¿La curación de paralíticos, curar a los ciegos, levantar los muertos, limpiar enfermedades, cerrar la boca de leones hambrientos, provocando la caída de la lluvia torrencial, deteniendo la lluvia, previniendo el desastres al visitar un pueblo, ciudad, país, partición del mar Rojo en dos paredes—que es, lo que todos estos acontecimientos milagrosos, tienen en común? Con seguridad! Todo se logra por la oración ferviente «guerreros-oración». Y ese «Guerrero de oración» puede ser usted, si lo desea! Los últimos pocos versos de la Carta de Santiago, se presenta como un modelo, para la oración ferviente del profeta Elías. La oración de un hombre ferviente es, realmente poderosa. Cuando el profeta vivió hubo una sequía de 3 años y medio, Elías oró, callo del cielo lluvia y la tierra produjo su fruto. (Santiago 5:17-18). Un hombre con una vida de oración ferviente, puede realmente cambiar el clima, el tiempo y perforar los cielos, para que caiga la lluvia
Jesús dijo que Polonia estaba a punto de ser castigado, totalmente destruido. Sin embargo, fue prevenido este castigo, debido a un santo «guerrero-oración», un alma santa, y esa alma era, Helena Kowalska; nosotros la conocemos como, S. MARÍA FAUSTINA. Dios está mucho más satisfecho, con un alma ferviente y santa que, con 10.000 personas mediocres. Esto es precisamente lo que nos da fuego—una vida de oración ferviente. Jesús dijo que Él, vino a traer fuego sobre la tierra y que no estaría satisfecho, hasta que ese fuego ardiera! Que usted mi amigo, se transformado en la «flecha ardiente”, en las manos de Jesús Guerrero. Por lo tanto, como entonces, ¿podemos transformar una vida espiritual mediocre, insípida, débil y anémica, en una vida rebosante de santidad, así como, abundantes frutos apostólicos? La respuesta a esto es lo más simple: aprender la mas grande de las artes, el «Arte de todas las artes,» el arte de la oración.
La Oración es el aliento del alma; la oración es la llave que abre, el pórtico al cielo; la oración es la fuerza del hombre y la debilidad de Dios—porque Él, le da a la persona que realmente ama y confía en él. «Aquel que aprende a orar bien, aprende a vivir bien,» dice Santa Teresa de Ávila, «Doctora de la Iglesia/ Doctora de la Oración». La oración es una cuestión de vida o muerte; tanto es así, que el gran Doctor de la iglesia, San Alfonso María de Ligorio, conmovedoramente afirmó: «Aquel que ora muy bien será salvado; Quien no ora bien será condenado; quien reza poco, pone en peligro su salvación.» El punto! ¿Quieres llegar al cielo? A continuación, aprende a orar bien! Algunos consejos sobre cómo alcanzar una oración poderosa, especialmente de petición
1. MOTIVACIÓN DE FE. La vida enseña, que nunca emprenderemos o realizaremos cualquiera iniciativa, si no creemos que valga la pena, el tiempo, el esfuerzo y el sufrimiento involucrado. Grandes deportistas, empresarios exitosos, excelentes estudiantes—todos tienen una cosa en común: una decidida determinación y propósito para llegar a su meta. La oración es de capital importancia, pero debemos convencernos de esto! Nuestros modelos, los santos, estaban tan convencidos que, ellos pasaban largas horas en oración y por eso fueron capaces de vencer dificultades insuperables y sin haber sido intimidados, por innumerables obstáculos, lograron inexpresables milagros apostólicos!
2. HUMILDAD. Más allá de la sombra de la duda, Dios resiste a los orgullosos, pero Él, levanta a los humildes. Para empezar, en el comienzo de la explicación de la oración, el Catecismo de la Iglesia Católica, destaca el orgullo, como un obstáculo. El ejemplo dado en la parábola del fariseo y el publicano (Lc.18). El publicano humilde, que no se atrevía a levantar sus ojos al cielo y constantemente se golpeaba su pecho–Señor, ten misericordia de mí, un pecador—encontró el favor de Dios. La Bienaventurada Virgen María reitera este mensaje: «mi alma proclama la grandeza del Señor y mi espíritu se regocija, en Dios mi Salvador, porque él ha visto la PE QUEŇEZ (humildad de su esclava). Un corazón humilde reconoce, que todo lo bueno que ha hecho proviene de Dios y que todo su pecado y miseria, es suyo propio!
3. CONFIANZA. La Oración, debe ser acompañada de una actitud interior de confianza. Si Dios es un Padre amoroso, entonces Él, proporcionará para todas mis necesidades. Si un padre terrenal trabaja para sus hijos, cuánto más lo hará nuestro Padre Celestial para nosotros! Una oración que a menudo debe surgir de nuestros labios e iniciar en nuestros corazones es, JESÚS CONFÍO EN TI!
4. PERSEVERANCIA. Un inconveniente mayor, en cultivar una oración de petición exitosa es, la falta de perseverancia. Muchos de nosotros nos gusta imponer límites de tiempo a Dios! Nosotros creemos que la «Novena infalible» de nueve días a S. Judas (el trabajador-milagro) lo hará! Esto se llama espiritualidad «Micro-onda». Los alimentos pueden ser cocinados en 2 minutos, así que Dios, debería ser capaz de trabajar al mismo ritmo de tiempo como un «Micro-ondas!» Erróneo! Nunca coloques a Dios en la estructura de tiempo limitado y obligarlo a hacerlo a tu manera, en tiempo y en tu modo! Permite que Dios trabaje en su tiempo y forma! Tomó, a la gran Santa Mónica más de 30 largos años de oración, penitencia, ayunos, copiosas lágrimas, las cuales después, resultaron en una de las conversiones más grandes en la historia del mundo—la conversión de San Agustín! Tenga paciencia! Ore, ore, ore y persevere hasta el final!
5. PENITENCIA. Añadir dinamita y poder a sus oraciones, incorporando prácticas penitenciales a su rutina diaria. Levantarme temprano y estar a tiempo, renunciar a un postre, agua potable envés de soda, prolongando el tiempo de oración extra 5 minutos, levantarse de la mesa con un poco de apetito, renunciando a los condimentos de comida—todos estos son prácticas penitenciales –que si se hace con el oro del amor–puede resultar muy agradable a Dios. En consecuencia, la calidad de la oración se mejora! Como un águila que sube a las alturas, con sus dos alas, así también, nosotros estamos llamados a llegar a las alturas de la santidad, a través de la práctica de oración y penitencia!
6. PUREZA DE INTENCIÓN. A menudo las oraciones no son escuchadas, porque las intenciones no son agradables a Dios. Además, podría ser que estamos orando por algo que podría ser francamente venenoso para nuestra vida espiritual. Un niño de 4 años de edad en un garaje, que apunta al líquido del frasco de color café, rogando para beberlo! El piensa que es leche chocolatada, mientras que realmente, es veneno de ratas. La madre debe decir «¡No!» Podría ser, que nosotros estamos pidiéndole a Dios por la leche chocolatada, pero en realidad es veneno! En resumen, Dios puede decirnos «No» cuando Él ve que, la petición si se concede, sería perjudicial para el bienestar de nuestra alma!
7. MARIA. En nuestra oración de petición, nunca debemos olvidar invitar a la Santísima Virgen María para orar por nosotros, para orar con nosotros, para que nos guíe en nuestra oración, que nos ayude a perseverar en nuestra oración, para purificar nuestras intenciones en la oración. Si nosotros vamos al Rey, acompañado por la Reina, el Rey no puede resistir! El «punto de débil» de Jesús es, es María Su Madre. A María, Jesús no le puede negar absolutamente nada!
Escrito: Fr. Ed. Broom/ Traducción: Gloria Muñoz