Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | RSS
LOS SIMBOLOS EN EL MATRIMONIO
Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)
Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | RSS
LOS SIMBOLOS EN EL MATRIMONIO
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | RSS
SRA DE GUADALUPE
San Pablo nos manda: »Revístanse de la mente de Cristo.» También nos dice: ‘‘Pero nosotros tenemos la mente de Cristo.» Y por supuesto, la mente de Cristo es la más pura, la más santa, la más inocente, la más humilde, la más sabia, la más inteligente, capacidad de retención infinita y la más noble que jamás ha existido – nadie que esté en su pleno juicio podría negarlo.
Cómo podemos aplicar este imperativo del gran apóstol San Pablo quien dijo, »¡Ya no soy yo quien vive, sino Cristo quien vive en mí!»
La meditación diaria de la Palabra de Dios, en particular los Evangelios que son el corazón de la Biblia, puede transformar nuestra forma de pensar. Cuan cierto es el dicho »somos lo que comemos.» Pero más cierto es: »Somos lo que pensamos».
Queremos proponer otra forma de revestirnos de la mente de Cristo. El medio más eficaz es recibiendo la Sagrada Comunión con la debida disposición, preparación, humildad, fervor y gran fe.
SANTA COMUNIÓN. La Sagrada Comunión es verdaderamente y substancialmente el CUERPO, SANGRE, ALMA Y DIVINIDAD DE JESUCRISTO! Y lo más noble del Cuerpo de Jesús es su Sagrado Corazón y su mente. Cuando recibimos dignamente y con la debida disposición la Sagrada Comunión, recibimos un transplante de corazón espiritual, el Sagrado Corazón late en nuestro corazón.
Asimismo, cuando recibimos la la Santa Comunión, recibimos el cuerpo entero de Cristo y eso incluye su MENTE! Sabiendo esto, en verdad podemos poner en práctica el mandato de San Pablo: »Revistámonos de la mente de Cristo.» ¡Alabado sea Dios!
Con qué frecuencia sucede que los recuerdos del pasado nos atormentan. A veces son malos recuerdos o heridas que se vuelven pesadillas y como lobo nos persiguen. O podrian ser imágenes inmodestas, cosas de la niñez, cosas malas que se vivieron en la familia y que han dejado cicatrices. El diablo no descansa, él manipula nuestros pensamientos para recriminarnos, culparnos y condenarnos. Pero igual la mente nos puede fallar con una laguna mental que como una cubeta agujerada sólo retiene pequeñas gotas de información.
Entonces ¿cómo podemos purificar, iluminar y elevar nuestra memoria, entendimiento e imaginación? La respuesta es Jesús, recibiendo a Jesús en la Santa Comunión con viva fe y ardiente amor.
La Santa Comunión ES el Cristo total — recibimos la MENTE de Cristo!
LA MENTE. La mente es una de las facultades y dones más nobles dada por Dios a cada ser humano. La mente contiene la memoria, el entendimiento y la imaginación.
La Santa Comunión puede transformar nuestra mente y ¡cada una de estas tres facultades! La Santa Comunión no es un símbolo que representa a Cristo, sino ES verdaderamente y substancialmente JESÚS. Veamos la transformación que una Santa Comunión puede hacer en nosotros.
MEMORIA. A veces tenemos lagunas mentales, nuestra mente es débil y tiene capacidad limitada, está intranquila por cosas el pasado. ¡Pero si se puede hacer algo! La próxima vez que reciba a Jesús en la Santa Eucaristía, pida al Señor que purifique su memoria de resentimientos y malas imágenes; ruegue al Señor que derrame luz en su memoria. Pídale a Jesús que esta Santa Comunión transforme su mente para que retenga sólo lo bueno y rechace todo lo malo. Pida que su mente acoja todo lo bueno y lo retenga como una esponja que retiene agua y que todo lo malo se resbale de su memoria como se resbala el agua de una piedra!
ENTENDIMIENTO. Con qué frecuencia sucede que leemos algo, escuchamos una plática o conferencia o una conversación y entendemos poco o nada. En nuestra mente sólo hay oscuridad, inseguridad y confusión. ¿Por qué? Simple y sencillamente por el Pecado Original, nuestra mente y entendimiento están en la oscuridad. Pero en la Sagrada Comunión recibimos el »Cristo total». Por qué no pedirle a Jesús la próxima vez que lo reciba en la Santa Comunión que le dé Su mente y Su entendimiento. Esto producirá en nosotros una agilidad del intelecto y un entendimiento penetrante para entender la verdad. Si hace una buena preparación y recibe la Santa Comunión con frecuencia, empezará a notar más luces, más conocimiento e ideas que antes no había tenido. ¿Por qué? Porque la Santa Comunión verdaderamente nos da la mente de Cristo con Su profundo entendimiento.
IMAGINACIÓN. En la obra clásica Mariana, Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen María, san Luis de Montfort expresa una llamada urgente a Nuestra Señora respecto a nuestra imaginación: »O María, guarda nuestra imaginación que vaga…» Santa Teresa de Ávila le llama »la loca de la casa.» ¿Y por qué? Porque la imaginación en cualquier momento y en cualquier lugar prende vuelo. La imaginación es como un niño malcriado indisciplinado o un animal salvaje. Pero la imaginación es neutral. La podemos usar para grandes males, como lo es recordar imágenes pornográficas. Pero también es verdad lo contrario, san Ignacio nos exhorta a usar nuestra imaginación para meditar la vida de Jesús y Maria y ser parte de la vida de Jesús — y esto es posible si entramos a nuestra imaginación. San Ignacio le llama a esta oración »contemplación.»
Dicho esto, al recibir la Santa Comunión, no sólo recibimos la mente de Cristo, Su entendimiento, sino también recibimos la IMAGINACIÓN de Nuestro Señor y Salvador Cristo Jesús. En verdad, solo Jesús puede ayudarnos a superar esta pecaminosidad de pensamiento, palabra, obra y omisión. Al recibir la Santa Comunión la »loca de la casa» se calma y pensamientos de paz y control se apoderan de la imaginación!
CONCLUSIÓN. La acción más grande que el ser humano puede hacer es recibir a Jesús en la Sagrada Comunión. San Pablo dice: »Revístanse de la mente de Cristo; ustedes tienen la mente de Cristo.» Por qué no empezar hoy, forme el hábito de comulgar con fervor y haciendo primero una buena preparación. La Santa Comunión es verdaderamente el Cristo total — su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Al recibir la Santa Comunión recibimos Su Mente Sagrada, con tres facultades: memoria, entendimiento y voluntad. ¡Hágalo! ¡Guste y vea que bueno es el Señor! Porque nos sólo se revestirá de la mente de Cristo, sino tendrá la mente de Cristo. Como nos señala san Agustín, Nuestra Señora primero concibió a Jesús en su mente y luego en su cuerpo. Que Nuestra Señora, quien meditó la Palabra de Dios, nos alcance un anhelo ardiente de recibir a su Santísimo Hijo para así poseer verdaderamente su Mente Sagrada!
¡Feliz Año Nuevo! Cuando llega el 1o de enero, ¡deseamos a todos feliz año nuevo! ¿Y el primer domingo de Adviento? Este primer domingo inicia el nuevo año litúrgico en Iglesia. ¿Acaso no deberíamos desear a nuestros amigos y familiares felicidad espiritual en este año nuevo?
El enfoque del adviento es JESÚS. ¡Jesús vendrá! Emanuel significa »¡Dios con nosotros!» Son tres la venidas de Jesús. Su primera fue hace 2000 años en Belén, Jesús se encarnó y nació de la Virgen María. La segunda venida de Jesús será al fin de los tiempos cuando venga a juzgar a vivos y muertos. Y tercero, Jesús se hace presente todos los días y en cada momento por medio de la gracia, y en forma especial cada vez que se celebra el Santo Sacrificio de la Misa.
Jesús nació de la Santísima Virgen María y en cada Misa celebrada, nace en las manos del sacerdote en el momento de la consagración. Jesús no se queda en las manos del sacerdote, Jesús nace en los corazones de todos quien lo reciben con gran fe, devoción y amor en la Santa Comunión.
Dado que ya estamos en la temporada de Adviento, presentamos aquí diez pautas para vivir una temporada fructífera. Porque no sabemos si éste será nuestro último Adviento. ¡Estemos preparados!
1. LA ORACION Forme el firme propósito este Adviento de rezar más de lo que acostumbra y con mayor fervor. Jesús vino a prender fuego sobre la tierra; que vuestro corazón arda con fuego mientras rece, ¡como ardió el corazón del los discípulos en la calzada de Emaús!
2. ¡SACRIFICIO! Todos podemos ofrecer a Jesús algo que nos gusta, para demostrarle nuestro amor. Este sacrificio también podría ser muestra de nuestro agradeciendo por lo que Jesús sufrió para abrirnos las puertas del cielo y salvar nuestra alma inmortal. San Ignacio de Loyola nos señala que Jesús nació en Belen para morir en la cruz. ¡El pesebre y la cruz están estrechamente vinculados! Cuando ofrecemos un sacrificio, Jesús no ve la grandeza de la obra sino la pureza de intención. Recuerde la historia de la ofrenda de la viuda en el Evangelio de san Lucas, capítulo 21 versículo del 1-4.
3. CONFESIÓN. Limpiemos nuestro corazón, como limpiaríamos el pesebre, para que Jesús nazca en un corazón limpio y puro. Así podemos dar a Jesús una bienvenida cálida y llena de amor!
4. BIBLIA. La Iglesia altamente recomienda la lectura de la Biblia que es la Palabra de Dios. Porque »desconocer la Sagrada Escritura es desconocer a Cristo» dice san Jerónimo. La Iglesia fuertemente nos exhorta a que en las grandes temporadas, como lo son el Adviento y Cuaresma, a que leamos y meditemos la Palabra de Dios.
5. VERSOS DE LA BIBLIA. Escoja algún pasaje bíblico, un versículo o una escena que le llegue al corazón y vívalo al mayor grado posible en esta temporada. ¡Viva este Adviento como si fuese el último de su vida!
6. ¡LA SANTA MISA Y LA SANTA COMUNIÓN! Lo más grande que podemos hacer para vivir el Adviento es asistir al Santo Sacrificio de la Misa, participando plenamente, activamente, conscientemente y recibiendo la Santa Comunión con un amor ardiente. Una nota interesante lingüística: En ingles la palabra »Navidad» es »Christmas» y se compone de dos palabras »Misa» y »Cristo». ¡En verdad todos los días puede ser Navidad para nosotros!
7. ¡PERDONAR PARA QUE SANEN LAS HERIDAS! Todos tenemos heridas, heridas que no han sanado, heridas que hemos causado y heridas que hemos causado a Dios por nuestros pecados. Si seguimos cargando con estas llagas, si hemos dado cavidad a que los resentimientos, si seguimos alimentando viejos rencores, el Adviento es el tiempo preciso y propicio para perdonar y dejar que Dios sane nuestro corazón. Jesús es el Príncipe de Paz y quiere que la paz vuelva a nuestro corazón. Recordemos las palabras de Jesús: »Sean misericordiosos como es misericordioso vuestro Padre Celestial.»
8. CONFESIÓN — ¡Que toda la familia venga a limpiar su alma! El diablo hace todo para mantenernos lejos del confesionario. ¿Qué nos dice el diablo? »Déjalo para mañana, el sacerdote está muy ocupado, es una pérdida de tiempo, el sacerdote te regañará.» O quizás le llene la cabeza con estos pensamientos: »Mi pecado es tan grande, tengo miedo, me da vergüenza.» Todos estos pensamientos son mentiras y engaños del diablo, ¡no nos dejemos atrapara por estas trampas! Ofrezca su confesión a Jesús como regalo por su nacimiento. El lo recibirá y purificará su corazón. Jesús mismo dijo: ‘‘Dichosos los puros de corazón, porque verán a Dios.» (Mt 5,8)
9. ÁMENSE LOS UNOS A LOS OTROS COMO YO LOS HE AMADO. En esta temporada de Adviento veamos de qué forma podemos traer el amor de Jesús a los pobres, los enfermos, los ancianos, los que tienen hambre y sed, los desamparados y los que están tristes. Lea el Evangelio de san Mateo 25, 31-46. Jesús nos da una esquema, la prueba final el día del juicio: ¿Manifestaste tu amor en dar algo que comer, que beber, que vestir, diste de tu tiempo, diste una cálida bienvenida? Quizás podría ver la película El Cántico de Navidad de Charles Dickens para alentarlo en su propósito. ¿A quién ha puesto Dios en su camino para que usted le puede ayude? No tema acoger a esa persona en sus brazos, colocarlo sobre sus hombros y cargarlo. »¡Él no le pesará, él es su hermano!»
10. LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA Y UNA FELIZ NAVIDAD. Para vivir un Adviento lleno de frutos que culminan con el día de la Navidad – el nacimiento de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo – invite a María para que lo acompañe. Nadie vivió mejor que la Santísima Virgen María. Ella nos enseñará el motivo de nuestra alegría, el motivo de la temporada, el motivo de la Navidad. María Santísima nos enseñará que el Adviento es el tiempo de preparación para el nacimiento de su Hijo, Nuestro Señor y Salvador Cristo Jesús. En la sociedad Americana, atrapada y emparedada por el dinero, el materialismo y el consumismo, fácilmente se puede olvidar el verdadero significado de la Navidad. La Navidad no sólo el comprar regalos. ¡No lo es! El verdadero REGALO que recibimos no es un objeto, sino una PERSONA. Y es la Persona de Nuestro Señor y Salvador Cristo Jesús, quien nació de María Santísima en un establo pobre, húmedo y frío en la ciudad de Belén. Que Nuestra Señora nos alcance la gracia de vivir una temporada de Adviento llena de amor, fe y fervor.
Todo seguidor de Cristo está en constante combate, combatiendo espiritualmente un enfrentamiento armado cada día de su vida. La Sagrada Escritura dice: »Si te has decidido servir al Señor, prepárate para la prueba.»
Los enemigos principales son tres: el diablo, el mundo y la carne. El diablo nos tienta; la carne se revela contra el espíritu; y el mundo nos seduce a pensar que la felicidad se encuentra en este mundo.
Deseamos por medio de este ensayo presentar las formas en que el diablo tienta. Santo Tomás le llama al diablo el tentador; san Agustín le llama un animal furioso encadenado; san Pedro dice que el diablo es como un leon rugiente que busca a quién devorar; y san Ignacio de Loyola le llama el enemigo de la naturaleza humana.
1. CAMUFLAJE. El Papa Pablo VI dijo que el diablo utiliza dos tácticas principales, y las dos son opuestas. La primera es lograr que se le de una importancia exagerada, tanto a su presencia como a su poder – como si fuese más poderoso que Dios. ¡Eso está mal! El diablo posee meramente la condición de creatura y su poder se limita a la voluntad de Dios Omnipotente. Y en el otro extremo, el diablo quiere convencer a la humanidad que él no existe. Esta es la situación que se vive en la sociedad moderna y racionalista. En el mundo intelectual, la corriente es pensar que el diablo es producto de la imaginación, un personaje en una tira cómica vestido de rojo, con cuernos en la cabeza, un pico en la mano. Vemos, que un ejército alcanza mayor victoria cuando encuentra a su adversario desprevenido o cuando el adversario desconoce su presencia y su ataque feroz. Si el diablo igual logra ocultar su presencia o logra convencernos que no existe, ¡entonces puede atacar a su capricho y vencernos!
2. LA DESOLACIÓN, ARMA MORTÍFERA DEL DIABLO. San Ignacio de Loyola, fundador de los Jesuitas, legó a la Iglesia los Ejercicios Espirituales y las Reglas de Discernimiento. Estas reglas enseñan lo que es la desolación y la consolación, lo que se debe hacer y no hacer cuando en desolación y de la estrategia para seguir cuando en consolación. Este es el principio espiritual universal: cuando nos encontramos en desolación, el diablo ataca y lanza su artillería de tentaciones. Por lo tanto, debemos saber y reconocer cuando estamos en desolación para así poder actuar contra ella. Una persona en estado de desolación se siente espiritualmente débil, triste, deprimido, desánimo, desesperanza, tibieza, frialdad y deseo de dejar la lucha. Cuando en desolación estos son los pensamientos: »Nadie me quiere, no valgo nada, no me espera nada bueno el día de mañana.» Todo esto representa un estado de desolación e indudablemente es cuando el diablo tira a matar. Jesús nos advierte que estemos alerta, listos para la batalla: »Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora… vendrá como ladrón de la noche. El espíritu está dispuesto pero la carne es débil.»
3. NUESTRO PUNTO DEBÍL. NUESTRA KRIPTONITA. Todos conocemos el personaje de Superman. Superman con sus fuerzas y resistencia sobrehumana poseía sólo un punto débil, KRIPTONITA. Este elemento ficticio debilitaba a Superman y lo hacia como cualquier otro hombre. Por lo tanto, para mantener su resistencia sobrehumana tenía que evitar contacto con kriptonita. El diablo conoce bien lo que es nuestro punto débil, nuestra kriptonita. ¿Conoces tu punto débil? Resulta de gran utilidad analizar los pecados capitales — las siete tendencias básicas de la naturaleza humana. Analicemos, reconozca y acepte lo que es su punto débil. Podría ser: gula, lujuria, avaricia, pereza, ira, envidia o soberbia. Porque el diablo conoce su punto débil. Usted debe conocerlo mejor y armarse para defenderse contra este pecado y practique la virtud opuesta. San Ignacio le llama »agere contra» — actuar fuertemente contra la tentación, hacer lo opuesto. En verdad la vida es una batalla, pero Dios es más fuerte que nuestra debilidad! »Nuestro auxilio está en el nombre del Señor que creo el cielo y la tierra.!»
4. EL DIABLO DE LA INDECISIÓN Y POSTERGACIÓN. En Cartas del diablo a su sobrino, C.S. Lewis nos presenta la artimaña que el diablo utiliza para ganar más almas para su reino. C.S. Lewis presenta a Satanás en una reunión con los diablos mayores opinando y planteando diversas maniobras. A uno de los diablos se le ocurre una idea y se la presenta a Satanás y los demás demonios. Hagamos que la gente demore, que dilaten, que dejen para mañana todo propósito espiritual. En otras palabras, que se vayan a confesar mañana, que dejen el Rosario para mañana, que lean la Biblia mañana, que dejen su conversión para mañana, que vayan a Misa mañana – que lo dejen todo para mañana con el pretexto de que no hay prisa, la vida es larga y la vida está para disfrutarla. Pero vemos que Jesús nos advierte de lo contrario. Nuestra muerte vendrá como ladrón de la noche, como en el tiempo del dilubio en los tiempos de Noé! Nuestra Madre Santísima debe ser nuestro modelo. Ella al recibir el anuncio del ángel salió de prisa, no demoró y no dilató, más bien por amor salió de prisa para ayudar a su prima Isabel. ¡Cuidado con el diablo de la indecisión y postergación!
5. EL DIABLO DEL PASADO. Otra artimaña del diablo es de tomar de nuestro pasado malas memorias y traerlas al presente. Con frecuencia estos pensamientos pecados del ayer, pecados contra la virtud de la pureza. También podrían ser recuerdos de algún daño que nos han hecho. El diablo arrastra esos pensamientos del pasado al presente, los deja ahí colgando en nuestra conciencia, y como trapos sucios los deja ahí para torturarnos. Si desde su inicio no resistimos, estos pensamientos causan ira, coraje, resentimiento o aún odio contra estas personas que posiblemente no hemos visto en décadas. En inglés hay un dicho que dice »perdona y olvida». Aunque no sea así de fácil, debemos esforzarnos por perdonar y vivir el »Evangelio de Misericordia.» Shakespeare lo expresó así: »Fallar es humano, perdonar divino.» En la más grande oración que Jesús nos dio rezamos: »Perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a quién nos ofende.’‘ Por lo tanto, no permitamos que el diablo nos venza. Venzamos el mal haciendo el bien, la ira con la mansedumbre y el odio con amor. Hermanos, la vida es una batalla. Luchemos esta batalla a lado de Jesús nuestro Rey y María nuestra reina porque así la victoria será nuestra!