LECTURAS DEL DIA | 26 DE ABRIL 2022
MARTES de la Segunda semana de pascua.
«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)
MARTES, 26 de abril Jn. 3, 9b-15 Verso de aleluya: «Es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo el que crea en él tenga vida eterna».
Hoy meditaremos de nuevo sobre el hecho de que Jesús cargue con la cruz y sobre el hecho de que nosotros carguemos con la cruz. Todos tenemos cruces en nuestras vidas; lo que nos hace diferentes es lo que hacemos con nuestras cruces.
¡¡¡EL VERDADERO AMOR ES SACRIFICAR Y SUFRIR POR LA PERSONA AMADA!!! Por el P. Ed Broom, OMV
Jesús nos amó tanto que se sacrificó voluntariamente muriendo en la cruz por nosotros. No sólo Jesús sufrió y derramó hasta la última gota de su Preciosísima Sangre por la salvación de toda la humanidad, sino que sufrió todos esos dolores insoportables por ti y por mí.
Los santos señalan que si tú fueras la única persona que vive en el mundo, Jesús habría sufrido todos los dolores más espantosos y horribles de su Pasión Dolorosa sólo por ti. Como nos recuerda San Pablo en su Carta a los Gálatas «Jesús sufrió y se entregó por mí». (Gal 2,20)
En el Diario «La Divina Misericordia en mi alma», la Secretaria de la Divina Misericordia, Santa Faustina, afirma que podemos comprender verdaderamente el significado del amor por la disposición a sufrir por la persona amada. Jesús nos ama tanto que estaría dispuesto a sufrir su Pasión no una, sino muchas veces, por todos y cada uno de nosotros. Él fue el Cordero inocente que sufrió por los pecadores culpables. Qué grande es el amor de Jesús por ti y por mí.
A nivel humano y natural, todos sabemos el sufrimiento que experimentamos cuando manifestamos un gran amor por alguien y esa persona se muestra fría e indiferente con nosotros, posiblemente hasta nos ignora. ¡¡¡Se nos rompe el corazón!!!
Lo mismo ocurre con nuestra relación con el mayor de los amantes: el Señor Jesucristo. Él nos ama con un fuego ardiente en Su Sagrado Corazón. Jesús dijo: «He venido a echar fuego en la tierra, y no estaré tranquilo hasta que ese fuego se encienda». (Lc 12,49) La conflagración de fuego en el Corazón de Jesús por ti y por mí apenas puede contenerse, pero ¿cómo respondemos a este horno de amor?
Jesús se quejó a Santa Margarita María Alaqoque mientras mostraba su Sagrado Corazón rodeado de espinas con el fuego estallando: «Contemplad este Corazón que ha amado tanto y sólo ha recibido a cambio frialdad, ingratitud e indiferencia. Consolad mi Corazón».
Una de las formas de consolar al Sagrado Corazón de Jesús, un Corazón desbordante
de amor y misericordia, es amar lo que Él ama, ofreciendo sacrificios, aunque sean pequeños, por la conversión y la salvación de los pobres pecadores. Jesús no se fija tanto en la grandeza de la acción, sino en la intensidad del amor en la acción. Recuerda la historia bíblica del ofrecimiento de la viuda!!
De hecho, las almas inmortales pueden salvarse del fuego del infierno y alcanzar la salvación eterna si, como los niños de Fátima, podemos formar el hábito de ofrecer pequeños sacrificios a los Corazones de Jesús y María con pureza de intención y gran amor. El Papa San Juan Pablo II llamó a Jacinta «un alma pequeña víctima» porque hizo precisamente eso.
Por eso, queremos ofrecerte una lista de pequeños sacrificios que puedes realizar y compartir con tu familia. Cada pequeño sacrificio es una manifestación concreta de tu amor a Jesús y de lo que Jesús más ama: ¡¡¡la conversión y salvación de los pobres pecadores por toda la eternidad!!!
SACRIFICIOS OFRECIDOS CON AMOR A JESÚS PARA LA SALVACIÓN DE LAS ALMAS
1. MINUTO HEROICO (MOMENTO). Promovido por San Josemaría Escrivá Balaguer, Fundador del Opus Dei, en cuanto oigas el despertador, ponte en pie y haz tu Ofrenda Matutina del día. El Cura de Ars afirmaba que quien empieza bien el día, tiene más posibilidades de vivirlo bien, ¡y de terminarlo bien!
2. FRENAR LA LENGUA. Todos deberíamos leer el capítulo 3 de Santiago, el mejor capítulo sobre los pecados de la lengua. Un gran sacrificio que podemos hacer, especialmente cuando nos encontramos frustrados y enfadados, es seguir el consejo de Santiago: «Debemos ser rápidos para escuchar, lentos para hablar y lentos para enfadarnos». (Sant. 1:10)
3. PALABRAS AMABLES Y ALENTADORAS. No dejes pasar ni un solo día en el que no des las gracias a Dios, así como tampoco las des a los demás. Decir por favor y gracias son condimentos que dan un condimento especial a la vida doméstica. (Leer el libro titulado KINDNESS del padre Lovasik)
4. SONRÍE INCLUSO CUANDO NO TE APETEZCA Un dolor de cabeza persistente, un resfriado persistente, un dolor de estómago, todos los experimentamos a veces. A menudo, los anunciamos y los hacemos públicos. Qué difícil, pero qué agradable sería para Dios, que cuando no nos sintamos bien físicamente, sonriamos a nuestro marido o esposa o a otro miembro de la familia. La tristeza y el ceño fruncido son contagiosos; pero la sonrisa y la alegría también lo son. ¡Una sonrisa sincera y radiante es uno de los signos más claros de ser un seguidor de Cristo!
5. ¡DESTERRAR INMEDIATAMENTE LOS MALOS PENSAMIENTOS! Pensamientos indecentes y malos, ¡todos los tenemos! Sin embargo, la cuestión es qué hacemos con ellos. Una vez un sacerdote le preguntó a un hombre si tenía malos pensamientos. El hombre respondió: «No, padre, ¡me entretenían a mí!». ¡Tan pronto como nos damos cuenta de cualquier pensamiento malo, impuro, indecente o pecaminoso, debemos rechazar inmediatamente, de forma varonil y contundente, ese pensamiento en nuestra voluntad e invocar la gracia de Dios y la ayuda de María Purísima!
6. ¿SE HAN CORTADO EN LA AUTOPISTA? ¡REZA Y NO MALDIGAS! Todos nosotros hemos experimentado a lo largo de los años de conducción en la autopista o en las calles residenciales, que la gente se cruza delante de nosotros y nos corta el paso. Y si somos sinceros, ¡¡¡a veces hacemos lo mismo!!! ¡Nuestra reacción inmediata es maldecirlos o insultarlos! Sin embargo, el Señor Jesús prefiere que oremos por ellos. ¡Jesús dice que tenemos que amar a nuestros enemigos y orar por los que nos persiguen! La próxima vez que un conductor te corte el paso, reza un Ave María por él para que tenga un buen viaje ahora y llegue sano y salvo al Cielo después. Qué difícil es eso: la carne retrocede, pero ¡qué agradable es para Dios cuando vencemos nuestra resistencia!
7. ¡REZAR SOBRE TODO CUANDO NO SE TIENE GANAS! Por desgracia, muchas personas siguen más sus sentimientos que la fe y la razón. Los santos rezaban a menudo, incluso cuando no tenían ganas de rezar. Jesús experimentó una profunda desolación y tristeza en el Huerto de los Olivos, pero rezó con más fervor. ¡Que Jesús sea nuestro sublime ejemplo, especialmente en la oración!
8. LEER UN CAPÍTULO DE LA BIBLIA CADA DÍA, O CADA NOCHE ANTES DE ACOSTARSE. La disciplina mental/espiritual de la lectura, especialmente de los mejores libros, puede ser un verdadero sacrificio para muchos. Empieza con los Evangelios y lee un capítulo cada noche. Si lo haces, empezarás a conocer, amar y desear seguir a Jesús más de cerca en tu vida. Es imposible amar a alguien que no conocemos bien. Llegamos a conocer a Jesús leyendo y meditando la Biblia, ¡¡¡la Palabra de Dios!!!
9. ¡HAZ MEJOR TU TAREA, TU TRABAJO DIARIO! Todos nosotros tenemos asignado por Dios un trabajo o labor que realizar cada día. Puede ser estudiar si somos estudiantes, o realizar el trabajo de un ama de casa, de un trabajador de fábrica u oficina, de un profesor, de una enfermera o de un médico, etc. Si somos sinceros con nosotros mismos, ¡todos sabemos que podríamos mejorar nuestra ética de trabajo! Qué fácil es llegar tarde, tomar atajos y hacer el trabajo a medias. Como dice el refrán: «Si un trabajo vale la pena hacerlo, entonces vale la pena hacerlo bien». San Pablo nos lo recuerda: «Ya sea que comas o bebas, hazlo todo para el honor y la gloria de Dios». (1 Cor 10,31)
10. TOMAR EL ÚLTIMO LUGAR Y LA PORCIÓN MÁS PEQUEÑA. Debido al orgullo, la vanidad y la gula, naturalmente preferimos el lugar de honor. También, preferimos las mejores y más grandes porciones. Por eso no nos acostumbramos a buscar el último lugar y la menor porción. Jesús nos recuerda la verdadera grandeza: «Dios derriba a los soberbios, pero exalta a los humildes». (Lc 1,52)
Para terminar, hemos ofrecido una lista de diez formas concretas en las que podemos hacer pequeños sacrificios en nuestra vida diaria. Tal vez, elija uno o dos al día y sea fiel a su propuesta. No olvides nunca que el amor se manifiesta en la disposición a sufrir por la persona amada. Cuánto nos ama Jesús y sufrió por nosotros. ¡¡¡Qué estamos dispuestos a sacrificar y sufrir por Jesús, el Más Grande de todos los Amantes!!!?
LECTURAS DEL DIA | 25 DE ABRIL 2022
Dia de San Marcos Evangelista
«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)
LUNES, 25 de abril Mc. 16, 15-20 «El Señor Jesús, después de hablarles, fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios».
Los Apóstoles se quedan atrás sin saber qué hacer con ellos. Hasta Pentecostés, con la presencia de María y la unción del Espíritu Santo, no son capaces de lanzarse a la labor de predicación y enseñanza para salvar almas. Sus actos se recogen en los Hechos de los Apóstoles, donde vemos cómo arraiga la Iglesia naciente.
Que la presencia de María y la unción del Espíritu Santo en nuestras vidas nos mueva a una mayor generosidad y celo para trabajar con Jesús por la salvación de las almas inmortales.
Hoy, San Ignacio nos plantea tres preguntas: ¿Qué he hecho por Cristo? ¿Qué estoy haciendo por Cristo? ¿Qué más haré por Cristo?
TRABAJAR CON JESÚS PARA SALVAR ALMAS por el P. Ed Broom, OMV
Si realmente amamos a Dios, entonces debemos amar lo que Dios más ama. Y eso es: la salvación de las almas inmortales. En toda la creación, tanto el hombre como la mujer están en la cúspide o cenit de la creación en el mundo natural. Todo el resto de la creación -piedras, plantas y animales- dejará de existir algún día. No así la persona humana.
MOMENTO DE LA CONCEPCIÓN. En el mismo momento de la concepción, Dios interviene de forma muy poderosa. Infunde un alma inmortal en esa pequeña persona. Por alma inmortal entendemos una entidad espiritual que contiene en su interior memoria, entendimiento, imaginación y voluntad, el poder de elegir. Además, esta alma creada por Dios vivirá para siempre, más allá de los límites del tiempo y del espacio. Este pensamiento es alucinante y asombra a la imaginación.
DOS CAMINOS. El Salmo 1 habla de dos caminos diferentes: uno conduce a la paz, la fecundidad y la bondad; el otro, como la paja, se lo lleva el viento. Expresado en otras palabras, la persona humana al final de su vida se salvará y se unirá a Dios para siempre en el cielo o se perderá y se condenará a los sufrimientos eternos del infierno. No hay otra posibilidad.
EL TIEMPO ES ESENCIAL. Nuestra vida en la tierra es muy corta, ¡muy corta! Si comparamos nuestra existencia humana con toda la eternidad, es apenas un grano de arena en el inmenso océano de la eternidad. San Agustín explicó el concepto de eternidad con estas densas pero poderosas palabras «Nuestra vida en comparación con la eternidad es un mero parpadeo». El salmista expresa así la eternidad «La vida del hombre en la tierra es como la flor del campo que levanta la cabeza por la mañana y se marchita y muere al ponerse el sol». (Sal 103,15) ¿Has observado alguna vez el humo de una pipa, de un cigarro, o incluso de una chimenea; sale y se disipa en poco tiempo? San Pedro, el primer Vicario de Cristo, tenía unas palabras que decir
sobre este tema tan oportuno: «Para el Señor, un día es como mil años, y mil años como un día». (2 Pe 3,8)
EL VALOR INFINITO DEL ALMA HUMANA El Doctor Angélico, Santo Tomás de Aquino, afirmó que un alma humana, creada a imagen y semejanza de Dios, vale más que todo el universo creado. Para demostrar la importancia de la afirmación de Aquino, recordemos la sobria pero importantísima verdad de que Jesús derramó hasta la última gota de su preciosísima Sangre para salvar a toda la humanidad. San Ignacio de Loyola, en los Ejercicios Espirituales, subraya el hecho de que si fueras la única persona en todo el mundo creado, Jesús habría sufrido todos los dolores insoportables de su amarga pasión por la salvación de tu alma inmortal solamente. ¡Qué importante eres a los ojos de Dios!
EL CELO APOSTÓLICO EN LA VIDA DE LOS SANTOS En la vida de los santos se ve claramente el fuego ardiente que ardía en sus corazones para hacer todo lo posible por colaborar con Jesús en la salvación de las almas inmortales. En efecto, si realmente amamos a Jesús, debemos amar lo que Él más ama: la salvación de las almas inmortales. Algunos ejemplos para ilustrar este punto
EL SANTO PADRE PIO. ¿Por qué San Padre Pío recibió y aceptó voluntariamente de Jesús las cinco llagas de Cristo en su cuerpo que llamamos los estigmas, no durante un día, ni una semana, ni un mes, sino durante cincuenta largos años en los que hubo días en los que sufrió intensamente? Los viernes, este gran santo moderno realmente derramó sangre de estas heridas, y en todos los días de la Cuaresma. Una vez, un ingenuo le preguntó al Padre Pío si las heridas le dolían. Él bromeó: «¡No, son adornos de Navidad!» Por supuesto que causaban dolor, y un dolor muy intenso. ¿Por qué razón este hombre sufrió tanto durante tanto tiempo? La respuesta es clara y directa: ¡porque amaba a Jesús y amaba trabajar con Jesús para la conversión y salvación de las almas, así como para reparar los pecados!
LA CURA DEL ARS (San Juan María Vianney). ¿Cómo es posible que este hombre pasara más de cuarenta años como sacerdote, la mayor parte del tiempo clavado en el confesionario? Pasaba 12 horas, 15 horas, incluso hasta 18 horas al día en el confesionario reconciliando a los pecadores con Dios. Dormía en el suelo unas tres horas por noche y comía un par de patatas al día. También debemos mencionar el hecho de que el Cura de Ars tenía frecuentes combates y batallas con el diablo. ¿Por qué un hombre se sometería a tantas privaciones, sacrificios y sufrimientos? ¿Por qué? La respuesta, una vez más, es sencilla: amaba a Dios y deseaba ardientemente colaborar con él en la salvación de las almas inmortales.
SANTA JACINTA MARTO. Esta fue una de las pastorcitas que tuvo el privilegio de ver y comunicarse con el Ángel de la Guarda de Portugal tres veces. Luego, con su hermano y su prima, vio y se comunicó con la Virgen seis veces, desde el 13 de mayo hasta el 13 de octubre de 1917. Esta niña, que nunca aprendió a leer ni a escribir, llegó a convertirse en una pequeña Alma Víctima, lo que significa que ofreció voluntariamente todos sus sufrimientos a Jesús a través del Corazón Inmaculado de María para la conversión de los pecadores y la salvación de las almas. Las diversas formas de sus sacrificios son asombrosas. He aquí algunas de ellas.
COMIDA. Dejó de comer su comida favorita: las dulces uvas de las laderas de Portugal.
DIVERSIÓN Y ENTRETENIMIENTO. Le encantaba bailar (un baile inocente). También sacrificó esto.
HAMBRE. De hecho, daba su almuerzo a los niños más pobres cuando iba a los pastos a cuidar de sus ovejas.
TEMOR. En un día caluroso de verano, Jacinta, con Lucía y Francisco, se sacrificaba bebiendo agua fresca y fría para sufrir más por Cristo.
PENITENCIA CORPORAL. Jacinta, al igual que Lucía y Francisco, llevaba una cuerda áspera alrededor de su pequeña cintura que le rozaba la piel causándole grandes molestias.
DOLORES DE CABEZA. En una ocasión la cabeza le latía violentamente causándole un gran dolor y comenzó a quejarse. Francisco, su hermano, le recordó que debía ofrecer eso también como sacrificio. Ella lo hizo de buena gana.
SUFRIMIENTO Y MUERTE. Jacinta sufría en un Hospital, lejos de sus padres, en cierto modo abandonada. La Virgen se le apareció y le preguntó si estaría dispuesta a sufrir un poco más por la salvación de las almas. Jacinta dijo voluntariamente que sí. Allí murió sola a los nueve años.
Todos estos sacrificios heroicos los realizó Jacinta de buen grado, después de que la Virgen le mostrara, al igual que a Lucía y a Francisco, una visión gráfica del infierno, donde van los pobres pecadores que tienen tan pocos para rezar por ellos. Esta visión motivó a Jacinta a entregar su vida a Jesús, a través del Corazón Inmaculado de María, como lo que el Santo Papa Juan Pablo II llamó una pequeña alma víctima para la salvación de las almas.
AHORA NOS TOCA A NOSOTROS Ahora nos toca a ti y a mí entrar en nuestro corazón en conversación con Dios, en presencia del Corazón Doloroso e Inmaculado de María, para discernir con sinceridad y verdad: ¿qué podemos hacer para trabajar con Jesús y María por la salvación de las almas inmortales? Nuestra Señora de Fátima afirmó con gran tristeza Muchas almas se pierden para toda la eternidad porque la gente no ofrece oraciones y sacrificios por ellas. Si amamos a Dios, ¡debemos amar lo que Dios más ama! ¿Qué es eso? Es claramente esto: LA SALVACIÓN DE LAS ALMAS INMORTALES. Un alma vale más que todo el universo creado. El Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María esperan su respuesta ahora mismo.
LECTURAS DEL DIA | 24 DE ABRIL 2022
Segundo Domingo de Pascua – Domingo de la Divina Misericordia
«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)
DOMINGO 24 DE ABRIL Jn. 20: 19-31 DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA «Tú crees en mí, Tomás, porque me has visto, dice el Señor; ¡bienaventurados los que no me han visto, pero creen!»
APRENDE LAS DIEZ BEATITUDES DE LA MISERICORDIA DE DIOS por el P. Ed Broom, OMV
Bienaventurados los que aprenden y ponen en práctica estas Diez Bienaventuranzas -bendiciones- que brotan de la vivencia de la mayor virtud del Sagrado Corazón de Jesús: su infinita misericordia. San Juan Pablo II fue uno de los mayores promotores del mensaje de la Divina Misericordia con Santa Faustina Kowalska. Qué providencial es que este gran y santo pontífice, Juan Pablo II, muriera el 2 de abril de 2005, que era la Vigilia de la Divina Misericordia, y recibiera la Santa Comunión poco antes de pasar de esta vida a la vida eterna. Que todos aprendamos estas diez Bienaventuranzas de la Divina Misericordia y que sean una brújula para orientar y guiar toda nuestra vida hacia nuestra recompensa eterna: el Cielo.
APRENDE ALGUNOS PASAJES BÍBLICOS CLAVE SOBRE LA MISERICORDIA DE DIOS: AQUÍ TIENES ALGUNOS. Jesús desde la cruz: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen». En el Padrenuestro, el Padre Nuestro: «Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden». Un mandato del Corazón de Jesús: «Sed misericordiosos como vuestro Padre Celestial es misericordioso». Jesús a Pedro: «Pedro, no perdones siete veces, sino setenta veces siete». Cuando vayas a presentar tu regalo (con el corazón manchado de resentimiento): «Deja tu regalo en el altar y reconcíliate; luego vuelve a ofrecer tu regalo». Al ladrón arrepentido en la cruz: «Te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso». Por supuesto, la Parábola por excelencia que expresa el amor misericordioso de Dios es la del Hijo Pródigo, o si se quiere, la Parábola del Padre Misericordioso. (Lc 15,11-31) ¡Aprende de memoria estos pasajes clave y trata de vivirlos!
DIARIO DE LA MISERICORDIA DIVINA EN MI ALMA. Lee y medita el Diario: La Divina Misericordia en mi alma de Santa María Faustina Kowalska. Ciertamente, esta obra maestra espiritual es una de las más grandes obras jamás compuestas sobre el tema de la misericordia de Dios. De hecho, Jesús llamó a esta humilde monja polaca (1905-1938) La Secretaria de la Divina Misericordia. Esta obra maestra de la literatura está dividida en seis libros, con 1828 entradas. Cada entrada es una pepita de oro espiritual en la que se puede meditar y obtener tesoros insondables. ¡Incluso podría llamarse esa perla de precio infinito! ¡Intenta leer un número al día!
HONRA LA IMAGEN DE LA MISERICORDIA DIVINA Jesús promete las gracias más señaladas para los que honran esta imagen. Es una imagen del Señor Jesús resucitado con sus heridas. Está vestido con una túnica blanca, símbolo de pureza. Su cabeza está rodeada de una aureola que resalta su santidad. De su Corazón emanan dos rayos: uno blanco y otro rojo. El blanco simboliza los dos sacramentos del Bautismo y la Confesión; el rojo representa la Sangre de nuestra salvación, perpetuada a través de la Eucaristía. Se pueden ver claramente sus heridas, símbolos de su gran amor por nosotros. Jesús le dijo a Faustina que el amor se mide por la disposición a sufrir por quien se ama. Un pie está delante del otro, como si Jesús caminara hacia ti. Desea ir hacia ti, para envolverte en su infinita misericordia. Por último, en la parte inferior del cuadro están las palabras JESÚS, ¡CONFÍO EN TI! Honra esta imagen y, si es posible, entronízala en tu casa. Si lo haces, Jesús promete bendiciones muy especiales sobre usted, así como sobre los que entren en su casa.
CORONILLA DE LA DIVINA MISERICORDIA. Acostúmbrate a rezar esa hermosa oración, la Coronilla de la Divina Misericordia. Jesús animó a Santa Faustina a rezarla con la mayor frecuencia posible. En efecto, es una oración breve que puede rezarse en menos de diez minutos. Es fácil de memorizar; incluso los niños pequeños pueden y deben rezarla. Es una oración eucarística: «Te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de nuestro Señor y Salvador Jesucristo». Es una oración de reparación: «En reparación por nuestros pecados y los del mundo entero». Por lo tanto, encuentra un tiempo para rezar la Coronilla de la Divina Misericordia cada día, y enseña e invita a otros a hacer lo mismo.
HORA DE LA MISERICORDIA. Todos los días recuerda la Hora de la Misericordia. Es a las 3:00 p.m. ¿La razón? Esta fue la hora en que Nuestro Señor y Salvador Jesucristo murió en la cruz por la salvación de todo el mundo y eso significa para ti y para mí. Jesús le pidió a Santa Faustina que hiciera el Vía Crucis a esta hora, o al menos que visitara el Santísimo Sacramento donde el Señor Jesús espera ansiosamente a los visitantes como compañía para Él. Por supuesto que muchos de nosotros que no vivimos cerca de una Capilla o Iglesia y del Santísimo Sacramento no podemos hacer ninguna de las dos cosas. Por eso, Jesús dijo que a las 3 de la tarde, la Hora de la Misericordia, al menos se reflexionara brevemente sobre su agonía, pasión y muerte en la cruz. Jesús promete gracias muy especiales a los que se unen a su amarga Pasión en la Hora de la Misericordia. Por mi parte, ruego al Señor, muy humilde y fervientemente, que todos los que mueren en ese momento, y el resto de ese día, se conviertan y se salven.
LA MUERTE Y LA MISERICORDIA. El momento en que morimos es el más importante de nuestra vida. Determinará nuestro destino eterno, ¡la salvación o la condenación, el cielo o el infierno! Por eso, debemos prepararnos constantemente para ese momento tan importante de nuestra vida. Pero, más allá de nuestra propia mortalidad, de la muerte y del consiguiente juicio, debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para ayudar a otras almas a llegar al cielo. La Carta de Santiago señala que si llevamos a un alma errante de vuelta a Dios, salvamos a la nuestra y expiamos una multitud de pecados. (Santiago 5:20) ¿Cómo podemos entonces ayudar a los moribundos? Debemos rezar con fervor y frecuencia por los moribundos. Sin embargo, si tenemos la oportunidad de estar junto al lecho de alguna persona -familiar, amigo o extraño, o incluso un enemigo- debemos rezar por su conversión y salvación, para que muera en estado de gracia santificante. Especialmente la oración más poderosa de la Coronilla de la Divina Misericordia. Porque otra de las extraordinarias promesas de Jesús es que promete que si alguien reza la Coronilla por los moribundos, ¡la persona que está muriendo se salvará por toda la eternidad! A pesar del estado del alma de esa persona, la Divina Misericordia que fluye de las Llagas de Jesús, Su Pasión, sufrimiento y muerte mueve el Corazón del Padre Eterno para abrir Su Corazón y brazos amorosos en misericordia, incluso al pecador más endurecido. Por eso, ¡hagamos todo lo posible para abrir las puertas del cielo a una multitud de pecadores!
NOVENA DE LA DIVINA MISERICORDIA. Reza la Novena de la Divina Misericordia. Comienza el Viernes Santo y termina, nueve días después, en la Solemnidad de la Divina Misericordia. Se puede rezar en la Iglesia, en familia, con otras personas o en privado, pero hay que intentar rezarla. Las intenciones son un modelo de oración de intercesión. Jesús nos pide que le llevemos una gran variedad de personas e intenciones. Son las siguientes: 1)Hoy tráeme a toda la humanidad, especialmente a todos los pecadores, y sumérgelos en el océano de mi misericordia; 2)Hoy tráeme las almas de los sacerdotes y religiosos, y sumérgelas en mi insondable misericordia; 3)Hoy tráeme a todas las almas devotas y fieles, y sumérgelas en el océano de mi misericordia; 4)Hoy tráeme a los que no creen en Dios y a los que aún no me conocen; 5)Hoy tráeme las almas de los que se han separado de la Iglesia; 6) Hoy traedme las almas mansas y humildes de los niños pequeños y sumergidlas en mi misericordia; 7) Hoy traedme las almas que veneran y glorifican especialmente mi misericordia y sumergidlas en mi misericordia; 8) Hoy traedme las almas detenidas en el purgatorio y sumergidlas en el abismo de mi misericordia; 9) Hoy traedme las almas que se han vuelto tibias y sumergidlas en el abismo de mi misericordia.
DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA. Celebrad la solemnidad litúrgica del Domingo de la Divina Misericordia con inmensa alegría y participación activa. Es el domingo que sigue al Domingo de Resurrección, la cúspide, el cenit y el momento culminante de la Pascua. Históricamente, esta Solemnidad fue declarada en el Pontificado de San Juan Pablo II al entrar en el nuevo Milenio, el año 2000, el 30 de abril, como el Día del Domingo de la Misericordia. En esa misma ocasión, este gran Papa canonizó al primer santo del nuevo milenio. ¿Adivinas quién pudo ser ese santo? No te equivocas. Santa Faustina Kowalska, la Secretaria de la Divina Misericordia. Después de instituir esta gran Solemnidad de la Divina Misericordia y canonizar a Santa Faustina, el Papa Juan Pablo II comentó que era el día más feliz de su vida; había cumplido una de sus misiones más importantes: ¡predicar a lo largo y ancho la enorme importancia de confiar totalmente en la Divina Misericordia!
ACEPTAR EL GRAN DON DE LA MISERICORDIA DIVINA EL DOMINGO Entre las muchas promesas y regalos de la Divina Misericordia está el relacionado con la Fiesta de la Divina Misericordia. Jesús prometió que aquellos que hagan una buena Confesión Sacramental (en cualquier momento de la Cuaresma, hasta el Domingo de la Misericordia), asistan a la Santa Misa el Domingo de la Misericordia y reciban la Santa Comunión con fervor y amor, entonces todos sus pecados serán perdonados y todo el castigo temporal debido a sus pecados será totalmente expiado. En concreto, eso significa que su alma se vuelve blanca como la nieve, como lo fue el día de su bautismo. Si murieras en ese momento, tu alma se lanzaría por las nubes al cielo para toda la eternidad. Todo el mundo debería aprovechar este extraordinario regalo que Jesús, a través de su Iglesia, su Cuerpo Místico, nos ofrece gratuitamente.
NUESTRA SEÑORA DE LA MISERICORDIA Y LA PUREZA DE CORAZÓN Finalmente, nuestro ensayo sobre las Diez Bienaventuranzas de la Misericordia de Dios estaría incompleto si no acogiéramos a Nuestra Señora de la Misericordia en este maravilloso tema. Una de las Bienaventuranzas más conmovedoras para Nuestro Señor de la misericordia y la pureza es la siguiente: Bienaventurados los puros de corazón, ellos verán a Dios. (Mt 5,8) En una ocasión, como se relata en el Diario, Jesús se le apareció a Santa Faustina, ¡deslumbrante de belleza! Se acercó a Faustina y le ató a la cintura una faja de oro. Con este gesto, Santa Faustina recibió una gracia y un don extraordinarios: ¡el don de la castidad perfecta en cuerpo, mente, corazón y alma! Faustina comentó que llevaba mucho tiempo suplicando a la Santísima Virgen María esa gracia tan preciada y apreciada y que finalmente le fue concedida. En un mundo en el que se nos bombardea con tantas imágenes, ideas, espectáculos y representaciones en contra de la santa virtud de la pureza, acudamos a la Virgen de la Merced y refugiémonos en su corazón tiernísimo y puro, para que también nosotros seamos capaces de vivir esa bienaventuranza tan desafiante pero necesaria: Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios. (Mt. 5:8)
En conclusión, esperamos y rezamos para que aprendas estas Diez Bienaventuranzas de la Misericordia de Dios. Esperamos que te esfuerces por vivirlas plenamente. Esperamos y rezamos para que un día te reúnas con Dios para siempre en el cielo para cantar sus alabanzas con los ángeles y los santos y con María, la Reina de los ángeles, y la Reina de la Misericordia. Amén.
LECTURAS DEL DIA | 23 DE ABRIL 2022
Sábado de la Octavia de Pascua
«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)
SÁBADO 23 DE ABRIL Mc. 16, 9-15 Verso de aleluya: «Este es el día que ha hecho el Señor, alegrémonos y gozemos de él. Aleluya, aleluya».
¡¡¡En la víspera del Domingo de la Divina Misericordia, honremos a María como nuestra Madre de la Misericordia!!!
LOS DOS MAYORES DESEOS DE MARÍA EL HONOR Y LA GLORIA DE DIOS Y LA SALVACIÓN DE LAS ALMAS INMORTALES. Por el P. Ed Broom, OMV
Si amamos sinceramente a Jesús y a María, su Madre, ¿no deberíamos preguntar cuáles son sus dos mayores deseos? La respuesta es ésta. El primero es honrar y glorificar a Dios en esta vida y en la siguiente. El segundo es el que fluye naturalmente de honrar y glorificar a Dios, y es la santificación y salvación de las almas inmortales por toda la eternidad.
DANTE: EL DIABLO Y EL SANTO NOMBRE DE MARÍA
En el clásico escrito por Dante, La Divina Comedia, en la sección sobre el infierno, Jesús es informado por el diablo de que cierta alma es suya, un alma que está destinada a la condenación eterna en el infierno. Jesús responde negando la afirmación del diablo. El diablo insiste diciendo que esta alma, debido a sus muchos y graves pecados, es de su propiedad. Jesús entonces dice con total claridad y sencillez: ¡esa alma no es suya porque invocó el Santo Nombre de mi Madre María! Esta obra maestra de la literatura no niega la gravedad del pecado, especialmente del pecado mortal. Sin embargo, pone de relieve un sello y una ayuda indispensable en el camino de la salvación: la presencia de María, el poder de María, ¡la importancia de invocar el Santo Nombre de María!
La Virgen tiene dos deseos constantes y ardientes: primero, alabar y glorificar a Dios; segundo, la perseverancia, la santificación y la salvación de las almas inmortales. Como nos recuerda Santo Tomás de Aquino, ¡un alma vale más que todo el universo creado! San Ignacio desafió a Francisco Javier a la conversión con esa frase bíblica inmortal: «¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero y perder su alma inmortal? ¿Qué puede cambiar el hombre por su alma?». (Mt. 16:26)
NUESTRA SEÑORA Y LAS DOS LLAVES DE LA SALVACIÓN
Tanto en Lourdes (1858) como en Fátima (1917), la Virgen expresó la clara llamada a la conversión del pecado y a rezar por la conversión de los pobres pecadores. El mensaje de la Virgen podría resumirse en tres palabras PECADO, ORACIÓN Y SACRIFICIO. ¡Expliquemos estas palabras!
1. EL PECADO
La Virgen señaló muy claramente, especialmente en Fátima, el mal del pecado. Ella profetizó que, como consecuencia del pecado, habían estallado guerras y que, si la gente seguía pecando, estallaría una guerra peor. Veintidós años después de Fátima (1917), la peor guerra de la historia del mundo se estrelló en la historia de la humanidad: la Segunda Guerra Mundial, que mató a millones y millones -se calcula que entre 50 y 58 millones-. La Virgen también señaló que las almas se pierden en el fuego eterno del infierno debido especialmente a los pecados contra la muy exigente virtud de la pureza. Las palabras de Jesús resuenan claras y con convicción: «Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios». (Mt. 5:8) Incluso el Corazón Inmaculado de María, rodeado de espinas afiladas y penetrantes, manifiesta el pecado de una manera muy personal: el pecado atraviesa el Corazón Inmaculado de nuestra Madre Celestial. La Virgen nos desafía a cada uno de nosotros a que miremos nuestra vida, examinemos nuestra conciencia y hagamos un firme propósito de enmienda de una vez por todas para esforzarnos con toda la energía de nuestra voluntad y de nuestra vida en renunciar al pecado en todas sus formas, colores, tamaños y modalidades. Y eso incluye evitar las ocasiones cercanas de pecado: aquellas personas, lugares, cosas, circunstancias o momentos del día que nos atraen al pecado.
2. ORACIÓN
En las seis apariciones de la Virgen a los tres niños de Fátima, les exhorta a rezar el Rosario diariamente. El Rosario es realmente nuestra escalera al cielo. El Rosario es bíblico, siguiendo la vida de Jesús y María en la Sagrada Escritura. El Papa San Juan Pablo II en su Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae sobre el Rosario nos da esta exhortación: contemplar el rostro de Cristo en unión y en la escuela de su Santísima Madre, mediante el rezo del Rosario. Dice que con María recordamos a Cristo, con María aprendemos a Cristo, con María nos conformamos a Cristo, con María rezamos a Cristo y anunciamos a Cristo.
1) MISTERIOS GOZOSOS
Estos misterios introducen el momento más importante de toda la historia de la humanidad: la Anunciación, el anuncio del Ángel Gabriel a María de que ha sido elegida para ser la Madre de Dios y, con el consentimiento de María, su Sí, tenemos la Encarnación: el Hijo de Dios hecho carne en el vientre Inmaculado de la Santísima Virgen María. «María nos lleva a descubrir el secreto de la alegría cristiana, recordándonos que el cristianismo es, ante todo, evangelización, «buena noticia», que tiene como corazón y todo su contenido la persona de Jesucristo, el Verbo hecho carne, el único Salvador del mundo». (Papa San Juan Pablo II – Rosarium Virginis Maria)
2) MISTERIOS LUMINOSOS
Estos Misterios de Luz, introducidos por el Papa San Juan Pablo II en 2002, abarcan la vida pública de Cristo en la que anuncia el Evangelio del Reino. En el segundo misterio, las Bodas de Caná, nos encontramos con el primer milagro público de Jesús a través de la poderosa intervención de María, la primera entre los creyentes, y por ello, «los discípulos creyeron en Él». (Jn. 2:11) Estos misterios culminan en el sublime misterio de la institución de la Santísima Eucaristía, y el Santo Sacerdocio: «Haced esto en memoria mía» (Lc. 22:19), necesario para perpetuar el augusto y sublime Don de Cristo en la Eucaristía.
3) Misterios Dolorosos
Son los Misterios en los que recorremos el Vía Crucis con nuestra Madre Dolorosa María. «Los misterios dolorosos ayudan al creyente a revivir la muerte de Jesús, a estar al pie de la Cruz junto a María, a entrar con ella en la profundidad del amor de Dios por el hombre y a experimentar toda su fuerza vivificante.» (Papa San Juan Pablo II – Rosarium Virginis Maria)
4) MISTERIOS GLORIOSOS
Los Misterios que comienzan con la Resurrección de Jesús, y terminan con la Asunción de María al Cielo y la Coronación de María, Reina de los Ángeles y de los Santos. Con la Resurrección de Cristo viene la promesa de la resurrección de los fieles. Por eso, la gracia de todas las gracias es morir en estado de gracia. Al rezar el Rosario, pedimos la intercesión de la Madre María para obtener esta gracia de todas las gracias. Salve Santa Reina, Madre de la misericordia, nuestra vida, nuestra dulzura y nuestra esperanza.
4. SACRIFICIO
Tanto en Lourdes (1858) como en Fátima (1917) la Virgen, preocupada por la conversión y la salvación de los pecadores, pidió que se hicieran oraciones frecuentes y fervientes. Sin embargo, además de las oraciones, señaló que también era necesario el sacrificio si se quería salvar a las almas. Jesús reitera el mismo mensaje: «Si uno no se niega a sí mismo, toma su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo». (Lc. 14:26)
5. FORMAS DE AGRADAR A MARÍA Y A JESÚS MEDIANTE EL SACRIFICIO
Si es así, que Jesús y María quieren que ofrezcamos sacrificios por la salvación de las almas, ¿qué podemos hacer? Lucía de los Santos preguntó una vez a Nuestra Señora de Fátima qué debían hacer ella, Francisco y Jacinta con respecto a los sacrificios. La Virgen respondió diciéndole que ofreciera todo a Dios como sacrificio. Como guía o ayuda, nos gustaría sugerir diez áreas distintas que puedes ofrecer a Jesús y a la Santísima Virgen María como formas de sacrificio, y así colaborar con ellos en la salvación de muchas almas. En efecto, la mies es abundante, pero los obreros son pocos. Que estés entre los cosechadores con Jesús y María, en la cosecha de almas inmortales para toda la eternidad.
OFRENDA MATUTINA. Comienza cada día ofreciendo todo lo que eres, todo lo que tienes y todo lo que piensas hacer ese día al Corazón Inmaculado de María y al Sagrado Corazón de Jesús por la salvación de las almas.
CONDICIONES METEOROLÓGICAS. En lugar de quejarte del calor, del frío, de la lluvia, del viento, simplemente acéptalo y da gracias a Dios por estar vivo. Si te causa malestar, ofrécelo por la salvación de las almas.
DOLOR DE CABEZA. Si experimentas un dolor de cabeza, únelo a la Cabeza Coronada de Jesús por los muchos pecadores cuyas mentes están llenas de pecado, en sus recuerdos, pensamientos e imaginación. ¡Que sus mentes sean purificadas por tu voluntad de aceptar tu dolor de cabeza!
ATASCO DE TRÁFICO. En lugar de ceder a la ira y a la impaciencia, reza un Rosario extra por la conversión y la salvación de los pecadores.
SER IGNORADO. Si en casa o en el trabajo te olvidan, no te tienen en cuenta, te desairan o simplemente te ignoran, ofrécelo en reparación por los muchos que tratan a Jesús de la misma manera ignorándolo o negándolo.
SEQUEDAD EN LA ORACIÓN. Rezas pero no hay sentimientos ni emociones fuertes, y esto puede durar algún tiempo. Aprovecha este desierto espiritual ofreciéndolo por la conversión de los pecadores que están lejos de Dios, viviendo en un páramo moral.
HUMILLACIONES. Pueden venir en muchas formas y tamaños, ¡y pueden ser muy dolorosas! ¡Acéptalas por la salvación de tantos pobres pecadores que están en el mismo precipicio de la pérdida eterna de sus almas!
PLANES DESBARATADOS. Inevitablemente, la vida nos enseña que nuestros planes pueden ser fácilmente alterados y anulados. Acepta esto y el sufrimiento que conlleva, una vez más para colaborar con Jesús y María en la conversión y salvación de muchas almas inmortales.
ESPERA DOLOROSA. Tienes una cita y la persona llega tarde. Mientras tanto, ofrece tu sufrimiento rezando un Rosario o una Coronilla de la Divina Misericordia adicionales. Aunque la espera puede ser muy dolorosa, también puede ser el medio para la conversión y santificación de los pecadores perdidos. Dios está dispuesto a tomar todo lo que estemos dispuestos a ofrecerle con un corazón sincero, puro y generoso para salvar almas.
RESBALAR, TROPEZAR, CAER Y MAGULLARSE. A todos nos ha pasado. Nos olvidamos de vigilar nuestro paso, tropezamos, nos caemos y acabamos magullados, si no peor. En lugar de soltar alguna palabra vulgar, ofrécela por las muchas almas que han resbalado moralmente, que están magulladas espiritualmente, que han caído en el fango profundo del pecado mortal y que posiblemente estén en peligro de no salir nunca de su condición pecaminosa. Tal vez vuestra ofrenda les ayude a levantarse y a volver al abrazo amoroso del Padre Misericordioso.
Para concluir, la Virgen tiene un ardiente anhelo de dos cosas. Que Dios sea honrado, alabado y glorificado en esta vida y para siempre en el cielo. Amar lo que Dios ama, la conversión de los pecadores y la salvación de una abundante cosecha de almas. ¡Trabajemos generosamente con Jesús y María!
- « Previous Page
- 1
- …
- 7
- 8
- 9