Padre Edward Broom, OMV (P.Escobita)

Espiritualidad Católica Ignaciana y Mariana

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Mar 05 2014

LA IGLESIA ES FAMILIA

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El padre Ed Broom, OMV (Oblato de la Virgen María), cariñosamente conocido como el Padre Escobita, fue ordenado sacerdote por san Juan Pablo II en 1986. Es asistente del párroco en la Iglesia de San Pedro Chanel en Hawaiian Gardens (California). Allí imparte retiros, da los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. El Padre Broom presenta con regularidad diversos temas en EL SEMBRADOR TV y Radio e organiza e imparte un curso de preparación a los fieles en diversas parroquias de la archidiócesis de Los Ángeles para la Consagración total a Jesús mediante María. Para leer artículos o escuchar audios en inglés o en español, por favor vaya a www.fatherbroom.com

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Mar 05 2014

INDICACIONES PARA LA CUARESMA

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Mar 05 2014

50TH ANIV – MATRIMONIO FELIZ

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Mar 05 2014

¡DESPIERTA, EL SEÑOR LLAMA A TU PUERTA!

Dios que nos da todas las cosas en abundancia, provee siempre y en todo momento.  Su bondad se manifiesta en todo su esplendor en la Iglesia, su Cuerpo Místico, en el año litúrgico.  

Hay dos tiempos fuertes:  el Adviento y la Cuaresma.  El Adviento culmina en la Navidad y la Cuaresma termina y culmina en el misterio Pascual, la muerte y resurreccion de Nuestro Senor Jesucristo.  Para celebrar la gloria y triunfo de la Pascual debemos vivir la Cuaresma con un corazón y espíritu generoso.  Porque esta temporada es un tiempo de abundantes gracias, es un don de Dios.

Comprometamonos en este momento que viviremos la Cuaresma con generosidad de corazón, mente, alma, cuerpo y afectos.  ¡Vivamos estos cuarenta días de gracias y bendiciones como si fuera la última Cuaresma de nuestra vida!  Porque el tiempo vuela y la vida es corta!

Presentaremos diez prácticas para vivir una Cuaresma santa y fructífera.  »Si escuchas hoy la voz de Dios, no endurezcas tu corazón…»

¡DIEZ PRÁCTICAS CUARESMALES PARA LLEGAR A LA GLORIA DE LA RESURRECCIÓN!

1.  ORACIÓN.  En vez de imitar a Marta del Evangelio, quien se ocupaba de mucho, por qué no imitar a María de Betania.  ¿Qué hacía María mientras Marta iba agitada de un lado a otro?  María se sentó a los pies de Jesús, le miraba fijamente, escuchaba atentamente sus palabras y conversaba amorosamente con Él. Hagamos éste propósito – imitemos a María de Betania – ¡recemos un poco más y un poco mejor porque la oración es muy agradable al Corazón de Jesús!

2.  RECONCILIACIÓN Y PAZ.  Si hay alguna persona en su vida con quien hay resentimientos u odio, éste es el momento para reconciliarse.  ¡Derrumbe hoy la barrera y construya un puente!  Cuando celebró una boda, en mi homilía les digo a los novios que las tres frases más importantes que deben aprender son:  »Te amo», »Perdóname.» y »Te perdono.»  Esta Cuaresma dejemos todo lo viejo atras y renovemos nuestras relaciones sociales.

3.  ¡PENITENCIA!  Jesús dijo inequívocamente: »Si no se arrepienten, perecerán.»  Renuncie y ofrezca algo por amor a Dios y la salvación de las almas.  Si decimos »no» a nosotros mismos, diremos »sí» a Dios, ¡y Él se apoderará de nuestro corazón!  Pida al Espíritu Santo que le inspire a renunciar eso que será muy agradable a Dios.

4.  LA BIBLIA:  LA PALABRA DE DIOS.  En las temporadas sagradas de Adviento y Cuaresma, la Iglesia nos exhorta a que tengamos hambre y sed por la Palabra de Dios.  Leemos en las Sagradas Escrituras que después de la primera tentación de Satanás, Jesús responde: »El hombre no vive sólo de pan, sino de cada palabra que sale de la boca de Dios.»  ¡Que nuestra motivación diariamente sea la Palabra de Dios!  Emplee el método de oración Lectio Divina.  Este es el método que el papa Benedicto XVI sugiere:  lea, medite, contemple, ore y obre – ponga en práctica el conocimiento que le ha dejado la Palabra de Dios en su contemplación.  Esto le llevará a una transformación de vida; como dice San Pablo: »Ya no soy yo quién vive sino Cristo quien vive en mi.»

5.  LIMOSNA.  La Cuaresma es tiempo propicio para dar, en especial a los pobres y necesitados, a los enfermos y marginados y a aquellos que la sociedad rechaza.  Recordemos los muchos gestos de amor del papa Francisco a los pobres en particular el beso de amor a quien el mundo ve como repugnante.  «En verdad os digo que cuánto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis.» (Mt 25,40)

6.  TIEMPO, TALENTOS Y TESOROS.  La beata Madre Teresa dice:  »Hay que dar hasta que duela.»  Ahora examinemos nuestra vida en cuanto a nuestro tiempo, talentos y tesoros y veamos de qué forma podemos compartirlos con los demás.  TIEMPO:  Dé de su tiempo a otros.  Empiece por casa, porque la caridad empieza en casa.  TALENTOS:  Todos tenemos talentos, venzamos nuestra flojera y trabajemos con esmero para cultivar los talentos que Dios nos ha dado.  Es mejor »gastarse que oxidarse.»  TESOROS:  Si usted tiene comida en exceso, ropa, dinero, cosas materiales, ¡despréndase de ellas!  Porque es a Jesús en sufriente disfraz de los pobres a quien se lo está dando. 

7.  GOZO.  ¡Esté gozoso!  El gozo viene cuando ordenamos nuestra vidas de la siguiente forma: primero Jesús, segundo mi prójimo y tercero yo.  Sólo así experimentaremos el gozo que viene del Espíritu Santo y podremos compartirlo con nuestro prójimo. 

8.  MISA DIARIA Y LA SANTA COMUNIÓN.  La mejor forma de vivir la Cuaresma es acercándonos a Jesús.  En la Santa Misa y en la Santa Comunión no sólo nos acercamos a Jesús sino que recibimos su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.  Jesús hace su morada en el santuario de nuestra alma.  También cuando vayamos a Misa y comulguemos, debemos tener nuestras propias intenciones, ofrezcamos nuestra comunión en reparación por nuestros pecados y para prevenir futuros pecados y por los pecados de su familia.  Alguna vez se ha preguntado usted: ¿Por qué sufrió Jesús su dolorosa pasión?  San Ignacio nos da dos razones: 1) Para enseñarnos la maldad y la realidad del pecado; 2) Para mostrarnos la profundidad de su amor por la humanidad y por cada uno de nosotros.  Ofrezcamos la Misa y nuestra comunión en reparación por el pecado del aborto – el derramamiento de la sangre de inocentes y más los vulnerables.  Ofrezcámosla en reparación por la práctica de la homosexualidad y sus efectos devastadores en la familia que es la célula básica de la sociedad.

9.  LUCHEMOS CONTRA EL MAL.  Todos tenemos una debilidad, nuestra kriptonita, momentos de flaqueza, ocasiones cuando fácilmente caemos.  Tenemos un diablo que nos ataca, y va tras nosotros en nuestra debilidad.  Conozcamonos y estemos conscientes de cuándo es que el diablo nos ataca.  Repasemos los pecados capitales y analicemos cuándo es que le damos entrada al diablo.  ¿La gula?  ¿La lujuria?  ¿La avaricia?  ¿La pereza?  ¿La ira?  ¿La envidia?  ¿La soberbia?  Somos soldados en el ejército de Cristo Rey.  Es tiempo de luchar valientemente contra el diablo con el poder de Cristo Rey.  Nosotros somos débiles pero Dios es fuerte.  ¡Para Dios no hay imposibles!

10.  MARÍA Y LA CUARESMA.  Empéñese por vivir una Cuaresma Mariana.  Rece los misterios dolorosos o el Rosario de los 7 dolores de la Santísima Virgen María.  Vea la película de Mel Gibson, »La pasión de Cristo» y medite el papel tan importante de María.  Haga el Via crucis y acompañe a nuestra Madre.  Viva esta cuaresma con los ojos de María y su doloroso e inmaculado corazón.

CONCLUSIÓN.  Hermanos en Cristo, si vivimos estos propósitos con un espíritu generoso, será sin duda la temporada de cuaresma más santa que hemos vivido.  Vivamos en plenitud el Misterio Pascual – suframos y moramos con Jesús para así resucitar con Él en la gloria de la resurrección!

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Written by Fr. Ed Broom, OMV · Categorized: ARTICULOS

Mar 03 2014

ACCIÓN DE GRACIAS DESPUÉS DE LA SANTA MISA.


El centro y el corazón de la vida de san Felipe Neri, como el la vida de todos los santos, fue JESÚS presente en el Santo Sacrificio de la Misa.  San Felipe, conocido por su gozo, su amor por los jóvenes y su fervor en la oración, encontraba su fortaleza en la Santa Misa.

En una ocasion, despues de Misa, notó algo que le inquietó mucho. Notó que cierto hombre salía corriendo antes de la bendición final. Un día volvió a ver que este hombre salía volando de la iglesia antes de la bendición final.  ¡Divisó un plan!

Al día siguiente cuando estaba por acabar la Misa, el hombre salió corriendo.  Pero san Felipe Neri estaba preparado.  El y dos monaguillos lo siguieron.  Los monaguillo caminaban con una vela a cada lado del señor y así caminaban en procesión por las calles de Roma. 

Al darse vuela, el señor vio al P. Felipe y su noble procesión, a lo cual les preguntó el motivo.  San Felipe entonces le replicó que era una procesión Eucarística por las calles de Roma ¡ya que este señor llevaba en su corazón al Santísimo Sacramento! 

Apenado, el hombre se dio cuenta el significado de esa procesión Eucarística.  Desde ese día en adelante, dejó de salir de Misa sin primero hacer su acción de gracias por el Don de dones que había recibido en su corazón – el Santísimo Sacramento del altar, el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Cristo Jesús, el Hijo de Dios vivo.

Tristemente, esta pequeña anécdota de la vida de san Felipe Neri es demasiado común entre los católicos que acuden a la Santa Misa – la más grande oración del universo.

Cuántos hoy en día salen volando de Misa, como si los siguiera un toro, o como si se estuviesen quemando los frijoles.  El documento sobre la Liturgia del Concilio Vaticano II, Sacrosanctum Concilium, dice que los fieles deben participar plenamente, activamente y conscientemente en el Santo Sacrificio de la Misa. 

UNA SIMPLE ANALOGÍA – La Eucaristía es Sacrificio y Banquete Sagrado.  Si se le invitase a usted a una cena familiar en donde la comida era el punto central de la visita, ¿devoraría usted la comida y saldría corriendo sin primero dar gracias a quien le extendió la invitación o a quien preparó tan exquisito majar?  ¡Claro que no!  ¡Sería el colmo de ingratitud y mala educación!

Por educación y buenas costumbres, haría todo lo contrario.  Primero, usted llegaría temprano para platicar un poco con quien lo invitó.  De forma atenta y educada, daría gracias a Dios por las bendiciones, la comida y la buena compañía.  Al acabar la cena, se quedaría de sobremesa para disfrutar una taza de café y un postre y seguir disfrutando de la compañía de sus amigos y familiares.  Todo esto refleja buenas costumbres de hospitalidad.

Apliquemos ahora estas normas al Santo Sacrificio de la Misa y a la Santa Eucaristía.  Jesús mismo es el que nos ha invitado a este banquete: »Vengan a mí todos los que están agobiados que Yo les daré descanso…»  Jesús nos prepara el alimento más suculento y exquisito que jamás podamos imaginar.  Y nos lo ofrece en dos partes:  primero, en el pan de Su Palabra – la Liturgia de la Palabra, las lecturas bíblicas de ese día.  Entonces Jesús nos ofrece el alimento principal – la Santa Eucaristía, que es Su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.

Después de haber sido alimentados por el pan de Su Palabra y el »Pan de Vida», y Jesús está en lo más profundo de nuestro corazón, nos corresponde dar abundantes gracias a Dios por los dones más sublimes que acabamos de recibir.  Recuerde que la palabra Eucaristía significa »acción de gracias» en griego.

LA SANTA MISA: CONTRICIÓN, ADORACIÓN, SÚPLICA y ACCIÓN DE GRACIAS.

Con el propósito de dar gracias a Jesús por albergarse en nuestro corazón por medio de la Santa Comunión, use uno, dos o todos estos movimientos del corazón para dar gracias a Dios – adórelo, agradézcale, suplíquele y pídale perdón.

1.  CONTRICIÓN.  Ofrezca a Jesús un corazón contrito por todos los pecados de su pasado.  En el momento que la Preciosa Sangre de Jesús corre por sus venas y el Sagrado Corazón late en su corazón, pida a Jesús la fuerza para luchar como soldado noble y valiente contra el pecado.  Porque recuerde, desde el día de su confirmación usted es un soldado de Cristo.

2.  ADORACIÓN.  Alabe a Dios por Su grandeza, Su majestad, Su belleza inefable, Su bondad y amor infinito.  Incluso podría tomar uno de los salmos para alabar a Dios, por ejemplo el salmo 148, 149 y 150.

3. SÚPLICA.  Dice san Agustín: »Somos mendigos ante Dios.» Dios se alegra cuando sus hijos e hijas con humildad le imploran por el pan de cada día.  Y es Jesús quien nos invita a suplicar cuando dice: »Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá la puerta.  Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y se abrirá la puerta al que llama.» (Mt 7, 7-8) Abrámosle el corazón de par en par al Maestro benéfico y pidámosle todo lo que nuestro corazón añora (menos el pecado) y confiemos en la bondad de Dios.  ¡Pero pidamos esos dones y gracias que sean para nuestra santificación y salvación y para la santificación y salvación del mundo!  San Ignacio nos dice en Principio y Fundamento que fuimos creados para alabar a Dios y ¡salvar nuestra alma inmortal!

4.  ACCIÓN DE GRACIAS.  »Dad gracias al Señor porque Él es bueno; porque es eterna Su misericordia.»  Dios en su naturaleza es bondadoso y dador de todo lo bueno.  El hombre más fácilmente se agota de recibir los dones de Dios, que Dios en dárnoslo.  Que su corazón se desborde con gratitud por los innumerables dones que Dios le ha dado, le está dando y que derramará sobre usted hasta el último momento de su vida.  De gracias a Dios especialmente por la Eucaristía, por su fe en la Eucaristía y por haber recibido tan sublime don.  Con una actitud de gratitud, ¡proponga cada día prepararse mejor para recibirlo en la Santa Eucaristía y proponga dar dignas gracias!

CONCLUSIÓN:  Jesús en cada Misa anhela ardientemente derramar sobre nosotros una lluvia de bendiciones.  Pero esto depende grandemente en que cultivemos una actitud adecuada en cuanto concierne a nuestro comportamiento en la iglesia.  Tengamos entonces un corazón agradecido al recibir la Santa Comunión y al concluir la celebración de la Santa Misa.  Que Nuestra Señora nos alcance con su poderosa intercesión, la gracia de alabar y dar gracias a Jesús Eucaristía:  »Proclama mi alma la grandeza del Señor, y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador…» (Lc 1, 47)

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