XXVIII Domingo ordinario
«Para cosas más grandes has nacido». (Ven. Madre Luisita)
Domingo, 10 de octubre Mc. 10, 17-30 Verso del aleluya: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos».
Jesús dijo a sus discípulos: «Qué difícil es para los que tienen riquezas entrar en el reino de Dios». Hoy revisaremos dos meditaciones de los Ejercicios Espirituales: el pecado capital de la avaricia y el remedio.
PRIMERA PARTE:
PARÁBOLA DEL RICO NECIO – EJEMPLO DE AVARICIA Y EL TENER -Por el P. Ed Broom, OMV
Te invitamos a leer y meditar sobre esta Parábola del Rico Necio (Lc 12,13-21) con el propósito de buscar si algo de esta parábola está presente en tu propia vida.
1. PUNTO ANTERIOR A LA PARÁBOLA. Incluso antes de que Jesús enseñe esta corta pero poderosa parábola relacionada con el pecado capital de la avaricia, un hombre se acerca a Jesús. ¿Qué le pide a Jesús? El hombre quiere que Jesús le diga a su hermano que reparta una herencia con él. Esta petición desencadena la intervención de Jesús para enseñar esta Parábola del Rico Necio.
2. DERRIBAR LOS GRANEROS Y CONSTRUIR OTROS MÁS GRANDES. Después de que el hombre de la parábola ha tenido una cosecha muy abundante y se da cuenta de que ya no hay suficiente espacio en sus graneros, se le ocurre una idea brillante: derribar los viejos y construir graneros más grandes.
3. ¿POR QUÉ? La razón es clara: para poder almacenar su abundante cosecha en estos graneros más espaciosos. En otras palabras, si podemos decirlo así, tendrá más posesiones almacenadas, para el futuro. Se consume por poseer más y más.
4. CONSECUENCIA: UNA VIDA DE FACILIDAD Y PLACER. Entonces, como consecuencia de la abundante cosecha y de los graneros más grandes con almacenes rebosantes, puede simplemente sentarse, tomarse las cosas con calma y disfrutar de la vida al máximo.
5. SU MONÓLOGO: HABLAR CONSIGO MISMO. Este hombre no se refiere a Dios en lo más mínimo, sino que entra en conversación consigo mismo, con estas o similares palabras «Alma mía, te esperan muchos y largos años; descansa, come, bebe y alégrate». En otras palabras: ¡Vive bien!
6. LA CODICIA Y EL MATERIALISMO CONDUCEN AL HEDONISMO La codicia, expresión de la falsa filosofía del Materialismo, conduce con demasiada frecuencia al Hedonismo, que no es otra cosa que la filosofía del placer: el propósito de la vida es maximizar el placer.
7. EGOÍSMO-AUTOCOMPLACENCIA. En esta parábola, el Tonto Rico nunca hace ninguna referencia a Dios, ni a su esposa, ni a su familia, ni a nadie más que a sí mismo. Cómo puede disfrutar de sus posesiones materiales?
8. EL EFECTO DOMINÓ DEL PECADO. Observa cómo un pecado puede abrir fácilmente la puerta a otro pecado y a otro, y es como la pendiente resbaladiza que lleva a la perdición. El materialismo, que se manifiesta en la codicia, lleva al hedonismo, la filosofía del placer. Estos dos conducen al Egoísmo/Egotismo en el que tal persona se hace a sí misma el centro del mundo-todo gira alrededor de él y de sus deseos.
9. UNA SORPRESA CHOCANTE Y UN BRUSCO DESPERTAR. Poco se da cuenta este Rico Tonto de que antes de que salga el sol al día siguiente, ya estará muerto y será juzgado por Dios Todopoderoso. Jesús señala con cruda realidad que el hombre morirá, y entonces ¿a dónde irán todas sus posesiones? Y lo que es más importante, ¿a dónde irá él?
10. CONCLUSIÓN. Jesús señala con suma claridad que tener muchas posesiones no puede asegurar a nadie sobre la faz de la tierra una larga vida. Y la experiencia humana en la tierra es breve en comparación con la eternidad. Además, nadie sabe el día, ni la hora, ni siquiera el modo en que pasará de esta vida a la otra, para presentarse ante el Tribunal de Dios, para ser juzgado por Jesús, que juzgará a los vivos y a los muertos.
SEGUNDA PARTE:
UN REMEDIO SEGURO PARA EL PECADO CAPITAL DE LA AVARICIA: CONFIAR EN LA PRESENCIA AMOROSA DE DIOS Y EN LA DIVINA PROVIDENCIA. -Por el P. Ed Broom, OMV
Para remediar el Pecado Capital de la Codicia/Avaricia en nuestra vida diaria hay una actitud clave y esencial que debemos entender, abrazar y esforzarnos por alcanzar e inculcar en nuestros procesos de pensamiento, para luego traducirlo en nuestras acciones diarias.
Esta actitud se puede resumir en tres palabras: ¡¡¡CONFIANZA EN DIOS!!! O si quieres transformar esta actitud en una oración corta y concisa es esta ¡¡¡JESUS, CONFIO EN TI!!! Por supuesto, esta es la esencia misma y el corazón de las enseñanzas de Jesús a través de la Secretaria de la Divina Misericordia-Santa Faustina Kowalska en el clásico espiritual, «Diario: La Divina Misericordia en mi alma».
LA ENSEÑANZA DE JESÚS CONTRA LA PREOCUPACIÓN Y UNA LLAMADA A LA CONFIANZA (Mt 6,25-34)
Lee y reza sobre este pasaje tomado del corazón mismo del Sermón de la Montaña. Deja que estas palabras de Jesús penetren y calen hasta lo más profundo de tu alma. Los siguientes son puntos para complementar nuestra reflexion.
1. 1. LA PREOCUPACIÓN. Muchas veces en estos pocos versículos Jesús nos dice que no nos PREOCUPEMOS. Entra en tu corazón: ¿estás siempre preocupado por las cosas?
2. ¡EL TIEMPO Y LA PREOCUPACIÓN! ¿Revives y te preocupas por tu pasado? ¿Te preocupa el futuro? ¿Vives con constante tensión y preocupación en el presente? Aunque sea un reto, Jesús te manda dejar de preocuparte y ¡Confiar en Él!
3. EJEMPLOS DE DIOS Y DE LA NATURALEZA Para inculcar la confianza y vencer esta actitud dominante de preocupación, Jesús utiliza ejemplos de la naturaleza como medio para motivarnos a cultivar una mayor confianza en Él. Nos ofrece dos ejemplos muy sencillos y claros que cualquiera puede entender, incluso un niño.
4. LAS AVES DEL CIELO. Jesús nos invita a contemplar las aves del cielo. Cuando tengas la oportunidad, puedes contemplar a los pájaros por la mañana, volando, aterrizando y saltando en el suelo, tomando su simple comida. No perdieron el sueño la noche anterior preocupándose por la comida que Dios les proporcionaría a la mañana siguiente. Si Dios provee a las aves del cielo, ¿no proveerá a nosotros, sus amados hijos? Has visto alguna vez a un pájaro volando al psicólogo o renovando una receta para hacer frente a la ansiedad y la depresión?
5. LOS LIRIOS DEL CAMPO Es de esperar que todos hayamos tenido la edificante experiencia de un paseo por la naturaleza en el que nuestros ojos se posaron en un prado o campo engalanado y esparcido con una enorme variedad de flores, ya sean lirios, margaritas, rosas, narcisos, girasoles, etc. Había algo en común entre este vasto conjunto de flores primaverales: sus diferencias, pero también su elegante belleza. Jesús dice que ni siquiera Salomón, con toda su riqueza, poder y elegancia, podía compararse con los lirios del campo. Es Dios quien los provee y es Dios quien los adorna con una belleza celestial.
6. PREOCUPARSE POR LA COMIDA. A continuación, Jesús nos reprende suavemente por preocuparnos por los alimentos que vamos a comer. Los paganos se preocupan por eso. Dios, en efecto, proveerá. No moriréis de hambre.
7. PREOCUPARSE POR LA ROPA. A continuación, Jesús nos ataca con otra preocupación: la preocupación por nuestro atuendo. ¿Cuántas veces nos hemos preocupado por nuestra ropa, por lo que nos pondremos? ¿Cuántas veces, fruto de la codicia y del deseo insaciable de tener más, nos hemos lanzado a comprar y comprar cuando ya tenemos demasiado?
8. ABARROTADOS DE COSAS: SIN ESPACIO PARA DIOS Jesús continuará diciendo que no podemos servir a Dios y servir al dinero al mismo tiempo. Un corazón lleno de deseos de cosas y posesiones no tiene espacio para Dios.
9. AUTOEXAMEN. ¿Está tu vida dominada por la codicia, la avaricia, tus posesiones y el deseo de más, aunque ya tengas mucho? ¿Has permitido que tus posesiones te posean? ¿Las cosas en tu vida están haciendo a un lado a Dios? A menos que lleguemos a una admisión humilde y honesta de nuestros fracasos, ¡nunca podrán ser corregidos!
10. LA CLAVE PARA SUPERAR LA AVARICIA: ¡LAS PALABRAS DEL SEÑOR JESÚS! Estas palabras de Jesús en este mismo pasaje son la clave. «Buscad primero el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura». (Mt. 6: 33) Medita profundamente estas palabras de Jesús. Reza sobre ellas de corazón.
UN COLOQUIO/CONVERSACIÓN FINAL CON JESÚS Puedes sentirte movido a concluir con esta oración:
Señor Jesús, admito humildemente que el deseo de cosas, una actitud de materialismo, ha dominado en el pasado mi visión de la vida. Me he centrado más en tener cosas que en poseerte a ti y dejar que tú me poseas a mí.
Querido Señor, concédeme el deseo ardiente de poner en práctica tus palabras: «Buscad primero el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura». Señor, ¡que tú seas el verdadero sentido y el deseo ardiente de mi corazón, de mi alma y de mi vida!
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