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MISA – HOMILIA – ALEGRENSE EN EL SENOR
Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)
Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana
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MISA – HOMILIA – ALEGRENSE EN EL SENOR
Quienes verdaderamente aman a Jesús y María son los santos. Y ahora están el cielo por toda la eternidad alabando a Dios y en compañía de la Reina de todos los santos – la Santísima Virgen María.
Los santos pueden enseñarnos cómo amar a Jesús por medio de un amor, devoción y confianza a María. Nuestra Madre Santísima no nos apartará de Dios, mas bien nos acercará más a Dios. Incluso, las últimas palabras de María escritas en la Biblia son »Hagan todo lo que Él les diga.» (Jn 2,5) ¡No hay mejor consejo! Si tan sólo obedeciéramos tan sabias palabras de María – »Trono de sabiduría».
Por consiguiente, presentaremos cinco aclamaciones Marianas de los santos y presentaremos una breve reflexión. Entreguemos todo a Jesús por medio de María como lo hizo el beato Papa Juan Pablo II »Totus Tuus, Ego Sum…»
1. SANTA FAUSTINA Y NUESTRA SEÑORA DE MISERICORDIA. San Alfonso María Ligorio escribió la gran obra clásica Las Glorias de María. Este gran Doctor de la Iglesia dice que en Dios hay una armoniosa unión de justicia y misericordia. Pero María es sólo MISERICORDIA. Y así rezamos en el Salve Regina, »Dios te salve, Reina y Madre, Madre de misericordia, vida y dulzura, esperanza nuestra…» Igual en el Diario: La Divina Misericordia en mi Alma, santa Faustina alaba la misericordia de Dios y el papel de María como dispensadora de todas las gracias. Leamos y meditemos…
»Para expresar dignamente la misericordia del Señor, nos unimos a Tu madre Inmaculada, porque así nuestro himno te será más agradable ya que Ella ha sido elegida entre los ángeles y los hombres. A través de Ella, como a través del cristal puro, ha llegado a nosotros Tu misericordia, por su mérito el hombre se hizo agradable a Dios, por su mérito todos los torrentes de gracias fluyen sobre nosotros.» (Diario: La Divina Misericordia en mi Alma #1746)
2. SAN JUAN MARÍA VIANNEY – EL SANTO CURA DE ARS. Tras el engañó del diablo a Adán y Eva resultó el pecado original. Hasta el día que demos nuestro último suspiro, el diablo estará asechándonos, merodeando para tentarnos y hacernos caer y esclavizarnos. Pero si recurrimos a María, el diablo prenderá vuelo y la victoria será nuestra. Pongamos atención al consejo del Cura de Ars.
Si invocas a la Santísima Virgen cuando el enemigo te tiente, llegará María a tu auxilio y Satanás se apartará de ti.
3. LA BEATA MADRE TERESA DE CALCUTA. ¿Se ha sentido alguna vez preocupado, cansado, tenso o estresado? ¿Por qué no acude a María invocando su dulcísimo nombre? Veamos lo que es el consejo de una santa de nuestros tiempos — la beata Madre Teresa de Calcuta:
»Si al comienzo del día estás triste — llama a Nuestra Señora — haz esta simple oración: »María Madre de Jesús, sé mi Madre en este momento.» admito, esta oración jamás me ha fallado.»
4. SAN MAXIMILIANO KOLBE. San Maximiliano Kolbe es otro santo moderno. De niño, Nuestra Señora se le apareció y le ofreció a que escogiera entre dos coronas, una roja y la otra blanca. Él escogió ambas; la blanca, significando la pureza y su consagración a la vida religiosa; la roja era profesía de su martirio. Kolbe decía que no intentáramos luchar contra el diablo solos, mas bien que recurramos a María. Esto nos dice Kolbe:
»La lucha contra el infierno no la pueden ganar los hombres, aún los más astutos. Solo la Inmaculada posee la promesa de Dios de la victoria sobre Satanás.»
5. SAN ALFONSO MARÍA LIGORIO. La virtud más grande que el corazón humano puede cultivar es la virtud de la caridad. La caridad es un amor sobrenatural a Dios y al prójimo. Pero ni el amor del ángel del más alto coro ni el amor más ardiente del más grande santo se puede comparar al amor ardiente, inmenso, vivo y constante del Inmaculado y misericordioso Corazón de la Madre de Dios. San Alfonso describió con estas palabras el inefable amor que arde en el corazón de María. Pidamos a Nuestra Madre Santísima una pequeña chispa de este amor para encender el fuego a nuestros corazones tibios.
Los santos, porque así amaban a Dios, se lanzaron a hacer cosas tan heroicas por sus prójimos. Pero ¿quién ha amado a Dios más que María? Ella lo amó desde el primer instante de su existencia más de lo que lo han amado todos los ángeles y santos juntos en el curso de su existencia, como luego veremos considerando las virtudes de María. Reveló la Virgen a sor María del Crucifico que era tal el fuego de amor que ardía en su corazón hacia Dios, que podría abrasar en un instante todo el universo si lo pudieran sentir. Que en su comparación eran como suave brisa los ardores de los serafines. Por tanto, como no hay entre los espíritus bienaventurados quien ame a Dios más que María, así no puede haber, después de Dios, quien nos ame más que esta amorosísima Madre. Y si se pudiera unir el amor que todas las madres tienen a sus hijos, todos los esposos a sus esposas y todos los ángeles y santos a sus devotos, no alcanzaría el amor que María tiene a una sola alma. El amor que todas las madres tienen por sus hijos es pura sombra en comparación con el amor que María tiene por cada uno de nosotros. Más nos ama ella sola –añade- que lo que nos aman todos los ángeles.»
María es Reina de los ángeles, Reina de los mártires, Reina de las vírgenes, Reina de los confesores, Reina hermosura del Carmelo y Reina de todos los santos. Una de las aclamaciones que más amaba san Luis de Montfort era — María, Reina de nuestros corazones.
Aunque vivamos rodeados de numerosas tentaciones, pruebas, peligros, temores e inseguridades, podemos encontrar un refugio seguro, un oasis y un albergue en dos Corazones — ¡el Inmaculado Corazón de la Santísima Virgen María y el Sacratísimo Corazón de Nuestro Señor y Salvador Cristo Jesús!
Debido a la creciente sed de espiritualidad y anhelo de santidad que he visto, sentí el llamado de crear un programa de diez semanas según los Ejercicios Espirituales de san Ignacio de Loyola.
MÉTODO. El método se puede comparar a un trípode porque se incorporan tres herramientas básicas. Primero, cada semana presento un tema o una plática Ignaciana. Dos, un compartimiento en group sobre las meditaciones de esa semana bajo la dirección de un facilitador capacitado. Tres, la HORA SANTA DIARIA. El corazón y alma de este programa es el compromiso de hacer una HORA SANTA DIARIA.
En estas diez semanas se presentan diez temas Ignacianos sobre los cuales se medita cada día de las diez semanas. Presentaremos a continuación un breve esquema de estos diez temas principales Ignacianos.
1. SEMANA 1: PRINCIPIO Y FUNDAMENTO. La primera semana consiste de una presentación de tres ideas principales: 1) PERFÍL BIOGRÁFICO – Se presenta la semblanza de san Ignacio de Loyola; 2) MÉTODO DE ORACIÓN – Se explica el método de oración Ignaciano y las tres potencias del alma; 3) PRINCIPIO Y FUNDAMENTO – Se explica Principio y Fundamento. Después de la exposición de los temas, los facilitadores reparten a los ejercitantes una carpeta de anillas con una hoja que delinea el tema de meditación para esa semana.
2. SEMANA 2: EL PECADO — La segunda semana se da el triple pecado. Se da también un pequeño catequesis sobre el pecado basado en el documento escrito por Juan Pablo II, Reconciliación and Penitencia. Este documento enumera los cinco efectos del pecado: teologal, social, personal, eclesial y cósmico. Después de esta exposición, los ejercitantes forman pequeños grupos de 10 personas y con la ayuda de un facilitador, comparten por unos cuantos minutos uno de los frutos de su meditación. Con esto concluye la presentación y cada uno regresa a sus propios quehaceres y se lleva con sigo las meditaciones para la segunda semana.
3. SEMANA 3: LAS COSAS ÚLTIMAS Y EL EFECTO DEL PECADO — Esta semana, regresamos al tema del pecado y se habla sobre las cosas últimas que son: la muerte, juicio, cielo e infierno. Después de la exposición de este tema, se les da a los ejercitantes el material para meditar sobre las consecuencias del pecado lo cual lo hacen por medio de la meditación del pecado del rey David. Se les da también material para meditar sobre la muerte, juicio, cielo e infierno.
4. SEMANA 4: LOS SIETE PECADOS CAPITALES — Esta semana se les reta a que entren en su propio corazón y que vean las tendencias desordenadas, que por cierto todos las poseemos a consecuencia del Pecado Original — estas tendencias son los siete pecados capitales. Se les da a los ejercitantes un pequeño manual sobre los siete pecados capitales publicado por la editorial Tan. Se les pide que cada día de esa semana entrante mediten sobre uno de los pecados capitales y se les anima a que practiquen la virtud opuesta del pecado capital que están meditando. También en la presentación, se les habla sobre la lujuria y se hace hincapié sobre la importancia de la pureza. Esto so hace dado que este pecado capital tiene tanta fuerza en nuestra sociedad. Se les da también como lectura adicional el encíclica del Papa Pablo VI, Humanae Vitae.
5. SEMANA 5: EXAMEN DE CONCIENCIA, EL PECADO Y LA MISERICORDIA DE DIOS — La quinta semana de los ejercicios es la cúspide del programa. Es la cumbre por la intensa preparación por parte de los ejercitantes para hacer una confesión general, una confesión de los pecados de toda la vida. Dado que ha habido deficiencia de formación catequética, en particular en lo que concierne al pecado y la Confesión, hacemos todo para ayudarles a que hagan la mejor confesión de su vida mediante una confesión general. Al concluir la semana, traemos al mayor número de sacerdotes posible para las confesiones generales. Esto es quizás lo más difícil del programa — conseguir suficientes sacerdotes para que escuchen las confesiones. Son más de 200 los ejercitantes que hacen los ejercicios e imagínense el número de sacerdotes que se necesitan para esta tarea monumental. Se fijan horas para que los ejercitantes se confiesen con un sacerdote. No podemos expresar el gozo, la paz y la lluvia de gracias que se vive en esta etapa de los ejercicios.
6. SEMANA 6: EL LLAMAMIENTO DEL REY Y LOS 5 MISTERIOS GOZOSOS — Avanzando en el esquema Ignaciano, en la sexta semana se presenta el »llamamiento del Rey» y se pide la gracia de escuchar y obedecer la voz de Rey. Asimismo, se les presenta a los ejercitantes los cinco misterios gozosos como punto de meditación para la semana entrante. Cabe mencionar que desde el inicio de estos ejercicios y en el transcurso de las diez semanas, se pide la presencia silenciosa y poderosa de María, la Madre de Dios. En si, insistimos en que pidan a María que rece por ellos y con ellos. Porque el camino más seguro, más fácil y más directo a Jesús es mediante el Inmaculado Corazón de María (San Luis de Montfort).
7. SEMANA 7: LOS CLÁSICOS IGNACIANOS — La séptima semana es la más densa por los temas que se presentan, denominados »los clásicos Ignacianos». Se dan los siguientes ejercicios y meditaciones: Las dos banderas, los tres binarios de hombres (tres clases de hombres), los tres grados de humildad, reforma de vida. Asimismo, se les presenta el proceso para hacer una elección en cuanto a su estado de vida — pero sólo una breve esquema. Animamos a los ejercitantes que hagan bien todas estas meditaciones, porque si se hacen bien, tendrán valor infinito todos los días de su vida para luchar la buena pelea, y correr la carrera para así un día ser merecedores de la corona de la vida eterna.
8. SEMANA 8: LA PERSONA CRISTO Y SU VIDA – LOS MISTERIOS LUMINOSOS. La octava semana llegamos al corazón de la vida pública de Jesús. Dirigimos a los ejercitantes a pedir la gracia de: conocer más íntimamente a Jesús, para amarlo más ardientemente y seguirlo con más fidelidad.» Esta semana se enfoca en conocer a Jesús más íntimamente y personalmente, para enamorarnos de Cristo porque de esta forma dejaremos todo para seguirlo. Nuestro anhelo es lo que expresa San Pablo: »Ya no soy yo quién vive sino Cristo quien vive en mi.»
9. SEMANA 9: LA PASIÓN DE CRISTO. La penúltima semana de los ejercicios invitamos a los ejercitantes a sondear el amor el Sagrado Corazón de Jesús — a contemplar la pasión de Nuestro Señor y Salvado Cristo Jesús. Como fuente suplementaria a la meditación, animamos a los ejercitantes a que vean la película de Mel Gibson, La Pasión de Cristo, y esto lo hacemos para que sondear el gran amor de Jesús por nosotros al contemplar las escenas gráficas de la pasión. Al ver la Pasión de Cristo, hacemos hincapié en la meditación Ignaciana estando conscientes de que Jesús sufrió su pasión dolorosa no sólo por toda la humanidad, sino de forma particular por ti como si fueses la única persona en el mundo. Y Jesús lo sufriría sólo por ti incontables veces si fuese necesario. ¡Cuán precioso/a eres a los ojos de Dios!
10. SEMANA 10: LA RESURRECCIÓN DE JESÚS DE ENTRE LOS MUERTOS — Jesús ha resucitado ¡Aleluya! Esta semana, después de el esquema Ignaciano, presentamos a nuestros ejercitantes la Resurrección de Nuestro Señor y Salvador Cristo Jesús. Les dirigimos a que pidan y rueguen a Dios que les conceda la gracia que ya pedimos en la cuarta semana de los ejercicios – intensísimo gozo. Recordamos las palabras del apóstol san Pablo: »Alégrense en el Señor, lo repito, alégrense en el Señor!» (Flp 4:4) Animamos a los ejercitantes a que contemplen la gloriosa victoria de la resurrección de Nuestro Señor en sobre el diablo, el pecado y la muerte. ¡La gracia de la victoria moral y espiritual es para todos!
11. SEMANA 11: CONTEMPLACIÓN PARA ALCANZAR AMOR — Dependiendo del año litúrgico y las actividades parroquiales, a veces ofrecemos una onceava semana de los ejercicios. El enfoque de esta semana es alentar y animar a todos a que perseveren en sus mediaciones diarias. Se les hace la invitación a que participen en clases de formación que tenemos para perseverar en esta carrera. Ofrecemos pláticas cada viernes que tienen por nombre »Perseverancia» que en si son una formación espiritual continua. Ofrecemos retiros de cuatro o ocho días. Les animamos a que lean libros de espiritualidad Ignaciana, especialmente los libros y pláticas del P. Tim Gallegher o el libro sobre el fundador de los Oblatos de la Virgen María.
¡Una última nota importante! En el transcurso de estos ejercicios, también damos de forma sencilla las 14 Reglas de Discernimiento que los ejercitantes pueden aplicar a su vida.
LOS FRUTOS ESPIRITUALES DE EJERCICIOS ESPIRITUALES (Programa de 10 semanas)
1. Una vida de oración más profunda.
2. El arte de la meditación y contemplación.
3. El arte de discernimiento espiritual.
4. Una excelente confesión general (muchas veces la mejor de sus vidas)
5. El hábito de la oración. Ya no una vida de oración esporádica sino consistente.
6. Gran aprecio por los sacramentos de la Confesión y la Santa Eucaristía.
7. Amor por Jesús y María.
8. Ordenar el desorden de la vida cotidiana.
9. Esperanza en el futuro. Aunque el mal nos rodea, ¡Dios es victorioso!
10. Celo apostólico. ¡El deseo de compartir con otros la Buena Nueva!