
por adorar a un dios falso.» afirma santo Tomás de Aquino. ¡Cierto! Un ÍDOLO es un dios falso.
dios falso, un becerro de oro. Lleno de ira, Moisés rompe las tablas de la ley, derrumba el becerro de
oro, lo pulveriza y arroja el polvo al agua.
públicamente el objeto de culto.
Imposible contar todos los ídolos, ¡pero señalaremos tres!
aquel becerro adorado por los israelitas, pero sí existen otros becerros, otros idolos que usurpan el lugar que solo le
pertenece al Señor. En nuestro tiempo, ya no son ídolos de fundición, sino a veces
de carne y hueso.
material por encima Dios?
El beato Papa Juan Pablo II nos dice cuál es el debido orden de las cosas:
«Es más importante ser que tener, y del ser es que se logra hacer. El psicólogo-escritor moderno
Erich Fromm lo describe así: «Si eres lo que tienes y pierdes lo que
tienes, ¿entonces quién eres?»
Leemos en el Evangelio, que el hombre rico de la parábola perdió su
alma, no tanto por lo que hizo, sino por lo que dejó de hacer. ¿Por qué?
Sus posesiones le cegaron, de forma que no pudo ver a Jesús presente en la persona de
Lázaro, en la persona del pobre y el olvidado. (LC 16: 19-31) Nuestro nuevo Papa Francisco, quien tomó el
nombre de san Francisco de Asís, demuestra un estilo de vida de sincera
humildad, desprendimiento y pobreza evangélica. ¡Gracias a Dios! Esa fue la enseñanza de Jesús, en una de las
bienaventuranzas, »Bienaventurados los pobres de espiritu, porque de ellos es el Reino de
los Cielos.» (Mt 5:3) Para
contrarrestar el ídolo del materialismo, analicemos honestamente nuestra vida,
¿tenemos «demasiado»? ¿Vivimos con sobreabundancia? ¿Nuestro guardarropas está que estalla? ¿Nuestra nevera está siempre llena, acabamos
por tirar comida? ¡Que desperdicio! Retemonos, ¿cómo puedo dar a los pobres y
necesitados? ¿De qué forma concreta
puedo manifestar mi solidaridad con ellos?
No olvidemos lo que dice Jesús: «En verdad os digo que cuanto
hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo
hicisteis.» (Mt 25,40)
2. CONSUMISMO.
Estrechamente ligado con el ídolo del materialismo está el
«consumismo». Este dicho
moderno resume lo que es el consumismo: «Salir de compras hasta que el
cuerpo aguante». En Estados Unidos,
el conocido Viernes Negro (en inglés Black Friday) es el día que inaugura la
temporada de compras navideñas con significativas rebajas en muchas
tiendas. En las afueras de las tiendas,
esperan cientos de personas, que incluso guardan lugar toda la noche, ¡esperan
para estar entre los primeros en comprar!
Hace unos años sucedió una tragedia en Nueva York. Era el día del famoso Viernes Negro, las
puertas de Wal-Mart abrían para empezar las compras, la gente como una
estampida de búfalos, desenfrenados, furiosos, desesperados y frenéticos y
entran al Wal-Mart para comprar.
Arrollaron y mataron a uno de los empleados de Wal-Mart. Sucedió entonces, que el encargado cerró la
tienda por el duelo de haber perdido a uno de sus empleados. Pero las cosas no se quedaron así. Afuera los consumidores estallaban de rabia
por no poder entrar a comprar. Dicen que
una imagen vale más que mil palabras, ¡qué podríamos decir de esta escena! Vemos claramente en dónde esta el corazón de
muchos. Parece ser más importante el
objeto que la persona. El CONSUMISMO
ocupa el primer lugar para muchos. Como
discípulos de Jesús, Nuestro Señor y Salvador, creemos firmemente que el valor
innato del ser humano supera el valor de todo el universo creado. En verdad, toda la creación es un regalo de
Dios al hombre, para que el hombre alcance la vida eterna.
»bueno». En los últimos veinticinco
años, ha habido una explosión de aparatos electrónicos que han cambiando el
mundo de forma radical. La televisión,
la computadora, el internet, teléfonos Black-berries, I-PAD, I-PHONE, Kindle,
teléfono móvil/smart phone, programas de transmisión simultánea, SKYPE – estos medios de comunicación son de gran
utilidad para dar a conocer el Evangelio y los valores cristianos. Pero no ignoremos los peligros que también
abarcan. La pornografía se ha convertido
en la más fuerte adicción en el país. Un
sinnúmero de personas esclavos de fuertes adiciones, y la situación va de mal
en peor. La comunicación entre esposos,
entre padres e hijos, ha sido grandemente afectada. En gran parte debido al uso desordenado y
excesivo del juegos y aparatos electrónicos.
Una escena que tristemente se ve muy a menudo es la familia sentada
viendo televisión, todos juntos aparentemente.
¿Pero en realidad existe esa cercanía entre ellos? Papá viendo televisión, mamá ocupada mandando
un correo electrónico, Margarita (la hija mayor) con los auriculares puestos,
Guillermo texteando a mil por hora, y la mascota »Campeón» con la patita
pegándole a un aparato electrónico. Esta
escena causa gracia, pero también nos lamentamos porque sabemos que en cierto
sentido, esto es lo que se vive en casa.
modernos, que miles de personas han entronizado como dioses, ¡IDOLATRIA!
Pero hay otro camino que podemos emprender. De forma consciente y deliberada, pongamos a
Dios, a Jesucristo, Nuestro Salvador y Señor, como el centro de nuestra
vida. Esto se debe hacer de forma
concreta y deliberada. Porque tentaciones
son muchas, y vienen en todo momento y a cada rato, por lo tanto, el propósito
de seguir a Cristo lo debemos hacer todos los días.
camino e iluminar nuestras mentes, concluimos con unos versículos del
Evangelio. Solo así podremos ser Cristo
céntricos y contra culturales. Jesús nos
enseña el más grande Mandamiento: «Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es
el único Señor, y amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu
alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti
mismo. No existe otro mandamiento mayor que éstos.» (Mc 12:29-31) Tengamos presente estas palabras de Jesús al
comienzo de cada día, y al final del dáa, hagamos un examen de conciencia de
nuestra fidelidad. Que Nuestra Señora,
Madre del buen consejo, nos alcance la gracia de evitar estos ídolos modernos y
arraigarnos en Jesús, el Hijo de Dios, el Camino, la Verdad y la Vida.