Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)

Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana

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Mar 23 2022

LECTURAS DEL DIA | 23 DE MARZO 2022

Miércoles de la III semana de Cuaresma

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)

MIÉRCOLES, 23 de marzo Mt. 5, 17-19 «Quien obedezca y enseñe estos mandamientos será llamado el mayor en el Reino de los cielos».  

San Ignacio de Loyola: «La obediencia es nada menos que un holocausto. En ella nos ofrecemos por completo, sin excluir ninguna parte de nosotros mismos, en el fuego de nuestro amor a nuestro Creador y Señor a manos de sus ministros. Por la obediencia uno deja de lado todo lo que es, se despoja de todo lo que tiene, para ser poseído y gobernado por la Divina Providencia.»    

COMBATE ESPIRITUAL: ARMAS EN TU ARSENAL por el P. Ed Broom, OMV

La palabra de Dios nos enseña que nuestra vida en la tierra es una guerra y el Señor nos recuerda que si hemos decidido seguirle, debemos estar preparados para el combate. El Sacramento de la Confirmación fortalece los Dones del Espíritu Santo dentro de nuestras almas y nos transforma en «Soldados de Cristo Rey». Con los mártires cristeros de México, nuestro grito de guerra debe ser «Viva Cristo Rey».

El demonio existe, tiene una inteligencia aguda (de manera perversa), es sumamente astuto y taimado, y trabaja constantemente y es persistente en sus tentaciones. Sin embargo, Dios, María, los ángeles y los santos son mucho más poderosos que el diablo.

Hay que evitar dos extremos con respecto al diablo. Son las advertencias del Siervo de Dios Pablo VI. El primer extremo a evitar es negar que el diablo exista. En efecto, ésta es una de las tácticas del demonio. Por otra parte, nunca debemos dar demasiada importancia al diablo. Los alarmistas temerosos hablan más del poder del diablo que de la Omnipotencia de Dios mismo. Evitemos los dos extremos.

ARMAS ESPIRITUALES PARA VENCER AL DIABLO… VIGILANCIA.

Permanece despierto y reza para no ser puesto a prueba y vencido por las tentaciones del diablo. La razón precisa de la caída de los Apóstoles, abandonando a Jesús en el Huerto, fue que no estuvieron vigilantes en la oración.

NÓMBRALO Y RECLÁMALO.

Cuando surge la tentación, es sumamente útil admitir sencillamente y con mucha calma: «¡Me tienta el diablo, el enemigo de Dios!». Nómbralo. ¡Reclámalo! ¡Y luego domínalo! Descubrir al enemigo que ataca es la mitad de la batalla. La ignorancia de la presencia del enemigo puede aumentar su poder sobre nosotros.

EVITAR LA OCASIÓN CERCANA DEL PECADO.

A menudo somos tentados porque nos colocamos en la ocasión cercana del pecado. Recuerda los numerosos proverbios. «¡No juegues con fuego!»… «¡El que juega en el peligro, perecerá en el peligro!». … «¡El que camina sobre hielo delgado se caerá!» Una de las razones por las que Eva comió del fruto prohibido fue por la sencilla razón de que estaba cerca del árbol del que Dios le dijo que no comiera. ¿Por qué se acercó a ese árbol para empezar?

ESTADO DE DESOLACIÓN.

En este estado, San Ignacio nos arma con cuatro armas clave: más oración, más meditación, examinar tu conciencia (para ver por qué estás en desolación) y, finalmente, aplicarte a alguna penitencia adecuada. ¡Algunos demonios sólo se expulsan con la oración y la penitencia!

SACRAMENTALES.

El uso adecuado de los Sacramentales puede resultar muy eficaz para luchar contra el demonio, y especialmente tres: el Escapulario de Nuestra Señora del Carmen, la Medalla de San Benito y, por último, el Agua Bendita. Santa Teresa de Ávila insiste en utilizar el Agua Bendita para expulsar al demonio de nuestra presencia. ¿Por qué? El demonio está hinchado de orgullo y el agua bendita es pequeña y discreta; el demonio la odia y no la soporta. Los exorcistas recurren al agua bendita por esta razón.

DARDOS DE FUEGO QUE PENETRAN EN EL CIELO.

Cuando el enemigo nos ataca, es muy recomendable ofrecer oraciones cortas y fervientes: dardos ardientes que son sumamente eficaces para poner en fuga al demonio. Algunos ejemplos de estas cortas pero poderosas oraciones podrían ser: Jesús, confío en ti… Señor, sálvame… Señor, ven a rescatarme… ¡Dulce Corazón de María, sé mi salvación! Y, por supuesto, invocar con fe y confianza el nombre de San José, ¡conocido como el Terror de los demonios!

RECHAZAR INMEDIATAMENTE.

Parte del problema en el combate espiritual es nuestro rechazo, a veces lento, aletargado y anémico, de las tentaciones. La gracia de Dios prevalece cuando pedimos la gracia de rechazar las tentaciones de manera varonil y contundente desde el principio. Dicho esto, con frecuencia las tentaciones se apoderan de nosotros porque entretienen las ideas nefastas del diablo. Una vez que la cola del diablo entra, ¡es difícil echarlo! 

LA PEREZA.

En una ocasión en el Diario La Divina Misericordia en mi Alma de Santa Faustina, el diablo rondaba por los pasillos del convento buscando frenéticamente a quien tentar. Santa Faustina detuvo al demonio y le dijo, por obediencia a Jesús, que le dijera cuál era el mayor peligro para las monjas. De mala gana, el demonio respondió: ¡almas perezosas e indolentes!

Todos hemos oído el proverbio: «¡La ociosidad es el taller del diablo!». Esto significa que si no tenemos nada que hacer, el diablo nos dará mucho que hacer. El gran San Juan Bosco temía mortalmente las vacaciones de sus muchachos del Oratorio. ¿Por qué? ¡Demasiado tiempo libre da plena entrada y reinado al diablo en la vida de los jóvenes! ¡Cuántas veces hemos pecado precedidos de momentos, horas o incluso días de indolencia y pereza!

Nuestra filosofía debería ser la de San Alberto Hurtado: «Hay dos lugares para descansar: el cementerio y el cielo». El presente es el momento de trabajar nuestra salvación con temor y temblor. Que el lema de San Benito sea el nuestro: Ora et Labora-Oración y Trabajo.

JESÚS EN EL DESIERTO COMO EJEMPLO SUPREMO: SUS TRES ARMAS.

Por supuesto, el mejor ejemplo para todos es Jesús, que dijo: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida». (Jn 14,6)

Al final de los cuarenta días en el desierto, el diablo vino a tentarle. Jesús venció con fuerza y facilidad al diablo utilizando tres armas que debemos aprender a usar: la oración, el ayuno y la Palabra de Dios, la Biblia.

Jesús tuvo una prolongada experiencia de oración en el desierto que incluyó cuarenta días de ayuno – no comió nada. Finalmente, el diablo tentó a Jesús utilizando la Palabra de Dios, la Biblia, que Jesús mismo utilizó como una flecha afilada para pinchar los esfuerzos de Satanás. La oración ferviente y prolongada, la abnegación constante y la familiaridad con la Palabra de Dios -meditándola y poniéndola en práctica- son armas eficaces para combatir y vencer a Satanás.   

APERTURA CON TU DIRECTOR ESPIRITUAL

Una vez más, el Maestro, San Ignacio, viene al rescate. En la 13ª Regla del Discernimiento de Espíritus, Ignacio nos advierte que al diablo le gusta el secreto. Cuando nos encontramos en un estado de desolación, el diablo nos aconseja mantenerlo en secreto, guardarlo para nosotros mismos. En cambio, abrirse a un Director Espiritual puede vencer la tentación y disipar la desolación. A modo de ejemplo, callar es como tener un corte o una herida que se deja sin atender. Hasta que no se exponga esa herida a la luz del sol y se le aplique un desinfectante, y un vendaje para protegerla, no sólo no sanará la herida, sino que se infectará aún más y correrá el peligro de gangrena, o peor aún, de amputación.

Una vez que la tentación se revela a un Director Espiritual capaz, a menudo se vence. Abrumada por la tentación, la duda y la confusión poco antes de hacer sus votos, Santa Teresa estuvo tentada de abandonar el convento. Se abrió a su maestra de novicias y a su superiora y les reveló su estado de ánimo. Casi inmediatamente la tentación desapareció, hizo sus votos y se convirtió en una de las mayores santas modernas. ¿Qué habría pasado si, siguiendo los consejos del diablo, hubiera mantenido en secreto su estado de ánimo y hubiera actuado en consecuencia? Sin duda, no tendríamos a Santa Teresa de Lisieux, Doctora de la Iglesia.

SAN MIGUEL ARCÁNGEL.

En nuestra batalla con Satanás, debemos utilizar todas las armas de nuestro arsenal. Dios eligió a San Miguel Arcángel como el ángel fiel, el Príncipe de la Hueste Celestial, para arrojar al infierno a Satanás y a los demás ángeles rebeldes. San Miguel, cuyo nombre significa «que es semejante a Dios», es tan poderoso ahora como lo fue en el pasado.

En medio de una tormenta de tentaciones, por qué no elevar tu corazón a San Miguel e invocarlo. Puedes rezar la famosa oración «San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla…». (ver más abajo) ¡O simplemente suplicar su intercesión! Su ayuda desde las alturas del cielo te ayudará a ser el vencedor en tu combate con el diablo.

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestra protección contra la maldad y las asechanzas del Diablo. Que Dios lo reprenda, te lo pedimos humildemente, y haz, oh Príncipe de los ejércitos celestiales, con el poder de Dios, arrojar al infierno a Satanás, y a todos los espíritus malignos, que merodean por el mundo buscando la ruina de las almas. Amén. 

MARÍA SANTÍSIMA.

En general, el pueblo mexicano tiene una gran devoción a María, especialmente bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe. Sin embargo, en Guadalajara, México, además de venerar a María, Nuestra Señora de Guadalupe como Patrona de México y América, la honran con otro título:  «¡La General del ejercito!».

En nuestra batalla contra la antigua serpiente, Génesis 3:15 honra a la mujer que aplasta la cabeza de la serpiente con su curación. «Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre su descendencia y la tuya; él te golpeará la cabeza, mientras tú le golpeas el talón». (Gn. 3:15). En efecto, la antigua serpiente, el demonio, puede golpearnos con su fea lengua y escupir veneno, pero cuando depositamos nuestra confianza en María, ella aplastará su fea cabeza.

¡Viva Cristo Rey! ¡Viva María Reina! ¡Viva Jesús y María!

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Mar 22 2022

LECTURAS DEL DIA | 22 DE MARZO 2022

Martes de la III semana de Cuaresma

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Mar 21 2022

LECTURAS DEL DIA | 21 DE MARZO 2022

Lunes de la III semana de Cuaresma

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)

LUNES, 21 de marzo Lc. 4, 24-30 «Se levantaron, lo expulsaron de la ciudad y lo llevaron a la cima del monte… para arrojarlo de cabeza. Pero él pasó en medio de ellos y se fue». 

Jesús no fue aceptado entre los suyos. El amante desea ser amado a su vez. «De los Evangelios se desprende que Cristo deseaba mucho que experimentáramos su presencia, que estuviéramos cerca de él. Él reunía a su pueblo como la gallina reúne a sus polluelos. Deja que los niños se acerquen a él. Deja que la multitud se agrupe a su alrededor. Le pregunta a Pedro si le quiere. Incluso ruega a sus amigos que estén presentes en su agonía» (Ronda Chervin).

Jesús, en nuestro camino cuaresmal, te pedimos la gracia de amarte cada día más.

JESÚS, ¡EL CENTRO DE MI VIDA!  Por el Padre Ed Broom, OMV

Jesucristo es el centro de toda la historia humana, el alfa y el omega, el principio y el fundamento, el principio y el fin, la llave que abre la vida eterna a todos los que creen y ponen su confianza en Él. Por su encarnación, vida, muerte y resurrección, ha dividido la historia en dos bloques de tiempo: A.D. y B.C. Nunca ninguna persona ha entrado en el escenario de la historia humana y ha tenido un impacto tan grande como Jesús, y lo hizo todo en no más de 33 años.

La siguiente exposición en su esencia es una oración a Jesús. Las breves expresiones de oración o gemas de oración están tomadas de la Sagrada Escritura, la mayoría de ellas de los textos de los Evangelios. Si se quiere, son títulos cristológicos transformados en oraciones cortas. Es nuestra intención y deseo que recojas muy despacio estos títulos a imitación de María, la Madre de Jesús, que meditaba la Palabra de Dios en su Corazón Inmaculado.

TÍTULOS CRISTOLÓGICOS TRANSFORMADOS EN ORACIÓN…

Los títulos de Jesús son muchos y muy ricos. Aprendamos a orar, a hablar realmente con Jesús a través de los muchos y variados títulos inspirados por el Espíritu Santo.

Jesús, tú eres el Pan de Vida, dame un hambre creciente y una sed insaciable de ti. (Jn. 6)

Jesús, tú eres el Buen Pastor, concédeme la profunda seguridad interior de que nunca estoy realmente solo porque caminas junto a mí, a mi lado, y me guías con tu vara y tu cayado. (Salmo 23/ Jn. 10:1-18)

Jesús, tú eres verdaderamente La Resurrección y la Vida, consigue para mí un ardiente anhelo de vivir contigo por toda la eternidad en el cielo. (Jn. 11:1-44)

Jesús, tu nombre significa Salvador, te ruego que extiendas tu mano suave pero fuerte para 

salvarme. Señor Jesús, sálvame de la duda, de mis miedos y ansiedades interiores, de mi falta de confianza en tu Divina Providencia. Señor, en medio de las tormentas de la vida, cuando parece que mi vida está a punto de zozobrar y hundirse, desciende sobre mí con tu calma. Condúceme a un puerto seguro. (Lc. 1, 26-56)

Jesús, tú eres verdaderamente el Médico Divino, el Doctor Divino, te imploro que me toques con tu mano y me sanes. (Mt. Capítulos 8 y 9) Señor Jesús, admito mis dolencias. Sana mi mente con tu luz. Sana mi alma con tu gracia. Sana mi memoria con tu paz. Sana mi cuerpo con tu fuerza.

Jesús, tú eres el mejor de todos los maestros. (Jn. 20:16) Mientras me siento ante ti, te pido tu luz, que te conviertas realmente en mi Maestro. Te doy las gracias por los Evangelios (la Buena Nueva) donde me siento a tus pies para beber y absorber tus Palabras de Verdad. (Los cuatro evangelios).

Jesús, tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Allana el camino para mí en la carretera del cielo. Inúndame con los rayos de tu Verdad. Alcanza para mí la Vida eterna contigo en el cielo. (Jn. 14:6)

Jesús, tú eres el Alfa y la Omega, el Principio y el Fundamento de mi vida. Alcanza para mí la plenitud de la vida teniéndote en el centro mismo de mi vida en todos mis pensamientos, palabras y obras, en toda mi voluntad. (Ap. 22:13)

Jesús, has dicho: «Yo soy la Luz del mundo», expulsa la oscuridad presente en mi mente, en mi memoria, en mi entendimiento, incluso en mis intenciones más secretas. Brilla sobre mí y en mí para que tu Presencia en mi vida ilumine a muchos otros. (Jn. 8:12)

Jesús, tú eres verdaderamente el Logos, la Palabra de Dios que sale del Padre Eterno. Que tus palabras se graben profundamente en todo mi ser para que yo sea una expresión viva de tu verdad en el mundo. (Jn. 1:1)

Jesús, tú eres el Emmanuel, Dios con nosotros. Que en este viaje de la vida hacia nuestro destino eterno, el cielo, pueda ser constantemente consciente de tu presencia suave y consoladora. Que mi oración sea la de los discípulos de Emaús: «Quédate con nosotros, Señor, porque el día está muy avanzado». (Lc. 24, 13-35)

Jesús, tú eres el Cristo-Mesías, el Ungido. Por el Bautismo y la Confirmación, he recibido una doble unción. Te imploro que unjas mis pensamientos, palabras y obras para que sea una presencia Ungida para mis hermanos y hermanas. (1 Jn. 5:1)

Jesús, tú sí eres el Cordero de Dios, que quita los pecados del mundo. Por tu 

Sangre Preciosa que recibo a través de los Sacramentos de la Confesión y de la Comunión que yo sea limpiado y purificado de todos mis pecados pasados y viva en la libertad y la alegría de los hijos e hijas de Dios. (Jn. 1:29)

Jesús, tú eres la mano sanadora que salva. Extiende tu mano para tocar mis heridas supurantes y sanarme a mí y a toda la humanidad que sufre. (Mt. 8:1-4)

Jesús, tú eres realmente el sanador de las heridas. En efecto, es por tus heridas que somos curados.  Que busque refugio en tus heridas, especialmente en tu Sagrado Corazón herido. Este es mi verdadero y eterno refugio. (Is. 53, 5)

Jesús, tú eres el Amigo siempre fiel. Que te experimente siempre como mi verdadero Amigo, siempre dispuesto a acogerme, a caminar conmigo, a hablar conmigo y a estar presente para mí. En efecto, tú eres mi único y verdadero amigo que nunca me fallará. (Jn. 15:15) 

Jesús, tú eres el Hijo de Dios hecho hombre. Te estoy eternamente agradecido por haberte hecho semejante a nosotros en todo, excepto en el pecado. Te alabo y te doy las gracias por haber asumido tu humanidad de la Santísima Virgen María.

Jesús, tú eres el Señor de los Señores y el Rey de los Reyes. Como tal te adoro y te rindo homenaje como Rey de todo mi ser. Te ruego que reines sobre todo mi ser: reina sobre mi mente, mis pensamientos, mi imaginación, mis sentimientos, mis deseos, mis intenciones, mi voluntad, todo mi ser, cuerpo y alma, en el tiempo y por toda la eternidad. (Apocalipsis 19:16)

Jesús, tú sí eres el Salvador Crucificado. Que mi amor y mi devoción por ti se traduzcan en crucificar y hacer morir en mí todo lo que es indigno de ti, es decir, el pecado y todos sus efectos negativos. Jesús, «Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque con tu santa cruz has redimido al mundo». (Mt. 27, 32-56)

Jesús, tu Sacratísimo Corazón es un horno ardiente de caridad. Haz que mi corazón arda de amor por ti y por las almas. Tú has dicho: «He venido a echar fuego en la tierra, y no estaré tranquilo hasta que ese fuego se encienda». Señor Jesús, ¡dame ese fuego! (Lc. 12:49)

Jesús, tú eres el Hijo de Dios, el Hijo del hombre y el Hijo de María. Por la intercesión del Corazón Inmaculado de María, tu amorosa Madre, haz que llegue a un conocimiento más profundo de ti, a un amor más profundo por ti, a una comprensión más profunda de ti y a un anhelo más ferviente de seguirte todos los días de mi vida. Jesús, Hijo de la Santísima Virgen María, que seas el centro de mi vida ahora y por toda la eternidad. Amén. (Mc. 6,3)

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: LECTURAS DEL DIA

Mar 20 2022

LECTURAS DEL DIA | 20 DE MARZO 2022

III Domingo de Cuaresma 

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: LECTURAS DEL DIA

Mar 19 2022

NAMAN

El padre Ed Broom, OMV (Oblato de la Virgen María), cariñosamente conocido como el Padre Escobita, fue ordenado sacerdote por san Juan Pablo II en 1986. Es asistente del párroco en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens (California). Allí imparte retiros, da los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. El Padre Broom presenta con regularidad diversos temas en EL SEMBRADOR TV y Radio e organiza e imparte un curso de preparación a los fieles en diversas parroquias de la archidiócesis de Los Ángeles para la Consagración total a Jesús mediante María. Para leer artículos o escuchar audios en inglés o en español, por favor vaya a www.fatherbroom.com

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