GRACIAS A PEDIR: Conocer íntimamente a Jesús, para amarlo más ardientemente y seguirlo.
SEGUNDO DÍA: LA ANUNCIACIÓN… Lc. 1, 28-35, 38
1. GRACIA. La escena de la ANUNCIACIÓN es fuente de gran consuelo. En esta contemplación nos acercamos a Jesús mediante la presencia, la oración, el ejemplo e inspiración de la Santísima Virgen María. La gracia a pedir es la siguiente: Conocer íntimamente a Jesús – quién se hizo Hombre por nosotros (La Encarnación), para más amarlo y seguirlo. Pidamos la misma sublime y majestuosa gracia en todas las meditaciones de esta semana.
2. CONTEMPLACIÓN IGNACIANA. El método de oración que hemos hecho se llama ‟contemplación”, la cualidad especial de esta oración es que nos ‟hacemos presente” en la escena, es como ‟estar en el cine”. En el cine, estamos ante una pantalla enorme, vemos el desarrollo de la trama, vemos los personajes y el desarrollo de la historia, pero a diferencia de ver un espectáculo, en una contemplación nosotros entramos en escena, es decir, nos ‟metemos” en la escena por medio de la aplicación de los sentidos, las facultades y la imaginación, y lejos de ser pasivos, participamos activamente. Formamos, ayudamos, participamos y vivimos el hecho histórico. Aplicamos los sentidos, vemos las personas, oímos lo que dicen, vemos sus acciones y movimientos. San Ignacio nos exhorta a que saquemos provecho de nuestra oración, que cosechemos el fruto de nuestra contemplación, porque si estamos con Jesús, María y san José, cosecharemos abundante fruto espiritual. En inglés hay un dicho, “solemos imitar a ellos con quién nos asociamos”, ¡que cierto es! O podríamos decir, “dime con quién andas y te diré quién eres”, si pasamos tiempo con Nuestro Señor y su amantísima Madre, ¡llegaremos a imitarlos!
3. LA SANTÍSIMA VIRGIN MARÍA. En esta escena, contemple la majestad, la dignidad, la elegancia, la desenvoltura la humildad, la calidad oculta y belleza de María. María es muy joven, pero Dios la ha llamado a la misión más sublime – usted está presente en esta escena, ¡contémplela!
4. EL SALUDO DEL ARCÁNGEL GABRIEL. En el sublime misterio de la Encarnación del Verbo, envió Dios al angel Gabriel (su nombre significa enviado por Dios) para que llevara su embajada a la Virgen santísima, y habiendo entrado el angel donde Ella estaba, le dijo: “Dios te salve… Llena de gracia…” María es la Llena de Gracia, la Purísima, la Inmaculada Concepción. Si queremos crecer en gracia, acerquémonos a la ‟Llena de gracia”.
5. LA ANUNCIACIÓN Y ENCARNACIÓN DEL HIJO DE DIOS. La Anunciación a María y Encarnación del Verbo es el hecho más maravilloso, el misterio más entrañable de las relaciones de Dios con los hombres y el acontecimiento más transcendental de la historia de la humanidad. El embajador del cielo saluda a María: “¡Dios te salve…!” Literalmente el texto griego dice: ¡alégrate! Es claro que se trata de una alegría totalmente singular por la noticia que le va a comunicar a continuación. Dios la exalta sobre todas las mujeres y Ella tiene la suprema dignidad de haber sido elegida para ser Madre de Dios.
6. EL VOTO DE VIRGINIDAD. El arcangel Gabriel comunica a la Santísima Virgen su maternidad divina. La fe de María en las palabras del arcángel fue absoluta; no duda. La pregunta de la Virgen “de qué modo se hará esto” expresa su prontitud para cumplir la voluntad divina ante una situación que parece a primera vista contradictoria; por un lado, también de parte de Dios, se le anunciaba que iba a ser madre. Las palabras inmediatas del arcángel declaran el misterio del designio divino.
7. LA SEÑAL. El angel le comunica que Dios le dará una señal… su pariente Isabel estaba en su sexto mes de embarazo. Dice San Lucas: “Zacarías e Isabel no tenían hijos, porque ella era estéril, y además ya los dos eran de edad.” ¡Nada hay imposible para Dios! Dios obra sus prodigios y maravillas en el momento, lugar y circunstancia según su santísima voluntad.
8. CONCEPCIÓN VIRGINAL. El Espíritu Santo desciende sobre Ella y la cubre, María concibe por obra y gracia del Espíritu Santo a su primogénito el Hijo de Dios, y le pone por nombre Jesús, que en hebreo significa Salvador, porque salvará a su pueblo de sus pecados.
9. EL ‟SÍ” DE MARÍA, (SU FIAT). María con gran generosidad de alma (magnanimidad Ignaciana) dice ‟sí” a Dios: ‟He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”.
10. LA ENCARNACIÓN DEL HIJO DE DIOS. Este acontecimiento en el que María dio su “Sí” valiente a Dios, ¡cambió la historia de la humanidad! La segunda Persona de la Santísima Trinidad, el Verbo, el Hijo de Dios Padre, desciende a la tierra, se encarna y hábita entre nosotros. (Prólogo del Evangelio de san Juan 1). El cielo estalla en una gran voz de alabanza a Dios, porque en el vientre purísimo de la Virgen María, Dios se ha hecho hombre para habitar con su pueblo!
11. COLOQUIO. Vea lo que acontece contemple la escena, hágase presente, escuche las palabras del angel a la santísima Virgen y “sí. Contemple la majestad de la Reina del cielo en quien todo un Dios se recrea. ¡Hable con Virgen Maria! agradézcale y entréguele todo su corazón. Recoja abundantemente los frutos de su contemplación. Permita que esta escena le transforme.