Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)

Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana

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May 08 2013

EL LOBO DE LA PORNOGRAFIA

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El Padre Broom habla sobre el daño de la pornagrafía, en el internet, películas en el cine con malas escenas, revistas en las tiendas, la carretera.

Padre Ed Broom, OMV es miembro de los Oblatos de la Virgen María y Pastor Asociado en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens, California.

Para leer sus blogs en inglés o español, y escuchar sus otros podcasts, por favor vaya a www.fatherbroom.com

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: Podcast

May 08 2013

MURMURACIONES ¡Aprendamos a Controlar la lengua!

El chisme es veneno verbal que puede
contaminar y destruir un hogar, un grupo parroquial, una familia, una
asociación, una empresa.  El Santo
Padre, el Papa Francisco, en su reciente corta y conmovedora homilía, nos
advierte sobre el peligro moral de entregarse al chisme.  ¡Dijo que el chisme es «golpear
despiadadamente» a otros!  Es
cierto, ¡moralmente es golear sin piedad! 

»La
mansedumbre tiene muchos enemigos y el primero es el chisme. Cuando uno
prefiere chismear, despellejar a otro, es como darle puñetazos
despiadadamente.  Esto le pasa a todos, y
me incluyo yo, es algo que sucede, pero es una tentación del maligno.  Las habladurías siembran cizaña en las
parroquias, las familias, los vecindarios y entre amigos.  Pero esto no es la vida nueva prometida en el
bautismo, porque cuando el Espíritu Santo desciende, da a luz a una nueva vida
en nuestro interior, nos hace humildes y caritativos.»
(Homilía del Papa Francis, el martes, 9 de abril 2013, Peligros
del chisme). 
Dado que el chisme es tan común y
generalizado, y sin darnos cuenta podemos ser arrastrados por sus aguas
corredizas, todos debemos estar conscientes de su presencia, huir del chisme
como huir de la plaga y animar a otros que ya están inmersos en él, a que huyan
de esta fosa séptica, ¡para así evitar consecuencias eternas!  Dicho esto, ¿cómo podemos alejarnos del
chisme, huir de la plaga del chisme?  Se
presentarán cinco pasos concretos para evitar, vencer y cerrarle el paso al
chisme, para no dejarle entrar en nuestra alma, para que no contamine nuestra
vida. 
Primero, el ESPIRITU SANTO.  Recemos con fervor al Espíritu Santo.  Como vemos en los Evangelios, los Apóstoles
muchas veces cayeron al hablar; esto es especialmente evidente en Simon
Pedro.  Trató de impedir que Jesús vaya a
la cruz; le profesó lealtad hasta la muerte; y luego le negó tres veces.  Falló miserablemente con su lengua.  ¡UNA EXPERIENCIA DE CONVERSIÓN!  No fue hasta después de una novena de nueve
días y el descenso del Espíritu Santo en Pentecostés que Pedro logró la
conversión total de su persona, incluyendo su lengua.  Después de Pentecostés, con la predicación de
su lengua, ¡convirtió a 3000 almas en una sola homilía!  ¡Roguemos al Espíritu Santo que nos ayude a
controlar nuestra lengua! 
Segundo, PENSAR ANTES DE HABLAR!  La impulsividad, el actuar sin reflexión, el
abrir la boca e insertar el pie — es una falta de autocontrol del corazón y
se manifiesta en la falta de autocontrol en el discurso!  Tomás Kempis en Imitación de Cristo, dice, que pocos son los que han lamentado
haber controlado su lengua en el discurso, pero muchos han hablado cuando
hubiesen guardado su lengua! 

Tercero, ¡la REGLA DE ORO EN EL
DISCURSO!  ¿Por qué no intentar aplicar
la famosa Regla de Oro dada por Nuestro Señor y Salvador Jesucristo, a nuestra
forma de hablar.  La Regla de Oro es
simple y fácil de entender: «Cuanto queráis que os hagan los hombres,
hacédselo también vosotros a ellos.» 
Ahora aplique esto a su discurso: «Cuanto queráis que digan los
hombres de ti, decid de ellos».  No
nos gustaría escuchar que alguien habla a nuestras espaldas y nos critica,
hablando mal de nosotros, señalando nuestras faltas y exagerándolas.  Que la afirmación de san Buenaventura sea
nuestra regla en el discurso: «Debemos abrir la boca en tres ocasiones:
para alabar a Dios, para acusarnos a nosotros mismos y para edificar a nuestro
prójimo.»  Si seguimos estos
principios, emprenderemos el camino de santidad en nuestro discurso.  

Cuarto, LEA LA CARTA DE SANTIAGO CAPITULO
3!!!  La Carta de Santiago capítulo tres,
¡es probablemente el mejor capítulo en toda la Biblia sobre los pecados de la
lengua!  ¡Léalo!  Es muy claro y preciso.  El Apóstol Santiago dice que debemos ser
lentos para hablar y prontos para escuchar. 
Nos hace una severa advertencia, que la lengua es como una chispa de
fuego — aunque muy pequeña puede causar daños irreparables.  ¿Con qué frecuencia empieza un devastador
incendio forestal con la más pequeña chispa, cerillo, o un pequeño
cigarrillo.  Con algo tan pequeño como es
una chispa, una gran conflagración, un enorme incendio forestal se extiende,
devorando terreno, quemando casas, devastando ciudades y pueblos y vidas
inocentes.  Santiago dice que el hombre
puede domar a todo tipo de animal, ¡pero no puede domar la lengua! 

Quinto, JESUS EUCARISTIA Y MARIA.   Por último, pero no menos importante, para
poder controlar la lengua, debemos recurrir a Jesús y a María.  Jesús y María, nunca pronunciaron palabras
que fueran ofensivas o desagradables a Dios o a sus prójimos! Siempre con un
autodominio en todos los aspectos, sus palabras siempre fueron para servir y
alabar a Dios Todopoderoso, y para la santificación y salvación de los hombres.
(Principio y Fundación de san Ignacio de Loyola).  La Santa Comunión nos ayudara y nos hará
recordar que debemos controlar la lengua y evitar el chisme en todas sus
formas.  ¿Dónde es que recibimos la
Sagrada Comunión, que es el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor y
Salvador Jesucristo?  ¡En la lengua!  La lengua se convierte en el trono del Rey de
reyes y Señor de señores.  Por lo tanto,
nada indigno, feo o perjudicial debe de salir de la misma lengua que recibe a
Dios mismo.  Recuerde también que Jesús
dijo que seremos juzgados sobre toda palabra que sale de nuestra boca; Jesús
también dijo que de la abundancia del corazón habla la boca.  Que el Jesús Eucarístico nos conceda la
gracia de controlar nuestro corazón y nuestras palabras, para que nuestro
juicio no termine en condenación sino salvación.  Que Nuestra Señora, quien alabó a Dios con
todo su ser, su cuerpo, su mente, su alma y sus palabra, nos inspire a que
seamos un cántico viviente, alabando a Dios con nuestras vidas y nuestras
palabras.  María dijo, »Proclama mi alma
la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador..»  Que las oraciones y la presencia de Nuestra
Señora nos inspire a huir de toda murmuración, y a que utilicemos nuestra
lengua para alabar al Dios Trino, y para ser instrumentos de santificación y
salvación para nuestros hermanos!

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

May 07 2013

Pescador de Hombres

He aquí una serie de meditaciones y
contemplaciones sobre uno de los capítulos más cautivadores, inspiradores y
desafiantes en el Nuevo Testamento: ¡Juan capítulo 21!  La palabra de Dios es como una espada de
doble filo que separa médula de los huesos. 
La palabra de Dios consuela y conforta, reprende y corrige, ilumina y
motiva.  Jesús al diablo respondió:
«El hombre no sólo vive del pan, sino de toda palabra que sale de la boca
de Dios» (Mt. 4:4).  Que cada día
aumente nuestra hambre y sed por el «¡Pan de la Palabra de Dios!» 
1. ¡Pesca!  Algunos de los apóstoles eran pescadores de
profesión.  Pedro en vez de entregarse al
ocio, la vagancia y la pereza, trabajaba arduamente!  Es bueno trabajar.  El libro del Génesis dice que debemos ganar
el pan con el sudor de la frente.  Porque
¡la ociosidad es el taller del diablo! 
Muchos de nuestros pecados los cometemos por nuestra inactividad, por
estar en un estado de inercia…  San
Juan Bosco decía — En la temporada de vacaciones, el diablo cosecha la
tierra.  ¿Por qué?  Los jóvenes tienen demasiado tiempo libre.  Si no tienen nada que hacer, el diablo les da
mucho que hacer.  La experiencia
demuestra esta verdad: Si no tenemos nada que hacer, el diablo nos dará mucho
que hacer! 

2. Nada — No pescaron nada.  ¿Por qué? 
Ellos eran expertos pescadores; conocían el lago y pescaban de noche que
era justo la hora de pescar!  La razón es
obvia –Jesús no estaba en el barco con ellos. 
Esto es símbolo del pecado mortal. 
Otro pasaje paralelo es el de la vid y los sarmientos (Jn 15).  La rama separada de la vid, se seca y muere y
será echada al fuego.  Si no estamos
unidos a Jesús, como la rama separada de la vid, y viviendo en pecado mortal,
entonces no habrá ningún fruto espiritual. 
  
3. Un Desconocido en la orilla del mar
—  María Magdalena no reconoció a
Jesús.  Los discípulos en el camino a
Emaús no reconocieron a Jesús.  De nuevo,
Jesús se encuentra en la orilla del mar, muy de mañana, los ve y se preocupa
por ellos, pero ellos no lo reconocen. 
¿Con qué frecuencia nosotros no lo reconocemos?  Con qué frecuencia vemos en las narraciones del
Evangelio que no reconocen a Jesús.  Uno
de los problemas más grandes en la Iglesia Católica hoy día, es que los
católicos – aproximadamente 75% en los Estados Unidos—no reconocen a Jesús en
la Eucaristía. Lo mismo pasa hoy como pasó en Juan capítulo 6 en el »Discurso
del Pan de Vida», cuando muchos dejaron a Jesús.  Muchos católicos no reciben la Santa
Eucaristía; incluso no van a la Santa Misa. 
Vemos que Judas estaba presente y se hace una profecía de él, que era un
diablo.  Y así pasó, cuando Judas se
levantó y salió de la Última Cena; él salió corriendo de la Misa. 

4.  La
hora
: temprano — El Sol naciente — Jesús es el «el Sol
que nace».  Debemos despertarnos
temprano para rezar, para encontrarnos con Jesús, y no dejar que el diablo de
la pereza nos ate a la cama! 

5.  ¡Obediencia!   En obediencia a Jesús, lanzaron las redes al
otro lado del barco.  ¡Y que gran
pesca!  Si obedecemos a Jesús, al Papa, a
la Iglesia y los Mandamientos, Dios dará éxito al trabajo de nuestras manos.
«Señor, da éxito a la labor de nuestras manos».

6.  ¡Abundancia!  ¡Pescaron 153 grandes peces!!!  Todo lo que hace Jesús, como en las Bodas de
Caná, resulta ser siempre lo «mejor». 
Si dejamos que Jesús obre, ¡todo resultará perfecto!

7. «Trabajar en equipo«.   Pedro no pudo haber jalado tan grande pesca
solo; necesitaba de la ayuda de sus compañeros; porque pescó 153 enormes
peces.  Las familias, las parroquias y
los grupos parroquiales, deben aprender la importancia de trabajar en
equipo.  La unidad hace la fuerza.  La fuerza de la cadena depende del eslabón
más débil; si la cadena de hierro tiene un eslabón de cartón, con un simple
tirón se romperá!  ¿Cuáles son los
típicos enemigos?  Los celos, la envidia,
la rivalidad, la competencia despiadada y por supuesto, el orgullo es la raíz
de todo pecado — esto puede destrozar cualquier grupo.  Con san Pablo, deberíamos alegrarnos con los
que gozan, y llorar con los que lloran. 
Somos del mismo equipo, ¡no somos rivales! 

8.  Juan:
Ojos de místico, ojos de águila! 
Él fue el que vio a Jesús primero. ¿Por qué?  Era el discípulo amado, recostó su cabeza
sobre el Sagrado Corazón de Jesús en la Última Cena, estuvo al pie de la cruz,
cuidó de María y era el discípulo puro y virgen — mucho material para meditar.

9. Pedro nada —  Pedro se zambulló y con entusiasmo nadó los
100 metros!  Se estaba preparando para
los próximos juegos Olímpicos de natación en Galilea, ¡los 100 metros!  ¡ENTUSIASMO! 
Debemos estar listos y  dispuestos
para saltar en el agua fría para encontrarnos con Jesús.  Como católicos, debemos tener entusiasmo —
como tienen entusiasmo los pentecostales y cristianos renacidos.  ¡Hay demasiados católicos inútiles!
10.  ¡Modestia!  Pedro se ciñe.  Se debe practicar la modestia en la iglesia
ante Jesús y en todo momento.  ¿Por
qué?  ¡Somos embajadores y representantes
de Cristo en todo momento!  El guardián
de la virtud de la castidad es la modestia (CIC). 

11. La ternura y cuidado de Jesús —
Jesús sabía que tenían hambre, y les prepara un desayuno de pan y pescado.  ¡Jesús es el Pan de vida!  En el Padre Nuestro rezamos: «Danos hoy
nuestro pan de cada día…»  Hay
tres interpretaciones para «el pan de cada día».  Pedimos que Dios nos provee para nuestras
necesidades físicas, mentales y más importante, ¡las necesidades del alma! 

12.  ¡Gozo!  Todos estaban llenos de alegría por estar en
la presencia de Jesús.  ¡Porque Jesús es
la razón de nuestra alegría!  Con el
dinero se puede comprar el placer, pero la verdadera alegría es fruto del
Espíritu Santo y viene de Dios.  En
verdad es «Jesús resucitado» que vino a traernos vida, y vida en
abundancia. 

13. El paseo por la orilla del mar —
Jesús hablaba y caminaba con Simón Pedro. 
Esta es una descripción de lo que es la oración — hablando con el
Señor.   ¿Por qué no emprender un paseo
con Jesús a la orilla del mar de tu vida y hablar con Él.  Háblale de todo lo que está sucediendo en tu
vida porque Él realmente él cuida de ti. 

14. La triple pregunta sobre
el amor
— Jesús le preguntó a Pedro tres veces si le amaba.  Le preguntó «tres» veces porque
Pedro le había negado tres veces.  Fue
como un experiencia en el confesionario en donde Jesús «sacerdote»
daba a Pedro su penitencia — justa en proporción y clase perfecta — para
reparar por su pecado.  Una buena
penitencia debe ser proporcional, práctica, medicinal y pedagógica. 

15. Dolor  — ¡Le dolió a Pedro!  Hacemos penitencia para reparar por nuestro
pecados, y esto nos causa alguna especie de dolor.  Si lo aceptamos voluntariamente, el
dolor  nos purifica como el oro en el
fuego, nos santifica y nos hace más semejantes a Cristo que sufrió en la cruz
por nosotros.

16. Apacienta mis ovejas/corderos
— Jesús no sólo perdona a Pedro, sino también lo comisiona.  Jesús le llama para que deje su oficio de
pescador de peces y se convierta en un verdadero «pescador de
hombres».  ¡Pedro fue llamado a ser
el primer Papa!   ¡La misericordia del
Sagrado Corazón de Jesús no tiene límites! 

17. La muerte — Jesús también hace la
profecía sobre el tipo de muerte por la cual Pedro glorificaría a Jesús — la
crucifixión.  Más tarde Pedro sería
crucificado boca abajo. 

18. La conversión de Pedro (3) — 1)
Después de la triple negación, Pedro ve los ojos de Cristo;  2) La triple afirmación de amor de Pedro a
Jesús a la orilla del lago de Galilea (Jn 21); 3) Pentecostés, la venida del
Espíritu Santo (Hechos 2).  Nuestra
conversión quizás tenga aspectos similares. 
Debemos contemplar la mirada amorosa de Jesús e igual mirar con atención
los ojos de Jesús; decirle que lo amamos de forma total y pedir una efusión del
Espíritu Santo.

19 ¡Sígueme!  Estos palabras desafiantes que Jesús dirigió
a Pedro también están dirigidas a mi y a ti. 
¿De qué forma específica y concreta crees que Jesús quiere que le sigas
hoy?   ¿Cuál podría ser el mayor
obstáculo para seguir a Jesús en este momento? ¿Cuál es tu mayor obstáculo?
20. De pescadores a »pescadores de
hombres»
—  Siguiendo con la
meditación anterior en donde Jesús dice «sígueme», ¿qué obra
apostólica y dónde podrías ejercer esto? 
¿En el apostolado de la familia? 
¿Qué puedo hacer para evangelizar en mi familia?  ¿En el trabajo?  ¿Hay un compañero en el trabajo o colega que
Dios me inspira traer al Él?  ¿Algún
miembro de la familia que se ha distanciado? 
¿Quizás hay un primo o un tío que traerle al Señor? ¿Un amigo? ¿Tal vez
se está tambaleando y necesita que lo motives? 

21. Maria es la Reina de los Apóstoles
(Pentecostés)
— Entre los hermosos títulos dados a la Santísima Virgen
María está «Reina de los Apóstoles». 
María estuvo presente en la primera novena de Pentecostés, a lo largo de
nueve días.  Ella oró, ayunó y esperó
pacientemente por la venida del Espíritu Santo. 
¡Y el Espíritu Santo vino!  El
viento, un terremoto, y fuego — estos tres fenómenos naturales abrieron el
paso a la presencia del Espíritu Santo, transformando a hombres débiles y
temerosos en soldados valientes de Cristo. 
Todos ellos, a excepción de san Juan, derramaron su sangre por Cristo en
el martirio. 
 
Conclusión — 
Lea de forma orante, el último capítulo del Evangelio – ¡Juan 21!  Permita que el Espíritu Santo le
inspire.  Use estos puntos como punto de
partida en su meditación, y sondee el océano infinito del espíritu de Dios.  »Habla Señor que tu siervo escucha.»  »¡He aquí que estoy Señor, vengo a hacer tu
voluntad!»
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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

May 07 2013

¿Quién es el Espíritu Santo?

Se acercaba el día del la Confirmación en nuestra parroquia. 
Después de haber dado instrucción a los jóvenes por dos años, decidí poner a prueba su conocimiento sobre la Persona del Espíritu Santo. 

Lancé la pregunta: ¿Quién es el Espíritu
Santo?  De los veinte muchachos, ni uno
solo contestó la pregunta. 
Pensando que tal vez no me habían escuchado o estaban distraídos, les pregunté por segunda vez: ¿Quién es el Espíritu Santo?  ¡Había un silencio sepulcral!  Por tercera vez y con mis altas expectativas
rápido disminuyendo y forzando la pregunta pregunté: ¿Quién es el Espíritu Santo?!! 

Después de una pausa larga, un joven en la
parte de atrás de la clase alza la mano y grita dos palabras:  ¡UN PÁJARO!!! 
Con esta respuesta se rompió el hielo. 

¿Estaba totalmente equivocado el joven?  En realidad, no.  Su respuesta no fue exacta, pero por lo menos
acertó parcialmente sobre uno de los símbolos del Espíritu Santo — un pájaro, o
más bien la paloma que descendió sobre Jesús en el Jordán.   La Paloma («el pájaro») es uno de
los varios símbolos que la Iglesia usa para darnos una idea de
quién es el Espíritu Santo.  

Esta anécdota ilustra la realidad que para muchos el Espíritu Santo es el »Gran Desconocido» de la
Santísima Trinidad.  El Espíritu Santo es
ignorado o malinterpretado.   

Por consiguiente, se presentarán unos puntos
de reflexión sobre la Persona del Espíritu Santo.  Esto nos ayudará a estar más conscientes de la presencia del Espíritu Santo en nuestra vida, para así amarlo más y recurrir más a Él. 
1. Dios mismo —  ¡El Espíritu Santo es Dios!  El es la tercera Persona de la Santísima
Trinidad.  El Padre es la primera
Persona; el Hijo (Jesús) es la segunda Persona; y el Espíritu Santo es la
tercera Persona de la Santísima Trinidad. 
Él es igual al Padre y al Hijo; Él es digno de alabanza, gloria y
adoración.  ¡Él es eterno e
infinito!   El Padre ama al Hijo y el
Hijo ama al Padre.  El vínculo mutuo de
amor entre el Padre y el Hijo es el Espíritu Santo.  San Bernardo, el Doctor melifluo de la
Iglesia, dice que el Espíritu Santo es el abrazo mutuo entre el Padre y el
Hijo. 

2.  El
alma de la Iglesia
— En el contexto de la Iglesia, que es el Cuerpo
Místico de Cristo, el Espíritu Santo es el ALMA de la Iglesia.  En su definición, el «alma» es la
fuente de vida; ¡el alma vivifica, fortalece y mantiene la vida!

3. El alma de los bautizados —  Una vez que se vierten las aguas bautismales
sobre la frente y se pronuncian las palabras: «Yo te bautizo en el nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo», ¡ocurre un milagro!  No sólo se lava el Pecado Original sino esa
persona  se convierte en un icono
viviente de la Santísima Trinidad.  En
relación al Espíritu Santo, se convierte en un TEMPLO vivo del Espíritu
Santo.  ¡Se convierte en un noble y
majestuoso albergue de Dios mismo!  Qué
extraordinaria dignidad tiene el alma bautizada; y a la misma vez, ¡qué gran
responsabilidad!

4. El Santificador — Deseoso de obrar
sin cesar  en la vida de la persona
bautizada, el Espíritu Santo obra como el »Santificador».  Concretamente, la palabra  «santificar» significa hacer santo;
¡transformar a la persona en santo!   Es
por esto que el beato Papa Juan XXIII afirmó: «Los santos son las obras
maestras del Espíritu Santo».  Da
Vinci pintó grandes obras maestras; Dante y Shakespeare escribieron grandes
obras maestras literarias; y Beethoven, Mozart y Chopin fueron grandes
compositores de muchas obras de arte en cambio la obra del Espíritu Santo es
¡la transformación de pecadores en santos! 
5. Íntimo Amigo/Dulce Huésped del
alma
— En este mundo moderno en el que tantas personas sufren de una
soledad abrumadora, hay una solución rápida y segura!   La Persona, la presencia y el poder del
Paráclito — es decir, ¡el Espíritu Santo! 
Dios Padre es nuestro Padre amoroso y podemos llamarlo, «Abba»
— Papá.   Dios Hijo, Jesús Nuestro
Señor, es nuestro Hermano mayor y el mejor de los Hermanos, siempre presente,
paso a paso con nosotros, igual que con los discípulos en el camino de Emaús.  Sin embargo, hay otra poderosa presencia en
nuestra vida, si tan sólo estamos más conscientes, y es el Espíritu Santo,
nuestro AMIGO ÍNTIMO.  Todos necesitamos
amigos. Wordsworth dijo: «Nadie es una isla, completo en si
mismo».  Aristóteles afirmó,
«El hombre es un animal social». 
Jesús mismo reiteró esto en la Última Cena cuando a sus apóstoles llamó
«Amigos».  Las amistades
humanas son frágiles, precarias y propensos a la infidelidad y el
abandono.  Pero no es así con el Espíritu
Santo.  El Espíritu Santo es «el
Dulce Huésped del alma» (Secuencia del Espíritu Santo, Pentecostés).  Como Amigo, está siempre presente, es un
Caballero al grado más alto, siempre alienta, apoya, consuela y asesora,
incluso en momentos de fracaso, con insistencia suave pidiéndonos el arrepentimiento.
En verdad, es tu mejor Amigo.  Con el
mutuo conocimiento y compartimiento, crece la amistad  ¿Por qué no invitar al Espíritu Santo en este
preciso momento, a una amistad profunda, creciente y permanente.  Esa soledad que quizás usted ha experimentado
desaparecerá, ¡y reinará la paz y la alegría en lo más profundo de su corazón! 

6.  Maria
y el Espíritu Santo
— Para facilitar esta profunda unión y amistad con el
Espíritu Santo, la devoción a Maria es indispensable!  En relación a la Santísima Trinidad, María es
la Hija de Dios Padre, la Madre de Dios Hijo, y Esposa Mística del Espíritu
Santo.  La Inmaculada Concepción fue obra
del Espíritu Santo; la Concepción Virginal fue obra del Espíritu Santo; el
nacimiento de la Iglesia en Pentecostés fue por la poderosa acción del Espíritu
Santo.  Por esta razón, san Louis de
Montfort, autor de «Tratado de la
Verdadera Devoción a María
«, hizo esta poderosa afirmación: «El
Espíritu Santo se derrama en el alma de aquellos que aman a Maria».  ¿Por qué no experimentar un renovado
Pentecostés en tu vida, una invasión divina del poder y la gracia por medio de
una relación más profunda con el Espíritu Santo, y por medio de la intercesión
de María!  Hágalo, ¡y estallará una
explosión espiritual en su vida! 

 

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

May 07 2013

La mies es abundante y los obreros pocos



De niño vivió en Bohemia, que ahora es la
República Checa.  Fue un alumno muy
estudioso, deseoso de ser misionero en América. 
A los veinticuatro años, había estudiado y dominaba seis idiomas y había terminado sus estudios para el sacerdocio.  Pero respecto a su ordenación sacerdotal,
había un problema: habían demasiados sacerdotes en su país y el obispo no quería
ordenarlo.

Este obstáculo no disuadió al
joven.  Se despidió de sus padres y
hermano, y embarcó hacia el nuevo mundo — a Estados Unidos de Norte
América.  Tenía sólo un cambio de ropa y
un dólar en el bolsillo.  En tres semanas
encontró un obispo que lo ordenó sacerdote. 
¿Y el nombre de este sacerdote? 
Él es el único obispo americano que ha sido canonizado hasta la
fecha.  Vivió desde el año 1811 hasta
1860 que es cuando cayó muerto de un infarto en Filadelfia, donde actualmente
se venera su cuerpo. Este gran héroe de Dios es:
¡SAN JUAN NEUMAN! 

¡Fomentar las vocaciones al sacerdocio y
su urgencia
!
Una vez Jesús viendo a su alrededor exclamó
con gran pesar: «La mies es mucha pero los obreros son pocos.  Rogad al Señor de la mies que envíe más
obreros a su mies
«.  Hace 2000 años
Jesús hizo un llamamiento urgente y su voz se escucha hoy.  Debemos esforzarnos con todas
nuestras fuerzas de voluntad por rezar por las vocaciones, buscar vocaciones,
cultivar las vocaciones y sostener las vocaciones al sacerdocio. 

En el momento del Bautismo, ¿quién está
presente?  ¡El sacerdote!  ¿En la Primera Confesión y las muchas que
siguen?  ¡El sacerdote!  ¿Quién consagra la Eucaristía y nos da el
Cuerpo y la Sangre de Cristo el día de la Primera Comunión y repetidas veces
hasta el día de nuestra muerte?  ¡El
sacerdote!  Para la Confirmación ¿quién
está ahí?  El obispo, que por supuesto
es un sacerdote.  ¿Quién prepara a la
pareja para el matrimonio y oficia la ceremonia?   Una vez más, ¡el sacerdote!   Vemos que en estos momentos claves y
difíciles, cuando un ser querido está muy enfermo, ¿quién está ahí para calmar
nuestros temores, absorber el dolor y administrar el sacramento de la Unción de
los enfermos?  El sacerdote.   Por último, en la Misa funebre y en el entierro,
¿quién está ahí para pedir por nosotros y ayudar en el entierro?  Una vez más, ¡es el sacerdote! 

No sacerdote.  No Misa. En efecto, relacionado con el Santo
Sacrificio de la Misa ¿qué sucedería sin el sacerdote?   Si no hay sacerdote, no hay Misa, y por
sucesión lógica, no habría Consagración, no tendríamos la Santa Comunión, no
Cuerpo ni Sangre de Cristo, ¡no Jesús Sacramentado!  En cierto sentido, seríamos «huérfanos
espirituales».  En verdad, ¡que vital
es el sacerdote para el bienestar espiritual del mundo y la salvación de las
almas!
Siendo esta la realidad, y lo esencial que es
el sacerdote en el plano espiritual, Sacramental y en la salvación de las
almas, ¿qué podemos hacer para fomentar vocaciones al sacerdocio? 

Primero, el promover y fomentar vocaciones no
es solamente deber y responsabilidad de los sacerdotes, monjas, obispos y
religiosos, aunque ellos sí tienen un papel clave.  Es el deber de todo discípulo de Cristo,
promover y concientizar sobre las vocaciones.
Segundo, ¡LA ORACION!  Jesús mismo, nos ordenó que oremos, porque
la cosecha es mucha, pero los obreros son pocos.  Debemos rogar al Señor de la mies que envíe más obreros a su mies. 

Tercero, ¡LOS JUEVES!   En varias parroquias, llevan acabo una
práctica muy noble y digna, y es, los días jueves pedir por las
vocaciones y para promoverlas y fomentarlas. 
El motivo de los días jueves es porque Jesús instituyó la
Eucaristía y el Sacerdocio el Jueves Santo en el cenáculo (en el Cuarto
Superior).  Cuando Jesús pronunció las
palabras solemnes: «Haced esto en memoria de mía», instituyó el sacramento del
Orden Sacerdotal.  El rezo del Santo Rosario
(en particular el quinto misterio luminoso, la Institución de la Eucaristía),
el hacer Horas Santas por las vocaciones y el ofrecer el Santo sacrificio de la
Misa, son formas concretas de pedir por las vocaciones al sacerdocio y
fomentarlas. 
Cuarto, LA FAMILIA.  El beato Papa Juan Pablo II dijo que el
primer seminario es la familia.  La
familia es la «iglesia doméstica» y el fundamento sobre el cual se
establece toda la sociedad.   Cuando la
familia reza unida, recibe la Eucaristía con frecuencia, reza el Santo Rosario
diario y cuando la paz, la alegría y amor fluyen espontáneamente — es tierra fértil para que la semilla de una futura vocación al sacerdocio, florezca y de fruto! 

Quinto, ¡UNA INVITACION!   Cuando san Andrés se encontró con Jesús,
quedó completamente fascinado.  Le fue imposible
quedarse con esta experiencia inolvidable para si solo, sintió el deseo
imperioso de compartir este tesoro con otra persona.  Y esta otra persona fue nada menos que su
hermano, Simón Pedro.   ¡Todos sabemos lo
que pasó!  Jesús le cambió su nombre de
Simón a «Pedro»; le desafió a que dejara su profesión de pescador y
se convirtiera en «pescador de hombres».  Y por supuesto, Jesús nombró a Pedro como la
«roca» sobre la cual edificó su Iglesia, nombrando a Pedro el
primer Papa de la Iglesia Católica.  ¿Qué
hubiese pasado si san Andrés no hubiese compartido este encuentro que tuvo con
Jesús?  ¡Nunca lo sabremos!  Pero lo que sí sabemos es que Pedro conoció a
Jesús por medio de su hermano Andrés. 

En conclusión, si llegará a conocer a joven
que esté considerando una vocación al sacerdocio, o si conoce a un
joven que como imán está atraido a la oración, de forma especial al Santísimo,
y tiene un deseo irresistible de asistir a la Santa Misa y recibir la Santa
Comunión, ¿por qué no animarlo a que considere el sacerdocio?  Aún mejor, déle el número de teléfono de un
sacerdote con quien se pueda poner en contacto, o un director de servicios
vocacionales, o proveerle información sobre seminarios vocacionales llamados
»Ven y conoce».  Muchas vocaciones
nunca se descubren, quizás por cobardía o por el temor de invitar o sugerir al
joven que considere el sacerdocio!

 

Yo, siendo sacerdote, por más de un cuarto de
siglo, puedo decir, que todos los días quedo maravillado sobre la realidad sublime,
que a pesar de lo pecador que soy y mi indignidad, Dios me ha escogido,
para que cambie un poco de pan y vino en su Cuerpo, Sangre, Alma y
Divinidad.  Y después, para que le de a
Dios a los demás, y para que lo recibirán en el fondo de sus corazones!  Es por esta razón, que el santo cura de Ars,
con una efusión de amor al sacerdocio exclamó (san Juan María Vianney): «El sacerdote es como el Hijo de Dios
(Heb 7:3).  Sólo en el cielo podremos
apreciar la grandeza del sacerdocio.  Si
lo entendiéramos plenamente en la tierra, moriríamos, no de susto, sino de
amor.  Después de Dios, el sacerdote lo
es todo.»

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

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