Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)

Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana

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Nov 16 2012

LA SANTISIMA TRINIDAD

Es necesario usar analogías y comparaciones para entender verdades sublimes.  Aún así, nos quedamos cortos de la realidad.  ¿Por qué?  Porque Dios es infinito, eterno, infinitamente superior a la comprensión del intelecto humano.  El ser humano con sus limitaciones nunca podrá entender completamente.  Debemos recordar las palabras de san Anselmo: «La fe busca entendimiento».  Por consiguiente, se presentarán algunas analogías simples para dar un poco de luz al misterio sublime de la Santísima Trinidad — nuestra fe en un solo Dios, pero tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

  1. SAN PATRICIO Y EL TRÉBOL DE TRES HOJAS.  San Patricio, el gran misionero inglés, fue a Irlanda y usó el »trébol de tres hojas» para explicar la Santísima Trinidad.   Esta es la analogía:  El trébol es uno, pero brotan tres hojas separadas.  Asimismo, nuestro Dios es uno, pero hay tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
  2. H20.   La composición química del agua es H20.  Sin embargo, cuando se expone a diferentes condiciones climáticas la forma cambia.  A temperatura ambiente, tenemos agua. Cuando se calienta hasta un punto de ebullición, tenemos vapor.  Cuando esta composición química está expuesta a temperaturas de congelación, el agua se solidifica y se hace hielo. La misma composición química pero tres manifestaciones diferentes.  ¡Nuestro Dios es uno en naturaleza, pero tres personas distintas!
  3. TRES CERILLOS SE PRENDEN Y SE UNEN.   ¡Intente esto!  Tome 3 cerillos.  Prenda los 3 cerillos.  Júntelos y una la llama.  ¿Qué se ve?  Hay tres cerillos distintos, pero una sola llama.  En la Trinidad creemos en un Dios, pero tres distintas Personas: el Padre, Hijo y Espíritu Santo.
  4. TRIÁNGULO EQUILÁTERO. Imagínese un triángulo equilátero. Es un solo triángulo con tres ángulos iguales.
  5. Yo me llamo: Claude Edward Broom, III.  El nombre de mi abuelo es Claude Edward Broom (padre), el nombre de mi padre es Claude Edward Broom, (hijo), y yo me llamo Claude Edward Broom, (nieto).  ¡Todos tenemos el mismo apellido, pero somos tres personas distintas!   ¡Una situación única!

RECORDATORIOS DE LA TRINIDAD: LA SEÑAL DE LA CRUZ

La señal de la cruz trae a la mente dos verdades fundamentales de gran valor: el misterio de la Santísima Trinidad y la manifestación del gran amor de Jesús al morir en la cruz por la humanidad total e individual.

  1. AL DESPERTAR.  Al despertar debemos hacer la señal de la cruz.  Igual debemos tener presente que por el bautismo somos templos vivos de la Santísima Trinidad y que hemos sido redimidos por la Sangre del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
  2. LA SANTA MISA.  Preste atención a las varias veces que se hace referencia a la Santísima Trinidad durante la celebración de la Misa.  Por cierto, el fin o propósito de la Santa Misa es Trinitario.  En cada Misa, se ofrece a Jesús (la segunda Persona de la Santísima Trinidad) a Dios Padre como sacrificio, Víctima, holocausto incruento (o sea, sin derramamiento de sangre).  Se ofrece a Jesús al Padre por la salvación del mundo por el poder del Espíritu Santo.
  3. VARIAS PARTES DE LA MISA.   La Misa comienza con el sacerdote persignándose y trayendo a la mente la Trinidad.  Entre los diversos saludos, el saludo Paulino es Trinitario (tomado de una de las cartas de San Pablo): «La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios Padre y la comunión del Espíritu Santo esté con todos ustedes.»  La DOXOLOGÍA es una alabanza trinitaria eucarística, que el sacerdote puede hacer de forma hablada o cantada: «Por Cristo, con Él y en Él, a Tí Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.  Amen.»
  4. DESPEDIDA Y ENVÍO.   Con la bendición Trinitaria y con el envío de los fieles a ser misioneros por todo el mundo, la Misa concluye: «La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y permanezca para siempre. Amen».   ¡Podéis ir en paz!
  5. AGUA BENDITA: BAUTISMO Y TRINIDAD. Al entrar a la Iglesia debemos acercarnos a la pila bautismal con respeto reverencial y suavemente tomar el agua bendita en los dedos y hacer la señal de la Cruz.  Debemos traer a la mente el día de nuestro propio bautismo. (Por cierto todos deberíamos saber el día de nuestro bautismo).  Con este gesto también debemos tener presente la realidad que la Trinidad inhabita en nuestra alma, nuestra mente, ¡nuestro corazón y en nuestra vida!  Hagamos un himno de alabanza y agradecimiento por nuestro bautismo.
  6. AGUA BENDITA EN CASA.  Es una tradición piadosa y loable tener en el hogar una botella de agua bendita.  Mejor aún, por qué no tener en cada habitación una pequeña botella de agua bendita.
  7. EN TENTACIÓN.  Cuando el diablo nos agrede con alguna tentación, debemos rápidamente recurrir al Santo Nombre de Jesús, María y José.  Igual debemos persignarnos con agua bendita en el nombre de la Santísima Trinidad.  Rece esta oración: «Espíritu malo, te ordeno en nombre de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo que te alejes de mí y de esta casa.  Amén»
  8. PADRES DE FAMILIA: EL PADRE. Al sacerdote lo llamamos «Padre» porque él es nuestro padre espiritual.  Sin embargo, en la familia el padre también está llamado a ser el sacerdote de su familia.  Una de los oficios principales del sacerdote es bendecir en nombre de la Santísima Trinidad.  El padre de familia –el sacerdote de la familia– puede y debe bendecir a los miembros de su familia y si es posible todas las noches después de terminar las oraciones con miembros de su familia.  Debe bendecirlos con agua bendita en el nombre de la Trinidad.
  9. ORACIÓN ESPONTÁNEA.  En el transcurso del día, es un hermoso hábito entrar en el silencio del alma y decirle a la Santísima Trinidad – Santísima Trinidad te amo, quiero amarte más, quiero alabarte por siempre en el cielo – al Padre, Hijo y Espíritu Santo.
  10. MARÍA Y LA TRINIDAD.  La Santísima Virgen María ocupa un lugar privilegiado en el corazón de la Santísima Trinidad.  María es la hija de Dios Padre; María es la madre de Dios Hijo y esposa mística de Dios Espíritu Santo. ¡Por qué no pedirle a María una unión más íntima y constante con la Santísima Trinidad!


    El padre Ed Broom, OMV (Oblato de la Virgen María), conocido también como Padre Escobita, fue ordenado sacerdote por san Juan Pablo II en 1986. Es asistente del párroco en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens (California). Allí imparte retiros, da los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, organiza y dirige su propio programa de radio y televisión en Guadalupe Radio –Barriendo Conciencias.

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Nov 15 2012

LA SANTISIMA TRINIDAD

¿Dónde encontramos a la Santísima
Trinidad?  La Sagrada Escritura contiene un sin fin de manifestaciones trinitarias. 
¡Hablaré solo de tres!

MANIFESTACIONES TRINITARIAS
1. EL BAUTISMO DE JESUS EN EL RIO JORDAN (Mt. 3:13-17).  En este pasaje bíblico, escuchamos la voz de Dios Padre; el Hijo, Jesús, desciende a las aguas, y, el Espíritu Santo – en forma de paloma
— desciende sobre Jesús.
2. EL MANDATO MISIONERO DE JESUS.  Antes de subir a los cielos, Jesús da
este mandato a sus apóstoles (y a nosotros): «Id y hacer discípulos de
todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo». (Mt 28:19)
3. EL SALUDO PAULINO INCORPORADO AL COMIENZO DE LA SANTA MISA.  «La gracia de nuestro Señor Jesucristo,
el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo, esté siempre con
ustedes».

La Santísima Trinidad está en el cielo y lo estará por los siglos de los siglos.  El Padre ama al Hijo, el Hijo ama al Padre y el vínculo mutuo de amor entre el Padre y el Hijo es el Espíritu Santo. En Dios Trino no hay carencia o deficiencia.

Santo Tomás de Aquino con precisión comenta, el amor se extiende; el amor desea compartirse. Así, Dios creó el mundo de la nada. El ser humano es la corona de la creación de Dios, comenzando con la creación de Adán y Eva.

Jesús vino para darnos vida y vida
en abundancia y estableció la
Iglesia, que es «Sacramento de salvación», Él quiso
darnos lugar en la vida de la Santísima Trinidad a través de los Sacramentos,
en particular, el Sacramento del Bautismo.

En el momento del Bautismo, cuando el ministro vierte el agua sobre la cabeza y pronuncia la fórmula trinitaria: «Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,» el niño o adulto es templo vivo de la Santísima Trinidad; del Padre, Hijo y Espíritu Santo. Es por esta razón que la Iglesia entrañablemente exhorta a los fieles que bauticen al niño lo más  pronto como sea posible, no solamente para quitar la mancha del pecado original, sino aún más importante para que inicie la vida maravillosa de una nueva familia—¡la Santísima Trinidad que vive en el alma de los recién bautizados!  ¡Es tan simple y a su vez tan sublime!

Este incomprensible tesoro – la santísima y beatísima Trinidad –  habita en el alma desde el momento del bautismo debe de cuidarse y valorar celosamente – el tesoro es el alma que vive en estado de gracia santificante y más aún el alma es morada de la Santísima Trinidad.Por esta razón, los santos predican, viven y enseñan unánimemente el renuncio al pecado— ¡en particular el rechazo al pecado mortal que es el mal más grande!  En los Ejercicios Ignacianos, el primer grado de humildad es;  preferir la muerte antes que cometer un pecado mortal.  Santo Domingo Savio el día de su Primera Comunión tuvo como lema «Morir antes que pecar!»   Santa Maria Gorretti se dejó apuñalar 14 veces, sufriendo una muerte de martirio, diciendo a su asesino: «¡Si hacemos eso, es pecado mortal e iremos al infierno!»   Esta joven mártir no quiso que su alma dejara de ser morada de la Santísima Trinidad (que había recibido en el momento de su Bautismo).

Aun cuando una persona voluntariamente decide cometer un pecado mortal, y expulsa a la Santisima Trinidad de su alma, Dios es rico en misericordia y siempre presto a perdonar a todo aquel que se arrepienta, que confíe en su infinita misericordia y que regresa a Él por medio de la confesión sacramental.  Qué consuelo tan inmenso son las palabras del sacerdote al concluir el Sacramento de la Reconciliación: «Yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.» Amén.

Una de las notas características más destacadas de la espiritualidad del Carmelo es la inhabitación de la Trinidad en el alma del cristiano que vive en estado de gracia santificante — Carmelitas tales como Teresa de Avila, Juan de la Cruz, Isabel de la Trinidad, Benedicta de la Cruz (Edith Stein) y Teresa de Lisieux.

Únicamente cuando el alma interioriza sus potencias, se inmersa en Dios y cultiva el silencio y recogimiento en todo lugar y momento, es que se puede encontrar y contemplar al Dios Trino (y los Tres Divinos Huespede) que moran en el alma.

Santa Catalina de Siena, una de las Doctoras de la Iglesia, a menudo recurría a lo que ella llamaba su »celda interior».  En esta celda podía encontrar a Jesús en su alma. Pero igual podía estar con dos Divinos Huéspedes – ¡Dios Padre y el Espíritu Santo!

Por esta razón el Papa Benedicto XVI insiste que el silencio es indispensable en este mundo moderno.  En el silencio se escucha la voz de Dios y se logra este intimo y profundo dialogo con el Dios Trino.  «Habla Señor, que tu siervo escucha».

 
¡UN EJERCICIO
TRINITARIO! Cierre los
ojos y con profunda fe diga…. 

«¡Padre, te alabo; te entrego
mi vida!  Dios te amo….
Jesús, te alabo; te entrego mi vida!
Dios te amo….
Espiritu Santo, te alabo; te entrego
mi vida!  Dios te amo….»
Al cantar suavemente este canto
trinitario, se encenderá el amor en tu morada interior, en tu celda interior,
el amor al Padre, Hijo y Espíritu Santo, ¡y el gozo y la paz serán tuyos!
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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS · Tagged: trinidad

Nov 14 2012

LA SANTISIMA TRINIDAD

 
Después de
varias horas de oración, reflexión y de escribir, san Agustín decide tomar un
descanso.  Mientras caminaba por la
orilla del mar, quedó fascinado al ver lo que parecía ser un niño pequeño que
llevaba una cubeta, la llenaba con agua del mar, tiraba el agua sobre la arena
y salpicaba y de nuevo corría hacia el mar y repetía lo mismo.  ¡El niño
continuó este proceso incesantemente! 
Por fin, el gran teólogo y Santo detuvo al niño y le pregunta por qué
hacía esto.  «¡Quiero vaciar todo el océano con mi balde!»,
respondió el niño.  Agustín le responde:
«¡Eso es imposible!»   Entonces el niño dijo, «¡Es mucho
más fácil que yo vacíe este inmenso océano en la arena con mi cubeta que tu
puedas comprender el misterio de la Santísima Trinidad!»

En aquel
entonces san Agustín estaba escribiendo (y le tomó varios años) uno de los más
grandes tratados teológicos en la historia de la Iglesia sobre la Santísima
Trinidad -»De Trinitate».

Un misterio
teológico no contradice la razón sino trasciende la razón.  El mensaje esencial de esta anécdota es que
el verdadero seguidor de Jesús debe hacer un continuo y decidido esfuerzo de
estudiar, aprender, asimilar y vivir su fe.  Aun así nunca podremos
comprender completamente la esencia del misterio de Dios y el misterio de la
Santísima Trinidad.  Sin embargo, san Anselmo el Doctor de la Iglesia
afirma: «La fe busca el entendimiento».   Por consiguiente, se
presentarán algunas ideas sobre este gran misterio de nuestra fe:  LA SANTISIMA TRINIDAD.

RELIGIÓN
TRINITARIA ENCARNACIONAL MONOTEÍSTA — ¡EL CATOLICISMO! Parecen palabras
altisonantes pero no son extremadamente difíciles de explicar.
MONOTEÍSMO.
 Los Musulmanes, Judíos, Protestantes, Ortodoxos y Católicos tienen este
lazo en común: el monoteísmo, que significa que todos creemos que hay un solo
Dios, y no muchos dioses – politeísmo.
TRINITARIA—significa
un Dios, pero tres Personas distintas.
ENCARNACION
— significa que una de la Personas, la Segunda Persona, Jesucristo, asumió un
cuerpo — se Encarnó–se hizo hombre.

LA SANTÍSIMA
TRINIDAD

Este precepto
de fe afirma que hay un solo Dios, pero tres Personas distintas en la trinidad.
El Padre es
la Primera Persona de la Santísima Trinidad, el «Creador» y manifiesta infinito
poder.  Jesús tiene una relación tierna e íntima con el Padre, le llama
«Abba»— es una palabra muy tierna y cariñosa, «¡Papá!»
El Hijo es la
segunda Persona de la Santísima Trinidad.  Su nombre es JESUS.  Jesús tiene dos naturalezas: la Divina y la
Humana.  Esto significa que Jesús es Dios
y Hombre.  La unión de estas dos naturalezas
se llevó acabo en el momento de la Anunciación/la Encarnación – cuando la
Virgen María dio su »si» a Dios por la intercesión del Arcángel Gabriel.
 Cuando María dio su «Fiat», diciendo: «He aquí la esclava
del Señor hágase en mí según tu palabra», es el momento de la
Encarnación.  Jesús descendió del los
cielos y entró en el vientre de María. 
Como las palabras del Evangelio de san Juan contemplamos con asombro y
reverencia: «Y el Verbo se hizo Hombre y habitó entre nosotros».  Esta unión de lo Divino y lo Humano los
teólogos llaman «Unión Hipostática».   Honramos esta realidad el 25 de
marzo, también el día de Navidad, el 1 de enero y la toda la temporada de
Navidad—la Encarnación y el nacimiento de Jesús, la segunda Persona de la
Santísima Trinidad.

Finalmente,
la tercera Persona de la Santísima Trinidad es el Espíritu Santo.  Los varios nombres sublimes del Espíritu
Santo incluyen: el Santificador, el Consejero, el Consolador, el Dedo de la
mano de Dios, el Soplo de Dios, el Dulce Huésped del alma y el Paráclito.

Las tres
Personas de la Santísima Trinidad están siempre unidas y obran en forma conjunta.  En otras palabras, no hay separación,
divorcio o división entre las tres personas de la Santísima Trinidad.
 ¡Existe siempre unidad, armonía y amor!
La Trinidad
es familia y por supuesto la más perfecta de familias. Te preguntarás ¿cómo?  El amor y la unidad es lo que une a una
verdadera familia.  En la Trinidad, el Padre ama al Hijo y genera
eternamente al Hijo; el Hijo, a su vez eternamente ama al Padre.
 Finalmente, el Espíritu Santo es verdaderamente el vínculo de amor entre
el Padre y el Hijo.  Por esto san Bernardo el Doctor Melifluo,
poéticamente le llama: ¡El  Espíritu
Santo es el abrazo mutuo entre el Padre y el Hijo!


Toda familia
debería seguir el modelo de la Santísima Trinidad.  Las familias son
llamadas de amar y vivir el último y más grande mandamiento que Jesús dio en la
última cena: «Ámense los unos a los otros como Yo os he amado».  San Pablo dice que el amor es el vínculo de
la perfección.  Además el autentico amor se manifiesta en la unidad.
 Aunque la familia este dotada de grandes talentos si hay divisiones, la
familia es débil.   El dicho es tan cierto, «la fuerza de una cadena
depende del eslabón más débil».  La Santísima Trinidad nos enseña
desde toda la eternidad el valor sublime del amor y el valor fortificante de la
unidad.  ¡No obtendrán la victoria ejércitos, atletas, coros, comunidades,
ni familias que hayan sido atacadas por el espíritu de división!

Si no fuera
por la Revelación Divina, la revelación de Jesús del misterio de la Santísima
Trinidad- y la Iglesia quien aclara, enseña, explica y expone el misterio de la
Trinidad – ¡nunca sabríamos o hubiésemos llegado al conocimiento de tan sublime
y maravilloso misterio!

A los Santos
damos honor y a este culto se le llama el culto de »Dulia».   A la Santísima Virgen María damos el más
alto honor y veneración, que es el culto de «Hyperdulia».  Atribuimos el culto de »Latria» a la
Santísima Trinidad, que es un solo Dios y tres personas distintas, Padre, Hijo
y Espíritu Santo.  Latria significa
alabar y adorar a la Trinidad.  Alabemos
a la Santísima Trinidad con estas palabras: «Gloria al Padre, al Hijo y al
Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los
siglos. Amén.
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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Nov 13 2012

PREPARANDO PARA COMUNIÓN: El Pan de Vida Nos Da la Vida Eterna

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El Padre Broom explica como comulgar dignamente y con la máxima reverencia y agradecimiento. Nos recuerda que la Santa Comunión es realmente el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo. ¡Nuestra salvación depende en el Pan de Vida!

Padre Ed Broom, OMV es miembro de los Oblatos de la Virgen María y Pastor Asociado en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens, California.

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: Podcast

Nov 13 2012

JESÚS RESUCITÓ Y VIVE PARA SIEMPRE!

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En una Misa Funebre, el Padre Broom habla sobre la vida eterna a pesar de la muerte en este mundo. Debemos estar preparados para nuestra muerte porque no sabemos ni el dia ni la hora. El Padre sugiere hacer una novena, rezando el Santo Rosario y asistiendo a Misa por 9 días por el alma del difunto.

Padre Ed Broom, OMV es miembro de los Oblatos de la Virgen María y Pastor Asociado en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens, California.

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