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Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)
Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana
En las Dos Banderas, texto clásico de la espiritualidad ignaciana, san Ignacio nos presenta en marcado contraste a Jesús y a Satanás. Jesús está de pié ante la gran ciudad de Jerusalén, su aspecto es humilde y atractivo por su gloria y hermosura. De lado opuesto, Satanás; su apariencia es horrible y él está en aquel gran campo de Babilonia sentado sobre un estercolero. Jesús nos invita a alistarnos bajo su estandarte, nos invita a que abracemos la pobreza, los insultos, el menosprecio, la humildad, así como todas las otras virtudes. Satanás, por su parte, invita a que abracemos las riquezas, los honores vacíos, el desmesurado orgullo, y luego incita a que abracemos todos los demás vicios. (Ejercicios Espirituales de San Ignacio: Las Dos Banderas: No 136-147) Puesto que somos libres, Dios nos deja que hagamos nuestra propia elección.
¿CUÁLES SON LOS NOMBRES DEL DIABLO? A través de la historia, la Biblia y los santos han dado nombres al diablo. Para comenzar veremos los nombres que la Biblia da: Satanás, Lucifer (portador de luz), demonio, diablo, príncipe de este mundo, la antigua serpiente y el acusador. Jesús llama al diablo, “un mentiroso y asesino desde el principio” (Jn 8) y Belcebú, que significa “dios de las moscas”.
En el presente ensayo señalaremos las formas en que el diablo, quien según san Ignacio es el “enemigo de nuestra naturaleza humana”, la forma en que nos engaña y nos miente con el fin de convencernos a que abandonemos nuestra vida de oración, disminuya nuestra oración, disminuya el fervor y su eficaía. Dice la Palabra de Dios, que al asumir seguir a Cristo, nuestra vida se vuelve una militancia, estamos en guerra, vivimos en un campo de batalla. Pero, san Pablo nos alienta: “Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”
REPERTORIO DE VILEZAS Y ENGAÑOS DEL DIABLO QUE QUIERE NUESTRA PERDICION:
Para concluir, San Alfonso, afirma que la oración es la clave para la salvación! El Catecismo de la Iglesia Católica citando a San Alfonso dice: “Quien reza, se salva; quien reza poco ponen en peligro su salvación eterna.” ¡La oración es el oxígeno del alma! El diablo, el enemigo de nuestra salvación, está profundamente consciente de esta realidad, y él, por lo tanto, hará todo de su parte mientras tengamos vida, para apartarnos de la oración. Si no logra nada con una de sus artimañas, intentará otra, y no descansará, por lo tanto, nos corresponde a todos los que estamos en combate espiritual estar vigilar y rechazar todas las tentaciones contra nuestra vida de oración. Recemos más y con mayor fervor! Que Nuestra Señora, quien aplastó la cabeza de la serpiente infernal nos ayude a ser católicos robustos y rechazar enérgicamente las tentaciones y a aferrarnos a Jesús, ancla de nuestra fe y de nuestra salvación!
El padre Ed Broom, OMV (Oblato de la Virgen María), conocido también como Padre Escobita, fue ordenado sacerdote por san Juan Pablo II en 1986. Es asistente del párroco en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens (California). Allí imparte retiros, da los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, organiza y dirige su propio programa de radio y televisión en Guadalupe Radio –Barriendo Conciencias.