quien era Él, Pedro respondió: «Tú eres el Cristo» ¿Quién es Jesús para tí? Si verdaderamente es Dios, el Hijo del Dios
vivo, el Salvador y Redentor, el Camino, la Verdad y la Vida, entonces el
objetivo y meta de toda nuestra vida debería ser acercarnos más a Él. Si en este corto tiempo de nuestra vida lo
hacemos, ¡Él será nuestro por toda la eternidad! Ofrecemos cinco formas claras para que
nuestra unión con Jesús crezca más y más cada día para que Él sea nuestro
¡premio en el cielo!
más daña nuestra relación con Jesús. El pecado mortal rompe nuestra
relación con Jesús; la destroza. Jesús dijo Yo soy la vid y vosotros las
ramas. Las ramas separadas de la vid se marchitan y mueren y se arrojarán
al fuego. Les he llamado para que den
fruto y fruto en abundancia. (Jn 15 Jesús enseña sobre la vid y las ramas). El pecado venial enfría y debilita nuestra
amistad con Jesús. ¡Hay buenas noticias! ¡Si pides perdón por medio
del sacramento de la Confesión, Jesús siempre te perdonará, porque Jesús es
misericordioso, compasivo, lento a la ira y rápido al perdón! ¡Confía en su misericordia!
el sabio escritor bíblico, nos recuerda: «¡Ignorancia de la Sagrada
Escritura es ignorancia de Cristo!» ¡No podemos amar a quien que no
conocemos! Conoce al Señor con lectura cuidadosa de la palabra de Dios,
meditando, reflexionando cada día.
Empieza con uno de los evangelios: Mateo, Marcos, Lucas o Juan.
Cuando el demonio le insiste a Jesús que convierta las piedras en pan, Jesús le
responde: «El hombre no vive solo del pan, sino de toda palabra que sale
de la boca de Dios.» ¡Hazte un
tiempo, encuentra un lugar en silencio cada día para penetrar los tesoros
infinitos de la palabra de Dios! ¡Nunca te arrepentirás!
Jesús está verdaderamente ¨presente¨ en cada Iglesia Católica en su casa
pequeña, el tabernáculo. La palabra
«Belén» significa «Casa de pan». Visita tu iglesia y
acércate a la «casa pequeña de Belén» (el tabernáculo). Renueva tu fe en «Su Presencia
Real»—que Jesús está verdaderamente y sustancialmente presente en la
Hostia Consagrada en el tabernáculo en su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.
Luego, de la manera más sencilla, humilde, reverencial y cordial, abre
tu corazón y habla con Él. Jesús es tu Buen Pastor, tu Compañero, el
Médico y Sanador, tu Alimento como Pan de Vida, tu Camino, Verdad y Vida.
¡Es tu mejor amigo y tu amante!
Comparte con Él absolutamente todo lo que guardas en tu mente y en tu corazón. Tus temores, ansiedades, preocupaciones,
dolores y sufrimientos, inseguridades e incertidumbres, al igual que tus
alegrías y sueños, éxitos y momentos de gloria. Jesús es el mejor de los
Amigos, y también es el mejor oyente. Él
escucha atentamente cada palabra que tu dices como si fueras la única persona
en el mundo. Incluso los movimientos más
secretos y ocultos de tu corazón, ¡Él los ve con la claridez del sol en el
cielo a las 12 del medio día! ¡El Señor te espera — ven!
«Vengan a Mí todos los que estén fatigados que yo le daré descanso; Yo soy manso y humilde de corazón. Mi yugo es suave y mi carga es ligera».
(Mt 11:28-30)
Mejor que visitar a Jesús tu amigo, ¡ábrele las puertas de tu corazón y
recibe al «Divino Huésped» en tu casa interior, tu corazón y tu alma!
¿Cómo se hace esto? Sencillamente
asistiendo al Santo Sacrificio de la Misa, participando plenamente,
conscientemente y activamente. El momento culminante de la Santa Misa, el
momento de la unión con el mejores de los amantes, ¡en la Sagrada Comunión!
¡Recibe al Señor Jesús con la mejor disposición! Fe, humildad, hambre y sed, amor ardiente y
fervor de espíritu—estas deben ser las disposiciones nobles del corazón y del
alma que caracterizan al verdadero amante de nuestro Señor y Salvador Jesucristo,
el Pan de Vida. Recuerda lo que dijo la Beata Madre Teresa de Calcuta:
«¡Recibe a Jesús en la Sagrada Comunión como si fuera la primera vez, la
última vez y la única vez!» ¡El «Mejor Amigo» te espera!
«He aquí estoy a la puerta y llamo.
Quien me abra la puerta; me sentaré a la mesa y cenaré con él y él
conmigo.» (Rev. 3) Si un Rey
viniera a tu casa, ¡qué extraordinario privilegio! ¡Pero qué pasa con el
«Rey de Reyes y Señor de Señores que llama a la puerta de tu casa!!!!
¡Ábrele y recíbelo!
El Año de la Fe, proclamado por el Papa Benedicto XVI, comenzará el 11
de octubre de 2012 y concluirá en la Solemnidad de Cristo Rey, el 24 de
noviembre de 2013. En la Carta Apostólica de Su Santidad, el Papa
Benedicto XVI, el Santo Padre reta a todo el mundo a que luchen por una
relación real, verdadera y personal con nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Jesús no es simplemente un personaje mítico y o una entidad abstracta
histórica que vivió hace 2000 años en un país extranjero y lejano. ¡No es
una pieza de Museo; ni una simple estatua de yeso! ¡Jesús vive y es real por el poder de su
resurrección!
Después de este encuentro personal con este tesoro de la
Persona Real de Cristo Jesús, llenos de regocijo y consuelo por Su Amistad, el
Papa nos desafía a que salgamos de nosotros mismos y a todo el mundo y toda
criatura a llevar la Buena Nueva de Jesucristo. «Ir a todas las
naciones y enseñadles todo lo que os he enseñado, bautizándolos en el nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y he aquí yo estoy con vosotros
siempre hasta el fin del mundo.» (Mt 28:19-20) En otras palabras, el Santo Padre convoca a
todos los que han encontrado el tesoro de la amistad de Jesús, que conocemos en
forma personal, a que compartan a Jesús con otros. De hecho una de las
mejores maneras de crecer en nuestra fe es de compartir nuestra fe con los
demás. Que Nuestra Señora, cuya amistad
y unión con Jesús es firme y constante, nos alcance este «Año de la
Fe» una profunda unión con Jesús, ¡quien verdaderamente es el Camino, la
Verdad y la Vida!