«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)
Martes, 19 de octubre Lc. 12, 35-38 Jesús dijo: «Dichosos los siervos a los que el patrón encuentra vigilantes a su llegada». Verso de aleluya: «Velad en todo momento y rezad para que tengáis fuerza para estar en pie ante el Hijo del Hombre».
¿Hasta qué punto estamos vigilantes? En realidad, ¡incluso los mejores de entre nosotros necesitan constantes recordatorios! Por eso, el artículo del P. Ed sobre las mentiras del demonio, el enemigo de nuestra alma y de nuestra salvación, debería ser recordado con frecuencia.
Reza sobre esto como un examen de conciencia… ¿Dónde soy fuerte en la virtud y dónde soy débil? Entonces, diseña y lleva a cabo un plan para practicar las virtudes necesarias y pide la gracia. ¡Anímate! El Señor no puede resistirse a un corazón sincero y penitente.
DIEZ MENTIRAS DEL DIABLO-EL PADRE DE LAS MENTIRAS -por el P. Ed Broom, OMV
El diablo tiene muchos nombres. La Biblia nos da muchos; los santos tienen sus propias descripciones. Los diferentes nombres de la Biblia y de los santos presentan las diversas maneras en que el diablo trabaja en el mundo y en nuestras vidas.
¿Cuáles son, entonces, algunos de los nombres o descripciones bíblicas del diablo? Jesús da un doble nombre al diablo: «Es un mentiroso y un asesino desde el principio». (Jn 8:44) También llama al diablo «el Príncipe de este mundo». (Jn 14:30) Un nombre un tanto extraño que Jesús da al diablo es el de Belcebú que significa literalmente, «El Señor de las moscas».
Otros nombres en la Biblia serían los siguientes: diablo, Satanás, Lucifer, serpiente, así como la antigua serpiente, en referencia a las tentaciones de Adán y Eva en el Jardín.
Además, el diablo es llamado el Acusador. En una de sus Cartas, San Pedro compara al diablo con un animal, un animal feroz y vicioso. «Es como un león rugiente que está al acecho buscando a quién devorar». (1Pe 5,8)
En la Historia de la Iglesia, los santos tienen sus propias descripciones del diablo. Con su típica precisión, Santo Tomás de Aquino llama al diablo… «El tentador». San Agustín, siguiendo la línea de San Pedro de utilizar imágenes de animales, describe al diablo como un perro enfadado con una cadena o correa. San Martín llama al diablo un bruto sangriento. Por último, San Ignacio de Loyola, que nos ha legado los Ejercicios Espirituales, llama al diablo el enemigo de nuestra naturaleza humana.
El diablo odia tanto a Dios como a toda la humanidad, así como a cada uno de nosotros individualmente. Un vicio que no tiene el diablo es el de la pereza. Al contrario, el diablo trabaja día y noche tentándonos. Su propósito con respecto a nosotros es tentarnos para que cedamos y sucumbamos al pecado. Quiere que seamos esclavos del pecado. Luego espera cegarnos a nuestra esclavitud y adicción al pecado. Finalmente, su mayor deseo y su mayor victoria es atraernos a vivir en pecado mortal y a morir en estado de pecado mortal. ¡Entonces seremos el deporte del diablo en el infierno por toda la eternidad!
Una nota de gran esperanza es que Dios es mucho más fuerte que el diablo. Sin embargo, Dios le da permiso al diablo para tentarnos. Debemos confiar en la gracia de Dios y en la intercesión de María para ganar la batalla y alcanzar la salvación de nuestras almas inmortales.
Las siguientes son tentaciones típicas del demonio que, en palabras de San Ignacio, es nuestro enemigo mortal. Nuestra victoria sobre el diablo depende esencialmente de la gracia de Dios, pero también del conocimiento de sus tácticas astutas.
DIEZ TENTACIONES TÍPICAS DEL DIABLO: ¡EL ENEMIGO!
1. ESTADO DE DESOLACIÓN. Demos por sentado que en el estado de desolación el diablo nos tentará; esto es universal para todas las personas, tiempos y lugares. En una palabra, la desolación es cuando nos sentimos desanimados, tristes y deprimidos, que nadie se preocupa realmente por mí ni me quiere.
2. REGLA DE LA KRIPTONITA. Ahora el diablo, consciente de nuestras expresiones faciales, al vernos tristes, deprimidos y desanimados aplica la regla de la kriptonita. Recuerda que Superman era fuerte excepto cuando se exponía a la kriptonita. Entonces su fuerza lo abandonó. ¡El diablo conoce nuestra kriptonita! Debemos pedir la gracia, así como tener acceso a la dirección espiritual, para descubrir nuestra kriptonita, nuestro propio punto o puntos débiles.
3. LA PROCRASTINACIÓN. Una de las tentaciones típicas del diablo es hacernos creer que tenemos una larga vida, mucho tiempo por delante, y que podemos fácilmente dejar para mañana lo que deberíamos hacer hoy. ¿Dejar qué? Precisamente esto: dejar nuestras prácticas espirituales de piedad. El diablo nos habla de esta manera: «Puedes confesarte más tarde, no hay mucha prisa y el sacerdote no tiene tiempo hoy». El Rosario – lo pospones, lo haces más tarde, hasta que finalmente te duermes a medianoche. Si tienes la costumbre de hacer una Hora Santa – puedes saltarla hoy y hacerla mañana, o la semana que viene, o nunca. En una palabra, el demonio quiere que descuidemos nuestra vida de oración o al menos que la disminuyamos.
4. ALBERGAR RESENTIMIENTOS EN NUESTRA MENTE Y CORAZÓN. Una herramienta principal del diablo es hacer aflorar en nuestra mente las heridas del pasado y así albergar resentimientos. En otras palabras, Satanás desea que retengamos el perdón y dejemos de ser misericordiosos. Cuando el diablo gana esta enorme victoria, entonces vamos por la vida enojados y deprimidos. Peor aún: ¡hacemos que la gente que nos rodea se enfade y se deprima! ¡Doble victoria para la antigua serpiente!
5. EL MUNDO DE LAS IMÁGENES. En nuestra sociedad y cultura moderna, tecnológicamente avanzada, en la que domina la imagen, el demonio, especialmente cuando nos encontramos en estado de desolación, puede susurrarnos al oído que busquemos imágenes malas, escenas, vídeos contra la virtud de la pureza o la castidad. Desgraciadamente, ver este material puede formar fácilmente un hábito, y luego una adicción a largo plazo. ¡Mejor en la desolación correr a las bellas imágenes del Corazón Inmaculado de María y del Sagrado Corazón de Jesús!
6. PEREZA. En la Teología Espiritual y en la práctica, la experiencia muestra que cuando somos perezosos y no hacemos nada de verdadero valor, es entonces cuando el diablo nos tienta y nos ofrece la oportunidad de entrar en su fábrica o campo de trabajo, ¡y eso sería PECADO! En cambio, el trabajo duro y legítimo no sólo nos edifica y sirve para ayudar a los demás, sino que también sirve para evitar muchas tentaciones del diablo. Qué cierto es el proverbio o dicho: «La ociosidad es el taller del diablo».
7. LAS MALAS COMPAÑÍAS CORROMPEN LA MORAL. San Pablo expresa una obviedad que todos deberíamos tener en cuenta: LAS MALAS COMPAÑÍAS CORROMPEN LA MORAL. Por eso, todos debemos elegir con gran discernimiento y sabiduría quiénes son nuestros compañeros, especialmente nuestros amigos íntimos. Un mal compañero puede resultar en nuestra ruina; sin embargo, un buen amigo es un tesoro y puede resultar en nuestro crecimiento en la santificación.
8. OJOS ERRANTES. Uno de los mayores desafíos es el de controlar nuestros ojos. Eva, en el Jardín del Edén, permitió que sus ojos se desviaran y fijaran su mirada en el fruto prohibido. Esto culminó, por supuesto, en El Pecado Original, que se transmitió a toda la humanidad. El diablo nos tienta constantemente para que dejemos que nuestros ojos se desvíen. Recuerda los pecados del rey David -tanto el adulterio como el asesinato- y todo comenzó por la pereza de David y sus ojos errantes.
9. LA DESOBEDIENCIA EN SUS DIVERSAS FORMAS. Muy a menudo el diablo nos tentará de muchas formas para desobedecer. Los niños son desobedientes a sus padres, los religiosos a sus superiores, los trabajadores a sus jefes, los católicos al Magisterio (La Oficina de Enseñanza de la Iglesia) – detrás de mucha de esta desobediencia está la presencia disfrazada del diablo. Por cierto, recuerda que el pecado de Lucifer y el de Adán y Eva fueron esencialmente pecados de desobediencia a Dios. En una palabra, el pecado es desobediencia.
10. IGNORAR, MOSTRAR INDIFERENCIA, FRIALDAD Y RECHAZO A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA. Es un hecho muy interesante que una vez que un católico deja su verdadera fe y se convierte en protestante o testigo de Jehová o entra en otra secta religiosa, la Virgen es rechazada muy a menudo. Una de las tácticas clave del diablo son estas palabras: «Los católicos adoran a María, así como las imágenes de María. Practican la idolatría». Con este lavado de cerebro, ponen a la gente en contra de María. Estas personas ignorarán a María, serán frías o indiferentes a María, rechazarán a María, o incluso tendrán un verdadero antagonismo y una franca hostilidad hacia María. Detrás de estas actitudes está el demonio. Satanás tiene un miedo mortal a María porque conoce su poder de intercesión, su poder para el bien y para la salvación de las almas. San Luis de Montfort afirma con precisión: «Quien no tiene a María como Madre, no tiene a Dios como Padre».
En conclusión, amigos de Jesús y María, nuestra vida es un verdadero Combate, una lucha mortal hasta el final. Nuestros enemigos son muchos, pero especialmente tres: el demonio, la carne y el mundo. Nuestro breve ensayo tiene como objetivo ayudarnos a tener cuidado con los muchos trucos, mentiras, disfraces y trampas del diablo, que es un mentiroso y asesino desde el principio. ¿Dónde están tus puntos débiles? Con este autoconocimiento y conciencia, podemos luchar la buena batalla, correr la buena carrera, y finalmente ganar la merecida corona en el Cielo que espera a los soldados victoriosos de Dios. «¡Que viva Cristo Rey! Que viva María, la Generala!!!»