cuantos años se desarrolló una escena ante mis ojos que me causó gran asombro y
sufrimeinto. Vi a un niño de tres años
haciendo un berrinche y dándole patadas a su mamá. Pero me causó más tristeza ver que la madre no hacía nada para corregirlo.
madre. Ahora pregunto – ¿Quién tuvo más
culpa, la madre o el hijo? Obviamente
los dos. El niño no debe faltarle el respeto a su madre.
Pero igual la madre no está libre de culpa, ella no disciplinó a su hijo.
pensativo y pensé cuál sería el future de ese niño y esa madre. Si el niño no respeta a su madre
cuando tiene 3 años, ¿cómo le irá cuando sea adolescente o tenga la responsabilidad de un trabajo y tiene que obedecer normas? Pienso que le espera un futuro gris.
Mandamiento: »Honrarás
a tu madre y a tu padre.»
1. ¡Hijos, oiganme, les habla su padre! Sigan mis consejos y se
salvarán.
2. Porque el Señor quiso que los hijos respetaran a su padre,
estableció la autoridad de la madre sobre sus hijos.
3. El que respeta a su padre obtiene el perdón de sus pecados;
4. el que honra a su madre se prepara un tesoro.
5. Sus propios hijos serán la alegría del que respeta a su
padre; el día en que le implore, el Señor lo atenderá.
6. El que respeta a su padre tendrá larga vida; el que obedece
al Señor será el consuelo de su madre.
7. Servirá a los que le dieron la vida como si sirviera al
Señor.
8. Actúa así, honra a tu padre de palabra y de hecho, y su
bendición se hará realidad para bien tuyo.
9. Pues la bendición de un padre afirma la casa de sus hijos,
pero la maldición de una madre la destruye hasta los cimientos.
10. No te alegres de la deshonra de tu padre: su vergüenza nunca
será motivo de gloria para ti.
11.
El honor de un hombre depende de la reputación de su padre; cuando una
madre mereció el desprecio, salieron deshonrados sus hijos.
12. Hijo mío, cuida de tu padre cuando llegue a viejo; mientras
viva, no le causes tristeza.
13. Si se debilita su espíritu, aguántalo; no lo desprecies
porque tú te sientes en la plenitud de tus fuerzas.
14. El bien que hayas hecho a tu padre no será
olvidado; se te tomará en cuenta como una reparación de tus pecados.
15. En el momento de la adversidad será un punto a tu favor, y
tus pecados se derretirán como hielo al sol.
16. Abandonar a su padre es como insultar al Señor; el Señor
maldice al que ha sido la desgracia de su madre.
meditarlas, asimilarlas, entenderlas e implementarlas en la formación y educación de sus hijos. Si lo hacen en la familia reinará la paz, harmonía, gozo y tenderán vida
larga y vida eterna.
Veremos los puntos más sobresalientes de esta Carta Magna que entrona la importancia del amor,
respeto y obediencia de los hijos hacia sus padres y defiende el derecho de los padres.
LARGA. La Palabra de Dios promete a los
hijos vida larga si honran y respetan a sus padres. Las palabras ‘vida larga’ tiene dos
interpretaciones: vida larga en la tierra y más importante vida larga en el cielo.
AUTORIDAD. Hoy se ha dado una interpretación falsa de la democracia en el seno familiar. Muchos piensan que dentro del seno familiar todos son iguales y nadie rige. Claro,
todos son creados a imagen y semajanza de Dios y su fin es el cielo. Pero decir que todos tienen la misma
autoridad es simplemente falso. Muchos padres
de familia quieren ser ‘amigazos’ de sus hijos.
Claro, los padres deben llevarse bien y amar a sus hijos. Pero intrínsecamente
el papel de los padres hacia sus hijos es distino a la relación entre hermanos o la relación entre amigos. Los padres tienen autoridad sobre sus
hijos. El estado no puede usurpar este
derecho de los padres, porque este derecho proviene de Dios. Dios es el origen de la autoridad de los padres. Por emplear otro termino, los
padres de familia tienen el derecho innato de mandar a sus hijos, de exigir a
sus hijos y de instruir sobre su conducta.
OBEDIENCIA. Los padres tienen el derecho
de mando sobre sus hijos y los hijos deben cumplir las órdenes – las ordenes no se
discuten. Todo empieza en la familia, se expande al mundo- Si se vive la desobediencia en casa, esta desobediencia se manifestará en el mundo y causará estragos.
Hay una cuento de un padre que tenía dos hijos que trabajan en el
rancho. En este rancho habían muchos peligros.
Uno de ellos eran los osos ferozes. En una occasion el padre dio esta orden a sus
hijos. Les dijo que cruzaran el cerro a
caballo pero que le dieran la vuelta al cerro, que no pasaran por encima del
cerro. Y los hijos obedientes, le dieron vuelta al cerro. La
obediencia tuvo su recompensa. ¿Por qué? Porque en la cima del cerro por donde el
padre les había prohibido pasar les esperaba una manada hambrienta de osos
listos para matarlos y devorarlos. Esta
historia nos deja muchas moralejas. Hoy
en día, cuántos niños,
adolescentes y adultos jóvenes no hacen caso a las palabras o consejo de sus padres?
Cuántos optan
por su propia voluntad en vez de la voluntad de Dios expresada claramente
por medio del cuarto Mandamiento: Honrarás a tu madre y a tu padre.
‘tiende tu cama,’ ‘apaga la televisión,’ ‘Ya es hora de ir a la escuela.’
Los padres dan un sinúmero de órdenes a sus hijos parecidas a
estas. ¿Y cuál es la respuesta de muchos niños a sus padres? – ‘Sí
mamá, espérame un momento.’
Aunque la orden sea fácil, muchos niños la toman ligeramente. La madre se enfada, se
enoja y se ve obligada a repetirlo varias veces hasta que acaba estallando y
gritándole a sus hijos.
SIN DISCUSIONES. Recuerdo que cuando yo era niño mis padres me dijeron que hiciera algo. Pero con mi poco entendimiento, pensé
que no tienía sentido lo que me pedían.
Entonces le pregunté a mi padre por qué tienía yo que hacer eso. Hasta la fecha recuerdo la respuesta de mi padre. No me dio una
explicación larga o un discurso filosófico,
simplemente me dijo: »¡lo tienes que hacer simplemente porque te lo pido!» ¡Muy bien dicho! Los padres de familia no están moralmente obligados de dar a sus hijos una explicación detallada de
todo lo que les piden. Mas bien, los
niños deben de obedecer a sus padres inmediatamente, con buenos modos y hacer
bien lo que los padres les piden. Hay un
dicho que dice: “Si vale la pena hacerlo, vale la pena hacer bien.”
nuestro Salvador y Redentor. Jesús fue
obediente a sus padres – San José y María.
Jesús fue obediente a su Padre Celestial aceptando su
crucifixión por amor a mí y amor a ti.
El apóstol san Pablo dice:
»Se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los
hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y
muerte de cruz.»
sus hijos como Dios quiere. Manifiesten
este amor y autoridad que Dios les ha dado enseñando, dirigiendo, dando ordenes, gobernando a sus
hijos y poniendo orden en su vida. ¡Porque lo que hacen lo hacen por el bien de las almas de sus hijos, el
futuro de nuestra sociedad y la salvación del mundo!
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