1. DE LA VIDA A LA MUERTE. La Confesión puede compararse a la «experiencia de Lázaro!» Lázaro estuvo muerto y en la tumba por cuatro días largos. Jesús vino y les convocó a que retiraran la piedra y, a continuación, en voz alta llamó: «Lázaro sale!» El hombre muerto, salió de la tumba; le quitaron las vendas y fue devuelto a sus hermanas! En una confesión bien hecha, los muertos en pecado mortal, salen de la cueva oscura y mohosa del pecado mortal, dejan las vendas del pecado que están aferrados a ellos y experimentan la libertad: la libertad de los hijos de Dios!
2. REVIVE EL MISTERIO PASCUAL. La confesión es tocar en el evento clave de nuestra salvación: el Misterio Pascual. Es decir, Jesús sufrió, murió, fue enterrado y al tercer día, Resucito entre los muertos. La confesión, paralela al Misterio Pascual, es verdaderamente morir al pecado, y un levantarse a nueva vida. Las gracias que Jesús adquiriere desde el evento Pascual son aplicadas al alma del pecador arrepentido!
3. LA GRACIA SANTIFICANTE ES RESTAURADA. A través de cometer el pecado mortal, la gracia santificante se pierde—esto significa, que la amistad con Dios, se ha perdido. Sin embargo, a través de la confesión sacramental, el alma una vez más, es infundida con el regalo de la vida, la gracia santificante.
4. AMISTAD CON JESÚS. A continuación, se restaura este gran regalo de profunda «Amistad» con Jesús! Jesús, llamó a los apóstoles, Sus «amigos» y quiere llamarte a ti y a mi, Su «Amigo» en el tiempo y en la eternidad! Jesús es el Amigo, que siempre es fiel y nunca nos fallará; Si nosotros le fallamos, Él siempre estará esperando nuestro regreso, como el Padre del Hijo Pródigo, con Sus brazos y el corazón siempre abierto a recibirnos!
5. AUMENTO DE LA GRACIA SANTIFICANTE. El automóvil con el tanque bajo en gas, va a terminar varado en la autopista! Bajo en «gasolina espiritual—es decir gracia, es mucho más fácil caer nuevamente en pecado mortal y perder la amistad con Dios. Por lo tanto, debería ser nuestro constante esfuerzo, el tratar de seguir creciendo en la gracia santificante — esto viene principalmente, por una frecuente y bien recibida, vida sacramental! Mantener el tanque siempre en «Lleno!» Esta es la mejor norma y filosofía de la vida!
6. HUMILDAD. Tres de las virtudes fundamentales en la cual el edificio espiritual de Santidad, debe ser construido, son la caridad, la pureza y la virtud de la humildad! Examinar la conciencia de uno, para ver el pecado propio— con la máxima claridad, confesar su pecado sin justificación alguna, todo ello exige la gracia de Dios, pero también gran humildad. Sin embargo, Jesús ama a los de corazón humilde. En la parábola del Fariseo y el Publicano, el Fariseo, se elogió a sí mismo por todo lo bueno que él hizo y lo santo que él fue; por el contrario, el Publicano, no pudo levantar los ojos y golpeándose su pecho se llamaba pecador. De los dos, fue la humildad del Publicano que ganó el corazón de Dios. La Confesión nos ayuda a crecer en humildad, una virtud que Jesús anhelo tanto, que Él mismo dijo: «Ven a mí, porque soy Manso y humilde de corazón…» (Mt 11:28-30)
7. AUTO-CONOCIMIENTO. El filósofo dijo, «la vida que no se examina, es una vida no vale la pena vivir!» Un famoso historiador agrega, «Quien no conoce la historia está condenado a repetir los mismos errores.» Shakespeare escribió historias, comedias y tragedias. Todos tenemos el lado cómico de nuestras vidas; tenemos nuestra historia personal. Aun así, duro aunque cabe admitir, todos tenemos nuestras tragedias. Mi «tragedia» y su «tragedia» es nuestra propia vida pasada del pecado! La confesión frecuente puede servir como un remedio seguro para superar la ignorancia en cuanto a nuestra dignidad como hijos e hijas de Dios, pero al mismo tiempo, nuestra necesidad de la misericordia de Dios, como pecadores que somos, desde el nacimiento hasta la tumba!
8. PRECIOSA SANGRE DE JESÚS EN EL CALVARIO. En el Calvario, ese 1er viernes Santo, Jesús derrama Su Preciosa Sangre por la salvación de toda la humanidad, pero por usted y por mí, en particular. Por lo tanto, cuando el Sacramento de la confesión está bien preparado y bien recibido, la Preciosa Sangre de Jesús desciende, sobre el alma y la lava. Como el profeta tan claramente afirma: «Aunque sus pecados sean como escarlata, quedaran tan blanco como la nieve.»
9. LA PAZ DEL ALMA. ¿Por qué es que el mundo es sacudido con guerras, de Este a Oeste, de Norte a Sur? El Arzobispo Fulton Sheen afirma, que las guerras mundiales son simplemente el resultado de muchas pequeñas guerras, haciendo estragos, en los corazones de muchas personas y estas—una vez acumuladas: terminan en la bomba atómica! Un alma que vive en pecado, es un alma que no esta en paz, pero vive una existencia inquieta, apática, agitada e inestable! En otras palabras, el pecado es el infierno en la tierra! Uno, no puede vivir con una conciencia culpable. Shakespeare representa esta idea de forma magistral con Lady Macbeth que no podía vivir con la realidad de asesinato en su conciencia. Constantemente, Lady Macbeth es captada lavándose las manos, tratando de absolver su culpabilidad. Toda el agua de todos los océanos del mundo, no podrían lavar su culpa! Sólo la Sangre de Jesús! Por esta razón Shakespeare dijo: «La conciencia nos hace cobardes a todos nosotros». En el silencio de la sala de la conciencia, regresa a atormentar! La confesión libera al alma del pecado y la paz es restaurada. Esta paz interior, es mas valiosa que todo el dinero del mundo!
10. CONCIENCIA LIMPIA. Relacionada con la paz del alma, es el de una conciencia limpia. Una mala conciencia es el infierno en la tierra! Por esa razón muchos intentan evadir su conciencia, porque el dolor y la realidad de una mala conciencia, es demasiado doloroso. En consecuencia, recurrir a la bebida, las drogas, la pornografía y otras adicciones a menudo, está directamente relacionada con la conciencia sucia, una conciencia que no está en paz! El poeta Francis Thompson crea la imagen del «sabueso del Cielo», ardientemente persiguiendo, el errante del alma y la conciencia, llamando a esta alma para volver a Dios y abandonar su estilo de vida pecaminoso, y así lograr la paz del alma y una conciencia limpia. Dar gracias a Dios, porque él es bueno, porque Su Misericordia permanece para siempre. Hace años que se hizo un estudio y el artículo salió en la revista “Reader’s Digest” sobre el suicidio. El estudio mostró que los católicos tenían mucho menos número de suicidios, que los Protestantes y la razón principal fue debido a la existencia y la práctica del Sacramento de la confesión, entre los católicos. Tener la oportunidad de descargar los problemas a otro y que esos pecados sean perdonados y la culpabilidad resuelta, es una fuente infinita de paz, alegría y salud para el cuerpo, la mente y el alma. ¿Buscas la paz verdadera? ¿Por qué no intentar la confesión!