1- Primero, deberíamos desear ser corregidos antes de corregir a otros.
2- Asegúrese de que la persona tiene la culpa.
3- Orar fervientemente por la persona antes de dar la corrección.
4- Encontrar el momento y lugar correcto.
5- TIEMPO. Buscar el tiempo cuando la persona está bien dispuesta, en paz, no está cansada ni frustrada.
6- LUGAR. Nunca en público; Esto sería vergonzoso!
7- MANERA! Siempre con caridad. Recuerda las palabras de San Francisco de Sales: «se puede coger más moscas con una cucharadita de miel que con un barril de vinagre.
8- BONDAD! Antes, durante y después.
9- Admitir que soy yo la primera en ser corregida.
10- Finalmente, después de que se ha hecho la corrección fraterna, orar por la persona. San Tomás de Aquino afirma que la corrección fraterna es una verdadera manifestación de la caridad.
traducción: Gloria Muñoz