III Domingo de Adviento
«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)
DOMINGO 12 DE DICIEMBRE Lc 3, 10-18 FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE
Verso del aleluya: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para dar la buena noticia a los pobres».
Jesús vino a traer la buena noticia a los pobres. Su Madre María también trae buenas noticias a los pobres en su aparición como Nuestra Señora de Guadalupe a Juan Diego cerca de la Ciudad de México.
Parte 1: LA CAJA DE TESOROS DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE por el P. Ed Broom, OMV
Parte 2: «Dios intervino a través de Nuestra Señora de Guadalupe para evangelizar las Américas», explica el experto en Guadalupe, Monseñor Chávez. ¡Lea este asombroso relato!
PRIMERA PARTE:
Una de las más famosas y queridas apariciones aprobadas de la Santísima Virgen María es Nuestra Señora de Guadalupe. «La Patrona de las Américas» (así llamada por el Papa San Juan Pablo II) se apareció cerca de la Ciudad de México a San Juan Diego.
La Virgen se le apareció a Juan Diego en el transcurso de cuatro días y en cuatro ocasiones distintas, del 9 al 12 de diciembre de 1531. Estas apariciones al humilde, y sencillo niño Juan Diego transformarían radicalmente la faz de la tierra y del mundo católico. Millones de mexicanos se convertirían al catolicismo gracias a estas apariciones. Este monumental milagro de conversiones masivas nunca ha sido igualado en la historia del mundo, o en la historia del catolicismo.
San Juan Diego, que vivía con su anciano tío Juan Bernardino, viajaba a pie con frecuencia a la Ciudad de México por las siguientes importantes razones 1) Para continuar su formación en la fe católica (Juan Diego era un adulto convertido); 2) Para asistir al Santo Sacrificio de la Misa; 3) Para recibir los Sacramentos.
¡Qué gran modelo para los católicos adultos de hoy! Los católicos adultos necesitan urgentemente reforzar su formación catequética. Asistir al Santo Sacrificio de la Misa es esencial. Y de suma importancia, de hecho es indispensable, la recepción frecuente, ferviente y digna de los Sacramentos, especialmente la Confesión y la Santísima Eucaristía.
Esta breve reflexión no se centrará tanto en los acontecimientos, en las apariciones de la Virgen y en la persona de San Juan Diego (ya se ha escrito mucho sobre estos temas tan importantes), sino que queremos acentuar y destacar los extraordinarios frutos que han florecido y florecen a raíz de que la Virgen, Nuestra Señora de Guadalupe, Nuestra Madre Amantísima, ha venido a visitarnos. En verdad, los abundantes frutos de su aparición y presencia no pueden medirse en su magnitud y extensión. Tengamos Mucha gratitud a Jesús, el Hijo de María, por habernos enviado a su Madre Celestial, colmándonos de un diluvio de gracias y bendiciones.
1. LA TIERNA Y AMOROSA MATERNIDAD DE MARÍA. Para San Juan Diego, y para todos y cada uno de nosotros, María se llama Madre. Santa Teresa de Lisieux afirmaba: «María es Reina, pero más que Reina, María es Madre». San Agustín, con elocuencia encendida, afirma: «Juntando todo el amor de todas las Madres de todos los tiempos y lugares, el amor de María por todos y cada uno de nosotros es mucho mayor».
2. MARÍA CURA. El gran dilema de Juan Diego mientras se dirigía a toda prisa a la Ciudad de México a buscar un sacerdote era la salud de su anciano tío, Juan Bernardino. María se le aparece a Juan Diego y le tranquiliza para que no se preocupe por su tío, y le cura inmediatamente. Así podemos acudir a María en nuestras enfermedades, así como en las enfermedades y dolencias de nuestros seres queridos, y confiarle estas enfermedades. Entre los muchos títulos dados a María está el de «Salud de los enfermos».
3. MARÍA NOS DICE QUE NO NOS PREOCUPEMOS. La Virgen de Guadalupe le dijo a Juan Diego que no se preocupara, que él, Juan Diego, estaba en el cruce de sus brazos, en su sombra y en la apertura de su manto (tilma). ¡Cuántos de nosotros tenemos preocupaciones, miedos, dudas y muchas angustias! María quiere que confiemos nuestras preocupaciones a su cuidado y protección maternal. Como rezamos en el Memorare: «Nunca se supo que alguien que huyera a tu protección, implorara tu ayuda o buscara tu intercesión quedara sin ayuda». Ahora mismo, echemos nuestras preocupaciones, inquietudes, miedos y ansiedades en el Corazón de María. ¡Ella nunca nos olvidará!
4. MARIA Y LA IGLESIA. También está el aspecto eclesial de las Apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe. Con gran insistencia y determinación, la Virgen ordenó a Juan Diego que informara al obispo Juan Zumárraga que quería que se construyera una Iglesia en el lugar en el que Ella se había aparecido a Juan Diego. Otro mensaje claro de la Virgen de Guadalupe es el eclesial. María es la Madre de Dios, es la Madre de la Iglesia y es la Madre de todos y cada uno de nosotros. María ama a la Iglesia católica y nos anima a todos a asistir a la Iglesia, a amarla, a rezar por ella y a ser piedras preciosas y vivas en la estructura de la Iglesia. El Concilio Vaticano II proclamó a María como «Madre de la Iglesia». (Constitución Dogmática Lumen Gentium Capítulo VIII)
5. MARÍA, LA SANTA MISA Y LA SANTA COMUNIÓN. Además, María, como Madre de la Iglesia, desea ardientemente que asistamos a la Misa con frecuencia y que participemos en la Santa Misa de manera plena, activa y consciente. Esto significa estar bien preparados para recibir el Sagrado Cuerpo y la Sangre de su Hijo, Jesús, en la Santa Comunión. María nos lleva siempre a Jesús. Sus últimas palabras registradas en la Sagrada Escritura, en el contexto de las Bodas de Caná, fueron: «Haced lo que Él os diga». (Jn 2,5)
6. MARÍA Y LA CONFESIÓN. En la actual Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe se celebran muchas Misas todos los días. Más aún, en el transcurso del día, desde la apertura de la Basílica hasta su cierre por la noche, hay confesores que atienden a filas de peregrinos que reconcilian sus almas y sus vidas con Dios a través de una Confesión Sacramental.
7. MARÍA Y LA CONVERSIÓN DE LAS ALMAS A CRISTO. En la historia del mundo nunca se ha registrado una conversión tan masiva en número a la fe católica como la resultante de las apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe. El experto en Guadalupe, Monseñor Eduardo Chávez Sánchez, doctor en historia de la Iglesia, que ha publicado más de 28 libros y artículos y que fue el postulador de la causa de canonización de Juan Diego, dijo que para 1539, sólo ocho años después de la aparición, se habían convertido casi nueve millones de indigenas con la ayuda de un pequeño grupo de franciscanos. Imagínense un Pentecostés diario durante 8 años. Las cifras asombran literalmente a la imaginación. ¡Ahora es el país con el mayor número de católicos de habla hispana en el mundo! ¡Gracias a Jesús que envió a su amorosa Madre a México en 1531!
8. NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE Y EL MOVIMIENTO PRO-VIDA. De importancia crítica en el mundo moderno es la presencia, el poder y el propósito de Nuestra Señora de Guadalupe como un icono contra el mayor mal moral de nuestros tiempos: la realidad del aborto. La cinta negra que rodea su cintura señala el hecho de su embarazo. Lleva en su vientre al niño Jesús, que es el Camino, la Verdad y la Vida. ¡El Movimiento Pro-Vida ha adoptado a Nuestra Señora de Guadalupe como su patrona contra la embestida y el asesinato de bebés inocentes!
9. NUESTRA SEÑORA COMO MISIONERA, EVANGELIZADORA Y ESTRELLA DE LA EVANGELIZACIÓN – PAPA SAN JUAN PABLO II. Una de las peregrinaciones más frecuentes del Papa Juan Pablo II fue México y la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. Este gran pontífice tenía en mente la conversión masiva de México a mediados del siglo XVI y la necesidad actual de evangelización. La Virgen fue proclamada Patrona de las Américas y Nueva Estrella de la Evangelización. Que Nuestra Señora de Guadalupe nos motive a todos a salir de nuestra zona de confort y hacer nuestra parte para echar las redes en las profundidades (Duc et altum) y recoger una abundante pesca, una abundante cosecha de almas. «La mies es abundante, pero los obreros son pocos». (Mt 9,37)
10. NUESTRA SEÑORA CUIDA DE TODOS, PERO ESPECIALMENTE DE LOS POBRES, ANCIANOS Y ABANDONADOS DE LA SOCIEDAD. Nuestra Señora de Guadalupe mostró un tierno cuidado por el anciano y casi moribundo Juan Bernardino. Ella quiso que se construyera la Basílica, primero para los Sacramentos y para albergar la Presencia Eucarística de su Hijo en el Sagrario, y segundo, para que todos (no sólo unos pocos elegidos) pudieran acudir a ella con sus problemas y ella estuviera allí para ayudarles en todas sus necesidades. María es la Madre universal, pero tiene un amor muy especial por los pobres, los ancianos, los enfermos, los marginados, los abandonados, los abatidos y los que parecen haber perdido toda esperanza. Ella es esa estrella brillante en medio de las nubes oscuras, las tormentas y las tempestades de la vida. En efecto, Nuestra Señora de Guadalupe, como en la oración del Ave María, es: «¡Nuestra vida, nuestra dulzura y nuestra esperanza!».
En conclusión, nuestra humilde y pequeña exposición literaria es simplemente una invitación para que todos conozcamos, amemos, recemos y confiemos nuestras vidas, miedos y preocupaciones a Nuestra Señora bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe. Lee sobre la Virgen de Guadalupe. Haz una peregrinación, si es posible, a su Basílica en México. Compra una hermosa imagen de Nuestra Señora de Guadalupe y entronízala en tu casa. Invita a muchos, empezando por tu familia, a rezar el Rosario delante de Nuestra Señora de Guadalupe. No olvides nunca las palabras que Ella dirigió a San Juan Diego, así como a ti y a mí: «Pequeño mío, no te preocupes. Te tengo en el cruce mismo de mis brazos», es decir: estás escondido en lo más profundo de mi Corazón Inmaculado. Encontramos nuestro refugio seguro en dos lugares: el Sacratísimo Corazón de Jesús y el Corazón Inmaculado de la Santísima Virgen María. Nuestra Señora de Guadalupe, ruega por nosotros.
SEGUNDA PARTE: «Dios intervino a través de Nuestra Señora de Guadalupe para evangelizar las Américas», explica el experto en Guadalupe, Monseñor Chávez. ¡Lea este asombroso relato!
INTRODUCCIÓN:
Monseñor Chávez dice que en 1539, sólo ocho años después de la aparición, casi nueve millones de indios se habían convertido con la ayuda de un pequeño grupo de franciscanos.
¡Imagínese un Pentecostés diario durante 8 años!
ARTÍCULO:
Phoenix, Arizona, 11 de agosto de 2009 / 05:03 am (CNA). La semana pasada, Monseñor Eduardo Chávez Sánchez dijo a una audiencia reunida en el Congreso Mariano, que la aparición de Nuestra Señora de Guadalupe fue un «evento de salvación» específicamente dirigido a la evangelización de todas las Américas.
Monseñor Chávez, doctor en historia de la Iglesia, ha publicado más de 28 libros y artículos y fue el postulador de la causa de canonización de Juan Diego. El jueves pasado se dirigió a una multitud reunida en Phoenix, Arizona, y señaló que la aparición de María en México en 1531 fue más poderosa de lo que la mayoría cree.
El monseñor comenzó señalando que, después de que los españoles derrotaran a los indios en México y pusieran fin a sus sacrificios humanos rituales, un pequeño grupo de misioneros franciscanos comenzó a evangelizar el nuevo mundo.
Explicó que había tensiones complejas entre los misioneros y los españoles que complicaban el esfuerzo de evangelización de los misioneros. Los misioneros no sólo no conocían la lengua nativa, sino que además se esforzaban por intentar proteger a los indios de la explotación de los españoles. El conflicto llegó a ser tan grave que el obispo local, Juan de Zumárraga, estuvo a punto de ser asesinado por los españoles.
Los historiadores no «dudan de que, durante el primer esfuerzo evangelizador en México, la labor de los misioneros fue extraordinaria», dijo monseñor Chávez, pero «la tarea era más de lo que podían manejar».
La situación se hizo más difícil para los misioneros, ya que intentaron «mil maneras diferentes de hacerse entender», pero tuvieron poco éxito. El obispo Zumárraga se preocupó tanto que dijo a algunos de los misioneros: «Si Dios no interviene para dar un remedio instantáneo, esta tierra está a punto de perderse para siempre.»
«Y Dios intervino a través del ser que más ama, su propia Madre, que elige a un sencillo y humilde indio para que sea su fiel mensajero, su intercesor de total confianza: Juan Diego Cuauhtlatoatzin», señaló Chávez.
En 1524, poco después de la llegada de los primeros misioneros franciscanos a México, Juan Diego aceptó la fe católica y se bautizó.
Chávez contó que «el sábado 9 de diciembre de 1531, Juan Diego se dirigía a Tlatelolco para asistir al catecismo cuando se le apareció la Madre de Dios. Ella le pidió que fuera su mensajero».
Le pidió a Juan Diego que fuera a ver al obispo Zumárraga y le pidiera que le construyera un pequeño templo en el valle de Tepyac. Zumárraga recibió a Juan Diego, pero le pidió una señal de la Virgen María para probar su mensaje.
Juan Diego, cuyo tío había estado enfermo, trató de evitar su siguiente encuentro, pero la Virgen se le apareció igualmente. Monseñor Chávez dijo: «La Virgen le pidió que fuera a la cima de la colina, donde encontraría hermosas flores para cortar y poner en su tilma (manto). Tal como ella le dijo, Juan Diego encontró en aquella cima seca y rocosa, lugar de muerte, las más bellas y extraordinarias flores.»
Llenó su tilma y llevó las rosas al obispo, tal y como le habían pedido. Cuando se acercó al obispo, abrió su tilma para revelar la hermosa imagen de la Virgen Madre como una «mestiza», envuelta en el sol con la luna a sus pies, su manto tachonado de estrellas. «Su mensaje y voluntad es la difusión del amor de Dios y por eso pidió un templo, para ofrecer su amor a las personas de todo linaje que confíen en Ella».
Ella le dijo a Juan Diego que su nombre era «Santa María de Guadalupe». Chávez explicó que «Guadalupe» es un nombre de origen árabe que significa «el lecho del río», «la que lleva el agua»; también puede traducirse como «río de luz». Nos lleva al agua de vida.
Por último, monseñor Chávez argumentó que la humilde tilma de Juan Diego tenía cuatro significados esenciales para los indigenas: En primer lugar, la tilma se utilizaba como cubierta para protegerse de las inclemencias del tiempo. En segundo lugar, también se utilizaba para transportar cosas, contribuyendo así al sustento de la familia. En tercer lugar, dentro de la sociedad indigena, la tilma era una indicación del estatus y la condición social de una persona. Sólo los nobles podían tener sus prendas decoradas. Y por último, la tilma era tan importante que durante las bodas indigenas la tilma del hombre se anudaba con el huipil, el vestido de la mujer, como símbolo de que sus vidas estaban unidas.
La imagen, argumentó Chávez, es un código que los indígenas entendían perfectamente.
Poco después de la aparición de la Virgen de Guadalupe, «las conversiones comenzaron a producirse a un ritmo asombroso». Los misioneros estaban asombrados de lo que ocurría: «los indigenas venían de todas partes, de tierras lejanas pidiendo los sacramentos».
Chávez dijo que en 1539, sólo ocho años después de la aparición, casi nueve millones de indios se habían convertido con la ayuda de un pequeño grupo de franciscanos.
El mensaje para nosotros hoy, concluyó Mons. Chávez, es que «Dios interviene por medio de su propia Madre… para permitir que cada ser humano se convierta en una parte participante de [su Hijo]. Ella es la primera discípula y misionera que nos manifiesta y entrega el mensaje de salvación».