Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)

Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana

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Oct 19 2021

LECTURAS DEL DIA | 19 DE OCTUBRE 2021

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)                             

Martes, 19 de octubre Lc. 12, 35-38 Jesús dijo: «Dichosos los siervos a los que el patrón encuentra vigilantes a su llegada». Verso de aleluya: «Velad en todo momento y rezad para que tengáis fuerza para estar en pie ante el Hijo del Hombre».

¿Hasta qué punto estamos vigilantes? En realidad, ¡incluso los mejores de entre nosotros necesitan constantes recordatorios! Por eso, el artículo del P. Ed sobre las mentiras del demonio, el enemigo de nuestra alma y de nuestra salvación, debería ser recordado con frecuencia.

Reza sobre esto como un examen de conciencia… ¿Dónde soy fuerte en la virtud y dónde soy débil? Entonces, diseña y lleva a cabo un plan para practicar las virtudes necesarias y pide la gracia. ¡Anímate! El Señor no puede resistirse a un corazón sincero y penitente.  

DIEZ MENTIRAS DEL DIABLO-EL PADRE DE LAS MENTIRAS -por el P. Ed Broom, OMV

El diablo tiene muchos nombres. La Biblia nos da muchos; los santos tienen sus propias descripciones. Los diferentes nombres de la Biblia y de los santos presentan las diversas maneras en que el diablo trabaja en el mundo y en nuestras vidas.

¿Cuáles son, entonces, algunos de los nombres o descripciones bíblicas del diablo? Jesús da un doble nombre al diablo: «Es un mentiroso y un asesino desde el principio». (Jn 8:44) También llama al diablo «el Príncipe de este mundo». (Jn 14:30) Un nombre un tanto extraño que Jesús da al diablo es el de Belcebú que significa literalmente, «El Señor de las moscas».

Otros nombres en la Biblia serían los siguientes: diablo, Satanás, Lucifer, serpiente, así como la antigua serpiente, en referencia a las tentaciones de Adán y Eva en el Jardín.

Además, el diablo es llamado el Acusador. En una de sus Cartas, San Pedro compara al diablo con un animal, un animal feroz y vicioso. «Es como un león rugiente que está al acecho buscando a quién devorar». (1Pe 5,8)

En la Historia de la Iglesia, los santos tienen sus propias descripciones del diablo. Con su típica precisión, Santo Tomás de Aquino llama al diablo… «El tentador». San Agustín, siguiendo la línea de San Pedro de utilizar imágenes de animales, describe al diablo como un perro enfadado con una cadena o correa. San Martín llama al diablo un bruto sangriento. Por último, San Ignacio de Loyola, que nos ha legado los Ejercicios Espirituales, llama al diablo el enemigo de nuestra naturaleza humana.

El diablo odia tanto a Dios como a toda la humanidad, así como a cada uno de nosotros individualmente. Un vicio que no tiene el diablo es el de la pereza. Al contrario, el diablo trabaja día y noche tentándonos. Su propósito con respecto a nosotros es tentarnos para que cedamos y sucumbamos al pecado. Quiere que seamos esclavos del pecado. Luego espera cegarnos a nuestra esclavitud y adicción al pecado. Finalmente, su mayor deseo y su mayor victoria es atraernos a vivir en pecado mortal y a morir en estado de pecado mortal. ¡Entonces seremos el deporte del diablo en el infierno por toda la eternidad!

Una nota de gran esperanza es que Dios es mucho más fuerte que el diablo. Sin embargo, Dios le da permiso al diablo para tentarnos. Debemos confiar en la gracia de Dios y en la intercesión de María para ganar la batalla y alcanzar la salvación de nuestras almas inmortales.

Las siguientes son tentaciones típicas del demonio que, en palabras de San Ignacio, es nuestro enemigo mortal. Nuestra victoria sobre el diablo depende esencialmente de la gracia de Dios, pero también del conocimiento de sus tácticas astutas.

DIEZ TENTACIONES TÍPICAS DEL DIABLO: ¡EL ENEMIGO!

1. ESTADO DE DESOLACIÓN.  Demos por sentado que en el estado de desolación el diablo nos tentará; esto es universal para todas las personas, tiempos y lugares. En una palabra, la desolación es cuando nos sentimos desanimados, tristes y deprimidos, que nadie se preocupa realmente por mí ni me quiere.

2. REGLA DE LA KRIPTONITA.  Ahora el diablo, consciente de nuestras expresiones faciales, al vernos tristes, deprimidos y desanimados aplica la regla de la kriptonita. Recuerda que Superman era fuerte excepto cuando se exponía a la kriptonita. Entonces su fuerza lo abandonó. ¡El diablo conoce nuestra kriptonita! Debemos pedir la gracia, así como tener acceso a la dirección espiritual, para descubrir nuestra kriptonita, nuestro propio punto o puntos débiles.

3. LA PROCRASTINACIÓN.  Una de las tentaciones típicas del diablo es hacernos creer que tenemos una larga vida, mucho tiempo por delante, y que podemos fácilmente dejar para mañana lo que deberíamos hacer hoy. ¿Dejar qué? Precisamente esto: dejar nuestras prácticas espirituales de piedad. El diablo nos habla de esta manera: «Puedes confesarte más tarde, no hay mucha prisa y el sacerdote no tiene tiempo hoy». El Rosario – lo pospones, lo haces más tarde, hasta que finalmente te duermes a medianoche. Si tienes la costumbre de hacer una Hora Santa – puedes saltarla hoy y hacerla mañana, o la semana que viene, o nunca. En una palabra, el demonio quiere que descuidemos nuestra vida de oración o al menos que la disminuyamos.

4. ALBERGAR RESENTIMIENTOS EN NUESTRA MENTE Y CORAZÓN.  Una herramienta principal del diablo es hacer aflorar en nuestra mente las heridas del pasado y así albergar resentimientos. En otras palabras, Satanás desea que retengamos el perdón y dejemos de ser misericordiosos. Cuando el diablo gana esta enorme victoria, entonces vamos por la vida enojados y deprimidos. Peor aún: ¡hacemos que la gente que nos rodea se enfade y se deprima! ¡Doble victoria para la antigua serpiente!

5. EL MUNDO DE LAS IMÁGENES.  En nuestra sociedad y cultura moderna, tecnológicamente avanzada, en la que domina la imagen, el demonio, especialmente cuando nos encontramos en estado de desolación, puede susurrarnos al oído que busquemos imágenes malas, escenas, vídeos contra la virtud de la pureza o la castidad. Desgraciadamente, ver este material puede formar fácilmente un hábito, y luego una adicción a largo plazo. ¡Mejor en la desolación correr a las bellas imágenes del Corazón Inmaculado de María y del Sagrado Corazón de Jesús!

6. PEREZA.  En la Teología Espiritual y en la práctica, la experiencia muestra que cuando somos perezosos y no hacemos nada de verdadero valor, es entonces cuando el diablo nos tienta y nos ofrece la oportunidad de entrar en su fábrica o campo de trabajo, ¡y eso sería PECADO! En cambio, el trabajo duro y legítimo no sólo nos edifica y sirve para ayudar a los demás, sino que también sirve para evitar muchas tentaciones del diablo. Qué cierto es el proverbio o dicho: «La ociosidad es el taller del diablo».

7. LAS MALAS COMPAÑÍAS CORROMPEN LA MORAL.  San Pablo expresa una obviedad que todos deberíamos tener en cuenta: LAS MALAS COMPAÑÍAS CORROMPEN LA MORAL. Por eso, todos debemos elegir con gran discernimiento y sabiduría quiénes son nuestros compañeros, especialmente nuestros amigos íntimos. Un mal compañero puede resultar en nuestra ruina; sin embargo, un buen amigo es un tesoro y puede resultar en nuestro crecimiento en la santificación.

8. OJOS ERRANTES.  Uno de los mayores desafíos es el de controlar nuestros ojos. Eva, en el Jardín del Edén, permitió que sus ojos se desviaran y fijaran su mirada en el fruto prohibido. Esto culminó, por supuesto, en  El Pecado Original, que se transmitió a toda la humanidad. El diablo nos tienta constantemente para que dejemos que nuestros ojos se desvíen. Recuerda los pecados del rey David -tanto el adulterio como el asesinato- y todo comenzó por la pereza de David y sus ojos errantes.

9. LA DESOBEDIENCIA EN SUS DIVERSAS FORMAS.  Muy a menudo el diablo nos tentará de muchas formas para desobedecer. Los niños son desobedientes a sus padres, los religiosos a sus superiores, los trabajadores a sus jefes, los católicos al Magisterio (La Oficina de Enseñanza de la Iglesia) – detrás de mucha de esta desobediencia está la presencia disfrazada del diablo. Por cierto, recuerda que el pecado de Lucifer y el de Adán y Eva fueron esencialmente pecados de desobediencia a Dios. En una palabra, el pecado es desobediencia.

10. IGNORAR, MOSTRAR INDIFERENCIA, FRIALDAD Y RECHAZO A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA.  Es un hecho muy interesante que una vez que un católico deja su verdadera fe y se convierte en protestante o testigo de Jehová o entra en otra secta religiosa, la Virgen es rechazada muy a menudo. Una de las tácticas clave del diablo son estas palabras: «Los católicos adoran a María, así como las imágenes de María. Practican la idolatría». Con este lavado de cerebro, ponen a la gente en contra de María. Estas personas ignorarán a María, serán frías o indiferentes a María, rechazarán a María, o incluso tendrán un verdadero antagonismo y una franca hostilidad hacia María. Detrás de estas actitudes está el demonio. Satanás tiene un miedo mortal a María porque conoce su poder de intercesión, su poder para el bien y para la salvación de las almas. San Luis de Montfort afirma con precisión: «Quien no tiene a María como Madre, no tiene a Dios como Padre».

En conclusión, amigos de Jesús y María, nuestra vida es un verdadero Combate, una lucha mortal hasta el final. Nuestros enemigos son muchos, pero especialmente tres: el demonio, la carne y el mundo. Nuestro breve ensayo tiene como objetivo ayudarnos a tener cuidado con los muchos trucos, mentiras, disfraces y trampas del diablo, que es un mentiroso y asesino desde el principio. ¿Dónde están tus puntos débiles? Con este autoconocimiento y conciencia, podemos luchar la buena batalla, correr la buena carrera, y finalmente ganar la merecida corona en el Cielo que espera a los soldados victoriosos de Dios. «¡Que viva Cristo Rey! Que viva María, la Generala!!!»

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Oct 19 2021

EL PECADO ORIGINAL

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El padre Ed Broom, OMV (Oblato de la Virgen María), cariñosamente conocido como el Padre Escobita, fue ordenado sacerdote por san Juan Pablo II en 1986. Es asistente del párroco en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens (California). Allí imparte retiros, da los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. El Padre Broom presenta con regularidad diversos temas en EL SEMBRADOR TV y Radio e organiza e imparte un curso de preparación a los fieles en diversas parroquias de la archidiócesis de Los Ángeles para la Consagración total a Jesús mediante María. Para leer artículos o escuchar audios en inglés o en español, por favor vaya a www.fatherbroom.com

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Oct 18 2021

SAN LUCAS | BILINGUE

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Oct 18 2021

UNA BUENA CONFESION

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Oct 18 2021

LECTURAS DEL DIA | 18 DE OCTUBRE 2021

Fiesta de San Lucas, evangelista

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)                             

Lunes, 18 de octubre Lc. 10, 1-9 Verso de aleluya: «Os elegí del mundo, para que vayáis y deis fruto que dure, dice el Señor».

Jesús nos habla a nosotros. Conocemos a Jesús, le amamos y le seguimos cada uno según nuestra propia vocación en la vida.

¿Con qué fin? Para llevar a Jesús a los demás, en realidad para llevar a Jesús a cada persona que encontremos en nuestro día; primero amándolos, y luego sirviéndolos de la manera que podamos. Sólo así pueden llegar a conocer a Jesús a través de nosotros.

El propio Jesús lo dejó muy claro en la Última Cena, como ha escrito San Juan:

Se levantó de la comida, se quitó la ropa exterior y se puso una toalla alrededor de la cintura. Después, echó agua en una palangana y se puso a lavar los pies de sus discípulos, secándolos con la toalla que le envolvía.

Cuando terminó de lavarles los pies, se vistió y volvió a su sitio. «¿Comprendéis lo que he hecho por vosotros? Me llamáis «Maestro» y «Señor», y con razón, porque eso es lo que soy. Ahora que yo, vuestro Señor y Maestro, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros».

«Os he dado ejemplo para que hagáis lo que yo he hecho con vosotros. En verdad os digo que ningún siervo es mayor que su amo, ni el mensajero es mayor que el que lo envió. Ahora que sabéis estas cosas, seréis dichosos si las ponéis en práctica».

Jesus nos apunta a las personas con las que nos encontramos cada día, empezando por las de nuestra propia familia. Luego nuestro vecino de al lado o de la calle. Luego el vecino de otra ciudad, de otro estado, del otro lado del mundo. Porque conocer la necesidad y el sufrimiento del otro es responder a esa necesidad, primero con la oración, y luego de cualquier otra manera que podamos. ¿No murió Cristo por todos nosotros? ¡Haciendo de nosotros hermanos y hermanas en Cristo!

SOMOS LLAMADOS AL SERVICIO Y A LA SALVACIÓN por el P. Ed Broom, OMV

Has sido creado por un Dios amoroso y providencial que es realmente tu Padre, que te cuida con el amor del mejor de los Padres, con el propósito de alabarle y reverenciarle, y mostrar tu amor por Él sirviéndole con todo tu ser. Si esto se hace, el resultado neto será la salvación: la salvación de tu alma inmortal por toda la eternidad, regocijándote en la presencia de Dios y en Su amor.

Esto nos lleva a una doble consideración… ¡SALVACIÓN Y SERVIR A NUESTRO SEÑOR!

Primero, ¿cómo podemos servir mejor a Nuestro Señor Dios y Creador? Jesús nos da la respuesta: «Todo lo que hicisteis a uno de los más pequeños, a mí me lo hicisteis». (Mt 25:40)

Como ejemplo sublime e inspirador de servicio, tomaremos a la Santísima Virgen María y meditaremos sobre el segundo Misterio Gozoso del Rosario: la Visitación de María a su prima Isabel. Entre los innumerables mensajes de inspiración que María nos presenta en la Visitación, uno de los principales es la actitud de servicio de María. En efecto, María se apresuró a visitar a su anciana prima que estaba encinta para poder servir a Isabel y al niño que llevaba en su vientre, San Juan Bautista.

La segunda parte de nuestra meditación será sobre la salvación. En efecto, el objetivo principal de nuestra corta vida en la tierra es trabajar con la gracia de Dios para alcanzar la salvación de nuestra alma inmortal. No hay esfuerzo o empresa más importante en nuestro breve peregrinaje terrenal que el de «trabajar en nuestra salvación con temor y temblor», en palabras del Apóstol San Pablo. (Filipenses 2:12) ¡Veremos cómo se logra esto a través del Servicio!

LLAMADA AL SERVICIO: LA VISITA DE MARÍA A ISABEL (LC 1,39-56)

1. Mi oración

Señor, concédeme la gracia de mostrar mi amor por ti ofreciendo mi vida como un acto de servicio a los demás, a imitación de la Santísima Virgen María y su visita a su prima Santa Isabel.

2. Apresúrate

Después de concebir a Jesús en su seno y de enterarse del embarazo de Isabel en su vejez, María se apresura a servir a su anciana prima en un pueblo de la región montañosa de Judea. Contempla a María subiendo las colinas y viajando posiblemente 4 o 5 días para llegar y servir. Camina con María y habla con ella de muchas cosas, pero sobre todo de cómo puedes prestar un mayor servicio a toda la humanidad.

3. Saludo alegre

Al llegar, María saluda a Isabel con gran alegría. María no sirve a regañadientes y con tristeza. Al contrario, sirve con alegría. San Pablo dice: «Hay más alegría en dar que en recibir». (Hch 30,35) También: «Dios ama al que da con alegría». (2 Cor 9,7)

Que tu servicio a los demás lo hagas con una sonrisa radiante en tu rostro. ¡Uno de los signos más claros de que somos seguidores de Jesús y María es el de la sonrisa!

4. María e Isabel

María reza con Isabel. En el pasaje de la Visitación, tenemos la hermosa oración de la Santísima Virgen María: el Magnificat. Esta oración la Iglesia la reza oficialmente en la oración vespertina de la Liturgia de las Horas todos los días del año. ¡La Iglesia nos enseña a alabar a Dios a través del cántico de alabanza de María!

5. María sirve a Isabel

No se menciona explícitamente cómo ayudó María, pero podemos imaginar las muchas maneras en que María pudo haber servido a su anciana prima embarazada:

1) Trayendo agua. Imagínese a María viajando al pozo con un enorme recipiente y sacando agua del pozo: era un trabajo duro y de servicio.

2) Cocinar. Sin duda, María ayudó a cocinar las comidas para Isabel y Zacarías. Debió de ser una excelente cocinera. Saborea su comida!

3) Limpieza y orden. Por supuesto, María amaba el orden. Ella habría trabajado para mantener la cocina y el hogar limpios y en orden. Esto también es servicio. Uno de los propósitos y beneficios de hacer los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola es «ordenar el desorden en nuestras vidas».

4) Lavado. En aquella época no había lavadoras ni secadoras. Por lo tanto, María habría ayudado a lavar la ropa a mano y a secarla a la luz del sol.

5) Barrer. Podemos imaginar a María con una escoba en la mano barriendo a diario el polvo y la suciedad que tan fácilmente invaden los hogares, especialmente los de las zonas rurales.

6) Hablemos ahora con María sobre el servicio… En todas estas actividades serviciales, a menudo rutinarias, María nos enseña una lección. La santidad consiste en realizar los deberes ordinarios de nuestra vida diaria con un amor extraordinario. Al contemplar a María comprometida en la vida activa de servicio, pídele la gracia de ofrecer tu vida como un sacrificio de servicio a los demás, empezando por tu propia familia. A veces es ahí donde menos se nos aprecia, pero el Señor, que todo lo ve, nos ama y nos bendice aún más por ello.

¡LLAMADO A LA SALVACIÓN DE NUESTRA ALMA INMORTAL!

Jesús expuso la sobria verdad en estas sencillas pero muy profundas palabras «¿De qué le serviría al hombre ganar el mundo entero y perder su alma? ¿Qué puede cambiar un hombre por la salvación de su alma?». (Mc 8:36-37) La segunda parte de tu meditación será sobre estas palabras de Jesús que se refieren al núcleo y la esencia del porqué de nuestra existencia, el propósito mismo de nuestra existencia, ¡por qué estamos realmente aquí en este mundo!

1. El porqué de tu existencia

«¿De qué le serviría al hombre ganar el mundo entero y perder su alma? ¿Qué puede cambiar un hombre por la salvación de su alma?» ¡Lee, medita, reflexiona y considera una y otra vez estas palabras de Jesús sobre la salvación de tu alma inmortal!

2. La búsqueda más importante en la vida

Por mucho, la búsqueda más importante en tu vida es lograr, con la ayuda de la gracia de Dios, la salvación de tu alma inmortal. No hay mayor búsqueda, esfuerzo o empresa. Al final de tu vida, ¡nada más importará!

3. Santo Tomás de Aquino: El valor de tu alma

El Doctor Angélico, Santo Tomás de Aquino, expresó esta profunda verdad de forma sucinta: «Tu alma inmortal vale más que todo el universo creado». Recuerda la grandeza, majestuosidad e inmensidad de la creación (Génesis 1 y 2), y reflexiona sobre el hecho de que tu alma inmortal tiene mucho más valor que toda la creación junta. ¡Qué grande e importante es el valor de tu alma inmortal, y de cada alma inmortal, todas creadas a imagen y semejanza de Dios!

4. El precio de tu salvación: La sangre de Jesús

San Pedro afirma: «No habéis sido rescatados por la sangre de corderos, ni de terneros, ni de vaquillas; ni habéis sido comprados por el precio del oro y de la plata. Sino que habéis sido redimidos por la Sangre de Jesús, el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo». (1 Pe 1,18-19) San León Magno en su mensaje de Navidad nos exhorta: «¡Cristianos, reconoced vuestra dignidad!». Nos gustaría añadir a la palabra dignidad otra palabra, reconocer vuestro destino: ¡el Cielo!

5. Llamado al cielo

Si consideramos esta verdad desde un ángulo o perspectiva ligeramente diferente, posiblemente esto pueda animarte en la búsqueda de la salvación de tu alma inmortal: estás llamado por Dios a estar con Él en el cielo por los siglos de los siglos. De hecho, cada vez que rezas el Padre Nuestro, estás recordando la razón por la que Dios te creó: para salvar tu alma inmortal y llegar al cielo. No puede estar más claro.

Roguemos con insistencia al Señor Jesús y a nuestros amigos del cielo para que nos ayuden.

A los santos: Suplica fervientemente a los ángeles y a los santos que están alabando a Dios en el cielo que recen para que tengas una pasión y un deseo ardientes de llegar al cielo. Habla con cualquier santo, o con todos los que quieras, para que te ayuden a utilizar todos los medios necesarios, incluido el servicio amoroso y generoso al prójimo, para alcanzar tu meta: ¡El CIELO!

La Santísima Virgen María: Dirígete entonces a la Santísima Virgen María, la llena de gracia, que amó a Dios con todo su ser y sirvió a Dios en el prójimo, y pídele la gracia de desear llegar al cielo y de ser una verdadera servidora del Señor para alcanzar el cielo. Reza el Magnificat.

Nuestro Señor Jesús: Por último, ruega al Señor Jesús el deseo de hacer todo lo posible en esta vida para estar cerca de Él en todo momento y lugar y ser su fiel servidor, para que cuando mueras seas su fiel amigo para siempre en el cielo. ¡Que el anhelo del cielo sea el deseo más ardiente en tu corazón y en tu vida!

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