Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)

Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana

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Ene 01 2022

MARIA, MADRE DE DIOS

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El padre Ed Broom, OMV (Oblato de la Virgen María), cariñosamente conocido como el Padre Escobita, fue ordenado sacerdote por san Juan Pablo II en 1986. Es asistente del párroco en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens (California). Allí imparte retiros, da los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. El Padre Broom presenta con regularidad diversos temas en EL SEMBRADOR TV y Radio e organiza e imparte un curso de preparación a los fieles en diversas parroquias de la archidiócesis de Los Ángeles para la Consagración total a Jesús mediante María. Para leer artículos o escuchar audios en inglés o en español, por favor vaya a www.fatherbroom.com

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: Podcast

Ene 01 2022

LECTURAS DEL DIA | 1 DE ENERO 2022

Solemnidad de María Santísima, Madre de Dios

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)    

SÁBADO, 1 de enero Lc 2, 16-21 SOLEDAD DE MARÍA, LA SANTA MADRE DE DIOS.   «Los pastores fueron de prisa a Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre».

En el momento de su concepción en el vientre de su madre, Santa Ana, María fue preservada de la mancha del pecado original, y permaneció sin pecado toda su vida. Por eso, el poeta Wordsworth llamó a María «el alarde solitario de nuestra naturaleza manchada». María es la Hija de Dios Padre, la Madre de Dios Hijo y la Esposa Mística del Espíritu Santo. María es también nuestra querida Madre. Todo lo que Jesús sufrió en la cruz, María lo sufrió en su corazón, por amor a nosotros y a nuestra salvación eterna.

MARÍA ES VERDADERAMENTE NUESTRA AMADA MADRE por el P. Ed Broom, OMV

Santa Teresa de Lisieux, una joven santa carmelita que murió a la tierna edad de 24 años, amaba mucho a la Santísima Virgen María y se sabe que dijo: «Es cierto que la Virgen es Reina del cielo y de la tierra, pero al mismo tiempo es más Madre que Reina». Este es el maravilloso tema que queremos tratar en esta breve exposición sobre la Santísima Virgen María, «Obra maestra de la creación de Dios». (San Luis de Montfort)

MARÍA COMO MADRE  En realidad, se puede afirmar que María es la Madre de Dios. María es también la Madre de la Iglesia, que es el Cuerpo Místico de Cristo. Pero lo más importante para todos y cada uno de nosotros es que María es nuestra propia Madre amorosa.

TÍTULOS Y PRIVILEGIOS DE MARÍA.  María tiene muchos títulos, por ejemplo, Rosa Mística, Torre de David, Torre de Marfil, Arca de la Alianza, Virgen Purísima, Virgen Santísima, Puerta del Cielo, Estrella de la Mañana, y muchos otros títulos poéticos, místicos y bíblicos. Sin embargo, de todos los títulos y privilegios que se le pueden dar a María, el más grande de todos es éste: ¡MARÍA ES LA MADRE DE DIOS!

DOGMAS MARIANAS.  Hasta ahora, la Iglesia ha declarado oficialmente cuatro dogmas marianos, una verdad revelada por Dios a través de la Iglesia que debe ser aceptada. Son: La Inmaculada Concepción de María, la Maternidad Divina de María, la Virginidad Perpetua de María y, finalmente, la Asunción de María al cielo. De estos sublimes privilegios marianos o dogmas marianos, el más grande y sublime es la Divina Maternidad de María, que significa que María fue elegida por Dios para ser su Madre; María es verdaderamente la Madre de Dios. Esto lo celebramos cada año en Navidad, así como para iniciar el Año Nuevo el 1 de enero.

MARÍA COMO MADRE: EL PAPEL DE UNA MADRE  En el plano natural, una madre tiene estas cualidades básicas. En primer lugar, la naturaleza de una madre es dar a luz o dar vida al hijo que ha criado en su vientre. En segundo lugar, una madre nutre al niño primero dentro de su vientre, y luego como su pequeño hijo. En tercer lugar, la madre se preocupa de vestir a su hijo para protegerlo del frío y de las enfermedades. En cuarto lugar, una madre siempre está atenta para proteger a su hijo del peligro y de la posibilidad de que se haga daño. En quinto lugar, la madre se esfuerza por educar a su hijo de muchas maneras: física, intelectual, moral y espiritualmente. Sexto, una madre cura las heridas de su hijo cuando se ha caído y se ha raspado la rodilla, besando la herida para que se cure rápidamente. En séptimo lugar, una madre escucha a su hijo siempre que quiera abrirse y expresar lo que hay en el fondo de su corazón. En octavo lugar, una madre tiene el valor de corregir a su hijo cuando éste ha cometido algún error o se mueve en una dirección peligrosa. En noveno lugar, una verdadera madre reconforta a su hijo con su calor, su ternura, su preocupación, su compasión y su cuidado amoroso. Décima y última, la nota más importante y característica de una auténtica madre es que ama a su hijo. Es un amor sin límites, independientemente de dónde esté el niño y de lo que haya hecho: ¡su amor es tan vasto como el océano! Todas estas cualidades maternas pueden atribuirse a María, nuestra Madre, en un plano más elevado y sublime. Veamos ahora estos atributos maternales y apliquémoslos a María como nuestra Madre Celestial. En palabras de Santa Teresa: «Es cierto que la Virgen es Reina del Cielo y de la tierra, pero al mismo tiempo es más Madre que Reina.» 

1. MARÍA COMO MADRE DA LA VIDA.  María es la llena de gracia desde el mismo momento de su Inmaculada Concepción en el seno de su madre, Santa Ana. La gracia es la vida sobrenatural del alma. María ruega por nosotros para que alcancemos la gracia a partir de nuestro Bautismo; ruega por nosotros para que esta gracia crezca y abunde durante toda nuestra vida; finalmente, ruega por nosotros para que tengamos la gracia de todas las gracias, que es morir en estado de gracia, para que nos salvemos por toda la eternidad. ¡María, Madre mía, alcánzame la vida y la vida en abundancia!

2. MARÍA COMO MADRE ALIMENTA NUESTRA VIDA ESPIRITUAL. A través de una ferviente vida de oración en la que hablamos a menudo y con confianza a María, nuestra amorosa Madre, ella nos alcanza el crecimiento de nuestra vida espiritual. Una vez más, María, la llena de gracia, alcanza para nosotros percepciones especiales en nuestro intelecto y toques de gracia en nuestra alma, para que crezcamos y florezcamos como un árbol sano que crece junto a un arroyo abundante y caudaloso.

3. MARÍA COMO MADRE NOS AYUDA A VESTIRNOS.  Adán y Eva, después de cometer el Pecado Original, reconocieron su desnudez. En el plano espiritual, cuando somos imbuidos de la gracia santificante por el Bautismo, somos revestidos espiritualmente con el más exquisito vestido. María, como Madre nuestra, ruega por nosotros para que estemos siempre revestidos de este vestido de gracia, y si lo perdemos por el pecado mortal, María, como Madre nuestra, ruega por nosotros para que recuperemos la gracia mediante una buena Confesión Sacramental.

4. MARÍA COMO MADRE VELA POR SUS HIJOS PARA PROTEGERLOS

María como Madre es muy consciente de los muchos peligros a los que están expuestos sus hijos desde dentro y desde fuera. El demonio, la carne y el mundo persiguen constantemente nuestra atención, así como nuestra alma. María como Madre tiene su ojo cuidadoso, atento y vigilante que nos mira con amor, y nos advierte por medio de la gracia y de las inspiraciones de los peligros que nos acechan.

5. MARÍA COMO MADRE NOS EDUCA.  Como una buena madre se esfuerza por dar una buena educación a sus hijos, así lo hace María. El Padre Robert Fox, un verdadero experto en Nuestra Señora, especialmente en Nuestra Señora de Fátima, señaló que Nuestra Señora de Fátima vino de una manera muy especial como ¡¡¡Maestra!!! Las palabras y los mensajes de Nuestra Señora de Fátima resultan ser una magnífica y excelente enseñanza, un excelente catecismo, una clara y conmovedora señalización sobre cómo llegar a lo más importante: nuestra salvación eterna. Jesús y María son los mejores Maestros; ¡escuchémoslos y obedezcamos sus consejos!

6. MARÍA COMO MADRE CURA A SUS HIJOS HERIDOS  Si un niño se cae de la bicicleta en un charco de barro y se corta la rodilla, su madre es la primera que corre a socorrerlo. Sacar al niño del barro, besarlo, abrazarlo, limpiarlo y cambiarlo de ropa, vendar su herida y, finalmente, darle chocolate caliente, son gestos de una madre amorosa. Cuando estamos heridos, la Madre María viene a nosotros con palabras de sabiduría: No te preocupes… Yo estoy aquí para curarte. Debemos llevar nuestras heridas abiertas tanto a Jesús, el Sanador Herido, como a María, la Madre del Sanador Herido.

7. MARÍA COMO MADRE NOS ESCUCHA  Una verdadera madre está dispuesta a escuchar lo que hay en el corazón de su hijo. En un plano mucho más elevado, María como Madre nuestra está siempre dispuesta a escucharnos, a responder a nuestros problemas y a ayudarnos en nuestras necesidades. La belleza de María como ESCUCHADORA es el simple pero reconfortante hecho de que María nunca está demasiado cansada, ocupada, absorbida o, si se quiere, demasiado ocupada para escucharnos siempre que queramos hablar con ella. Deberíamos acostumbrarnos a hablar con María tan a menudo como nuestro corazón lo desee. Los oídos de María están siempre atentos a las súplicas de sus hijos. Además, María no sólo nos escucha con sus oídos, sino también con su Corazón Inmaculado, ¡y nos comprende perfectamente!

8. MARÍA COMO MADRE CORRIGE A SUS HIJOS DESCARRIADOS.  Una madre amorosa no es tímida ni tarda en corregir a un hijo descarriado. Si hay un lobo errante y hambriento fuera, la madre mantendrá a su hijo dentro y cerrará la puerta, especialmente si ese niño es curioso y tiende a vagar. La corrección fraterna es, en efecto, una dimensión de la virtud teologal de la caridad, que Santo Tomás de Aquino define como: «La caridad es querer el bien del otro». Un ejemplo de María corrigiendo a sus hijos está, de nuevo, en los mensajes de Fátima. La Madre María advirtió que la mayoría de las almas se pierden por los pecados de la carne, y que muchas almas se pierden por la falta de oración y sacrificio. Con suavidad pero con firmeza, María como Madre nos exhorta a nosotros, sus hijos, a intensificar nuestra vida de oración, a estar dispuestos a vivir una vida más sacrificada y a esforzarnos por vivir una vida de mayor pureza. Esto nos recuerda las palabras de Jesús en el Sermón de la Montaña: «Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios». (Mt 5,8)

9. MARÍA COMO MADRE CONSUELA A SUS HIJOS.  En medio de los muchos sufrimientos, pruebas, tribulaciones, aflicciones y contratiempos de esta corta vida en la tierra, que no es más que una breve peregrinación por la carretera del cielo, la Virgen, como Madre amorosa, desea ardientemente consolarnos. Entre los muchos títulos consoladores de María está el de Nuestra Señora de la Consolación. Además, la oración mariana que rezamos para concluir el santísimo Rosario de la Virgen María es la del SALUDO A LA REINA. Esta oración consoladora comienza con estas palabras: Salve Santa Reina, Madre de la Misericordia, nuestra vida, nuestra dulzura y nuestra esperanza. Sin duda, estas pocas palabras son como un suave rocío que desciende sobre el desierto seco y reseco de nuestra alma. En efecto, en las penas, las tristezas y los fracasos que todos experimentamos en la vida, que es un valle de lágrimas, debemos correr a María como nuestra Madre para que nos consuele. Ella vendrá rápidamente a calmar nuestras penas con el consuelo y la consolación de su corazón amoroso.

10. ¡MARÍA COMO MADRE NOS AMA DE VERDAD, Y NOS AMA INTENSAMENTE!  Una madre natural ama a sus hijos. Sin embargo, el amor humano tiene límites y a menudo se desvanece, decae e incluso puede enfriarse. Esta es la realidad. No es así en el caso de la Madre María. El amor del purísimo e Inmaculado Corazón de María nunca decae, ni disminuye, ni se enfría. Es un amor constante, intenso y fiel. María, como Madre, nos ama independientemente de dónde estemos, de lo que hayamos hecho y de lo que hayamos dejado de hacer. Su amor por nosotros es purísimo y perfecto. Posiblemente, la mejor manera de comprender en cierta medida el amor que la Madre María nos tiene a ti y a mí, sería meditando las palabras del Doctor de la Gracia, el gran San Agustín: «Si juntaras todo el amor, de todas las madres, de todos los tiempos y lugares, ¡el amor que María tiene por ti es mucho mayor!». En otras palabras, ¡es imposible comprender el amor inexpresable, sublime e inefable que María, como Madre, tiene por ti!

En conclusión, esperamos y rezamos para que a partir de ahora experimentes el extraordinario poder de la presencia de María en tu vida, muy especialmente como tu Madre Celestial. Como Madre, ella alcanzará la vida y la vida en abundancia para ti. Como Madre, alimentará y fortalecerá tu vida espiritual. Como Madre, te revestirá con el manto real de la gracia santificante. Como Madre atenta, tiene sus ojos amorosos fijos en ti en todo momento. Como buena Madre, te ayudará a educarte en el Evangelio, la Buena Noticia de la salvación que enseñó Jesús, su Hijo. ¿Herido? María también es conocida como la Salud de los enfermos, y como Jesús, intercederá como médico. Nunca demasiado ocupada, María como Madre te prestará un oído atento; es la mejor de las oyentes. Si eres una oveja descarriada del redil, María, como Madre del Buen Pastor y consciente de la presencia y el peligro de los lobos, te devolverá al redil. En medio de las penas y fracasos de la vida, María es «tu vida, tu dulzura y tu esperanza». (Del Ave Santa Reina) Finalmente, María como Madre te ama intensamente con su Corazón Inmaculado y desea que un día estés con ella para siempre en el cielo para alabar, al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo por toda la eternidad. Amén.

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Dic 31 2021

REGALOS PARA LA VIRGEN MARIA

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El padre Ed Broom, OMV (Oblato de la Virgen María), cariñosamente conocido como el Padre Escobita, fue ordenado sacerdote por san Juan Pablo II en 1986. Es asistente del párroco en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens (California). Allí imparte retiros, da los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. El Padre Broom presenta con regularidad diversos temas en EL SEMBRADOR TV y Radio e organiza e imparte un curso de preparación a los fieles en diversas parroquias de la archidiócesis de Los Ángeles para la Consagración total a Jesús mediante María. Para leer artículos o escuchar audios en inglés o en español, por favor vaya a www.fatherbroom.com

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Dic 31 2021

LECTURAS DEL DIA | 31 DE DICIEMBRE 2021

Séptimo día dentro de la octava de Navidad

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Dic 30 2021

LECTURAS DEL DIA | 30 DE DICIEMBRE 2021

Sexto día dentro de la octava de Navidad

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)    

JUEVES, 30 de diciembre Lc 2,36-40 «El niño crecía y se fortalecía, lleno de sabiduría; y el favor de Dios estaba sobre él.»

¿Cómo podemos seguir creciendo espiritualmente en fuerza y sabiduría? Sin duda, la experiencia de cambio de vida de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola es la primera de la lista. 

Para aquellos que han tomado el Programa de Ejercicios Espirituales de 10 semanas del P. Ed, después de la tensión, el estrés y las pruebas de la pandemia, tomar este programa de nuevo es muy recomendable para mantenernos centrados y enfocados en nuestro propósito de vida y cómo llegar a nuestro objetivo final: ¡el cielo! Cada experiencia de los Ejercicios Espirituales cambia la vida de una manera diferente porque somos diferentes. Para aquellos que nunca han tomado el programa del Padre Ed, es verdaderamente una necesidad.

El P. Ed ofrecerá 2022 Ejercicios Espirituales de Cuaresma en San Pedro Chanel, así como en Santa Teresa en Alhambra. Con una hora semanal de charla sobre el tema de la semana y folletos para la meditación diaria. ¡La siguiente meditación es a la vez anticipación y preparación!

JOYAS ESPIRITUALES QUE BROTAN DE LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES DE SAN IGNACIO DE LOYOLA. ¡Recíbelas y vívelas!

Una de las mayores joyas y tesoros espirituales que brotan de la vida de San Ignacio de Loyola son los Ejercicios Espirituales. La Fundación de la Compañía de Jesús, conocida como los jesuitas, sus Constituciones, las Reglas de Discernimiento, las casi 7 mil cartas escritas por San Ignacio -todo lo anterior- son tesoros legados a la Iglesia por San Ignacio y representan una riqueza de espiritualidad. Sin embargo, muchos estarían de acuerdo en que los Ejercicios Espirituales son el reclamo de la fama y el mayor sello del carisma y la contribución de San Ignacio de Loyola al mundo.

DEFINICIÓN: ¿QUÉ SON LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES?  ¿Cómo podríamos definir entonces los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola? En el propio texto de los Ejercicios Espirituales, en realidad el número uno de las Anotaciones, Ignacio, en su lenguaje claro y conciso, define exactamente lo que son los Ejercicios Espirituales.

«Por el término ‘Ejercicios Espirituales’ se entiende todo método de examen de conciencia, de meditación, de contemplación, de oración vocal y mental, y de otras actividades espirituales que se mencionarán más adelante. Porque, así como el paseo, el viaje a pie y la carrera son ejercicios corporales, así llamamos Ejercicios Espirituales a todo modo de preparar y disponer el alma para librarse de todos los apegos desordenados, y, después de su eliminación, de buscar y encontrar la voluntad de Dios en la disposición de nuestra vida para la salvación de nuestra alma». (Ejercicios Espirituales nº 1, traducción de Puhl, S.J.)

De entrada, en el texto de los Ejercicios Espirituales compuesto por San Ignacio de Loyola, inspirado por el Espíritu Santo, leemos una definición muy sustancial y clara, así como una explicación de los Ejercicios Espirituales.

Como medio de estímulo para aquellos que han hecho los Ejercicios Espirituales, ya sea el retiro de treinta días, el de ocho días, o incluso la Anotación 19 o la 18, nos gustaría destacar muchas de las extraordinarias gracias que fluyen de los Ejercicios para, con suerte, moverles a tomarlos de nuevo y profundizar en ellos. Así como para aquellos que nunca han tenido la gracia y la bendición de emprender y vivir los Ejercicios Espirituales, es nuestro deseo que se sumerjan en el infinito océano de bendiciones de Dios que les espera.

A continuación se exponen algunas de las bendiciones espirituales más enriquecedoras que se desprenden de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. Estos Ejercicios han transformado radicalmente las vidas de innumerables personas, transformando a individuos tibios, tibias y mediocres en santos fervientes, ardientes y celosos. Algunos ejemplos: San Francisco Javier, San Pedro Fabro, San Pedro Canisio, San Isaac Jogues, San Juan de Brebeuf, San Roberto Belarmino.

1. MEDITACIÓN.  San Alfonso de Ligorio, Santa Teresa de Ávila y San Juan de la Cruz, por mencionar sólo a tres, insisten en la importancia indispensable de aprender el arte de la Meditación como medio para desprenderse del pecado, superar los apegos desordenados y descubrir la voluntad de Dios en la propia vida. Los Ejercicios Espirituales son una escuela en el arte de la meditación.

2. CONTEMPLACIÓN.  Otra forma o modo de oración es la Contemplación. A diferencia de la meditación, la contemplación nos lleva a la unión con Dios por medio del entrenamiento de la imaginación. La imaginación puede ser utilizada para bien o para mal. La Contemplación ignaciana nos entrena para imaginarnos presentes en las escenas gráficas/misterios de la Vida de Cristo. Jesús calma la tormenta; así Jesús calma las tormentas en mi vida. La imaginación y la identificación de nuestra vida con la vida de Cristo tiene como resultado la imitación de Cristo y, finalmente, la transformación. De tal manera que con la práctica frecuente y asidua de la contemplación, nuestra meta es decir con San Pablo: «Ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí». (Gal 2,20)

3. ORACIÓN VOCAL.  Cualquier forma de oración que se haga con humildad, pureza de intención y bajo la acción del Espíritu Santo es agradable a Dios. En la Anotación nº 1, San Ignacio afirma que la oración vocal es también una forma de Ejercicios Espirituales. Los padres deberían enseñar a sus hijos las oraciones vocales lo antes posible. Una simple oración vocal que sale del corazón y de los labios de un niño inocente tiene un gran poder ante el trono de Dios. ¡También nuestras propias oraciones vocales de corazón!

4. CONOCIMIENTO ÍNTIMO DE JESÚS, PARA AMARLO MÁS ARDIENTEMENTE Y 

SEGUIRLE MÁS DE CERCA.  Una vez que emprendemos el nobilísimo Ejercicio de la Oración -la oración vocal, la oración/meditación mental, así como la contemplación- se producen los milagros. Una de las gracias más sublimes y un milagro de la gracia es que empezamos a conocer a Jesús y a amarlo ardientemente con un deseo ferviente de seguirlo. Así se produce la transformación. Nuestro fuego interior se vuelve tan ardiente que compartimos a Jesús con los demás. La dinámica y la secuencia es la siguiente en nuestra relación con Jesús: el conocimiento genera amor; el amor genera seguimiento; el seguimiento genera el deseo de hacer que el amante sea conocido y amado por los demás. El resultado neto es una verdadera transformación: el amante (cada uno de nosotros) comienza a imitar al Amante, ¡y ese Amante es Jesús el Señor!

5. EXAMEN DE CONCIENCIA.  Los que han pasado por los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola acabarán encontrando el tesoro espiritual del Examen de Conciencia. El Papa Pío XII afirmó: «El pecado del siglo es la pérdida del sentido del pecado». Los Ejercicios sirven para ayudarnos a examinar nuestra conciencia a la luz del Espíritu Santo y de la Enseñanza Magistral. Una conciencia antes embotada, borrosa o deformada se ilumina con las Verdades Morales que muchas veces no se reconocen o simplemente se niegan.

6. CONFESIÓN GENERAL.  Lo que sigue a la formación de la conciencia es el minucioso pero arduo Examen de Conciencia que culmina con el encuentro con el Corazón Misericordioso de Jesús, el Médico Divino, en el Sacramento de la Confesión. Finalmente, posiblemente después de años e incluso décadas, y de una pobre catequesis, los Ejercicios nos ayudan a rebobinar nuestra vida y ver con gran claridad la infinita misericordia de Dios, pero también nuestra profunda miseria moral. Con la absolución sacerdotal: «Yo te absuelvo de tus pecados, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo», la carga de pecados de toda una vida es perdonada y lavada por la Preciosa Sangre de Jesús.

7. PAZ DEL CORAZÓN, DE LA MENTE Y DEL ALMA.  Por lo tanto, al ser liberados de la esclavitud del pecado, de las nubes de la tristeza y de las ataduras del demonio como resultado de los Ejercicios Espirituales y de la realización de la Confesión General, una profunda paz entra e impregna el alma. ¡Es una paz que tal vez nunca se haya experimentado antes!

8. EXAMEN DIARIO.  Otra magnífica bendición que fluye de la dinámica de los Ejercicios Espirituales es la práctica del Examen Diario. Al enviar a San Francisco Javier, uno de los más grandes misioneros que han existido, a la India, Malasia y finalmente a Japón, Ignacio insistió en que Javier nunca debía descuidar su Examen Diario. Esto significa, en pocas palabras, revisar nuestro día, caminando al lado de Jesús. Así, vemos cómo Dios ha estado activo en nuestras vidas con sus innumerables bendiciones, pero también nuestra resistencia a las gracias e inspiraciones de Dios; entonces viene la propuesta de ser más fieles a la amorosa invitación de Dios a escuchar su llamada y seguirle.

9. CELO APOSTÓLICO.  Si efectivamente realizamos los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola con diligencia, llegamos a conocer a Jesús, a amarlo ardientemente y a seguir sus huellas. En concreto esto significa que amamos lo que Jesús ama. ¿Qué es lo que más ama Jesús? Claramente: Jesús ama la salvación de las almas inmortales. En la Contemplación ignaciana «La llamada del Rey», pedimos la gracia de no ser sordos a la llamada del Rey. ¿Qué desea tan ardientemente el Rey? Una cosa: la conversión y salvación del mayor número posible de almas. Los Ejercicios nos lanzan a trabajar ardientemente con Jesús para salvar almas. «Cada alma individual tiene más valor que todo el universo creado». (Santo Tomás de Aquino)

10. MARÍA: NUESTRA GUÍA E INSPIRACIÓN  Según la tradición, después de su conversión en Pamplona y de su confesión general en el Santuario Mariano de Montserrat, España, San Ignacio de Loyola tuvo un encuentro en la cueva de Manresa que transformó radicalmente su vida. Mientras sufría muchos e intensos sufrimientos, ataques de profunda desolación y tortuosa escrupulosidad, la Virgen se le apareció a Ignacio. Fue María quien le dictó a Ignacio el proyecto de los Ejercicios Espirituales. Hay un cuadro bien conocido por los Oblatos de la Virgen María del Venerable Bruno Lanteri (Fundador de los Oblatos) que representa a Ignacio en la cueva con la Virgen dictándole, e Ignacio escribiendo el proyecto de los Ejercicios Espirituales. Uno de los títulos que más le gustaba a San Ignacio en su devoción a María era «La Madonna de la Strada» -traducido: «Nuestra Señora del Camino». En una palabra, los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola están impregnados e imbuidos de la presencia de la Santísima Virgen «Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)    

JUEVES, 30 de diciembre Lc 2,36-40 «El niño crecía y se fortalecía, lleno de sabiduría; y el favor de Dios estaba sobre él.»

¿Cómo podemos seguir creciendo espiritualmente en fuerza y sabiduría? Sin duda, la experiencia de cambio de vida de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola es la primera de la lista. 

Para aquellos que han tomado el Programa de Ejercicios Espirituales de 10 semanas del P. Ed, después de la tensión, el estrés y las pruebas de la pandemia, tomar este programa de nuevo es muy recomendable para mantenernos centrados y enfocados en nuestro propósito en la vida y cómo llegar a nuestro objetivo final: ¡el cielo! Cada experiencia de los Ejercicios Espirituales cambia la vida de una manera diferente porque somos diferentes. Para aquellos que nunca han tomado el programa del Padre Ed, es una necesidad.

El P. Ed ofrecerá 2022 Ejercicios Espirituales de Cuaresma en San Pedro Chanel, así como en Santa Teresa en Alhambra. Con una hora semanal de charla sobre el tema de la semana y folletos para la meditación diaria. ¡La siguiente meditación es a la vez anticipación y preparación!

GEMAS ESPIRITUALES QUE BROTAN DE LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES DE SAN IGNACIO DE LOYOLA. ¡Recíbelas y vívelas!

Una de las mayores joyas y tesoros espirituales que brotan de la vida de San Ignacio de Loyola son los Ejercicios Espirituales. La Fundación de la Compañía de Jesús, conocida como los jesuitas, sus Constituciones, las Reglas de Discernimiento, las casi 7 mil cartas escritas por San Ignacio -todo lo anterior- son tesoros legados a la Iglesia por San Ignacio y representan una riqueza de espiritualidad. Sin embargo, muchos estarían de acuerdo en que los Ejercicios Espirituales son el reclamo de la fama y el mayor sello del carisma y la contribución de San Ignacio de Loyola al mundo.

DEFINICIÓN: ¿QUÉ SON LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES?  ¿Cómo podríamos definir entonces los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola? En el propio texto de los Ejercicios Espirituales, en realidad el número uno de las Anotaciones, Ignacio, en su lenguaje claro y conciso, define exactamente lo que son los Ejercicios Espirituales.

«Por el término ‘Ejercicios Espirituales’ se entiende todo método de examen de conciencia, de meditación, de contemplación, de oración vocal y mental, y de otras actividades espirituales que se mencionarán más adelante. Porque, así como el paseo, el viaje a pie y la carrera son ejercicios corporales, así llamamos Ejercicios Espirituales a todo modo de preparar y disponer el alma para librarse de todos los apegos desordenados, y, después de su eliminación, de buscar y encontrar la voluntad de Dios en la disposición de nuestra vida para la salvación de nuestra alma». (Ejercicios Espirituales nº 1, traducción de Puhl, S.J.)

De entrada, en el texto de los Ejercicios Espirituales compuesto por San Ignacio de Loyola, inspirado por el Espíritu Santo, leemos una definición muy sustancial y clara, así como una explicación de los Ejercicios Espirituales.

Como medio de estímulo para aquellos que han hecho los Ejercicios Espirituales, ya sea el retiro de treinta días, el de ocho días, o incluso la Anotación 19 o la 18, nos gustaría destacar muchas de las extraordinarias gracias que fluyen de los Ejercicios para, con suerte, moverles a tomarlos de nuevo y profundizar en ellos. Así como para aquellos que nunca han tenido la gracia y la bendición de emprender y vivir los Ejercicios Espirituales, es nuestro deseo que se sumerjan en el infinito océano de bendiciones de Dios que les espera.

A continuación se exponen algunas de las bendiciones espirituales más enriquecedoras que se desprenden de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. Estos Ejercicios han transformado radicalmente las vidas de innumerables personas, transformando a individuos tibios, tibias y mediocres en santos fervientes, ardientes y celosos. Algunos ejemplos: San Francisco Javier, San Pedro Fabro, San Pedro Canisio, San Isaac Jogues, San Juan de Brebeuf, San Roberto Belarmino.

1. MEDITACIÓN.  San Alfonso de Ligorio, Santa Teresa de Ávila y San Juan de la Cruz, por mencionar sólo a tres, insisten en la importancia indispensable de aprender el arte de la Meditación como medio para desprenderse del pecado, superar los apegos desordenados y descubrir la voluntad de Dios en la propia vida. Los Ejercicios Espirituales son una escuela en el arte de la meditación.

2. CONTEMPLACIÓN.  Otra forma o modo de oración es la Contemplación. A diferencia de la meditación, la contemplación nos lleva a la unión con Dios por medio del entrenamiento de la imaginación. La imaginación puede ser utilizada para bien o para mal. La Contemplación ignaciana nos entrena para imaginarnos presentes en las escenas gráficas/misterios de la Vida de Cristo. Jesús calma la tormenta; así Jesús calma las tormentas en mi vida. La imaginación y la identificación de nuestra vida con la vida de Cristo tiene como resultado la imitación de Cristo y, finalmente, la transformación. De tal manera que con la práctica frecuente y asidua de la contemplación, nuestra meta es decir con San Pablo: «Ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí». (Gal 2,20)

3. ORACIÓN VOCAL.  Cualquier forma de oración que se haga con humildad, pureza de intención y bajo la acción del Espíritu Santo es agradable a Dios. En la Anotación nº 1, San Ignacio afirma que la oración vocal es también una forma de Ejercicios Espirituales. Los padres deberían enseñar a sus hijos las oraciones vocales lo antes posible. Una simple oración vocal que sale del corazón y de los labios de un niño inocente tiene un gran poder ante el trono de Dios. ¡También nuestras propias oraciones vocales de corazón!

4. CONOCIMIENTO ÍNTIMO DE JESÚS, PARA AMARLO MÁS ARDIENTEMENTE Y 

SEGUIRLE MÁS DE CERCA.  Una vez que emprendemos el nobilísimo Ejercicio de la Oración -la oración vocal, la oración/meditación mental, así como la contemplación- se producen los milagros. Una de las gracias más sublimes y un milagro de la gracia es que empezamos a conocer a Jesús y a amarlo ardientemente con un deseo ferviente de seguirlo. Así se produce la transformación. Nuestro fuego interior se vuelve tan ardiente que compartimos a Jesús con los demás. La dinámica y la secuencia es la siguiente en nuestra relación con Jesús: el conocimiento genera amor; el amor genera seguimiento; el seguimiento genera el deseo de hacer que el amante sea conocido y amado por los demás. El resultado neto es una verdadera transformación: el amante (cada uno de nosotros) comienza a imitar al Amante, ¡y ese Amante es Jesús el Señor!

5. EXAMEN DE CONCIENCIA.  Los que han pasado por los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola acabarán encontrando el tesoro espiritual del Examen de Conciencia. El Papa Pío XII afirmó: «El pecado del siglo es la pérdida del sentido del pecado». Los Ejercicios sirven para ayudarnos a examinar nuestra conciencia a la luz del Espíritu Santo y de la Enseñanza Magistral. Una conciencia antes embotada, borrosa o deformada se ilumina con las Verdades Morales que muchas veces no se reconocen o simplemente se niegan.

6. CONFESIÓN GENERAL.  Lo que sigue a la formación de la conciencia es el minucioso pero arduo Examen de Conciencia que culmina con el encuentro con el Corazón Misericordioso de Jesús, el Médico Divino, en el Sacramento de la Confesión. Finalmente, posiblemente después de años e incluso décadas, y de una pobre catequesis, los Ejercicios nos ayudan a rebobinar nuestra vida y ver con gran claridad la infinita misericordia de Dios, pero también nuestra profunda miseria moral. Con la absolución sacerdotal: «Yo te absuelvo de tus pecados, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo», la carga de pecados de toda una vida es perdonada y lavada por la Preciosa Sangre de Jesús.

7. PAZ DEL CORAZÓN, DE LA MENTE Y DEL ALMA.  Por lo tanto, al ser liberados de la esclavitud del pecado, de las nubes de la tristeza y de las ataduras del demonio como resultado de los Ejercicios Espirituales y de la realización de la Confesión General, una profunda paz entra e impregna el alma. ¡Es una paz que tal vez nunca se haya experimentado antes!

8. EXAMEN DIARIO.  Otra magnífica bendición que fluye de la dinámica de los Ejercicios Espirituales es la práctica del Examen Diario. Al enviar a San Francisco Javier, uno de los más grandes misioneros que han existido, a la India, Malasia y finalmente a Japón, Ignacio insistió en que Javier nunca debía descuidar su Examen Diario. Esto significa, en pocas palabras, revisar nuestro día, caminando al lado de Jesús. Así, vemos cómo Dios ha estado activo en nuestras vidas con sus innumerables bendiciones, pero también nuestra resistencia a las gracias e inspiraciones de Dios; entonces viene la propuesta de ser más fieles a la amorosa invitación de Dios a escuchar su llamada y seguirle.

9. CELO APOSTÓLICO.  Si efectivamente realizamos los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola con diligencia, llegamos a conocer a Jesús, a amarlo ardientemente y a seguir sus huellas. En concreto esto significa que amamos lo que Jesús ama. ¿Qué es lo que más ama Jesús? Claramente: Jesús ama la salvación de las almas inmortales. En la Contemplación ignaciana «La llamada del Rey», pedimos la gracia de no ser sordos a la llamada del Rey. ¿Qué desea tan ardientemente el Rey? Una cosa: la conversión y salvación del mayor número posible de almas. Los Ejercicios nos lanzan a trabajar ardientemente con Jesús para salvar almas. «Cada alma individual tiene más valor que todo el universo creado». (Santo Tomás de Aquino)

10. MARÍA: NUESTRA GUÍA E INSPIRACIÓN  Según la tradición, después de su conversión en Pamplona y de su confesión general en el Santuario Mariano de Montserrat, España, San Ignacio de Loyola tuvo un encuentro en la cueva de Manresa que transformó radicalmente su vida. Mientras sufría muchos e intensos sufrimientos, ataques de profunda desolación y tortuosa escrupulosidad, la Virgen se le apareció a Ignacio. Fue María quien le dictó a Ignacio el proyecto de los Ejercicios Espirituales. Hay un cuadro bien conocido por los Oblatos de la Virgen María del Venerable Bruno Lanteri (Fundador de los Oblatos) que representa a Ignacio en la cueva con la Virgen dictándole, e Ignacio escribiendo el proyecto de los Ejercicios Espirituales. Uno de los títulos que más le gustaba a San Ignacio en su devoción a María era «La Madonna de la Strada» -traducido: «Nuestra Señora del Camino». En una palabra, los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola están impregnados e imbuidos de la presencia de la Santísima Virgen María. En efecto, la Virgen desea ardientemente acompañarnos en nuestro camino y peregrinación en la vida hacia nuestra casa eterna: el Cielo.

En conclusión, es nuestro más ardiente deseo que todos los que habéis tenido la oportunidad de vivir los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola volváis a visitar esta mina de oro espiritual, porque todavía hay muchas más pepitas de oro preciosas e incluso diamantes que descubrir y hacer vuestros.

Dicho esto, si nunca has tenido la oportunidad y la bendición de vivir, de una forma u otra, los Ejercicios Espirituales, quizás ahora sí sea el momento. Si no fuera por la poderosa influencia de los Ejercicios Espirituales, muy posiblemente no estaríamos honrando en el calendario a estos grandes santos -Francisco Javier, Pierre Favre, Isaac Jogues, Pedro Canisio, Roberto Belarmino y tantas otras estrellas brillantes en el firmamento del Cielo. Es muy posible que Dios tenga un lugar para ti como futura estrella en el firmamento del cielo después de que hayas experimentado y vivido los maravillosos frutos de los Ejercicios Espirituales, un lugar más alto que probablemente nunca habrías alcanzado por ti mismo. San Ignacio de Loyola, ruega por nosotros. en nuestro camino y peregrinación en la vida hacia nuestra casa eterna: el Cielo.

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: LECTURAS DEL DIA

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