Jueves de la I semana del Tiempo ordinario
«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)
JUEVES 13 DE ENERO Mc 1, 40-45 «Se le acercó un leproso y le dijo: «Si quieres, puedes limpiarme». Movido por la compasión, extendió la mano, tocó al leproso y le dijo: ‘Yo lo quiero. Queda limpio'».
Jesús quiere limpiarnos de la lepra del pecado. Ayer rezamos sobre los Siete Pecados Capitales y sus Virtudes Opuestas con la idea de esforzarnos por superar nuestro principal Pecado Capital.
Un elemento clave para el éxito de este santo empeño es la Oración del Examen Diario de San Ignacio de Loyola, explicada por el Padre Ed a continuación. Esta oración nos ayuda a rendir cuentas ante Dios de nuestros esfuerzos, tanto de nuestros éxitos como de nuestros fracasos, para superar el pecado en nuestras vidas.
EL EXAMEN DIARIO IGNACIANO: ¡UN PUENTE SEGURO HACIA LA SANTIDAD! Por el P. Ed Broom, OMV
San Ignacio insistía en no descuidar nunca el Examen Diario. Por ningún motivo este gran santo justificaría saltarse y descuidar esta importantísima oración. A partir de ahora, ¿por qué no te propones hacer tu propio Examen Diario personal? Si se hace a diario, los frutos son innumerables y las bendiciones copiosas de tal instrumento, una herramienta indispensable para erigir una estructura sólida para una vida de auténtica santidad.
En este ensayo destacaremos y explicaremos brevemente los cinco pasos clásicos para hacer el Examen Diario. Luego, como medio de motivación, destacaremos algunas de las bendiciones que descenderán sobre ti en tu vida espiritual.
Si lees ensayos, escritos, artículos e incluso libros sobre este tema, el orden y las palabras varían, pero el concepto nunca cambia. El elemento clave es que el Examen Diario debe ser propuesto por todos los que tienen buena voluntad y puesto en práctica. ¡Vamos!
LOS CINCO PASOS CLÁSICOS DEL EXAMEN DIARIO IGNACIANO
1. RECORDAR LA PRESENCIA DE DIOS.
Primer paso. Toda oración auténtica comienza por recordar la presencia permanente de Dios. Nunca estamos lejos de Dios, y Dios nunca está lejos de nosotros. San Pablo, citando al poeta griego, lo expresa así «En Él vivimos, nos movemos y existimos». (Hechos 17:28) Por tanto, comienza tu Examen Diario recordando suavemente la presencia de Dios, que todo lo habita y todo lo impregna. Dios está presente en todo momento, en todo lugar, en todas las circunstancias y en todos los acontecimientos. Incluso cuando nuestra vida parece una noche oscura del alma, Dios está tan presente como el sol que brilla a mediodía. Además, nuestro Dios es un Padre amoroso que siempre desea lo mejor para sus hijos. Por lo tanto, debemos responder con confianza, seguridad y amor.
2. DAD GRACIAS AL SEÑOR PORQUE ES BUENO; ¡SU AMOR ES ETERNO! (Salmo 136:1)
Segundo paso. San Ignacio insiste en la importancia de la gratitud. Todos debemos cultivar una actitud de gratitud. San Ignacio afirma que la esencia misma del pecado es la ingratitud, es decir, la falta de agradecimiento a Dios de corazón. Con toda humildad, todos los dones que tenemos en nuestra vida -intelectuales, deportivos, artísticos, espirituales, sobrenaturales, etc.- son regalos del Padre de todos los dones. Por lo tanto, rebobina la película de tu vida desde tu último Examen Diario para ver con qué has sido dotado y permite que tu corazón se expanda en un desbordante acto de agradecimiento. En una palabra, todo lo que tenemos (excepto nuestros pecados -los que elegimos voluntariamente y Dios permite-) son regalos gratuitos de nuestro Padre Celestial, que todo lo da. En efecto, Dios ama un corazón agradecido y está listo y dispuesto a colmar los corazones agradecidos con más y más bendiciones. ¡Cuánto sufrió Jesús cuando después de curar a diez leprosos, sólo uno volvió a darle las gracias!
3. RUEGA A DIOS QUE ENVÍE EL ESPÍRITU SANTO PARA VERTE COMO DIOS TE VE.
El tercer paso en tu Examen Diario es rogar por el Don de los Dones, el Espíritu Santo para que ilumine tu intelecto, para que te ayude a recordar tu bloque de tiempo pasado, tu día pasado para ver la totalidad. La humildad es la verdad, y quieres suplicar con toda honestidad para ver lo que has hecho en el día pasado, pero incluso más allá de tus acciones exteriores, quieres suplicar la gracia de ver tus intenciones interiores. Nunca debemos olvidar que el hombre ve la superficie, lo meramente exterior, pero Dios puede leer nuestro corazón y hasta nuestras intenciones más ocultas.
4. GRATITUD Y ARREPENTIMIENTO.
Cuarto paso. Durante el Examen es muy probable que vuelvas a ser consciente de la increíble bondad de Dios y de los muchos regalos que te ha hecho en el día anterior; da gracias a Dios por sus bendiciones. Sin embargo, con toda sinceridad y verdad, el Espíritu Santo también te señalará algunos de tus pensamientos, palabras y acciones, e incluso algunas intenciones, que estaban fuera de lugar y no agradaban a Dios. Sólo Dios es perfecto y la Biblia nos enseña que el justo cae siete veces al día. Sé consciente de estos fallos morales y pide perdón.
5. RESOLUCIÓN, RECONCILIACIÓN Y RENOVACIÓN.
Quinto paso. El último paso apunta al futuro. Con una aguda conciencia del infinito amor de Dios por nosotros y de su infinita bondad al darnos tanto, pero también conscientes de nuestra propia debilidad humana, nos proponemos amar más a Dios cada día a partir de ahora, y evitar cualquier persona, lugar, cosa o circunstancia que pueda apartarnos del camino del verdadero discipulado del Señor. En otras palabras, el Examen Diario aumenta nuestra conciencia y nuestro autoconocimiento y éstos pueden servir de medicina preventiva. Si sabemos dónde está el escollo en nuestro camino, podemos esquivarlo o saltarlo, o recorrer un camino diferente. Los Padres del desierto insisten en estas palabras: ¡¡¡CONOCERSE A SÍ MISMO!!!
¡AHORA LOS BENEFICIOS DE LA PRÁCTICA DEL EXAMEN DIARIO, que son incalculables! ¡Mencionaremos sólo tres!
1. LA CONCIENCIA CONSTANTE DE DIOS Y LA ORACIÓN. Si el Examen Diario se realiza con fidelidad, es decir, diariamente, con esfuerzo y buena voluntad, seremos cada vez más conscientes de la presencia amorosa de Dios en nuestras vidas. Dios no es una figura lejana, etérea y mítica del pasado, y se hará más real para nosotros. Si quieres, se convertirá en tu mejor amigo, siempre a tu lado. La verdad es que nunca estamos solos. Jesús es nuestro Mejor Amigo, que quiere que compartamos con Él cada momento de nuestra existencia. Por eso, pecaremos menos. Santa Teresa de Ávila afirma que una de las principales razones del pecado es ser ajeno a la presencia permanente de Dios.
2. EVITAR LAS TRAMPAS Con una conciencia más aguda de las intenciones y movimientos de nuestro corazón, que es como un jardín que tiene tanto flores hermosas como malas hierbas, podemos evitar ceder a nuestras malas tendencias. Cuando el mal espíritu llama a la puerta de nuestro corazón, ¡debemos cerrar la puerta con llave! Muchos pecados se cometen por la debilidad de la voluntad, pero también por la ignorancia de quien llama a nuestra puerta. El Examen Diario aumenta nuestra conciencia de las tácticas del enemigo, así como el autoconocimiento de nuestras debilidades, ¡componentes clave para crecer en santidad!
3. COMPASIÓN HACIA LOS DEMÁS. El Examen Diario es como iluminar nuestro corazón, nuestra alma y el funcionamiento interno de nuestra conciencia. Nos damos cuenta de lo bueno y amoroso que es Dios en realidad. Sin embargo, con una conciencia penetrante, nos damos cuenta de lo débiles que somos a veces, y de lo propensos que somos a resbalar y caer en el fango de nuestra propia pecaminosidad. Este agudo autoconocimiento puede ayudarnos a ser más amables, pacientes y compasivos con nuestros hermanos y hermanas que luchan. Si Dios es paciente con nosotros, ¡cuánto más debemos serlo nosotros con los demás! Dios permite lo que es malo para sacar un bien mayor del mal -¡la caridad es el mayor bien de todos!
Para terminar, determina ahora hacer la oración del examen diario. No debería tomar más de 15 a 20 minutos. Si te saltas un día, empieza de nuevo, vuelve a empezar al día siguiente.