Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)

Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana

  • LECTURAS DEL DIA
  • ARTICULOS
  • Audios
  • MINI CATECISMO
  • Videos
  • P. Escobita
    • P. Escobita
    • San Pedro Chanel
  • English

Abr 01 2022

MISA DE PRIMERA COMUNION

http://media.blubrry.com/amdg_es/p/fatherbroom.com/es/wp-content/media/sites/3/mp3/2931S-MIsa-primera-comunion-Mar-7-2022.mp3

Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar

Suscríbete: Apple Podcasts | RSS

El padre Ed Broom, OMV (Oblato de la Virgen María), cariñosamente conocido como el Padre Escobita, fue ordenado sacerdote por san Juan Pablo II en 1986. Es asistente del párroco en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens (California). Allí imparte retiros, da los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. El Padre Broom presenta con regularidad diversos temas en EL SEMBRADOR TV y Radio e organiza e imparte un curso de preparación a los fieles en diversas parroquias de la archidiócesis de Los Ángeles para la Consagración total a Jesús mediante María. Para leer artículos o escuchar audios en inglés o en español, por favor vaya a www.fatherbroom.com

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: Podcast

Abr 01 2022

LECTURAS DEL DIA | 1 DE ABRIL 2022

Viernes de la IV semana de Cuaresma

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)

VIERNES 1 DE ABRIL Jn 7,1-2.10.25-30 «Jesús se movía por Galilea; no quería viajar por Judea, porque los judíos intentaban matarlo».

REFLEXIÓN DE CUARESMA: UNIR NUESTROS SACRIFICIOS Y SUFRIMIENTOS CON LOS DE CRISTO por el P. Ed Broom, OMV

Nuestra corta vida en la tierra tiene un valor infinito. Tenemos tanto una gran dignidad como un destino eterno. ¿Nuestra dignidad? Somos hijos e hijas de Dios por el Sacramento del Bautismo. ¿Nuestro destino? Todos somos peregrinos en un viaje hacia nuestra patria eterna, que es el Cielo.

EL VALOR DEL SUFRIMIENTO.  El sufrimiento tiene un valor inmenso para la persona humana a los ojos de Dios. Sin embargo, el sufrimiento en sí mismo, separado de una perspectiva sobrenatural, no tiene ningún valor real. Si se quiere, el sufrimiento nos hace mejores o nos amarga.   

LOS ÁNGELES MIRAN CON DESPRECIO A LA HUMANIDAD.  En el Diario de Santa Faustina, los ángeles miran a la persona humana con una santa envidia y por dos razones. En primer lugar, la persona humana es capaz de recibir el increíble Don de la Santísima Eucaristía: el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Jesús en la Santa Comunión. Los ángeles en el cielo nunca tendrán este extraordinario privilegio. Además, los ángeles no pueden sufrir. Los ángeles entienden que el sufrimiento, si es visto y aceptado correctamente, tiene un valor infinito y puede ser muy agradable a Dios. De hecho, Jesús, el Verbo Encarnado, eligió el camino del sufrimiento como el medio por el que se consumaría la salvación del mundo.

EL MENSAJE DE NUESTRA SEÑORA DE FATIMA  Nuestra Señora de Fátima dijo a los tres niños, Lucía, Francisco y Jacinta, que rezaran y ofrecieran sacrificios por los pecadores. Nuestra Señora expresó con tristeza que muchas almas se pierden porque no hay suficientes almas generosas que ofrezcan oraciones y sacrificios por la salvación de los pobres pecadores. Otro nombre para el sacrificio es el de aceptar voluntariamente alguna forma de sufrimiento. Este mensaje de la Virgen de Fátima puede aplicarse a nosotros mismos en nuestro estado de vida específico y a nuestros propios sufrimientos. Nadie en el mundo puede evitar la realidad del sufrimiento.

¡OFRECERLO!  Estas tres breves palabras resumen todo el mensaje: ¡Ofrécelo! Cuando Dios, en su infinita sabiduría, decide visitarte con alguna forma de sufrimiento, es de enorme importancia aceptar el sufrimiento dado por las manos amorosas y providenciales de Dios y ofrecerlo. Recuerda que el sufrimiento puede hacernos mejores o amargarnos. El sufrimiento puede salvar almas o ser desperdiciado.

¿CÓMO OFRECER NUESTROS SUFRIMIENTOS?  Cuando sufrimos, procuremos unir nuestro sufrimiento a la Cruz, a la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Esto se llama a veces el Misterio Pascual de Cristo. Unidos a Jesús en nuestra vida, en nuestras acciones y, sobre todo, en nuestros sufrimientos, hay un valor infinito.

OFRECIMIENTO EN UNIÓN CON EL SANTO SACRIFICIO DE LA MISA.  Jesús murió una vez en la cruz del Calvario hace unos 2000 años. ¡Jesús no muere más! Sin embargo, hay que decir que cada vez que el sacerdote celebra el Santo Sacrificio de la Misa, se renueva y se hace presente lo que ocurrió en el Calvario hace 2000 años. De manera real, en cada Misa Jesús se ofrece como Víctima inmaculada al Padre por la salvación del mundo. El Papa San Juan Pablo II añade que en cada Misa, como ocurrió en el Calvario, María está presente de forma mística pero muy real.

COMIENZA AHORA A OFRECER SUS SUFRIMIENTOS.  Por lo tanto, no desperdiciemos más estas oportunidades de oro que Dios nos ofrece cuando sufrimos cualquier forma de sufrimiento, y comencemos a unir nuestros sufrimientos con el sufrimiento de Jesús en la cruz. Mejor aún, ¡en unión con María! Deposita tus sufrimientos primero en las manos de María, luego en su Corazón Doloroso e Inmaculado. Luego, pídele a María que deposite estos sufrimientos en el altar donde se celebra la Misa para unirlos a los sufrimientos de Cristo. Vivir este estilo de vida transformará incluso tus más pequeños sufrimientos en una reserva infinita de abundantes gracias.

SUFRIMIENTOS QUE SE PUEDEN OFRECER A JESÚS A TRAVÉS DE MARÍA EN LA MISA

La Virgen de Fátima, cuando los niños le preguntaron qué debían ofrecer a Dios, respondió «todo». Haced de vuestras vidas un holocausto, un sacrificio vivo de expiación, reparación y alabanza. Vamos a ofrecer algunas sugerencias concretas sobre lo que podemos ofrecer a Dios a través del Corazón de María.

1. LAS INCLEMENCIAS DEL TIEMPO.  Todos preferiríamos los días soleados, con el canto de los pájaros y el aroma fragante de las flores en plena primavera. Pero no siempre es así. El frío intenso, la lluvia, el aguanieve y los fuertes vientos caracterizan la previsión meteorológica real muchos días.  En lugar de quejarte del tiempo, acéptalo, luego da gracias a Dios y únelo a Jesús en la cruz.

2. CONDICIONES DE SALUD.  Como resultado del Pecado Original toda la humanidad sufre el debilitamiento de la salud, a veces las enfermedades, así como los virus. ¡Esto también es ineludible! ¿Por qué no unir tus propias condiciones de salud física, tu sufrimiento, a Jesús en la cruz? ¡El valor de esta ofrenda es infinito!

3. PANDEMIA: CORONAVIRUS (COVID).  Una pandemia mundial como tal es única en la historia del mundo. En lugar de desperdiciar este sufrimiento universal, por qué no unirlo a la cruz de Jesús en el Calvario en el Santo Sacrificio de la Misa. El interés más especial debe ser el de aquellos que están en la última etapa de su vida, sea cual sea la causa, y están a punto de exhalar su espíritu al Padre Eterno. Que sus sufrimientos sean un sacrificio agradable a Dios para la salvación de las almas, incluida la suya.

4. SUFRIMIENTOS DE LA FAMILIA.  Muchas mamás y papás fervientes y orantes sufren dolores insoportables al ver que los hijos que criaron como católicos, habiendo recibido todos los Sacramentos, lamentablemente se alejan del redil y abandonan la fe. A pesar de las invitaciones, exhortaciones y amargas lágrimas de sus padres, sus hijos viven ajenos a Dios, como si éste no existiera. En este caso, más que nunca, los papás y las mamás no deben caer en el desánimo, y mucho menos en la desesperación. Al contrario, los padres deben depositar sus sufrimientos y a sus hijos errantes en el altar de la Misa, donde Jesús ofrece sus heridas al Padre Eterno, ¡y el Padre se complace! Santa Mónica rezó por Agustín hasta que se convirtió a los 31 años ¡¡¡Paciencia!!! 

5. SEQUEDAD ESPIRITUAL.  Cualquier persona que se tome en serio su vida espiritual acabará encontrando sequedad o aridez, más concretamente, en su vida de oración. A esto se le llama la experiencia del desierto. En lugar de abandonar la lucha, tirar la toalla y darla por terminada, aguanta y reza igual. De hecho, esto puede suponer un gran sufrimiento, pero un sufrimiento espiritual muy eficaz y agradable a Dios. Une tu sequedad espiritual con la de Jesús en su Agonía en el Huerto y colócala en el altar del Santo Sacrificio de la Misa. Jesús experimentó un intenso estado de desolación. Sin embargo, oró con mayor intensidad y fervor. ¡Él es nuestro Modelo!

6. LA MUERTE DE LOS SERES QUERIDOS  A veces, cuando nos enfrentamos a la muerte de nuestros seres queridos, nuestra fe y nuestra esperanza pueden tambalearse. En este momento crítico, qué importante es poner en el altar de la Misa a nuestros seres queridos que han pasado de este mundo al otro y rogar por su salvación eterna. «No es importante una vida larga, sino una vida santa». (Imitación de Cristo, Tomás Kempis) La aceptación y la conformidad con la voluntad providencial de Dios es nuestra única respuesta segura. No debemos preguntarnos por qué Dios les quitó la vida, sino qué podemos hacer en el presente por su alma, así como por la nuestra.

7. ALTERAR LOS PLANES EN EL DÍA A DÍA.  Ninguno de nosotros se alegra de que la gente y las circunstancias interrumpan nuestra agenda, nuestros planes, nuestros proyectos bien pensados. Sin embargo, nos guste o no, nuestros planes y proyectos se verán interrumpidos con frecuencia. En lugar de perder la calma y la compostura, ¿por qué no aceptar simplemente las contradicciones y unirlas a la Cruz de la Contradicción de Jesús? Ponerlas en la cruz del Calvario en el Santo Sacrificio de la Misa. Para que el trabajo que no se realiza sirva para salvar almas.

En conclusión, amigos de Jesús y María, el sufrimiento es una realidad humana que nadie puede evitar. Seamos creyentes o no creyentes, católicos practicantes o ateos, grandes místicos contemplativos o materialistas empedernidos, el sufrimiento forma parte de la condición humana. Pero recuerda la breve máxima: «El sufrimiento te hace mejor o te amarga». Amargo, si sufrimos por el mero hecho de sufrir. Mejor, si unimos nuestro sufrimiento al de Jesús en la cruz en la Santa Misa y asi lo santificamos y crecemos en santidad 

Por eso, a partir de hoy, recuerda cada día los sufrimientos de tu vida. Deposita estas preciosas joyas en las manos y en el Corazón de María. Ella las depositará en el altar de la cruz del Calvario. Tus sufrimientos, unidos a los sufrimientos de Jesús y de María, tendrán, en efecto, un valor infinito para la salvación de las almas: la tuya, la de tus seres queridos y la de muchos otros en el tiempo y en la eternidad. 

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: LECTURAS DEL DIA

Mar 31 2022

LECTURAS DEL DIA | 31 DE MARZO 2022

Jueves de la IV semana del Cuaresma

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)

JUEVES, 31 de marzo Jn 5,31-47 Verso antes del Evangelio:  «Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo unigénito, para que todo el que crea en él tenga vida eterna». 

¡¡¡Cuánto nos ama el Padre, para darnos a su Hijo Unigénito para que tengamos vida eterna con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo por toda la eternidad!!!

¡EL AMOR INFINITO DE DIOS POR TI Y POR MI! Por el Padre Ed Broom, OMV

Una de las principales razones por las que cometemos pecados es porque no entendemos realmente el amor que Dios tiene por todos y por nuestro projimo. El Venerable Arzobispo Fulton J. Sheen define el amor con estas sencillas pero profundas palabras: El pecado es herir a quien amas. Esta es una definición muy personal. Es decir, el pecado es herir y dañar tu relación con Dios, y tal vez incluso romperla hasta el punto de romper la relación. 

La pregunta primordial que cada uno de nosotros debe hacerse en el fondo de su corazón es la siguiente: ¿creo realmente que Dios me ama personalmente, permanentemente, sin reservas e infinitamente? Este breve ensayo pretende ayudarnos a convencernos del Amor Infinito de Dios por nosotros. En consecuencia, será mucho más fácil, cuando nos enfrentemos a las tentaciones de pecar, rechazarlas. Y la razón es que no quiero herir a Dios que me ama tanto. En otras palabras, el pecado grave no es simplemente romper un mandamiento, sino romper el Corazón de Dios.

¿Cómo sabemos entonces que Dios nos ama realmente con un Amor Infinito? Las siguientes son algunas razones.

1. EL PECADO ORIGINAL Y LA ENCARNACIÓN. 

Una verdad muy consoladora en la fe católica es que Dios permite el mal para poder sacar un bien mayor del mal. San Pablo afirma: Donde abunda el pecado, sobreabunda la gracia de Dios». (Rom 5,20) ¡Si quieres, Dios puede convertir una tremenda tragedia en una gloriosa victoria! Una de las manifestaciones más claras y penetrantes de esta verdad es la realidad del Pecado Original y, en consecuencia, la Encarnación. Dios concedió a Adán y Eva una libertad de la que abusaron al cometer el Pecado Original. Sin embargo, Dios Padre intervino enviando a su Hijo unigénito, Jesús, nacido de la Santísima Virgen María para salvarnos. Como cantamos en la Misa de la Vigilia Pascual en el Exultet: ¡Oh feliz culpa, oh necesario pecado de Adán, que nos ganó tan gran Redentor! Por eso, la Encarnación de Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, se hizo por amor a ti y a mí. Qué grande es el amor de Dios – «Porque tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo unigénito»- para que la Segunda Persona de la Santísima Trinidad se hiciera hombre para salvarnos del demonio, de la esclavitud del pecado y de la condenación eterna.   

2. LA VIDA DE JESÚS COMO MODELO PARA TODOS NOSOTROS  

Otro signo del Amor Infinito de Dios por nosotros es la Persona, el Patrón y el Modelo de perfección que es Jesús para todos nosotros. En cuanto a vivir en la verdad, no somos como ciegos, ni como hombres que viven en cuevas, ni como un hombre que corre como una gallina con la cabeza cortada, ¡ni mucho menos! Cómo debemos actuar, qué debemos decir, en quién estamos llamados a convertirnos, todas estas preguntas pueden ser respondidas con una palabra y es la Palabra de Dios, el Logos-JESÚS EL SEÑOR. Toda nuestra existencia debería ser un estudio constante de la Persona, la vida, las palabras y las acciones de Jesús. ¡Porque Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida!

3. LA PASIÓN, EL SUFRIMIENTO Y LA MUERTE DE JESÚS  

En los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, en la tercera semana del mes de retiro, el tema de meditación o contemplación es sobre la Pasión, el sufrimiento y la muerte de Jesús. Se invita al ejercitante a entrar en la misma vida de Jesús, a entrar en el mismo Corazón de Jesús, y a pedir la gracia de sufrir con Jesús -¡una gracia nada fácil de pedir! Además, San Ignacio subraya esta extraordinaria verdad: Jesús sufrió toda su Pasión por amor a ti. De hecho, si fueras la única persona en todo el universo creado, Jesús habría pasado por todos los dolores y torturas más insoportables por amor a ti. Su sudor de Sangre mientras agonizaba en el Huerto, Su flagelación sangrienta, Su coronación con espinas punzantes, Su carga de la cruz y la caída bajo su pesado peso, Su crucifixión derramando más de Su Preciosa Sangre, Su agonía prolongada en la cruz esas tres largas horas, Su exhalación de Su espíritu en las manos del Padre Celestial, e incluso la perforación de Su Sagrado Corazón cuando ya estaba muerto, con Su preciosa Sangre y agua brotando. Todo este intenso e indescriptible sufrimiento, y mucho más, lo pasó por su infinito amor por ti y por tu salvación eterna. Detente a meditar en esta profunda verdad y dile al Señor Jesús lo agradecido que estás. Ruega a Jesús la gracia ahora mismo de amarle de verdad con todo tu corazón, mente, alma y fuerzas. 

4. LA IGLESIA Y LOS SACRAMENTOS 

Jesús prometió que no nos dejaría huérfanos, sino que nos enviaría el Consolador, el Paráclito, es decir, el Espíritu Santo. Más aún, Jesús nos dejó hasta el final de los tiempos, su Presencia constante y perpetua en su Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica. Sin embargo, de suprema importancia es la institución y la realidad del más grande de todos los Sacramentos y es la Santísima Eucaristía, con el santo sacerdocio para perpetuarla. Jesús nos ama tanto y nos sigue amando hasta el final de los tiempos y para siempre en el cielo. En la tierra, este amor está muy presente para todos los que creen en el Santo Sacrificio de la Misa, cuyo fruto sublime es la Eucaristía, que alcanza su cenit en la recepción de la Santa Comunión. Debemos recordar una y otra vez la sublime e inefable verdad de que la Santa Comunión es Jesús amándonos, Jesús abrazándonos. La Santa Comunión es real y sustancialmente Jesús en su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. En efecto, Jesús nos ama tanto que quiere hacerse uno con nosotros, amar en nosotros, permanecer en nosotros, ser parte de nosotros. Jesús quiere que nuestro cuerpo se convierta en uno con Su Cuerpo. Jesús quiere que Su Preciosa Sangre circule y fluya por nuestras venas y entre en nuestro mismo corazón. Jesús quiere que Su mente sea nuestra mente; como dice San Pablo: «Poneos la mente de Cristo… tenéis la mente de Cristo». (1Cor 2:16) Jesús quiere que su propia alma entre en nuestra alma para santificarla y fortalecerla. Todo esto se hace verdaderamente realidad cada vez que recibimos la Santa Comunión dignamente, con fe, devoción y un corazón ardiente de amor. ¡Cuánto nos ama realmente Jesús en todo tiempo y lugar! Comprender el amor inmenso y personal de Jesús a través de su Cuerpo Místico la Iglesia, y especialmente a través del sublime Sacramento de la Eucaristía, nos motiva a renunciar al pecado cuando éste llama a la puerta de nuestro corazón. ¡No queremos herir a Jesús que tanto nos ama!

5. EL PRECIOSO REGALO DE JESÚS DESDE LA CRUZ  

El amor que Jesús tiene por ti continúa y continuará siempre, incluso hasta la eternidad. Mientras colgaba de la cruz en una dolorosa agonía y abandono, Jesús dio al mundo entero, pero a ti individualmente, el gran regalo de su Madre para ser tu madre. Las palabras de Jesús fueron dirigidas a ti y a mí: «Mujer he aquí a tu hijo, hijo he aquí a tu Madre; desde aquel momento el discípulo amado acogió a María en su casa». (Jn 19, 26-27) Jesús te ama tanto que desde toda la eternidad quiso dejar para tu paz, tu alegría, tu consuelo y tu amor, el don de la Santísima Virgen María. Al dar a María a San Juan, Jesús también estaba dando a María para que fuera tu madre tierna, amorosa, mansa humilde, y compasiva. Puedes acudir a María como tu Madre en todo momento, lugar, circunstancias y contradicciones de la vida. María está siempre presente y dispuesta a escucharte, consolarte, reconfortarte y amarte con el corazón de la más amorosa de las madres. 

En conclusión, cuando la tentación del pecado llama a la puerta de nuestro corazón, debemos recordar la Encarnación de Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, su vida en la tierra, su Pasión y muerte que sufrió por nosotros, la Iglesia y especialmente la Eucaristía que nos dejó, y por último el don de María como nuestra Madre amorosa. Convencidos de estas verdades, podemos decir más fácilmente NO al pecado y SÍ al amor y a una profunda amistad con Jesús, el Amigo fiel que nunca nos fallará. Amén.

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: LECTURAS DEL DIA

Mar 30 2022

LAS DOS BANDERAS | EJERCICIOS ESPIRITUALES | SEMANA 7

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Mar 30 2022

LECTURAS DEL DIA | 30 DE MARZO 2022

Miércoles de la IV semana de Cuaresma

«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)

MIÉRCOLES 30 DE MARZO Jn. 5,17-30 Verso antes del Evangelio «Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor; el que cree en mí no morirá jamás».

Catecismo de la Iglesia Católica:

1324: La Eucaristía es «fuente y cumbre de la vida cristiana». «Los demás sacramentos, y en realidad todos los ministerios eclesiásticos y las obras de apostolado, están unidos a la Eucaristía y se orientan hacia ella. Porque en la bendita Eucaristía está contenido todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua.» 

Citas de San Maximiliano Kolbe:

«Dios habita en medio de nosotros, en el Santísimo Sacramento del altar».

«Él permanece entre nosotros hasta el fin del mundo. Él habita en tantos altares, aunque tantas veces ofendido y profanado». 

«La culminación de la Misa no es la consagración, sino la Comunión». 

«Señor, vienes a mí y te unes íntimamente a mí bajo la forma de alimento. Tu Sangre corre ahora en la mía, Tu Alma, Dios encarnado, compenetra la mía, dándole valor y apoyo. ¡Qué milagros! Quién hubiera imaginado tal cosa!» 

«Si los ángeles pudieran ser celosos de los hombres, lo serían por una razón: la Santa Comunión». 

EL PAN DE VIDA Y LA PUERTA DE NUESTRA SALVACIÓN por el P. Ed Broom, OMV

PRINCIPIO Y FUNDAMENTO.  San Ignacio de Loyola nos da su reflexión fundamental y esencial sobre el propósito de nuestra existencia en «Principio y Fundamento (#23 Ejercicios Espirituales): «El hombre ha sido creado para alabar a Dios, reverenciar a Dios, servir a Dios y por medio de ello salvar su alma». Dicho brevemente: El hombre está para alabar al Dios Trino y para salvar su alma inmortal.

Siendo así, debemos utilizar los medios más eficaces para llegar a nuestra salvación eterna, es decir: para llegar al cielo. Tomemos esta analogía: los medios de transporte. Si quisieras viajar de Los Ángeles a Nueva York, podrías utilizar varios medios de transporte: a pie, en monopatín, en bicicleta, en coche, en Jet-Plane. Obviamente, el Jet-Plane es el medio de transporte más rápido y eficaz. Por lo tanto, si buscamos el medio más rápido y eficaz para volar al cielo, Jesús nos dio el discurso del Pan de Vida. (Jn 6:25-59)

Jesús enseña con suma claridad que para que vivamos debemos comer, debemos alimentarnos, pero sobre todo, alimentar nuestras almas inmortales. Jesús enseña: «Yo soy el Pan de la vida. El que coma mi Cuerpo y beba mi Sangre tendrá vida eterna y yo lo resucitaré en el último día». (Jn 6:35, 56) Jesús repite este mensaje una y otra vez enfatizando la suprema importancia de este gesto.

SIGNIFICADO.  Expresemos el significado con gran claridad. Para que alcancemos y vivamos el 

Principio y Fundamento y alcanzar la salvación eterna, debemos ir a Misa, participar en la Santa Misa y recibir a Jesús, el Pan de Vida con fidelidad, frecuencia y fervor. 

TEOLOGÍA SACRAMENTAL: LA GRACIA DISPOSITIVA  La Teología Sacramental enseña claramente que la Eucaristía es Dios y tiene un valor y una gracia infinitos porque es Jesús mismo. Sin embargo, las gracias que recibe cada persona dependen de su disposición de alma. De tal manera que uno podría estar recibiendo el Cuerpo de Cristo en detrimento de su alma o incluso para su propia condenación, como se expresa en la Carta de San Pablo a los Corintios. (1Cor 11:17-34)

Por lo tanto, ofrezcamos algunas sugerencias concretas que nos ayuden a lo largo de nuestra vida a mejorar nuestra recepción de la Sagrada Comunión. Esforcémonos siempre por recibir a Jesús, el Pan de Vida, con mayor fe, fervor y frecuencia, de modo que la Santa Comunión nos transforme en santos; en palabras de San Pablo: «Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí». (Gal 2,20)

PRÁCTICAS CONCRETAS PARA MEJORAR NUESTRA RECEPCIÓN DE LA SANTA COMUNIÓN

1. CONFESIÓN.  Si limpiamos nuestras ventanas con WINDEX, entonces la luz del sol puede penetrar e impregnar de luz toda la habitación. Lo mismo ocurre con nuestra alma; cuanto más limpia y pura sea el alma, más abundante será la luz, la paz y la alegría que inundarán nuestras almas al recibir la Sagrada Comunión. Confiesa bien y tus Comuniones serán más fructíferas.

2. LLEGAR TEMPRANO A LA MISA.  Ninguno de nosotros llegaría tarde a un juego de la Serie Mundial, a una Ceremonia de Graduación, o a recibir la ganancia de un boleto de la Lotería de diez millones de dólares. Pero podemos fácilmente deslizarnos y llegar a la misa con cinco o diez minutos de retraso. Al hacerlo perturbamos la Misa, al sacerdote, y nosotros mismos estaremos distraídos toda la Misa.

3. INTENCIONES.  El párroco tiene su intención para la Misa: una persona viva o fallecida de una familia. Sin embargo, tú puedes ofrecer tus propias intenciones en cada Misa. En teología, esto se llama vivir el Sacerdocio Común de los fieles. El libro de los Hebreos en la Biblia define al sacerdote como la persona que se presenta ante Dios y ofrece dones y sacrificios en reparación de los pecados. ¿Cuáles son algunas de las intenciones que podrías ofrecer? No hay límites. Sin embargo, tres podrían ser muy agradables a Dios.

a) LOS MUERTOS/ LAS ALMAS DEL PURGATORIO. Las almas del purgatorio están salvadas. Sin embargo, necesitan nuestras oraciones, sacrificios y, sobre todo, misas y comuniones para purificar sus almas y poder acceder al cielo. En agradecimiento, ¡ellos rezarán por ti!

b) CONVERSIÓN DE LOS PECADORES (MIEMBROS DE LA FAMILIA). Todos tenemos en mente a muchos de nuestros seres queridos que se han alejado de Dios y cuya salvación eterna está en peligro. Ofreced vuestras misas y comuniones para que vuelvan esas ovejas perdidas, esos hijos pródigos.

c) TRASPLANTE DE CORAZÓN PERSONAL.  Todos estamos necesitados de nuestra propia conversión personal. ¿Por qué no, al recibir la Sagrada Comunión, pides una transformación de tu vida? Deja que la Sagrada Comunión se convierta en tu propio trasplante de corazón. No hay mejor manera de parecerse a Jesús que recibirlo en tu mismo corazón en la Santa Comunión.

4. RECIBIR LA SANTA COMUNIÓN A TRAVÉS DEL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA  Santa Madre Teresa de Calcuta ofrece esta oración: «Corazón Inmaculado de María, dame tu Corazón, para que pueda amar más plenamente el Corazón de Jesús». Si recibimos la Sagrada Comunión a través del Corazón de María, entonces Jesús será recibido con la mejor de las disposiciones y con gran amor.

5. AGRADECIMIENTO.  Cuando nos invitan a una comida, no comemos y salimos corriendo. Eso sería una grosería. Al contrario, nos quedamos porque no sólo disfrutamos de la comida, sino aún más de la compañía. Del mismo modo, la Eucaristía es el Sacrificio del Calvario renovado, pero también la Eucaristía está en el contexto de una Sagrada Comida. Después de la Misa, dedica un tiempo a la acción de gracias. En realidad, la palabra Eucaristía significa Acción de Gracias. En palabras del salmista «Dad gracias al Señor porque es bueno; su misericordia es eterna». (Sal 136:1) Dedica tiempo de calidad a agradecer, alabar, adorar y amar al Señor. Estos momentos después de recibir la Sagrada Comunión son los más preciosos de todos nuestros días hasta la próxima Comunión.

UN MODELO PARA NOSOTROS  San Charbel Makhlouf, un monje maronita libanés, puede servirnos de modelo y de poderoso ejemplo. Este santo hombre de Dios conocía la fuente y la cumbre de su santidad: La misa y la santa comunión. En su monasterio, San Charbel tenía permiso para celebrar el Santo Sacrificio de la Misa a las 12 del mediodía. ¿La razón de esta misa de mediodía? San Charbel deseaba ardientemente pasar toda la mañana en la preparación de la Santa Misa; luego, después de la Misa y la Santa Comunión, se esforzaba por pasar el resto del día, la tarde y la noche, alabando y agradeciendo a Jesús por la Misa y la Santa Comunión.

Hagamos todos, a partir de ahora, un esfuerzo concertado para preparar nuestros corazones para la Misa, para participar plena, activa y conscientemente en la Misa, y para hacer excelentes acciones de gracias después de la Misa. Si lo hacemos, la promesa de Jesús es sublime: ¡la vida eterna! Jesús, el Pan de la Vida y nuestro Salvador y Redentor, afirmó de forma inequívoca: «Yo soy el Pan de Vida. El que coma mi Cuerpo y beba mi Sangre tendrá vida eterna y yo lo resucitaré en el último día». (Jn 6:35, 58) No vayamos a pie, en monopatín, en bicicleta o incluso en coche en nuestro camino hacia la vida eterna. Vayamos por las nubes con una recepción frecuente, llena de fe, ardiente y ferviente de la Sagrada Comunión -¡Jesús, el Pan de la Vida!

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: LECTURAS DEL DIA

  • « Previous Page
  • 1
  • …
  • 166
  • 167
  • 168
  • 169
  • 170
  • …
  • 1473
  • Next Page »

© Copyright 2016 Oblates of the Virgin Mary · All Rights Reserved