Decálogo para conquistar al lobo-diablo de la pornografía
Una vez la cadena National Geographic presentó un enfrentamiento entre un búfalo y un lobo y una manada de lobos. Se presentó así. Un búfalo imponente y de pies veloces corría a toda velocidad por el inmenso desierto. Golpeaba con sus pezuñas la superficie empolvada del desierto, levantando polvo a su paso. El continuo golpeteo de sus pezuñas contra el endurecido terreno le ensordecía hasta el punto de ignorar todo ruido que pudiera producirse a su alrededor. Ajeno a todo lo que le rodeaba, el búfalo avanzaba hacia su aparente destino sin darse cuenta de lo que lo acechaba.
Tras una distancia de más de un campo de fútbol, en esta remota escena del desierto, se divisaba un pequeño pero veloz animal. De hecho, este animal corría a mayor velocidad que el búfalo y le perseguía con determinación. ¿Qué animal? Era un lobo voraz.
Cada vez se acortaba más la distancia entre el lobo y el búfalo: de 50 metros a 25 y luego a 5. Pero a pesar de su proximidad, el búfalo, por el ruido de las pezuñas, seguía sin percatarse del enemigo que se acercaba. El lobo, ya a pocos metros, saltó disparado hacia el búfalo y clavó sus colmillos mordaces y afilados en el talón del búfalo. La herida de los colmillos provocó el desplome inmediato del búfalo. Herido con un desgarro profundo en el talón, el búfalo cae a tierra mientras que el lobo mira ansiosamente a su presa, con un aire de victoria.
Al cabo de unos minutos, la manada de lobos acorraló al búfalo. El primero de ellos se lanzó rápidamente a morder, clavando sus afilados colmillos en la carne del búfalo; luego, otro hace lo mismo. En cuestión de minutos, se habían saciado todos los lobos. No quedó nada de aquel búfalo inmenso, tan voluminoso y fuerte, sino un simple esqueleto.
Hoy en día nos encontramos rodeados no sólo de un lobo o de una manada de lobos, sino de muchos enemigos morales feroces que a cada momento acosan nuestra vida espiritual y moral.
Uno de los enemigos más feroces, tenaces, insidiosos e implacables de nuestra salvación eterna es el lobo de la pornografía. De hecho, abundan las manadas de estos lobos feroces y malévolos. Son lobos voraces que están al acecho, tratando de alcanzarnos y asaltarnos de día y de noche, y detrás de este lobo de la pornografía está el mismo diablo, a quien Jesús llama “asesino y mentiroso desde el principio.” (Jn. 8)
Es mucho lo que se puede decir sobre este tema y son muchos los libros sobre este tema, pero nos gustaría destacar en este breve ensayo un programa, una estrategia, un esquema de trabajo que podemos seguir para no permitir que este lobo voraz de la pornografía haga estragos en nuestras familias, nuestros matrimonios, nuestros adolescentes e incluso nuestros hijos, tanto hombres como mujeres.
De hecho, si no tenemos una estrategia clara, sencilla y concreta, podríamos convertirnos en esclavos del diablo, en presas del lobo y en adictos a este enemigo -la pornografía- por años, por décadas y, posiblemente, esclavizados de por vida. Y, por si fuera poco, podríamos incluso poner en peligro la salvación eterna de nuestras almas. La Virgen de Fátima afirmó inequívocamente hace más de 100 años que la mayoría de las almas se pierden, condenadas al fuego del infierno, debido a los pecados contra la virtud de la pureza. Ciertamente, el lobo rapáz de la pornografía es el comandante del ejército de los demonios de la impureza.
Por lo tanto, hagamos un programa concreto de diez pasos para desenmascarar, atar y vencer al lobo de la pornografía en nuestras familias, matrimonios y en nuestras propias vidas personales.
LA ESTRATEGIA-PLAN DE DIEZ PASOS PARA CONQUISTAR AL LOBO DE LA PORNOGRAFÍA
1. LA VIDA ES UN COMBATE CONSTANTE Empecemos por tener muy claro que nuestra vida en la tierra es un constante combate entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas, entre el demonio y los ángeles buenos. San Ignacio lo presenta mediante la contemplación de Las dos Banderas: la Bandera de Cristo y sus seguidores en batalla contra la Bandera de Satanás y sus secuaces. Esto nos hace tomar conciencia de que tenemos que estar siempre en guardia contra el ataque sutil, astuto e insidioso del enemigo. San Ignacio llama al diablo. «El enemigo de nuestra salvación».
2. LA DESOLACION: UN ESTADO PELIGROSO DEL ALMA. Efectivamente, cuando nos hallamos en el estado de desolación, algo que todos experimentamos como parte de nuestra humanidad, ahí es precisamente cuando el demonio despliega su artillería para tirar a matar. El estado de desolación es, concretamente, la falta de fe, de esperanza, de caridad. Nos sentimos tristes, deprimidos y nadie parece comprenderme ni se interesa por mi. Mi vida no parece tener significado o sentido. Me siento como en un túnel oscuro o envuelto en una nube densa y oscura. Para muchos, el principal punto débil de nuestra kriptonita es la sensualidad, la lujuria y la atracción hacia el lobo de la pornografía. Para ganar la batalla hay que ser consciente de estar en un estado de desolación. A partir de esta conciencia de que el enemigo, el diablo, se acercará y ofrecerá una válvula de escape de este estado de desolación recurriendo al lobo de la pornografía. El enemigo puede presentar el porno como algo que no es malo, normal, aceptado por el aliado, necesario en la vida y parte del ser humano. Recuerda que el diablo es el padre de la mentira. (Jn. 8)
3. SEXTA REGLA IGNACIANA: UNA RED DE SEGURIDAD PARA NO CAER EN LA DESOLACIÓN. San Ignacio, maestro de la vida espiritual, nos ofrece cuatro armas espirituales a las que recurrir para vencer la desolación, así como para vencer al diablo-lobo del porno. Estas armas no son novedades, sino herramientas clásicas en el combate espiritual. Sin embargo, si no se empuñan y ponen en práctica a tiempo, ¡el devorador lobo de la pornografía acabará clavándonos sus hirientes colmillos! Ellos son:
a. LA ORACIÓN. Jesús ordenó a los Apóstoles: «Velad y orad, porque el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil».
b. MEDITACIÓN. Sé fiel a la meditación de la Palabra de Dios, que es la espada de dos filos. Haz de tu Hora Santa, la Hora del Poder. (Fulton Sheen)
c. PENITENCIA. Ignacio insiste en hacer alguna penitencia adecuada. Jesús afirmó claramente: «Algunos demonios se expulsan sólo con la oración y el ayuno».
d. EXAMEN DE CONCIENCIA. Examina tu conciencia y tu vida para ver si allí hay una puerta abierta, una grieta o, hendidura por donde pueda entrar el demonio.
4.LOS OJOS: CUIDA LO QUE VEN TUS OJOS. En efecto, los ojos son el espejo del alma. Debemos controlar constantemente los ojos errantes que pueden traicionarnos fácilmente y llevarnos al campo del lobo del diablo que llamamos porno. La caída del rey David se precipitó porque el santo varón permitió que sus ojos se desviaran hacia la hermosa mujer, la Betsabé, en la azotea.
5.TELÉFONO MÓVIL, REDES SOCIALES, INTERNET: UN ARMA DE DOBLE FILO. Es cierto que todo lo que Dios creó era y es bueno. Pero, por desgracia, en muchas ocasiones, abusamos de la libertad de la que Dios nos ha colmado generosamente, en lugar de utilizarla para el honor y la gloria de Dios, la utilizamos para nuestra propia gratificación egoísta. Debemos mantener estricta vigilancia sobre el uso de las redes sociales e internet. Debemos bloquear todas las vistas pornográficas; tal vez tener un acompañante al que rendir cuentas. Incluso a veces, si es posible, lo mejor es evitar estar solo, para evitar el ataque del lobo al acecho. En el caso de los niños y adolescentes, quizá el mejor remedio sea simplemente prohibirles que tengan su propio teléfono móvil.
6. EL ACUDIR CON FRECUENCIA AL SACRAMENTO DE LA CONFESIÓN. Este maravilloso Sacramento tiene como efecto específico la SANACIÓN. Encontramos en la Confesión a Jesús que es el MÉDICO-DIVINO. De hecho, la confesión frecuente sirve tanto de medicina preventiva como de medicina curativa. En verdad, la confesión frecuente puede evitar que el lobo voraz de la pornografía nos muerda y deje su veneno en nuestro organismo.
7. REGLA NO. 13 (REGLA IGNACIANA) En la lucha espiritual nos apoyamos ante todo en la gracia de Dios. No obstante, debemos recurrir también a herramientas humanas y espirituales. La Regla 13 de las Reglas Ignacianas para el discernimiento dice sencillamente esto: Cuando te sientas en desolación y tentación, recurre a tu director espiritual o confesor. De hecho, los santos nos dicen que una vez que una tentación se revela o divulga, entonces se vence fácilmente. Si queremos vencer al lobo-diablo de la pornografía, tenemos que hablarlo con un espiritual o confesor experto. El diablo puede convertir fácilmente un grano de arena en una montaña. ¡La apertura en la dirección espiritual desintegra las tentaciones montañosas en polvo soplado por el viento!
8. EVITAR LA OCIOSIDAD /INDOLENCIA. Cuán cierto es el proverbio: » La pereza es el taller del diablo». Una vez Santa Faustina vio cómo el diablo corría frenéticamente por el pasillo del convento. Entonces Jesús obligó al diablo a revelarle dónde había tenido sus mayores triunfos en la tentación. El diablo respondió diciendo que LA PEREZA era el elemento clave del triunfo. No obstante, ¡en aquel convento no encontró a ninguna hermana perezosa! Si nos dedicamos a actividades sanas, saludables y productivas, ¡el lobo de la pornografía estará a raya!
9. BUENAS Y SANTAS AMISTADES, LOS DEPORTES, LA RECREACIÓN, EL DESCANSO Y LA ALEGRÍA. A nivel humano, la alegría, las buenas y gratas amistades, el ejercicio físico en los deportes, la recreación y el descanso que restaura nuestra salud física, mental y emocional, nos sirven de salvaguarda para no sucumbir ante el ídolo, el lobo de la pornografía. De hecho, la ALEGRÍA es indispensable para vencer cualquier vicio especialmente la adicción a la pornografía.
10. LA ORACIÓN, MARÍA Y EL ROSARIO. Cuenta un famoso protestante que, hace 45 años, entraba con frecuencia en las librerías. A pesar de que solía ir en busca de libros espirituales, se sintió llamado al rincón de las revistas pornográficas, donde visitaba a los lobos, aunque fuera por poco tiempo. Se topó con el Rosario y lo rezó una vez, aún siendo protestante. Como si se hubiera roto una fuerte cadena, no sintió más el deseo de hojear las páginas pornográficas. En nuestra batalla por alcanzar la pureza y conquistar la fea cabeza del demonio y poner a raya a los lobos, acudamos a María y especialmente rezando el Rosario.
Así como David empuñó la honda y venció al gigante Goliat, así también nosotros podemos vencer al lobo de la pornografía si acudimos con frecuencia a la Virgen y al Santísimo Rosario. De hecho, somos muy débiles, pero Dios es omnipotente, y ha confiado muchas victorias de batalla a la poderosa intercesión de Su Madre. De hecho, el Proto-Evangelio señala a la mujer que vencerá al enemigo con su talón. ¡Que sea el talón de María y venza a la fea serpiente-lobo de la pornografía en nuestras vidas!