P. Ed Broom, OMV
La mayor parte de la gente está llamada a la vida matrimonial, ésta consiste en formar una familia al recibir de Dios el don del hijo y, a menudo, el regalo de los hijos. Dios creó a Adán y dijo que no era bueno que el hombre estuviera solo; así que después de crear las plantas y los animales, los mares y las criaturas marinas, así como el inmenso océano, Dios creó a la mujer: Eva. Con ella, Adán recibió el complimento de su ser. Juntos traerían al mundo a los niños Caín y Abel, y más tarde a Set.
UN CARISMA Y UN DON ESPECIALES. Jesús ensalzaba la vida matrimonial y familiar, pero también abría otra posibilidad. Diría que algunos nacieron eunucos y otros se hicieron eunucos por el Reino de Dios. En estas palabras de Jesús se escondía un don especial, un carisma especial que Dios daría a ciertas personas. Este carisma o don sería el del celibato o, dicho de otro modo, el de la virginidad por el Reino de Dios. No todos reciben este don y muchos ni siquiera pueden comprenderlo.
QUÉ ES ESTE DON DEL CELIBATO. Este don de Dios no desprecia en absoluto el matrimonio y la familia. Al contrario, es un don específico de Dios para la edificación del Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia. Dios ha dado a ciertos hombres y mujeres este carisma y este don en el que el matrimonio y la familia son sacrificados por un don sublime de convertirse en padres o madres espirituales por el Reino de Dios. De hecho, en el día del Juicio lo más probable es que una de las preguntas que hará Jesús, el Juez Justo, será: «¿Dónde están vuestros hijos?». De hecho, ¿dónde están los hijos que engendraste no sólo en el ámbito físico o biológico, sino los que contribuiste a engendrar en el ámbito espiritual. No es casualidad que a un sacerdote se le llame «Padre»; y a una religiosa, «Madre» o «Hermana».
ORIGEN Y DESARROLLO DEL DON-CARISMA DEL CELIBATO. Vivimos en un mundo con tanta información siempre a nuestro alcance. De hecho, una explosión de información como una bomba atómica. Al mismo tiempo, vivimos en un mundo inmerso en un océano de confusión. Así que es nuestro propósito en este breve ensayo ofrecer algunas ideas para aclarar la realidad del. El don o carisma del celibato y cómo debe vivirse. Muchos no comprenden el don; otros no creen que pueda vivirse.
1. DON-CARISMA. Como punto de partida el celibato debe entenderse como un don o carisma que es dado por Dios mismo. Por don de Dios se entiende que Dios, que es la esencia del amor, de la bondad, de la munificencia y de la generosidad desbordante, elige a algunas personas a las que quiere dotar de este don. Hay que subrayar: sólo algunos están dotados de este don o carisma. Es gratuito, dado libremente por Dios mismo, que es la esencia de la bondad, de la generosidad y del don.
2. RECONOCIMIENTO. El siguiente paso en la dinámica del don o carisma del celibato es el sincero y humilde reconocimiento del don. De hecho, la persona puede tener el don pero simplemente nunca lo ha reconocido. Sin una vida de oración, sin catequesis, sin educación religiosa, sin que nadie haya mencionado nunca esta posibilidad, lo más probable es que la persona nunca reconozca que tiene ese don.
3. CULTURA PAGANISTA-SENSUAL-HEDONISTA. La cruda realidad es que en una cultura paganista-sensual-hedonista -este es el mundo moderno- hay tanto que perseguir y ceder a las apetencias de los apetitos más bajos. En medio de un ambiente polvoriento, sucio y lleno de smog es difícil mirar hacia arriba y contemplar las estrellas.
4. ACEPTACIÓN. El siguiente paso en la dinámica de vivir el estilo de vida célibe es el reconocimiento seguido de la aceptación. Un ejemplo clásico de esto podría ser la llamada gratuita del Joven rico. (Mc 10, 17-31). Jesús llamó libremente al joven rico para que le siguiera. La respuesta fue negativa. ¿La razón? Este joven rico estaba demasiado apegado a sus riquezas, a sus pertenencias, a sus posesiones. Si se quiere, sus posesiones habían tomado posesión de él. Lo mismo puede aplicarse al don del celibato. Dios lo da gratuitamente, pero este don puede aceptarse o rechazarse. Dios es tan bueno que respeta nuestra libertad y no coaccionará ni violará nuestra libertad.
5. ALEGRÍA. Con la aceptación del don-carisma del celibato debe haber una respuesta alegre y generosa. Si el don no se recibe de buena gana, con humildad y alegría, sino sólo a regañadientes y de mala gana, lo más probable es que el don no se viva con eficacia. Dios ama a los que dan con alegría; también ama a los que reciben con alegría sus dones.
6. CULTIVADO. Qué cierto es el adagio moderno: « Quien no lo usa, lo pierde». Las herramientas que no se usan se oxidan. Los músculos que no se ejercitan se vuelven flácidos o se atrofian. La lingüística no utilizada transforma el lenguaje en un murmullo incoherente de sonidos. Los cocineros pobres y sin entrenamiento ofrecen penitencia a los comensales. Lo mismo puede aplicarse al celibato. Hay que cultivarlo y entrenarlo utilizando las herramientas o medios ascéticos clásicos.
6. LAS HERRAMIENTAS ASCÉTICAS PARA ENTRENAR Y VIVIR EL CELIBATO. Hay muchas, pero mencionaremos algunas; ¡incluso podríamos llamarlas las «Cinco Grandes»!
a. ORACIÓN. Jesús nos dijo que nos convirtiéramos en mendigos con estas palabras: «Pedid y recibiréis; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá la puerta». (Mt. 7:7). El don se da gratuitamente. Sin embargo, a nosotros nos corresponde pedir la gracia de ser fieles y vivirla.
b. PENITENCIA. La carne tiene que ser dominada por la oración y la penitencia. Jesu dijo que algunos demonios sólo pueden ser expulsados por la oración y por la penitencia». Este es el secreto de muchos santos para vivir su don del celibato.
c. CUSTODIA DE LOS SENTIDOS. Nos incumbe ahora más que nunca tener una estricta custodia de los sentidos, y muy especialmente de los ojos. Es muy cierto el dicho: «Los ojos son el espejo del alma». Es la puerta por la que la realidad de los sentidos entra en la mente y en el interior de la persona.
d. CONFESIÓN. Cuando fracasamos, la clave está en levantarnos, rebotar y ser resilientes. La confesión, el poder del perdón de Dios nunca debe subestimarse.
e. EUCARISTÍA Y SANTA COMUNIÓN. La recepción del Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Jesús en la Sagrada Comunión es de valor infinito para vivir la llamada al celibato.
DEFENDER EL DON. Con la expresión defender el don se entiende lo siguiente: no hay que jugar con fuego. Hay que evitar la ocasión próxima de peligro. Es preciso evitar cualquier persona, lugar, cosa o circunstancia que pueda poner en peligro la virtud y, en nuestro caso, el celibato. Qué cierto: no juegues con fuego. Podría ser el uso disciplinado de internet. También podría estar relacionado con las relaciones sociales. También podría significar el control de los hábitos de comer y beber. En efecto, el celibato es la perla de valor infinito, pero hay que defenderla y protegerla.
AMISTADES SANAS Y LA ALEGRÍA. Vale mucho vivir la vida en plenitud. Pero para vivir el carisma del celibato es clave cultivar amistades sanas y que nos edifican. Jesús llamó a sus discípulos «amigos». Los verdaderos amigos pueden ser de enorme valor para vivir todas las vocaciones, pero especialmente la del celibato.
LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA. La Virgen María Perpetua entregó su persona total a Dios cuando dijo: «He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra». En efecto, María es el modelo como Madre, Esposa, pero también en la vida célibe de virginidad. Conociendo, amando y confiando en María, se puede vivir libre, gozosa y plenamente una auténtica vida de celibato por el Reino de Dios. Que la Virgen ayude a quienes han elegido libremente seguir la vida del celibato por el Reino de Dios.