo brotan grandes gotas de sangre y caen sobre la tierra.  Acérquese un poco más.  Acérquece a su Dios y Señor, su Salvador y Redentor.  Vea Su hermoso rostro que ahora está lleno de sangre.  No tema, ¡abraza a Jesús!  Abrázelo como lo abraza el angel en esta representación.  Entre en diálogo con Él… ¡consuélelo!… pero que sus palabras sean palabras que solo salgan de su corazón.  Pídale perdón por sus pecados…  dígale cuánto lo ama, y cuanto más lo quiere amar… dígale lo que quiere hacer para manifestar su amor por ÉL.  ¡Sí! usted es llamado a ser el ÁNGEL CONSOLADOR.  Jesús anciosamente le espera, y anhela grandemente su presencia consoladora.
  9. ¿POR QUÉ SUFRIÓ JESÚS SU AGONÍA Y POR QUÉ SUDÓ SANGRE?  El arzobispo Fulton J. Sheen escribe al respecto: “En la dolorísima agonía de Jesús en el huerto, la multitud de nuestros pecados, nuestras miserias y debilidades caen sobre Él.”  Fue la carga de los pecados de toda la humanidad desde el principio hasta el fin de los tiempos, los pecados de la humanidad en general y los pecados individuales de cada ser humano que cayeron sobre Él.  Dice la Palabra de Dios: “A quien no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros.”  Pero el dolor más grande le fue provocado por las almas que rechazarían su amor.  El hecho que Jesús sufrió prueba que era la voluntad de Dios que se hiciera reparación por los pecados del mundo.  Pero Jesús, el Hombre-Dios, sabía que muchos por su querer y libertad rechazarían su amor, su pasión, su sufrimeinto, su derramamiento de Sangre, eligiendo de esta manera su propia pena y condenación eterna, ¡y esto le causó el más intensísimo dolor!  ¡Es el rechazo de su inmenso AMOR que le causa el mayor dolor!  ¡El amor exige una respuesta de amor!  Pero muchos optan por sus propios intéreses y deseos egoistas por encima del amor infinito de Jesús quién derramó cada gota de su Preciosa Sangre por ellos!  Contemple a Jesús y dígale cuánto lo ama:  ¡Oh Jesús mío, qué impresión causa el verte orar y reparar en medio de tanto dolor! Tus palabras hacen eco en mi corazón y voy siguiendo lo que tú haces.  ¡Jesús te amo!  Gracias Jesús por lo que hiciste por MI.  Con tu ayuda quiero y propongo hacer esto por amor a TI _______________________ (ponga aquí lo que usted está dispuesto hacer por Él).  Descance en el Sagrado Corazón de Jesús, escuche su latido, ámelo, ¡y déjese amar por Jesús! 
  10. EL PÉRFIDO JUDAS ISCARIOTE SE ACERCA.  Jesús agonizante acaba su oración… los Ápostoles despiertan mientras que el pérfido Judas Iscariote es el primero que se acerca a Jesús y detrás de él una banda de soldados para arrestarlo. Impetuosamente, Simón Pedro saca la espada y le corta la oreja a Malco, el esclavo del sumo sacerdote.  Pero Jesús le corrige amorosamente diciéndole:  “Guarda tu espada, porque el que a hierro mata a hierro muere.”  ¡Qué escena tan conmovedora! – Jesús voltea hacia Malco y le muestra el triunfo del amor sobre la violencia, y hace un milagro de amor y compasión… le pega la oreja.  Judas se acerca a Jesús y le echa los brazos al cuello, lo saluda y lo besa; y Jesús, Amor sin confines, no desdeña el beso de esos labios; es mas, en un último intento, lo abraza y lo estrecha al corazón dándole muestras de renovado amor, queriendo arrancárselo al infierno.  Jesús le pregunta, ‟Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?” Todos los Apóstoles corren, huyen y abandonan a Jesús así como lo había predicho horas antes.  Los soldados le ponen las manos encima y con sogas y cadenas brutalmente lo atan y lo llevan para ser juzgado.  Jesús inocentísimo, es llevado a un juicio simulado – ‟El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” 

Hágase presente en el huerto, escuche la oración de Jesús.  Escuche la confianza total con que Jesús se dirige a su Padre.  La oración de Jesús es modelo de oración.  Esté presente y vea el beso traidor de Judas. Vea a los Apóstoles y a Pedro, vea que la oración de los Apóstoles está hecha con cierta frialdad desganada… vea cómo al llegar los saldados prenden vuelo para dejar a Jesús.  Hágase presente en ésta escena.  ¿Qué hubiera hecho usted si hubiera estado en el Huerto de los olivos con Jesús?  ¿Cuáles son sus sentimientos, qué afectos tiene usted hacia Jesús en este momento?  Ábra su corazón y entre en profundo diálogo con Jesús.  Incluso, puede pedir a Jesús que le permita sufrir con Él – ¡porque Jesús sufrió este amargo dolor por amor a usted!  San Ignacio nos exhorta a que nos hagamos estas preguntas:  ‟Qué he hecho YO por Jesús?  ¿Qué estoy haciendo por Jesús?  ¿Qué estoy dispuesto a hacer por Jesús?  Uno de los signos más elocuentes del verdadero amor es la capacidad de sufrir y la disponibilidad de espíritu de sacrificio por el ser querido. ¿Qué está usted dispuesto a dar a su Señor y Salvador quién le ama a usted con amor sin par?

 

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Abr 05 2020

LA ULTIMA CENA | EJERCICIOS ESPIRITUALES ONLINE | 5 DE ABRIL 2020

GRACIAS A PEDIR: 

1) Sentir compasión por Cristo… dolor con Cristo doloroso, quebranto con Cristo quebrantado, 2) Consolar a Cristo, 3) Lágrimas, pena interna de tanta pena que Cristo pasó por mi.  (#203 de los Ejercicios Espirituales)

 SEGUNDO DÍA:  LA ÚLTIMA CENA…   Mt. 26, 20-30 / Jn. 13, 1-30

  1. GRACIAS.  En la Última Cena encontramos gozo y dolor.  GOZO porque es la primera Misa y Jesús lega a la humanidad los dos Dones más sublimes: ¡la Santa Eucaristía y el Sacramento del Orden Sacerdotal!  ¡DOLOR, porque esa misma noche Jesús es entregado por treinta monedas de plata y es rechazado y abandonado por quienes eran sus mejores amigos!
  2. CONTEMPLE EL LAVATORIO DE LOS PIES.  Construya la escena vivamente en su imaginación: Jesús estando en la Última Cena con sus 12 Apóstoles hace un increíble gesto; toma agua, un recipiente y una toalla y se la ciñó, se pone de rodillas y empieza a lavar los pies de los Apóstoles uno por uno.   ¿En los tiempos de Jesús a quién le correspondía hacer esto?  Le correspondía a los que ocupaban el nivel socioeconómico más bajo en la cultura judía – ¡los ESCLAVOS!  ¡Jesús está haciendo el trabajo de un esclavo!  En el idioma griego, la palabra que se usa para esclavo es DURO.  Un esclavo hacía los trabajos más duros y más sucios.  ¡Jesús hizo ambos!  En esta contemplación, vea como Jesús lava los pies de sus discípulos con amor indescriptible, ternura y humildad.
  3. SIMÓN PEDRO.  Cuando le tocó el turno a Simón Pedro, él se resiste y dice: “¿Señor, ¿tú me lavas los pies?”Pedro comprende de manera particular lo profundo de la humillación del Señor, y se rebela, no la acepta, pero Jesús insiste y le dice: “Si no te lavo, no tienes parte conmigo.”  Simón Pedro le responde con la espontaneidad que le caracteriza: “Señor, entonces no solo los pies, sino también las manos y la cabeza.” (Jn 13, 6-8)  ¿Cuántas veces hemos rechazado a Jesús? ¿cuántas veces no hemos querido que nos “lave” los pies? ¿cuántas veces hemos contradecido a Jesús?   ¿Está inclinado a contradecir siempre; un espíritu de contradicción?   Es éste su lema: ‟A mi manera o de ninguna manera.”
  4. JESÚS LAVA TAMBIÉN LOS PIES DE JUDAS.  Algunos místicos han dicho que Jesús besó tiernamente los pies de Judas como un último gesto para ganárselo pero momentos después, estos pies que Jesús besó salen corriendo torpemente hacia el Sumo Sacerdote pidiendo el pago por su traición, y él le entrega treinta monedas de plata – ¡el precio de un esclavo!  ¿Cuántas veces hemos sufrido del ‟mal de Judas”?  ¿Acaso no hay quienes vende a Cristo incluso por menos? Cuestiónese: ¿He traicionado yo alguna vez a Jesús?  La esencia del pecado is NEGAR Y TRAICIONAR a Jesús (la negación de Pedro y el traición de Judas).  Reflexionemos sobre esto.  
  5. JUDAS Y PEDRO.  Esta misma noche en que Jesús instituyó el sacramento del Orden Sacerdotal y el sacramento de la Eucaristía, es la noche en que Pedro lo niega  y Judas lo traiciona.  Pero veamos ahora la reacción de cada uno de ellos después su traición; uno se desespera y con lágrimas de acobardado se cuelga de un arbol y el otro con lágrimas de arrepentimiento regresa a Jesús.  Veamos solamente a JUDAS por un momento:  Judas por no tener fe y confianza en la misericordia de Jesús y se dejo llevar por la desesperanza.  Según el Diario de S. Faustina, el peor pecado es la “falta de confianza en la misericordia de Dios”. Si Judas se hubiera arrepentido, ¡podría haber sido un gran santo y hoy por todo el mundo habrían Iglesias con el nombre de SAN JUDAS EL PENITENTE.  Pero no es así, porque Judas no se arrepintió y no confió en la misericordia de Jesús.  Pregunta:  ¿Cuándo usted cae, pierde la esperanza?  Si es así, ¡por qué no pide a Dios que le conceda un corazón contrito y el don de la conversion!  
  6. PEDRO también le falló a Jesús, él le negó tres veces, pero veamos cuál fue su reacción después de su traición:  El Evangelio relata que Pedro lloró amargamente, y según la tradición, Pedro lloró tan vivamente su traición que las lágrimas cavaron profundos surcos bajo sus ojos – tan profundo era su pena y su pesar.  La película de Mel Gibson, La Pasión de Cristo, muestra la escena en donde Pedro se encuentra con María, sus ojos se encuentran y Pedro llora pero vuelve a Jesús con mayor amor!  Este es Pedro, algo tan parecido a nosotros como para no reconocerlo, para no reconocernos en él, y, por lo mismo, comprenderlo.
  7. NUESTRA SEÑORA DE MISERICORDIA.  El venerable arzobispo Fulton J. Sheen dice esto:  ‟Si Judas hubiera fijado sus ojos en María, nunca se hubiera entregado a la desesperanza.”  Uno de los títulos gloriosos de María es Nuestra Señora de Misericordia.   El conocido canta autor Paul McCartney canta: “Cuando me encuentro en tiempos difíciles, Madre María viene a mí diciendo palabras de sabiduría – déjalo ser.” Uno de los momentos claves de la conversión de Pedro fue después de la Resurrección  el Evangelio relata que Jesús le manda a que tire las redes del otro lado de la barca y Pedro logra una gran pesca.  Después de la gran pesca, Jesús y Pedro van caminando a la orilla del mar y le pregunta: ‟Simón Pedro, ¿me amas?” Pedro le contesta: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero.”  Jesús le hace la misma pregunta por segunda y tercera vez: “Simón, hijode Juan, ¿me quieres?”  Pedro se entristece porque por tercera vez Jesús le pregunta: ¿Me quieres?  Pedro le responde: “Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.”  Con su triple declaración de amor Pedro repara su triple negación y ¡recibe el perdón de Jesús!
  8. VOLVAMOS A LA ÚLTIMA CENA.  Siempre podemos meditar el misterio de la Última Cena y el Don de dones, la Santa Eucaristía, con mayor profundidad, ¡la Última Cena fue la Primera Misa!  Meditemos la sublimidad de estas palabras:  ‟Tomad y comed, esto es mi Cuerpo; tomad y bebed, esta es mi Sangre.  Haced esto en conmemoración mía.”   Hoy, en esta meditación, renueve su fe, su amor, su devoción y su deseo de asistir a la Santa Misa y recibir la Santa Comunión.  ¡Reciba la Santa Comunión con mayor frecuencia para que el fuego de amor consuma todo su ser!  Jesús djo: “He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo!  San Juan Eudes dijo: ‟Necesitaríamos tres eternidades para la Santa Misa: 1) Una eternidad para prepararnos para la celebración de la Santa Misa, 2) Otra para celebrar el Santo Sacrificio de la Misa; 3) Y otra para debidamente dar gracias después de la Santa Misa.”  Cada vez que se acerque a recibir el sublime y augusto misterio de la Santa Comunión, hágalo con mucho amor.  ¡Reciba la Santa Comunión como si fuera su primera Comunión, su última Comunión y su única Comunión!  Si lo hacemos, hemos emprendido el camino hacia la santidad.
  9. EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS.  En la Última Cena, san Juan el discípulo amado, está sentado a lado de Jesús y reclina su cabeza sobre el Sagrado Corazón y ¡escucha el latido de su amadísimo Corazón!  ¡Imagínese lo que escuchó!  Ahora, en esta meditación es USTED el que está sentado a lado de Jesús, tome su asiento, acérquese a Jesús… recline su cabeza – su oido – sobre el Sagrado Corazón… hágalo con paz y amor.  Descanse ahí.  Escuche el latido de Su Corazón.  ¡Ámelo!  Permita ser sumergido en el abismo de amor del Sagrado Corazón.  Pase su Hora Santa reposando en el Corazón de Jesús.  Escúchelo… ámelo… y déjese amar por el Amor de los Amores, ¡nuestro Salvador y Señor, Jesucristo!   
  10. YO SOY LA VID Y USTEDES LO SARMIENTOS (Jn 15)  En el contexto de la Última Cena, Jesús nos da su último discurso, el más sublime e más inspirador.  Este discurso lo podemos encontrar en el Evangelio de san Juan, empezando en el capítulo 13 hasta el capítulo 17.  En Juan capítulo 15, Jesús dice: “Yo soy la vid y ustedes los sarmientos.”  Algunos de estos sarmientos son inservibles porque no dan fruto, están secos e infecundos y otros tienen que ser podados para que den abundante fruto.  ¡Jesús es la VID!  Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”  Imagínese que usted es uno de estos sarmientos adherido a la VID.  ¿Hay alguna rama en su vida interior que debe cortar y arrojar al fuego?  ¿Hay ramas en su vida espiritual que se necesitan podar?  ¡Nuestro mayor anhelo es que en su vida espiritual hayan muchas ramas que estén dando mucho fruto!  Cuando esté en oración, analice su vida, cuestiónese: ¿Estoy dando fruto?  ¡Jesús es la VIDA y usted está llamado a ser portador de vida, fuente de gracia y santidad!
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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

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