¡Imagínate que el paralítico eres tu, tus piernas inmóviles, dependes totalmente de la bondad y compasión de los demás, quieres caminar, brincar, saltar y correr, pero no puedes, estas postrado en una camilla y te sientes completamente impotente e inútil!
Esta es la escena que se presenta en el Evangelio de San Lucas, capítulo 5, versículos 17-26. Sin embargo, no nos centraremos e la incapacidad, impotencia y inutilidad del paralítico sino en los corazones nobles y amorosos de los AMIGOS de este paralítico. Tenga presente la verdad teologal: Dios permite el mal para sacar un bien mayor.
Por lo tanto, se enumerarán las virtudes de estos amigos anónimos del paralítico, y así podremos admirar sus virtudes y aceptar el desafío de vivir estas virtudes diariamente. ¡La palabra de Dios nos debe siempre retar a que salgamos de nosotros mismos y fijemos la mirada en las cosas del cielo!
- AMOR Y COMPASIÓN. Es evidente que estos amigos tuvieron compasión hacia su amigo el paralítico. Conscientes de su sufrimiento y de que no se podía mover, sus corazones se llenaron de compasión. La «compasión» es la disposición y capacidad de sufrir con el ser querido. Pregunta y Reto: ¿Tiene usted un corazón compasivo? ¿Acaso reina en su corazón, la frialdad, la crueldad y la insensibilidad?
- CARIDAD ACTIVA. La compasión de los camilleros no se limitó a buenos pensamientos, clichés o refranes piadosos, sino que la compasión les impulsó a remediar la difícil situación de su amigo quien sufría. Pregunta: ¿Tu amor se manifiesta sólo con palabras, de boca hacia fuera o tu amor se concretiza en acciones? Recuerda las palabras de Jesús en el Sermón de la Montaña: «No todos los que digan Señor, Señor entrarán al Reino de Dios, sino los que hacen la voluntad de mi Padre Celestial.»
- FE Y CREER. En verdad, la caridad — el amor sobrenatural a Dios y al prójimo – es el mayor de todas las virtudes por la cual seremos juzgados. Sin embargo, en orden de sucesión, la fe precede a la caridad. Claramente, ¡no podemos amar lo que no conocemos! Los amigos del paralítico tenían que haber visto a Jesús, haberlo escuchado predicar, presenciado uno o más de uno de los milagros o quizás simplemente habían oído hablar de Jesús. Sea cual sea la realidad, ellos tenían una fe firme en el poder de Jesús de sanar a su amigo. Tenían una fe que podía mover montañas. Pregunta y reto: ¿En este Año de la fe, te has esforzado decididamente o tomado pasos concretos para crecer en tu fe? Si lo has hecho, ¡sigue escalando! Si no es así, ¡por qué no empezar hoy!
- ESFUERZO Y SACRIFICIO. Los atletas tienen un dicho: «¡Sin dolor no hay ganancia!» El nombre de un grupo de «Rock n’ Roll» clásico de los años 60 es: «Sangre, Sudor y Lágrimas». Poco se logra en ausencia de esfuerzo, empeño, sangre, sudor y lágrimas. Veamos a los camilleros, los amigos del paralítico, ellos tenían que cargar el peso muerto de su amigo. ¡No había servicio de coche, autobús, helicóptero o metro! ¡Eran días difíciles! Tal vez tenían que viajar una o dos millas. El Evangelio no especifica la distancia. Es muy posible que estos amigos terminaron con ampollas en las manos y ampollas sangrienta en las palmas. Recuerda las manos del Salvador y Redentor, ¡nuestro Señor Jesús crucificado! Pregunta y desafío: ¿Estás dispuesto a superar la expectativa y hacer más de la cuenta, de sufrir el dolor, de ofrecer tu sudor, sangre y lágrimas para glorificar a Dios, salvar almas y trabajar para tu propia santificación y salvación? Nuestro Dios es un Dios de amor, pero siempre nos reta ¡para que cada día demos más! ¿Por qué no aceptar el reto?
- TENACIDAD, PERSISTENCIA Y PERSEVERANCIA. Con gran obstáculo– tal como la casa donde estaba Jesús que estaba llena hasta el tope —no había manera de maniobrar a su amigo paralizado en medio de la multitud. Muy fácilmente podían haber dejado de ir tras Jesús, haber tirado la toalla y desanimados haber regresado su amigo paralítico a casa tal y como estaba. ¡Pero no para estos valientes soldados! Contra viento y marea estaban dispuestos a alcanzar su objetivo: Conocer a Jesús y lograr la sanación de su amigo. Estos hombres tenían la actitud de Santa Teresa de Ávila: ¡una determinada determinación de nunca darse por vencidos! Pregunta y desafío: Cuando te enfrentas con obstáculos en su camino, desviaciones en tu caminar, contradicciones y espinas a lo largo de la vereda, ¿te das fácilmente por vencido y tiras la toalla? ¡Haz un examen de conciencia serio sobre esta cuestión! Recuerda las palabras de Santiago: «Hermanos, considérense afortunados cuando les toca soportar toda clase de pruebas. Esta puesta a prueba de la fe desarrolla la capacidad de soportar, y la capacidad de soportar debe llegar a ser perfecta, si queremos ser perfectos, completos, sin que nos falte nada. (Santiago 1:2-4)
- ¡CREATIVIDAD! Los amigos fieles del paralítico no sólo no se acobardaron ni se dejaron desviar para lograr su objeto—la sanación total de su amigo paralítico — sino emplearon una de las tácticas más originales, creativas y en verdad graciosas para conocer a Jesús. Decidieron subirse al techo de la casa, quitar la teja y bajarlo ante Jesús. ¡Guau! ¡Pregunta y desafío! El Beato Papa Juan Pablo II, dirigiéndonos en el nuevo milenio, desafío a todos para que sean misioneros, apóstoles y que tomen pasos para evangelizar en esta «primavera de la gracia». Además, el Papa nos animó a que nos abramos a la «creatividad apostólica». Esto significa que debemos estar atentos al soplo del Espíritu Santo que sopla a donde quiere – y estar listos para usar formas modernas, nuevas y creativas para predicar la palabra de Dios a toda la raza humana. (Mt 28). ¿Estás dispuesto a soltar sus redes en el mar, pescar en aguas nuevas e ir tras las ovejas perdidas de la forma nueva y original que te inspire el Espíritu Santo? ¡Sigue el ejemplo de los Santos y se valiente!
- ¡NO TE PREOCUPES DE LA ADMIRACION HUMANA! Estos amigos fácilmente pudiesen haber sido señalados por su táctica «poco ortodoxas». Sin embargo, ¡les importó poco! A pesar de la posible crítica o objeción de la población, ¡su amor, compasión, determinación, sinceridad y la buena voluntad no fue frustrada sino intensificada! Pregunta y desafío: ¿Que tipo de persona eres: la que busca «agradar a la gente» o “agradar a Dios»? Tu motivación al hacer las cosas es para ganar admiración humana y el deseo interior de recibir elogios y aplausos o tus acciones son motivadas por el lema Ignaciano A.M.D.G.– ¡A la mayor gloria de Dios! Examina tu motivación oculta e intenciones interiores; ¿Dónde caes?
- ¡LA VICTORIA! Después de todo — el tiempo, el esfuerzo, las luchas, los contratiempos y las aparentes contradicciones — los amigos del paralítico, los camilleros, logran su objetivo al encontrarse con Jesús. Regocijando por la fe y el amor de estos hombres y la fe y el sufrimiento del paralítico, Jesús—cuya bondad es desbordante—¡bendice doblemente al hombre paralítico! Primero, Jesús sana su parálisis espiritual — parálisis espiritual es otra forma de decir »el pecado». En seguida, Jesús sana su cuerpo, ¡restaurando la fuerza y movilidad en los a miembros de del paralítico! Pregunta y desafío: ¿Conoce usted su propia parálisis? Quizás usted pueda caminar, brincar, saltar y correr; sin embargo, usted (al igual que todos en el mundo) sufre de una parálisis moral, ¡porque todos somos pecadores! Hoy mismo, por qué no se acerca a Jesús el Médico Divino que sana y haga una buena confesión y ¡así Jesús le sanará y fortalecerá para que pueda saltar de gozo en su presencia!
- ALEGRÍA Y REGOCIJO. Estos amigos vivieron la expresión Paulina: «¡Alegraos con los que están alegres y llorad con los que lloran!» El paralítico se desbordaba de alegría; ¡Asimismo los amigos estallaban de alegría! Pregunta y el desafío: ¿Alguna vez lo han consumido los celos o la envidia por el éxito de su hermano, hermana, familiar, amigo o vecino? Si su respuesta es »sí», ¡arrepiéntase! Y viva: «¡Alegraos con los que están alegres y llorad con los que lloran!»
- UNA APLICACIÓN PRÁCTICA. En verdad ese paralítico soy yo y es usted, somos pecadores e interiormente paralizados. ¡Pero hay buenas noticias! Jesús quien se dedicó a sanar hace 2000 años, ¡está vivo y activo hoy! ¿Por qué no permite que Jesús sanador que fue traspasado, le sane a usted para que así pueda sanar a otros en este mundo herido! Por último, coloque a todos sus familiares y amigos — que de hecho son paralíticos espirituales — en el altar (la «Camilla») para que cuando el sacerdote eleve la Hostia y el Cáliz estos paralíticos ciegos y sordos sanen por la presencia amorosa y poderosa de Jesús. Nuestra Señora, Salud de los Enfermos y causa de nuestra alegría, ¡ruega por nosotros!