Ninguna mujer en la Historia del mundo ha dejado una presencia más poderosa de la forma más positiva que la Santísima, amada y venerada Virgen María. Ninguna mujer que haya existido jamás puede aproximarse a la presencia omnipotente y santa de la Obra Maestra de la Creación de Dios: la Santísima Virgen María.
En efecto, María es la Madre de Dios, la Madre de la Iglesia, la Esposa Mística del Espíritu Santo, la Rosa Mística, la Puerta del Cielo, la Torre de Marfil, la Casa de Oro, el Tabernáculo de Dios, la Reina de los Ángeles, de las Vírgenes, de los Mártires y de todos los santos, así como la Reina de todos los corazones. Estos son sólo algunos de los innumerables títulos bíblicos, místicos y poéticos atribuidos a María.
La persona de María, su influencia, su vida y ahora su poderosa presencia en el Cielo han dejado una huella y un sello indeleble en toda la humanidad que perdurará hasta el final de los tiempos y se extenderá desde el tiempo hasta la eternidad.
En efecto, qué extraordinaria bendición es ser consciente de la santa y omnipotente presencia de María, la Llena de Gracia, sobre el universo en general. Ciertamente, estamos verdaderamente arropados, cubiertos y protegidos bajo el poderoso manto de la omnipresencia de María.
Por lo tanto, una vez dicho esto, destaquemos las muchas marcas indelebles que María ha grabado en el mundo, en la humanidad, así como en la Historia del mundo entero. Después de Jesús, el Hijo de María, es la mismísima María la que tiene un impacto más profundo en toda la humanidad y es precisamente por eso: La relación y el amor de María por Jesús mismo.
Invitamos humildemente a todos a abrir los ojos al mundo maravilloso que nos envuelve y a conocer y ser más conscientes de la influencia tan extensa, poderosa y santificadora de María. María nos enseña: «Mi alma proclama la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador». (Lc. 1, 46-47)
A continuación se enumeran las muchas y variadas formas en que María ha marcado el mundo y seguirá influyendo en él hasta el final de los tiempos, hasta la eternidad.
- EL NOMBRE QUE SE DA A AL NIÑO AL NACER Y EN EL BAUTISMO. Los padres tienen la obligación moral de elegir el NOMBRE de su hijo y el Catecismo de la Iglesia Católica destaca que el nombre debería tener un significado cristiano. Gracias a Dios, en la historia del mundo de los últimos dos milenios, un gran número de padres han escogido por voluntad propia el nombre de María para sus hijos. Entre los nombres marianos están los siguientes: María/Maria, Fátima, Lourdes, Guadalupe, Concepción, Asunción, Rosa, Natividad, Rosario/Rosario, Carmen, Milagros, Maryanne, y muchos otros. Los padres que han optado por bendecir a su hijo con un nombre mariano, en realidad inician a su hijo con una verdadera bendición, porque por este nombre mariano, la Virgen los bendecirá aún más.
- CIUDADES, PUEBLOS Y PAÍSES CON NOMBRE DE MARÍA. Imposible de expresar por la vasta extensión de la presencia geográfica de María; ¡no se puede negar las innumerables ciudades, pueblos, aldeas, comarcas, países que han elegido el Nombre de María como su identidad geográfica! Por nombrar sólo algunos. Los Ángeles, California – «Santa María, de los Ángeles – ¡Nuestra Señora Reina de los Ángeles! Paraguay tiene como capital «Asunción» – La Asunción de María al Cielo. Uno de los cincuenta estados de los Estados Unidos: «Maryland», la tierra de María. Uno de los estados/provincias de Argentina es Rosario-Nuestra Señora del Rosario. ¿Cuántas ciudades y pueblos de todo el mundo han elegido Carmelo-Nuestra Señora del Monte Carmelo, incluida California? Chile tiene una ciudad con el nombre de Concepción, la Inmaculada Concepción. Obviamente, sólo estamos rozando la superficie de la presencia geográfica casi universal de María en todo el mundo.
- POETAS Y POEMAS. Es casi imposible mencionar la presencia y el significado universal de María en el ámbito de la literatura, concretamente en el de la poesía. Sólo por mencionar algunos. Dante en «La Divina Comedia», una vez que llega al cielo, describe con bellas imágenes de palabras a María como la encantadora Rosa-Mística, la Rosa Mística. Más allá de las alturas de la Rosa Mística, Dante nos presenta la Visión Beatífica de la Santísima Trinidad. Por supuesto, uno de los más renombrados escritores y poetas que proclamaron las glorias de María es el Doctor Melifluo, San Bernardo en su Obra Maestra poético-mística titulada: María, Stella Maris-María, la Estrella del Mar. En medio de las pruebas, las tormentas y las tempestades de nuestra vida, como marineros zarandeados por las olas tumultuosas, debemos levantar la mirada hacia María. Ella es la Estrella del Mar que nos conducirá con seguridad y certeza al Puerto de la salvación: el Cielo.
- ESCRITORES DE RENOMBRE Y SU PLUMA. La presencia de María no sólo abunda en la excelencia poética, sino también en los libros en prosa sobre María. El número es ilimitado, por lo que mencionaremos sólo uno, posiblemente el más renombrado de todos: ¡LAS GLORIAS DE MARÍA! De todos los escritos de uno de los escritores más prolíficos de la historia del mundo -San Alfonso María de Ligorio- el mismo autor considera que su obra más grande es precisamente ésa: LAS GLORIAS DE MARÍA. Esta obra maestra espiritual es un compendio mariano de pasajes bíblicos, y dichos de los Padres y Doctores de la Iglesia, y de otros santos, escritores y poetas que expresan su amor y confianza en María, en su infinita misericordia hacia toda la humanidad. Este clásico explica con minuciosidad cada palabra de la oración EL SALUDO A LA REINA SANTO.
- MARÍA EN LA MÚSICA Y EL CANTO. San Agustín ha comentado acertadamente: «El que canta, reza dos veces». El canto, la armonía, la melodía, el canto y la música son parte integrante de la vida de la humanidad y pueden, en efecto, enriquecer nuestra vida emocional, nuestra vida moral y nuestra vida espiritual en su conjunto. A lo largo de los dos últimos milenios se han compuesto innumerables cantos e himnos marianos en una gran variedad de lenguas. Lo que no puede expresarse plenamente en prosa puede expresarse mejor en poesía, y a veces incluso mejor en canto. No es posible nombrar y expresar todos los himnos marianos, pero con gran sencillez y humildad enumeraremos algunos: «El Ave Santa Reina», «Salve Regina» (en inglés y en latín), «Inmaculada María», «Canta a María», «Ave», «Ave María» (a la Virgen de Fátima), «Regina Caeli» (himno del tiempo de Pascua), «Ave María» (gentil mujer), el «Ave María» (en latín) -a menudo cantado en las bodas-, «Ave Stella Maris» -¡María, estrella del mar! Mediante el canto y la canción, elevamos con alegría nuestros corazones, emociones, mentes y almas para rendir tributo y homenaje a nuestra Reina Celestial y Madre amorosa.
- IGLESIAS EN HONOR A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA. Por supuesto, una de las iglesias más famosas del mundo construida y dedicada a la Santísima Virgen María se encuentra en París, NOTRE DAME-¡Nuestra Señora! Es triste decir que esta obra maestra ha sufrido graves daños debido a un incendio, pero está en proceso de restauración. Millones de peregrinos han viajado a París para poner sus vidas, sus familias y sus problemas a los pies y en el Corazón de María-Nuestra amada Madre. En Roma, la Basílica más antigua construida y dedicada a la Santísima Virgen María es SANTA MARIA MAGGIORE-SAINT MARY MAJOR. Antes de viajar en misiones apostólicas importantes, los Papas se arrodillan delante de una imagen de María en esta Basílica y piden gracias especiales y bendiciones. ¡María, en efecto, los bendice!
- EN ESTADOS UNIDOS: LA BASÍLICA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN. En la capital de los EE.UU., encontrarás la más majestuosa, hermosa, encantadora y cautivadora obra maestra arquitectónica de belleza espiritual: LA BASÍLICA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN. De los cientos de iglesias, catedrales y basílicas que hay en los Estados Unidos, la más bella y majestuosa es, con diferencia, LA BASÍLICA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN de Washington, D.C. Por cierto, ¡la Inmaculada Concepción ha sido nombrada Patrona de los Estados Unidos!
- ARTE. A lo largo de los siglos, innumerables artistas han dedicado largas horas, a menudo precedidas por la oración y el ayuno, para representar lo mejor posible la majestad, la belleza, el esplendor y la sublime gloria de María, que es la Reina de los ángeles y de los santos. Uno de los más notables es el renombrado dominico, el Beato Fra-Angelico con muchas representaciones magníficas de la vida de Jesús y María.
- CINE. En las últimas décadas se han presentado muchas películas sobre la Santísima Virgen María, algunas mejores que otras. Se pueden mencionar algunas: El Canto de Bernadette (Nuestra Señora de Lourdes), Nuestra Señora de Fátima, Versión de dibujos animados de Nuestra Señora de Guadalupe, Llena de Gracia (Nuestra Señora después de la Ascensión de Jesús al cielo). Estas son algunas. Sin embargo, hay que decir que una de las mayores obras maestras del cine, sin duda alguna, debe atribuirse al famoso sacerdote del Rosario, el Venerable Padre Patrick Peyton. El teatro familiar de Hollywood, con el apoyo de muchos excelentes actores católicos, ayudó a este humilde sacerdote a componer la Película sobre los Quince Misterios del Rosario (1958). Una de las representaciones más fieles de las quince escenas del Evangelio -los quince Misterios del Santo Rosario-, el padre Peyton nos ofrece para su visionado la vida de Jesús y María desde el pesebre hasta la cruz, pasando por la tumba vacía. En nuestro amor por la Santísima Virgen María y por el Santísimo Rosario, esta película es imprescindible en nuestra lista. A lo largo del tiempo, EWTN ha presentado los quince misterios, uno a la vez, cada uno de los cuales dura cerca de 25 minutos. El visionado de esta obra maestra del cine aumentará nuestro amor por el rezo del Santísimo Rosario. Recordad las inmortales palabras del Venerable Patrick Peyton. «La familia que reza unida permanece unida». Y, «Un mundo en oración es un mundo en paz».
- MARÍA VISITA A LA HUMANIDAD SUFRIENTE Y PECADORA. Dios es tan bueno que ha enviado a su amorosa Madre a la humanidad sufriente y pecadora. Esto se ha llevado a cabo mediante lo que se puede llamar apariciones marianas aprobadas. Hay muchas en el curso de 2000 años de historia. En aras de la brevedad, destacaremos tres e invitaremos a todos a esforzarse por conocer mejor estas apariciones marianas aprobadas.
- NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE ¡Se apareció en 1531 cuatro veces a San Juan Diego en México, y como resultado la conversión masiva de 8 millones al catolicismo en 30 años!
- NUESTRA SEÑORA DE LOURDES. Se apareció en 1858 a Santa Bernadette en Lourdes, Francia, 18 veces en cuatro años. Fue después de la proclamación dogmática de la Inmaculada Concepción por el Papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854, que Nuestra Señora se identificó ante Bernadette con estas palabras: «Yo soy la Inmaculada Concepción». Bernadette no tenía idea de lo que eso significaba, pero la jerarquía católica que examinaba la autenticidad de las apariciones lo sabía muy bien.
- NUESTRA SEÑORA DE FATIMA. Se apareció en Fátima, Portugal, a tres niños pastores, Lucía de los Santos, y a sus primos, los santos Francisco y Jacinta Marto. Sus apariciones tuvieron lugar durante la Primera Guerra Mundial, en 1917, 6 apariciones en total, desde el 13 de mayo hasta el 13 de octubre, concluyendo con el gran milagro del sol girando y dando vueltas, ¡visto por 70.000 personas!
Estas apariciones marianas aprobadas han dejado una huella profunda e indeleble de influencia en el mundo entero. De hecho, la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en México es el segundo lugar de peregrinación más visitado del mundo, sólo superado por la Basílica de San Pedro en Roma.
Para concluir, en este breve ensayo que hemos recorrido con la pluma y la tinta, podemos percibir la profunda y universal influencia que la Santísima Virgen María ha dejado en toda la humanidad. Ella ha dejado un goce universal y profundo de gracias y bendiciones en el mundo entero. Los cielos azules simbolizan su manto de amor y su Corazón amoroso en el que tanto desea abrazarnos y envolvernos ahora y siempre. Por lo tanto, pidamos la pureza de la visión, la pureza de la vista, los ojos de los verdaderos místicos para que podamos percibir a Dios actuando en todo momento y en todo lugar en el tejido de nuestra vida y existencia diarias. Además, pidamos la gracia única de percibir a María presente entre bastidores, siempre actuando con el propósito de glorificar a Dios en todo tiempo, lugar y circunstancia. Con estas palabras «¡Mi alma engrandece al Señor y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador!» (Lc. 1:46-47)