Miércoles de la cuarta semana de Adviento
«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)
MIÉRCOLES, 22 de diciembre Lc. 1, 46-56 «Proclama mi alma la grandeza del Señor; mi espíritu se alegra en Dios, mi salvador, porque ha mirado con buenos ojos a su humilde esclava».
María, la más grande mujer nacida del hombre, proclama su humildad, atribuyendo todo a Dios. ¡Esta es tu Madre y la mía por la gracia de Dios! Mientras rezas con esta meditación, pregúntate: «¿Quién es María para mí?». Luego, ¡dedica tiempo a hablar con María, a escuchar a María y a amar a María!
LA OBRA MAESTRA ESPIRITUAL DE DIOS: MARIA, SANTÍSIMA
«Espejo de la justicia», «Sede de la sabiduría», «Causa de nuestra alegría», «Vaso espiritual», «Vaso singular de la devoción», «Rosa mística», «Torre de David», «Torre de marfil», «Casa de oro», «Arca de la Alianza», «Puerta del cielo», «Estrella de la mañana», «Hija de Dios Padre», «Madre de Dios Hijo», «Esposa mística del Espíritu Santo», «Reina de todos los corazones», «Stella Maris» (Estrella del Mar), «Obra maestra de la creación de Dios» -¡¡ todos estos y muchos otros son nombres poéticos y místicos dados a María, que es verdaderamente la Madre de Dios, la Madre de la Iglesia y nuestra propia y querida Madre en el orden de la gracia!!
En este breve ensayo tenemos como propósito la presentación de diez dichos o proverbios más bien breves que los santos han expresado en honor de María, la Madre de Dios, a quien tanto amaron en esta vida, y que ahora están presentes amándola en el cielo, por supuesto adorando y alabando a la Santísima Trinidad. María nunca impedirá nuestro acercamiento a Dios, como muchos han afirmado en el pasado y algunos mantienen en el presente. Al contrario, cuanto más conozcamos y amemos a la Santísima Virgen María, más conoceremos y amaremos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. En efecto, Nuestra Señora, María Santísima, está íntimamente unida a la Santísima Trinidad, como lo señala San Luis de Montfort. Ella es la Hija del Padre Eterno, la Madre del Hijo Encarnado, y es la Esposa Mística del Espíritu Santo.
Las últimas palabras que tenemos registradas de la Virgen en la Sagrada Escritura se encuentran en el contexto de las Bodas de Caná de Galilea, en las que dice: «Haced lo que Él os diga». (Jn 2,5) Este es en realidad el mejor consejo del mundo; ¡que diferente seria si el mundo se esforzara en poner en práctica estas breves pero importantísimas palabras! El mundo se transformaría radicalmente para mejor. En resumen, María no nos aleja de Jesús, sino que nos acerca al Sagrado Corazón de Jesús que formó en su seno durante nueve meses. San Luis de Montfort nos enseña: «La Virgen es el camino más corto, más fácil y más eficaz para llegar a Jesús». Dicho en una palabra, ¡¡¡La Virgen es el ATAJO a Dios!!!
Por lo tanto, leamos, meditemos e inspirémonos en las palabras de lo que diez santos han expresado en su desbordante amor a la Santísima Virgen María a la que rezamos diciendo «nuestra vida, nuestra dulzura y nuestra esperanza.» (Saludo a la Santa Reina)
1. NUESTRA SEÑORA Y LA TRINIDAD-El Cura de Ars / San Juan María Vianney, Patrón de los párrocos y confesores:
«El Padre Eterno se deleita en considerar el Corazón de la Santísima Virgen María como la obra maestra de sus manos. El Hijo se deleita en ella como el Corazón de la Madre, la fuente de la que recibió la Sangre que nos redimió. El Espíritu Santo habita en María como en un templo».
2. LA VIRGINIDAD PERPETUA (PUREZA ABSOLUTA) DE MARÍA SANTÍSIMA-San Agustín, el Doctor de la Gracia:
«La Virgen Madre dio a luz de su vientre fecundo y de su cuerpo inviolado, a Aquel que se hizo visible por nosotros, a Aquel por quien había sido creada. Mientras concebía, era virgen; mientras daba a luz, era virgen, virgen en su embarazo, virgen mientras llevaba a su hijo, virgen para siempre.»
3. VIVIR PERPETUAMENTE EN LA PRESENCIA DE MARÍA- San Bernardo, el Doctor Melifluo:
«Que María no esté nunca lejos de tus labios ni de tu corazón. Y para obtener el fruto de sus oraciones, no olvides el ejemplo de su vida. Con su apoyo, nunca caerás. Bajo su protección, nunca temerás. Bajo su guía nunca te cansarás. Y con su ayuda, alcanzarás tu meta celestial».
4. EL SECRETO DE MARÍA Y LA GRACIA – San Luis de Montfort, autor de La verdadera devoción a María:
«Dichosos aquellos a quienes el Espíritu Santo revela el Secreto de María para que lleguen a conocerla. Felices aquellos a los que abre el «Jardín Cerrado» para que puedan entrar, y a los que da acceso a la «Fuente Sellada» para que puedan beber de las aguas vivas de la gracia.»
5. GRACIA DE SER SERVIDOR DE MARÍA – San Juan Damasceno, doctor oriental de la Iglesia:
«Servir a María y ser su cortesano es el mayor honor que podemos poseer. Porque servir a la Reina del Cielo es ya reinar en las alturas, y vivir bajo sus órdenes es una cosa más grande que gobernar.»
6. MARÍA COMO NUESTRO SEGURO REFUGIO – San Antonio de Padua, el
Doctor evangélico de la Iglesia, también conocido como «El martillo de los herejes»:
«Buscad refugio en María porque ella es la ciudad de refugio. Sabemos que Moisés estableció tres ciudades de refugio para quien matara inadvertidamente a su prójimo. Ahora el Señor ha establecido un refugio de misericordia, incluso para los que cometen el mal deliberadamente. María proporciona refugio y fuerza al pecador».
7. MARÍA COMO MODELO DE DISCURSO Y CONVERSACIÓN-San Atanasio, doctor oriental de la Iglesia:
«Las palabras de María eran discretas y su voz era mesurada. No gritaba y se cuidaba de no decir nada malo de otra persona, ni siquiera de escuchar de buen grado el mal que se decía.»
8. MARÍA SANTÍSIMA: EL MODELO DE LOS SANTOS – San Vicente Palotti, fundador de los Palotinos:
«Los que tienen una gran devoción a María no sólo se salvarán, sino que, por su intercesión, se convertirán en grandes santos. Además, su santidad crecerá de día en día».
9. MARÍA Y EL SANTÍSIMO ROSARIO – San Francisco de Sales, autor de Introducción a la vida devota y Tratado del amor, y Doctor de la Iglesia:
«Mi tarea más agradable es rezar mi Rosario y rezar a mi Madre celestial. Es la alegría más pura de mi corazón».
*¡San Juan Pablo II también afirmó que el Santo Rosario era su oración favorita!
10. MARÍA COMO ESTRELLA DEL MAR- Santo Tomás de Aquino, el Doctor Angélico y autor de la Suma Teológica:
«La Santísima Virgen María es llamada la Estrella del Mar. Los que navegan por los mares oceánicos se guían hacia el puerto que buscan observando cuidadosamente las estrellas. Del mismo modo, los cristianos se guían hacia la gloria celestial manteniendo los ojos en María».
Amigos de Jesús y de María, dedicad un tiempo a meditar y reflexionar en silencio sobre estas breves pero sustanciosas palabras de los santos sobre su amor, su devoción y su confianza ilimitada en la persona y en la intercesión de la Santísima Virgen María. Que, como San Juan Diego, que encontró a la Virgen de Guadalupe, tu le des todos tus miedos, preocupaciones, angustias, enfermedades, dudas, luchas y hasta fracasos a las Manos y el Corazón de María, que es verdaderamente tu Madre, así como tu vida, tu dulzura y tu esperanza. Nunca se supo que nadie que huyera a su protección quedara sin ayuda. Amen!