En su obra maestra, Tratado de la Verdadera Devoción, San Luis de Montfort expresa el papel exaltado, sublime y glorioso de la Virgen Maria, su función en el plan divino de la redención y su relación con Dios. Meditemos estas palabras a medida que entramos en el importante tema de la salvación de nuestra alma y la salvación del mundo entero.
“María es la excelente obra maestra del Altísimo, quien se ha reservado para sí el conocimiento y posesión Ella. María es la Madre admirable del Hijo, quien tuvo a bien humillarla y ocultarla durante su vida, para fomentar su humildad, llamandola mujer (Jn 2, 4; 19, 26), como si se tratara de una extraña, aunque en su corazón la apreciaba y amaba más que a todos los ángeles y hombres. María es la fuente sellada, en la que sólo puede entrar el Espíritu Santo, cuya Esposa fiel es Ella. María es el santuario y tabernáculo de la Santísima Trinidad, donde Dios mora más magnífica y maravillosamente que en ningún otro lugar del universe, sin exceptuar los querubines y serafines; a ninguna creatura, por pura que sea, se le permite entrar allí sin privilegio especial.” (Tratado de la Verdadera Devoción #5)
En el presente ensayo abordaremos algunas sugerencias prácticas para cultivar una verdadera devocion a la Virgen Santísima para así amar más y mejor a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. ¡María es el camino más rápido al corazón de Dios!
1. CONSAGRACION A MARIA. Primero, al comienzo de cada día, al escuchar el despertador, conságrese a María. Deje que sus primeros pensamientos y palabras sean las de su consagración a Jesús por medio de María. El santo Cura de Ars, san Juan María Vianey señala, que en la vida espiritual si empezamos el día bien, es muy probable que lo terminemos bien. Comience su día ofreciéndose al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María. ¡Qué buen inicio en el camino al cielo! San Juan Damasceno, Padre de la Iglesia oriental afirma: “Servir a María y ser su cortesano es el honor más grande que podemos poseer.” Servir a la Reina del Cielo ya es reinar en lo alto, y vivir bajo sus órdenes es algo mayor que reinar.”
2. ESCAPULARIO DE LA VIRGEN DEL CARMEN. El signo exterior de nuestra consagración a María es el uso fiel del escapulario marrón de Nuestra Señora del Carme. El escapulario se lleva sobre los hombros y un cuadrado cae sobre el corazón, es muy simbólico de que estamos en el Inmaculado Corazón de María. La Iglesia otorga a los fieles bendiciones e indulgencias especiales simplemente por llevar puesto el Escapulario. Y por supuesto, besar el escapulario es una manifestación clara de nuestro gran amor a María, nuestra madre y del gran amor que María tiene por cada uno de nosotros. San Claudio de la Colombiere, el famosos jesuita y director espiritual de santa Margarita Maria, presenta un punto esclarecedor. Dice: “Por el hecho que numerosas expresiones de amor a la Virgen Purísima, cada expression tiene su propio encanto, y cada una ayudan a los fieles en distinto grado a llegar al cielo, lo digo sin vacilar por un instante que el Escapulario marron es el que más le agrada.” (Pasaje de Vestido de Gracia). Le recomendamos que compre y lea el librito Vestido de Gracia para llegar a un conocimiento más profundo del origen y próposito del Escapulario de Nuestra Señora del Carmen, y para conocer los innumerables milagros que se atribuyen al fiel uso de el escapulario.
3. EL REZO DEL ANGELUS. El Angelus es una de las oraciones de más agrado y alegria a Nuestra Señora. Los Papas han rezado el Ángelus tradicionalmente los domingos al mediodía. Esta hermosa oración que consta de tres Avemarías es un breve resumen de los dos pilares de nuestra fe católica-cristiana: la Encarnación y la Pasión, muerte y Resurrección de Jesús, el “papel” de María junto a su Hijo en el plan de la redención. Quizás podrías formar el hábito de rezar el Angelus a tres horasa del día: a las 9 de la mañana, a las doce del medio día y a las seis. Esto es un manera maravillosa de santificar las horas de la mañana, la tarde y la noche con la dulce fragrancia de la Rosa Mística – la Santísima Virgen María. Cuando reces, hazlo con humildad, podrías rezar con las palabras del “Doctor seráfico”, padre Franciscano, san Buenaventura, quien amo grandemente a María. “Confía tu causa a Ella, Madre de misericordia, y acércale con afán día tras día detalles singulares de devoción y veneración. Mantén con fidelidad tu cuerpo puro en imitación de Su pureza, y camina en sus huellas con humildad y ternura y afecto.”
4. ACUDE A MARÍA SIN CESAR. Los amigos se buscan, se llaman, se encuentra y dedican tiempo para fortalecer se amistad. En verdad, el que ama a otra persona, añora compartir su vida, todo lo que tiene y todo lo que es con él. El primero y más grande mandamiento es “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.” Después de Dios, debemos tener un gran amor por la Madre de Dios, Madre de la Iglesia y nuestra madre en el orden de la gracia. En español y en italiano hay un canto Mariano muy conocido: Santa María del Camino; ¿cuál es el significado? El canto consigna con detalle que María nos acompaña siempre en el peregrinar de cada día hasta que nos encontremos seguros en la patria celestial. De hecho, esta fue una de las advocaciones marianas predilectas de San Ignacio de Loyola, en italiano es “La Madonna de la Strada”. Que la Virgen Santísima nos acompañe y nos ampare de los peligros que atraviesa el cuerpo, la mente y el alma. El fundador de los Oblatos de la Virgen María lo expresó sucintamente en latín: “Maria cogita, Maria invoca – Piensa en María, invoca a María.”
5. IMITEMOS A MARÍA. San Ignacio de Loyola, en el contexto de los Ejercicios Espirituales, nos dirige hace el núcleo y corazón de los Ejercicios: LA PERSONA DE CRISTO. San Ignacio insiste que al emprender esta importante tarea de contemplar la vida de Cristo, debemos pedir e implorar la siguiente gracia: Intimo conocimiento de Jesús para amarlo más y mejor seguirlo. Nunca hubo nadie sobre la faz de la tierra tan cerca de Jesús como María. Por lo tanto, si queremos estar más cerca de Él, conocerlo mejor, amarlo más, mejor seguirlo, acudamos a su amabilísima Madre. Tanto es así, que la Constitución dogmática “Lumen Gentium” Capítulo 8 destaca que la Virgen fue el primer discípulo de Jesús! Asimismo, nadie vivió vida más virtuosa, aparte de Jesús, que la Virgen pura. En la obra clásica, Tratado de la Verdadera Devoción, San Luis nos presenta las sublimes virtudes de María; virtudes que debemos imitar y emular en nuestra lucha diaria por la perfección. “La verdadera devoción a la Santísima Virgen es santa. Es decir, te lleva a evitar el pecado e imitar las virtudes de la Santísima Virgen, y en particular su humildad profunda, su fe viva, su obediencia ciega, su oración continua, su mortificación universal, su pureza divina, su caridad ardiente, su paciencia heroica, su dulzura angelical y su sabiduría divina. Estas son las diez principales virtudes de la santísima Virgen.” (número 108) Tendemos a imitar a aquel con quien nos asociamos; si caminamos con Jesús y María, sin lugar, caminamos en la santidad.
6. CONOCER A MARÍA MEDIATE EL ESTUDIO. Dice el adagio digno de ser acogido: “Sólo se ama lo que se conoce.” Pues bien, es sentido común. Por lo tanto, cuanto más conocemos a la Virgen Santísima, más la amamos, mejor la seguimos, la imitamos e incluso acercamos otros a ella. El material que se ha escrito sobre la Madre de Dios es amplio: libros, artículos, folletos, documentos pontificios, documentos en forma de cartas y exhortaciones. En aras de la brevedad, nos gustaría sugerir la siguiente literatura clásica, que probablemente es la obra más conocida publicada sobre nuestra Señora: Las Glorias de María. Esta obra fue escrita por uno de los más grandes santos, Doctor de la Iglesia, fundador de los padres Redentoristas y más grande devoto de la Virgen Santísima, san Alfonso María Ligorio. Esta joya espiritual de hermosa sublimidad está escrito de forma sencilla y es un comentario sobre la oración mariana que rezamos a la conclusión del santo Rosario – El Salve Reina. San Alonso, insistía y reiteraba que nunca temamos acercarnos a María; María es toda misericordia, así nos lo enseña la Santa Iglesia en la oración: “Dios te salve, Reina y Madre, Madre de misericordia, vida y dulzura, y esperanza…” Este ha sido el pensar y el sentir de las incontables personas que han leído esta maravillosa obra, una corazón que se desborda de amor y devoción por María. Todo quien lee esta obra y la medita se percata que San Alfonso fue gran enamorado de la Santísima Virgen María. ¡Consiga esta obra maestro y léala, no se arrepentirá!
7. EN LA TENTACIÓN, ACUDA A MARÍA. Nuestra vida en la tierra hasta el día de nuestra muerte es una batalla constante. Todos luchamos diario contra estos tres enemigos: el diablo, el mundo y la carne. El los capítulos iniciales del Libro del Génesis leemos “Pondré enemistad entre ti y la mujer… ella te aplastará la cabeza.” (Gen 3:15) El diablo, sabiendo esto, le tiene tanto odio. En en cuanto a nosotros, los hijos de María, el diablo está siempre al acecho, nos tienta, nos intenta seducir en su red, invoquemos el santo nombre de María! La batalla contra Satanás y sus secuaces es feroz, pero rezar una Avemaría con fervor, amor, devoción y fe es poderosísima porque jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a Su protección, implorado su auxilia haya sido abandonado por Ella (Acordaos de San Bernardo) Uno de los grandes predicadores en la historia de la Iglesia, el Doctor, San Antonio de Padua nos da estas palabras alentadoras pidiéndonos que invoquemos a María en las luchas y tentaciones: “Busca refugio en María que ella es ciudad de refugio. En los tiempos del Antiguo Testamento, estaba la ciudad de Hebrón, que Moises designó como la ciudad de refugio para quienes habían matado sin querer. Hoy Nuestro Señor nos a dado un refugio de misericordia. María es es ese refugio, aun para los que deliberadamente hacen el mal. María es refugio y fuerza para pecadores.”
8. EN LAS CONTRARIEDADES: ACUDA A MARÍA. Un niño pequeño no teme correr a su Madre con todo tipo de dificultades. Nosotros también no deberíamos dudar en acudir a María, nuestra madre del cielo, con pasamos por tiempos difíciles. La cruz, las contrariedad y el sufrimiento son el pan de cada día y de forma singular para aquel que ha decidido seguir a Jesús y María. Un excelente ejemplo es la persona de San Juan Diego. Este hombre pobre, sencillo, humilde, con el corazón de un niño sufría por la inminente muerte de su tío anciano, Juan Bernardino. Muy temprano por la mañana, cuando se dirigía de prisa a la ciudad de México para buscar a un cura para que le diera la Extremaunción a su tío, se encuentra con Nuestra Señora de Guadalupe, quien con las palabras más consoladoras le dice que ella puede dar alivio a aquello que lo afligía, y en efecto, ella restauró la salud de su tio quien estaba muribundo. Nuestra Señora le dijo a San Juan Diego: “¡No temas! ¿No soy yo tu madre? Te tengo colocado en el hueco de mi manto y te sigo abrazando en cruce de mis brazos…” ¿Qué nos quiere decir nuestra Madre celestial? La Virgen Santísima quiere que busquemos refugio en su corazón, en su purísimo vientre para formarnos en otros Cristos. Por lo tanto, cuando estemos sobrecargados con los problemas de la vida, ¡busquemos refugio en los brazos y el corazón inmaculado de María! ¡Madre más amorosísima no encontraremos!
9. CUADROS E IMÁGENES DE MARÍA. Cuando amamos a alguien, solemos tener una foto de él o ella, ya sea en la cartera, la casa, la oficina o en el teléfono móvil, y durante el transcurso del día, dirigimos nuestra mirada a la foto de nuestro amado(a) para hacerlo presente durante nuestro día. En los últimos 2000 años, a Dios gracias, se han pintado bellas obras artísticas de la santísima Virgen María quien es “la Obra Maestra de la creación.” Todos deberíamos tener en nuestros hogares, en la oficina, en nuestra cartera, bellas imágenes de nuestra Madre. Incontables son los cuadros de María, después de Jesús. Consiga uno, el que más le agrade y le inspire… Nuestra Señora de Fátima, Nuestra Señora de Guadalupe, Lourdes, Perpetuo Socorro, el Inmaculado Corazón de María, Nuestra Señora de los Dolores, la Sagrada Familia o Nuestra Señora, Auxilio de los cristianos. Les recomiendo altamente que entronen el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María en su casa. Esta práctica será fuente de bendiciones para su familia y todo quien llegue a su casa. Cuan cierto es el dicho: “Una imagen vale más de mil palabras” Dejemos que las palabras de San Maximiliano Kolbe, gran devoto y amante de la santísima Virgen María nos inspire: “Cuando nos consagramos a María, nos hacemos instrumentos en sus manos. Dejemos entonces que nos guíe, que ella proveerá por todas nuestras necesidades, de cuerpo y alma, y nos ayudará a superar las contrariedades y adversidades.”
10. SEA DEFENSOR DE MARÍA. ¿Qué haría usted si alguien quiere empañar el buen nombre de su madre o su padre? ¡Qué descaro? No cabe la menor duda que saldría en defensa de la mujer que le dio la vida, ¿no es así? La Virgen Santísima es nuestra madre espiritual, y de igual manera debemos amarla y salir en su defensa. Nuestra Señora de Fátima reveló las tres principales ofensas a su Inmaculado Corazón. Las tres cosas que hieren su corazón son ataques contra los siguientes privilegios, primero, la Inmaculada Concepción, segundo, la Maternidad Divina, y, tres, ataques contra su virginidad perpetua. Otra ofensas contra la Santísima Virgen son ataques contra imágenes sacras y escandalizar a los pequeños a quienes tanto ama. Nos corresponde a todos que amamos a María salir en su defensa, ya sea con una palabra o con nuestro ejemplo de vida. Porque de hecho, el no hablar podría ser un pecado. Edmund Burke, filosofo irlandés, afirmo: “Para que el mal avance basta que los buenos no haga nada” A esto se le llama, pecado de omisión. Dejemos que las palabras del gran san Alfonso nos animen a amar y defender a nuestra Madre del cielo: “Muchos no dejarán que en una tierna devoción a María se arraigue en su corazón. Dichoso aquel que acoja esta gracia y la guarde. Esta devoción está en todo que son la herencia de nuestro Señor – de todos que lo alabarán eternamente en el cielo.”
11. VAYA A MISA Y COMULGUE EN FIESTAS MARIANAS. Uno de los gestos que más agrada y llena de gozo a Nuestra Señora es cuando recibimos a su Hijo Jesús en la Santa Comunión, y de forma especial, en las fiestas marianas. La Virgen Santísima desea nuestra union con Jesús. Y indiscutiblemente, la unión más íntima que existe sobre la faz de la tierra es nuestra unión – de mente, cuerpo, corazón y alma- con la Eucaristía – el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesús – en el momento de que comulgamos. Tomemos un paso más para mejorar nuestra recepción de tan sublime acramento, implore a nuestra Madre Santísima que le preste su Inmaculado Corazón para recibir el Sagrado Corazón de Jesús con un amor ardiente en la Santa Comunión. En efecto, el “sí” de María en la Anunciación fue en cierto sentido, su Primera Comunión, porque recibió a Jesús en lo más secreto de su cuerpo, alma, mente y corazón. Al comulgar, sigua este consejo de san Luis de Montfort dando gracias a Jesús con la Magnifican de nuestra Señora: “Mi alma glorifica al Señor, y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador…” (Lc 1:46-55)
12.CONFIE SU VIDA Y SU MUERTE A NUESTRA SEÑORA. Hay que recordar que la hora de la muerte es propiamente la hora más decisiva y difícil de todas porque en ella quedará fijo nuestro destino para la eternidad; nuestra salvación o condenación, ¡el cielo o el infierno! Si procuramos mantenernos cerca del Inmaculado corazón de María, si procuramos amarla con fervor, recurrir a ella y pensar en ella, la Reina del cielo será nuestro auxilio en este momento tan importante para que entreguemos nuestra alma en estado de gracia. De hecho, hace unos cuantos días me preparé doscientas veces para el momento de mi muerte, ¿cómo?, rezando el Santo Rosario y rezando 200 Avemarías en un solo día, pidiendo la gracia de una buena muerte: “Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra MUERTE, Amén.” Es cierto, si formamos el hábito del rezo del Rosario todos los días, o mejor aún, si rezamos más de un Rosario, Nuestra Señora estará a nuestro lado en el momento de la muerte para Junto a nosotros estará María en el momento de la muerte y su intercesión nos resultara soberanamente necesario y eficaz. Ya que estamos necesitados de su asistencia en el momento final, porque si morimos en la gracia de Dios, seremos victoriosos y felices para siempre; pero si morimos en la enemistad de Dios, nuestro lugar estará junto a los réprobos. ¡No hay absolutamente nada más importante que morir en gracia de Dios! Que Nuestra Señora , la LLENA DE GRACIA, nos alcance la gracia singular de morir en gracia de Dios. ¡Amén!
13. CONSAGRACIÓN TOTAL A LA VIRGEN SANTÍSIMA. Conságrese y entréguese enteramente a la Santísima Virgen, para ser enteramente de Jesús por medio de Ella, y renueve su consagración cada año. Hay diferentes métodos para hacer la Consagración a Nuestra Madre, uno es la formula de consagración total a Jesús por María de San Luis de Montfort: Tratado de la Verdadera Devoción, otra, la consagración a la Inmaculada de san Maximiliano Kolbe, otra, la del P. Michael Gaitley, 33 días hacia un glorioso amanecer. Una vez hecha esta donación y entrega total y definitiva, en donde ya no nos pertenecemos a nosotros mismos y somos propiedad de Nuestra Señora, los frutos son verdaderamente magníficos e increíbles, todo. Sin embargo, cabe resaltar un fruto de esta donación y fuente de gran consolación consiste en el conocimiento y la certeza que María está siempre presente, nos acompaña y no nos dejará ni por un instante e intercede por nosotros. Esta realidad nos llena de una paz interior de mente, corazón y alma y nos libera toda inquietud. ¿Por qué? Porque pertenecemos a la Virgen Santísima, Madre de Dios, y Madre singular, quien cuidará de nosotros, y nos conducirá tanto a nosotros como a nuestros seres queridos cada instante de nuestras vidas. San Vicente de Palette nos anima con estas ardientes palabras de amor: “Los que tienen gran devoción a María no sólo se salvarán, sino que por su intercesión, se convertirán en grandes santos. Además, crecerán en santidad día a día.
14. SI CAE EN PECADO – CORRA A LOS BRAZOS DE MARÍA. La culpa de Adán nos es imputada;por el pecado original, todos somos pecadores desde la concepción hasta el momento de la muerte; todos excepto la Santísima Virgen María. Es mas, hay una fuerte tendencia en nosotros que se inclina a pecar, y pecamos. Cuando, de algún modo cometemos una falta, no nos desalentemos o desesperemos, sino con gran confianza y amor sometámonos a la misericordia infinita de Dios. Corramos y los brazos de María y de manera especial acudamos a Jesús que está presente en el sacramento de la reconciliación. Cuando un niño se cae, se lastima o se raspa la rodilla y se cae en el lodo, la madre corre a su auxilio, lo levanta, lo abraza y le besa la herida. Es exactamente lo que hace la Virgen Santísima cuando nos caemos en la vida espiritual; Nuestra Señora, como buena madre, corre a nuestro auxilio y nos ayuda a salir del fango y nos alienta para que regresemos a Jesús por medio de una buena confesión. “En su afán de mostrarnos Su misericordia, Dios nos ha dado a su Hijo como Abogado. Y para lograr que nuestra confianza sea aún más fuerte, ÉL nos ha dado otra Abogada, quien obtiene a través de sus oraciones lo que ella pide. Id con María, y versa la salvación (San Alfonso María de Ligorio
15. PONER AL BEBÉ EL NOMBRE DE MARÍA. Los padres cristianos tienen el deber y la responsabilidad de darle a sus hijos un nombre cristiano y nunca se equivocan si le dan el nombre de “María” ya que, al darle el nombre de María a su hija, tendrá una protección singular de Ella cuyo nombre es el más poderoso y santo entre todos los nombres después de Jesús. ¡Los demonios huirán de él al oír pronunciar el dulce nombre de María! En la Divina Comedia, Dante nos presenta a un diablo listo para arrastrar a un alma en el infierno donde ya ha preparado el lugar de tortura para esa alma, pero, Jesús interviene y frustra el plan del diablo por la simple razón que esa alma había invocado el santo nombre de María. ¿Cuáles son algunos nombres de María? Mary, María, Lourdes, Fátima, Guadalupe, Ana María, María Teresa, Concepción, Rosa María, Rosario… y muchos más. Entre los muchos gratos momentos para mi como sacerdote está el momento en que bautizo a una niño con el nombre de MARIA. Otro buen hábito que deberíamos fomentar es rezar las Divinas Alabanzas diciendo: “Bendita sea la gran Madre de Dios María santísima, Bendita sea su santa e inmaculada concepción. Bendita sea su gloriosa asunción. Bendito sea el NOMBRE DE MARÍA, Virgen y Madre..” Es mas, la fiesta litúrgica para el Santo Nombre de María es el 12 de Septiembre, cuatro días después de la Fiesta del nacimiento de la Virgen María, el 8 de septiembre.
16. APOSTOL MARIANO. Es inevitable, si realmente amas a alguien, quieres que todos lo amen y lo conozcan. ¡Proclamemos desde los tejados a Jesús y María! Veamos algunos ejemplos de los santos y sigamos sus pistas, san Maximiliano Kolbe, apóstol de la Virgen Inmaculada, sembraba devoción a María repartiendo Medallas Milagrosas de la Inmaculada, las cuales llamaba, sus balas espirituales, porque era sus armas espirituales para vencer y acabar con el enemigo y su todo su ejercito. Aquí le ofrezco una idea, sea práctico, compre unas quinientas medallas milagrosas; estudie la imágenes grabada en ambos lados y su riqueza simbólica y regálelas y repártalas a las personas con quien se encuentre. Dios le abrirá muchas puertas, solo es necesario que tengamos nuestros ojos espirituales abiertos. Una de las conversiones más famosas fue la de Alphonse Ratisbonne, un judío, quien para apaciguar a un amigo católico, acepto llevar puesta la Medalla Milagrosa, hasta que un día Nuestra Señora se le apareció en Roma y más tarde se convirtió al catolicismo, y, más tarde su hermano igual se convirtió. Alphonso se hizo sacerdote y fundó la Congregación de Nuestra Señora de Sion, el objetivo era lograr una mejor comprensión entre los judíos y los cristianos y convertir judíos; y todo este fruto fue por la presencia de María mediadora y la Medalla Milagrosa. Alcemos la mirada y fijemos nuestro corazón en María, la Madre de Dios y que nos inspiren la obra maestra de la poesia del Doctor melífluo (“El Doctor boca de miel) de la Iglesia, san Bernardo de Claraval, de cuya corazon surgió la poesia Mariana más hermosa: “Stella Maris” – María, Estrella del Mar. “En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María. No se aparte María de t boca, no se aparte de tu corazón; y para conseguir los sufragios de su intercesión, no te desvíes de los ejemplos de su virtud.” (Mira a la Estrella, invoca a María – San Bernardo)
17. JACULATORIAS A LA VIRGEN MARÍA. Forme el hábito de dirigir a la Virgen Purísima oraciones breves encendidas de amor y de cariño. Los grandes santos aconsejaban con tanto levantar con frecuencia el corazón a Dios con estas pequeñas aspiraciones y ardientes suspiros del alma. Estas jaculatorias son “dardos ardientes de amor que penetran el cielo”. El elenco es extensivo pero nombremos solo algunas del tesoro de la tradición cristiana: “¡Dulce Corazón de María, sed mi salvación!”, “Ave María purísima, sin pecado concebida.” “¡Oh María sin pecado original concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos!” “María, virgen Madre de Dios, ruega por mí” Estas oraciones llenas de amor encenderán nuestro amor a Jesús y María. San Buenaventura nos alienta con este glorioso ornamento a María “Dichosos los que se abandonan en los brazos de Nuestra Señora. Sus nombres están escritos en el Libro de la Vida.¨
18. PROMOVER LAS PROCESIONES MARIANAS EUCARISTICAS. En Lourdes, Francia, ocurren unas curaciones extraordinarias en el lugar en donde Nuestra Señora se le apareció a santa Bernardita Soubirous 18 veces en 1858. Durante estas apariciones, Nuestra Señora le pidió a Bernardita que escarbara con sus manos en la tierra, y de ahí brotó una fuente de agua milagrosa de Lourdes y no han parado de brotar. Enfermos de cuerpo y alma han hallado la salud por su fe e ilimitada confianza en la intercesión material de María. Pero lo más grande es que al anochecer, los peregrinos se reúnen para la procesión mariana con antorchas, es en la procesión Eucarística que suceden las curaciones más maravillosas. Allí, en la presencia de Jesús Eucaristía, Jesús el Hijo de María, muchos han sido sanados. Es lógico: ¡Jesús es el Médico divino! Uno de los títulos de la Virgen María es “Salud de los enfermos”. Por lo tanto, promovamos y participemos en procesiones en honor a la Virgen Santísima y su Hijo en el Santísmo Sacramento. Las curaciones y los milagros del cuerpo se harán, pero más que nada, habrán curaciones del alma. Los Papas también han sido fervorosos amantes de la Santísima Virgen María. Escuchemos las palabras del Papa, san Leon Magno, sobre el poder de María: “El diablo busca siempre a quién devorar, tal como María siempre busca a quien ayudar.”
19. MAYO MES DE MARIA Y OCTUBRE MES DEL ROSARIO. Madre y Maestra de los pueblos, la Iglesia ha dedicado los meses de mayo y octubre a María para honrarla. Mayo es el mes de María; Octubre es el mes del santo Rosario. En mayo, esforcémonos con gestos concretos mostrarle a cuanto la amamos y ofrezcámosle oraciones, sacrificios, pequeños acciones de caridad o quizás leyendo un libro sobre María. En octubre, todos los días recemos el santo Rosario, cantemos cantos marianos; reunamos a nuestra familia alrededor de los pies de María rezando el santo Rosario. “María acude a nuestro auxilio, y es la más presta de todos los santos en venir. En el momento en que la invocamos, acepta nuestra súplica y nos brinda su auxilio.” (San Alfonso Ligorio)
20. EL ROSARIO, EL ROSARIO, EL ROSARIO. La oración que más agrada a Nuestra Madre Santísima es el santo Rosario. Hagamos el Rosario nuestra oración predilecta, recémoslo todos los días y recémoslo constantemente con amor, atención y devoción y Nuestra Señora dejará caer una lluvia de gracias y bendiciones. Cada Avemaría que rezamos con devoción es un beso que mandamos al cielo. Nuestra Señora de Fátima se le apareció a los niños en Fátima – Jacinta, Francisco y Lucia – y en cada aparición insistió en el rezo del santo Rosario. Por cierto, en Fátima, la Virgen María dio su nombre como nuestra Señora del Rosario. El Papa, san Juan Pablo II en su documento “La beata Virgen María y el Rosario” exhorta al mundo a que rece el Rosario por dos intenciones: por la familia y por la paz del mundo. El sacerdote del Rosario, el P. Patrick Peyton, nos anima con estas palabras: “La familia que reza unida, permanece unida, y, un mundo en oración es un mundo en paz”.
… [Trackback]
[…] Find More Information here to that Topic: fatherbroom.com/es/2016/08/vivir-plenamente-la-devocion-mariana/ […]