es nuestra obligación trabajar para formarla debidamente. El medio adecuado para formar la conciencia
no es simplemente seguir la corriente del mundo, los valores mundanos,
especialmente esos comunicados por los medios de comunicación. Al contrario, a menudo lo que se aprende en televisión,
películas, programas hablados y valores
de estrella de cine son valores antitéticos a los valores verdaderamente
cristianos.
“Yo debo seguir mi propia conciencia.” O
“¡Tengo que ser fiel conmigo mismo!”
Otro, “¡Creo que esto es lo que es correcto para mí!” Todas estas declaraciones afirman lo que el Santo
Padre, el Papa Benedicto XVI con frecuencia nos ha advertido evitar, “¡la
dictadura del relativismo moral!
que no debemos seguir la corriente, nuestros sentimientos, la corriente moderna
del valores mundanos, el subjetivismo,
sino más bien debemos ir tras la Verdad, la Verdad Absoluta, que se encuentra no tanto en un
sistema filosófico, sino en una Persona.
Esa Persona es la personal de Jesucristo el hijo de Dios vivo quien
dijo: “Yo soy el Camino, la VERDAD y la Vida.”
principios más básicos y rudimentarios inculcados en todo ser humano que nace
en el mundo. Sin embargo, debido a la ruptura
de la familiar, el neo-paganismo, freudismo y hedonismo creciente en el mundo
moderno, ¡muchos son criados sin ninguna brújula moral! Por lo tanto, nunca han formado la
conciencia correctamente o quizas se ha deformado, aún peor, la conciencia se
puede suprimir o matar. Dios es el mejor
de los “caballeros” y respeta nuestra libertad, de tal forma que podemos optar
por utilizar la conciencia para la honra y gloria o de Dios o, abusar de ella
resultando en nuestra propia condenación.
se manifiestan en el mundo moderno?
¡Muchas! Algunas personas tienen
una mezcla de tipos de conciencia enumeradas abajo. Por consiguiente, daré una lista, y analice usted en dónde se encuentra,
tenga muy presente que es preciso que se haga todo esfuerzo por formar una
conciencia saludable – aún mejor (una conciencia como la de los santos, una
“conciencia delicada”). También tenga
presente las palabras inmortales del Santo Padre Pio XII, “El pecado del siglo
es la pérdida del sentido del pecado!”
Como sacerdote y confesor, la persona que más me asusta – en cuanto se
refiere a la salvación del alma inmortal –¡es la persona que arrogantemente
presume que no tiene pecado! ¿Por
qué temor? Por la sencilla razón que el propósito de la
Encarnación del Hijo de Dios, Su vida entre nosotros y especialmente la razón
de su pasión, muerte, y luego su resurrección – fue precisamente para el perdón
de nuestros pecados, para redimirnos — ¡para rescatarnos de las garras del
enemigo, para vencer al demonio! En
realidad, como dice Fulton Sheen, Jesús es “Maestro”, pero más que ser maestro,
Jesús es Salvador y Redentor. ¡Nos salvó
del veneno del pecado!
moderno, la lista y la explicación.
ERRÓNEA. En esta palabra, se ve la palabra, “error.” Es una conciencia que está envuelta en error,
falsedades y mentiras. Muchos de
nosotros tenemos puntos ciegos en cuanto a la formación, incluso aquellos que
buscan ardientemente una santidad auténtica.
DEFORME. La persona con una
conciencia deforme alguna vez tuvo la conciencia bien formada, pero debido a la
falta de formación adecuada, la pereza mental y espiritual, la conciencia
gradualmente pierde su luz y se llena de errores, prejuicios e ideas
falsas. Esta conciencia puede compararse
a un jardín ordenado, lleno de flores y frutas, cuyo jardinero se va de
vacaciones por 6 meses, y a su regreso, ¡encuentra el jardín lleno de maleza
fea y cucarachas! La conciencia se debe
cultivar, o sino, al igual que este jardín se llenará con maleza de
inmoralidad.
Esta conciencia ha perdido la
mayor parte de su luz, solo queda una chispa, una llama pequeñita todavía
existe. Esta persona tiene remordimiento
de conciencia sólo cuando él o ella comete el más atroz de las fallas. Cuántas veces he oído este comentario: “¡Soy
buena persona! ¡No mato y no robo!” Esta declaración resume este tipo de
conciencia. La conciencia de esta persona
reacciona sólo a los pecados más horrendos, pero está ciega a tantas otras
transgresiones morales. Cuanto más lejos
caminemos de la luz, ¡menos puede ver las manchas de café en la camisa blanca!
reprende después de que se ha cometido un pecado, Él nos llama para que vuélvamos a Él confiando en Su amor y
misericordia, pero nunca nos obliga. Por
el abuso de nuestro libre albedrío, podemos rechazar la invitación de Dios a la
conversión. Dos fuertes ejemplos
bíblicos y bien conocidos se ven en la persona del Rey David después de haber
cometido adulterio con Betsabé y después de haber matado al marido de Betsabé
en el campo de batalla. No es hasta que
Dios interviene y manda al profeta Natán que David reacciona cuando
anteriormente había ignorado la cruda realidad de su grave pecado. El profeta Natán le despierta la conciencia
mediante la parábola del hombre rico quien se aprovechó del pobre, y la matanza
de la oveja inocente. Un segundo ejemplo
de una conciencia reprimida se encuentra en el Libro de Daniel en la historia Susana,
una mujer hermosa y casta. Dos ancianos
ceden a la lujuria, la espían por detrás del muro y desean cometer adulterio
con ella. La Biblia dice que suprimieron
su conciencia y ¡fallaron al no alzar los ojos al cielo!
deformada. Esta conciencia tiende a
percibir pecado en donde realmente no hay pecado, o exagerar la gravedad del
pecado fuera de proporción. Al mismo
tiempo que la persona sufre de una conciencia escrupulosa, la persona puede
estar totalmente ciega a lo que objetivamente es pecado grave. San Maximiliano
Kolbe así como Santa Teresita de Lisieux pasaron por una etapa donde sufrieron de
escrupulosidad. San Ignacio, poco
después de su conversión en la batalla de Pamplona, y después de hacer una cuidadosa
confesión general – su confesión tomó varios días – ¡sufrió gravemente de
escrupulosidad!
alma? Muy sencillo – ¡la obediencia! La
conciencia escrupulosa debe ser sincera, transparente con su confesor y
obedecer todos los consejos e indicaciones. De lo contrario este estado de
alma, esta conciencia, acabará torturándolo.
en un dilema moral en el que no puede encontrar una respuesta clara. Él tendrá que decidir entre dos alternativas,
pero le parece que ambas decisiones llevan consigo culpabilidad moral (el
pecado). El Viejo proverbio: “Malo si lo haces, malo si no lo haces!” Un principio básico de la teología moral se
aplica a este predicamento, uno nunca debe actuar en “conciencia dudosa” – la
razón, uno nunca debe arriesgarse y
ofender a Dios con el pecado. ¿La
solución a este dilema? Busque
consejo. Ya sea de un confesor
competente, director spiritual o consulte un buen manual de teología moral que
claramente aborde y responda a ese dilema moral en mano. Es decir, Dios nunca nos empuja al
pecado. Como afirma Pablo, “En la
prueba, Dios siempre nos dará la gracia suficiente.” ¡El problema no es Dios, sino nuestra falta
de colaboración con su gracia!
desarrolla entonces está en coma de inactividad, acumula maleza moral que ahoga
la voz de la conciencia a tal grado que ya no se escucha la voz, la voz se
asfixia y muere. ¡Recuerdo haber
escuchado una vez de un caso donde una mujer había llevado a cabo 28
abortos!!!!! Me imagino que después del
primer aborto la mujer tuvo remordimiento de conciencia, así como después del
Segundo, pero quizás menos. La tercera,
una voz más suave pero insistente le clamaba el arrepentimiento y la confianza. Sin embargo, después de la décima, sin duda
la conciencia estaría silenciada.
Podemos asesinar a nuestra conciencia.
¿Cómo? A través de la repetición
del pecado, la incrementación de gravedad del pecado y el rechazo de la llamada
de Dios a la conversión, ¡la conciencia se vuelve encallecida, cauterizada y
muere!
pecado. Se bloquea la luz de la gracia
de Dios; el pecado se hace habitual, la esclavitud al pecado se ha incrustado.
desenamorarse de Dios. Jesús dijo que quienes pecan realmente
prefieren la oscuridad a la luz.
correcta. Barrer el pecado debajo de la
alfombra no resuelve el problema sino lo magnifica. Una venda no necesariamente sana la herida. El yodo, desinfectante y tratamiento médico
son necesarios para la curación. Una
conciencia culpable debe asumir responsabilidad por el pecado, admitirlo,
confesarlo y confiar en la misericordia de Dios. Shakespeare presenta a Lady Macbeth
constantemente lavándose las manos, una clara manifestación de culpa no
resuelta. Todas las aguas de todos los
mares no le podrían limpiar de su culpa, sólo la infinita misericordia de Dios.
SANA / CORRECTA. En la vida espiritual
todos deben proponerse o tener como objetivo tener una conciencia sana y correcta. Esta conciencia reacciona correctamente a
sus acciones. Cuando se actúa
virtuosamente, la conciencia está llena de paz.
Sin embargo cuando hace mal hay tristeza y remordimiento. Ambos estados manifiestan una conciencia sana
y correcta.
nos encontramos con la “conciencia delicada”.
Esta persona quien verdaderamente busca la santidad de vida, aborrece el
pecado de todas formas y tamaños, pero quiere ir más allá de lo mínimo. Él desea el “Magis” Ignaciano, desea darle al
Señor todo lo que es y tiene a lo “máximo.”
Esta joya de persona se esfuerza incluso por estar atenta a las más
leves y más delicadas inspiraciones del Espíritu Santo y responder
generosamente e inmediatamente. ¡Cuando
él no responde, el Espíritu Santo con suavidad pero con firmeza le da a conocer
su falta! ¡La santidad depende
básicamente en estar atento a las inspiraciones de Dios y de responder con
prontitud y generosidad!
Dios brilla sobre ella. Una conciencia
esclarecida sigue los canales adecuados para que le llenen de la luz debida y
correcta. Él busca la luz verdadera en
la Palabra de Dios, la enseñanza del Magisterio de la Iglesia, las enseñanzas
de los Papas, sus documentos y
especialmente sus encíclicas, la vida de los santos, los escritos y ejemplos de
los santos, ¡que son un reflejo encarnado de las virtudes de Jesucristo!
CONCIENCIA…
sol a mediodía (las 12 del mediodía)
Imagínense estos distintos escenarios.
Primero, la habitación tiene ventanas, persianas completamente cerradas-
la habitación está en completa oscuridad.
Segundo, las persianas están parcialmente abiertas. Un pequeño rayo de luz traspasa la
ventana. Solo objetos se detectan. Tercero, las persianas están abiertas a la
mitad causando que se VEAN los objetos, pero sin gran detalle. Cuarto y ultimo, las ventanas y persianas están
completamente abiertas a mediodía. El
sol derrama sus rayos, penetrando e inundando la habitación. Se ven
las sillas, la mesa, la cama hasta el detalle más pequeño. Y no solo eso, sino también se ven las
partículas pequeñas de polvo en el aire.
conciencia. Todos tenemos una
conciencia, dada como un regalo de nuestro amoroso Dios – ¡nadie en el mundo es
excluido! Sin embargo, algunos tienen
una conciencia errónea, otros una laxa, todavía otros han deformado su
conciencia hasta el punto de cauterización o incluso matar la conciencia.
Las personas de buena voluntad reconocen la
realidad del pecado y que es parte de la naturaleza caída y toman medidas
específicas para conocerse a si mismos y conocer la verdad a la luz de la
palabra de Dios, explicado por el Magisterio y el Santo Padre y sus
enseñanzas. Han adquirido una conciencia
saludable o incluso delicada. !Que
nuestra conciencia sea esa habitación abierta a la luz divina para que la Luz
de la Verdad de Cristo nos ilumine y libere!