Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)

Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana

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Nov 23 2021

BEATO MIGUEL PRO

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El padre Ed Broom, OMV (Oblato de la Virgen María), cariñosamente conocido como el Padre Escobita, fue ordenado sacerdote por san Juan Pablo II en 1986. Es asistente del párroco en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens (California). Allí imparte retiros, da los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. El Padre Broom presenta con regularidad diversos temas en EL SEMBRADOR TV y Radio e organiza e imparte un curso de preparación a los fieles en diversas parroquias de la archidiócesis de Los Ángeles para la Consagración total a Jesús mediante María. Para leer artículos o escuchar audios en inglés o en español, por favor vaya a www.fatherbroom.com

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Nov 23 2021

BEATO MIGUEL PRO

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Nov 23 2021

LECTURAS DEL DIA | 23 DE NOVIEMBRE 2021

Martes de la XXXIV semana del Tiempo ordinario

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)    

MARTES 23 DE NOVIEMBRE Lc. 21,5-11 Jesús dijo: «Mirad que no os engañen, porque vendrán muchos en mi nombre diciendo: «Yo soy» y «Ha llegado el momento». No los sigan».

En el Evangelio de hoy, Jesús habla de la proximidad del fin de los tiempos. Jesús nos ofrece imágenes gráficas. «Cuando oigáis hablar de guerras e insurrecciones, no os asustéis… no será inmediatamente el fin». Luego describe el verdadero fin de los tiempos. ¡Aterrador! ¡Léalo de nuevo!

En el mes de noviembre, hemos rezado por las almas del purgatorio. También hemos estado hablando de las últimas cosas: la muerte, el juicio y la posibilidad del purgatorio o el infierno. Hoy vamos a ver el Cielo.

DIEZ FLECHAS PARA LANZARNOS AL CIELO por el P. Ed Broom, OMV

Te ofrecemos diez breves consejos para ayudarte en tu batalla diaria para llegar a la madurez espiritual y finalmente al abrazo amoroso de tu Padre Celestial. Medita en oración sobre estas diez flechas de fuego que si se usan bien, lanzadas en el momento y lugar adecuados, pueden servir para elevarte a lo alto.

1. EL CIELO 

Fui traído a este mundo por la amorosa Mano de Dios para terminar para siempre en el amoroso Corazón de Dios por toda la eternidad. Todos los días debo dedicar tiempo a la oración para reflexionar sobre quién es Dios, por qué me ha creado y cómo acercarme a Él y a mi destino eterno: el cielo.

2. REFUGIOS EN LAS TORMENTAS DE LA VIDA 

En la vida espiritual hay momentos de calma, pero también muchas tormentas. Jesús le recordaba con frecuencia a Santa Faustina que se preparara para las batallas. En medio de las tormentas y las batallas de la vida, debemos encontrar algunos lugares seguros donde refugiarnos. Hay dos: el Sacratísimo Corazón de Jesús y el Corazón Inmaculado de María. Que nuestra oración constante sea: «¡Jesús confío en ti; dulce Corazón de María sé mi salvación!».

3. KRIPTONITA EN TU VIDA  

Mantente constantemente vigilante en tu vida espiritual. El diablo está al acecho, buscando atacar y matar. San Pedro dice que el demonio es como un león rugiente que busca a quién devorar; resístete con solidez en la fe. ¿Conoces tu criptonita, tu principal punto débil? Pídele al Espíritu Santo, así como a tu Confesor o director espiritual que te lo señale. ¡La ignorancia de nuestro punto débil potencia el trabajo del demonio! 

4. SER LENTO PARA HABLAR Y RÁPIDO PARA ESCUCHAR. 

Este es el excelente consejo del Apóstol Santiago. El Papa Francisco nos recuerda una y otra vez que debemos evitar toda forma de chismes y pecados de la lengua que pueden matar. Lee y medita el capítulo tres de Santiago, uno de los mejores capítulos de la Biblia que destaca el daño que puede causar una lengua suelta.

5. LA CARIDAD EMPIEZA EN CASA.  

Puede ser muy fácil a veces manifestar la paciencia, la amabilidad y hasta la exquisita caridad con extraños o a nuestros compañeros de trabajo o asociados. Sin embargo, una vez en casa, ¡podemos transformarnos en demonios! No lo olvides nunca: ¡La caridad empieza en casa con los miembros de nuestra familia! Por lo tanto, cada día trata de hacer un acto de bondad para algún miembro de la familia.

6. MISERICORDIA DE UNA DE LAS TRES MANERAS.  

Jesús insiste en el Diario de Santa Faustina en vivir la caridad, animándonos a realizar al menos un acto de misericordia cada día. Jesús esboza tres formas de manifestar la misericordia: 1) Palabras de bondad; 2) Hechos de bondad; 3) Oraciones por alguien. Por qué no decidir hoy ser un mensajero del amor y la misericordia de Dios cada día?

7. NUNCA TE RINDAS. 

La Biblia nos recuerda que hasta el justo cae siete veces al día. Nacimos pecadores, somos pecadores y moriremos como pecadores. A pesar de nuestra fragilidad y debilidad humanas, nunca debemos rendirnos ni perder la esperanza, sino que, al caer, admitir humildemente nuestra caída, arrepentirnos y empezar de nuevo. Recordemos las consoladoras palabras del salmista: «Dios es lento para la ira y rico en bondad». (Sal 145:8) Tendemos a ser rápidos para la ira y lentos para el perdón. Dios es exactamente lo contrario. Cuando nos arrepentimos y volvemos nuestro corazón a Dios, nuestro misericordioso y amoroso Dios nos perdona en un latido, un parpadeo, una fracción de segundo. ¡Qué grande es nuestro Dios! Podemos ser como la plastilina que se cae y queda plana en el suelo; o podemos ser como una superbola que golpea el suelo y rebota aún más alto. ¿A qué te pareces: a la superbola o a la plastilina? Al fin y al cabo, ¡tú eliges!

8.  FORMACIÓN PERMANENTE. 

Acostúmbrate a una buena lectura espiritual. La mente humana es como un jardín. Un jardín que no se cultiva acaba llenándose de malas hierbas que ahogan las plantas y las flores. En cambio, el hábito de la lectura espiritual sólida, metódica y constante alimenta la mente con pensamientos santos y nobles, que a su vez conducen a los afectos nobles del corazón, que finalmente culminan en acciones nobles que llamamos virtudes. ¡Esto, a su vez, nos pondrá en el camino de la santidad con el resultado final de la beatitud eterna en el cielo por toda la eternidad! Hay un dicho que dice: «Eres lo que comes». Esto es cierto. ¡Pero aún más podemos decir que somos lo que pensamos! ¡Una buena lectura nos ayuda a conocer y amar a Jesús aún más! ¡Jesús dijo que debemos amarlo con todo nuestro corazón, mente, alma y fuerzas!

9. VIVIR EN LA PRESENCIA DE DIOS 

«Vivir en la presencia de Dios»: la espiritualidad del Hermano Lorenzo, que insistía en que la santidad se podía alcanzar viviendo este único concepto: ser consciente y vivir constantemente en la presencia de Dios. Antes de llevar a cabo una acción cuestionable, ¿por qué no preguntar a Dios si esto le resultaría agradable? Santa Teresa de Ávila, mujer doctora de la Iglesia, afirma que una de las principales razones por las que cedemos al pecado es porque nos olvidamos de la presencia de Dios. San Pablo, en su discurso a los atenienses, cita a un poeta griego: «En Él vivimos, nos movemos y somos». (Hechos 17:28) Dios nunca está lejos de nosotros, pero a menudo nos alejamos de Él.

10. NUESTRA SEÑORA, DESATADORA DE NUDOS  

En los últimos tiempos ha crecido el interés y la confianza en María bajo este título un tanto sorprendente: «Nuestra Señora Desatadora de Nudos».  Nuestra vida puede resultar un valle de lágrimas complicado, desordenado, sucio y lleno de baches. Podemos encontrarnos en situaciones económicas, sociales, morales o psicológicas tan complicadas, tan anudadas, que parece literalmente imposible encontrar una solución. ¿Por qué no acudir a María? El primer milagro que obró Jesús se produjo en el contexto de una situación muy complicada y embarazosa: una pareja de novios debió calcular mal el número de invitados porque se les acabó el vino. Esta desafortunada circunstancia pondría fin a los festejos, ¡se acabaría la fiesta! La Virgen se dirige suavemente a Jesús diciendo: «No hay más vino»… luego les dice a los servidores: «¡Haced lo que Él os diga!». ¡Jesús escuchó la petición de su Madre y desató el nudo nupcial! Convirtió el agua en vino y en el mejor de los vinos. Hoy, ¿por qué no le das a María tus nudos para que los deshaga y te dé la libertad, la libertad de los hijos e hijas de Dios?

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Nov 22 2021

SANTA CECILIA

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El padre Ed Broom, OMV (Oblato de la Virgen María), cariñosamente conocido como el Padre Escobita, fue ordenado sacerdote por san Juan Pablo II en 1986. Es asistente del párroco en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens (California). Allí imparte retiros, da los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. El Padre Broom presenta con regularidad diversos temas en EL SEMBRADOR TV y Radio e organiza e imparte un curso de preparación a los fieles en diversas parroquias de la archidiócesis de Los Ángeles para la Consagración total a Jesús mediante María. Para leer artículos o escuchar audios en inglés o en español, por favor vaya a www.fatherbroom.com

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Nov 22 2021

LECTURAS DEL DIA | 22 DE NOVIEMBRE 2021

Memoria de Santa Cecilia, virgen y mártir

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)    

LUNES, 22 de noviembre Lc. 21,1-4 Jesús dijo: «Os aseguro que esta pobre viuda ha puesto más que todos los demás… de su pobreza, (ella) ha ofrecido todo su sustento».

La avaricia es uno de los pecados capitales. Puede que no pensemos que tenemos este pecado capital en particular. Podemos dar generosamente a nuestra iglesia, a los apostolados, a la ayuda a nuestra familia. Pero el evangelio de hoy y los santos pueden abrirnos los ojos a una verdad y realidad más profunda…

San Juan Bautista predicó sobre este tema: «El hacha está ya en la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego». 

«¿Qué debemos hacer entonces?», preguntó la multitud. Juan respondió: «El que tenga dos camisas que comparta con el que no tiene, y el que tenga comida que haga lo mismo».

Oremos también sobre estas palabras de San Juan Crisóstomo sobre la riqueza y la pobreza: 

«Os ruego que, sobre todo, recordéis constantemente que no compartir nuestras propias riquezas con los pobres es un robo a los pobres, y una privación de su sustento; y que, lo que poseemos no es sólo nuestro, sino también de ellos». 

Si nuestras mentes están dispuestas de acuerdo con esta verdad, utilizaremos libremente todas nuestras posesiones. Alimentaremos a Cristo mientras tenemos hambre aquí, y acumularemos grandes tesoros allí. Estaremos capacitados para alcanzar la bendición futura, por la gracia y el favor de nuestro Señor, con quien, al Padre y al Espíritu Santo, sea la gloria, el honor y el poder, ahora y hasta la eternidad.» 

EL JOVEN RICO Y LA VERGÜENZA… por el P. Ed Broom, OMV

Erich Fromm, un psicólogo moderno acuñó esta máxima inmortal: «Si eres lo que tienes, y pierdes lo que tienes, ¿quién eres?» El mejor grupo de Rock n’ Roll de la historia, los Beatles, compuso una canción: «Money can’t buy me love». Alguien más ha ofrecido esta perla de sabiduría: «Tus posesiones, te poseen». La Biblia, la Palabra de Dios, expresa la misma verdad de forma sucinta: «¡El amor al dinero es la raíz de todos los males!» (1Tim 6:10) La codicia, también llamada «avaricia», es uno de los siete Pecados Capitales. ¡En este breve ensayo quisiéramos definir la Avaricia, explicar su origen y describir los pasos prácticos para superar esta actitud interior que debe ser superada si uno desea realmente alcanzar una vida cristiana plenamente desarrollada y convertirse en santo!

ORIGEN.  El Pecado Capital de la Avaricia es como los otros seis pecados capitales en que su origen se remonta a nuestros primeros padres cuando cometieron el primer pecado, conocido como Pecado Original. Su pecado tiene repercusiones universales sobre la totalidad de la raza humana, así como sobre toda la creación, hasta el final de los tiempos. Es como un tsunami de inmoralidad desencadenado por dos personas y que influye en todos los seres humanos, a excepción de Jesús, Dios hecho hombre, y María, su madre, preservada del pecado original y de todo pecado personal por privilegio de su papel de Madre del Redentor. El Doctor Angélico, Santo Tomás de Aquino, lo llama «concupiscencia» – ¡la tendencia, proclividad o inclinación interior que nos tira o arrastra hacia el mal o el pecado!

DEFINICIÓN.  La codicia es el deseo desordenado de cosas materiales. El libro del Génesis nos recuerda constantemente que toda la creación es «buena». El mal no se encuentra en la creación, ¡sino en el deseo desordenado del corazón humano por ella! En realidad, dos de los Diez Mandamientos se refieren directamente a la Avaricia: el 7º – «No robarás», y el 10º – «No codiciarás los bienes de tu prójimo».

Un joven rico que conocía los Diez Mandamientos se acercó a Jesús y le preguntó al Señor el camino hacia la vida eterna. Jesús le dijo que obedeciera los Diez Mandamientos; él afirmó haberlo hecho. Entonces Jesús lo miró con amor y lo desafió: «Si quieres ser perfecto, ve a vender lo que tienes, dáselo a los pobres y luego ven a seguirme». (Mt 10,17-22) El rostro del joven se desplomó y se marchó triste del Señor. ¿La razón? Sus posesiones, ¡lo poseían! ¡Tenía muchas posesiones y estaba excesivamente apegado a ellas, prefiriéndolas a la Persona de Jesucristo! ¡Nunca más aparece en los Evangelios!

En una sociedad que tiene una sobreabundancia de cosas, apegarse desmesuradamente puede suceder casi imperceptible, ¡como la rana que muere hervida en una olla de agua que se calienta lentamente hasta el punto de ebullición!

¡Judas Iscariote se enamoró del dinero y se desenamoró de Jesucristo! Ananías  y Safira, marido y mujer que encontramos en los Hechos de los Apóstoles, se contagiaron de la codicia y fueron fulminados por mentir a San Pedro sobre la cantidad de dinero que tenían. En la raíz estaba la avaricia, su insaciable deseo de dinero y de «cosas».

Una parábola sorprendente relacionada con los peligros de la avaricia, es la parábola de Lázaro y el hombre rico (Lc 16,19-31). Un hombre pobre, Lázaro, yace día y noche frente a la puerta del hombre rico. Su cuerpo está lleno de llagas, hasta los perros vienen a lamerle las llagas, y se está muriendo de hambre. ¡Qué estado tan lamentable! En cambio, el hombre rico se viste de fina púrpura y celebra suntuosos banquetes todos los días. Ni una sola vez levanta la mano para ofrecer a Lázaro ni siquiera un trozo de pan.

Después de sus muertes, el hombre rico se encuentra torturado en el pozo del infierno, anhelando una gota de agua para refrescar su lengua de los tormentos ardientes. Mientras tanto, el pobre, Lázaro, descansa en el cielo en el seno del Padre Abraham.

¿Cuál fue la razón principal de la pérdida eterna del hombre rico? No fue por lo que hizo, el pecado de comisión, sino por lo que dejó de hacer, el pecado de omisión.   Su avaricia lo cegó totalmente ante el pobre hombre que estaba fuera de su puerta, Lázaro, que en realidad era Jesucristo disfrazado. «Jesús dijo: ‘Tuve hambre y no me diste de comer; tuve sed y no me diste de beber… Todo lo que no hiciste por el más pequeño de mis hermanos, eso no lo hiciste por mí’. Y éstos irán al castigo eterno». (Mt 25,42.46)

¿Cómo podemos, pues, vencer el pecado de la avaricia que puede estar acechando o escondiéndose en el fondo de nuestra alma? ¡Vamos a dar algunos pasos o consejos concretos para ganar la batalla!

1. ¡ADMITIRLO Y CONFESARLO!  ¿Tienes más de lo que necesitas? Si después de un minucioso examen de conciencia y de consultar con tu Director Espiritual o Confesor, has detectado que la avaricia es un insidioso gusano que roe tu vida interior, admítelo, confiésalo y pide que te cure. Jesús es el «Médico Espiritual» de nuestra alma. ¡Él ha venido a curar las heridas de nuestros pecados!

2.  MEDITAR EN LA VIDA DE CRISTO  Una meditación constante y profunda sobre la vida de Jesús puede ayudar a transformar nuestra perspectiva espiritual, nuestra visión de la vida, de la realidad material, e incluso la actitud de nuestro corazón. Sigue este breve esbozo de Su vida: nacido en el establo de Belén de padres pobres, pasó años trabajando como carpintero, cuarenta días y noches en el desierto ayunando de toda comida y bebida, tres años sin morada permanente, despojado de Sus vestiduras y azotado, clavado en la cruz y abandonado por casi todos, muriendo y entregando casi hasta la última gota de Su Preciosa Sangre, siendo finalmente enterrado en una tumba prestada: todo esto es un resumen de la vida de Jesucristo, el Hijo del Dios vivo.

3. ¡MEDITA EN LAS ÚLTIMAS COSAS!  Un día moriré, seré juzgado por Jesús, y me espera el cielo o el infierno. Mirando mis muchas posesiones, ¿son un peldaño o un obstáculo para llegar al cielo? Jesús dijo: «Nadie puede servir a dos señores, porque o bien odiará a uno y amará al otro, o bien se dedicará a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y al dinero». (Mt 6,24) El hombre más rico del mundo y el más pobre acabarán en el mismo sitio: ¡a dos metros bajo tierra! San Francisco de Borja. S.J., el duque de Gandhi, admiraba a la bella reina que murió repentinamente. Mientras seguía el féretro de la Reina, la puerta del ataúd se abrió de golpe y Francisco vio a esta hermosa mujer con el rostro comido por los gusanos. Al meditar sobre la realidad transitoria de la belleza y la riqueza, Francisco lo dejó todo para entrar en la vida religiosa y se convirtió en jesuita, en sacerdote, ¡y luego en un gran santo!

4.  ¡APRENDE A DAR GENEROSAMENTE!  ¡San Pablo nos desafía a dar! «¡Hay más alegría en dar que en recibir!» (Hechos: 20: 35) La Santa Madre Teresa de Calcuta, que lo dio todo para seguir a Jesús en el servicio a los más pobres, afirmaba: «¡Da hasta que te duela!» La Madre Teresa, una de las más grandes santas modernas, deseó durante toda su vida saciar la sed de Jesús sirviendo a los más pobres. Para ella, Jesús estaba realmente presente en el «angustioso disfraz de los pobres».

5.  NO TE PREOCUPES; CONFÍA MÁS BIEN EN EL CUIDADO PROVIDENCIAL DE DIOS.  En el Sermón de la Montaña, Jesús nos advierte de que no debemos preocuparnos, especialmente por las cosas materiales: la comida o el vestido. «Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros, y sin embargo vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros más valiosos que ellas? … ¿Y por qué os preocupáis por la ropa? Mirad cómo crecen las flores del campo. No trabajan ni hilan. Pero os digo que ni siquiera Salomón en todo su esplendor se vistió como una de ellas. Si así viste Dios a la hierba del campo, que hoy está aquí y mañana es arrojada al fuego, ¿no os vestirá mucho más a vosotros, hombres de poca fe?» (Mt 6, 26, 28-30) La clave son estas palabras de Jesús: «Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará». (Mt 6:33) Considera esto, si recibes a Jesús en la Santa Comunión, entonces sí eres el más rico de todos. ¡Tener a Dios viviendo en las profundidades de tu alma es ya vivir el Reino de Dios que está verdaderamente dentro! Recuerda: «Si Dios está con nosotros, ¿quién puede estar contra nosotros?» (Rom 8:13)

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